aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo

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otro y de acuerdo a su fecha de publicación.
ASPECTOS SUBJETIVOS Y OBJETIVOS DEL BILINGÜISMO
María M. López Laguerre
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ASPECTOS SUBJETIVOS Y OBJETIVOS DEL BILINGÜISMO
María M. López Laguerre
Durante los últimos años se ha estado hablando mucho sobre el
bilingüismo en el quehacer educativo puertorriqueño. Tal parecería que es
una circunstancia nueva, cuando en realidad es que esta situación lingüística
empezó desde que los primeros pueblos de diversas culturas entraron en
contacto. A pesar de la prolongada tradición histórica, la actualidad del
bilingüismo parece haber llegado a un punto culminante.
La extensión del bilingüismo se acrecienta en el mundo a tal punto que no
es un problema que afecte sólo a zonas bilingües, sino que naciones
tradicionalmente monóglotas se interesan en la Educación Bilingüe. El
mundo parece achicarse ante la creciente interrelación geográfica, debido al
desarrollo de los medios de transporte, por lo instantáneo de las
telecomunicaciones de masas, por la intensidad de los movimientos
migratorios, turísticos y las asociaciones de índole político y económico que
se establecen en muchos países. Se ha hecho necesario dotar a comunidades
completas de más de una lengua, pues la población se ve precisada a
utilizarlas en su vida profesional, educativa, incluso familiar.
Es evidente que, frente a un intento de globalización en nuestros días,
también existe una exaltación de la personalidad nacional, regional, étnica y
una elevación de las hablas locales. La lingüística moderna ha contribuido, en
gran manera, a reivindicar las lenguas regionales. El bilingüismo se presenta
como una solución, tanto al movimiento de globalización como al de
regionalización.
El bilingüismo surge como una alternativa para aquellos países en que la
lengua materna se encuentra en vías de desaparición. Las situaciones
políticas, la necesidad de supervivencia, el temor al aislamiento, el deseo de
abrirse paso a mundos más amplios de expresión y comunicación conducen
al hombre hacia el aprendizaje de una segunda lengua.
El bilingüismo, por estar tan incrustado en la realidad social y cultural en
la que se manifiesta, produce una especie de «mitología» que trae, en ciertos
momentos, toda una serie de ideas preconcebidas, faltas de fundamento, que
se usan tanto para la defensa como para el rechazo del bilingüismo. En
algunos grupos se dice que el bilingüismo es una situación un tanto
patológica, que afecta negativamente a la inteligencia general, al rendimiento
escolar y a los aspectos afectivo-dinámicos de la personalidad. Existe una
bibliografía bastante extensa sobre los traumas que sufre el niño bilingüe. Por
otro lado, el bilingüismo se defiende por considerársele beneficioso para el
desarrollo integral del individuo y, sobre todo, se considera que es una
80
EDUCACIÓN
habilidad esencial para poder sobrevivir en el mundo moderno (Balkan
1979: 11-14).
A pesar de la prolongada tradición histórica y la extensión del
bilingüismo en el mundo, no se ha logrado construir el andamiaje teóricopráctico para conocer la naturaleza psicológica, sociológica y lingüística que
implica el contacto entre dos o más lenguas. El mismo problema de definir el
bilingüismo obstaculiza el mejor entendimiento.
Hay numerosas formas de acercarse a la cuestión del bilingüismo. Las
interpretaciones varían dependiendo de cada investigador que aborda el
tema de acuerdo con la especialidad. Básicamente se acentúan dos aspectos:
la perspectiva subjetiva (psicológica) y la perspectiva objetiva (lingüística).
Examinando varias definiciones desde el punto de vista de la lingüística,
se corrobora que ofrecer una sola definición es actuar con arbitrariedad. Si
nos atenemos al sentido literal del término, el bilingüismo es el hecho, dado
en una misma persona, de poder expresarse en dos idiomas naturales, en
otras palabras, «el uso alterno de dos idiomas» (Weinreich 1953: 1). Sin lugar
a dudas, esta es una definición vaga y muy amplia.
