Nota editorial En nuestro interés por preservar la integridad histórica de la Revista Educación, todos los artículos de la colección se presentan en su estado original. Por esto la calidad visual varía de un artículo a otro y de acuerdo a su fecha de publicación. ASPECTOS SUBJETIVOS Y OBJETIVOS DEL BILINGÜISMO María M. López Laguerre 79 ASPECTOS SUBJETIVOS Y OBJETIVOS DEL BILINGÜISMO María M. López Laguerre Durante los últimos años se ha estado hablando mucho sobre el bilingüismo en el quehacer educativo puertorriqueño. Tal parecería que es una circunstancia nueva, cuando en realidad es que esta situación lingüística empezó desde que los primeros pueblos de diversas culturas entraron en contacto. A pesar de la prolongada tradición histórica, la actualidad del bilingüismo parece haber llegado a un punto culminante. La extensión del bilingüismo se acrecienta en el mundo a tal punto que no es un problema que afecte sólo a zonas bilingües, sino que naciones tradicionalmente monóglotas se interesan en la Educación Bilingüe. El mundo parece achicarse ante la creciente interrelación geográfica, debido al desarrollo de los medios de transporte, por lo instantáneo de las telecomunicaciones de masas, por la intensidad de los movimientos migratorios, turísticos y las asociaciones de índole político y económico que se establecen en muchos países. Se ha hecho necesario dotar a comunidades completas de más de una lengua, pues la población se ve precisada a utilizarlas en su vida profesional, educativa, incluso familiar. Es evidente que, frente a un intento de globalización en nuestros días, también existe una exaltación de la personalidad nacional, regional, étnica y una elevación de las hablas locales. La lingüística moderna ha contribuido, en gran manera, a reivindicar las lenguas regionales. El bilingüismo se presenta como una solución, tanto al movimiento de globalización como al de regionalización. El bilingüismo surge como una alternativa para aquellos países en que la lengua materna se encuentra en vías de desaparición. Las situaciones políticas, la necesidad de supervivencia, el temor al aislamiento, el deseo de abrirse paso a mundos más amplios de expresión y comunicación conducen al hombre hacia el aprendizaje de una segunda lengua. El bilingüismo, por estar tan incrustado en la realidad social y cultural en la que se manifiesta, produce una especie de «mitología» que trae, en ciertos momentos, toda una serie de ideas preconcebidas, faltas de fundamento, que se usan tanto para la defensa como para el rechazo del bilingüismo. En algunos grupos se dice que el bilingüismo es una situación un tanto patológica, que afecta negativamente a la inteligencia general, al rendimiento escolar y a los aspectos afectivo-dinámicos de la personalidad. Existe una bibliografía bastante extensa sobre los traumas que sufre el niño bilingüe. Por otro lado, el bilingüismo se defiende por considerársele beneficioso para el desarrollo integral del individuo y, sobre todo, se considera que es una 80 EDUCACIÓN habilidad esencial para poder sobrevivir en el mundo moderno (Balkan 1979: 11-14). A pesar de la prolongada tradición histórica y la extensión del bilingüismo en el mundo, no se ha logrado construir el andamiaje teóricopráctico para conocer la naturaleza psicológica, sociológica y lingüística que implica el contacto entre dos o más lenguas. El mismo problema de definir el bilingüismo obstaculiza el mejor entendimiento. Hay numerosas formas de acercarse a la cuestión del bilingüismo. Las interpretaciones varían dependiendo de cada investigador que aborda el tema de acuerdo con la especialidad. Básicamente se acentúan dos aspectos: la perspectiva subjetiva (psicológica) y la perspectiva objetiva (lingüística). Examinando varias definiciones desde el punto de vista de la lingüística, se corrobora que ofrecer una sola definición es actuar con arbitrariedad. Si nos atenemos al sentido literal del término, el bilingüismo es el hecho, dado en una misma persona, de poder expresarse en dos idiomas naturales, en otras palabras, «el uso alterno de dos idiomas» (Weinreich 1953: 1). Sin lugar a dudas, esta es una definición vaga y muy amplia. Einar Haugen propone que «el bilingüismo comienza en el momento en que el individuo que utiliza una lengua puede emitir enunciados completos y dotados de sentido en la otra lengua» (Haugen 1953: 