BÁNK BÁN Ópera en tres actos, libremente traducida como Virrey o Gobernador Bánk , del compositor húngaro Ferenc Erkel, sobre libreto original de Beni Egressy (revisado por Kálman Nádasdy), sobre la obra homónima de teatro de József Katona. La versión que habremos de presentar ha sido revisada por el musicólogo Nándor Renai, y la escena de la locura para la soprano en el tercer acto editada musicalmente por el compositor Jenö Kenessey. BÁNK BÁN fue estrenada en la Opera Real de Budapest el 9 de marzo de 1865, con el compositor encargado de la dirección orquestal, y ha sufrido, como todas las óperas de este creador, innumerables re-ediciones y revisiones. Ferenc Erkel y el teatro musical en Hungría Los orígenes del teatro musical en la nación Magyar se remontan a las postrimerías del siglo XVIII, dando comienzo con la importación de estilos operísticos y de música de concierto de otras naciones pioneras de Europa occidental. Las óperas que se escuchaban en la Hungría de ese momento, eran en el estilo Italiano o alemán. Recién a fines del período dieciochesco, se comenzaron a intercalar obras de autores nacionales con otros importados, particularmente los dramas escolares de Csurgó y de la escuela Piarista, en la ciudad de Beszterce. Pero fue en realidad la ciudad de Pressburg, que hoy día conocemos como Bratislava, la que realizó los primeros experimentos en el país con las obras musicales de Gaspar Pacha y Jozsef Chudy, tituladas PRINCE PIKKO y JUTKA PERZSI, esta última del año 1793, considerada la primer ópera húngara. A pesar de que estas se basaban en elementos foráneos, el aspecto idílico y heroico de las mismas era subrayado por los llamados Verbünkós, un género musical y danzado húngaro de ese siglo, atribuido a los gitanos y en particular al gran violinista y compositor gitano János Bihari . Pero el uso de este maravilloso recurso musical cobraría aún mayor vida en la segunda mitad del siglo IXX, cuando nuestro compositor de esta noche lo comenzara a aplicar en sus óperas, lanzando la carrera de la ópera nacional húngara con su MARIA BÁTORI, escrita en lengua Magyar, por primera vez en 1840, pero compuesta aún sobre modelos musicales franceses y sobre todo italianos. El teatro musical húngaro evolucionó así en el siguiente siglo hacia el lado de la ópera con Ferenc Erkel, y ya para la primera mitad del siglo XX surgirían en escena las figuras claves e innovadoras de Béla Bartók y Zoltán Kodaly. Interesante es también de destacar que hoy día Hungría sigue siendo una nación altamente operística, no sólo por la figura revolucionaria más importante de la segunda mitad del pasado siglo, György Ligeti, sino también por la presencia de brillantes compositores de la talla de György Ránki, Sándor Szokolay, János Vajda, y aún más recientemente Gyula Fekete, quien en marzo del año 2011 estrenara en la capital húngara una pintoresca ópera, con la figura del genial Franz Liszt como protagonista. Focalizando ahora la atención en nuestro músico de esta noche, Ferenc Erkel nació el 7 de noviembre de 1810 en Gyula, y falleció en Budapest el 15 de junio de 1893, habiéndose desempeñado no sólo como compositor, sino también como celebrado director orquestal y pianista. Recordado por muchos tan sólo como el autor del himno nacional húngaro o Himnusz, adoptado oficialmente en 1844, Erkel nos legó además un interesante número de obras instrumentales, particularmente para piano, y también para orquesta, como su OBERTURA FESTIVA, y un cuerpo de 8 operas completas, las cuales son ampliamente representadas en la patria del músico y en la adyacente Rumania. Fue Erkel mismo quien presentó a Héctor Berlioz la melodía de la Marcha Rakoczi, que el compositor francés utilizara en LA CONDENACION DE FAUSTO. También fue director principal de la Orquesta Filarmónica de Budapest, fundada en 1853 y director y profesor de piano de la ACADEMIA HÚNGARA DE MÚSICA, que abandonara en 1886 para abocarse a dirigir el teatro de la ÓPERA NACIONAL HÚNGARA. Además de sus talentos como músico, Erkel fue también un famoso ajedrecista y fundador del CLUB DE AJEDREZ DE BUDAPEST. Luego de su fallecimiento, un teatro que lleva su nombre se erigió en la ciudad de Budapest en 1953. Luego del clamoroso éxito de la todavía no madura MARIA BÁTORI en 1841, nuestro músico continuó componiendo óperas sobre temas históricos, conmoviendo a la nación con la patriótica HUNYADI LÁSZLÓ en 1844, cuyo coro de conclusión del primer acto ejerció en el público un efecto similar al del Va pensiero, del NABUCCO de Giuseppe Verdi en la Italia del siglo IXX. El año 1865 vio la creación de BÁNK BÁN, nuestra ópera de esta noche, a la que siguieron posteriormente la ópera cómica SAROLTA, y los dos dramas populares DÓZSA GYÖRGY y BRANKOVICS GYÖRGY, forjados en el estilo de drama popular sugerido por Modest Mussorgskii con sus BORIS GODUNOV y