La filosofía de Platón

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PLATÓN
Apuntes Historia de la Filosofía para Bachillerato
Santiago Sánchez-Migallón Jiménez
La filosofía de Platón
"Mientras tengamos cuerpo y esté nuestra alma mezclada con
semejante mal, jamás alcanzaremos de manera suficiente lo que
deseamos. Y decimos que lo que deseamos es la verdad"
Platón. Fedón, 66b-67a
1. Contexto biográfico e histórico de Platón.1.1. Biografía de Platón.La vocación política
Aristocles Kodros (apodado Platón por la anchura de sus
espaldas) nació en Atenas en el año 427 a. C. Era hijo de
Perictiona, hermana de Cármides y sobrina de Critias,
oligarcas que formaron el gobierno de los treinta tiranos de
Atenas. A la muerte de su marido, Perictiona, se casó con
Pirilampo, antiguo amigo de Pericles (recuerda la importancia
de Pericles como sabio reformador que llevó a la democracia
ateniense a su máximo esplendor). Con esta familia no es de
extrañar la pronta vocación política del joven Platón. Esta
tendencia marcará gran parte de su obra filosófica pero
también gran parte de su vida. Platón no sólo escribe la
República (su obra principal en donde nos muestra su
proyecto político) sino que intentará llevarla a la práctica.
A sus 40 años viaja al sur de Italia donde conoce al pitagórico Arquitas, quien lo
introduce en la corte de Siracusa, ciudad gobernada por el tirano Dionisio I. Será allí donde
Platón intentará llevar a cabo la construcción de su “república ideal”, aunque su sinceridad y
sus ideas no agradaron a Dionisio que lo acabará vendiendo como esclavo. Aníceris de Cirene
reconoce a Platón en una venta de esclavos y lo compra para darle la libertad. Años más tarde
realizará dos viajes más a Siracusa para instruir a Dionisio II (heredero de su padre) de nuevo
sin éxito, ya que éste, al igual que su progenitor, distaba mucho de ser el modelo de filósoforey que Platón pretendía. Después, Dión, cuñado de Dionisio I y gran amigo de Platón,
consigue el poder y de nuevo se reaviva el sueño de la construcción de una república ideal. No
obstante, es asesinado al poco tiempo y las intenciones de poner en práctica el ambicioso plan
de Platón acaban por desvanecerse.
La muerte de Sócrates
A pesar de que su maestro en la juventud fue el heracliteano Crátilo, a los 21 años
Platón entró a ser discípulo de Sócrates. Como ya sabes, Sócrates era muy crítico con el
escepticismo y el relativismo de los sofistas y defendía que era posible llegar a unas verdades
universales. Cuando Sócrates discutía y polemizaba sobre temas éticos y políticos, pretendía
encontrar definiciones universales a conceptos como bien o justicia. Todos sabríamos poner
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La filosofía de Platón
ejemplos de acciones buenas o justas pero la cosa se complica si queremos definir aquello que
todas las acciones buenas o justas tienen en común, es decir, si pretendemos definir el
concepto de bien o de justicia. Sócrates no quería poner ejemplos de bondad, quería saber lo
que es lo bueno en sí mismo, la idea de bien. Platón seguirá esta misma línea intentando,
mediante la razón, llegar a definiciones objetivas y universales de esos conceptos. Así,
también pretenderá superar el escepticismo y relativismo sofistas.
Sócrates fue condenado a muerte por un tribunal democrático en el 399 a. C. Se cree
que Platón estuvo en el proceso pero es posible que no estuviera en la ejecución. Este hecho
marcó sensiblemente el pensamiento de Platón. Como veremos luego, no tendrá demasiado
aprecio por el régimen democrático, ya que éste parecía más apto para la filosofía sofista y las
decisiones tomadas en el ágora no tenían por qué ser siempre las mejores (condenar a muerte
a Sócrates, el hombre más sabio de Atenas, no parece una decisión demasiado justa). Si
Platón pensaba que existía una verdad universal, se entiende que un régimen democrático, en
el que la verdad se elige por consenso, no le pareciera el más adecuado. Una verdad es
verdadera por sí misma, sin necesidad de que tengamos que ponernos de acuerdo (2+2=4 sin
que podamos elegir entre todos que no es así).
Muerte de Sócrates de Jackes Louis David (1787)
Platón va a escribir todas sus obras en forma de diálogo entre varios personajes (reales
o ficticios) en el que Sócrates será siempre el protagonista (Platón quiere así homenajear a su
maestro). Una de las dificultades para interpretar el pensamiento platónico es que Platón va a
expresar sus ideas siempre por boca de Sócrates (Platón nunca aparece en sus diálogos) por lo
que muchas veces no sabemos diferenciar si lo que nos cuenta son ideas propias de Platón o si
explica la filosofía de su maestro.
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La filosofía de Platón
Del mismo modo Platón va a pensar en la dialéctica socrática o método socrático
como un buen método para llegar a la verdad (si bien, lo modifica y lo refina como luego
estudiaremos).
La Academia
En el 361 a. C., tras recobrar su libertad, Platón compró una finca en las afueras de
Atenas, donde fundó un centro especializado en la actividad filosófica y cultural, al cual llamó
La Academia. El nombre procede del anterior dueño de la finca llamado Academo y funcionó
ininterrumpidamente hasta su clausura por Justiniano I en el 529 d.C., pues veía en esta una
amenaza para la propagación del cristianismo. La Academia no era un lugar cerrado, como las
sociedades secretas de los pitagóricos, sino que era un lugar abierto a todo el que quisiera
instruirse. Platón, asqueado del pragmatismo de las enseñanzas de los sofistas, predicaba la
pureza del saber, el saber por el mero deseo de conocer la verdad, que es lo que distingue al
verdadero “filósofo” (el que “ama el saber”) del sofista (que siempre busca el fin práctico de
sus enseñanzas). En la Academia se estudiaban armonía (recuerda a los pitagóricos),
astronomía y matemáticas como estudios preliminares, para luego llegar a la filosofía como el
saber supremo. No obstante, tampoco podemos ocultar que con estas enseñanzas Platón
también perseguía una utilidad práctica: la de formar buenos políticos y gobernantes. Pero, el
político formado en la Academia sería el hombre que ha alcanzado la verdad de forma
desinteresada y por mero amor al saber. El hombre sabio es plenamente virtuoso (recuerda el
intelectualismo moral de Sócrates) y su actitud frente a la política será siempre virtuosa, justa
y desinteresada. Platón quiere formar hombres justos para la política, no demagogos.
Platón muere en el 347 a. C. y su sobrino, Espeusipo, le sucede en la dirección de la
Academia.
1.2. Contexto histórico.Los siglos V y IV a.C. corresponden al apogeo de las grandes ciudades estado
independientes de Grecia entre las que cabe destacar Atenas y Esparta. Tras derrotar a los
persas en las Guerras Médicas, Atenas se convirtió en la potencia hegemónica. En el 431 a.C.,
se produjo el enfrentamiento entre Atenas y Esparta. La guerra del Peloponeso, sostenida
entre las dos grandes confederaciones, duró hasta el 404 a.C. y concluyó con el
establecimiento de la hegemonía espartana sobre Grecia (tras vencer en la batalla de Egos
Potamos). Al final de la guerra, Esparta promovió la oligarquía llamada de los Treinta Tiranos
para gobernar Atenas. En el 403 a.C., los atenienses, bajo Trasíbulo, se sublevaron y
expulsaron a la guarnición espartana restaurando la democracia y la independencia.
