Fecha de Sentencia: 11-2008

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Fecha de Sentencia: 11-2008
Jurisdicción: Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca
Fuero: Civil, Comercial, de Minas y del Trabajo
Juzgado: Cámara de Apelaciones Civil, Comercial, de Minas y del Trabajo de Segunda
Nominación
AUTOS: “PERALTA, OSVALDO MATÍAS C/ CANO, LUIS F. - S/
BENEFICIOS LABORALES” EXPTE. CÁMARA Nº 264/06
Sumario: La Alzada Resuelve HACER LUGAR PARCIALMENTTE a recurso
de Apelación interpuesto por el Actor contra sentencia definitiva que rechaza
en su totalidad la demanda iniciada, la apelante se agravia pues entiende que el Aquo ha omitido considerar diversos incumplimientos a normas laborales, previsionales,
etc.
Vocablo: BENEFICIOS LABORALES- VÍNCULO LABORAL- RECHAZO DE
DEMANDA LABORAL- RECURSO DE APELACIÓN- FECHA REAL DEL
INGRESO LABORAL- VALORACIÓN DE LA PRUEBA- LEY 22.298 (ART. 4º)-
SENTENCIA DEFINITIVA Nº
En la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, a los
días del mes de noviembre de Dos Mil Ocho se
reúne en Acuerdo la Cámara de Apelaciones Civil, Comercial, de Minas y del
Trabajo de Segunda Nominación, integrada en estos autos por sus Ministros:
Dr. Jorge Eduardo CROOK, Presidente; Dr. Manuel de Jesús HERRERA,
Decano y, Dra. Nora VELARDE de CHAYEP, Vice Decano; para conocer
del Recurso de Apelación interpuesto en los autos: Expte. Cámara Nº 264/06,
caratulados: “PERALTA, Osvaldo Matías c/ CANO, Luis F. - s/ Beneficios
Laborales”, estableciéndose la siguiente cuestión a resolver: - - - - - - - - - - - - - ¿Es justa la sentencia apelada? - - - - - - - - - - - - - - -
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Practicado el sorteo de ley, dio el siguiente orden de
votación: Dr. Jorge Eduardo Crook en primer término, Dra. Nora Velarde de
Chayep en segundo lugar y por último el Dr. Manuel de Jesús Herrera.- - - - - - A LA CUESTION PLANTEADA, EL DR. JORGE EDUARDO CROOK, DIJO: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1) Que a fs. 280 recae sentencia definitiva en estos
autos rechazando la demanda iniciada por Osvaldo M. Peralta en contra de Luis
F. Cano reclamando la suma de Pesos Quince Mil Ochocientos Cincuenta y Uno
con Setenta Centavos ($ 15.851,70) en concepto de haberes, S.A.C., vacaciones,
indemnización por despido, preaviso, multas, ello conforme planilla que se adjunta a fs. 2/3 de autos.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A fs. 292 y ss. apela y expone sus agravios la parte
actora, contestando la demandada a fs. 301 y ss. Radicados los autos por ante
esta Alzada a fs. 320, se agrega dictamen de la Fiscalía de Cámara interviniente
a fs. 324 y ss. y se dicta el decreto de autos a fs. 328, correspondiéndome emitir
voto en primer lugar acerca del recurso de apelación articulado.- - - - - - - - - - - 2) La apelante se agravia pues entiende que el juzgador ha omitido considerar diversos incumplimientos a normas laborales, previsionales, etc. que debieron llevar en forma concreta a la declaración de nulidad de un contrato llevado a cabo un año después del inicio del vínculo laboral.
Asimismo expresa que se ha omitido valorar prueba documental, testimonial e
informativa incorporada al proceso. Que se ha ignorado ex profeso la fecha real
del ingreso laboral del actor (julio de 2000) para fundar la sentencia como así
también las condiciones de un contrato de aparcería laboral, y además que el demandado no se vinculó a una explotación de aparcería. Que tampoco tuvo en
cuenta el A-quo la verdadera actividad profesional del demandado, empleado
estatal de la AFIP, encargada de controlar la evasión previsional y tributaria. No
ha realizado el A-quo una correcta visualización sobre las formas del contrato
de aparcería rural exigidas por la Ley 22.298 (Art. 4º), modif. de la Ley 13.246,
acerca de la interpretación de los plazos de vigencia del mismo. Finalmente,
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efectúa una reproducción de las testimoniales de las partes actora y demandada
a las que me remito brevitatis causae.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3) A los efectos de abordar adecuadamente los agravios esbozados por la parte quejosa efectuaré una breve reseña de la controversia. Inicia en autos demanda laboral Osvaldo M. Peralta en contra de Luis F.
Cano persiguiendo el cobro de los rubros que se liquidan conforme planilla fs.
