TEMA 3 EL EDUCADOR SOCIAL Y LA DISCAPACIDAD

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TEMA 3
ESTE DOCUMENTO ES UN RESUMEN DEL TEXTO “DISCAPACIDAD Y CONTEXTOS DE INTERVENCIÓN.
JOSE MANUEL SUÁREZ RIVEIRO. EDITORIAL. SANZ Y TORRES.
EL EDUCADOR SOCIAL Y LA DISCAPACIDAD
1. INTRODUCCIÓN.
La creciente complejidad de la sociedad ha planteado la necesidad de un profesional de la
educación que amplíe su tarea más allá del ámbito de la escuela.
La educación social se puede definir como “…la ciencia… que enseña a preparar a los individuos
para su vida social y a intervenir educativamente en algunas circunstancias sociales especialmente
conflictivas para la calidad básica de la vida humana de ciertos grupos sociales”, o como “…la
teoría de cómo las condiciones psicológicas, sociales y materiales y diferentes orientaciones de
valores promueven o dificultan el desarrollo y el crecimiento, la calidad de vida y el bienestar del
individuo o del grupo…”. Se considera que la Pedagogía Social es el ámbito teórico de la
Educación Social, la cual constituye el ámbito práctico de la anterior.
El educador social es un profesional de la educación que realiza una intervención socioeducativa e
intencional con personas o grupos en sus contextos, con el fin de que puedan alcanzar un desarrollo
personal y social pleno y de que participen en los diferentes ámbitos sociales y comunitarios. Con
ello se pretende que puedan incrementar su calidad de vida y bienestar. Es decir, el educador, no
sólo busca la vertiente del desarrollo de la persona sino que, mediante la adquisición de
herramientas en dicha vertiente, también busca que se relacionen con los demás y con la sociedad
en general.
Habitualmente se considera que el educador o educadora social tienen tres campos básicos de
actuación, que son:
• La educación de personas adultas.
• La educación especializada o marginación social. Tiene como destinatario a personas en
conflicto, desadaptadas y con riesgo de llegar a ser marginadas socialmente.
• La animación sociocultural, a diferencia de las anteriores la ASC e dirige a cualquier sector
de la población marginada o no buscando su participación activa.
Pero además, también debe considerarse la posibilidad de interacciones entre los anteriores campos,
en cualquier caso algunas de las ocupaciones que este profesional puede desarrollar son;
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Animador sociocultural.
Educador de adultos.
Educador en centros de menores.
Animador de actividades extraescolares.
Educador en proyectos de intervención social.
Educador y animador de calle.
Animador de ocio y tiempo libre.´
Agente de cooperación y desarrollo comunitario, familiar, escolar, y laboral y de redes
sociales.
Educador en programas de educación para el ocio y tiempo libre, educación familiar,
educación comunitaria, educación cívica, educación ambiental, educación para la salud,
inserción social y prevención.
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Las funciones del educador social se basan en la defensa y el desarrollo de los derechos humanos y
se concretan en:
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Apoyar a las personas en su desarrollo para que ellas mismas puedan resolver sus propios
problemas.
Potenciar la habilidad personal de decidir por sí mismo, adaptarse y desarrollarse.
Estas funciones se especifican mediante otras como:
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Informar, asesorar, prevenir, diagnosticar, intervenir, seguir el caso y desarrollar la
investigación social en los contextos socioeducativos.
Favorecer el desarrollo personal y social pleno. Lo cual incluye el desarrollo en las personas
de la capacidad para decidir y resolver sus propios problemas.
Conocer, gestionar, coordinar, y desarrollar las instituciones y los recursos sociales y
tecnológicos con aplicaciones educativas, así como los espacios comunitarios.
Diseñar, aplicar, coordinar, y evaluar programas y proyectos socioeducativos.
Se considera que desarrollan sus funciones, en los siguientes servicios:
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Equipos multiprofesionales.
Centros de servicios sociales especializados, personas con discapacidad, menores, mayores,
inmigrante, mujeres maltratadas, toxicómanos, etc.
Servicios sociales generales en ayuntamientos, mancomunidades, diputaciones, etc.
Centros educativos, escolares, de adultos, centros de educación especial, escuelas de padres,
etc.
Centros sanitarios, hospitales, centros de atención a drogodependientes, centros de atención
primaria.