El conflicto que siguió, las Guerras Corintias, continuó en medio de pequeñas
contiendas y escaramuzas hasta el 387 a.C., cuando Esparta, aliada de Persia, impuso la Paz
de Antalcidas sobre sus discrepantes estados súbditos. Según las condiciones del asentamiento
persa-espartano, se cedía toda la costa oeste de Asia Menor a Persia y se otorgaba la
autonomía a las ciudades-estado de Grecia. A pesar del acuerdo, Esparta invadió Tebas en el
382 a.C. y tomó la ciudad de Olinto, al norte. El general de Tebas, Pelópidas, respaldado por
Atenas, dirigió tres años después un levantamiento que expulsó a las fuerzas de ocupación
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espartanas. La guerra entre Esparta y Atenas, aliada con Tebas, continuó y llegó a su fin con
la batalla de Leuctra, en el 371 a.C., en la que los tebanos, al mando de Epaminondas,
derrotaron por completo a sus enemigos y pusieron fin definitivamente a la dominación
espartana. Tebas, en virtud de su victoria, se convirtió en el primer estado de Grecia. Atenas
se negó a someterse a la supremacía de Tebas y, en el 369 a.C., se alió con Esparta. Para
mayor inseguridad, la hegemonía de Tebas dependía principalmente de la brillante regencia de
Epaminondas y cuando éste murió, en la batalla de Mantinea (362 a.C.), Tebas se vio privada
de su breve supremacía.
Durante este periodo de luchas por la hegemonía en Grecia, Macedonia, comenzaba su
política de expansión. Filipo II, rey de Macedonia en el 359 a.C., gran admirador de la
civilización ateniense, era consciente de su gran debilidad y la falta de unidad política griega.
Inmediatamente después de subir al trono, Filipo anexionó las colonias del sur de Grecia, en la
costa de Macedonia y Tracia, y se propuso convertirse en el dueño de la península. Su astucia
en las artes políticas y militares contribuyó al logro de sus ambiciones. Tras la muerte de
Filipo II comenzó el reinado de Alejandro Magno.
2. Obras e influencias en el pensamiento platónico.2.1. Su obra: los diálogos.De Platón no se conserva ningún tratado ni ningunos apuntes de sus lecciones en la
Academia, quizá porque él mismo renunció a ello. Sin embargo, sí conservamos un conjunto
de unas 30 obras de divulgación escritas en forma de diálogos. Entre los historiadores existe la
dificultad de determinar el orden cronológico de éstos y también sobre su “paternidad” (saber
si realmente los escribió Platón u otro filósofo). La clasificación más aceptada es la que sigue:
1. Diálogos de juventud (Periodo socrático): Apología de Sócrates, Critón, Eutifrón,
Laques, Protágoras, Cármides, Lisis y Libro I de La República. En estos diálogos se observa
la gran influencia de Sócrates en Platón.
2. Diálogos de transición: Górgias, Menón, Eutidemo, Hipias I y II, Crátilo y
Menexeno. Platón continúa su crítica a la sofística pero apunta ideas originales como su teoría
del lenguaje y se observan múltiples influencias pitagóricas.
3. Diálogos de madurez: Banquete, Fedón, los libros II a X de La República y Fedro.
Son los más importantes y están considerados como obras maestras de la literatura universal.
4. Diálogos de vejez: Teeteto, Parménides, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias,
Leyes, Epímonis y Cartas. Platón va a someter aquí a revisión su obra y criticará muchos de
sus postulados anteriores.
2.2. Influencias en el pensamiento platónico.1. Pitagóricas: la creencia en la inmortalidad del alma y en la reencarnación y la
consideración de las matemáticas como una ciencia que nos aproxima al conocimiento más
elevado y purifica el alma. Se dice que en la entrada de la Academia figuraba una inscripción
que decía: “Nadie entre aquí sin ser geómetra”.
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La filosofía de Platón
2. Heracliteas: la concepción de que la naturaleza está en continuo cambio y devenir y
el dualismo que encontramos en sus obras.
3. Parmenídeas: su racionalismo, su desprecio a los sentidos (recuerda que
Parménides afirmaba que sólo existía el ser y que el cambio que observamos mediante los
sentidos en la naturaleza es mera apariencia) y su distinción entre doxa (opinión) y epísteme
(ciencia o verdadero conocimiento).
4. Socráticas: la búsqueda de “algo objetivo” con lo que superar el relativismo sofista,
su preocupación por la educación y la mejora de los ciudadanos, el diálogo como método para
alcanzar la verdad y el intelectualismo moral.
5. En general, de todos los filósofos anteriores: la necesidad de encontrar algo que
no cambie, algo que permanezca fijo y regular como base imprescindible para que se dé un
saber objetivo, una auténtica ciencia. La ciencia se basa en leyes, en regularidades que
observamos. Si todo cambia de modo caótico, sin orden ni concierto, no podríamos observar
ninguna regularidad, por lo que no podríamos hacer ciencia y el conocimiento sería imposible
(Recuerda como los presocráticos buscaban el arkhé como algo fijo mediante lo que explicar
la physis, como en Heráclito, detrás de todo el mundo cambiante estaba ese logos que regía el
cosmos o como, y ya de modo más radical, Parménides sostenía que detrás del mundo
cambiante que era sólo apariencias, existía el ser como algo inmutable).
3. La teoría de las ideas (la ontología) de Platón.3.1. El origen de la teoría de las ideas.Los sofistas pensaban que las opiniones se formaban a partir de las percepciones
subjetivas de cada cual y que el lenguaje, al referirse a esas percepciones, ni expresaba la
realidad ni servía como elemento para una verdadera comunicación. Piensa, por ejemplo, en el
concepto o la palabra “amor”. Cada uno tendremos una percepción del amor dependiendo de
cómo nos haya ido. Si a mí me ha ido muy bien tendré una idea de “amor” muy diferente a la
que tiene otro al que le ha ido mal. Por lo tanto, cuando hablemos sobre el “amor” no nos
podremos entender ya que cada uno lo comprende a su manera. Será un diálogo de sordos.
Sócrates, al contrario, pensaba que se podía llegar una definición universal o válida
para todos los individuos de tal modo que al dialogar, sí que existiría comunicación, ya que
todos sabríamos a lo que nos referimos: utilizaríamos la misma definición (Piensa, en cierto
sentido, que un diccionario hace esa función hoy en día). De algún modo, todos los ejemplos
que veamos y que definamos con una palabra concreta, tendrán algo en común, algo que
podamos definir y que nos sirva para elaborar una definición universal, algo fijo y estable que
permanezca en el cambio. Por ejemplo, al utilizar la palabra “perro” sabemos a lo que nos
referimos aunque existan millones de perros diferentes (de distinta raza, tamaño, etc.). Ese
algo en común que “tienen todos los perros” para que los sepamos identificar es lo que
buscaba Sócrates.
