www.alcoholinformate.org.mx Necesidad o dependencia Carlos Arias G. MÉXICO Los humanos somos seres cuyo desarrollo integral podría evaluarse en función de sus dependencias, comenzando por aceptar que nuestro crecimiento implica partir de un estado de dependencia total, como el recién nacido y el bebé, hasta alcanzar una independencia socialmente aceptable. De esta forma podemos hablar de un primer desprendimiento de orden físico, ligado todavía a una dependencia afectiva familiar, y otra al entorno social, más de tipo intelectual que afectivo, con lo que, finalmente, se completa la emancipación, la liberación intelectual y afectiva de la persona. Visto así, podemos afirmar que el de ser independiente es un proceso de emancipación, de liberación para realizarse como un ser autónomo y autosuficiente, capacitado para satisfacer las necesidades inherentes a su desarrollo pleno. Pero, ¿cuáles son estas necesidades? Sin pretensiones de agotar el tema, pero si de presentarlo de manera general y sucinta, de entrada, podemos definirlas y clasificarlas como sigue: Físicas, que de no satisfacerse ponen en peligro la vida humana: respirar, alimentarse, beber, excretar, transpirar, vestirse, contar con un espacio vital, protegerse (de amenazas naturales y de otros seres), dormir y reproducirse, etcétera. Psíquicas, demandas cuyo incumplimiento nos desequilibran emocional y mentalmente: recibir y dar afecto, pertenecer, confiar, quererse y respetarse, aprehender, definir un "yo", vivenciar la sexualidad, entre otras. Sociales, demandas que al no cumplirse nos afectan mental, emocional y espiritualmente: adaptase, comunicarse, afiliarse, conocer, conocerse y ser reconocido, ser asertivo, poseer sentido común, comprometerse, responsabilizarse, solidarizarse, producir, consumir, competir, elegir, divertirse. etcétera. Mentales y espirituales, aspectos que al no atenderse generan vacío en nuestras vidas: amar, servir; buscar, descubrir y/o tejer un sentido de existencia (de vida personal; sabiduría, comprensión, autotrascendencia; valores, gratitud, fe, paz interior; arte, creatividad, inventiva, imaginación, intuición, discernimiento, razonamiento, entre otras. Puesto así, la primera distinción que tendríamos que establecer sería entre dependencia y necesidad, ya que suelen confundirse en virtud de que existen dependencias que llegan a vivirse como verdaderas necesidades, cuando realmente no lo son. Necesidad, en principio, podemos entenderla como aquello sin lo cual, tomado como condición, no es posible vivir o desarrollarse plenamente; en tanto que dependencia implica subordinación, reconocimiento de mayor poder o autoridad; es decir que se está supeditado a algo o a alguien para el cumplimiento de un deseo, objetivo o situación. En ambos casos, se trata de "un estar sujeto a", pero en el caso de la necesidad, el condicionamiento es natural y/o esencial; en cambio, en la dependencia siempre es sociocultural y/o psicosocial. Veamos un ejemplo para aclarar lo expuesto: una persona alcohólica vive cono verdadera necesidad ingerir alcohol, ya que físicamente lo requiere por la tolerancia y el síndrome de abstinencia, (para no hablar de los aspectos psicológicos y mentales). Pero, en realidad, se trata de una dependencia, pues no requiere ingerir alcohol para vivir y/o desarrollarse, sino que, en su caso, se da exactamente lo contrario: no podrá desarrollarse e incluso vivir, si sigue bebiendo. Hay otras sustancias con las que también se puede desarrollar dependencia, fenómeno que en la actualidad se conoce como adicción. En este sentido, hemos podido constatar que las dependencias de esta naturaleza, es decir, dañinas, que deterioran la salud en su sentido más amplio, que detienen, impiden y hasta degradan el desarrollo de las personas, no se genera únicamente con las sustancias, sino también con ciertas relaciones, actividades y consumos. En atención a la complejidad que reviste conocer, entender y deslindar cuándo las dependencias pueden ser dañinas, desde un marco que comprenda ese entramado casi infinito, en la búsqueda y cumplimiento de satisfacción de necesidades, aunado a un conocimiento humanista que considere las elaboraciones y disciplinas científicas y filosóficas, así como la vida cotidiana y el conocimiento empírico del quehacer, pensar y sentir humanos, en 1998 nace Socioterapia, como propuesta terapéutica y como asociación civil, abierta para quienes deseen recibir sus servicios y colaborar en la investigación, capacitación y tratamiento de esta problemática, así como en la recuperación y/o rehabilitación. Éste es el primer artículo de una serie que intentará definir y acotar lo que son las dependencias nocivas, así como los rasgos en el comportamiento, los sentimientos y el modo de pensar de las personas proclives, candidatas o más expuestas a desarrollar dependencias o apegos perniciosos, así como para quienes ya están viviendo esta problemática. FUENTE: LiberAddictus núm. 103, julio-agosto, 2008 http://www.liberaddictus.org