Asociaciones y fundaciones de personas con discapacidad.
ONGs
Centros penitenciarios.
Empresas de servicios relacionadas con la animación sociocultural, prevención de riesgos
laborales.
Programas de desarrollo local, comarcal, regional, nacional, e internacional.
Existen otros profesionales que también trabajan esta temática, estos profesionales pertenecen a
disciplinas diversas, pudiendo dar lugar, a la configuración de equipos multidisciplinares.
Teniendo en cuanta lo anterior, el educador social ha de ser el profesional encargado de iniciar,
coordinar y evaluar los procesos educativos que sea necesario desarrollar en un contexto
determinado.
Algunos de los profesionales más destacados son:
•
Trabajador social. Se ocupa de estudiar la situación individual y familiar proporcionando los
medios necesarios para acceder a las prestaciones y servicios.
•
Psicólogo. Su labor se dirige al diagnóstico y recuperación anímica y comportamental de las
personas con discapacidad y también de las de su entorno inmediato.
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Terapeuta ocupacional. Se ocupa de proporcionar el máximo grado de autonomía personal
en el entorno de la persona con discapacidad y también de las de su entorno inmediato.
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Terapeuta ocupacional, se ocupa de proporcionar el máximo grado de autonomía personal
en el entorno de la persona con discapacidad.
Técnico ortoprotesista. Es el responsable del diseño, elaboración y adaptación del material
de ortoprotésico y ayudas técnicas.
Logopedas.
Profesores de educación especial.
Monitores.
2. LA INTERVENCIÓN DEL EDUCADOR SOCIAL EN EL ÁMBITO DE LA
DISCAPACIDAD.
La intervención del educador social puede indicarse como soporte para integrar a personas con
discapacidad que ven limitado su desarrollo personal y presentan dificultades de adaptación al
entorno.
El educador social actúa como un andamio que ayuda a la persona a construirse y que
progresivamente ha de retirarse, aunque haya casos en los que el andamio no acabe de retirarse del
todo nunca.
El tipo de intervención que se realice puede ser directa, sobre la persona con discapacidad, o bien
estar dirigida a la comunidad, y por tanto, tratarse de un tipo de intervención indirecta sobre la
persona con discapacidad. En este último caso, la actividad irá dirigida a la sensibilización,
formación y transformación de la comunidad para favorecer el desarrollo de una adecuada relación
con las personas con discapacidad.´
Partiendo del planteamiento de Pastor podemos establecer tres niveles en sus funciones:
1- Con el grupo o la persona. Desde este nivel la función del educador social se centra en el
proceso de socialización para facilitar el acceso a la cultura y la inclusión en la sociedad. Se
precisa la participación de las personas con discapacidad, teniendo en cuenta, por un lado, su
identidad, sus necesidades, y sus demandas. Por otro lado, las características, necesidades y
demandas del entorno en el que está inmersa la persona, y finalmente la relación que se
establece entre los dos factores previos.
Dichas funciones se deben de canalizar mediante un proyecto educativo. Dicho proyecto
educativo ha de constar de las fases de elaboración, aplicación y evaluación y se desarrollará
en colaboración con las personas afectadas y con otros profesionales ( pedagogos,
psicólogos, trabajadores sociales, etc) aportando el educador social la perspectiva educativa.
Como meta final, se ha de buscar el empoderamiento, en cuanto aumento de la autoridad y
el poder del individuo sobre los recursos y sobre su capacidad de entender, actuar y tomar
decisiones que afectan a su vida.
2- Con el ENTORNO del grupo o la persona. El trabajo con el entono de las personas con
discapacidad puede estar referido a instituciones, escuelas, empresa, familia, o a la
comunidad y, en la actualidad, se considera imprescindible. Con ello se pretende lograr la
normalización e integración social de las personas con discapacidad mediante la
información, la sensibilización o la formación de distintas instancias sociales.
La actividad del educador no debe limitarse a la intervención sobre el individuo, sino que también
ha de procurar la intervención, y el consiguiente cambio, en el entorno y en las condiciones
sociales.
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En el campo de las discapacidades, sus funciones pueden ser desarrolladas en :
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Centros de formación y orientación.
Centros de información y orientación.
Centros de atención temprana.