Pero, si Sócrates, quería llegar por ejemplo, al “concepto universal de justicia” y esa
definición la hemos alcanzado mediante el diálogo (recuerda el método socrático)… ¿quién
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La filosofía de Platón
me garantiza que otro grupo de filósofos que dialogan no lleguen a una definición distinta a la
nuestra? De este modo jamás superaremos el relativismo sofista ya que lo que consideramos
justo para nuestra polis puede no serlo para otra. Solución propuesta por Platón: que la justicia
(y todos los conceptos en general) sea algo realmente objetivo, que no dependa del consenso,
al existir como una realidad objetiva independiente de nuestra mente.
Resumen:
Sofistas: palabra o concepto=percepción subjetiva. No existe la comunicación
Sócrates: palabra o concepto=definición universal a la que se llega mediante el diálogo. La
comunicación es posible pero… ¿supera el relativismo?
Platón: palabra o concepto=realidad objetiva independiente de lo que pensemos. La
comunicación es posible y se supera el relativismo.
3.2. La teoría de las ideas (ontología de Platón). El mito de la caverna.-
En el Libro VII de la República (que comentaremos en clase y es un firme candidato
como texto para la PAU) Platón expone su ontología (teoría del ser, de la realidad, de “lo qué
es o existe“) sirviéndose en bastantes ocasiones en sus diálogos de narraciones alegóricas,
metáforas o fábulas de lo que quiere realmente transmitir. ¿Qué narraciones alegóricas había
en la época de Platón? Los mitos (Acuérdate de Homero y Hesiodo). Así que Platón se servirá
de ellos para hacerse entender y de aquí que explique su ontología a través del famoso mito de
la caverna (ya deberías habértelo leído, que eres más vago/a que…)
Según la ontología platónica existen dos mundos: el inteligible o mundo de las ideas y
el sensible o mundo en el que vivimos.
A) El mundo inteligible: es un mundo trascendente, distinto del mundo en el que
vivimos. En este mundo es donde se encuentran las ideas (eidos). Las ideas tienen las
siguientes características:
1. Son entidades “incorpóreas”, no materiales. Son formas puras (una forma
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La filosofía de Platón
pura es algo así como un esquema, un arquetipo. Imagina el plano de un arquitecto. La casa
sería la realidad material propia del mundo sensible en el que vivimos normalmente mientras
que el plano sería la forma pura, la idea de la casa que existiría en el mundo inteligible).
2. Por eso no son perceptibles a través de los sentidos (vista, oído, etc.) sino
sólo a través de la razón. De aquí que estén en el mundo inteligible (no sensible).
3. Pero esto no implica que las ideas sean ideas en el sentido de la palabra que
nosotros entendemos, es decir, como algo que sólo existe en nuestra mente. Las ideas existen
de forma independiente de nuestra mente. Si no fuese así Platón, como ya dijimos antes, no
hubiera podido superar el relativismo sofista, ya que habría tantas ideas distintas como mentes
existen.
4. Son eternas e inmutables como el ser de Parménides. Platón pensaba que
sólo podemos tener conocimiento de lo que no cambia. Si las ideas fueran cambiantes, no
podríamos hacer ciencia sobre ellas (Piensa en un desierto lleno de dunas que cambian
constantemente su posición en función de fuertes rachas de viento ¿Es posible hacer un mapa
del desierto? No, la cartografía no puede hacer ciencia del desierto, sólo puede hacerlo de
cosas que no cambian tan rápido: una ciudad, las fronteras de un territorio, etc.). Platón tiene
aquí en su mente el modelo de las matemáticas (influencias pitagóricas): la suma de los lados
de un triángulo será siempre 180º y 2+2 siempre sumará 4. La geometría no trabaja con
figuras sensibles sino con figuras ideales perfectas que siempre han sido y serán así.
5. Las ideas son más reales que los seres naturales del mundo sensible.
Platón tiene una noción de realidad algo distinta que la nuestra. Para nosotros parece más real
algo que podemos tocar, ver, oler, etc. (realidad sensible) mientras que para Platón
precisamente lo que se eterno, lo que no cambia es más perfecto y más real que lo que nace y
muere, que lo efímero y constantemente cambiante.
6. Las acciones y los objetos que observamos en la realidad no son más que
copias de las ideas del mundo inteligible. Algo es real en la medida en que participa de la
idea de la que es copia. Nosotros seríamos hombres en la medida en que todos nosotros
tenemos algo en común que nos hace serlo: la idea de hombre, de la cual no somos más que
meras copias imperfectas que participamos, cada uno en su medida, de la perfección de la idea
(Imagina un molde para hacer galletas. Cada galleta que hagamos será diferente a las demás,
tendrá imperfecciones pues saldrán galletas más redondas que otras, más o menos rugosas,
etc. El molde del que salen todas las galletas sería la “idea de galleta” de la que todas las
galletas son copias imperfectas).
Pero, ¿es el mundo inteligible un lugar separado del mundo en el que vivimos, un
“paraíso celestial” donde se encuentran las ideas como si fuesen piezas de un museo,
inmóviles y eternas? Ciertamente esto puede parecer ridículo a una mentalidad como la
nuestra, pero, aunque Platón distingue en La República los dos mundos, hemos de asumir
que la naturaleza de las ideas no es material sino espiritual y algo de esta índole no necesita
“un lugar” para existir. Cuando tú te imaginas cualquier cosa o cuando realizas una operación
matemática con tu mente… ¿dónde está lo que imaginas o la operación que realizas? Podrías
responder: en mi cerebro, pero se podría objetarte: no, en tu cerebro sólo hay átomos que, al
combinarse, acaban por crear células, tejidos, etc. y si miraras todo eso con un microscopio
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La filosofía de Platón
jamás verías nada parecido a un pensamiento o a una operación matemática ¿Dónde está
entonces lo que pensamos? Según Platón en el mundo de las ideas, pero ese mundo, no tiene
por qué existir en ningún lugar en concreto, ya que su naturaleza no es material.
No obstante, Platón no tuvo nunca una visión clara de los tipos de ideas y de las
relaciones que se daban entre ellas, ni tampoco dejó claro que relación existía entre ambos
mundos. Muchos historiadores de la filosofía dudan de que Platón creyera realmente en la
existencia del mundo de las ideas como algo plenamente separado del mundo natural (aspecto
este que parece derivarse de El Parménides).
El mundo de las ideas tiene una estructura piramidal, jerarquizada, en la que existen
ideas más importantes que otras. En lo alto de la pirámide estaría la idea de Bien más debajo
de la cual estarían otras como la de justicia, templanza, valentía, belleza, etc. según su grado
de importancia. Esta idea de Bien no es sólo una idea más, sino algo que está por encima de
toda, dando unidad al ser (a todo lo que existe), pues todo es causado por ella; no es sólo la
causa del resto de las ideas, sino también del conocimiento, es la “luz suprema” que hace
inteligible toda la realidad, que la da sentido. Platón va a utilizar la metáfora del sol para
referirse a ella: el Sol como causa de la vida (las plantas, los seres vivos necesitamos el sol
para vivir) y de los ciclos naturales (el día, la noche, las estaciones) y, a su vez, la luz es lo
que permite la visión de la naturaleza (si es de noche no vemos nada), así que también es la
causa del conocimiento (tenemos que observar, que ver para conocer. Lo oscuro es lo que
desconocemos).
