Eficacia extraterritorial de las sentencias extranjeras en los

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Eficacia extraterritorial de las sentencias extranjeras en los procesos de
integración (Análisis comparativo de las regulaciones del Mercosur y de la
Comunidad Europea)
Por Guillermo Argerich
Doctrina, JA 1997-III-833. Citar: Lexis Nº 0003/000941
SUMARIO: I. Introducción.- II. Eficacia extraterritorial en los procesos de
integración.- III. Análisis comparativo de las condiciones generales para otorgar la
eficacia extraterritorial: a) Requisitos formales; b) Requisitos procesales: 1. Sistema
de bilateralidad; 2. Sistema de unilateralidad simple; 3. Sistema de unilateralidad
doble; 4. Sistemas de control autónomos; c) Requisitos sustanciales; d) Vía,
transmisión y procedimiento.- IV. Conclusiones
I. INTRODUCCIÓN
El objeto del presente trabajo es abordar el tema de la eficacia extraterritorial de las
sentencias en un ámbito espacial integrado. En principio, las sentencias dictadas en
un determinado país surten efecto dentro de sus fronteras, pero a menudo sucede
que las relaciones jurídicas se internacionalizan vinculando el caso con otros
Estados, lo cual hace que la sentencia deba tener que invocarse en un territorio
foráneo al que la vio nacer.
La globalización internacional, la cooperación e interdependencia entre los Estados,
la nueva comunidad jurídica imponen tanto la extraterritorialidad de la ley como la de
las sentencias.
El otorgar eficacia a las sentencias extranjeras implica la concreción del fin último del
derecho internacional privado. El reconocimiento de sentencias constituye, junto con
la jurisdicción internacional y la determinación del derecho aplicable a las situaciones
jurídicas con elementos extranjeros, una de las tres grandes cuestiones de esta
disciplina (1).
El principio de efectividad de la solución, en un caso iusprivatista, se logra en la
práctica a través de la eficacia extraterritorial de las sentencias (2).
Ahora bien, debemos diferenciar dos conceptos en relación a la eficacia
extraterritorial: el reconocimiento implica la aceptación, por la autoridad requerida, de
un derecho consagrado por la sentencia extranjera; la ejecución, por su parte,
importa exigir por intermedio del juez la satisfacción material del derecho consagrado
en la sentencia extranjera. Sin embargo, no hay ejecución sin reconocimiento, pero
sí a la inversa. Las sentencias declarativas y las constitutivas sólo son objeto de
reconocimiento, en cambio poseerán eficacia ejecutoria las de condena, siendo este
efecto imperativo, el caso más común de la invocación de una decisión foránea (3).
II. EFICACIA EXTRATERRITORIAL EN LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN
Los temas de la globalización y la transnacionalidad recurren a nuestros
pensamientos y nos permiten sostener que en los casos de Estados miembros de un
proceso de integración, las sentencias dictadas en ellos, deben circular con mayor
facilidad que aquellas provenientes de Estados que no pertenecen al territorio
común. Ello contribuye a la integración jurídica y, finalmente, incidirá en la
integración económica, la cual no se puede afianzar sino en un ámbito de certeza y
seguridad. Dotar al espacio de una base jurídica adecuada, superando la gran
dispersión, facilitando la coherencia y continuidad de la acción, debe ser la brújula
que ha de guiar hacia un espacio sin fronteras interiores (4).
Realizaremos un análisis comparativo de las regulaciones adoptadas en el marco del
Mercosur y en la Comunidad Europea, a fin de encontrar semejanzas, diferencias o
vacíos que nos permitan, finalmente, extraer conclusiones a la luz del estudio de
ambas.
La integración jurídica entre los Estados Partes del Mercosur sigue mostrando
insuficiencias y asimetrías (5). En materia de derecho internacional privado, la
Argentina y el Uruguay son los dos países más integrados (6).
La Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de Sentencias y Laudos
Arbitrales Extranjeros (7), adoptada en la esfera de las Conferencias
Interamericanas de Derecho Internacional Privado (CIDIP), se encuentra vigente
entre los cuatro países miembros del Mercosur.
El Protocolo de Cooperación y Asistencia Jurisdiccional en Materia Civil, Comercial,
Laboral y Administrativa entre los Estados Partes del Mercosur (8), aprobado en Las
Leñas el 27 de junio de 1992, a través de la Decisión 5/92 del Consejo Mercado
Común, fue el resultado de la preocupación del Mercosur de lograr avances en la
cooperación internacional, logrando de esta manera armonizar las regulaciones
establecidas en convenios anteriores que sólo vinculaban a algunas de las partes
involucradas. Este Protocolo ha sido aprobado por la Argentina (9), Brasil (10) y
Paraguay (11), y tiene una cláusula de vigencia especial, en su artículo 33, que
dispone la aplicación provisional desde su firma (12). El Protocolo regula el auxilio
judicial internacional previendo la existencia de Autoridades Centrales (Cap. II);
Igualdad de trato procesal (Cap. III); Cooperación en actividades de mero trámite y
probatorias (Cap. IV); Reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos arbitrales
en el capítulo V, el cual es desarrollado en el presente trabajo; De los instrumentos
públicos y otros documentos (Cap. VI); Información del derecho extranjero (Cap. VII).
La cooperación en el ámbito cautelar, que no ha sido incluida en el presente
acuerdo, ha sido objeto de la firma del Protocolo de Medidas Cautelares (13).
Por otra parte, entre los países de la Comunidad Europea rige la Convención de
Bruselas relativa a la competencia judicial y a la ejecución de resoluciones judiciales
en materia civil y mercantil, la cual en su Título III, contempla la regulación en
estudio (14).
El texto original, del 27 de septiembre de 1968, fue revisado y modificado en
diversas oportunidades. Por lo tanto, hay distintas versiones del mismo, siendo la
última la de Bruselas del 29 de noviembre de 1996 (15), que fuera firmada por los
quince Estados miembros, incorporando a Austria, Finlandia y Suecia al sistema.
Este último texto no introduce modificaciones sustanciales al anterior, la Convención
de San Sebastián de 1989, adoptada en ocasión del ingreso de España y Portugal a
la Comunidad.
Asimismo, hay que hacer referencia a la Convención de Lugano, de 1988, por la cual
Austria, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y Suiza negociaron una convención
paralela con la Comunidad Económica Europea. Esta convención, si bien es casi
idéntica a la de Bruselas, tiene algunas soluciones diferentes en algunos aspectos.
Hay que remarcar que Austria, Finlandia y Suecia en la actualidad ya forman parte
del régimen de Bruselas.
III. ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS CONDICIONES GENERALES PARA
OTORGAR LA EFICACIA EXTRATERRITORIAL
Las condiciones generales de regularidad que deben cumplir las sentencias
extranjeras a los efectos de que desplieguen su eficacia en el ordenamiento del foro,
las podemos agrupar en tres tipos de requerimientos: los requisitos formales,
procesales y sustanciales. Asimismo, veremos a través de qué vía debe solicitarse el
reconocimiento o ejecución, y el procedimiento a seguir para su tramitación.
a) Requisitos formales
Los requisitos formales son los que se relacionan con la sentencia extranjera como
instrumento público extranjero.
En el Protocolo de Las Leñas se suprime la legalización de la documentación
acompañada siempre que la vía de transmisión sea la autoridad central (arts. 20 inc.
a y 26). En cambio, si se realiza a través de particulares, sin intervención de la
autoridad mencionada, el protocolo nada prevé. En estos casos se deberá proceder
a la legalización consular de las mismas, prevista en los arts. 3 y 4 del Tratado de
Montevideo de Derecho Procesal de 1940, respecto de los casos que nos vinculan
con Paraguay y Uruguay; y contemplada en el reglamento consular argentino
respecto de Brasil. Esto es así pues sólo la República Argentina, entre los países del
Mercosur, ha aprobado la Convención de Supresión de Legalizaciones en
Documentos Públicos Extranjeros, La Haya, 5 de octubre de 1961. Esta convención,
aprobada por ley 23458 (LA 1987-A-133), exige, como única formalidad, la
colocación de la "Apostille" (16).