7). A. von Weiss es más exigente al aclarar que «el bilingüismo es el empleo, tanto activo como pasivo, de dos lenguas por un mismo hablante» (von Weiss 1959: 20). Así mismo se expresa Leonard Bloomfield cuando exige «doble dominio indígena» (Bloomfield 1923: 56) y P. Christopherson añade en la misma dirección: «La única definición posible de un bilingüe es ésta: una persona que conoce dos idiomas con un nivel de competencia análogo al de los hablantes monolingües de estas lenguas» (Chistopherson 1948: 4). William F. Mackey observa que el elemento de mayor confusión ha sido la insistencia en el criterio de igual dominio de dos idiomas. También reclama que un bilingüismo absolutamente perfecto en el sentido exacto de la palabra es imposible. Es muy difícil definir el grado de perfección en el cual un hablante se convierte en bilingüe. Los hablantes nativos no desarrollan la misma competencia en todos los niveles del sistema lingüístico. Así que se debe empezar por aceptar que existen diferentes tipos de individuos bilingües y que se comportan en forma parecida a los monolingües. De hecho, incluso en una sociedad monolingüe, se manifiesta una estratificación social de la lengua. Los sociolectos difieren unos de otros en forma cualitativa y cuantitativa. B. Bernstein hablaba ya de códigos amplios y restringidos.1 1 Bernstein (1964, 1970) realizó estudios para comparar los códigos lingüísticos por nivel socioeconómico. El código amplio o elaborado se refiere a la mayor cantidad de recursos lingüísticos en todos los niveles de expresión. Este autor observó en sus análisis lingüísticos que este código corresponde al nivel sociocultural alto y el código restringido (recursos lizanados), a los grupos en desventaja sociocultural. 81 Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo En el nivel individual se reconocen distintos estilos lingüísticos, también conocidos como «registros» o variedades funcionales.2 Están relacionados con la estructura social y se desplazan desde la situación más formal a la más familiar y espontánea. Al cambiar el contexto comunicativo, el hablante tiene la capacidad de pasar de un registro a otro.3 Lewis Balkan habla de «bilingüismo equilibrado», cuando en un sujeto se da la circunstancia de dos lenguas naturales. A consecuencia del empleo continuado durante los años de formación, estas lenguas se han convertido en instrumentos que traducen el pensamiento y que expresan las intenciones y los estados emotivos tan fielmente una como la otra. Aclara que sólo puede emplearse esta definición cuando se comparan monolingües y bilingües de igual situación social, con el mismo nivel de instrucción, con el mismo pensamiento y análogas intenciones. En el bilingüismo pueden ocurrir lagunas con respecto al léxico o en cualquier otro nivel de una de las lenguas, igual que ocurre en un monolingüe (Balkan 1979: 77-78). Los tipos de bilingües Los investigadores del bilingüismo reconocen que los individuos bilingües difieren de un modo notable en su comportamiento como bilingües. Algunos manejan más de una lengua con la misma facilidad que los nativos y apenas si ocurren interferencias. Otros apenas tienen la misma facilidad y su expresión se caracteriza por las continuas interferencias. Muchos hablantes pasan de una lengua a otra con extraordinaria facilidad; a otros este paso les cuesta mucho trabajo. Osgood y Ervin afirman que existen dos tipos de bilingüismo: un sistema lingüístico compuesto (fusionado o subordinado) y un sistema lingüístico coordinado (distinto o coordinativo). En el primer caso se tiene una asociación entre dos sistema distintos de signos y un solo núcleo de significados (el concepto de «caballo» asociado alternativamente a «horse»). En este caso, se aprende la segunda lengua enlazando cada palabra con la correspondiente en la lengua materna (Osgood y Sebeok 1965:139 y ss.). El bilingüismo coordinado, también conocido como «bilingüe-bicultural», es típico del verdadero bilingüe. Este establece una clara separación entre los dos idiomas que mantienen un núcleo semántico distinto. En este caso, se ha aprendido la lengua en circunstancias constitutivas propias y, con frecuencia, temporalmente distintas. Richard Diebold añade un tercer tipo de bilingüismo, el incipiente, en el que sólo se manejan palabras y expresiones sueltas (Diebold 1961: 97-113). 