B) El mundo sensible: es el mundo natural, en el que vivimos. Es un mundo material
y, por lo tanto imperfecto (la materia es un principio de imperfección. Para Platón, en general,
cuando más te alejas de lo material más perfecto es todo. Piensa en cuando hablamos de un
“amor platónico” ¿No te sugiere que es un amor más perfecto, mejor, que un amor meramente
carnal?). Es un mundo sometido a continuo devenir, a constante cambio (como decía
Heráclito), del que no puede existir auténtico conocimiento (sólo puede existir conocimiento
de lo que no cambia. Recuerda que no podemos hacer un mapa de un desierto).
a) El problema del arkhé: Para hablar del mundo sensible Platón también se enfrenta a
la cuestión del arkhé, también teorizará sobre cuáles son los componentes últimos de la
materia. Según él no habrá un único principio sino varios, los clásicos cuatro elementos de
Empédocles: agua, tierra, fuego y aire. La diferencia que introducirá Platón es que vinculará
cada elemento a los cinco poliedros regulares: tetraedro, cubo, octaedro, icosaedro y
dodecaedro (influencias claras del pitagorismo). Todo lo que existe será una combinación de
estas formas geométricas (sin embargo, Platón no es atomista, ya que estos poliedros pueden
dividirse en formas más pequeñas al contrario que los átomos de Demócrito y Leucipo,
recombinándose luego para pasar de un elemento a otro. Por ejemplo, un icosaedro está
formado por veinte caras triangulares que si los descomponemos en los triángulos que lo
conforman podemos formar, por ejemplo, un octaedro). Se asignara un poliedro a cada
elemento según sus cualidades físicas. Al fuego le corresponderá el tetraedro porque es el
poliedro más pequeño, móvil y agudo de los cinco, de manera que puede penetrar más
fácilmente en todas las cosas y provocar su alteración (el fuego transforma todo lo que toca).
A la tierra le corresponderá el cubo ya que presenta una mayor estabilidad y resistencia al
cambio que ningún otro poliedro. El octaedro irá asociado al aire, el icosaedro al agua,
mientras que el dodecaedro le sirve a Platón para explicar la estructura del Cosmos,
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La filosofía de Platón
considerado en su totalidad. Viendo la similitud entre el dodecaedro y la esfera, Platón
concibe el Universo como una enorme esfera que gira de modo que las partículas que contiene
no pueden escapar sino que vuelven sobre sí mismas, chocando y empujándose sin cesar. Es
importante comprender que este Cosmos al que nos referimos es concebido como una realidad
viviente. El Cosmos posee un cuerpo material y un alma que será la responsable de su
movimiento circular, de su orden y armonía. Así el Universo es un gran organismo vivo
(modelo biologicista muy distinto al que nosotros concebimos hoy en día: nuestro Universo
no nos parece un ser vivo).
b) El mito del Demiurgo: En El Timeo, Platón nos explica el origen del Universo: en
un principio estaban el mundo de las ideas, el Demiurgo (un supremo hacedor o artesano) y
una masa caótica e informe. Esta masa estaba en un continuo y azaroso cambio, por lo que era
sumamente imperfecta. En un determinado momento, el Demiurgo, tomando el mundo de las
ideas como modelo, fue trabajando como un escultor sobre esa masa caótica, introduciendo en
ella el orden y la armonía propios del mundo inteligible, haciendo todas las cosas siguiendo
como patrón su correspondiente arquetipo del mundo de las ideas. Así, el movimiento azaroso
de la materia caótica se fue convirtiendo en un movimiento armónico en tanto que imita la
perfección propia del mundo de las ideas.
3.3. La relación entre ambos mundos: Mímesis y Méthesis.La relación entre ambos mundos es, como ya hemos dicho, de mímesis o de copia: los
objetos son copias imperfectas de las ideas que son reales en la medida en la que “conservan
algo” de la idea original. En el mundo sensible, al igual que en el inteligible, los seres
naturales también tienen una estructura jerárquica de forma piramidal (lógico, si el mundo
sensible es una copia del inteligible, tendrá la misma estructura).
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La filosofía de Platón
Los astros serían los seres más perfectos del mundo
sensible, ya que mantienen movimientos regulares (las
órbitas) y, en la mentalidad griega de la época, parecían
hechos de un material difícilmente corrompible (los
planetas parecen siempre iguales, más eternos e inmutables
que cualquier otra cosa). Después vendría el hombre y los
seres vivos, luego los seres inertes para terminar con las
sobras, los reflejos y las obras de arte. Estos últimos, al ser
copias de copias (un reflejo es una copia de lo reflejado o
una obra de arte es una copia del objeto que representa), se
alejan más de la idea originaria que cualquier otro ser
(Sócrates estaría más cerca de la idea de hombre que una
escultura que representa a Sócrates, ya que ésta sería una
copia imperfecta de un hombre que, a su vez, es una copia
imperfecta de una idea).
En el diálogo El Parménides, Platón apunta hacia
otro tipo de relación entre ambos mundos: la méthesis o
participación. Las ideas participan de la idea de bien del
mismo modo que los seres del mundo sensible participan de las ideas. Es decir, que todas las
cosas que existen “toman parte”, “tienen un trozo” de las ideas, del mismo modo que todas las
ideas “toman parte” igualmente de la idea de bien.
Problema: según Parménides, el ser es uno y absolutamente indivisible ya que si lo
dividimos en partes, el ser cambia en cierto sentido: antes era uno y después sería muchos.
Pero no sólo violamos este principio de Parménides, sino que el principal problema va a
estribar en que si las ideas “comparten” partes de sí mismas en todos los objetos… ¿en
cuántas partes podemos dividir una idea hasta que se acaba? (todo lo que es divisible, lo es en
virtud de que es finito, de que puede acabarse? ¿Podríamos dividir una idea hasta que ya no
pudiéramos “partirla en más trozos”? A estos problemas Platón no da una respuesta
satisfactoria si bien podríamos afirmar que la relación de mímesis parece menos problemática
que la de methesis.
4. Teoría del conocimiento y antropología.La teoría del conocimiento platónica, al igual que su ontología, no se encuentra
expuesta en los diálogos de forma sistemática, sino dispersa y cambiante a lo largo de toda su
obra. No obstante, al final del libro VI de La República y en algunas partes del libro VII,
podemos encontrar sus ideas fundamentales.
A grandes rasgos, la concepción del conocimiento o gnoseología de Platón sería la
siguiente:
1. El conocimiento no puede ser relativo, sino algo infalible acerca de lo real. El
conocimiento ha de ser certero, ha de contener verdades universales.
2. La percepción sensible no debe identificarse con el conocimiento verdadero, ya
que los sentidos nos engañan en muchas ocasiones (si metemos una pajita y la
introducimos en una jarra de agua, vemos como por la línea de flotación, la pajita
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La filosofía de Platón
parece quebrada, ya no es recta. Va a ser la razón la que nos persuada de que la
pajita no está realmente rota). Además, las verdades de las matemáticas (de nuevo
las influencias de los pitagóricos), no nos llegan por los sentidos y son bastante
certeras. Percibir no es conocer.
