Es un placer estar entre ustedes hoy día de nuevo y tengo que

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Los retos actuales de la Social Democracia1
Dr. Ernst-J. Kerbusch
Director de Cooperación Internacional,
Fundación Friedrich Ebert de Alemania
Es un placer estar entre ustedes hoy día de nuevo. Tengo que admitir que me
gusta el título de esta conferencia y me gusta haber pasado en Costa estos últimos
cinco días y hablar con la cantidad de personas, muchos socialdemócratas de
países latinoamericanos, para captar un poco más las posiciones diferentes de los
líderes socialdemócratas de este Continente y juntarlo un poquito con algunas
ideas que yo quisiera presentar aquí.
Quisiera presentarles algunas tesis en tres puntos de vista. Estos tres puntos de
vista tienen que ver un poco con la posición personal mía y con la profesión que yo
he tenido. Soy economista de profesión, de formación universitaria, así que yo
quisiera hacer algunos apuntes sobre socialdemocracia y economía actual, al inicio.
Me doctoré, como politólogo, y trabajé también en el Instituto de Ciencias Políticas
de la Universidad de Columbia, así que la segunda parte sería unos apuntes hacia
la socialdemocracia desde el punto de vista de un politólogo, Ambas cosas, como
podrán imaginarse, un poco más del cerebro, más de la cabeza. Estas son las
cosas que uno ha aprendido, y que ha debido aplicar independientemente de su
posición personal política, porque lo de la policromía no es cuestión de fe, es
cuestión de hechos. Lo de los politólogos es un poco más complicado todavía,
porque en lo científico la politología es algo muy discutido. Admito que a mí me
gusta participar en este debate siendo politólogo. Yo mismo hice alguna
profundización. No tengo nada en contra porque es algo que sí se puede discutir,
de todos modos no es una ciencia parecida a la matemática y eso ya lo sabemos
todos, pero eso dije también para la economía.
La tercera parte va ser un poco más cerca del corazón, ya no va a ser del cerebro,
porque yo soy socialdemócrata de familia. Mi abuelo era uno de los primeros
afiliados al sindicato de los metalúrgicos, uno de los primeros del sindicato textil
porque en esos tiempos las cosas eran diferentes. Aprendió de la parte textil, pero
después desapareció la parte textil de la producción en Alemania. Por eso yo voy
un poquito ya a la globalización, a la que después me voy a referir para explicar
qué es lo que quiere decir.
He comentado muchas veces que lo menos interesante es hablar con gente que no
ha visto, o cooperar con gente que no ha visto, algo que no es posible, a pesar de
que yo sé que muchos lo tratan, pero esto es algo que yo siempre he considerado
1
Conferencia impartida por el Dr. Ernst-J. Kerbusch, con ocasión de la apertura del I Curso de Formación Socialdemócrata y
la inauguración de la nueva sede del Centro de Estudios Democráticos de América Latina (CEDAL), el día 2 de marzo del
2004.
muy poco viable, muy poco de ayuda, Entonces lo mejor es dedicarse a lo que
realmente existe.
Por ejemplo, los americanos siempre quieren hablar en Cuba con gente que no
existe; por esto no encuentran a nadie para discutir, y eso no va a ayudar a
solucionar el problema de la interferencia entre esos dos pueblos. Pero están tan
cerca que tienen que encontrar algún camino que les permita detenerse en algún
momento. Mejor sería, con gusto o menos gusto, hablar con los que existen;
siempre es la mejor solución.
Pero el socialdemócrata, que soy hoy, tiene un poco más de cuarenta años ahora,
como ya dije de familia socialdemócrata. Mi padre también era socialdemócrata.
No... tengo que corregir un poquito: era demócrata cristiano -después de la
segunda guerra mundial, al inicio, cuando los demócratas cristianos en Alemania,
eran un partido progresista todavía, entre el 46 y el 49. Después con cambiaron y
se hicieron un partido conservador, que antes no eran. Luego de esos tres años,
después de haber vuelto como joven soldado, de Rusia, dedicándose mucho a
realizar este ensayo de un partido cristiano, un partido progresista, salió del
partido y se fue adonde los socialdemócratas. Esto lo pagó caro en su vida, por
que nunca lo hicieron funcionario público en Alemania, por el hecho de vivir en una
zona muy conservadora en donde los demócratas cristianos eran mayoría. Así que
nunca en toda su vida, a pesar de que todos sus compañeros eran funcionarios
públicos, a él lo dejaron como empleado público, que son dos diferentes conceptos
que tenemos nosotros en Alemania.