2/3 de autos. Alega que el accionado lo contrató con fecha 22 de julio de 2000
en la categoría de peón cumpliendo tareas de mantenimiento general en la finca
del demandado de aproximadamente 2 y ½ has. Expresa que se le abonaban los
salarios en negro. Además dice que valiéndose de su posicionamiento en la
A.F.I.P. se le hizo firmar al actor un contrato de arrendamiento y aparcería en el
2002, es decir, dos años después de iniciada la relación laboral. Manifiesta que a
esa fecha no existía explotación agrícola/ganadera alguna al momento de su
ingreso a trabajar. Así el demandado lo despide con la excusa de que había
abandonado la explotación y por haber incumplido el contrato de arrendamiento
y aparcería. Describe la correspondencia epistolar intercambiada y los elementos que el demandado puso a su disposición para explotar la finca, los cuales no
se compadecen con una explotación agrícola. Se considera despedida sin causa
y solicita la nulidad del supuesto contrato mencionado supra. Contesta demanda
Luis Cano rechazando la pretensión de la actora y solicitando el rechazo de la
demanda, con costas. Dicta resolución el Juez del Trabajo rechazando la acción,
pues entiende que no hubo vicio en la voluntad del actor al rubricar el contrato
mencionado y toda la prueba diligenciada lleva a considerar que no existió contrato laboral dependiente entre las partes, sino uno de naturaleza civil, en el caso
de arrendamiento y aparcería, por lo que no puede hacerse lugar a la demanda.4) Efectuada esta síntesis, estimo procedente referirme puntualmente a la cuestión medular que se circunscribe a determinar la procedencia o rechazo del recurso de apelación intentado. En efecto, la misma radica en establecer si en la especie, entre actor y demandado, ha existido una relación de índole civil (contrato de aparcería) como lo aprecia el Juez o si, como lo
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entiende el actor, su desempeñó laboral se encuadró en los términos de la Ley
22.248 que regula el trabajo agrario, como se reclama en el libelo inicial. Abinitio, comenzaré diciendo que el art. 2º de dicha normativa define al trabajo
agrario como aquél que realiza una persona física, fuera del ámbito urbano, en
relación de dependencia de otra persona, persiguiera o no ésta fines de lucro,
tareas vinculadas principal o accesoriamente con la actividad agraria, en cualquiera de sus especializaciones, tales como agrícola, pecuaria, forestal, avícola
o apícola. Cuando existieren dudas respecto de la aplicación del presente régimen en razón del ámbito en que las tareas se realizaren, se estará a la naturaleza de éstas. Este dispositivo combina adecuadamente dos criterios con que se
dividió la jurisprudencia para encuadrar jurídicamente las relaciones del trabajo
agrario, el ecológico (geográfico) y el profesional (jurídico). Autores como Alfredo Herrera (Derecho Laboral Agrario, pág. 132) entienden que esta definición mejoró la anterior correspondiente al Estatuto del Peón -art. 1º-, pues aquélla pecaba de imprecisa por su latitud y excedía los propósitos del legislador
acerca de los trabajadores comprendidos en ella. Otros autores como Rodolfo A.
Nápoli (Régimen del Trabajador Rural - Trat. Dcho. Trabajo, T. IV, pág. 153)
instaban el uso de esta definición pues la misma evitaba la litigiosidad respecto
del correcto encuadre de los quinteros, jardineros o similares en propiedades dedicadas a quintas de descanso o de fin de semana, donde no existe específicamente incorporación a una organización productiva del agro. Por otro parte, la
Ley 13.246 de arrendamiento y aparcería (art. 21) establece que resultan aplicables al contrato de mediería, las reglas de la aparcería. El art. 40 requiere que la
redacción sea por escrito y el 41 sostiene que se aplicarán las disposiciones de la
presente ley, los convenios de partes, las normas del C.C. en lo que hace a la
locación, usos y costumbres locales. También corresponde decir, a los fines de
ilustrar acabadamente sobre este instituto del derecho civil que el contrato de
aparcería agraria se caracteriza por: I) La integración del grupo familiar a la
explotación agrícola, II) El aporte de enseres además de su trabajo personal a
diferencia del trabajador asalariado que sólo limita su prestación a lo segundo,
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III) La explotación el predio como actividad excluyente, IV) Residencia distinta
a la del propietario pues la convivencia dentro de una misma unidad habitacional suele denotar la situación del dependiente que reside en la casa de su empleador (Mario Akerman, Trat. de Dcho. del Trabajo, Rubinzal, pág. 42/43).