3. Platón, acepta de los sofistas que el conocimiento que viene de los sentidos es
subjetivo, es decir, que cada uno conformará su propio conocimiento según como
perciba la realidad. Por eso, el conocimiento sensible, siempre será un
conocimiento subjetivo, relativo al propio sujeto. Pero, el conocimiento al que
llegamos mediante la razón no tiene esa naturaleza subjetiva: 2+2 serás siempre 4
independientemente de que cada individuo lo decida así o no.
4. Pero no es sólo por el carácter subjetivo o relativo de las percepciones por lo que
Platón rechaza el conocimiento sensible, sino porque la misma realidad sensible
no permite un conocimiento objetivo: las cosas particulares, sensibles de este
mundo material, no son objetos de conocimiento científico, pues son corruptibles y
están sometidos a un incesante devenir en el que no hay nada estable.
5. Y aquí llegamos a la clave fundamental de la gnoseología platónica: A CADA
TIPO DE SER LE CORRESPONDE UN TIPO DE SABER: a cada ser, en
virtud de lo perfecto que sea, le corresponderá un saber más perfecto, por lo que
platón establecerá una tipología de saberes, según los distintos tipos de seres.
4.1. La alegoría de la línea dividida.Platón vuelve a expresar su pensamiento a través de una alegoría o relato metafórico.
Es la famosa alegoría de la línea dividida, en donde Platón nos resume su gnoseología. En
ella, Platón pide a Glaucón que divida una línea en dos segmentos:
a) Primera sección: representará la Ciencia o Epísteme, el auténtico conocimiento.
Este tipo de conocimiento corresponde al mundo de las ideas. Como hemos visto, sólo es
posible la auténtica ciencia del mundo inteligible, dadas las características que de él hemos
descrito. A su vez, este segmento se divide en otros dos:
- Primera subsección: corresponde al conocimiento de las ideas. Es el saber
más supremo al que puede aspirar un hombre, coronado por el conocimiento de la idea de
bien, cúspide más alta del saber. A este conocimiento Platón lo llama inteligencia o noésis.
- Segunda subsección: corresponde a un conocimiento que también puede
considerarse "científico" si bien es de grado inferior al anterior. Su objeto serán los
mathématas o "entes matemáticos". Las matemáticas funcionan con objetos abstractos
(números, polígonos, funciones...) que no son materiales (si bien pueden ser representados),
pero entonces... ¿por qué el conocimiento matemático tiene un rango inferior a la noésis o
conocimiento de las ideas? ¿Acaso la geometría, cuando juega con un triángulo perfecto no
está jugando con la idea de triángulo y, por lo tanto, con una idea más? En cierto sentido sí,
pero recuerda que a Platón lo que le interesa es la política (construir una república ideal) por
lo que las ideas que más le interesan son las de bien o justicia, teniendo las demás ideas (la de
triángulo, por ejemplo) un rango inferior. Además, las matemáticas funcionan con axiomas o
principios que son hipotéticos (los aceptamos pero no los podemos demostrar). De estos
axiomas se deduce el resto del sistema matemático. Pero, como ya dijimos, a Platón sólo le
interesa el conocimiento absolutamente verdadero, del que podamos tener máxima certeza,
por lo que si las matemáticas se fundamentan en meras hipótesis indemostrables, el saber
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La filosofía de Platón
matemático será inferior al saber sobre las ideas. En La República Platón dirá que hay que
superar el conocimiento hipotético de las matemáticas para alcanzar los principios mismos de
todas las cosas: las ideas y, sobre todo, la idea de bien. A este conocimiento Platón lo llama
pensamiento o dianoia.
b) Segunda sección: representa la Opinión o doxa (recuerda que esta misma división
la hacía ya Parménides: los dos caminos, la vía del ser o de la verdad o aletheia y la vía del
no-ser impracticable o de la doxa del vulgo). La opinión de las gentes no es auténtico
conocimiento y, como es lógico, pertenece al mundo sensible, es el conocimiento que de él
podemos tener. De la phisys no es posible el conocimiento, sólo mera opinión. También se
subdivide en dos partes:
- Primera subsección: correspondiente al saber propio de los seres sensibles. Es
el conocimiento que nos viene dado a través de los sentidos. Dado el carácter cambiante y
corruptible del mundo natural, los objetos materiales no son objeto de conocimiento
científico, sino de un saber muy inferior al que Platón llama Pistis o creencia.
- Segunda subsección: corresponde al conocimiento que se tiene de objetos
como las sombras, los reflejos o las obras de arte. Al ser estos objetos "copias de copias",
imágenes de objetos sensibles, su grado de realidad es inferior y, por lo tanto, su grado de
inteligibilidad también. A este tipo de saber, Platón lo denomina Eikasía, Conjetura o
imaginación.
Mundo
Mundo
inteligible
(Eterno,
inmutable)
Tipo de conocimiento
Epísteme
Noesis
(Ciencia)
Mundo
sensible
(Cambiante,
corruptible)
Doxa
(Opinión)
Dianoia
Pistis
Eikasía
Objeto al que se refiere
Conocimiento de las ideas. Saber
supremo del que obtenemos
verdades universales.
Conocimiento
de
los
entes
matemáticos.
Conocimiento de los seres del
mundo sensible.
Conocimiento de sombras, reflejos
y obras de arte. Es el saber más
inferior, sobre el que tenemos
menos seguridad.
Como observamos en la tabla, cuánto más nos alejamos de lo que nosotros
consideramos hoy en día como más real (el mundo natural lleno de cosas que podemos ver,
tocas, saborear, etc.) hacia lo más etéreo, espiritual o abstracto, tanto más científico y superior
será nuestro conocimiento. Platón pensaría que la ciencia contemporánea (física, biología,
etc.) es un saber menor que no tiene apenas certeza alguna de lo que afirma.
4.2. Razón y sentidos, alma y cuerpo. La antropología platónica.Platón concibe al hombre como una dualidad, como una división en dos partes: alma y
cuerpo. Como podrás deducir fácilmente después de lo que llevamos explicado hasta ahora, el
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La filosofía de Platón
cuerpo va a ser un lastre para el conocimiento, para llegar a conocer. Los sentidos, como
partes del cuerpo, nos dan información del mundo que nos rodea, pero nos dan una
información dudosa acerca de él (Pistis). Si queremos realmente llegar a conocer la verdad, lo
hemos hacer alejándonos de lo sensible, sólo por medio del alma y, concretamente, con la
parte del alma cuya función es conocer: la razón.
Siguiendo con la antropología decimos que el hombre es un compuesto de dos
sustancias radicalmente distintas: el cuerpo y el alma. El cuerpo es material y, por lo tanto,
perecedero, corruptible o cambiante, mientras que el alma (no toda ella, sólo alguna de sus
partes) es inmortal. Platón hereda la creencia pitagórica en la inmortalidad del alma y en la
transmigración o metempsícosis de ésta (recuerda el ciclo de las reencarnaciones
purificadoras de los pitagóricos). Cuando morimos, el cuerpo muere y el alma se reencarna en
otro ser en función de su actuación en la vida, hasta que al final, si ha sido "muy, muy bueno"
se irá a la Isla de los Bienaventurados. El cuerpo es "la cárcel del alma" y la muerte es la
liberación del filósofo (Sócrates, no temía morir y murió felizmente. Recuerda que entre el
destierro y la muerte, eligió lo segundo). El hombre que ha sido malo, lo ha sido en virtud de
que estaba demasiado apegado al cuerpo, de que se alma se aferraba demasiado a lo material.