Einar Haugen propone que «el bilingüismo comienza en el momento en
que el individuo que utiliza una lengua puede emitir enunciados completos y
dotados de sentido en la otra lengua» (Haugen 1953: 7). A. von Weiss es más
exigente al aclarar que «el bilingüismo es el empleo, tanto activo como
pasivo, de dos lenguas por un mismo hablante» (von Weiss 1959: 20). Así
mismo se expresa Leonard Bloomfield cuando exige «doble dominio
indígena» (Bloomfield 1923: 56) y P. Christopherson añade en la misma
dirección: «La única definición posible de un bilingüe es ésta: una persona
que conoce dos idiomas con un nivel de competencia análogo al de los
hablantes monolingües de estas lenguas» (Chistopherson 1948: 4).
William F. Mackey observa que el elemento de mayor confusión ha sido la
insistencia en el criterio de igual dominio de dos idiomas. También reclama
que un bilingüismo absolutamente perfecto en el sentido exacto de la palabra
es imposible.
Es muy difícil definir el grado de perfección en el cual un hablante se
convierte en bilingüe. Los hablantes nativos no desarrollan la misma
competencia en todos los niveles del sistema lingüístico. Así que se debe
empezar por aceptar que existen diferentes tipos de individuos bilingües y
que se comportan en forma parecida a los monolingües.
De hecho, incluso en una sociedad monolingüe, se manifiesta una
estratificación social de la lengua. Los sociolectos difieren unos de otros en
forma cualitativa y cuantitativa. B. Bernstein hablaba ya de códigos amplios y
restringidos.1
1
Bernstein (1964, 1970) realizó estudios para comparar los códigos lingüísticos por nivel socioeconómico. El código amplio o elaborado
se refiere a la mayor cantidad de recursos lingüísticos en todos los niveles de expresión. Este autor observó en sus análisis lingüísticos
que este código corresponde al nivel sociocultural alto y el código restringido (recursos lizanados), a los grupos en desventaja
sociocultural.
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Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo
En el nivel individual se reconocen distintos estilos lingüísticos, también
conocidos como «registros» o variedades funcionales.2 Están relacionados con
la estructura social y se desplazan desde la situación más formal a la más
familiar y espontánea. Al cambiar el contexto comunicativo, el hablante tiene
la capacidad de pasar de un registro a otro.3 Lewis Balkan habla de
«bilingüismo equilibrado», cuando en un sujeto se da la circunstancia de dos
lenguas naturales. A consecuencia del empleo continuado durante los años
de formación, estas lenguas se han convertido en instrumentos que traducen
el pensamiento y que expresan las intenciones y los estados emotivos tan
fielmente una como la otra. Aclara que sólo puede emplearse esta definición
cuando se comparan monolingües y bilingües de igual situación social, con el
mismo nivel de instrucción, con el mismo pensamiento y análogas
intenciones. En el bilingüismo pueden ocurrir lagunas con respecto al léxico o
en cualquier otro nivel de una de las lenguas, igual que ocurre en un
monolingüe (Balkan 1979: 77-78).
Los tipos de bilingües
Los investigadores del bilingüismo reconocen que los individuos
bilingües difieren de un modo notable en su comportamiento como bilingües.
Algunos manejan más de una lengua con la misma facilidad que los nativos y
apenas si ocurren interferencias. Otros apenas tienen la misma facilidad y su
expresión se caracteriza por las continuas interferencias. Muchos hablantes
pasan de una lengua a otra con extraordinaria facilidad; a otros este paso les
cuesta mucho trabajo.
Osgood y Ervin afirman que existen dos tipos de bilingüismo: un sistema
lingüístico compuesto (fusionado o subordinado) y un sistema lingüístico
coordinado (distinto o coordinativo). En el primer caso se tiene una
asociación entre dos sistema distintos de signos y un solo núcleo de
significados (el concepto de «caballo» asociado alternativamente a «horse»).
En este caso, se aprende la segunda lengua enlazando cada palabra con la
correspondiente en la lengua materna (Osgood y Sebeok 1965:139 y ss.).
El bilingüismo coordinado, también conocido como «bilingüe-bicultural»,
es típico del verdadero bilingüe. Este establece una clara separación entre los
dos idiomas que mantienen un núcleo semántico distinto. En este caso, se ha
aprendido la lengua en circunstancias constitutivas propias y, con frecuencia,
temporalmente distintas. Richard Diebold añade un tercer tipo de
bilingüismo, el incipiente, en el que sólo se manejan palabras y expresiones
sueltas (Diebold 1961: 97-113).