Efectuadas estas someras disquisiciones conceptuales y tal como se trabó la
litis, corresponde determinar qué tipo de relación unió a las partes y, puntualmente, la validez formal y sustancial de los contratos en cuestión mediante los
cuales Cano pretende liberarse de sus obligaciones como empleador denunciando que dichos actos jurídicos lo ponen en un plano de igualdad con respecto al
actor Peralta. En primer lugar, me permitiré recordar la existencia en el derecho
laboral de un universo de normas de orden público y derechos irrenunciables
ante los cuales la autonomía de la voluntad cede, indefectiblemente. Y esta imperatividad ostenta relevante valor pues ante la posible intención, por quien es el
responsable laboral y provisional, de ocultar las obligaciones debidas al trabajador o la relación laboral misma mediante algún artilugio, maquinación u otra
figura jurídica debidamente pergeñada, éstas deben caer pues no son ni más ni
menos que claros fraudes o simulaciones laborales. Por ello es que, repito, debe
analizarse el verdadero valor del contrato mencionado, su existencia o la relación laboral denunciada por el actor, ello teniendo en consideración las testimoniales y demás pruebas rendidas. Adentrándome entonces en esa tarea, aquéllas
no ostentan a mi entender, per se, el suficiente valor convictivo como para volcar decididamente el pronunciamiento hacia el rechazo de la demanda. Ergo,
discrepo en la decisión que el A-quo ha tomado rechazando la demanda, con lo
cual se va avizorando mi opinión acerca del destino final del recurso. Veamos.
En su mayoría los testigos describen de la siguiente manera las tareas que realizaba el actor Peralta: “… cuando finalizó la obra en construcción-refacción de
la casa de Cano, Peralta quedó en la finca trabajando, hacía limpieza, podaba,
etc.…” (testigo Fabián), “… él empezó como sereno en la obra y después a mediados del año dos mil, a fines de julio de ese año en que finalizó la obra, quedó
trabajando para el Sr. Cano…”, “… él era empleado del Sr. Cano, recibía las ór5
denes del Sr. Cano para trabajar, yo estaba muchas veces ahí y lo escuché a Cano…” (Testigo Perello Coronel), “… en oportunidades que yo iba Peralta juntaba higos y los vendía, debe ser que tenía alguna confianza con el dueño porque regalaba los higos o los vendía sin consultar, estaba como cuidador en un
departamentito que el tenía en la quinta al lado de la plaza principal…” (Romero), “… es una casa de fin de semana, no había ninguna actividad empresaria, solamente recoger los frutales, estaba como cuidador de la finca…” (Bazán), “… Peralta no tan sólo vendía sino que también regalaba, era como que
disponía, porque Cano era hospitalario. El cuidaba y vivía ahí, lo vi en octubre
de 2003 más o menos…” (Calderón), “… es una finca de frutales que está en
Banda de Varela que tiene 2 y media ½ has., es una casa de campo, de fin de
semana, no es de tener actividades, lo sé porque soy vecino, vivo justo al lado.
Peralta hacía lo que quería con la finca, vendía, hay otra plantas como naranja,
mandarina, duraznos, manzanas, nueces, lo sé por que también regalaba frutas…” (Fullana). Así, las conclusiones de la prueba rendida son a mi juicio determinantes: 1) Probado aparece que Peralta trabajó en la finca de Cano, primero como obrero de construcción y luego en las dos y media 1/2 has. de extensión de la finca haciendo trabajos de mantenimiento pues desmalezaba, limpiaba acequias, recogía frutos podridos, lavaba, etc., labores éstas que se identifican sin dudarlo con la tarea agraria; 2) No existía en la extensión de campo
una explotación con caracteres propios mínimamente que se asemejen al tipo de
contrato mencionado de aparcería (explotación familiar, actividad excluyente,
enseres específicos para esa actividad; 3) Precisamente, tampoco los elementos
que el demandado Cano le proporcionó dan cuenta de que eran a esos fines tratándose de bártulos comunes (mesa, sillas, sillones, aparador, TV, escopeta y
otros); 4) Cano le daba órdenes a Peralta esporádicamente cuando visitaba la
finca, lo cual da cierta noción de que el primero era quien tenía la dirección o
administración a título de dueño de la finca, más allá de que lo fuera o no lo
cual no reviste importancia jurídica, y empleador de Peralta; 5) No hay prueba
concreta del reparto de los frutos o ganancias, por ejemplo, característico en la
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aparcería no haciendo mérito suficiente a esos efectos que Peralta a veces hubiera vendido una parte de las frutas o las hubiese regalado. Como surge de la
prueba testimonial rendida, no se puede precisar con exactitud como lo hace el
Juez A-quo que se trate de una relación fundada en un contrato de aparcería o
mediería; en efecto, y como ya transcribí supra no se compadecen los hechos
con este tipo de contratos civiles, en especial, no se advierte a mi juicio que se
den las características peculiares de estos contratos, sino mas bien las circunstancias de hecho dirigen la cuestión hacia la existencia de la relación laboral en
los términos de la Ley 22.248. Dichos contratos ostentan todas las formas establecidas por la ley; han sido confeccionados por escrito y tienen las dos firmas
necesarias. Se acompaña igualmente el acuerdo por el cual se deja sin efecto el
mismo y se fija la fecha en que Peralta dejaría la finca. A priori, parecería que
dicha documental enmarca la relación en el ámbito del derecho civil, lo cual
sería suficiente extremo para rechazar el reclamo, como lo hizo el A-quo. Pero
entonces cabe preguntarse: ¿Qué ha ocurrido en autos con estos contratos abinitio legales? Pues a mi juicio, se trata de una perspicaz intentona de encubrir
la verdadera relación laboral que existió entre actor y demandado esgrimiéndose
precisamente una clase de contrato que la legislación vigente de otro orden (civil) prevé para otros supuestos. Es una manera muy usual ésta de invocar un
instituto legal (aparcería, mediería, sociedad, etc.) a los fines de evadir el cumplimiento de normas imperativas con el empleado, mediante la interposición, a
sabiendas, de un contrato de aparcería, al que se le denomina contrato fantasma.