Por ello, conocer la verdad y alcanzar la areté o excelencia se consigue en el proceso de
alejamiento progresivo del alma del cuerpo, con la ascensión de ésta hacia el mundo
inteligible para lo cual debe "desembarazarse de las cadenas que la atan al cuerpo".
4.3.1. Anámnesis o reminiscencia. Conocer es recordar.El mundo sensible se caracteriza por la particularidad de sus objetos, es decir, que en
el mundo no existen dos objetos exactamente iguales. Todo son copias imperfectas y, en
virtud de su imperfección, son diferentes. En El Fedón Platón cuenta a Simmias que cada vez
que se contemplan dos troncos, siendo ambos diferentes, nos viene a la mente la idea de
igualdad. De ambos podemos decir que son troncos, por muy diferentes que sean. Ese
conocimiento no puede venirnos a través de los sentidos, ya que mediante ellos sólo
percibimos objetos particulares, objetos únicos, diferentes de todos los demás. ¿Cómo
captamos entonces la idea de igualdad entre los dos troncos? Porque, de algún modo, esa idea
estaba ya en nuestra mente antes de cualquier percepción del mundo sensible y, el hecho de
percibir dos troncos, nos la ha recordado. Este conocimiento no puede surgir de la experiencia
sino que ya hemos nacido con él. Entonces, el conocimiento platónico se caracteriza por:
a) Es innato: hemos nacido con él y permanece de algún modo "latente", "a la espera",
hasta que percibimos un objeto sensible que nos lo recuerda.
b) Es a priori: a priori significa previo a la experiencia. Está antes de la experiencia y
la experiencia lo hace surgir de su "estado latente".
Y de aquí que:
a) Conocer es recordar (reminiscencia o anámnesis): hay algo en nosotros que es
anterior a esta vida y que ha conocido o contemplado a los "seres en sí", a las ideas: el alma
inmortal.
b) Por eso, la verdad no hay que buscarla en los datos de la experiencia sino en
nuestro interior, pues la verdad ya está en el alma, sólo debemos descubrirla, recordarla.
c) Platón nos va a decir que el método del conocimiento verdadero, el método a través
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La filosofía de Platón
del cual se consigue la noesis, es el dialéctico. Mediante la dialéctica nos alejamos del mundo
sensible y redescubrimos los primeros principios de los seres (las ideas), para, poco a poco y
tras un largo proceso de conocimiento, llegar al principio que le da sentido y unidad al todo: la
idea de bien. La dialéctica no va a ser un método de demostración como el de las matemáticas
o la lógica, sino de descubrimiento de las ideas y sus conexiones. Al final del camino, el sabio
contempla la idea de bien (lo más abstracto, lo más alejado del mundo sensible que existe) y,
en consecuencia, es capaz de obrar bien, de ser plenamente justo. Recordamos de nuevo que
el objetivo de la filosofía de Platón es político: el sabio que ha contemplado la idea de bien y
que puede entonces obrar bien es el único capacitado para gobernar la polis, ya que la
gestionará en función de esta idea, es decir, la gobernará persiguiendo siempre el bien y la
justicia (Recuerda el intelectualismo moral de Sócrates: antes de hacer el bien primero has
de conocerlo).
d) En El Banquete, Platón nos hablará de otro método para llegar a la verdad distinto
al dialéctico: la erótica. El bien ejerce una atracción, un deseo sobre el filósofo (ya que el
filósofo es quien "ama el saber") que tiene tanta fuerza que éste puede llegar a alcanzar la
verdad suprema sin seguir el método dialéctico, sino por mera intuición. Aquí encontramos al
Platón más "místico" (unión con el ser supremo mediante el amor: "éxtasis místico").
4.3.2. La naturaleza del alma (psicología).En El Fedro, Platón explica otro famoso mito: el mito del auriga. El alma humana es
como un carro del que tiran dos caballos, uno blanco y otro negro:
a) El caballo negro representa la parte del alma más apegada al mundo sensible, a las
pasiones del cuerpo (alma concupiscible o apetitiva). Situada en el hígado, no es
inmortal y perece al morir el cuerpo Es un caballo revoltoso, difícil de llevar.
b) El caballo blanco representa el alma irascible (la voluntad) y es un caballo dócil y
obediente. En el alma irascible se encuentran el valor y la voluntad y, según Platón, se
encuentra situada en el pecho.
c) El auriga es la parte más importante del carro, pues es quien lo conduce, y simboliza
la parte racional del alma. Es la parte más noble del alma, la que es propiamente
inmortal, y mediante la cual obtenemos el conocimiento más elevado y la vida buena y
justa. Se identifica con la razón y es la que faculta al hombre para la consecución del
bien y la justicia. Según Platón, está situada en el cerebro.
Platón divide el alma humana en tres: racional, apetitiva e irascible. La parte racional
quiere llevar el carro hacia el mundo de las ideas pero el caballo negro, que está muy apegado
a lo corporal, quiere impedírselo (por ello es indócil). Dependiendo de los logros del alma
racional, en la siguiente reencarnación, seremos alguien mejor o peor. Si nos hemos acercado
mucho a la idea de bien, si hemos sido sabios y justos, nos reencarnaremos en un ser mejor,
pero si hemos estado demasiado apegados a lo sensible (el corcel negro ha dominado el
carro), iremos hacia un ser inferior. Queda de nuevo claro, la postura de Platón con respecto al
mundo sensible: es una cárcel de la que tenemos que ir escapando poco a poco, en las
sucesivas reencarnaciones.
Esta idea de la negación del cuerpo y de sus pasiones será una constante en la historia
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La filosofía de Platón
de la filosofía hasta, prácticamente, el siglo XIX. Por lo general, la mayoría de los filósofos
asociarán el cuerpo con la parte emocional, pasional del ser humano, y, lo entenderán
habitualmente como un obstáculo para llegar a la verdad o para ser virtuosos. Esto en cierto
modo es verdad. Piensa cuando estás nervioso a la hora de hacer un examen: tus pasiones te
impiden estar concentrado y hacerlo bien. O cuando no puedes dormir porque hay algo que te
preocupa, o cuando estás enamorado/a y no puedes pensar en otra cosa. Las pasiones nos
perturban y sólo mediante la razón podemos controlarlas.
5. La ética platónica.Platón (y en general, casi toda la ética posterior a él) va a rechazar cualquier tipo de
individualismo ético. Los sofistas y la moral agonal anterior (recuerda los valores
aristocráticos de Homero) defendían una moral individual, es decir, buscar lo mejor para uno
mismo. Los guerreros aqueos de La Iliada buscaban la gloria personal mientras que los
alumnos aventajados de los sofistas buscaban el poder a través de la política. Pues bien, tanto
Platón como Aristóteles irán en contra de todo egoísmo, de todo buscar el bien individual por
encima del bien común. Repetimos de nuevo que el objetivo fundamental de toda la filosofía
platónica es la construcción de un estado político ideal, por lo que ética y política van a estar
íntimamente relacionadas: el bien social, el bien de la polis estará por encima de cualquier
interés individual.
