B O L E T I N UNIDAD DE CAPACITACION Y SUPERVISION 36 MINISTERIO PUBLICO COSTA RICA PODER JUDICIAL 2 0 0 4 Temas ROBO AGRAVADO. Fractura y Perforación de puerta. Alcances del Agravante Sumario 1. Si bien es cierto la “fractura” implica el rompimiento de elementos físicos, la “perforación” debe entenderse como el vencimiento mismo de esas defensas, aunque no se produzca ninguna fractura. Mientras que la fractura exige el quebrantamiento, corte, destrucción con daño de características especiales, la perforación es un concepto que no participa estrictamente de esas exigencias, lo que importa es la idea de horadar o atravesar la defensa por cualquier medio (fuerza humana, mecánica, química) siempre y cuando dicha fuerza recaiga sobre los medios de defensa especificados legalmente (pared, cerco, techo, piso, puerta o ventana de un lugar habitado o sus dependencias). 2.- Por lo anterior, no obstante que por la acción del sentenciado (que en el presente caso utilizó una “pata de chancho” para palanquear la puerta de la vivienda de la víctima a la altura del llavín hasta abrirla) no se hubiese producido “fractura” de la citada puerta, lo relevante es que se usó fuerza más allá de la habitual para vencer la resistencia de dicha defensa, dispuesta por la víctima precisamente con el fin de impedir el acceso a terceros, razón por la cual aunque no nos encontramos ante un supuesto de fractura, se produjo la perforación de la puerta, constituyéndose así la agravante. Transcripción en lo conducente SALA TERCERA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Voto No. 2004-00034 de las ocho horas cuarenta y cinco minutos del treinta de enero de dos mil cuatro. “....IV- (…) Esta Cámara ya ha tenido ocasión de aclarar los alcances del agravante establecido en el numeral primero del artículo 213 del Código Penal, señalándose que “Si bien es cierto la fractura implica el rompimiento de elementos físicos, la perforación debe entenderse como el vencimiento mismo de esas defensas, aunque no se produzca ninguna fractura” (Sala Tercera, resolución N° 232 de las 8:55 horas del 9 de abril de 2003. Cfr. con N° 382 de las 15:10 horas del 24 de abril de 2001). En igual tesitura, el tratadista argentino Carlos Creus indica que mientras que la fractura “exige el quebrantamiento, corte, destrucción con daño de características especiales... la perforación es un concepto que no participa estrictamente de esas exigencias; importa la idea de horadar o atravesar la defensa por cualquier medio (fuerza humana, mecánica, química...)” (Derecho Penal, parte especial, tomo I, 1995, p. 464), siempre y cuando dicha fuerza recaiga sobre los medios de defensa especificados legalmente (pared, cerco, techo, piso, puerta o ventana de un lugar habitado o sus dependencias). De lo anterior se colige que, no obstante no se hubiese producido “fractura” de la puerta, lo relevante es que se usó fuerza más allá de la habitual para vencer la resistencia de dicha defensa, dispuesta con el fin de impedir el acceso a terceros. Obsérvese que la puerta de madera fue palanqueada a la altura del llavín hasta lograr abrirla, al punto de que “se quiso rajar”, razón por la cual aunque no nos encontramos ante un supuesto de fractura, se produjo la perforación de la puerta, quedando invariable la calificación legal dada por el a quo. Para finalizar, reitera la señora defensora que no existe prueba directa acerca de la participación del imputado en los ilícitos que se le atribuyen, razón por la cual estima contrario a la sana crítica el fallo condenatorio que hace el tribunal. Conforme fue analizado en los considerandos anteriores, resulta irrazonable suponer que toda condenatoria deba basarse en prueba directa o calificada.