KHOVANSCHINA. En 1880 compuso su comedia HÉROES SIN NOMBRE, una partitura mucho mas lirica que las dos anteriores, para concentrarse finalmente en su último drama, la ópera REY ESTEBAN de 1885, ampliamente elogiada por Jules Massenet. La presencia de los hijos del compositor en la realización de las óperas posteriores a SAROLTA es tan intensa que según ciertas autoridades musicales se cree que hasta su última ópera fue escrita por ellos mismos y no por Erkel. Pero es en realidad BÁNK BÁN su dram más perfecto y sin desperdicio alguno, el cual es considerado por el pueblo húngaro como la ópera nacional. El término BÁN denota algo parecido a un gobernador en ausencia del rey o simplemente virrey. La trama nos narra el histórico asesinato de la reina Gertrud, esposa del rey Endre Segundo, en el siglo XIII. Como tal, nuestra ópera de esta noche está embebida en el fervor patriótico de la música folklórica húngara, si bien se hallan aún elementos de la ópera italiana y francesa en la misma. A diferencia de su predecesora, la ópera da comienzo con un breve preludio orquestal en el que se exponen los temas principales. Las arias o monólogos forman parte de una red compacta, que sólo se abre por momentos, para dejar paso a los solistas y a breves pasajes de recitativos. Se destacan los dos ensembles que figuran en el primer acto con sus soberbias melodías, el dúo entre Melinda y Ottó, que toma a su final forma de czardás, las arias del protagonista, de las que hablaremos luego, así como los majestuosos pasajes para la soprano en el segundo acto, acompañados por viola d’amore, y su gran escena de la locura, en el estilo italiano, en el acto final. Argumento Acto Primero Toda la acción de la ópera se desarrolla en Hungría, en el año 1213. En el Castillo real. Mientras el rey de Hungría Endre Segundo se halla luchando en las cruzadas en Jerusalén, su esposa Gertrud, no de raza Magyar sino merana, malgasta y derrocha el tesoro nacional en grandes fiestas con gente de su estirpe, y como anfitriona a forasteros de diversos países. Bánk Bán, el gobernador del país en ausencia del monarca, se halla de gira por el interior, ayudando al pobre campesinado que ha quedado en la ruina por el comportamiento de la reina. Durante la ausencia de su esposo, Ottó, el hermano de Gertrud aprovecha para intentar conquistar a Melinda, la esposa de Bánk, de quien se halla obsesivamente enamorado. Un grupo de enfurecidos nobles magyares liderados por Pétur Bán, otro importante diputado real, planea una conspiración contra la reina Gertrud y sus huestes, hondamente preocupados por el destino de su patria y por el honor de Melinda. Para disipar momentáneamente la nube de congoja que se yergue sobre ellos, Pétur Bán entona un Bordál o brindis báquico en dos soberbias estrofas acompañadas por el coro, anunciando una de las más sobresalientemente verdaderas filosofías de cómo debe tomarse esta cruel vida. La música de Erkel para este fragmento es de la más elevada inspiración. Mientras tanto, Pétur ha enviado en secreto un mensaje a Bánk, convocándolo en el palacio real esa misma noche. Bánk llega, horrorizado en principio de que su viejo amigo y camarada se atreva a amenazar al trono. Él es leal a los reyes y por lo tanto no tomará acción contra la reina. Tan sólo cuando Pétur le informa de los descarados intentos de seducción de Ottó hacia su esposa Melinda, el gobernador promete asistir a la reunión de conjurados, en casa de Pétur esa noche. Melinda, que nada sabe de la presencia secreta de su esposo en el palacio, resiste como puede los embates de Ottó, quien le suplica al menos una sola noche de amor. En una meditativa aria, Bánk se pregunta que será del futuro de su esposa, dadas las fuerzas siniestras en juego en sus alrededores, exclamando que tan sólo la muerte podrá lavar su honor. Biberach, un caballero errante y supuesto amigo de Ottó le hace entrega de un mágico fármaco afrodisíaco para suministrárselo a Melinda. Una vez que lo haya bebido, caerá en sus manos sin resistencia alguna. Biberach parte en medio de una carcajada viendo como Ottó se precipitará a su propia ruina, y a la de Melinda. Ésta llega turbada y destruida. La reina la reprende y ella cree que toda la corte está en su contra. En el divino ensamble que pone fin al acto, todos los personajes expresan sus emociones: Ottó su ardiente pasión, ya que Melinda ha bebido el mágico polvo, la reina su despecho por la dinastía real, y Pétur y los conjurados su angustia por el destino de Hungría y la reputación de Melinda. Acto Segundo Escena primera Una terraza en el Castillo de Visegrád con vista al Danubio. En medio de la tormentosa música del preludio, que parece reflejar el estado psicológico del alma de Bánk, llega éste profundamente turbado, rezando por su nación y por su honor. Tiene lugar aquí el punto álgido de la ópera con la célebre aria