Es entonces una forma de fraude a la ley intentando eludir el espíritu de la misma mediante la figura de la simulación. Según autores como Ferrara (Simulación en los Negocios Jurídicos - Madrid 1960, pág. 205), “… el negocio fraudulento es un negocio real indirecto que tiende a conseguir, con la combinación
de diversos medios jurídicos seriamente realizados, el mismo resultado que la
ley prohíbe y si se entiende que el Juez debe aplicar la ley, y no a la letra sino a
su contenido, debe negar eficacia a aquellos negocios que, si bien no están prohibidos directamente, producen bajo otra forma los mismos resultados …”. A
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mi juicio entonces se encuentra probada la simulación intentada por el demandado Luis F. Cano, quien intentó encubrir la verdadera relación de trabajo existente con la interposición de los contratos de aparcería descriptos. La consecuencia es que la misma ley convierte al acto afectado en otro válido no fraudulento. Lo que resulta nulo es la interposición de este contrato fantasma convirtiéndose la relación en válida. El negocio fraudulento se intenta transformar en
un contrato de trabajo válido entre el empleador (Cano) y el trabajador (Peralta).
La prueba colectada echa por tierra con la existencia de los contratos pues, como se observa, debe primar el principio de la realidad (aquel por el cual entre
lo que ocurre en la práctica y lo que surge de documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos
(Pla Rodríguez, Principios de Dcho. del Trabajo, Depalma, pág. 243). En síntesis, entiendo que existió en autos un caso de simulación, debiendo así tenerse
por acreditada la existencia de una relación laboral entre actor y demandado, dejando de lado a los contratos ficticios mencionados. Así, acogida que debe ser la
acción, debe tenerse por cierta la relación laboral entre el 22 de julio de 2000
cuando comienza a prestar servicios el Sr. Peralta y el 06 de febrero de 2004 por
despedido indirectamente al trabajador, ello conforme la correspondencia epistolar (fs. 54), la negativa de la relación laboral de la parte demandada y la prueba rendida en autos. Respecto a los rubros reclamados, conforme la planilla adjunta, no pueden acogerse los que hacen a la Ley 25.323, pues no son de aplicación a los trabajadores rurales o agrarios. “… Las relaciones laborales comprendidas en la norma son las regidas por la ley de contrato de trabajo, por lo
que quedan claramente excluidas las relaciones de empleo público, servicio doméstico y los trabajadores agrarios…” (Las nuevas normas de la Ley 25.323 Sumario, pág. 1 - Carlos A. Etala). La razón es que la ley no menciona en forma
expresa los estatutos particulares. Respecto a la Ley 25.561, no haciendo la misma distinción que la norma citada supra, es de aplicación, por lo que resulta procedente su inclusión en la planilla final. Finalmente, y habiendo existido entonces indudablemente la intención de simular un acto jurídico inexistente en
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contra del actor, Osvaldo M. Peralta, situación que no sólo no puede pasar desapercibida permaneciendo solamente en una cuestión doctrinaria y conceptual,
por lo que estimo adecuado aplicar una multa consistente en el diez por ciento
(10 %) de lo reclamado en la planilla de autos, conforme la reformulación ordenada supra. Respecto a la aplicación de la ley 24.013 -art. 8vo.- estimo que no
se dan los presupuestos en autos para la aplicación de la misma. Finalmente
corresponde condenar al demandado Luis F. Cano a la entrega del certificado de
trabajo con todas y cada una de las constancias de los aportes previsionales
debidamente de-tallados por el plazo que ha permanecido la relación contractual
en el plazo de 30 días desde que la presente se encuentre firme correspondiendo
en caso de incumplimiento una multa diaria de pesos veinticinco ($25).- - - - - Con respecto a los intereses corresponde aplicar los
intereses tasa activa promedio que publíca el Banco de la Nación Argentina para
las operaciones de descuento desde que cada una de las obligaciones son
debidas y hasta el efectivo pago.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - En síntesis, me pronuncio por acoger el recurso de
apelación interpuesto por Osvaldo Matías Peralta en contra de la Sentencia Definitiva Nº 51, de fecha 22 de mayo de 2006, revocando el pronunciamiento de
Primera Instancia en cuanto rechaza la demanda correspondiendo hacer lugar a
la misma en los términos establecidos en los considerandos de la presente. Las
costas se imponen, en ambas instancias, a la demandada vencida.- - - - - - - - - - ES MI VOTO.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A LA CUESTION PLANTEADA, LA DRA. NORA VELARDE DE CHAYEP, DIJO: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Que comparto plenamente los fundamentos expuestos por quien me precede, votando en consecuencia, en idéntico sentido.- - - - - ES MI VOTO.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A LA CUESTION PLANTEADA, EL DR. MANUEL DE JESÚS HERRERA, DIJO: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
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1) Me toca en el caso de autos el llevar la tercera
opinión en la cuestión que la actora, perdidosa en la Instancia Inferior, trae a
