EL DERECHO CONSTITUCIONAL A PROBAR DEL REBELDE INVOLUNTARIO Dr. Leo Daniel Merino de la Torre El artículo 458 del Código Procesal Civil establece lo siguiente: "Si transcurrido el plazo para contestar la demanda, el demandado a quien se le ha notificado válidamente ésta no lo hace, se le declarará rebelde". Esta disposición, así como las siguientes del CPC, regulan la institución de la rebeldía, la cual tiene como objetivo superar la ausencia de una de las partes dentro del proceso. Para efectos del presente artículo, el caso que queremos comentar, es la rebeldía del demandado. Así tenemos que, respecto a este instituto, Víctor de Santos dice: "En la necesidad, entonces, de arbitrar los modos y trámites que permitan llevar adelante el juicio con la sola actividad de una de las partes, corno si la otra estuviese presente, y evitar que el demandado, con sólo evadirse del escenario judicial y eludir el debate, frustre los justos reclamos del actor, nace el llamado procedimiento "en rebeldía"" 1 De este modo, tenemos que el instituto de la rebeldía trata de conciliar el derecho del demandante a ver solucionado el conflicto que ha llevado al Órgano Jurisdiccional, aunque el demandado no conteste la demanda, o, más aún, no se apersone al proceso. Pero al mismo tiempo, la rebeldía busca que si bien el proceso va a continuar con una sola de las partes, lo sea con respeto a los derechos del demandado, poniéndole en su conocimiento que se esta llevando un proceso contra él, y dándo1e la oportunidad de poder defenderse y poder presentar los medios probatorios que tuviera a mano para contradecir los argumentos del demandante. Por ello, el artículo 458 del CPC se preocupa en dejar en claro que será declarado rebelde el demandado a quien se le ha "notificado válidamente" 1 DE SANTOS, Víctor. El proceso civil. Buenos Aires: Editorial Uiversdad, 1988. T. 1, p. 284-285 1 la demanda, y ha dejado transcurrir el plazo para contestarla sin hacerlo. Es decir, para la declaración de rebeldía es presupuesto necesario que en autos conste que al demandado se le ha dado la oportunidad de poder defenderse, y es desde ese momento que la ley genera la presunción de que el demandado no la ha contestado por su propia voluntad. Como dijimos antes, ello no puede ser impedimento para que el Estado, a través del Órgano Jurisdiccional, resuelva el pedido del actor. Además, precisamente para proteger los derechos de éste, y presumiendo la ley que el demandando (al ser notificado válidamente) ha tomado conocimiento de la demanda pero ha decidido no defenderse, es que el CPC prevé en determinados casos el juzgamiento anticipado del proceso, disponiendo, además, que los hechos afirmados por el actor en la demanda generan una presunción relativa de verdad. Sin embargo, si bien tenemos que la ley presume la voluntariedad del demandado de no contestar la demanda, pues esta válidamente notificado, ello lo sabemos no siempre es así; es decir, la rebeldía no siempre es voluntaria, pues puede ser involuntaria. Desde este punto de vista, y según Carmen Samanes Ara, tenemos dos tipos de rebelde: (a) el rebelde voluntario, que tiene conocimiento del proceso por haber sido notificado con la demanda, y no se apersona "porque no quiere y sin justa causa que se lo impida, o impide deliberadamente que le llegue la notificación"2; (b) el rebelde involuntario que es un mal a evitar, y que varios ordenamientos jurídicos establecen diversos mecanismos para evitar los perjuicios que le pueda ocasionar no haber tomado conocimiento del proceso. En efecto, el CPC presume que la rebeldía siempre es voluntaria, pero esta es una presunción que puede ser destruida, por ejemplo, por vicios en la 2 SAMANES ARA, Carmen. La tutela del Rebelde en el Proceso Civil. José María Bosch: Barcelona, 1993. p. 48 2 notificación, siendo de cargo del rebelde involuntario acreditar dicho vicio. Pero tampoco se puede descartar que incluso el demandado, a pesar que formalmente conste en autos que ha sido debidamente notificado no haya tomado conocimiento del proceso por una razón plenamente justificada. Así, tenemos que el artículo 157.2 del CPC garantiza que la resolución que contiene el traslado de la demanda será notificada por cédula, la que a su vez será entregada