Diez trucos para que tus hijos quieran leer en casa

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Diez trucos para que tus hijos quieran leer en casa
Leer nos hace mejores. No voy a entrar en este artículo a defender cuáles son los beneficios
de la lectura, porque creo que son harto conocidos por todos. Mi intención en esta entrada es
dar unas pautas muy sencillas a los padres para que fomenten la lectura de sus hijos en casa.
A lo largo de mi carrera como docente han sido muchas las entrevistas que he mantenido
como tutor con padres de alumnos de Secundaria, y un denominador común de estas
entrevistas ha sido qué podían hacer ellos como padres con sus hijos para que estos leyeran
fuera del horario escolar. Aunque no existen fórmulas mágicas para esta pregunta, sí quiero
plantearos algunas actuaciones que, partiendo de la simplicidad, os pueden dar excelentes
resultados.
¿Qué trucos pueden usar los padres para que sus hijos quieran leer en casa?
1. Lectura acompañada. Hay que predicar con el ejemplo. Es por ello que si queremos que
nuestros hijos lean, nosotros también debemos encontrar el momento para hacerlo, debemos
servirles de ejemplo. Durante estos años como tutor he observado que a muchos de mis
alumnos les gusta realizar los deberes acompañados, es decir, en el salón o en la cocina. Por
eso, te recomiendo que cuando tu hijo vaya a leer, no lo haga en su habitación, sino en un
espacio común de la casa. Siempre que puedas, intenta estar ahí por si te pregunta algo.
También es muy bueno interesarte por lo que está leyendo. Si consigues que te lo explique,
será una manera fantástica de verbalizar aquello que habrá leído y tu podrás ver qué grado
de comprensión y de expresión va adquiriendo tu hijo a la hora de leer en casa.
2. Lectura en voz alta. Haz que tu hijo lea en voz alta. Este es un aspecto significativo
porque su lectura será compartida contigo, es decir, tu hijo no sólo leerá para él, sino también
para ti. Es algo a lo que hay que dar mucha importancia. En ocasiones tenemos la creencia
de que la lectura es una actividad íntima y personal, pero en determinadas edades es
recomendable que tú también seas partícipe de ese momento. Si es así, no le corrijas
constantemente. Déjale que se equivoque, porque está leyendo por placer y no por
obligación.
3. Biblioteca a la vista. Independientemente de la biblioteca escolar y la biblioteca pública de
tu localidad, debes intentar que en casa tu hijo tenga una pequeña biblioteca personal con los
libros que haya ido adquiriendo. Preferentemente, debe ser una biblioteca que esté a la vista
de todos. Yo recomiendo que esté en el salón, si puede ser, porque siempre podemos hacer
referencia o interesarnos por alguno de ellos. Pregúntale por sus libros, interésate por ellos,
pídele que te diga cuáles son los que más le gustan y por qué. Así tu hijo creará un vínculo
con su biblioteca y acudirá con recurrencia a ella porque la entenderá como algo propio.
4. Personalización. Cuando tu hijo adquiera un libro es fundamental que lo personalice al
máximo. Para ello debe ponerle el nombre y la fecha de compra. Pero se puede hacer mucho
más. Por ejemplo, puede forrarlo con algún papel que le hayas comprado o puede crear un
punto de libro con un trozo de cartulina que sólo sea para ese libro. De lo que se trata es de ir
estableciendo un vínculo emocional entre el libro y tu hijo, y hacer de ese vínculo emocional el
mejor aliado para que quiera leerlo.
5. Recompensa. ¿Por qué no recompensar a tu hijo por una buena acción con un libro?
Muchos padres no conciben un libro como una inversión, cuando es un objeto que tiene un
valor incalculable, sobre todo en edades tempranas. Yo te recomiendo que siempre que
puedas le acompañes, bien sea a una biblioteca municipal, bien a una librería, en caso que
quieras regalarle un libro. En este sentido, hay que dejar claro que debe ser el niño,
preferentemente, el que elija qué libro quedarse. También quisiera añadir que, siempre que
esté a nuestro alcance, intentemos leer previamente el libro que va a leer nuestro hijo.
7. Libros con ilustraciones. Para facilitar la lectura en casa, es preferible que el libro sea lo
más ágil y ameno posible. Yo te recomiendo que sean libros con ilustraciones y divididos en
capítulos. Tanto las ilustraciones como los capítulos favorecen enormemente que el alumno
tenga más facilidad para la lectura, ya que le permite realizar de forma escalonada descansos
en su período de lectura. En determinadas edades, los niños no tiene el control de lectura que
tiene los adultos y es por ello que los libros siempre deben adecuarse a su edad y a sus
intereses.
8. Silencio. Para mí es un factor fundamental para que tu hijo coja el hábito de leer en casa.
La lectura requiere un considerable esfuerzo y una gran capacidad de concentración. Para
favorecer que tu hijo pueda leer en casa, es necesario crear una atmósfera en la que reine el
silencio. Hay que apagar la radio, la televisión, los equipos de sonido. El silencio no hará más
que aumentar su concentración mientras lee y hará que aumente, por consiguiente, su
capacidad de comprensión.
9. Suscripciones. Un truco muy efectivo para que tu hijo se aficione por la lectura es
mediante la suscripción al alguna revista propia de su edad y que guarde relación con sus
intereses. Cuando vuestro hijo se suscribe a una revista, por ejemplo, lo que estamos
haciendo es crear expectativas. Me explico. Hay que hacerle ver que, periódicamente, recibirá
algo realmente increíble, algo de su interés, algo que le va a gustar. Y ese algo, esa revista, la
recibirá en su buzón periódicamente, y llevará su nombre, es decir, será su revista. Otra vez
lo que hacemos es crear un vínculo emocional entre tu hijo y lo que lee.
10.Libro electrónico. He querido acabar estos 10 trucos para que tu hijo pueda leer en casa
con el libro electrónico. Cada vez son más los hogares en los que hay una tableta. Pues bien,
una acción que puedes llevar a cabo es la lectura de libros electrónicos. Existe un mercado
realmente extraordinario y, además, contarás con el atractivo del dispositivo. Cuando tu hijo
opte por leer un libro a través de un dispositivo como el de una tableta, sería conveniente que
pudieras estar a su lado o cerca de él, ya que es muy fácil que se distraiga con otras
prestaciones que acompañan a este tipo de dispositivos.
Como ves, se trata de llevar a cabo pequeñas actuaciones que con el tiempo se convierten en
hábitos. Pero si has leído bien cada uno de estos puntos te habrás dado cuenta de algo que
se repite como un denominador común. Y no es otro que el papel que ejerces tú como
catalizador del amor por la lectura de tu hijo. Como he dicho anteriormente, muchos padres
relacionan la lectura de sus hijos con un acto individual y personal y, a mi modo de ver, creo
que se trata de un enfoque equivocado. Sé que el tiempo es un valor muy valioso y que no
disponemos de mucho tiempo libre. Pero hacer que tu hijo quiera leer en casa depende en
gran medida de las actuaciones que estés dispuesto a llevar a cabo. Este es el precio que hay
que pagar para que tu hijo quiera leer en casa. Acabaré este artículo con una cita de Daniel
Pennac que reza así:
El verbo leer como el verbo amar y soñar no soporta el modo imperativo.
Santiago Moll Vaquer
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