Centros de educación especial.
Centros de día.
Asociaciones y ONGs
Centros residenciales.
Pisos-residencias o pisos tutelados.
Centros especiales de trabajo.
Centros ocupacionales.
Servicios de apoyo a la integración laboral.
Centros de reinserción social.
3- Reflexión sobre la praxis educativa. Este nivel se refiere a la necesidad de análisis y
reflexión sobre la propia práctica profesional, referida tanto al saber como al saber ser y al
saber hacer. Este nivel se constituye como elemento de crecimiento personal y profesional
en relación a sus competencias.
3. PROYECTOS Y PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN EN DISCAPACIDAD.
La elaboración de programas es una forma de aproximación a la realidad en la que se va a intervenir
y sirve de mecanismo para dotar de orden y rigurosidad y eficacia a la intervención que se pretende
desarrollar con el objetivo de obtener unos determinados resultados que implican una mejora. Han
de tener cierto grado de flexibilidad y apertura.
Estos programas se definen como educativos, pretenden formar en una serie de recursos
personales que permitan a las personas con discapacidad disponer de más oportunidades, y por
tanto, se oponen a aquellos de corte clínico, más tradicionales, que pretendía curar.
Según la propuesta de Vilar, podemos establecer la existencia de una progresiva concreción en el
planteamiento de la actuación, en la que los que denomina como “Programas de acción” marcan el
paso de la teoría a la práctica, haciendo ya en ellos referencia al proceso programador de las
actuaciones educativas. El Plan es la unidad más amplia y se dirige al desarrollo de un área social.
Los “Programas” concretan al Plan, y los “Proyectos”, como elemento final a cada programa.
Un proyecto podría ser por ejemplo la creación de un servicio de atención a personas con
discapacidad en una universidad. El “Programa de acción” constituye un ámbito de trabajo o línea
del proyecto, que aunque no es intervención si configurará el marco en el que esta se desarrollará.
La “unidad de programación” es el elemento operativo de intervención. La actividad es la unidad
básica del trabajo y hace referencia a acciones concretas en formas de tareas.
El diseño de un proyecto, en algunos casos puede n o ser absolutamente necesario explicitar las
actuaciones, pues tienen una misión obvia, mientras que en otros es imprescindible, pues precisa
mayor concreción para su funcionamiento.
En el segundo caso, el proyecto o programa de acción debe integrar elementos como: una
fundamentación teórica, las características de la realidad en la que se va a intervenir, unos objetivos,
los medios a utilizar, las estrategias y fases a seguir.
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No existe un único modelo de elaboración de programas, pues dicha elaboración están en función
de la disciplina en la que nos encontremos. En nuestro caso podemos adoptar como principales
ámbitos de fundamentación de nuestros proyectos y programas los siguientes: el sociológico, el
psicológico, y el pedagógico.
• El sociológico, incluye los referentes contextuales que enmarcan la intervención pues toda
intervención se produce en uno o varios contextos. Dichos referentes incluyen distintos
tipos de aspectos, con son los ideológicos, económicos, legales que condicionan la
realidad existente.
• El psicológico, hace especial referencia tanto a aspectos evolutivos, especialmente en el caso
de menores y mayores, como a las necesidades, educativas, sociales, asistenciales, etc
tanto de la persona con discapacidad como de su familia. Desde este ámbito, se considera
el déficit como algo secundario.
• El pedagógico, tiene como principal aportación la indicación de una serie de principios
básicos que dirigen la intervención, y que son: la integración, la sectorización, la
normalización, y la individualización. La INTEGRACIÓN, debe producirse tanto en los
diferentes contextos, ya sea el familiar, el escolar, el laboral, etc. la SECTORIZACIÓN,
hace referencia a la necesidad de que la intervención se realice en una intervención
próxima al hogar y al contexto concreto de la persona. La NORMALIZACIÓN, se refiere
e la no utilización de servicios excepcionales, a menos que sean imprescindibles. Y la
INDIVIDUALIZACIÓN, pretende la oferta de respuestas educativas que estén adaptadas
a las características y necesidades concretas de la persona.
También ha de ser considerada la contribución de las actitudes, creencias y las competencias
relacionales del educador social, pues la intervención está basada en una relación entre el
profesional, la persona con discapacidad y su entorno, que es lo que en última instancia permitirá
avanzar en la intervención.