2
3
Sobre «registro» véase a Gumperz, 1959; Ferguson, 1958; y Reid, 1956. También se usa el término código. El estudio del registro en una
sociedad bilingüe puede arrojar alguna luz tanto sobre el concepto de «registro» como de la naturaleza del bilingüismo. Fue en
conexión con el bilingüismo que Reid (1956) llamó la atención hacia el fenómeno de «registro» por primera vez. (Véase: Ure y Jeffrey
1974: 115-161).
Sobre la relación del estilo y el sociolecto y la clasificación de los estilos, existe una bibliografía bastante extensa. López Morales
compendia bastante información acerca de los máximos exponentes del tema y los estudios realizados (López Morales 1978: 51-56).
82
EDUCACIÓN
Los estudios relacionados con el bilingüismo
Lewis Balkan reconoce dos momentos históricos en este siglo en los cuales
se producen dos posiciones diferentes hacia el bilingüismo. El primer
momento culmina con el Congreso de Luxemburgo en el 1928, organizado
por el «Bureau International de l’Education pour l’étude des problemes du
bilingüisme a l’age ecolaire». Hasta este momento el bilingüismo era
considerado como un mal al que había que buscarle remedio, ya que afectaba
la inteligencia, el rendimiento y la personalidad. Dice Balkan que se
justificaba este modo de pensar porque en la mayoría de los estudios
realizados habían ocurrido fallos metodológicos (Balkan 1979: 23).
Fue en 1920 cuando se empezaron a cuestionar los efectos del bilingüismo
sobre la madurez intelectual y la adaptación social del individuo. Los «tests»
colectivos de inteligencia que se desarrollaron durante la Primera Guerra
Mundial, difundidos ya en el ambiente clínico y escolar, dieron la respuesta a
muchas de las interrogantes.
El problema más inquietante era el de la adaptación escolar de los niños
cuya primera lengua, generalmente la materna, no era la que se empleaba
como medio de instrucción escolar. Las observaciones de los maestros, así
como los resultados de las investigaciones, demostraban que los niños
bilingües alcanzaban un nivel inferior al de sus compañeros monolingües.4
Hasta la década del cuarenta continuaba realizándose una serie de estudios
cuyos resultados eran muy contradictorios o carecían de rigor científico.5
Seth Arsenian analizó 32 estudios realizados en los Estados Unidos y
encontró que el 60% revelaba desventajas en los bilingües; el 30% indicaba
una desventaja de menor importancia y el 10% no ofrecía evidencia alguna
sobre estas desventajas (Arsenian y Pinter 1937: 225-236). De la misma
manera que se creía que el bilingüe estaba en desventaja en su nivel de
inteligencia, también se había promulgado la idea de que el bilingüismo
provocaba desequilibrios de la personalidad y trastornos emocionales.6
A partir de la década de los 40, coincidiendo con el internacionalismo
prevaleciente, se produjo una actitud de gran optimismo hacia el
bilingüismo. Este ya no se consideraba perjudicial, sino beneficioso y
necesario para el desarrollo integral del niño. Se hacía necesario aprender
lenguas extranjeras para poder vivir en el mundo moderno, por lo que se
incrementaba la enseñanza bilingüe, o por lo menos, se enseñaban idiomas
extranjeros como asignaturas obligatorias.
A comienzos de esta década, L. S. Tireman declaró que lo que entorpecía
los estudios realizados con los niños bilingües, se debía a los métodos de
investigación utilizados y a la ausencia de un instrumento común de medida
del bilingüismo. Pero las investigaciones prosiguen durante los años
4
5
6
Por los resultados de las pruebas verbales se consideraba a estos niños como víctimas de un déficit o handicap lingüístico (Pintner y
Keller 1922: 214-222); (Haught 1931: 92-95). Se habló de «confusión mental» (Saer 1923: 25) y de «crecimiento intelectual disminuido a
mitad» (Pichon, E. 1947: 65).
Véase la nota número 1 al final del ensayo.
Véase la nota número 2 al final del ensayo.
83
Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo
siguientes aunque siguen siendo censurables desde el punto de vista
científico; sin embargo, muchas de las conclusiones favorecen a los
estudiantes bilingües.7
Los estudiosos en cuanto a la relación entre la personalidad y el
bilingüismo también llegan a conclusiones diferentes. A. von Weiss declara
que «la integridad psicológica de la persona bilingüe no sufre a consecuencia
del choque con sistemas conceptuales lingüísticamente establecidos, sino a
causa de la inseguridad de sus condiciones exteriores de vida» (Weiss 1937:
256-266).