nuestro conocimiento. Mis dos colegas coinciden en la resolución de los cuestionamientos que trae la actora a nuestro conocimiento; comparto lo resuelto pero deseo realizar unas breves reflexiones en el asunto llegado a nuestras manos,
por tratarse de un tema que me interesa especialmente.- - - - - - - - - - - - - - - - - El a veces soporífero resumen de la causa que realizo
comúnmente, en este punto no tiene razón de ser, ya que existió en la sentencia
de Primera Instancia, en el dictamen de la Srta. Fiscal de Cámara y en quien vota en primer lugar, por lo que pasaré directamente al fondo del asunto pero para
ello forzosamente debo hacer una referencia a cómo se plantea esta cuestión.- El actor pretende la existencia de un contrato laboral
desde junio de 2000; que el ámbito es rural, las funciones de peón rural, y el demandado valiéndose de una posición de preeminencia en la relación lo hizo firmar dos contratos de arrendamiento y aparcería, con el pretexto que lo hacía por
si aparecía la AFIP por el lugar (Repárese que el demandado es funcionario de
la AFIP). Las cartas documento cambiadas ya se detallaron, pero lo cierto es
que ante una intimación del actor a que se lo ponga en blanco, o sea se registre
su relación y se le aclare situación laboral se le interpone un contrato de arrendamientos y aparcerías rurales, se realiza un intercambio que culmina con un
despido indirecto realizado por el actor.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - El demandado es empleado de la Dirección General
Impositiva y señala que compró una casa y finca de 4 hs. en Banda de Varela.
No tiene, según él, explotación y emprendimiento productivo alguno, tampoco
puede calificárselo de empresario. Que al comprar la finca realiza refacciones
en la casa y al terminar éstas, en abril de 2001, retoma contacto con el actor y le
propone trabajar en la finca y como casero. De esta forma lo hace firmar un
contrato de arrendamiento y aparcería pecuaria que ya se dijo no funcionó y a su
óptica es disuelto.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 2) El juez de Primera Instancia desestima la acción
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entendiendo que el actor no probó los vicios de discernimiento, intención y voluntad en la firma de los contratos, por lo que concluye que no existió contrato
de trabajo. Analiza testimonios y concluye en lo señalado.- - - - - - - - - - - - - - Los agravios ya fueron analizados por mis colegas y
la Fiscal; creo inútil insistir en ello.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3) Quien emite el primer voto señala que debe establecerse el tipo de relación que existió entre las partes. Determina correctamente
el ámbito de aplicación de los trabajadores protegidos por la Ley 22.248 y en
especial, por lo que se verá más adelante, especialmente señala que el trabajo
agrario es el que realiza una persona física, fuera del área urbana en relación con
otra persona, persiguiera o no ésta fines de lucro. Hace, a mi criterio, meduloso
análisis del concepto de trabajo según la óptica que se la vea haciendo citas de
doctrinarios como Nápoli que parecen un calco de la situación de autos. Analiza
luego el instituto de la aparcería y entra directamente en el análisis de la validez
de los contratos que Cano esgrime. Reseña los principios del derecho laboral (el
trabajo agravio aun cuando no esté concluido en la L.C. T. es parte del derecho
laboral y esto que parece una verdad de Perogrullo trae a veces interpretaciones
encontradas). Concluye que ante la imperatividad de las normas laborales cede
la autonomía de la voluntad y estos contratos entonces revelan la intención de
ocultar las obligaciones debidas al trabajador o la relación laboral misma mediante otra figura jurídica pergeñada que deben caer pues no son más que fraudes o simulaciones laborales. Se adentra al estudio de las pruebas rendidas y
concluye que: 1) Peralta trabajó para Cano haciendo trabajos de desmalezamientos, limpiaba acequias, etc., labores que identifican la actividad agraria; 2)
No existe en el campo una explotación que se asemeje al tipo de contrato de
arrendamiento o aparcería rural; 3) Los elementos que Cano proporcionó no parecen útiles a esos fines: mesas TV, sillas, etc. (algo alejados de la agricultura).Cano daba órdenes a Peralta cuando visitaba la finca, que lo hacía los fines
de semana según confesión de la contestación de demanda; 4) No hay prueba
concreta de reparto de frutos y ganancias. Concluye que no existe contrato de
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aparcería o mediería sino más bien circunstancias que dirigen la cuestión a la
Ley 22.248. Señala que formalmente los contratos son impecables y que en el
ámbito civil serían inatacables pero lo que se consigue es intentar cubrir la relación laboral esgrimiendo otro tipo de contrato no laboral a los fines de evadir las
normas imperativas. Cita a quizás quien más estudió el tema, el maestro Carrara
y a Plá Rodríguez, quienes concluyeron que existió en el caso un intento de simulación debiéndose tener por acreditada la relación laboral entre el 22 de julio
de 2000 y el 05 de febrero de 2004 cuando el actor se da por despedido por la
negativa de la existencia de la relación laboral. Con respecto a los rubros reclamados en la planilla, entiende que no pueden ser receptados los de la Ley 23.