Es necesaria la traducción de la sentencia, si ha sido redactada en un idioma
diferente al del país requerido (art. 20 inc. b).
En la Convención de Bruselas no se exige legalización ni formalidad análoga de
ninguno de los documentos acompañados. En todo caso, si se diera una falsificación
en algún documento presentado, sería la parte contra la que se solicita la ejecución
quien debería probarlo (17).
La traducción en principio no es necesaria; únicamente lo será si el juez así lo
dispone.
b) Requisitos procesales
En primer lugar, consideraremos la utilización de criterios especiales para el control
de la competencia del juez extranjero. Tal control se impone ante la necesidad de
reconocer la regularidad en la intervención de la autoridad judicial de origen.
Se han propuesto diversos sistemas de control de la jurisdicción indirecta (18):
1.- Sistema de bilateralidad
Consiste en analizar la jurisdicción del juez extranjero de acuerdo a las normas de
competencia internacional del ordenamiento del Estado requerido. Esta postura ha
sido criticada ya que implica presuponer una coincidencia entre los propios criterios y
los extranjeros.
2.- Sistema de unilateralidad simple
El tribunal extranjero será competente, a los efectos del reconocimiento, si lo fuera
según la legislación de su propio país.
3.- Sistema de unilateralidad doble
En primer lugar, habría que constatar que no se hayan afectado competencias
exclusivas del foro. Una vez sorteado esto, se debe comprobar que la citada
competencia existe válidamente desde el punto de vista del país del cual proviene la
sentencia.
4.- Sistemas de control autónomos
Podemos diferenciar dos vertientes:
a) la autoridad extranjera será considerada competente siempre que la cuestión
litigiosa no esté reservada a la jurisdicción exclusiva del Estado requerido;
b) elaboración de normas específicas para regular la intervención del juez de origen
de la sentencia que se presenta para ser reconocida o ejecutada.
Veremos, entonces, cómo enfoca cada convenio el estudio de la jurisdicción
indirecta del juez sentenciante.
El protocolo de Las Leñas dispone que la jurisdicción indirecta deberá apreciarse a
la luz de las normas de competencia del Estado requerido, bilateralizando entonces
las normas de este último (art. 20 inc. c). Esta solución un tanto territorialista ha sido
atenuada a través de la adopción de soluciones convencionales materiales, que
encontramos en los Protocolos de Buenos Aires sobre jurisdicción contractual (19),
de San Luis sobre responsabilidad civil emergente de accidentes de tránsito (20), de
Santa María sobre relaciones de consumo (21) y en el Acuerdo de Transporte
Multimodal (22).
Estos protocolos determinan que en el ámbito del Mercosur, se deberán observar los
criterios atributivos de jurisdicción para cada una de las materias en ellos reguladas.
Si bien en principio están planteados para regular la jurisdicción directa, luego a los
Protocolos de Buenos Aires (art. 14) y Santa María (art. 12) se los relaciona con Las
Leñas para ser tenidos en cuenta para efectuar el control de la competencia del
tribunal de origen. En los otros dos instrumentos, si bien nada se dice al respecto, se
debe hacer extensiva tal relación.
En cambio, en la Convención de Bruselas no hay control de la jurisdicción del juez
sentenciante. Este tipo de tratados se denomina de naturaleza doble o perfecta, que
son los que no sólo regulan los presupuestos de reconocimiento de decisiones
extranjeras, sino que además unifican, en su ámbito, las reglas de competencia
directa de los Estados partes (23).
