C. 2449. XL. y otros RECURSOS DE HECHO Carranza, Omar Alberto c/ Instituto Provincial de Previsión Social. Suprema Corte: Las guardan cuestiones substancial expediente S.C. debatidas analogía H.319.XL. con en las “Hutchinson, la presente examinadas Tomás c/ causa en el Instituto Provincial de Previsión Social” dictamen del día de la fecha a cuyos fundamentos me remito mutatis mutandi, por razones de brevedad. Por declarar tanto, procedente opino el que recurso se debe admitir extraordinario, la queja, dejar sin efecto la sentencia y enviar la causa al Tribunal de origen a fin de que, por medio de quien corresponda, se dicte una nueva. Buenos Aires, 26 de octubre de 2005. Marta A. Beiró de Gonçalvez ES COPIA H. 319. XL. RECURSO DE HECHO Hutchinson, Tomás c/ Instituto Provincial de Previsión Social. S u p r e m a C o r t e: I Contra la sentencia de los integrantes del Superior Tribunal de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que sólo aceptaron parcialmente sus peticiones, la actora interpuso recurso extraordinario que, al ser denegado, motivó la presente queja. Mediante rechazaron 949/01 el del dicho reclamo fallo de Instituto aquéllos, declarar nula Provincial por la de un lado, Resolución Previsión N° Social (I.P.P.S.), de fecha de 9 de agosto de 2.001, por medio de la cual se reliquidó el haber jubilatorio del accionante, pero no sobre la remuneración de los activos que ocupan el cargo que tenía al obtener el beneficio -Ministro del Superior Tribunal de Justicia- sino sobre el salario que percibía el Gobernador de dicho estado provincial; pero, por el otro, y al entender que el monto descontado -cincuenta por ciento del haber- era confiscatorio, fijaron el tope de la reducción en un veinte por ciento. En efecto, sobre la impugnación del acto administrativo mencionado, entendieron que el Instituto actuó dentro de su competencia, toda vez que los artículos 2 y 17 inciso c) de la ley local 244, lo habilitaban para interpretar las normas del régimen y resolver los casos no previstos, y que la conclusión del organismo referida a que el dictado del artículo 73 inciso 4° de la Carta Magna territorial modificó el régimen previsional, en cuanto a la existencia de un tope, -el haber del Gobernador- constituía, sin dudas, el ejercicio regular de su competencia. Sostuvieron, además, que ya el decreto del Poder Ejecutivo 1999-, Provincial en necesidad su N° artículo y 1947/99 1°, emergencia, en había el -del 26 de noviembre de declarado "el estado marco la emergencia de de generalizada" de lo que se desprendía que la provincia toda se encontraba en una situación de crisis que obligaba a las autoridades a tomar las medidas excepcionales que fuere menester para garantizar la continuidad de las instituciones. De ello, podría comprenderse fácilmente que si bien no se declaró el estado de emergencia previsional en forma específica, las circunstancias puestas de manifiesto por aquel decreto permitian entender que la emergencia en ese ámbito ya era una realidad reconocida por los poderes públicos. Expresaron, también sobre este punto, que a los pocos meses de dictada la resolución impugnada, el Poder Legislativo declaró la emergencia del sistema de seguridad social por un plazo de dos años, prorrogables por igual periodo por el Poder Ejecutivo; ello mediante el dictado del artículo 36 de la ley 534. Por otro lado, y citando doctrina del Alto Tribunal Nacional, consideraron que el descuento efectuado resultaba confiscatorio, razón por la cual estimaron correcto determinar como tope el equivalente al veinte por ciento, al entender, además, haber que la disminución que pueda sufrir el jubilatorio en una suma que supere el porcentaje especificado, se transforma en confiscatoria y, por ende, en inconstitucional, en tanto vulneraría el principio de proporcionalidad que debe existir entre el haber previsional y el salario. II A tenor de las pautas que V.E. determinó debían seguirse al examinar un recurso como el planteado en autos; paso a expedirme, en principio, sobre la arbitrariedad alegada en él por el apelante (Fallos: 312:1034;317:1155 y 1453; 318:189; 321:1173; 322:904). Aclarado ello, estimo que le asiste razón cuando afirma que el juzgador ha obviado el estudio de serios y conducentes elementos que se aprecian en la causa, lo que importa de por sí una muy ligera actividad analítica que dista de constituir la que, por el contrario, exige el deber jurisdiccional para convalidar un decisorio. Así lo pienso, toda vez que afirmó que el órgano administrativo tenía las facultades para realizar los recortes aludidos de acuerdo a las normas locales que rigen su funcionamiento y en virtud de la situación de emergencia en que se Legislativo declaró encontraba, local, sólo específicamente previsional. De lo empero meses la descrito, reconoció después de emergencia entonces, que el dictado para se el Poder el acto sistema desprende un razonamiento ambiguo sobre este punto, que requiere, cuanto menos, un análisis más extenso y preciso al que se realizó en la sentencia, pues parece que en definitiva la emergencia previsional no existía al momento de haberse dictado el acto administrativo y requería ser