2 3 Sobre «registro» véase a Gumperz, 1959; Ferguson, 1958; y Reid, 1956. También se usa el término código. El estudio del registro en una sociedad bilingüe puede arrojar alguna luz tanto sobre el concepto de «registro» como de la naturaleza del bilingüismo. Fue en conexión con el bilingüismo que Reid (1956) llamó la atención hacia el fenómeno de «registro» por primera vez. (Véase: Ure y Jeffrey 1974: 115-161). Sobre la relación del estilo y el sociolecto y la clasificación de los estilos, existe una bibliografía bastante extensa. López Morales compendia bastante información acerca de los máximos exponentes del tema y los estudios realizados (López Morales 1978: 51-56). 82 EDUCACIÓN Los estudios relacionados con el bilingüismo Lewis Balkan reconoce dos momentos históricos en este siglo en los cuales se producen dos posiciones diferentes hacia el bilingüismo. El primer momento culmina con el Congreso de Luxemburgo en el 1928, organizado por el «Bureau International de l’Education pour l’étude des problemes du bilingüisme a l’age ecolaire». Hasta este momento el bilingüismo era considerado como un mal al que había que buscarle remedio, ya que afectaba la inteligencia, el rendimiento y la personalidad. Dice Balkan que se justificaba este modo de pensar porque en la mayoría de los estudios realizados habían ocurrido fallos metodológicos (Balkan 1979: 23). Fue en 1920 cuando se empezaron a cuestionar los efectos del bilingüismo sobre la madurez intelectual y la adaptación social del individuo. Los «tests» colectivos de inteligencia que se desarrollaron durante la Primera Guerra Mundial, difundidos ya en el ambiente clínico y escolar, dieron la respuesta a muchas de las interrogantes. El problema más inquietante era el de la adaptación escolar de los niños cuya primera lengua, generalmente la materna, no era la que se empleaba como medio de instrucción escolar. Las observaciones de los maestros, así como los resultados de las investigaciones, demostraban que los niños bilingües alcanzaban un nivel inferior al de sus compañeros monolingües.4 Hasta la década del cuarenta continuaba realizándose una serie de estudios cuyos resultados eran muy contradictorios o carecían de rigor científico.5 Seth Arsenian analizó 32 estudios realizados en los Estados Unidos y encontró que el 60% revelaba desventajas en los bilingües; el 30% indicaba una desventaja de menor importancia y el 10% no ofrecía evidencia alguna sobre estas desventajas (Arsenian y Pinter 1937: 225-236). De la misma manera que se creía que el bilingüe estaba en desventaja en su nivel de inteligencia, también se había promulgado la idea de que el bilingüismo provocaba desequilibrios de la personalidad y trastornos emocionales.6 A partir de la década de los 40, coincidiendo con el internacionalismo prevaleciente, se produjo una actitud de gran optimismo hacia el bilingüismo. Este ya no se consideraba perjudicial, sino beneficioso y necesario para el desarrollo integral del niño. Se hacía necesario aprender lenguas extranjeras para poder vivir en el mundo moderno, por lo que se incrementaba la enseñanza bilingüe, o por lo menos, se enseñaban idiomas extranjeros como asignaturas obligatorias. A comienzos de esta década, L. S. Tireman declaró que lo que entorpecía los estudios realizados con los niños bilingües, se debía a los métodos de investigación utilizados y a la ausencia de un instrumento común de medida del bilingüismo. Pero las investigaciones prosiguen durante los años 4 5 6 Por los resultados de las pruebas verbales se consideraba a estos niños como víctimas de un déficit o handicap lingüístico (Pintner y Keller 1922: 214-222); (Haught 1931: 92-95). Se habló de «confusión mental» (Saer 1923: 25) y de «crecimiento intelectual disminuido a mitad» (Pichon, E. 1947: 65). Véase la nota número 1 al final del ensayo. Véase la nota número 2 al final del ensayo. 