Y de forma sistemática, las características más destacadas de la ética platónica serán:
a) Valores objetivos universales: Platón continúa el proyecto socrático de encontrar
unas definiciones universales a los principales conceptos éticos: bien, virtud, justicia, etc. para
superar el relativismo sofista. La solución, como ya hemos visto, la encuentra en las ideas.
b) Intelectualismo moral: si para hacer el bien hay que conocerlo, el hombre más
sabio (el que más conoce) será el más virtuoso. El mal, entonces, procede de la ignorancia. Si
el auriga que ha dejado que sus caballos se desboquen es porque desconocía el camino.
c) La sabiduría es la virtud suprema: la plena realización del ser humano, la
perfección absoluta es conseguida cuando el sujeto conoce la verdad suprema (idea de bien).
El hombre que conozca la idea de bien será plenamente virtuoso y feliz.
d) Ética eudaimonista: eudaimonía significa en griego felicidad. El fin u objetivo que
persigue el ser humano es un pleno desarrollo intelectual y, por lo tanto, moral; lo que le
llevará a la plena felicidad.
e) Platón nos enseña cuatro virtudes principales: la sabiduría, la fortaleza de ánimo
o valentía, la templanza o moderación y, finalmente, la justicia. Las tres primeras se
corresponden con las tres partes del alma (alma racional: sabiduría; alma volitiva: valentía;
alma concupiscible: moderación) mientras que la justicia será la virtud general que se dará
cuando en el individuo se de un equilibrio entre las tres partes de su alma. Así, el hombre
justo será siempre sabio y conducirá su vida con valentía (el caballo blanco del mito del
auriga) y con moderación (el caballo negro del mito del auriga).
f) El mito del destino: este mito se esboza en El Fedro y se debate al final de La
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La filosofía de Platón
República. En él, Platón nos viene a decir que no es la divinidad la dueña de nuestro destino
(como ocurría en La Iliada), sino que los hombres pueden dárselo a sí mismos, lo cual viene a
reafirmar la libertad del hombre frente a su destino. Va a ser el hombre el que mediante su
conocimiento y, en consecuencia, mediante sus actos elija en último término su futuro.
Dependiendo de su actuación en vida, y no por el capricho de los dioses, el individuo que
acaba de morir se reencarnará en otro ser o romperá el ciclo de las reencarnaciones.
Como ves, el conocimiento y la ética están íntimamente ligados en la ética platónica,
siguiendo el intelectualismo moral de Sócrates. Y del mismo modo, siguiendo las enseñanzas
del maestro, Platón dará una vital importancia a la educación. La virtud, el hecho de "ser
buenos" no es algo con lo que se nace (como se pensaba en cierto sentido en los mitos
homéricos con la idea de linaje: si tu padre era alguien virtuoso o, incluso un dios, tú habrás
heredado hasta cierto punto sus características) sino que tiene que educarse, perfeccionarse.
5. La política.La vida griega era esencialmente comunal, vivida en el seno de una ciudad-estado e
inconcebible fuera de ella, hasta tal punto que a ningún griego genuino se le habría ocurrido
que alguien pudiera ser un hombre bueno y cabal manteniéndose completamente ajeno al
estado, puesto que sólo en la sociedad y, gracias a ella, es posible que el hombre viva como es
debido. De hecho, los griegos mantenían un alto chauvinismo con su cultura, considerando a
las demás como inferiores a ellos. Los extranjeros eran considerados como "bárbaros", como
gentes embrutecidas e ignorantes.
Así, para Platón, la ética va a ser inseparable de la política: un hombre sólo puede ser
virtuoso en el seno de la polis y nunca fuera de ella. Si queremos entonces conseguir hombres
sabios y felices no nos queda otro remedio que construir un estado que lo posibilite: Platón
escribe entonces La República.
6.1. El origen del Estado.La polis nace porque nadie se basta a sí mismo para abastecerse de lo necesario para
vivir y desarrollarse como ser humano. La necesidad de alimentos, vestido, vivienda, etc. hace
imprescindible la presencia de agricultores, pastores, artesanos, etc.; la necesidad de importar
y exportar productos requiere la presencia de comerciantes; la de defender la polis y mantener
el orden en ella, hace necesarios a los guardianes o guerreros; y para que todo esté bien
gestionado, bien gobernado, hace falta una clase de hombres sabios y justos que enfoquen
todo hacia el bien común.
6.2. Las clases sociales.La división de una sociedad en clases no debe ser caprichoso ni dejarse en manos del
azar; tampoco debe obedecer al seno de la familia en la que se nace, sino que debe seguirse de
una adecuada planificación pensada para el perfecto desarrollo de los ciudadanos.
Entonces Platón va a distinguir tres clases sociales en virtud de las partes del alma. A
saber:
a) Los gobernantes: deben ser los filósofos. Éstos conocen la idea de bien y deben
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La filosofía de Platón
gobernar conforme a ella. Serían los individuos que tienen más desarrollado el aspecto
racional de su alma y, en consecuencia, sus virtudes serían la prudencia y la sabiduría.
b) Los guardianes: serán los guerreros encargados de la defensa de la polis. En su
alma reina el aspecto fogoso o volitivo y sus virtudes serán el valor y la fortaleza.
c) Los productores: encargados del mantenimiento material de la polis. En su alma
reinaría el elemento apetitivo por lo que su virtud sería la de la templanza.
Platón no va a construir su sistema político analizando los diversos sistemas de las
ciudades o estados de su tiempo, sino que lo va a construir a partir de su antropología, de lo
que él considera como naturaleza humana. Platón razonaría algo así: si queremos construir un
sistema político en el que el hombre sea feliz, primero hemos de saber qué es el hombre, para,
en virtud de ello, construir el sistema. Nótese que esta forma de hacer las cosas es bastante
apriorista (ajeno a la experiencia). Platón parte de una determinada concepción del hombre
para crear el Estado, pero no se digna a analizar pormenorizadamente como funcionan otras
poleis u otras sociedades de su época. Como veremos posteriormente, esta forma de actuar
será diametralmente opuesta a la de su discípulo Aristóteles.
6.3. La educación.¿Cómo saber qué parte del alma es la predominante en cada persona? Mediante la
educación (paideia). Platón, al igual que Sócrates y los sofistas, daba mucha importancia a la
educación. Los hombres sabios serán los encargados de la educación de los niños y de las
niñas (éstas tienen alma al igual que los hombres y pueden llegar igualmente a ser
gobernantes), y decidirán qué almas están dotadas para tal o cual tarea. La educación, como
columna vertebral del sistema platónico, será un derecho para todo ciudadano. El plan
educativo debe comenzar por la música y la gimnasia (disciplinas muy corporales pero que
nos introducen en el equilibrio y la armonía entre las partes y el todo); se proseguirá con la
aritmética, la geometría y la astronomía, que ya son ciencias de la razón; y, finalmente, los
que hayan superado el difícil sistema educativo (hayan subido la escarpada salida de la
caverna, como ya deberías saber si hubieses leído el texto) y tras ser sometidos a un duro
periodo de prueba para estar plenamente seguros de la calidad de su alma, serán educados en
la dialéctica para que lleguen a conocer la auténtica realidad (la de las ideas) y contemplen la
idea de bien. Sólo entonces estarán preparados para ser gobernantes. Los que se hayan
quedado en el camino serán guardianes, o aún más abajo, productores.
