Por: Williams Alexander Robles Sevilla - Facultad de Derecho

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LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN EL SISTEMA PROCESAL PENAL
PERUANO
Por: Williams Alexander Robles Sevilla∗
En el proceso penal peruano, la valoración de la prueba está regida por el sistema
de libre valoración o sana crítica racional que brinda al juez de la necesaria
libertad para valorar la prueba como de su debida fundamentación. Es así que en
el Código de Procedimientos Penales establecía en el art. 283° “Los hechos y las
pruebas que los abonen serán apreciados con criterio de conciencia”, y en el
Código Procesal Penal del 2004 en el art. 158° nos dice que “En la valoración de
la prueba el Juez deberá observar las reglas de la lógica, la ciencia y las máximas
de experiencia, y expondrá los resultados obtenidos y los criterios adoptados”,
evidenciando con ello las características de libre valoración del juez y su
fundamentación propio del sistema de libre valoración.
Asimismo dentro del mismo precepto podemos extraer que el sistema de libre
valoración tiene ciertos alcances ya que el criterio del juez no es ilimitado, en
palabras del Dr. San Martín Castro, “si bien en el procedimiento penal
contemporáneo no existen pruebas tasadas o de valoración legal y, por tanto, el
juez no está vinculado a una determinada disposición probatoria, ello no significa
que la valoración está sometida al libre arbitrio judicial, sino que se trata de una
“discrecionalidad jurídicamente vinculada1”. Esta vinculación a que hace referencia
es que el juez al momento de valorar una determinada prueba tiene que tener en
cuenta las reglas de la razón, la lógica, los principios de experiencia o de
conocimientos científicos en los que se basa su criterio.
∗
Estudiante del 8º ciclo (4to Año) de la Facultad de Derecho de la Universidad de San Martín de Porres (USMP). Asistente Académico del Curso de Derecho Procesal Penal I en la Facultad de Derecho – USMP. Integrante del Centro de Estudios de Derecho Penal de la Facultad de Derecho –USMP. Colaborador del Taller de Investigación Jurídico – Penal de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 1
SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Editorial Grijley. 2º edición. Lima ‐ 2003. Pág. 901. 1
Ahora bien, siendo la prueba el único medio posible para acreditar y crear certeza
de la responsabilidad penal del imputado en el proceso penal y de esta manera
desvirtuar el principio constitucional de la presunción de inocencia nos parece
importante señalar algunas cuestiones derivadas de este enfrentamiento entre el
sistema de libre valoración de las pruebas y la presunción de inocencia.
Como sabemos la presunción de inocencia se encuentra incorporada en nuestra
constitución en el art. 2° inc. e) que señala “Toda persona es considerada inocente
mientras no se demuestre jurídicamente lo contrario”, en ella se establece
sustancialmente su contenido como garantía de respeto al imputado pero más
específicamente podemos apreciar la relación entre la presunción de inocencia y
la valoración de la prueba en el art. II del Título Preliminar que señala lo siguiente
“se requiere de una suficiente actividad probatoria de cargo, obtenida y actuada
con las debidas garantías procesales”.
Otro de los principios que se pueden apreciar en este artículo es el indubio pro reo
expresado como sigue “en caso de duda sobre la responsabilidad penal debe
resolverse a favor del imputado”.
Entonces tenemos que en el proceso penal tanto la presunción de inocencia como
el indubio pro reo tienen un papel importante en la valoración de las pruebas,
estableciendo cada uno preceptos de necesario cumplimiento, sin embargo para
un sector de la doctrina considera que el indubio pro reo se integra a la presunción
de inocencia, como señala Miranda Estrampes “sería acertado afirmar que la
presunción de inocencia ha venido a sustituir al principio de indubio pro reo, como
regla de juicio y que desde tal perspectiva el principio de presunción de inocencia
determinará la absolución del procesado en los siguientes casos; a) de ausencia
de prueba adecuada, b) insuficiencia de prueba de cargo2. Entendiéndose por
estos dos conceptos por prueba adecuada, la prueba que se adecua al proceso
2
MIRANDA ESTAMPRES, Manuel citado por SANCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de Derecho Procesal Penal. Editorial IDEMSA. 1º edición. Lima – 2004. Pág. 720. 2
penal es decir que sea pertinente para conocer el objeto materia de imputación, la
insuficiencia probatoria, no es otra cosa que la falta de pruebas necesarias para
acreditar la responsabilidad penal del procesado.