Házam, házam, te mindenem! (Patria mía, tu eres todo para mí!), mezcla de melodías húngaras con moldes italianos. Esta aria es considerada como un emblema nacional, y el público suele ponerse de pié ante su presencia. El aria queda interrumpida por la presencia de Tiborc, un empobrecido campesino, quien viene a contar a Bánk el estado de absoluta miseria en que se halla el país entero, como grave consecuencia de los despilfarros de los extranjeros, pero Bánk se halla tan conmovido por su propia tragedia que sólo lo escucha superficialmente en principio. No haciendo caso a su aparente frialdad, Tiborc , quien es en realidad vasallo del protagonista, le revela una marca en su brazo que le recuerda como le salvara la vida en una batalla, tiempo atrás. Recapacitando, Bánk promete ayudar. Mientras tanto, Ottó ha drogado a Melinda y la ha violado, con la plena aprobación de la reina. En estado casi demencial, la pobre mujer se acerca a su esposo en ropas de cama, corroída por la vergüenza. En su amargura, Bánk lanza una terrible maldición a su propio hijo, lo cual despierta brevemente la razón en Melinda. Los esposos se unen ante la terrible tragedia, en pasajes en los cuales la belleza musical es verdaderamente indescriptible. Bánk brinda refugio a su esposa y a su pequeño hijo, solicitando la ayuda del anciano Tiborc para que escolte a su familia a su castillo en la Hungría septentrional, más allá del río Tisza. Escena segunda El salón del trono real. La reina se halla sobre la cama. Llega Bánk enfurecido, y le pide cuentas por hundir a su país en la pobreza y por el honor de su traicionada esposa. Gertrud le responde con palabras de desprecio y le dice que no le debe ninguna explicación. Él es sólo el gobernador en la ausencia del rey, y sólo a éste le deberá dar cuentas. Bánk le señala como los espíritus de la gente muerta por su culpa se alzan en su contra, mientras que la reina pide auxilio. Ottó acude de lejos, pero al ver a Bánk huye cobardemente. Bánk lo maldice, y forcejeando con la reina le hunde en el pecho el puñal con el que esta lo amenazara. Bánk lamenta como el destino ha jugado en su contra. Él es ahora un regicida. Acto Tercero Escena primera Tiborc y Melinda llegan a la margen occidental del río Tisza, el cual deberán cruzar para llegar al castillo de Bánk. Se desencadena una poderosa tormenta con fuertes relámpagos, que agita por completo la corriente del torrente. En una escena que hace uso de pasajes de coloratura en su versión original, Melinda delira acerca de su honor, de su esposo y de su hijo. En un arrebato de demencia, toma al niño en los brazos y se arroja al río Tisza, ambos ahogándose sin que el impotente Tiborc pueda hacer nada. Escena segunda Sala en el castillo real, en cuyo centro se halla el cadáver de la reina en el catafalco real. El rey Endre Segundo ha retornado de sus viajes a Jerusalén. En un arioso con coro, promete castigar al culpable del asesinato, sea quien sea. Llama entonces a los nobles, uno por uno individualmente, pero todos niegan haber tomado parte en el crimen, del cual nada saben, incluyendo Pétur Bán, de quien también se sospecha. Se presenta Bánk mismo admitiendo ser el total culpable y el asesino de la reina. Sabiendo de su pública culpa por la ruina del país y por la destrucción de su propio honor, es que le dio muerte deliberadamente. Bánk arroja la insignia real de poder sobre el ataúd, y el rey ordena su arresto. Pero por pertenecer a la casa real de Árpád, sólo el pueblo puede decidir entre él y el rey. Este saca su espada, y lo reta a duelo allí mismo. Cuando rey y virrey van a enfrentarse, se escucha un cortejo fúnebre que se aproxima. Tiborc llega con ambos cuerpos, el de Melinda y el de su hijo, explicando a Bánk lo sucedido. Prácticamente sin aliento, el protagonista deja caer la espada, y se desploma sobre su familia muerta. Con dulces palabras, pide a ambos que lo esperen en un mejor mundo y recobrando solo brevemente la compostura exclama: Mi rey, estás vengado! Todos los presentes se arrodillan y piden a Dios por el reposo de las almas de los muertos, que paz y descanso eterno les sean concedidos. Reparto Endre Segundo, Rey de Hungría......... JÁMBOR László, barítono Gertrud, Reina de Hungría....... ………..DELLY Rózsi, mezzosoprano Ottó, Su hermano............................... KÜLKEI László, tenor Bánk Bán, Gobernador de Hungría..... JOVICZKY József, tenor Melinda, Esposa de Bánk.................... OSTVÁTH Júlia, soprano Pétur Bán, Noble húngaro.................. FODOR János, barítono Biberach, Caballero errante................ MELIS György, barítono Tiborc, Campesino.............................. RADNAI György, barítono Maestro de ceremonias...................... TÓTH Miklós, rol hablado Con Coro de la Ópera Popular Húngara y Orquesta Filarmónica de Budapest, todos bajo la dirección del maestro: VILMOS KOMOR