523, pero sí los de la Ley 25.561. Finalmente habiendo existido un intento de
fraude laboral propone imponer una multa del 10 % de lo reclamado en la planilla de autos. Propone receptar el recurso, revocar la sentencia y hacer lugar a la
demanda, salvo en lo señalado con respecto a la Ley 25.323, impone un determinado tipo de interés y las costas a la vencida en ambas Instancias.- - - - - - - - 4) Que me parece útil y necesario detenerse un instante en lo que señala la Fiscal y ésta luego de hacer una reseña de las posturas
de la actora reconoce de entrada (fs. 325, 2º párrafo) que: “la demandada reconoce que la actora ha trabajado en su propiedad, pero niega que lo haya hecho
como relación laboral invocando un contrato de arrendamiento y aparcería. La
actora según este dictamen plantea que estos contratos tienen por finalidad evadir normas tributarias y laborales. La demandada reconoce ser propietaria de un
terreno de tres hectáreas (en realidad a fs. 38 reconoce que son algo menos de 4
has.) lo que se entrega al actor, junto con la vivienda con destino a la explotación agropecuaria, cultivos y cría de animales domésticos. Hace un análisis detenido de los contratos de arrendamiento y aparcería pecuaria, todo ello basado
en que el actor no desconoció en la oportunidad del art. 77 los contratos. Hace
hincapié luego no sólo en el art. 2 de la Ley 22.248, sino en el art. 3 del decreto
reglamentario considerando que se realizan tareas fuera del ámbito urbano cuando no se contare con asentamientos edilicios intensivos, no estuviera dividido en
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manzanas y en el que no se desarrollaren actividades de la industria, comercio y
oficinas públicas, prescindiéndose de la calificación que efectuare la autoridad
comunal. Luego de analizar las testimoniales concluye igual que los términos de
la demandada que las labores se prestaron en una casa quinta de fin de semana y
que consistían en el cuidado de la misma, el predio o parque (4 has.) que el actor mantenía limpio o dotaba de acequias; que no había emprendimiento agropecuario alguno, sino plantas que atender; que el demandado no es productor ni
empresario sino un empleado de la administración pública nacional, por lo que
estas actividades no productivas y sin fines de lucro son excluidas del régimen
del trabajador rural. Concluye que las labores son más propias de un casero o de
un jardinero (jardín de 4 has. es poco frecuente) en una casa quinta ubicada en
el ámbito urbano. Que en el caso si algo encubren los contratos realizados es la
tarea de un trabajador de servicio doméstico. Estima que aunque esté probado
que el vínculo es anterior a los contratos y que éstos sean válidos, ya que no se
probó el vicio del consentimiento, la demanda no es admisible. Opina que las
costas deben ser impuestas en el orden causado.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 5) Siempre en este tipo de reclamos rurales, más en
las provincias del NOA, donde existen grandes márgenes de evasión de normas
laborales, provisionales e impositivas, cada vez que se trata de uno de estos temas, invariablemente, o no se conoce directamente a quien pretende haber trabajado o cuando el profesional que asesora al demandado es más serio, busca
una vía que puede ser más creíble: se alega la existencia de las más variadas figuras civiles o comerciales contractuales no laborales. En este caso un arrendamiento o aparcería pecuaria.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Estos temas son, y creo que ya lo dije infinidad de
veces, un problema de hecho y prueba, de tal manera que no puede liminarmente decirse que el contrato que el demandado alega no es válido o que sí lo
es; será una cuestión de prueba pero, ya en el supuesto nos encontramos con que
el demandado reconoció una prestación de servicios. La primera objeción al argumento será que siendo trabajador rural es inaplicable el art. 23 de la L.C.T.,
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por lo que la presunción en el trabajo rural no existe. Se argumentará en base al
art. 2 de la L.C.T., el art. 23 sólo cristaliza para los empleados que se encuentran
cobijados en la Ley de Contrato de Trabajo una presunción. Si se reconoce la
prestación de servicio se presume sin más la existencia de un contrato de trabajo
y queda a cargo de quien alega esa figura contractual no laboral la desvirtuación
de la misma. Hemos señalado con toda la doctrina (salvo el maestro Vázquez
Vialard) y la jurisprudencia preeminente, que se trata de una presunción directa,
que no necesita ningún otro tipo de comprobante. Pero para el caso de autos lo
que interesa señalar es que la presunción no es propia y exclusiva del art. 23 de
la L.C.T., sino que se trata de uno de los principios del derecho laboral que
abarca a todos los trabajadores, estén en el ámbito de aplicación de la L.C.T. o
de cualquier otro estatuto especial. Se ha dicho en jurisprudencia que si bien la
L.C.T., en principio, excluye de su ámbito personal de aplicación a los trabajadores rurales, la presunción contenida en el art. 23, al configurar un corolario
del principio protectorio que se encuentra recogido en la C.N. en su art. 14 bis,
debe ser aplicado a los mismos siendo suficiente el reconocimiento de la prestación de servicios o su prueba sin que sea necesario probar que éstos lo fueron en
relación de dependencia (C.C. Fam. y Trab. de Cruz del Eje, 3-11-97, “Rojas,