En 1946, D. Y. Spoerl corroboró la idea anterior cuando realizó un estudio
con un grupo de estudiantes de nivel superior. Llegó a la conclusión de que la
inadaptación se ocasiona por la frecuencia e intensidad de los conflictos
familiares en las familias bilingües, y no por «el conflicto psíquico» de ser un
niño bilingüe (Spoerl 1946: 37-57). Igualmente, J. A. Fishman no encontró
correlación significativa cuando estudió las relaciones amistosas y de juegos
entre grupos de niños bilingües (Fishman 1952:155-65).
El estudio de Elizabeth Peal y Wallace E. Lambert (1962) finaliza el primer
momento de la historia del estudio experimental del bilingüismo. Los autores
comenzaron por hacer una revisión bibliográfica del tema desde 1920. Se
propusieron analizar los efectos del bilingüismo sobre el funcionamiento
intelectual del niño y explorar las relaciones entre el bilingüismo, el
rendimiento escolar y las actitudes respecto de la comunidad que usaba la
segunda lengua del niño como la lengua materna. Formularon la hipótesis de
que los bilingües, como grupo, no diferían significativamente de los
monolingües en sus cocientes de inteligencia (C. I.), medidos por pruebas o
«tests» no verbales estandarizados; la diferencia que esperaban observar era
una superioridad de los monolingües en los «tests» verbales.8
Los resultados fueron sorprendentes. No probaron su hipótesis; los
bilingües resultaron superiores en todos los «tests» de inteligencia, tanto en
los verbales como en los no verbales (E. Peal y W. Lambert 1962).
En el 1970, Lewis Balkan confirmó los resultados del experimento
anterior. Balkan utilizó las variables sexo, edad, nivel socio-económico e
inteligencia general. Para lograr esto, formó parejas bilingües-monolingües
comparables en cuanto a estas variables.9
Los resultados revelaron que 105 bilingües más o menos equilibrados
superaban a los monolingües, en las dimensiones de plasticidad verbal y
perceptiva. Se demostró, además, que las desventajas en el léxico no forman
parte necesariamente de la condición del bilingüe. Estas desventajas resultan
de un aprendizaje demasiado superficial de una de las lenguas o de las dos.
7
8
9
Véase la nota número 3 al final del ensayo.
Hubo mucho cuidado en seleccionar una muestra que mantuviera un bilingüismo equilibrado, determinado por la media de varias
medidas objetivas. Se escogió la muestra de un total de 364 niños de 10 años; se seleccionaron 164, todos pertenecientes a la clase
media.
La muestra se seleccionó entre alumnos suizos y de otras nacionalidades, procedentes de cuatro escuelas privadas de la Suiza
Romanche. Las escuelas eran privadas y los alumnos pertenecían a un nivel socioeconómico alto. La muestra incluyó a 75 parejas de
sujetos entre las edades de once a dieciséis años.
84
EDUCACIÓN
Señala el autor que de «un bilingüismo surgido en un medio que
favorezca el pleno desarrollo del niño, un bilingüismo guiado y desarrollado
sistemáticamente, aporta al individuo ciertas ventajas que no hay forma de
negar». Indica que estas ventajas pueden ser mensurables si se utiliza un
instrumento capaz de evidenciarlas, y esto es lo que él hace en su estudio.
Mientras más temprano empiezan los bilingües el aprendizaje de las dos
lenguas, «mayor es la distinción del sujeto respecto al monolingüe de igual
inteligencia general, en una población por lo demás comparable» (Balkan
1979:115-117).
Los estudios realizados por Sandra Ben-Zeev (1972, 1975 y 1977)
demuestran que los bilingües utilizan estrategias perceptuales distintas y
procedimientos más complejos en algunas tareas verbales que los
monolingües. Dice la investigadora que los bilingües usan dos estrategias,
tanto en las tareas verbales como en las no verbales; y éstas son: mayor
atención a la estructura general y mayor facilidad para la reorganización del
material. Explica estas diferencias sobre el principio de que el niño bilingüe
ha tenido que hacer un gran esfuerzo para hacerse bilingüe, esfuerzo que
provee una mayor capacidad para utilizar estructuras sistemáticas. Añade el
hecho de que incluso tienen estas ventajas los bilingües, desarrollados en
circunstancias desfavorables, que pudieran desarrollar deficiencias de
vocabulario y sintaxis.