83 Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo siguientes aunque siguen siendo censurables desde el punto de vista científico; sin embargo, muchas de las conclusiones favorecen a los estudiantes bilingües.7 Los estudiosos en cuanto a la relación entre la personalidad y el bilingüismo también llegan a conclusiones diferentes. A. von Weiss declara que «la integridad psicológica de la persona bilingüe no sufre a consecuencia del choque con sistemas conceptuales lingüísticamente establecidos, sino a causa de la inseguridad de sus condiciones exteriores de vida» (Weiss 1937: 256-266). En 1946, D. Y. Spoerl corroboró la idea anterior cuando realizó un estudio con un grupo de estudiantes de nivel superior. Llegó a la conclusión de que la inadaptación se ocasiona por la frecuencia e intensidad de los conflictos familiares en las familias bilingües, y no por «el conflicto psíquico» de ser un niño bilingüe (Spoerl 1946: 37-57). Igualmente, J. A. Fishman no encontró correlación significativa cuando estudió las relaciones amistosas y de juegos entre grupos de niños bilingües (Fishman 1952:155-65). El estudio de Elizabeth Peal y Wallace E. Lambert (1962) finaliza el primer momento de la historia del estudio experimental del bilingüismo. Los autores comenzaron por hacer una revisión bibliográfica del tema desde 1920. Se propusieron analizar los efectos del bilingüismo sobre el funcionamiento intelectual del niño y explorar las relaciones entre el bilingüismo, el rendimiento escolar y las actitudes respecto de la comunidad que usaba la segunda lengua del niño como la lengua materna. Formularon la hipótesis de que los bilingües, como grupo, no diferían significativamente de los monolingües en sus cocientes de inteligencia (C. I.), medidos por pruebas o «tests» no verbales estandarizados; la diferencia que esperaban observar era una superioridad de los monolingües en los «tests» verbales.8 Los resultados fueron sorprendentes. No probaron su hipótesis; los bilingües resultaron superiores en todos los «tests» de inteligencia, tanto en los verbales como en los no verbales (E. Peal y W. Lambert 1962). En el 1970, Lewis Balkan confirmó los resultados del experimento anterior. Balkan utilizó las variables sexo, edad, nivel socio-económico e inteligencia general. Para lograr esto, formó parejas bilingües-monolingües comparables en cuanto a estas variables.9 Los resultados revelaron que 105 bilingües más o menos equilibrados superaban a los monolingües, en las dimensiones de plasticidad verbal y perceptiva. Se demostró, además, que las desventajas en el léxico no forman parte necesariamente de la condición del bilingüe. Estas desventajas resultan de un aprendizaje demasiado superficial de una de las lenguas o de las dos. 7 8 9 Véase la nota número 3 al final del ensayo. Hubo mucho cuidado en seleccionar una muestra que mantuviera un bilingüismo equilibrado, determinado por la media de varias medidas objetivas. Se escogió la muestra de un total de 364 niños de 10 años; se seleccionaron 164, todos pertenecientes a la clase media. La muestra se seleccionó entre alumnos suizos y de otras nacionalidades, procedentes de cuatro escuelas privadas de la Suiza Romanche. Las escuelas eran privadas y los alumnos pertenecían a un nivel socioeconómico alto. La muestra incluyó a 75 parejas de sujetos entre las edades de once a dieciséis años. 84 EDUCACIÓN Señala el autor que de «un bilingüismo surgido en un medio que favorezca el pleno desarrollo del niño, un bilingüismo guiado y desarrollado sistemáticamente, aporta al individuo ciertas ventajas que no hay forma de negar». Indica que estas ventajas pueden ser mensurables si se utiliza un instrumento capaz de evidenciarlas, y esto es lo que él hace en su estudio. Mientras más temprano empiezan los bilingües el aprendizaje de las dos lenguas, «mayor es la distinción del sujeto respecto al monolingüe de igual inteligencia general, en una población por lo demás comparable» (Balkan 1979:115-117). Los estudios realizados por Sandra Ben-Zeev (1972, 1975 y 1977) demuestran que los bilingües utilizan estrategias perceptuales distintas y procedimientos más complejos en algunas tareas verbales que los monolingües. Dice la investigadora que los bilingües usan dos estrategias, tanto en las tareas verbales como en las no verbales; y éstas son: mayor atención a la estructura general y mayor facilidad para la reorganización del material. Explica estas diferencias sobre el principio de que el niño bilingüe ha tenido que hacer un gran esfuerzo para hacerse bilingüe, esfuerzo que provee una mayor capacidad para utilizar estructuras sistemáticas. Añade el hecho de que incluso tienen estas ventajas los bilingües, desarrollados en circunstancias desfavorables, que pudieran desarrollar deficiencias de vocabulario y sintaxis. Los estudios recientes se interesan más en investigar cómo el bilingüismo afecta los procesos