Así que yo viví mucho esto, de qué es socialdemocracia en mi propia vida. Claro,
esto es el corazón, y a veces uno piensa haber aprendido de esos tiempos -de ver
al abuelo, al padre- la propia socialización política.
Uno trata de ponerlo de acuerdo, primero lo de economista y luego lo de
politólogo. A veces es difícil, porque uno esta completamente seguro que las cosas
deben ser así, pero uno sabe de lo aprendido que no puede ser así, y esto es uno
de los retos fundamentales en los que estamos. Creo que esto es una de las cosas
que deberíamos discutir y voy a tratar de llevarlos a este punto, por el que
podamos discutir un poco sobre estos aspectos. Estoy absolutamente seguro de
que van existir muchas posiciones diferentes, pero no veo que esto sea algo malo.
Lo importante es volver después a un método para encontrar los caminos
necesarios para hacer algo dentro de la socialdemocracia, porque si estamos
adentro de ella con el corazón, como estoy yo, claro que queremos también que
salga algo de esto, y que se haga un esfuerzo de llevar a la sociedad a que tenga
algo socialdemócrata, que no es necesariamente un gobierno socialdemócrata.
Pueden hacer los demócratas cristianos muchas cosas que nosotros podemos
aceptar plenamente. Si lo hacen hay que estar contentos y no criticarlos de hacer
nuestros programas. Con esto voy a lo económico.
Socialdemocracia, modelos de mercado, globalización y monopolios:
Hoy día sabemos que la sobrevivencia de los países en lo económico es solamente
posible en un modelo de mercado de la sociedad. Yo no conozco absolutamente
ningún caso en el mundo de hoy día, donde haya una creencia en la mayoría de
los pueblos que se pudiera hacer otra cosa que organizar la economía de los países
en otra forma que a través de un modelo de mercado. Hay muchos modelos de
mercado, pero básicamente el modelo de mercado que incluye la competencia
tiene de base la riqueza. Hace 30 años hubo muchos que pensaban que habían
alternativas, hoy día no conozco a nadie. Desde que desapareció casi
prácticamente el socialismo real de Europa del Este, de algunas partes de Asia,
etc., esto ya no existe.
Quedan dos países básicamente socialistas, cuyas economías no son de mercado:
es Cuba -¡cómo viven ellos! ¿quieren vivir ustedes así?, yo no- y Corea del Norte ¿quieren vivir ustedes como viven ellos?, estoy seguro que no. Quedan dos países
comunistas todavía, pero con más capitalismo que cualquier país de Europa, que
cualquier otro país que yo conozco con sistema de mercado, que es China, el país
más capitalista del mundo de hoy día, y Vietnam, que le está siguiendo de cerca,
que le falta mucho, posiblemente con su pragmatismo hasta van a pasar a los
chinos. Esta idea del modelo de mercado está cien por ciento presente, aún más
que en los países capitalistas tradicionales. Créanme, yo he estado mucho por esos
países y es algo increíble lo que está pasando allá. Yo no estoy diciendo que sea
bueno o malo, pero es así, y yo creo que esta descripción nos deja bien claro que
no hay salida a la economía de mercado. Debemos encontrar la solución mejor
para cada país, pero no podemos salir del concepto.
El segundo punto es la globalización. La globalización es algo económico
naturalmente, pero claro que es mucho más que solo sobre economía. Voy a
referirme en estos momentos solamente desde el punto de vista económico.
Globalización significa, que dentro de este modelo de mercado que es la manera
inevitable de nuestra sobrevivencia económica, ya no tenemos nada fijo. Dentro de
la globalización todo está puesto en duda, porque los capitales marchan como
quieren, las mercancías marchan como quieren. Eso no es problema todavía por
que eso da riqueza, pero también la posibilidad de cambiar la producción de un
lugar a otro cambia rápidamente, y esto si es un problema. Eso pueda causar
graves problemas en una cantidad de países especialmente donde los modelos de
mercado no funcionan, no generan riqueza y las empresas se van. Esto lleva a la
pobreza a poblaciones grandes, a naciones de vez en cuando, y así yo veo lo que
voy a contar en la tercera parte, la que viene del corazón, mi situación de
socialdemócrata alemán.