Esta ausencia de verificación de la jurisdicción indirecta, que conduce a una libre
circulación de las sentencias en el territorio comunitario, no es total. Si bien la
Convención no prevé de forma general el control de la jurisdicción internacional,
deben quedar a salvo las jurisdicciones exclusivas impuestas en determinadas áreas
(cuestiones vinculadas a derechos reales inmobiliarios; inscripciones registrales;
marcas, patentes de invención; validez, nulidad, disolución de una sociedad;
seguros; relaciones de consumidores, entre otras). Es decir, cuando se trate de
sentencias relativas a estos temas, el juez deberá controlar que emanen de los
tribunales que la misma Convención establece en su Título II.
Está preservada en ambas regulaciones, Las Leñas (art. 20 inc. d) y Bruselas, la
garantía de defensa en juicio, es decir que se haya otorgado un tiempo útil para
defenderse y se haya observado la regularidad formal de la notificación.
Ambos ordenamientos disponen que la sentencia debe tener fuerza de cosa juzgada
en el país de origen, lo cual significa que no debe poder ser objeto de ningún recurso
en ese estado (Las Leñas art. 20 inc. e).
En cuanto al conflicto de decisiones o conflicto entre una decisión foránea y un
procedimiento local, se establece que podrán oponerse, contra esa ejecución, las
excepciones de litispendencia o de cosa juzgada, según corresponda, en el Estado
requerido (Las Leñas art. 22).
c) Requisitos sustanciales
El Protocolo de Las Leñas no permite la revisión del fondo de la sentencia,
únicamente se podrá denegar el reconocimiento si el mismo es manifiestamente
contrario a los principios de orden público del Estado requerido (art. 20 inc. f). Por
orden público debe entenderse orden público internacional, concebido como el
impedimento a la aplicación del derecho extranjero cuando resulte lesivo del espíritu
de nuestra legislación.
Aquí podemos referirnos, por un lado, a la ausencia de vulneración del orden público
de procedimiento, integrado por el principio del derecho de defensa y, por el otro, la
revisión de la solución material plasmada en la sentencia a los efectos de juzgar
acerca de su incompatibilidad con los principios fundamentales del orden jurídico del
foro. No se autoriza el control de la ley aplicada o aplicable por el juez extranjero.
La Convención de Bruselas tampoco permite la revisión del fondo de lo dispuesto en
la sentencia. Pero el juez requerido deberá controlar la conformidad de la decisión
con la regla de derecho internacional privado que, en su Estado, determina la ley
aplicable al fondo de la controversia en ciertas materias (capacidad de las personas
físicas, sucesiones, testamentos), salvo que la solución a la que se haya arribado
sea la misma que la que se hubiera obtenido con la aplicación de esas normas
mencionadas (24).
Ambos ordenamientos permiten otorgar eficacia parcial a la sentencia si no pudiera
tenerla en su totalidad.
d) Vía, transmisión y procedimiento
El sistema del Mercosur determina que el pedido de ejecución deberá realizarse a
través de exhorto (art. 19). Esto ha sido muy criticado, ya que el trámite tradicional
para hacer valer la eficacia ejecutoria de la sentencia extranjera ha sido el de
someterla al exequátur. El exequátur es un proceso autónomo, independiente de la
sentencia que se pretende ejecutar. La doctrina y la jurisprudencia (25) fueron
contestes en rechazar las ejecuciones tramitadas a través de exhorto, pero en fin,
fue el medio instaurado en Las Leñas.
Se previó que el exhorto se transmitirá a través de autoridad central.
Luego, el procedimiento queda sometido a la ley del Estado requerido; en particular,
en nuestro país se estará a la regulación del trámite de los incidentes (arts. 180 y
518 CPr.).
En la Comunidad Europea, la vía es el exequátur, debiendo tramitarse por
intermedio de autoridades, que cada uno de los Estados determina en el convenio.
En relación al procedimiento, se ha previsto un reconocimiento sin sustanciación.