del pensamiento; les interesa conocer la naturaleza de la influencia de la convivencia de dos códigos lingüísticos sobre la estructura intelectual. Todavía no se puede llegar a conclusiones finales; se necesita más investigación sobre los estilos cognoscitivos característicos del individuo bilingüe. El fenómeno del bilingüismo en una comunidad específica no puede comprenderse sin el conocimiento del fenómeno lingüístico en sus manifestaciones o resultados dentro del comportamiento del individuo y el dinamismo mental (aspecto individual y psicológico del problema). Sin embargo, también se reconoce que el ambiente tiene alguna importancia en lo que se refiere a numerosos rasgos del bilingüismo individual: el dominio de una lengua sobre otra, su función en la promoción social, su valor literariocultural, el afecto y prestigio concedido a una lengua, etc. El bilingüismo colectivo Otro aspecto no menos importante es explicar el bilingüismo en su función dentro del contexto socio-cultural de un país o comunidad conocido como bilingüe. Sin duda que es una transferencia metafórica de significado, pues si bien es difícil describir una competencia dual en un individuo, más difícil resulta describirla en una comunidad. 85 Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo Podemos entender que en una comunidad coexisten dos o más lenguas; también se explica que una porción numerosa de los habitantes sean capaces de comunicarse en tales lenguas con una facilidad relativa. No conocemos ningún país que haya logrado un bilingüismo relativo en la totalidad de su población. Sin lugar a dudas que para entender el bilingüismo colectivo hay que proyectar los fenómenos del bilingüismo individual o psicológico sobre la base de la situación socio-cultural de la comunidad bilingüe. Quede claro que, a pesar de la estrecha relación que une los dos aspectos, se trata de dos realidades distintas cuyo conocimiento implica diferentes metodologías. Del comportamiento individual se ocupa la psicología y del comportamiento colectivo, la sociología o la sociolingüística. La coexistencia de dos o más lenguas en una comunidad implica una dinámica o tensión en que, de un modo u otro, el ambiente socio-cultural influye en muchos de los rasgos del bilingüismo individual. Esta influencia se revela en las siguientes circunstancias: dominio que una lengua ejerza sobre la otra, la implantación de programas educativos bilingües, la función de las lenguas en la promoción social, el momento en que se aprenden ambas lenguas, el valor literario-cultural que se le asigne a las lenguas, las ideas puristas o liberales con respecto a las lenguas, el grado de dominio que se posea sobre cada una de las lenguas, etc. Sin lugar a dudas que la situación que llevó a una región al contacto entre dos o más lenguas imprime unas características propias a cada comunidad. Entre estas situaciones podemos mencionar las siguientes: a. b. c. d. Cuando el bilingüismo surge por necesidad de comunicación con los habitantes de los territorios colindantes. Cuando es consecuencia de procesos de expansión y de unificación. Cuando nace de los movimientos migratorios. Cuando se promueve por los contactos internacionales. Así que cada situación de bilingüismo colectivo debe ser analizada en su propia perspectiva histórica y socio-cultural. Al estudiar los casos históricos de mezclas de colectividades humanas, es importante visualizar las situaciones puramente bilingües, las asimilaciones socio-culturales y sincretismos lingüísticos y los desplazamientos de una lengua por otra. Ya en 1956, W. F. Mackey propuso seis aspectos que deben considerarse al acercarse al fenómeno del bilingüismo, y son los siguientes: a. b. c. Número de lenguas implicadas: puede ser una situación bilingüe o multilingüe. Tipo de lenguas utilizadas: las lenguas pueden estar genéticamente relacionadas; pero puede que no exista la más mínima afinidad entre ellas. Influencia de una lengua sobre otra: se refiere a las interferencias que se producen en los distintos niveles de ambas lenguas. 