Lo veo con un poco de miedo también. Hay muchos que dicen que es un asunto
que afecta básicamente a los países del Tercer Mundo. Yo no creo que eso sea
verdad. El Tercer Mundo también tiene muchas posibilidades de progreso y
algunos de los países desarrollados tienen más problemas, problemas muy serios;
y la democracia social, socialdemocracia en Alemania, es uno de ellos en este
momento.
La tercera parte son los monopolios. Siguen existiendo monopolios. Bueno, aquí en
Costa Rica no es necesario ocultarlo a nadie, pero es uno de los problemas más
graves en cuanto a los sistemas de mercado, porque los monopolios como los
tenemos todos, no caben en sistemas de mercado. Claro que no caben en formas
muy diferentes, y como politólogo voy a venir después al asunto de los deseable
dentro de un modelo de mercado, y allá los monopolios pueden jugar un papel
positivo y uno negativo. El positivo es que de vez en cuando para garantizar
ciertos servicios absolutamente necesarios para todos estén garantizados a través
del Estado para toda la población y no solamente para los que tengan la plata para
pagarlos, esta es la razón por la que siguen existiendo muchos monopolios del
Estado porque la seguridad social se deja organizar en muchos casos solamente a
través de monopolios. Para evitar los riesgos que pueden correr muchos Estados
aboliendo los monopolios, los mantienen, a pesar de que saben que
económicamente, a largo plazo, no son viables.
Pero no hay solamente monopolios del Estado sino también monopolios privados.
A mis ojos el monopolio privado es el peor, cuando es necesario garantizar una
cierta cantidad de seguridad social. Obviamente es aceptable el monopolio estatal
a tiempo limitado en una u otra forma, y sería muy riesgoso cambiar el monopolio
estatal por el monopolio privado. Aquí en Centroamérica tampoco les tengo que
contar ejemplos de esto, ustedes en su cercanía tienen muchos de ejemplos,
podría añadir una cantidad de Europa.
En este caso sí hay que ver que este asunto es mucho más complicado en un país
pequeño que en países grandes, porque en países grandes -más en países grandes
en procesos de integración- tienen muchos menos problemas por eso. Un país
grande puede con el rompimiento de monopolios internos crear un mercado
grande. En Europa por ejemplo tenemos alternativas. Tenemos el ejemplo en
Alemania, en Francia e Italia. Ya no existen con el mercado europeo. Esto no nos
importa, podemos hacer lo que queremos. Pero esta es la ventaja de la integración
que ya hemos ganado, y que en otras partes del mundo, todavía están por
realizarse. Voy a hacer un apunte de esto más tarde.
Voy a la parte del politólogo. Socialdemocracia es un concepto filosófico y los
politólogos no son filósofos porque son muy prácticos, por lo menos deberían de
serlo, no todos lo son, admito, pero los politólogos como yo los entiendo se
dedican a la cuestión de cómo funcionan los sistemas políticos, y qué se puede
hacer si no funcionan para que funcionen, o por lo menos funcionen un poco
mejor que otros. Eso está muy relacionado a un asunto donde los
socialdemócratas -y esto lo veo ahora con la cabeza de nuevo, y lo siento con el
corazón, con la tercera parte a la cual voy a llegar- eso significa, si la
socialdemocracia está también apta o preparada a gobernar, porque si es un
fenómeno político, ¿para que uno está en política si no quiere gobernar?
Los hechos nos demuestran en muchos países que la filosofía socialdemócrata en
muchos países -habiendo sido minoría por mucho tiempo y perseguida también en
tiempos de la dominación de la burguesía- más piensa en el control que en la
ejecución del gobierno. Es una falla que tenemos los socialdemócratas. Lo más
importante es convencernos a todos nosotros politológicamente, exigir de todos
nosotros, luchar por el poder. El mejor poder es el poder absoluto, y el poder
relativo normalmente no sirve mucho porque eso significa entrar en demasiados
compromisos. Lo que sería sumamente necesario –aquí yo veo muchos
socialdemócratas poniéndose muy tímidos- es la mayoría absoluta de votos en los
parlamentos, en sistemas presidenciales naturalmente incluyendo el puesto de
Presidente de la República y otros cargos importantes.