Nosotros creemos que se debe entender a la presunción de inocencia y el indubio
pro reo como dos conceptos similares pero como regla de juicio en la valoración
de la prueba el principio del indubio pro reo se
encuentra inmerso en la de
presunción de inocencia, a decir de Pedraz Penalva nos dice que “la presunción
de inocencia opera imponiendo la absolución del acusado tanto en los supuestos
de ausencia total de la prueba (vacío probatorio) como en los supuestos de
insuficiencia probatoria o duda razonable3”.
Ahora bien en atención al principio de presunción de inocencia es necesario reconceptualizar la libre valoración de la prueba, por ello es necesario que se
cumplan tres requisitos como señala Juan Igartúa Salaverría:
1. Que la fuente de información utilizada por el juez en su razonamiento sea
una prueba en el sentido de reconocimiento que la ley fija, por tanto no es
legítimo condenar con pruebas inexistente.
2. Que además de presencia formal de prueba es necesario que estas sean
congruentes con lo que ha de probarse, es decir, que el resultado de la
prueba sea tal que pueda racionalmente considerarse de cargo.
3. Que las pruebas congruentes arriba señaladas, sean suficientes para
fundamentar el juicio de culpabilidad del procesado4.
3
PEDRAZ PENALVA, E. Introducción al Derecho Procesal Penal (acotado al ordenamiento jurídico nicaragüense), Editorial Hispaner. Managua, 2003. Pág. 451 y ss. 4
IGARTUA SALAVERRÍA, Juan. Citado por SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. 2003. Ob.cit. Pág. 902. 3
Nuestra jurisprudencia nacional ha expresado claramente los requisitos que
legitiman este sistema de valoración, en ese sentido nuestra Corte Suprema
señala lo siguiente:
“Si bien el Juez o la Sala sentenciadora son soberanos en la
apreciación de la prueba, esta no puede llevarse a cabo sin limitación
alguna, sino que sobre la base de una actividad probatoria concreta –
nadie puede ser condenado sin pruebas y que estas sean de cargo--,
jurídicamente de correcta –las pruebas han de ser practicadas con
todas y cada una de las garantías que le son propias y legalmente
exigibles--. Se ha de llevar a cabo de arreglo a las normas de la
lógica, máximas de la experiencia –determinadas desde parámetros
objetivos—o de la sana crítica, razonándola debidamente”.(Acuerdo
Plenario N° 2-2005/CJ-116).
Nuestro Código Procesal Penal también establece como reglas para la valoración
de las pruebas, que “solo pueden ser objeto de valoración las pruebas
incorporadas legítimamente en el juicio oral (art. 393°.1). También nos dice que
“no pueden ser utilizadas para la valoración de pruebas obtenidas directa o
indirectamente
con
violación
del
contenido
esencial
de
los
derechos
fundamentales (art. VIII del Título Preliminar), asimismo “para la valoración de las
pruebas, en primer lugar el juez procederá a examinarlas individualmente y luego
conjuntamente con las demás (art. 392.2), “En la valoración de la prueba, el juez
expondrá los resultados obtenidos y los criterios adoptados (art. 158° inc. 1)
Asimismo, en el art. 394.3 del presente Código prevé que la sentencia tendrá que
contener “la motivación clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y
circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la valoración de la
prueba que la sustenta, con indicación del razonamiento que la justifique”,
afirmando con ello el sistema de valoración “de la sana crítica” y sus reglas que
han sido desarrolladas con anterioridad (principios de la lógica, las máximas de
4
experiencia y los conocimientos científicos y los que han sido adoptado por
nuestro sistema procesal.
Se establecen también determinados preceptos que establecen la valoración en
los supuestos de la confesión del acusado (art. 160°), los supuestos de testigos de
referencia, declaración de arrepentidos o colaboradores además de situaciones
similares que requieren de la corroboración con otros elementos de prueba (art.
158° inc.2), y finalmente en los casos de la prueba por indicios o indiciaria
(art.158°inc.3).
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