86 EDUCACIÓN d. Grado de perfección: varía desde un estado ideal de posesión hasta el estado menos perfecto justificable. e. Oscilaciones: se ha observado que un individuo demuestra ciertas preferencias entre una lengua y otra en diferentes etapas de su vida. f. Función social: se refiere a las diferentes situaciones y a los diferentes niveles sociales que llevan al individuo a usar una lengua diferente (Mackey 1956: 1 y ss.). La interferencia lingüística El fenómeno de la interferencia lingüística entre dos o más lenguas representa un problema de vital importancia para el lingüista. El problema lingüístico que plantea el bilingüismo es el de describir los diversos sistemas en contacto, buscar las diferencias entre los sistemas y ver cuáles son las fuentes de dificultad que surgen a propósito del manejo de más de una lengua. Otro problema es el de anticipar las formas de interferencia que puede producir el contacto. Igual de importante es examinar en el habla de los bilingües las desviaciones de las normas unilingües supuestamente originadas por el bilingüismo (Weinreich 1968:1-2). Las interferencias lingüísticas pueden ocurrir en cualquiera de los niveles de las lenguas: fónico, morfológico, sintáctico, o semántico; y es natural que preocupen al lingüista, quien sabe que a mayor grado de interferencia, mayor probabilidad existe de la sustitución de una lengua o la amalgamación de un sistema. Weinreich sugiere que se haga una descripción completa de la interferencia de las lenguas en contacto que separe en la definición la persistencia o la desaparición de los fenómenos lingüísticos (Weinreich 1968: 3). A veces se tiende a confundir la interferencia con el préstamo lingüístico.10 La descripción de la interferencia sólo será posible si se consideran los factores extralingüísticos que yacen tras las diferencias estructurales de la lengua. El contacto lingüístico no se puede entender adecuadamente fuera del marco socio-cultural (Weinreich 1963-6). Entre los factores no estructurales hay algunos que son inherentes a la relación del bilingüe y a las lenguas con que entra en contacto. Weinreich menciona los siguientes: 1. La facilidad de expresión oral del hablante y su habilidad para mantener las lenguas separadas. 2. La relativa habilidad o aprovechamiento en cada lengua. 3. La especialidad en el uso de cada lengua por temas e interlocutores. 4. La forma de aprender cada lengua. 5. Las actitudes hacia cada lengua, ya sean idiosincrásicas o estereotipadas. 10 Haugen estudia los problemas inherentes al préstamo lingüístico y establece una clara diferenciación entre los diferentes tipos de préstamos (Haugen 1950: 109). 87 Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo 6. El tamaño del grupo bilingüe y su homogeneidad socio-cultural o su diferenciación en ese aspecto; las relaciones políticas y sociales entre los subgrupos. 7. El predominio de individuos bilingües en los diferentes subgrupos que compartan unas características de conducta verbal (en el contexto de los puntos anteriores 1-6). 8. Las actitudes estereotipadas de prestigio o desprestigio (hacia el status de la lengua materna indígena o la de los inmigrantes). 9. Las actitudes hacia la cultura de cada comunidad lingüística. 10. Las actitudes hacia el bilingüismo como tal. 11. La tolerancia o intolerancia en cuanto a la mezcla de lenguas y al habla incorrecta de cada lengua. 12. La relación entre el grupo bilingüe y cada una de las comunidades lingüísticas, de las cuales es un segmento marginal. Se manifiesta la importancia que Weinreich le concede al estudio de las actitudes para comprender el fenómeno de interferencia en una comunidad bilingüe. El estudio de las actitudes lingüísticas en un país o comunidad donde coexistan dos o más lenguas en contacto contribuirá a que la planificación educativa de las lenguas se oriente hacia las necesidades reales de ese pueblo. Además, estas actitudes ayudarán a comprender los problemas de interferencia (en términos de grado, función y alternancia). NOTAS 1. Las primeras encuestas basadas en criterios científicos confiables fueron realizadas por D. J. Saer, en el país de Gales, durante los años 1922-1924. Los «tests» empleados eran: a) la modificación de la escala de Binet por Terman (Stanford); b) los «tests» de Binet modificados por Burt. Saer tradujo las preguntas de estos «tests» al galés corriente, y de ese modo los interrogó en su lengua materna. Los resultados indicaron que los niños monóglotas que hablaban inglés mostraban invariablemente una superioridad considerable sobre los niños bilingües de la zona rural. Se observó que en las ciudades y regiones industriales, la diferencia no era tan significativa. (Los «tests» fueron traducidos sin las debidas adaptaciones culturales y sociales). Durante los años treinta, se continuaron realizando investigaciones, pero no se pudo lograr un adecuado control de las muchas variables de la situación experimental. Pintner (1932); B. H. Haught (1932); Canady (1936); Medorah E. Smith (1931, 1935, 1939, 1949). La tesis doctoral de Seidl, J. C. G., The Effect of Bilingualism on the Measurement of Intelligence (1937), presentada en la Universidad de Fordham, reveló unas conclusiones muy interesantes, pues a pesar de la superioridad mostrada por los monolingües en los «sub-tests» verbales, los bilingües resultaban superiores en un «test» de realización práctica. (La Escala de Grace Althur). En 1937 Seth Arsenian publicó dos trabajos de considerable valor. En el primero examina a 469 estudiantes judíos, nacidos en Estados Unidos, y que habían convivido con niños cuya lengua materna era el inglés. Usó el 88 EDUCACIÓN Cuestionario Hoffman y el grupo bilingüe resultó superior. Llegó a la conclusión de que no existía relación entre el bilingüismo y las puntuaciones altas obtenidas en los «tests» de inteligencia. El segundo estudio fue realizado con 1,152 niños descendientes de italianos y nacidos en Estados Unidos. Su conclusión es que la adquisición de una segunda lengua no produce efecto perjudicial aparente sobre la capacidad ni sobre el desarrollo de la inteligencia. 2. Sobre este tema véase a: (Weinreich 1968: 119-121) y (Ries y otros 1932). Las dificultades emocionales causadas por el bilingüismo es un tema expuesto desde el 1915 por Epstein en La pensee et la polyglassie. Nicolás Ries, en su ponencia presentada en la conferencia internacional celebrada en Luxemburgo en el 1928, se refiere a los luxemburgueses como seres flemáticos y de mal carácter debido a su bilingüismo. Otros dos autores citados por Weinreich son: Wilhelm Henss, Erziehungzfragen der freinden Minderheiten en Bie, Le Bilingüisine et l’education (1928: 69 86). Se considera que el niño bilingüe cuando se ˜ encuentra lejos de su tierra natal, al ver las diferencias en el mundo que lo rodea, se ve sometido a una ruptura interior y comienza a luchar para conseguir una aclaración, para llegar a desarrollarse como un ser íntegro, lo cual lo llevará a su ruina intelectual y moral (Weinreich 1968: 119). Friedrich Sander, autor alemán, en su obra, Seelische Stuktur und Sprache; Stiukturpsychogisches Zum Zweisprachenproblem, «Neue Psychologische Studien» (1934: 12, 59), ataca el bilingüismo porque no sólo conduce a errores inocuos de lenguaje, sino que cala a mayor profundidad, especialmente cuando se impone a la fuerza durante la primera infancia, ya que coloca en peligro la totalidad cerrada y egocéntrica de una estructura personal en vías de desarrollo . . . Toda lengua, como sistema articulado interiormente, establece una orientación precisa, relativamente uniforme y coherente, de la percepción y del pensamiento en aquellos que la hablan. La consecuencia (del bilingüismo entre los niños) es que las actitudes interiores, condicionadas por la lengua, no resistirán estar separadas una de la otra, sino que entrarán en unas tensiones de conflicto dentro del alma del niño. . . Esta oposición funcional de dos formaciones lingüísticas puede llevar a perturbaciones de toda la estructura. 3. Desde el 1939 hasta el 1944, Dorothy T. Spoerl realizó varias encuestas y concluyó que los problemas del bilingüismo se deben mayormente al medioambiente, y no a los pretendidos problemas de orden lingüístico y psicológico del aprendizaje de dos o más lenguas (Balkan 1979: 41-42). En el 1958, A. Anastasi, al considerar la relación entre inteligencia y bilingüismo, dice: «es evidente que para paragonar dos grupos que hablan lenguas diferentes, no debieran utilizarse ‘tests’ verbales» (Anastasi 1958: 558). Referencias Anastasi, A. (1958). Differential psychology. Nueva York: Macmillan. Arsenian, Seth y R. Pintner (1937). «The relation of bilingualism to verbal intelligence and to school adjustment». Journal of Education Research. 31: 225-236. Balkan, Lewis (1979). Los efectos del bilingüismo en las aptitudes intelectuales. Madrid: Ediciones Marova. 