Nuestro convicción es que la posición del mínimo de justicia social es la vida
decente de todos los que viven en un país de acuerdo a la riqueza de cada uno de
los países. Si tenemos procesos de integración hasta podemos pensar también en
una cierta transferencia de los países más ricos a los países menos ricos, o hasta
pobres. Todos ustedes saben que no hemos llegado mucho a esto, no existe
todavía nada, prácticamente nada, en la Unión Europea. Esto es solamente es para
demostrar qué difícil es alcanzar algo parecido a esto en otras regiones donde hay
menos integración todavía.
Como en el tema que nos pusieron surge la palabra reto, ahora me voy a referir a
ello bajo el concepto de justicia social que nos distingue de las otras fuerzas
políticas. Los conservadores básicamente están absolutamente seguros que por el
camino del crecimiento a largo plazo también se va alcanzar lo necesario en
seguridad social que garantizaría el mantenimiento en la base de los países. Que
significa que a largo plazo producimos tanto que habrá lo suficiente para todos. Yo
diría que hay muy pocos casos en que se podría decir que a más largo plazo esto
hubiese funcionado. Algunos me dicen en este concepto que la excepción sería el
modelo del milagro económico alemán entre los años 63, 64 hasta el 80 más o
menos. Es verdad, tuvimos una tremenda tasa de crecimiento, tuvimos un sistema
muy exitoso de producción, de renovación de la industria y una política de
distribución relativamente fácil de hacer, porque los grandes partidos estaban más
unidos.
En este enfoque, es una decisión de los gobiernos hacer una política que tenga
garantías a este mínimo de seguridad social y un gobierno socialdemócrata tiene la
responsabilidad en este sentido. Un gobierno que no alcanza hacer esto siempre
en relación a la riqueza que tiene cada uno de los países, a mis ojos no es
socialdemocracia. Voy a ilustrar esto un poquito con el ejemplo de Alemania en
este momento. Yo creo que no voy a decir muchas cosas que ustedes se puedan
sorprender. En Alemania, este país con el “milagro económico” que más o menos
terminó a inicios de los años 80, ha construido un sistema de seguridad social
increíblemente bien organizado. Hay que admitir que mucho de esto ha sido hecho
por una coalición entre socialdemócratas y demócrata cristianos.
Los demócratas cristianos, con una fuerte fracción siempre en Alemania, también
de un tipo de sindicalismo católico que nosotros a veces llamamos los “socialistas
del Corazón de Jesús” que presionaron mucho a los gobiernos demócrata
cristianos también a dedicarse mucho a ese debate de seguridad social. Esto ha
ayudado en estos años ricos de Alemania a encontrar la coalición que formó un
sistema de distribución que casi no dejó a nadie pobre en nuestro país.
Esto funcionaba mientras que sacamos la ventaja de intercambio industrial, en
este entonces con un equipo de producción en Alemania renovado después de la
segunda guerra mundial. Asunto que vemos ahora de nuevo en la nueva Alemania
reunida, porque por el momento está muy mal la situación en la ex-República
Democrática Alemana porque se cayó toda la producción, esto por la
sobrevaluación del dinero. Ellos estaban prácticamente sin industria el día después
de la unificación. Qué había que hacer? Había que hacer un programa especial de
inversiones. ¿Van invertir en cosas viejas? No, van a invertir en la maquinaria, en
el aparato de producción más moderno posible, que significa que dentro de
aproximadamente diez años más, se va a encontrar allí la parte moderna de la
industria, porque se apostó a la inversión. No se puede invertir tanto en la parte
tradicional, que significa que va a mantener una brecha fuerte dentro de algunos
años. El problema en esto es que la producción moderna está casi encima de la
otra.
Ahora no se nota el hecho de que se está modernizando rápidamente esta parte
de Alemania a costa de la otra parte porque no genera trabajo. Tenemos una
tremenda producción industrial, pero una tremenda falta de trabajo al mismo
tiempo. Si la gente no tiene trabajo la gente está descontenta, y no se nota lo
positivo que se está dando en el desarrollo por allá. Lo mismo tuvimos en
Alemania a través de esta etapa del milagro económico. ¿Qué pasó después? Y
ahora vienen los problemas, y esos retos para la socialdemocracia.