Para la estructuración de los elementos más arriba referidos podemos guiarnos por la siguiente
estructura o fases de intervención:
•
Diagnóstico o evaluación. Consiste en la detección de los problemas sobre los que se va
a trabajar y conocer sus características y contexto, con objeto de realizar una
aproximación y encauzar la forma de abordarlos. Algunos de los elementos
fundamentales son:
_ Recogida y análisis inicial de información.
--Definición del problema.
--Objetivos del proyecto.
El objetivo general de todo programa ha de ser el desarrollo en las personas de competencias para
solucionar el problema y la generación de cambios mediante la creación de contextos que permitan
dicho desarrollo.
•
Planificación de la intervención. La planificación de la intervención básicamente
consiste en establecer un plan de acción. La planificación ha de estar basada en una serie
de aspectos, como son: una fundamentación, unos objetivos del programa, un plan de
acción, los recursos a utilizar y su gestión, su temporalización y la evaluación de su
consecución de los objetivos.
Dentro de la fundamentación hemos de considerar la vía por la que nos ha llegado el
caso que nos ocupa, así como las características de la demanda.
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Con respecto a los objetivos, dada su importancia, cabe indicar que deben reunir una
serie de características, entre las que podemos destacar el que: han de estar vinculados
alas necesidades de las personas y priorizados en función de su relevancia, han de ser
realistas y han de esta bien definidos y ser evaluables.
Por su parte las actividades han de ser coherentes con los objetivos, adecuadas a sus
características que su finalidad sea evidentemente para las personas y que promuevan la
participación de las personas y de su entorno especialmente el de las familias.
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•
Aplicación. La fase de aplicación consiste en el desarrollo de los programas de acción,
unidades de programación, actividades y tareas relativas al problema, con fines
educativos y de mejora.
Evaluación. La fase de evaluación consiste, básicamente en contrastar los objetivos
establecidos en la primera fase con los resultados obtenidos.´
4. PRINCIPIOS DE GUÍA ÉTICA, DE CALIDAD Y DE TRATO EN EL TRABAJO
CON PERSONAS CON DISCAPACIDAD.
Principios de guía ética y calidad..
La labor desarrollada por los educadores sociales se ha de basar en valores humanistas
fundamentados en el respeto y desarrollo de la personas, así como en la igualdad y la justicia social.
Principios éticos:
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Respeto y defensa de los derechos de las personas entre los que destacan su libertad,
igualdad, dignidad y autonomía, sin distinción de reza, religión, nacionalidad, sexo o
condición.
Mantener un adecuado nivel profesional. Actualización y renovación profesional, calidad de
trabajo y reflexión ética.
Respeto tanto al usuario del servicio como a su propia profesión y a los demás profesionales.
Confidencialidad sobre la información de las personas con las que se trabaja. La
confidencialidad pretende proteger el derecho de toda persona a controlar su propia
información, sino que también permite la relación de confianza entre el profesional y la
persona con la que trabaja.
Obligación de llamar la atención tanto sobre condiciones generadoras de problemática social
como sobre casos particulares referidos a la problemática social.
La planificación y evaluación de forma rigurosa de toda la acción.
El desarrollo de la actitud y destrezas adecuadas para el trabajo en equipos y organizaciones.
Principios de trato y comportamiento.
La relación que se establezca con la persona es fundamental, pues si dicha relación no es positiva
será más difícil desarrollar de forma adecuada su actividad.
Pautas a seguir que pueden facilitar que tanto la persona con discapacidad se sienta más cómoda e
integrada como que la otra persona se sienta más segura y por tanto menos incómoda.
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El trato y comportamiento con personas con discapacidad está sujeto a las mismas normas
que con el resto de personas. Podemos destacar: el establecimiento de una distancia
profesional óptima, el establecimiento del desarrollo de competencias como principal
objetivo, la adopción de una actitud constructiva y positiva, la actitud empática del
profesional, el control de la emotividad, y la apertura al trabajo en equipo.