89 Aspectos subjetivos y objetivos del bilingüismo Bernstein, Abraham (1907). Teaching english in high school. New York: Random House. Bernstein, Basil (1977). (1964). «Elaborated and restricted codes: Their social origins and some consequences», en The Ethnography of communications, número especial de A. A. J. J. Gumperz y D. Hymes (eds.). Washington D.C. Bloomfield, Leonard (1933). Language. New York: Holt Rinehart and Winston. Canady, H.G. (1936). «The effect of ’rapport’ on the IQ: A new approach to the problem of racial psychology». Journal of Negro Education. 5. pp. 209-219. Diebold, A. R. (1961). «Incipient bilingualism». Language. 37: 97-112. Peal, E. y W. E. Lambert (1962). «The relation of bilingualism to intelligence». Psychological Monographs. 76: p. 27. Ferguson, Charles A. (1974). «Sounding some topics in the study of language attitudes in multilingual areas». Ponencia presentada en Tri-University Meeting on Language Attitudes. Yeshiva University. (Citado por Cooper y Fishman 1974: 6). Fishman, Joshua (1979). Sociología del lenguaje. Madrid: Ediciones Cátedra. Fishman, Joshua A., Robert L. Cooper, and Roxana Ma. (1971). Bilingualism in the barrio. Language science monographs. Bloomington, Indiana: Research Center in Anthropology, Folklore, and Linguistics. Fishman, Joshua A., Robert L. Cooper y Andrew W. Conrad (1969). The spread of English. Massachusetts: Newbury House Publishers. Fishman, Joshua A. (ed.) (1968). Readings in the sociology of language. The Hague: Mouton. Fishman, J. A. et al. (1966). Language loyalty in the United States; The maintenance and perpetuation of non-english mother tongues by American ethnic and religious groups. Mouton: The Hague. Gumperz, John J. (1974). «Tipos de comunidades lingüísticas», en Antología de estudios de etnolingüística y sociolingüística. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Haugen, Einar (1974). «Algunos problemas en sociolingüística», en Uribe-Villegas (ed.), en La sociolingüística actual, algunos de sus problemas, planteamientos y soluciones. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Haught, B.F. (1931). «The Language Difficulty of Spanish-American Children». JAP. 15. pp. 92-95. Huyke, Isabel (1978). «Índices de densidad léxica: anglicismos en la zona metropolitana de San Juan», en H. López Morales (ed.). Corrientes actuales en la dialectología del Caribe Hispánico. Río Piedras: Editorial Universitaria. Universidad de Puerto Rico. pp. 147-163. López Morales, Humberto (1982). «Léxico textil», en: Léxico industrial de Puerto Rico. Vol. 1. Industria Textil: Vocabulario. San Juan, P.R.: Publicaciones de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española. pp. 5-37. Mackey, William F. (1967). «The description and measurement of bilingualism». The Linguistic Reporter, Órgano del «Center for Applied Linguistics». Washington, D.C.: Vol. 9. Núm. 5. pp. 1-3. Osgood, Charles E. et. al. (1976). «Medición de actitudes», en Summers, G. Medición de actitudes. México: Editorial Trillas. 90 EDUCACIÓN Osgood, Charles E., George J. Suci, and Percy H. Tannenbaum (1971). The measurement of meaning. Chicago: University of Illinois Press. Osgood, C. E. y S. Sebeok (1965). «Compound and coordinate systems». Psycholinguistics. Indiana University Press. Pichon, E. (1947). Le dévelopment de l’enfant et de l’adolescent. París. Pintner, R. (1932). «The influence of language background on intelligence tests». JSP. 3. pp. 325-340. Pintner, R. y Keller (1922). «Intelligence tests of foreign children». JEP. 13. pp. 214-222. Reid, T. B. (1956). «Linguistics, structuralism and philology». Archivum Linguisticum. Vol. 8. Núm. 2. Saer, D. J. (1923). «The effects of bilingualism on intelligence». BJP. 14. pp. 25-38. Smith, Medorah E. (1931). «A study of five bilingual children from the same family». CD. 2. pp. 184-187. Spoerl, Dorothy T. (1944). «The academic and verbal adjustment of college age bilingual students». JGP. 64. pp. 139-157. . (1946). «Bilinguality and emotional adjustment». JASP. 38. pp. 37-57. Ure, Jean y Jeffrey Ellis (1974). «El registro en la lingüística descriptiva y en la sociología lingüística», en Uribe-Villegas (ed.). La sociolingüística actual, algunos de sus problemas, planteamientos y soluciones. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Weinreich, Uriel (1976). «Unilingüismo y multilingüismo», en André Martinet (Ed.). Tratado del lenguaje. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. pp. 81-117. Weiss, A. von (1959). Haupt probleme der Zweisprachigkeit. Heilderberg: Gross Verlag.