Mientras había dinero y mientras pensábamos que éramos los mejores del mundo,
en veinte años creció el promedio de edad en Alemania en más de diez años.
Significa que las cifras incluyen ahora la República Democrática Alemania, porque
hay muchos flujos. Así que si se toman cifras regionales, esto esconde un poquito
la verdad. Ya no tenemos hijos en Alemania, así que tenemos la tasa de
nacimiento más baja del mundo; la compartimos con algunos países europeos que
están en la situación más o menos igual, pero hasta el año 2030 vamos estar en la
posición en la cual vamos a tener tanta gente trabajando como gente viviendo de
los diferentes sistemas de distribución, que ya no producen pero que tienen que
sobrevivir. La plata para ellos tiene que venir de alguna parte. Esto va tan rápido
por el hecho de que hemos hecho mucha presión en los últimos 10 años de los
ingresos que tenía el Estado, aconsejando a los semiviejos, gente como yo o más
joven, entre los 55 o algo así, de retirarse temprano para dejar espacio para los
jóvenes. Ahora esta gente, toda esta gente que entró, en todos los países del
mundo, deberían de trabajar todavía ya estando jubilados, con toda su
experiencia. Es un problema adicional.
Ahora con el crecimiento y los éxitos de la medicina moderna, ya no tienen los 25
años para vivir después de la jubilación sino extrañarán los diez que se han ido
antes. Con 55 años, más los 5 que van a ganar con el hecho que no frenan este
proceso de las mejoras de la medicina, etc. ¿Qué significa? Que estamos entrando
en un sistema que ya nadie va a poder pagar. Esto ya lo sabíamos más o menos
desde el año 82, y lo teníamos completamente seguro en el año 89, porque con la
entrada de la ex-República Democrática Alemana se empeoró la situación
terriblemente.
El problema ahora es que, aunque se sabía, el gobierno de entonces, el gobierno
de Kohl, había prometido a todo el mundo que con la unificación de Alemania
estaba por aparecer el paraíso. Para evitar que la gente se diera cuenta que esto
no era verdad, no quería ningún cambio en el sistema social porque esto hubiese
evidenciado la mentira, porque tenemos problemas. Eso se agravó tanto en los
años 90, que en el año 98 por primera vez en la historia de Alemania perdió un
gobierno su poder no por cambio de coaliciones sino por pérdida de una elección.
Por primera vez en la historia de Alemania eso pasó en el año 98. Esto solamente
para insistir en el asunto de las mayorías y de la irresponsabilidad de las
coaliciones.
Ahora entró un gobierno socialdemócrata, del cual se exige más justicia social que
a los demócrata cristianos, que a los conservadores, en una situación en que la
carrera para lograr el equilibrio ya estaba perdida, porque habíamos perdido cerca
de ocho o diez años de cambios sumamente necesarios. Eso nos llevó a la
situación, en la que a partir del año 2000, más o menos, estuvimos en una
situación que crecieron los gastos de todos los sistemas sociales en una forma que
las contribuciones de los trabajadores y de los empleadores -nosotros en nuestro
sistema solidario pagamos las cuotas mitad y mitad, por los empleadores y por los
trabajadores- ya no pudo financiar ese sistema, y creció la contribución del
gobierno por ejemplo, al sistema de pensiones de vejez, en 35%. Normalmente la
contribución del gobierno era siempre hacer el equilibrio, falta un 2 o 3%. A veces
faltaba también un poco de plata en cuanto a flujo de caja, que financió el
gobierno como intermediario, pero no sacó la caja del pueblo nuevo. Hasta el año
2000, 2002 más o menos estuvimos en 30, 35% del déficit. Ese déficit en la
situación de la industria del año 2002 –ustedes saben que la economía del mundo
sufrió mucho desde el año 2000, en la bolsa de valores se puede ver que pasó en
el mundo- en esta situación de estos ingresos subieron los costos de los sistemas
en una forma como nunca había pasado y ahora vienen dentro de la
socialdemocracia, los conservadores a decir, bueno la plata que no tenemos no lo
podemos gastar, entonces abramos las cajas de la población que de todos modos
no nos votan tanto, y bajamos sencillamente los pagos de ese sistema social.