Reginaldo c/ Moreno, Eusebio”, LL C 1998-1154). El derecho laboral tiene una
serie de principios, este es uno, otros el fraude y la simulación (de lo contrario,
por ejemplo, jamás habría viajantes de comercio, sino corredores o comisionistas), la irrenunciabilidad, el orden público, la imperatividad de las normas, etc,
ya mencionados en su mayoría en el primer voto y estos principios son aplicables a todo el derecho laboral en su conjunto, no sólo a los trabajadores protegidos por la L.C.T. Esto es una cuestión que hace más de 40 años no se discute
por lo menos con un mínimo de seriedad científica. Es por ello que otorgar liminarmente validez a los contratos como lo hace el A-quo y hacer variar la carga de la prueba y hablar de vicios del consentimiento no probados como lo hace
el Iudicante, para hacerlo liviano es poco serio, más aún cuando se presume que
es un magistrado especializado.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 14
Veamos la situación planteada. En el caos no se discute que Cano pone a Peralta a cuidar su casa de fin de semana que cuenta con
un jardincito de nada menos 4 has., como el mismo lo reconoce cuando contesta
demanda. El hecho que no se trate de una explotación agrícola-ganadera con
fines productivos y de lucro en nada impiden encuadrar la tarea del actor en la
Ley 22.248, toda vez que para ello sólo basta leer el art. 2 de la ley que señala
que se considerará trabajo agrario aun cuando el empleador no tuviere fines de
lucro. Y allí comienzan los desaciertos lamentables de la Fiscal. Pretender por
otro lado que una casa con una finca en Banda de Varela resulte ubicada en
zona urbana tal como si estuviera entre las calles Salta y Tucumán, no parece
cercano a la realidad y allí reside el otro desacierto, a mi juicio, del Ministerio
Público que lo lleva a dictaminar como lo hace. Más cuando ella misma reconoce que el art. 3 del decreto reglamentario señala que será irrelevante la calificación municipal. Por ello podrá calificárselo municipalmente como Capital pero
en realidades una zona que por lo menos está probado tiene una finca de 4 has.
Ya que pretender que ello es un jardín donde sólo se precisa para su cuidado un
jardinero encuadrado en el estatuto del servicio doméstico implica por lo menos
un error de encuadre.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 6) Si tomamos como ciertas las tareas que la misma
representante del Ministerio Público señala, nos encontramos con que Peralta no
sólo cuidaba la casa, sino que prestaba servicios como trabajador de campo, cuidado de la finca y poda (fs. 326 vta.), mantener limpio el parque, dotarlo de acequias, atender las plantas frutales, y todo ello en una finca de menos de 4 has.
importa ni más ni menos la existencia de un contrato de trabajo rural.- - - - - - - ¿Por qué es irrelevante que el actor no desconociera
los contratos? Porque nos encontramos ante normas imperativas, de orden público, irrenunciables y su validez no deviene de que no se probó la existencia de un
vicio de la voluntad, sino que se trata de contratos simplemente nulos porque
debajo de ellos subyace la realidad que no es otra cosa que la existencia de un
contrato de trabajo rural. Es por ello que coincido, por encontrarnos ante un
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típico caso de simulación ilícita, con quien lleva el primer voto.- - - - - - - - - - - 7) Según Toselli, cuando se habla de fraude o simulación, se lo está haciendo en el sentido que implica o significa la adopción de
una figura que tienda a disfrazar el negocio jurídico, de modo tal que el mismo
aparezca a la luz de los organismos fiscalizadores del Estado y ante los magistrados como carente de contenido laboral (Toselli, Carlos Alberto, “Los Fraudes
en las Relaciones Laborales”, citado por Bendersky, “Trabajo en Negro”, Ediciones Jurídicas, pág. 331). Rodríguez Saiach en “Fraude” (Ediciones Gowa)
enseña que la posibilidad de implementar violaciones a las normas de orden
público y dejar sin efecto derechos irrenunciables mediante la utilización de
otras figuras es una realidad que siempre afectó al derecho de trabajo. Así la
existencia de un contrato de trabajo se ha disfrazado bajo el ropaje de sociedades, locaciones de obra, arrendamientos y aparcerías u otros contratos que colindan en la zona gris que siempre hay entre contrato y contrato. Justo López señalaba que el acto simulado es nulo por sí y eliminado el acto simulado queda,
por así decir, la realidad que no es otra que la aplicación de las normas imperativas que se pretendía disfrazar (Ley de Contrato de Trabajo Comentado, T. I,
pág. 206).- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Para ir terminando con este punto es útil recordar
que Arnaldo Sussekind afirma: La regla que prevalece en el derecho del trabajo
es la de la nulidad absoluta del acto anormal practicado con la intención de evitar la aplicación de las normas jurídicas de protección al trabajo. Cuando se descorre el velo las normas jurídicas pertinentes deben ser aplicadas sobre la base
de la verdadera naturaleza de la relación. Pérez Botija señaló que la existencia
del contrato de trabajo excede, pues, el de la voluntad expresamente exteriorizada por las partes. Basta la tesis de la imperatividad de las normas que en su aplicación han de prevenirse contra posibles intentos de desviación o evasión de sus
efectos (Plá Rodríguez, “Los Principios del Derecho del Trabajo”, pág. 258).