El establecimiento de una distancia profesional óptima procura evitar una proximidad o un
distanciamiento excesivos al caso que nos ocupa, ambas vertientes fácilmente rebasables al
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tratar con personas con discapacidad. Ha de tenerse en cuenta que el papel que se debe
asumir es el de facilitador y no el de salvador.´
El trabajo con personas con discapacidad, ha de estar dirigido por una actitud o
planteamiento general, que es el desarrollo de las competencias de las personas. Por tanto el
objetivo no es tanto satisfacer sus necesidades sino más bien que la persona las reconozca y
que, en primer lugar, busque por sí misma la forma de resolverlas.
El establecimiento de una actitud empática, también tiene cierta dificultad, pues es difícil
situarse en su lugar sin haber experimentado o sufrido su experiencia.
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Por lo general el término adecuado a utilizar es el de personas con discapacidad, aunque
otros prefieren la denominación “diversos funcionales” con la cual se pretende resaltar las
características de la diversidad humana que ha de servir de principio y valor para la
convivencia en igualdad. Deben evitarse términos como discapacitados, lisiados,
minusválidos, inválidos, impedidos, incapaces, deficientes, subnormales y anormales. En
todos estos términos se enfatizan características deficitarias de la persona y se omite, el
contexto. Por otro lado se debe evitar utilizar expresiones negativas, como padecer, sufrir
una “parálisis cerebral”.
Algo que suele molestar bastante a las personas con discapacidad es que les presten ayuda
de forma indiscriminada y que den por sentado sus limitaciones. Estas prefieren ser tratadas
como personas independientes. La forma adecuada de actuar sería la siguiente: en primer
lugar ofrecer la ayuda, y si la persona la acepta, preguntarle como actuar si no sabemos
hacerlo.
Adecuar la comunicación a las características de las personas.
Cuando se hable con una persona en silla de ruedas debe procurarse utilizar una silla para
sentarse a su altura. Si esto no es posible debe mantenerse cierta distancia para que la otra
persona no tenga que esforzar el cuello.
Todas las personas tenemos un espacio personal que nos gusta que sea respetado.
Cuando las personas con discapacidad piden algo que necesitan, como una adaptación o una
ayuda, en la mayoría de las ocasiones no se está quejando.
En determinados casos la persona con discapacidad puede necesitar un acompañante,
ayudante o intérprete. En dichos casos, cuando se pretenda hablar con la persona con
discapacidad debemos dirigirnos a él o ella y no a la otra persona.
Cono regla general, cuando no se sepa qué hacer, la mejor solución es preguntarle.
5. RETOS PARA EL FUTURO DE LOS EDUCADORES SOCIALES EN EL CAMPO
DE LA DISCAPACIDAD.
Aspectos que pueden constituirse en referentes a tener en cuenta en el desarrollo de la profesión del
educador social con respecto al campo de la discapacidad:
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El educador social como elemento de promoción del cambio social respecto a la
discapacidad. El educador social ha de impulsar la educación en valores y en especial los
referidos al reconocimiento y respeto a las diferencias y a la promoción de los derechos
de las personas con discapacidad. Se pretende con ello la adopción de una perspectiva
transformadora y de cambio social.
El educador social ha de asumir un rol de innovación y de transformación de las
prácticas más tradicionales, oponiéndose a las inercias de funcionamiento y aportando,
dentro de una lógica, las tendencias más actuales de intervención.
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Descubrir y aportar nuevas respuestas y aplicaciones. Entre ellas podemos señalar, la
incipiente aportación de los educadores en la educación no formal, en el ámbito escolar
y en el socio-sanitario. El propio trabajo con este colectivo propiciará la detección de las
necesidades sociales, educativas, culturales, económicas, o políticas existentes, dando
lugar a la ampliación de sus funciones.
Participación en investigaciones, el marco teórico propio de la Educación Social ha sido
tradicionalmente desarrollado desde otras disciplinas, como la psicología, pedagogía,
antropología, filosofía, sociología, etc. Sería deseable que los propios educadores
sociales partiendo de una adecuada formación al respecto, pudieran desarrollar
investigaciones en el campo de la discapacidad que aporten un nuevo punto de vista.
Promover la contribución a la sociedad de las personas con discapacidad.
Reclamar la presencia del educador en los distintos ámbitos relacionados con la
discapacidad.
Fomentar el trabajo desde equipos interdisciplinares y con un tipo de intervención
transversal, debido especialmente a la multitud de ámbitos con los que se relaciona.
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