Los estudios recientes se interesan más en investigar cómo el bilingüismo
afecta los procesos del pensamiento; les interesa conocer la naturaleza de la
influencia de la convivencia de dos códigos lingüísticos sobre la estructura
intelectual. Todavía no se puede llegar a conclusiones finales; se necesita más
investigación sobre los estilos cognoscitivos característicos del individuo
bilingüe.
El fenómeno del bilingüismo en una comunidad específica no puede
comprenderse sin el conocimiento del fenómeno lingüístico en sus
manifestaciones o resultados dentro del comportamiento del individuo y el
dinamismo mental (aspecto individual y psicológico del problema). Sin
embargo, también se reconoce que el ambiente tiene alguna importancia en lo
que se refiere a numerosos rasgos del bilingüismo individual: el dominio de
una lengua sobre otra, su función en la promoción social, su valor literariocultural, el afecto y prestigio concedido a una lengua, etc.
El bilingüismo colectivo
Otro aspecto no menos importante es explicar el bilingüismo en su
función dentro del contexto socio-cultural de un país o comunidad conocido
como bilingüe. Sin duda que es una transferencia metafórica de significado,
pues si bien es difícil describir una competencia dual en un individuo, más
difícil resulta describirla en una comunidad.
85
Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo
Podemos entender que en una comunidad coexisten dos o más lenguas;
también se explica que una porción numerosa de los habitantes sean capaces
de comunicarse en tales lenguas con una facilidad relativa. No conocemos
ningún país que haya logrado un bilingüismo relativo en la totalidad de su
población.
Sin lugar a dudas que para entender el bilingüismo colectivo hay que
proyectar los fenómenos del bilingüismo individual o psicológico sobre la
base de la situación socio-cultural de la comunidad bilingüe. Quede claro
que, a pesar de la estrecha relación que une los dos aspectos, se trata de dos
realidades distintas cuyo conocimiento implica diferentes metodologías. Del
comportamiento individual se ocupa la psicología y del comportamiento
colectivo, la sociología o la sociolingüística.
La coexistencia de dos o más lenguas en una comunidad implica una
dinámica o tensión en que, de un modo u otro, el ambiente socio-cultural
influye en muchos de los rasgos del bilingüismo individual. Esta influencia se
revela en las siguientes circunstancias: dominio que una lengua ejerza sobre
la otra, la implantación de programas educativos bilingües, la función de las
lenguas en la promoción social, el momento en que se aprenden ambas
lenguas, el valor literario-cultural que se le asigne a las lenguas, las ideas
puristas o liberales con respecto a las lenguas, el grado de dominio que se
posea sobre cada una de las lenguas, etc.
Sin lugar a dudas que la situación que llevó a una región al contacto entre
dos o más lenguas imprime unas características propias a cada comunidad.
Entre estas situaciones podemos mencionar las siguientes:
a.
b.
c.
d.
Cuando el bilingüismo surge por necesidad de comunicación con los
habitantes de los territorios colindantes.
Cuando es consecuencia de procesos de expansión y de unificación.
Cuando nace de los movimientos migratorios.
Cuando se promueve por los contactos internacionales.
Así que cada situación de bilingüismo colectivo debe ser analizada en su
propia perspectiva histórica y socio-cultural. Al estudiar los casos históricos
de mezclas de colectividades humanas, es importante visualizar las
situaciones puramente bilingües, las asimilaciones socio-culturales y
sincretismos lingüísticos y los desplazamientos de una lengua por otra.
Ya en 1956, W. F. Mackey propuso seis aspectos que deben considerarse al
acercarse al fenómeno del bilingüismo, y son los siguientes:
a.
b.
c.
Número de lenguas implicadas: puede ser una situación bilingüe o multilingüe.
Tipo de lenguas utilizadas: las lenguas pueden estar genéticamente
relacionadas; pero puede que no exista la más mínima afinidad entre ellas.
Influencia de una lengua sobre otra: se refiere a las interferencias que se
producen en los distintos niveles de ambas lenguas.
86
EDUCACIÓN
d.