Los ilustres autores alemanes Kaskel - Dersh expresan que es irrelevante la designación que se haga del contrato, por ejemplo, sociedad o arrendamiento, sino
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su contenido real. Un contrato presentado como arrendamiento puede ser en realidad un contrato de trabajo “y esto es lo que sucedió en autos” (Plá, op. cit.,
pág. 261).- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 8) Concluido que coincido con mi colega en que
existió contrato de trabajo, simulación ilícita, por ende prospera el despido en la
modalidad de la Ley 22.248 como el preaviso en idéntica manera, la multa por
fraude, salarios caídos, SAC sin abonar, Ley 25.561; comparto la desestimación
de los rubros de la Ley 25.323 y encuentro que no tachándose de inconstitucional el decreto reglamentario de la Ley Nacional de Empleo Nº 2725/91 que va
más allá de la ley y circunscribe la protección del trabajo en negro a los trabajadores amparados solamente por la L.C.T., tampoco puede prosperar el rubro
multa del art. 8 de dicha norma.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Todo trabajo en dependencia importa la posibilidad
del trabajador de que la patronal y él realicen los aportes provisionales al sistema de seguridad social, manejado en estos momentos por el AFIP. De tal forma que, aunque no exista en la ley una norma idéntica a la del art. 80 de la L.
C.T., no sólo estos trabajadores tienen derecho a un certificado de trabajo, sino
todo el universo de trabajadores en relación de dependencia, estén o no involucrados en la Ley 21.297, por lo que se condena al demandado a entregar al actor
un certificado de trabajo con constancias de aportes previsionales por el período
que se resuelve duró la relación laboral de la siguiente manera: El certificado en
formularios del Ansses debidamente certificados y los aportes a la previsión
social adjuntando un informe de la misma institución donde conste que el actor
tiene los aportes por el período que trabajó en relación de dependencia. Se prevé
un plazo de 30 días para su entrega atento a que es evidente que el empleador
deberá realizar gestiones en Ansses por la forma en que contestó la demanda y
se impone una multa diaria de Pesos Veinticinco ($ 25) que si bien puede parecer excesiva, como toda astreinte es compulsiva, es decir, la ley no quiere que
el trabajador tenga unos pesos más, sino que el que es declarado empleador se
vea compelido por el monto de la multa a agilizar las diligencias para entregar
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las certificaciones. Todo ello sin dejar de recordar que siendo netamente provisorias, esta multa puede ser aumentada, disminuida o dejada sin efecto según
sea el comportamiento del demandado. Entiendo que las costas deben ser impuestas al vencido en ambas Instancias.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ES MI VOTO.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Con lo que finalizó el Acto, quedando acordada la siguiente sentencia, doy fe.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA,
noviembre de 2008
Y VISTOS: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - En mérito al Acuerdo que precede y a la unanimidad de
votos de los Sres. Jueces, - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - SE RESUELVE: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - I) Hacer lugar parcialmente al Recurso de Apelación interpuesto en autos por Osvaldo M. Peralta revocando el pronunciamiento de Primera Instancia en cuanto desestima la demanda interpuesta declarando que en
autos existió contrato de trabajo, en consecuencia la acción prospera por los rubros reclamados, con excepción de los arts. 1º y 2º de la Ley 25.323 y art. 8 de
la Ley 24.013, todo ello conforme a lo decidido en los considerandos respectivos de la presente.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 18
II) Imponer los intereses de la tasa activa promedio que publica el Banco de la Nación Argentina para las operaciones de descuento desde
que cada una de las obligaciones son debidas y hasta el efectivo pago.- - - - - - III) Condenar al demandado Cano a la entrega de un certificado de trabajo al actor Peralta en el plazo de 30 días, en los términos y bajo el
apercibimiento establecido en el considerando respectivo.- - - - - - - - - - - - - - - IV) Costas a la parte demandada vencida en ambas instancias.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - V) Protocolícese, notifíquese y vuelvan los autos al Juzgado de Origen.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - m.m.
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