6.4. Comunismo de bienes y familiar.Para que un alumno no pueda engañar a sus educadores, mostrando cualidades de
hombre sabio y justo, cuando realmente está demasiado aferrado al cuerpo y lo que busca es
poder y riqueza, Platón propone eliminar la propiedad privada entre las clases de más
responsabilidad política (guardianes y gobernantes). La familia también entraría dentro de este
comunismo: Los hijos no tendrán un padre definido y todos serán tratados y educados por
igual, para el bien del Estado. Incluso las relaciones sexuales estarían controladas por éste,
estableciendo las parejas más oportunas y las fechas más adecuadas para la relación (Platón
cae en cierta eugenesia). No obstante, ya en el Libro V de La República, Platón duda de la
viabilidad de todo esto y lo critica en sus escritos de vejez.
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La filosofía de Platón
6.5. El concepto de justicia.La justicia es el tema fundamental que inspira La República. El camino seguido
consiste en rechazar diferentes concepciones de la justicia, antes de emprender una tarea
constructiva. En el Libro I se rechazan distintas concepciones equívocas: La justicia no es sólo
decir la verdad, ni devolver lo que se ha recibido, ni dar a cada cual lo que se le debe, ni
mucho menos en el interés del más fuerte, ni tampoco al contrario, en una convención
establecida como ley por los hombres, frente a la ley natural, para proteger a los débiles frente
a los fuertes. Estos modos erróneos de concebir la justicia han llevado al hombre a desarrollar
distintos tipos de gobierno que llevan, necesariamente, a la injusticia: la tiranía, el peor
sistema posible, no es viable ya que es el gobierno de uno de un modo injusto y abusivo; la
democracia cae en la demagogia y en la obtención de bienes personales sobre el bien de la
polis; los mejores sistemas serían el monárquico o el oligárquico, siempre que se lleven a cabo
de un modo sabio y justo.
¿Qué es entonces la justicia? La justicia en la ciudad y en el hombre individual es
esencialmente lo mismo. En el individuo consiste en una virtud del alma, cuyo objetivo es
conseguir que reinen el orden y la armonía (influencias pitagóricas) entre los diversos
elementos que la constituyen (racional, fogoso y apetitivo), para que cada uno realice la
función que le corresponde dentro del compuesto humano. Algo similar ocurre en la polis,
concebida por Platón de un modo organicista, como un gran cuerpo u organismo biológico. La
polis es un gran todo constituido por individuos, familias y clases sociales, con actividades e
intereses muy distintos (al igual que el cuerpo humano está constituido por diversos órganos,
cada uno de los cuales tiene una función dada). La justicia en la polis será entonces la
consecución del orden riguroso que redujera la diversidad a la unidad, asignando a cada parte
el lugar y la función que le corresponden dentro de la totalidad. Es decir, la justicia se da
cuando cada parte hace la función que le corresponde dentro del todo. Se ve claramente
la influencia pitagórica en esta definición: Platón busca la armonía, el equilibrio entre el todo
y las partes.
7. Conclusiones y crítica.Platón influirá decisivamente en los teóricos de la política, sobre todo a partir del
Renacimiento (sin olvidar las influencias en la concepción de San Agustín). Será
revolucionaria su búsqueda escrupulosa de valores universales para guiar la acción común, a
través de la razón, sin implorar a otras categorías como la tradición o poderes sobrehumanos
como los poseídos por los dioses. No hay más que ver las propuestas modernas de Hobbes o
Spinoza (de los que veremos algo en clase si nos da tiempo) para ver que siguen esta línea.
También será ejemplar su crítica al relativismo y a la retórica, reinantes en la democracia.
Ejemplo que bien se puede aplicar hoy en día. Igualmente es revolucionaria su concepción
positiva de la mujer (denostada desde Aristóteles hasta casi nuestros días) y la importancia
que le dio a la educación y a la eliminación de la propiedad privada (elementos retomados por
pensadores como Rousseau o gran parte del socialismo utópico e incluso del anarquismo).
Sin embargo, su sistema no está libre de errores. Sus críticos han seguido,
principalmente estas tres líneas:
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La filosofía de Platón
a) Referente a la forma: al contrario que Aristóteles, el sistema platónico no tiene en
cuenta las diversas formas de gobierno imperantes en su tiempo. Platón no analiza
pormenorizadamente los distintos gobiernos en busca de mejorar sus defectos para llegar a
una propuesta más realista, sino que se aleja de la experiencia y se guía únicamente por el
interior de la razón. Su teoría política adolece de apriorismo.
b) Referente al contenido: el bien del Estado está por encima del individuo. La
rigurosidad con la que el Estado decide el destino de sus individuos (incluyendo aspectos de
su vida privada), lleva a un Estado totalitario que deja muy restringido el margen de la
libertad. Uno de los principios de la política nacionalsocialista de Hitler decía "Tú no eres
nada, tu nación lo es todo". Es lo que va a criticar Karl Popper en La sociedad abierta y sus
enemigos: todo Estado que se ponga por encima de sus individuos, tarde o temprano, verá
bien prescindir de ellos.
c) Referente a la forma y al contenido: ese apriorismo formal y esa forma totalitaria
de entender el Estado, llevan a La República a caer inexorablemente en la utopía. En
general, el idealismo de la teoría platónica, que ve como más real lo que nosotros
consideraríamos como de más dudosa existencia, alejándose siempre progresivamente de lo
corporal y lo material, no podía llevar a otro lugar que no fuera lo inconcebible. Si bien Platón
no pudo llegar a poner en práctica su proyecto en vida (recuerda que lo intentó sin éxito en
Siracusa), es muy dudoso que su sistema pudiera llegar a funcionar. Sin embargo, este aspecto
que a primera vista parece negativo, influyó mucho en todo el pensamiento utópico que se dio
a partir del Renacimiento y que tendrá gran influencia durante toda la ilustración y llegará
hasta nuestros días: a Platón le deben mucho desde Moró y Campanella, hasta Orwell y
Huxley.
EXTRAS:
Si Platón te ha gustado, cosa que dudo mucho, existe una novela titulada Un mundo feliz de
Aldous Huxley que podría interesarte. En ella, se presenta una sociedad futurista en la que la
ingeniería genética hace posible diseñar a individuos con unas características determinadas.
La sociedad va a estructurarse en clases muy parecidas a las de Platón: los Alfa serán los más
inteligentes que se dedicarán al gobierno y a los trabajos intelectuales, los Beta serán los
militares y la policía y los Epsilon serán los desechos sociales que se encargarán de las tareas
más vanas: limpiadores, basureros, ascensoristas, etc. Pero ocurre algo raro... un individuo de
tipo Alfa comienza a cuestionar el sistema...
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