Grado de perfección: varía desde un estado ideal de posesión hasta el estado
menos perfecto justificable.
e. Oscilaciones: se ha observado que un individuo demuestra ciertas preferencias
entre una lengua y otra en diferentes etapas de su vida.
f. Función social: se refiere a las diferentes situaciones y a los diferentes niveles
sociales que llevan al individuo a usar una lengua diferente (Mackey
1956: 1 y ss.).
La interferencia lingüística
El fenómeno de la interferencia lingüística entre dos o más lenguas
representa un problema de vital importancia para el lingüista. El problema
lingüístico que plantea el bilingüismo es el de describir los diversos sistemas
en contacto, buscar las diferencias entre los sistemas y ver cuáles son las
fuentes de dificultad que surgen a propósito del manejo de más de una
lengua. Otro problema es el de anticipar las formas de interferencia que
puede producir el contacto. Igual de importante es examinar en el habla de
los bilingües las desviaciones de las normas unilingües supuestamente
originadas por el bilingüismo (Weinreich 1968:1-2).
Las interferencias lingüísticas pueden ocurrir en cualquiera de los niveles
de las lenguas: fónico, morfológico, sintáctico, o semántico; y es natural que
preocupen al lingüista, quien sabe que a mayor grado de interferencia, mayor
probabilidad existe de la sustitución de una lengua o la amalgamación de un
sistema.
Weinreich sugiere que se haga una descripción completa de la
interferencia de las lenguas en contacto que separe en la definición la
persistencia o la desaparición de los fenómenos lingüísticos (Weinreich
1968: 3). A veces se tiende a confundir la interferencia con el préstamo
lingüístico.10
La descripción de la interferencia sólo será posible si se consideran los
factores extralingüísticos que yacen tras las diferencias estructurales de la
lengua. El contacto lingüístico no se puede entender adecuadamente fuera
del marco socio-cultural (Weinreich 1963-6).
Entre los factores no estructurales hay algunos que son inherentes a la
relación del bilingüe y a las lenguas con que entra en contacto. Weinreich
menciona los siguientes:
1. La facilidad de expresión oral del hablante y su habilidad para mantener
las lenguas separadas.
2. La relativa habilidad o aprovechamiento en cada lengua.
3. La especialidad en el uso de cada lengua por temas e interlocutores.
4. La forma de aprender cada lengua.
5. Las actitudes hacia cada lengua, ya sean idiosincrásicas o estereotipadas.
10
Haugen estudia los problemas inherentes al préstamo lingüístico y establece una clara diferenciación entre los diferentes tipos de
préstamos (Haugen 1950: 109).
87
Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo
6. El tamaño del grupo bilingüe y su homogeneidad socio-cultural o su
diferenciación en ese aspecto; las relaciones políticas y sociales entre los
subgrupos.
7. El predominio de individuos bilingües en los diferentes subgrupos que
compartan unas características de conducta verbal (en el contexto de los
puntos anteriores 1-6).
8. Las actitudes estereotipadas de prestigio o desprestigio (hacia el status de
la lengua materna indígena o la de los inmigrantes).
9. Las actitudes hacia la cultura de cada comunidad lingüística.
10. Las actitudes hacia el bilingüismo como tal.
11. La tolerancia o intolerancia en cuanto a la mezcla de lenguas y al habla
incorrecta de cada lengua.
12. La relación entre el grupo bilingüe y cada una de las comunidades
lingüísticas, de las cuales es un segmento marginal.
Se manifiesta la importancia que Weinreich le concede al estudio de las
actitudes para comprender el fenómeno de interferencia en una comunidad
bilingüe. El estudio de las actitudes lingüísticas en un país o comunidad
donde coexistan dos o más lenguas en contacto contribuirá a que la
planificación educativa de las lenguas se oriente hacia las necesidades reales
de ese pueblo. Además, estas actitudes ayudarán a comprender los
problemas de interferencia (en términos de grado, función y alternancia).
NOTAS
1.