Este procedimiento unilateral, sin que en el mismo pueda intervenir la parte contra la
que se pide la ejecución, tiende a preservar el efecto sorpresa, para que el
demandado no sustraiga los bienes ejecutables. Una vez que el juez autoriza la
ejecución, se notifica al demandado, pudiendo este último recurrir sólo ante tres
circunstancias: que la ejecución no se encuentre fuera del ámbito del convenio, que
la sentencia no sea ejecutiva o que el crédito ya haya sido satisfecho. A su vez,
debe sumarse a esta regulación, la observancia de la ley del Estado Requerido.
IV. CONCLUSIONES
- Un proceso de integración requiere de un adecuado marco de cooperación
internacional entre los distintos países que permita un intercambio en condiciones de
certeza y seguridad jurídica.
- El éxito de la Convención de Bruselas descansa sobre el acuerdo concerniente a la
competencia directa de los jueces.
- El reconocimiento en el foro debe hacerse con rapidez y eficiencia, con respeto a
los principios de igualdad y de defensa en juicio y eliminación de requisitos
superfluos.
- El Protocolo de Las Leñas no avanza sobre la principal fuente de conflictos: el
criterio de control de la competencia del juez de origen, al adoptar el sistema de la
bilateralización de las normas de competencia del juez requerido.
- A través de los Protocolos de Buenos Aires, San Luis, Santa María y del Acuerdo
de Transporte Multimodal se atenúa la situación anterior, a través de la adopción de
soluciones materiales convencionales.
- El criterio orientador sería quizás la adopción de soluciones flexibles en el ámbito
integrado, que tiendan a asegurar, mediante el arbitrio judicial, el reconocimiento de
decisiones extranjeras dictadas en base a criterios de competencia razonables,
aunque no coincidan con las del ordenamiento jurídico del foro.
- Los Estados dentro de un proceso de integración deben desterrar la idea de
imponer su sistema propio de competencia judicial internacional.
- La eliminación de barreras frente a la eficacia de las sentencias extranjeras debería
ser simple, ya que los Estados parte del Mercosur, todos pertenecientes a la misma
familia jurídica, tienen raíces y concepciones jurídicas comunes.
- Tender a la libre circulación de las sentencias en el ámbito integrado, permitiendo
el reconocimiento automático de las mismas.
- En fin, para lograr la libre circulación de las sentencias se necesita gran confianza
entre los Estados.
NOTAS
(1) Pardo, Alberto Juan, "Derecho Internacional Privado", Ed. Ábaco, Bs. As., 1976, p. 5 y ss.
(2) Boggiano, Antonio, "Derecho Internacional Privado", 3a. ed., Ed. Abeledo- Perrot, Bs. As., 1991,
tomo I, ps. 91/93.
(3) Sobre este tema ver Cappelletti, Mauro, "Las sentencias y las normas extranjeras en el proceso
civil", Ediciones Jurídicas Europa-América, Bs. As., 1968; Sentís Melendo, Santiago, "La sentencia
extranjera", Ediciones Jurídicas Europa-América, Bs. As., 1958; Goldschmidt, Werner, "Derecho
Internacional Privado", 4a. ed., Ed. Depalma, Bs. As., 1982, parág. 368-376, ps. 481-496; Boggiano,
Antonio, "Derecho Internacional Privado", 3a. ed., Ed. Abeledo-Perrot, Bs. As., 1991, tomo I, ps. 549573; Sosa, Gualberto L., "Cooperación judicial internacional en el proceso civil. Un enfoque desde la
realidad normológica y sociológica argentina", Relato nacional de la Argentina para el Congreso
Mundial de la Asociación Internacional de Derecho Procesal, Taormina, Italia, 1995, en separata de la
Revista del Colegio de Abogados de La Plata, año XXXVI, n. 57.
(4) Sobre el tema ver Dreyzin de Klor, Adriana y Saracho Cornet, "La eficacia de las sentencias en un
espacio integrado", LL 1996-A-1570.