Los socialdemócratas con su reto de justicia social, no podían decir esto tan
fácilmente. Nosotros habríamos perdido las elecciones del año 2002, con
quedarnos exactamente, exclusivamente en este problema. Para no ser cínico,
tengo que admitir que lo que voy a decir ahora es cínico pero es necesario en este
momento. Sin la guerra de Irak, el Partido Socialdemócrata de Alemania no
hubiera podido ganar la elecciones del 2002, porque ya estuvimos en una situación
financiera prácticamente perdida y ahora con la posición de Schröeder, posición
que yo básicamente considero correcta, porque es muy difícil encontrar suficientes
razones por la invasión y la guerra contra Irak en la forma como se hizo. Por eso
ganamos las elecciones, y ahora no sabemos bien si esto ha sido suerte, o mala
suerte, porque eso significa que ahora, esos cambios en el sistema social tenemos
que hacerlo nosotros solos; habiendo perdido las elecciones serían los
conservadores quienes deberían hacerlo.
Los conservadores están haciendo una política muy inteligente. Dicen que ese es
un problema nuestro, que están de acuerdo en todos los cambios necesarios, pero
no quieren darnos mayoría. Y ese es un reto para la socialdemocracia ahora en
Alemania. Esto es muy parecido en otros países de mundo. Hacer estos pasos de
justicia social, a pesar de que hay una tremenda parte de esto que debe ir
concretamente a costo de su propia clientela. El Estado no puede pagar lo que no
tiene. Los gastos en la parte de la seguridad social en total -seguro de desempleo,
seguro de salud, cuestión de pensiones y jubilaciones, etc.- eso es toda la
clientela de la socialdemocracia; los cambios en los sistemas automáticamente les
afecta mucho.
Eso estamos haciendo en este momento en el gobierno en Alemania. Lo han hecho
los franceses para dar el ejemplo de que los conservadores están en la misma
situación. También tienen que hacerlo, pero claro que los socialdemócratas sufren
más porque lo que se está haciendo está afectando más a su propia clientela. El
resultado de la elección en la ciudad de Hamburgo el fin de semana, demuestra
claramente que no nos hemos recuperado de ese reto todavía, cuando hemos
logrado hacer esos cambios por lo menos en un primer paso. No hay recuperación
electoral todavía en el sentido que nos están aceptando hacerlo, la gente cada vez
se da cuenta que está sufriendo de esto, y además debate sobre la repartición de
los costos en el sistema.
Muchos dicen que hemos afectado más a los ancianos y menos por ejemplo a las
compañías farmacéuticas. Claro que éstas tienen que pagar el precio en el cambio
del sistema del seguro social, pero ellos quieren métodos de protección, ellos
pueden formar alianzas fuertes. Así que la gente en Alemania tiene la impresión yo no se si son correctas o no, porque es cuestión de posiciones un poco más
economicistas o más sociales- que son menos afectados; así lo piensa la mayoría
del pueblo.
¿Cómo hacer los cambios necesarios sin que esto afecte demasiado el apoyo de la
propia clientela de la socialdemocracia y el apoyo electoral de la propia clientela?
En Alemania vamos a tener -una ya perdimos- trece elecciones más. Las vamos a
tener este año y existe cierto problema en cuanto a los posibles resultados de
estas, porque por el momento no nos hemos recuperado. ¿Cómo hacer los
cambios y las conexiones necesarias dentro de nuestros sistemas y a la vez
convencer a la propia clientela de quedarse en la socialdemocracia, de seguir
votando por nuestros partidos?
Yo he tomado el modelo de Alemania para explicarlo un poquito porque es uno de
los casos más duros, porque es uno de los casos donde por muy largo tiempo, por
muchos años, nos han hecho mucho y esto agrava el problema. Cada año que se
pierde en las reformas lo hace más difícil llevarlas a cabo. Ese es el reto dentro de
la Socialdemocracia, muy real, muy concreto, donde para poder gobernar se
necesitan mayorías, para poder mantener los sistemas tenemos que exigir
sacrificios a los pueblos; y es más difícil para los socialdemócratas hacer ambas
cosas que para los conservadores.
Muchas gracias.
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