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Alcances del citodiagnóstico
en la evaluación de líquido peritoneal en pequeños animales.
Rosciani, Adriana S. - Merlo, Winnie A. - Macció, Orlando A. - Piuzzi, María L.
Servicio de Diagnóstico Histopatológico - Facultad de Ciencias Veterinarias - UNNE.
Sargento Cabral 2139 - (3400) Corrientes - Argentina.
E-mail: [email protected].
Trabajo subsidiado por la Secretaría General de Ciencia y Técnica - UNNE - PI Nº 560
ANTECEDENTES
Los líquidos peritoneal, pericárdico y pleural son normalmente escasos y constituyen una sustancia fluida,
serosa formada por el ultrafiltrado sanguíneo. Cualquier cambio en los mecanismos normales de formación o de
remoción de estos líquidos, lleva al aumento y acumulación de los mismos en las cavidades (Kristensen y
Feldman, 1986). Tales efusiones pueden originarse en causas tan variadas como traumatismos,
hipoproteinemia, enfermedades del hígado, riñones o del corazón, ruptura de la vejiga, enfermedades
infecciosas o neoplásicas (Larkin, 1994). La citología exfoliativa permite acrecentar la seguridad diagnóstica al
evaluar este tipo de líquidos (Else y Simpson, 1988) ya que los hallazgos citológicos caracterizan procesos no
inflamatorios, inflamatorios ó neoplásicos (Seybold et al. 1982, Kristensen y Feldman, 1986; Cowel et al.,
1993; Larkin, 1994).
En general un trasudado es un líquido claro, amarillo pálido, con menos de 3 g/dl de proteínas, el cual no
coagula. Es improbable el hallazgo de células malignas en una efusión de estas características (De May, 1996).
En cambio, un exudado presenta un aspecto turbio, amarillo sanguinolento, con más de 3 g/dl de proteínas y
con tendencia a la coagulación (De May, 1996). Larkin (1994) menciona que las efusiones neoplásicas pueden
presentarse como trasudados modificados ó como exudados.
En pacientes con una neoplasia previamente diagnosticada, la detección de células malignas en una efusión,
muestra la evolución desfavorable del proceso (Clinkenbeard, 1992). Por otra parte, la observación de células
tumorales pone en evidencia procesos no advertidos con anterioridad.
Las células mesoteliales miden entre 10 y 20 um, son poligonales y presentan núcleo redondeado y citoplasma
bien delimitado con el área externa más clara debido a la presencia de largas microvellosidades. Estas células
se exfolian en forma aislada o formando colgajos con aspecto de “fila india” ó pseudopapilas con borde
festoneado. Se las diferencia de grupos de macrófagos, porque entre ellas puede haber amoldamiento nuclear y
cuando se encuentran dos células juntas, se observa típicamente “una ventana” entre ambas, lo que las distingue
de las células carcinomatosas (De May, 1996).
La variabilidad morfológica de las células mesoteliales reactivas es tal, que exige cautela en la valoración de
posibles neoplasias de este origen (Kristensen y Feldman, 1986; Else y Simpson, 1988; Clinkenbeard, 1992;
Tyler et al., 1993). El mesotelioma maligno es una entidad sumamente rara, que sólo debe sospecharse cuando
los rasgos de malignidad son extremos y exige confirmación histopatológica. Ocasionalmente los procesos
inflamatorios llevan a una irritación muy marcada de la cubierta serosa, provocando la multiplicación de las
células mesoteliales que descaman mostrando figuras atípicas (Larkin, 1994).
Esta comunicación tiene como propósito resaltar que el citodiagnóstico presenta tantas posibilidades en la
evaluación de líquidos como en el examen de lesiones sólidas.
MATERIALES Y METODOS
El material estudiado fue remitido al Servicio de Diagnóstico Histopatológico de la Facultad de Ciencias
Veterinarias, por el Hospital de Clínicas y por profesionales particulares.
Han sido evaluadas 46 muestras de líquido peritoneal de las especies canina y felina. Los cuadros clínicos
fueron variados de acuerdo al origen de la colecta, siendo el signo presente en casi todos ellos, el aumento
marcado de líquido en cavidad abdominal.
Los especímenes recibidos fueron centrifugados a bajas revoluciones, efectuándose los extendidos con el
sedimento. La fijación se realizó con alcohol de 96 º, durante cinco minutos. Posteriormente fueron coloreados
con Hematoxilina y Eosina, Papanicolaou y Wright.
La interpretación de los preparados citológicos se llevó a cabo teniendo en cuenta:
- Celularidad: Escasa, moderada, considerable, abundante.
- Población celular: Homogénea, heterogénea
- Características celulares en particular: Núcleo, citoplasma
- Características del fondo: Microorganismos, material amorfo, etc.
Los diagnósticos emitidos se ajustaron a la clasificación presentada por Larkin (1994).
RESULTADOS
Los diferentes cuadros citológicos hallados en nuestra casuística se encuadraron como trasudados (50%),
exudados (33%) y efusiones neoplásicas (17%).