declarada por el Congreso provincial, como posteriormente lo hizo. Además, y sobre el punto, es dable poner de resalto que numerosa es la jurisprudencia en cuanto a los requisitos que deben cumplir las normas tendientes a paliar las crisis económicas, y se ha reiteradamente dicho que para su justificación se requiere: 1) que exista una situación de crisis que imponga al Estado el deber de amparar los intereses vitales de la comunidad; 2) que la ley tenga como finalidad legítima la de proteger los intereses generales de la sociedad y razonable, no a determinados acordando un individuos; alivio 3) justificado que sea por las circunstancias; 4) que su duración sea temporal y limitada al plazo indispensable para que desaparezcan las causas que la hicieron necesaria (conf. Fallos: 313:1513 y sus citas). En ese marco, era deber del juzgador analizar todos y cada uno de estos puntos, mas solo lo hizo, en forma insuficiente -como ya se expuso- respecto al estado de emergencia y luego en lo referido a la confiscatoriedad, lo que no basta para el correcto análisis del delicado tema que nos ocupa. Debo hacer notar, igualmente, que el Superior Tribunal tampoco trató el agravio -llevado oportunamente ante su estrado- cuantía dirigido a monto del del provincial, pues desentrañar salario dicha suma cual del fue norma primer regía la mandatario determinada por la Legislatura mediante la ley 244, antes del dictado decreto 1947/99 que manera, a la un modificó, extremo obviando de dar indudable respuesta, importancia de esa para la adecuada solución del caso, desde que el Instituto reliquidó los haberes tomando como base dicho sueldo. III Si bien, lo expuesto es suficiente para descalificar la sentencia apelada, creo no resulta ocioso señalar otra de las omisiones en que incurrió el sentenciador, cual es que convalidó un acto administrativo tachado de pormenorizado inconstitucionalidad, de las normas sin un constitucionales análisis locales que también rigen el tema en debate, como ser los artículos 51, 52, 134 y 144 referidos al sistema de seguridad social, la retribución del Gobernador, la de los jueces y la intangibilidad de sus haberes, respectivamente entre otros. Debo destacar, que dicha omisión se repitió respecto a las normas bajo las cuales el recurrente obtuvo su beneficio jubilatorio (leyes 460 y 244) y tampoco realizó el mínimo razonamiento del juego de todas esas normativas en su conjunto. IV Como las omisiones y excesos señalados no condicen con la extrema cautela con que deben actuar los jueces, en el tratamiento de beneficios de carácter alimentario (Fallos: 317:983; 318:1695 y 322:1522, entre otros), opino, por tanto, que se debe admitir la queja, declarar procedente el recurso extraordinario, dejar sin efecto la sentencia y mandar a que, por medio de quien corresponda, se dicte una nueva conforme a derecho. Buenos Aires, 19 de octubre de 2005. Marta A. Beiró de Gonçalvez Es copia Buenos Aires, 21 de noviembre de 2006. Vistos los autos: "C.2449.XL. ‘Carranza, Omar Alberto c/ Instituto Provincial de Previsión Social'; B.1761.XL. ‘Boschero, Luis Alberto c/ Instituto Provincial de Previsión Social'; B.1762.XL. ‘Bruglieri, Nilda Adelina c/ Instituto Provincial Eduardo de c/ Previsión Social'; Instituto B.1763.XL. Provincial de "Basso, Previsión Mario Social'; C.2450.XL. ‘Carrero, Federico Carlos c/ Instituto Provincial de Previsión Social'; G.1745.XL. ‘García, Emilio Romualdo c/ Instituto Provincial de Previsión Social'; G.1744.XL. ‘Granada, Celestina Isabel c/ Instituto Autárquico Unificado de Seguridad Social'; N.372.XL. ‘Novarino, Jorge c/ Instituto Provincial Carlos de c/ Previsión Instituto Social'; S.1664.XL. Provincial de ‘Soldo, Previsión Juan Social'; V.810.XL. ‘Vandoni, Estela Maris c/ Instituto Provincial de Previsión Instituto Social'; V.811.XL. Provincial de ‘Varela, Previsión Aidée Cristina Social'; c/ Z.249.XL. ‘Zentner, Agustín Justo c/ Instituto Provincial Autárquico Unificado de Seguridad Social'". Considerando: Que los agravios de los apelantes encuentran adecuada respuesta en el dictamen de la señora Procuradora Fiscal subrogante, a cuyos fundamentos este Tribunal se remite por razón de brevedad. Por ello, se declaran procedentes los recursos extraordinarios y se dejan sin efecto las sentencias apeladas. Costas por su orden. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que, por medio de quien corresponda, proceda a dictar nuevo fallo con arreglo a lo expresado. Agréguense las quejas a los principales. Notifíquese y devuélvanse. ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI - ELENA I. HIGHTON de NOLASCO - CARLOS S. FAYT - JUAN CARLOS MAQUEDA (en disidencia) - E. RAUL ZAFFARONI - RICARDO LUIS LORENZETTI - CARMEN M. ARGIBAY (en disidencia). ES COPIA DISI-//- -//-DENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS DOCTORES DON JUAN CARLOS MAQUEDA Y DOÑA CARMEN M. ARGIBAY Considerando: Que los recursos extraordinarios son inadmisi-bles (art. 280 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Por ello, se los desestima. Costas por su orden. Notifíquese y, previa devolución de los autos principales archívense. JUAN CARLOS MAQUEDA - CARMEN M. ARGIBAY. ES COPIA