Las primeras encuestas basadas en criterios científicos confiables fueron
realizadas por D. J. Saer, en el país de Gales, durante los años 1922-1924. Los
«tests» empleados eran: a) la modificación de la escala de Binet por Terman
(Stanford); b) los «tests» de Binet modificados por Burt. Saer tradujo las
preguntas de estos «tests» al galés corriente, y de ese modo los interrogó en su
lengua materna. Los resultados indicaron que los niños monóglotas que
hablaban inglés mostraban invariablemente una superioridad considerable
sobre los niños bilingües de la zona rural. Se observó que en las ciudades y
regiones industriales, la diferencia no era tan significativa. (Los «tests» fueron
traducidos sin las debidas adaptaciones culturales y sociales). Durante los años
treinta, se continuaron realizando investigaciones, pero no se pudo lograr un
adecuado control de las muchas variables de la situación experimental. Pintner
(1932); B. H. Haught (1932); Canady (1936); Medorah E. Smith (1931, 1935, 1939,
1949). La tesis doctoral de Seidl, J. C. G., The Effect of Bilingualism on the
Measurement of Intelligence (1937), presentada en la Universidad de Fordham,
reveló unas conclusiones muy interesantes, pues a pesar de la superioridad
mostrada por los monolingües en los «sub-tests» verbales, los bilingües
resultaban superiores en un «test» de realización práctica. (La Escala de Grace
Althur). En 1937 Seth Arsenian publicó dos trabajos de considerable valor. En
el primero examina a 469 estudiantes judíos, nacidos en Estados Unidos, y que
habían convivido con niños cuya lengua materna era el inglés. Usó el
88
EDUCACIÓN
Cuestionario Hoffman y el grupo bilingüe resultó superior. Llegó a la
conclusión de que no existía relación entre el bilingüismo y las puntuaciones
altas obtenidas en los «tests» de inteligencia. El segundo estudio fue realizado
con 1,152 niños descendientes de italianos y nacidos en Estados Unidos. Su
conclusión es que la adquisición de una segunda lengua no produce efecto
perjudicial aparente sobre la capacidad ni sobre el desarrollo de la inteligencia.
2.
Sobre este tema véase a: (Weinreich 1968: 119-121) y (Ries y otros 1932). Las
dificultades emocionales causadas por el bilingüismo es un tema expuesto
desde el 1915 por Epstein en La pensee et la polyglassie. Nicolás Ries, en su
ponencia presentada en la conferencia internacional celebrada en Luxemburgo
en el 1928, se refiere a los luxemburgueses como seres flemáticos y de mal
carácter debido a su bilingüismo. Otros dos autores citados por Weinreich son:
Wilhelm Henss, Erziehungzfragen der freinden Minderheiten en Bie, Le Bilingüisine
et l’education (1928: 69 86). Se considera que el niño bilingüe cuando se
˜
encuentra lejos de su tierra natal, al ver las diferencias en el mundo que lo
rodea, se ve sometido a una ruptura interior y comienza a luchar para
conseguir una aclaración, para llegar a desarrollarse como un ser íntegro, lo
cual lo llevará a su ruina intelectual y moral (Weinreich 1968: 119). Friedrich
Sander, autor alemán, en su obra, Seelische Stuktur und Sprache;
Stiukturpsychogisches Zum Zweisprachenproblem, «Neue Psychologische Studien»
(1934: 12, 59), ataca el bilingüismo porque no sólo conduce a errores inocuos de
lenguaje, sino que cala a mayor profundidad, especialmente cuando se impone
a la fuerza durante la primera infancia, ya que coloca en peligro la totalidad
cerrada y egocéntrica de una estructura personal en vías de desarrollo . . . Toda
lengua, como sistema articulado interiormente, establece una orientación
precisa, relativamente uniforme y coherente, de la percepción y del
pensamiento en aquellos que la hablan. La consecuencia (del bilingüismo entre
los niños) es que las actitudes interiores, condicionadas por la lengua, no
resistirán estar separadas una de la otra, sino que entrarán en unas tensiones de
conflicto dentro del alma del niño. . . Esta oposición funcional de dos
formaciones lingüísticas puede llevar a perturbaciones de toda la estructura.
3.
Desde el 1939 hasta el 1944, Dorothy T. Spoerl realizó varias encuestas y
concluyó que los problemas del bilingüismo se deben mayormente al medioambiente, y no a los pretendidos problemas de orden lingüístico y psicológico
del aprendizaje de dos o más lenguas (Balkan 1979: 41-42). En el 1958,
A. Anastasi, al considerar la relación entre inteligencia y bilingüismo, dice: «es
evidente que para paragonar dos grupos que hablan lenguas diferentes, no
debieran utilizarse ‘tests’ verbales» (Anastasi 1958: 558).
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