(5) Tellechea Bergman, Eduardo, "Panorama de los Protocolos del Mercosur sobre Derecho
Internacional Privado", con especial referencia a aquellos relativos a la cooperación jurídica
internacional, en "Del Mercosur - Aduana - Jurisdicción - Informática - Relaciones intercomunitarias",
Ediciones Ciudad Argentina, Bs. As., 1996, p. 188.
(6) Además de estar vinculados por varias convenciones celebradas en la esfera de los Tratados de
Montevideo y de las Conferencias Especializadas de Derecho Internacional Privado, están vigentes
entre ambos países el Convenio ampliatorio del Tratado de Derecho Procesal de Montevideo
(suprime la legalización de exhortos); Convenio sobre Igualdad de Trato Procesal y Exhortos, Buenos
Aires, 20/11/1980; Convenio sobre Aplicación e Información del Derecho Extranjero, Buenos Aires,
20/11/1980; Convenio sobre Protección Internacional de Menores, Montevideo, 31/7/1981; Convenio
sobre Cooperación Jurídica, Montevideo, 31/7/1981; Convenio en materia de Responsabilidad Civil
emergente de Accidentes de Tránsito, Buenos Aires, 8/7/1991.
(7) Esta convención, que además nos vincula con Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela, fue
aprobada por la República Argentina por ley 22921 (LA 1993-B- 1660). Esta información fue obtenida
de la obra "Sistematización de las Fuentes del Derecho Internacional Privado", de María Blanca
Noodt Taquela y Roberto A. Vicario, Ed. Ad- Hoc, en prensa; ver también Chalita, Graciela y Noodt
Taquela, María Blanca, "Unificación del Derecho Internacional Privado", Ed. Universidad, Bs. As.,
1988.
(8) Tellechea Bergman, Eduardo "Un instrumento para la integración jurídica regional. El Protocolo de
Cooperación y Asistencia Jurisdiccional en materia Civil, Comercial, Laboral y Administrativa entre los
Estados Partes del Mercosur", aprobado en Las Leñas, República Argentina, el 27 de junio de 1992,
en Vázquez, María Cristina, "Estudios Multidisciplinarios sobre el Mercosur", Montevideo, Fundación
de Cultura Universitaria, 1995, ps. 135/163.
(9) Aprobado a través de la ley 24578 (LA 1995-C-3147) (B.O. 15-11-87)
(10) Aprobado por decreto legislativo 55 del 19 de abril de 1995.
(11) Aprobado por ley 270/93.
(12) Es decir, ha entrado en vigencia provisional desde el 27 de junio de 1992. En este sentido: Juzg.
Nac. Com. n. 9, julio de 1995, "Petropol S.A. s/conc. preventivo s/incidente de revisión promovido por
Olfsan Trading Corporation S.A.", inédita. En contra de la aplicación provisional, la Autoridad Central
de la República Oriental del Uruguay, según opinión de su director, Eduardo Tellechea Bergman,
vertida en mesa redonda realizada en la Universidad Católica Uruguaya, Montevideo, 10 de
septiembre de 1996, en "Temas de Derecho Internacional Privado y de Derecho Comunitario",
Revista Uruguaya de Derecho Constitucional y Político, Serie Congresos y Conferencias n. 17,
Montevideo, 1997, ps. 21, 28-33.
(13) El Protocolo de Medidas Cautelares, Ouro Preto, 17 de diciembre de 1994, ha sido aprobado por
la República Argentina por ley 24579 (LA 1995-C-3152) (B.O. 27-11-95).
(14) La convención regula la competencia internacional en diversas cuestiones en su Título II,
conteniendo un principio general: jurisdicción de un tribunal de un país europeo cuando el
demandado esté domiciliado en la Comunidad Europea; establece competencias especiales, en
materia de seguros, contratos celebrados entre consumidores; determina competencias exclusivas en
determinadas materias; contempla, además, la prórroga de jurisdicción.
