EL PRESIDENTE Y LOS EVANGÈLICOS Eduardo Quirós Sánchez El candidato a la Presidencia de la República, Dr. Alan García Pérez, cuando desarrollaba una fatigosa campaña por la segunda vuelta, al término de ella tuvo una expresión que para mí constituye una especie de predicción del futuro inmediato. Dijo con firmeza y con mucha fe: “Todo lo dejo en las manos de Dios”. Es la primera vez que un político en ese trance, aunque no profese la fe cristiana, tiene la sinceridad de reconocer que todo lo que acontece en el mundo se debe a la voluntad de Dios. Ese día, tuve la percepción de que la suerte ya estaba echada favor de Alan, aunque su opositor, Ollanta Humala y su esposa Nadine alardeaban con seguridad de que éste sería el nuevo Presidente, por eso decía: “Yo en mi gobierno bajaré la gasolina en un 30%” bla, bla, bla. Estoy absolutamente convencido de que Dios ya ha empezado a derramar bendiciones sobre este país, en el que hay miles de soberbios, incrédulos, de los que no se cansan de recordar a Alan su primer gobierno. Quien no haya cometido un error por cualquier concepto, en este mundo, no debe estar aquí sino en el cielo. Alan falló, reconoció sus errores, está arrepentido y ha prometido no repetirlos porque en veinte años ha madurado lo suficiente, y ha soportado los más duros ataques. Ahora merece el respaldo de todos los peruanos, siempre que entiendan que con odios y resquemores, con agresiones verbales y falsas presunciones, no llegamos a ningún sitio. Alan García se convirtió en Presidente Constitucional del Perú el 28 de julio, con asistencia de mandatarios y representantes de tantos países como no ha ocurrido con los últimos gobernantes. Con un mensaje mesurado pero claro, severo en algunos pasajes, al referirse al dispendio de Alejandro Toledo, sincero y decisivo en las ofertas que se cumplirían de inmediato mediante Decretos Supremos que ya los llevó hechos, mereció el aplauso de todos los que estaban presentes en el hemiciclo del congreso y la alegría de todos los peruanos que seguían por televisión la solemne ceremonia. El señor Humberto Lay Sun es un empresario próspero, Pastor de una iglesia evangélica, que sin recursos económicos para realizar una campaña electoral millonaria, como las de otros partidos, formó una agrupación pequeña que logró pasar la valla electoral del 4% como no lo alcanzaron veinte agrupaciones similares. Su amplio respaldo al nuevo Presidente por la coincidencia en sus propuestas ha fortalecido loa lazos de amistad y por ello invitó a Alan a una ceremonia evangélica de Acción de Gracias. El mandatario, en compañía de la Presidenta del Congreso, Mercedes Cabanillas y varios de sus Ministros, concurrió a la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera de la Avenida Brasil. El pastor de la iglesia Evangélica Emmanuel, Manuel Bardales, fue encargado de conducir la ceremonia, de gran recogimiento y con una asistencia masiva de fieles y público. Un niño le obsequió una Biblia y el Presidente al agradecer dijo: “Somos hermanos en Cristo y por Dios” ¿Hubo algo de ma lo en la actitud del Presidente? El lunes 31 de julio, varias publicaciones se escandalizaron por este hecho. El diario La Razòn, dirigido por Rafael Cadenas Mujica abre página con la siguiente pleca: SE DESATA GUERRA ENTRE IGLESIAS y como el primer punto del sumario consigna lo siguiente: “Católicos cuestionan que mandatario haya participado en servicio evangélico.” El Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Luis Cabrera, refiriéndose al hecho sobre la participación aludida dijo: “No debería hacerlo, lamentablemente hay una mentalidad un poco sincretista, de querer complacer a todos. Una fe tiene que ser coherente” La iglesia católica ha reinado durante 185 años de vida republicana, ha gozado y goza de muchos privilegios en el país. Tan sólo porque el Presidente, por ser una persona educada y también porque cree en Dios, aceptó compartir una hermosa ceremonia de Acción de Gracias, la iglesia católica ha elevado el grito al cielo, como si fuera dueña de la fe del Presidente, en un país en que hay libertad de cultos. El triunfo de Alan García se debe fundamentalmente al apoyo de los evangélicos –yo me incluyo entre ellos-, diseminados por todo el país, pero no sólo por su voto sino más bien por sus oraciones. Durante las elecciones y después de la consolidación del poder político, los evangélicos seguiremos orando porque Dios dé sabiduría a los ministros, congresistas, funcionarios y autoridades regionales o locales, para que por fin se cristalicen las esperanzas acumuladas en todos los hogares pobres, para que los hijos no tengan que ir al extranjeros para someterse al humillante trabajo de servidumbre, para que desaparezca la violencia que tanta sangre está derramando diariamente, para que la corrupción no siga siendo una práctica de funcionarios o autoridades, para que las mayorías deprimidas del país concreten su derecho a un techo propio, a un trabajo seguro y a un clima de paz y solidaridad que todos anhelamos. Oramos porque Dios derrame sus bendiciones sobre este país en el cual está amaneciendo por fin la felicidad para todos. Solicita copias xerox autenticadas Señor Rector de la Universidad Nacional de Trujillo Eduardo Milciades Quirós Sánchez, con DNI 17880946, profesor cesante de la Universidad de su digno cargo, domiciliado en Residencial Luis Albrecht B-301, a Ud. con todo respeto expongo: Desde el año de 1949 empecé a prestar servicios docentes en la Universidad de la cual es usted el Rector. Aunque desde l946 fui profesor del Colegio Nocturno José Faustino Sánchez Carrión, mi primer trabajo docente fue en la por entonces Escuela de Ciencias Económicas y Comerciales. En la Unidad de Escalafón consta de manera secuencial y pormenorizada mi récord de servicios, en los libros del 4ª al 8ª. Conviene a mis intereses tener a mi disposición una copia seros, debidamente autenticada de dichos servicios, copia que las estoy solicitando mediante la presente, a la que acompaño el recibo de Tesorería por los derechos establecidos. Es justicia Trujillo, 03 de agosto del 2006 Eduardo Quirós Sánchez