A quitarse aretes y tatuajes para conseguir empleo

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PERSPECTIVA
El fenómeno del tatuaje está relacionado con el culto al cuerpo
A quitarse aretes
y tatuajes para
conseguir empleo
Aunque la discriminación o prejuicios
contra las personas tatuadas ha
disminuido, “todavía algunos
reclutadores piensan que no aportan
una buena imagen a las empresas”,
advierte responsable de la bolsa de
trabajo de la UdeG.
Juan Carrillo Armenta
[email protected]
S
i alguien que busca
trabajo como directivo o
ejecutivo, tiene aretes o
tatuajes ostentosos en partes
visibles, más vale quitárselos
u ocultarlos, pues de otra
manera no encontrará empleo,
advierte el maestro Francisco
Javier Romero Mena, jefe de la
Unidad de apoyos económicos y
responsable de la bolsa de trabajo
FRANCISCO QUIRARTE
Sociedad
de la Coordinación de Servicios
Estudiantiles, de la Universidad
de Guadalajara.
Aunque la discriminación o
prejuicios contra las personas
tatuadas ha disminuido, “todavía
algunos reclutadores piensan que
no aportan una buena imagen a las
empresas”.
No creen que sean vándalos o
que estén involucrados en drogas
o magia negra, pero “consideran
que su compañía no estará bien
representada”.
De acuerdo con Romero
Mena, los candidatos saben de
antemano que pueden causar
una mala impresión. Asisten a las
entrevistas de trabajo sin aretes en
el rostro y con camisas de manga
larga.
“Tratan de competir en las
mismas circunstancias que los
demás, y para eso acuden a sus
citas de la manera más ‘formal’
posible.
“Ante una negativa, ninguna
ley es válida, pues al final de
cuentas la empresa contrata a
quien considera con las mejores
características.
“La Coordinación de Servicios
Estudiantiles
implementó
un programa para que los
candidatos a algún puesto
laboral, asistan al Hospital
Civil, y por una módica cantidad
puedan quitarse los tatuajes de
manos y cuello, que son los más
difíciles de ocultar”.
EL CULTO AL CUERPO
El fenómeno del tatuaje está
relacionado con el culto al cuerpo
y al énfasis en lo físico, algo que
constituye una característica
de la postmodernidad, señaló
el doctor Rogelio Luna, jefe del
Departamento de Sociología, de
la Universidad de Guadalajara.
Dicha preocupación también
está reflejada en la proliferación de
estéticas para modificar el cuerpo,
alimentos orgánicos y lights, dietas
y gimnasios.
En palabras del investigador,
dicho énfasis en la apariencia no
está mal del todo, aunque desde
cierta perspectiva, y sobre todo
para las mentalidades obsoletas
y más reacias, ciertos tatuajes
pueden ser repugnantes.
“Es indudable que los hay
de cualquier tipo: desde los más
artísticos, bien elaborados y
estéticos, hasta algunos bastante
crudos y violentos”.
—¿Por qué rechazan a estos
individuos en las empresas?
—Sin duda este prejuicio proviene
de un viejo criterio: una persona,
por ser ‘distinta’ a los demás,
causa desconfianza.
Debemos reconocer que
Hollywood ha contribuido a
incrementar esta mala imagen, ya
que sus filmes asocian el tatuaje
con los criminales. Sin embargo,
existe un abuso de esas imágenes,
porque tipos malos hay tatuados
y sin tatuar.
Indica que el sentido común
funciona con estereotipos,
características que el cine y los
medios de comunicación explotan.
EL NEGOCIO DEL
PIERCING
Eduardo no aparenta los 30 años
que tiene. A decir de sus amigos, es
un joven tímido y sin vicios.
Desde los 15 años tatuó sus
brazos y espalda; hace 10 es un
artista del cuerpo, como él dice.
Dedica buena parte de su tiempo
a tatuar a otros, actividad que
ha acogido como su profesión y
modus vivendi.
Atiende un promedio de
tres clientes al día. Por algo
“sencillo” (un tatuaje de 12 por
12 centímetros) puede cobrar
hasta 700 pesos, ya que “son
caros los materiales de trabajo,
esterilización de agujas y tintas”.
Añade que esta atípica forma
de expresión comienza a ser
aceptada como un arte.
—Sin embargo, hay empresas
que rechazan a quienes están
tatuados.
—En Estados Unidos eso no
ocurre, ya que pueden demandar
a las compañías por negar trabajo.
Espero que eso pronto suceda
aquí.
—Por las figuras que utiliza, ¿el
tatuaje está asociado a las drogas
o magia negra?
—Hay quien así lo ve, aunque
existe de todo. Por ejemplo,
algunos que no consumen drogas
ni bebidas alcohólicas, piensan
que son estéticos.
—¿Cuáles son las figuras
preferidas?
—Depende, hay quienes optan por
calaveras. Sin embargo, ahora están
de moda las figuras prehispánicas
y los graffiti con muchos colores.
Los hombres prefieren grabarlas
en brazos y pectorales, mientras
las mujeres en la espalda, piernas
y bajo vientre.
MUJERES
“RECARGADAS”
Vestida con ajustada minifalda
negra y botas militares del
mismo color, pero que dejan ver
sus bien torneadas pantorrillas y
el tatuaje de una calavera, Leticia
nos atiende con amabilidad. No
deja de limpiar el anaquel que
exhibe pulseras de picos, dijes,
calcomanías, revistas de rock
pesado y camisetas con rostros
diabólicos.
De su cuello pende un
tetragramatón invertido. Además
de los dos pares de aretes en las
orejas, en su rostro tiene otro con
figuras de claveras, tres en la ceja
izquierda, dos en la derecha, uno
en la nariz y otro debajo de la
boca.
Sus brillantes pupilentes
azules resaltan en su rostro claro
y cabello oscuro. Su blusa corta
deja relucir el arete que lleva en
el ombligo, así como un tatuaje en
la espalda, oculto por el pliegue
de su falda.
La joven de 18 años ataja la
pregunta y señala que le gustan
las 12 perforaciones y los tatuajes
que lleva desde hace años.
—¿No sientes que la gente te
rechaza o margina?
—Más que nada, yo me alejo de
la sociedad. No me importa el
rechazo o lo que digan los demás,
pues de todos modos, tatuada o
no, te van a criticar.
—¿La policía no los acosa por su
apariencia?
—No, porque yo no hago relajo.
Ni tomo ni fumo ni consumo
drogas. Son dos cosas diferentes,
aunque la gente no piensa así.
Claro, sí nos discriminan, pero
qué le vamos a hacer.
—¿Qué partes del cuerpo
son más recurridas para una
perforación?
—La lengua, aunque también el
glande del pene y los testículos,
así como labios vaginales y
clítoris. Dicen que no duele, que
es pura ‘carnita’.
—¿Cuál es el objetivo?
—Dicen que para sentir más
placer durante el sexo, pero una
chava me dijo que es todo un
show por la menstruación, porque
duele o el piercing se enreda en el
vello o en la ropa.
Las perforaciones oscilan entre
los 150 a 300 pesos. “Diciembre
es nuestra mejor época, ya que
muchos dicen ‘año nuevo, imagen
nueva’”.❖
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