Trasudados y trasudados modificados:
Los especímenes diagnosticados como trasudados mostraron escasa celularidad, representada por ocasionales
células mesoteliales aisladas ó en colgajos. Estas células presentaron forma redondeada con núcleo grande
central ó paracentral, cromatina granulada fina y citoplasma bien delimitado intensamente coloreado, que en
algunos casos evidenció vacuolas degenerativas. Neutrófilos, histiocitos, linfocitos y eritrocitos fueron poco
frecuentes. El fondo se encontró limpio y claro.
En los trasudados modificados se observaron células mesoteliales reactivas con núcleos de cromatina en grumos
gruesos interpretados como hipercromasia. Estas células se disponían en forma aislada y también formando
pequeños acúmulos de característicos bordes festoneados. En ocasiones se detectaron imágenes de citofagia y
células binucleadas. Fueron frecuentes los histiocitos con citoplasma espumoso, así como linfocitos, neutrófilos
conservados y eritrocitos. El fondo presentó generalmente material proteináceo.
Exudados:
Comúnmente mostraron celularidad marcada con predominio de leucocitos polimorfonucleares, frecuentes
histiocitos espumosos, cantidades variables de linfocitos y plasmocitos, así como de eosinófilos y mastocitos. El
fondo presentó un material proteináceo eosinófilo intenso, granular, siendo en los casos con diagnóstico
presuntivo de peritonitis infecciosa felina, de aspecto típicamente fibrilar. Fue común observar restos celulares
en cantidades variables y en ocasiones se detectaron microorganismos intra y extracelulares en coincidencia con
gran número de neutrófilos en lisis.
Efusiones neoplásicas:
Los diferentes casos estudiados dentro de este grupo presentaron celularidad variable. En general, se detectaron
poblaciones distintas, representadas por células mesoteliales reactivas predominantemente en acúmulos de
bordes festoneados, células inflamatorias como histiocitos, linfocitos, ocasionalmente abundantes, neutrófilos
y células “foráneas” de características atípicas, correspondientes al proceso neoplásico que ocasionaba la
efusión. Las células neoplásicas mostraron forma y tamaño variable, dependiendo obviamente de su origen. En
algunos especimenes la presencia de células tumorales indiferenciadas dificultó su identificación.
DISCUSION Y CONCLUSIONES
Según Cowell et al.,1993, una mayor cantidad de líquido abdominal no constituye, quizás, una enfermedad en
sí misma, pero indica la presencia de alguna alteración en sus sistemas de producción y /ó remoción ó la
existencia de otra causa ajena a los mismos. El tipo de líquido acumulado en exceso se puede encasillar dentro
de alguno de los cuadros típicos que los autores han adoptado de la clasificación que hace Larkin (1994). La
diferencia entre trasudados y trasudados modificados es marcada en muchos casos, por lo que su distinción se
ha presentado. Por otra parte, se desea resaltar la dificultad manifestada por diversos autores como De May
(1996) y Koss (1992) en la valoración de las características de las células mesoteliales reactivas, ya que en
ocasiones se han mostrado como figuras atípicas en los casos estudiados.
Coincidimos con los autores aquí citados en que: por medio del examen citológico, acompañado de otros datos
clínicos, es posible en muchos casos definir el tipo de proceso y orientar el tratamiento a instaurar, permitiendo
la emisión de un pronóstico determinado.
BIBLIOGRAFIA
1- Clinkenbeard, K.D. 1992. Diagnostic Cytology: Carcinomas in Pleural Effusions. Compendium on
Continuing Education, 14 (2): 187-195.
2- Cowell, R. L.; Tyler, D.R.; Meinkoth, J.H. 1993. Abdominal and Thoracic Fluid. In: Diagnostic Cytology of
the dog and cat. California. Edit. American Veterinary Publications, Inc. p. 151-166.
3- De May, R. 1996. The Art and Science of Cytopathology. Tomos I y II. Chicago. American Society of
clinilal Pathologists. 1208 pp.
4- Else, R.W.; Simpson, J.W. 1988. Diagnostic value of exfoliative cytololgy of body fluids in dogs and cats.
The Veterinary Record, 123: 70-76.
5- Feldman, B. 1984. Citología Clínica de Medicina Veterinaria. En: Cursillo de actualización en citología
clínica en Veterinaria. Sociedad Argentina de Patología Clínica Veterinaria. Bs. As. Octubre de 1984. p. 49.
6- Koss, L.G. 1992. Diagnostic Cytology and its Histopathologic Bases. 4º Ed.Philadelphia: Lippincott.
p.69-98.
7- Kristensen, A.; Feldman, B.F. 1986. Cytology in Veterinary Practice: A review of Clinical Cytology-Body
Fluids, Lymph Nodes and Skin Neoplasms. Nord. Vet. -Med., 38: 321-332.
8- Larkin, H. A. 1994. Veterinary Cytology- Collection and Examination of Body Cavity Fluids in Animals.
Irish Veterinary Journal, 47 (5): 211-219.
9- Seybold, I.; Goldston , R.T.; Wilkes, R.D. 1982. Exfoliative cytology. Veterinary Medicin /Small Animal
Clinician, 31: 1029-1033.
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