(15) La última Accesión a la Convención, firmada el 29 de noviembre de 1996, fue publicada en el
Boletín Oficial de la Comunidad del día 15 de enero de 1997 (Referencia: 1997 O J C 15/1).
(16) Sobre este tema ver Uzal, María Elsa, "La legalización de documentos públicos extranjeros. Su
supresión por la Convención de La Haya del 5 de octubre de 1961" en ED 129-697/704; Noodt
Taquela, María Blanca y Argerich, Guillermo, "Convenciones de La Haya de Derecho Internacional
Privado: su aplicación en la Argentina" en JA 1996-I-970/972.
(17) Tirado Robles, Carmen, "La competencia judicial en la Unión Europea", Ed. Bosch, Barcelona,
1995, p. 243.
(18) Goldschmidt, Werner, "Los tres supuestos de jurisdicción directa e indirecta", ED 93-962; del
mismo autor ver "Jurisdicción internacional directa e indirecta", en Revista Prudentia Iuris, publicación
de la UCA, n. 1, 1980, p. 9 y ss.; Chalita, Graciela y Noodt Taquela, María Blanca, "La jurisdicción
indirecta en la Conferencia de La Paz de 1984 (CIDIP III)", ED 119-987.
(19) El Protocolo de Buenos Aires sobre jurisdicción en materia contractual de 1994, determina con
competencia internacional para entender en la materia regulada a los siguientes jueces: aquellos
determinados en un acuerdo de elección de foro, y, subsidiariamente, los tribunales del lugar de
cumplimiento del contrato (entendiéndose por tal el del lugar de ejecución de la obligación reclamada
en juicio), los del domicilio del demandado o los del domicilio del actor cuando haya cumplido con la
obligación a su cargo (arts. 4 a 9).
(20) El Protocolo de San Luis en materia de Responsabilidad Civil emergente de Accidentes de
Tránsito entre los Estados del Mercosur, de 1996, otorga jurisdicción internacional a los tribunales del
lugar de producción del accidente, los del domicilio del demandado o los del domicilio del actor (art.
7).
(21) El Protocolo de Santa María sobre jurisdicción internacional en materia de relaciones de
consumo, adoptado en 1996, en su artículo 4 establece como regla general la jurisdicción de los
tribunales del domicilio del consumidor, disponiendo soluciones alternativas, en su artículo 5,
mencionando los Estados de celebración del contrato, de cumplimiento de la prestación del servicio o
de la entrega de los bienes o los del domicilio del demandado.
(22) El Acuerdo de Transporte Multimodal, Ouro Preto, 17 de diciembre de 1994, regula, en su Anexo
II, la jurisdicción internacional en esa materia de la siguiente manera: entenderán los tribunales del
domicilio del establecimiento principal del demandado o del agente o representante que intervino en
la operación de Transporte Multimodal o del lugar de entrega o donde deberían haber sido
entregadas las mercaderías. Se acepta que, con posterioridad a la producción del hecho, se recurra
al arbitraje.
(23) Gothot, Pierre y Holleaux, Dominique, "La Convention de Bruxelles du 27 septembre 1968
(competence judiciaire et effets des jugements dans la CEE)", Ediciones Júpiter, París, 1985, p. 4;
Calvo Caravaca, A. L., "La sentencia extranjera en España y la competencia del juez de origen", Ed.
Tecnos, Madrid, 1986, ps. 88 y 89.
(24) En este sentido la actual ley italiana de Derecho Internacional Privado, Ley 218 del 31 de mayo
de 1995, art. 65; Francia, con la última reforma, dejó de lado este criterio.
(25) C. Civ. y Com. Rosario, sala 4ª, 10/12/82. Exhorto de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en autos:
"Soc. Anónima Comercial e Industrial v. Industrias Walter s/demanda ejecución de sentencia", con
comentario de Miguel Ángel Ciuro Caldani, "Un caso de Derecho Procesal Internacional Privado" en
ED 112-411.
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