directamente al interesado, quien hará constar la entrega con su firma, día y hora del acto de entrega (artículo 160). Ello no siempre será así, pues si el notificador no encontrara a la persona a quien va a notificar la resolución que admite la demanda, ni aún luego de dejarle el aviso para que espere un día posterior con el objeto de notificarlo. La cédula se entregará a la persona capaz que se encuentre en la casa, departamento u oficina, o al encargado del edificio; y si no pudiera entregarla, la adherirá en la puerta de acceso correspondiente a los lugares citados o la dejará debajo de la puerta, según sea el caso. Adicionalmente, el CPC establece que en caso se ignore el domicilio del demandante el emplazamiento se hará por edictos3 (artículo 165), lo que evidentemente no nos da ninguna certeza que tome conocimiento del proceso en su contra. Es decir, si bien el CPC trata de que el demandado conozca del proceso es posible, tal como sucede muchas veces en la realidad, que el demandado no sepa de la existencia del proceso, y la razón de ello pueda ser suficientemente justificada, es lo que se puede conocer como rebeldía involuntaria y, que como dice Samanes, debe ser un mal a evitar, al ser injusto que los preceptos establecidos en el CPC se apliquen de igual medida al rebelde voluntario que al voluntario, por ejemplo, el juzgamiento anticipado del proceso. 3 Para CPC, en el artículo 165, basta el juramento del interesado de que ha agotado las gestiones necesarias para averiguar el domicilio de la persona a quien se deba notificar. 3 Pues bien, considero que la ley procesal debe dar especial protección a los casos de rebeldía involuntaria, cuando esta este plenamente justificada, pues es posible que el rebelde involuntario tome conocimiento del proceso con posterioridad al traslado de la demanda, en tal caso, si bien señala el CPC (que lo presume rebelde voluntario) que puede ingresar o comparecer al proceso en cualquier momento, aquél se debe sujetar al estado en el que éste se encuentre. Con ello, y en materia probatoria, si ya han transcurrido los actos postulatorios del proceso, y el rebelde toma conocimiento de éste luego de dicha etapa, éste no podría (en virtud del principio de preclusión en materia probatoria, y de lo dispuesto en los artículos 189 y 429 del CPC), presentar sus medios probatorios a pesar que sean absolutamente pertinentes y desvirtúen de modo claro los hechos y medios probatorios del demandante. Nosotros consideramos que no es posible limitar al demandado, a pesar que hayan finalizados los actos postulatorios, de poder ofrecer medios probatorios y que éstos no sólo sean admitidos sino actuados dentro del proceso, y este derecho no se le puede restringir, más aún si, como hemos dicho la rebeldía del demandado es involuntaria, por razones acreditadas y suficientemente probadas. La limitación, a nuestro entender sería inconstitucional. En efecto, si bien hemos establecido que el proceso en rebeldía del demandado protege el derecho del demandante a ver solucionada su pretensión en un plazo razonable, este proceso se debe dar también en garantía de los derechos a un debido proceso y a una tutela jurisdiccional del demandado, quien también tiene derecho a ver que el conflicto de derechos que viene siendo conocido por el Órgano Jurisdiccional lo sea con criterio de justicia y con respeto a los valores y principios que rigen todo estado de derecho. 4 En ese sentido, si tenemos que el demandado ofrece prueba pertinente al caso (evidentemente no podrá reconvenir, pues el plazo ya habrá vencido para ello), y su ausencia del proceso se ha debido a causas justificadas, consideramos que no puede restringirse su derecho a ofrecer medios de prueba, pues estaríamos en la posibilidad de que el Órgano Jurisdiccional emita una sentencia injusta. Así, en opinión de Couture: "El rebelde es admitido a producir prueba, porque la ley establece contra él una serie de sanciones, pero entre ellas no se halla la de privarle de la prueba. La privación de prueba al rebelde significa desnaturalizar uno de los atributos del sistema probatorio: el de recíproca oposición, en el debate y en las pruebas, de ambas partes. El texto legal hace gravitar la prueba sobre los hechos que se litigan: y los hechos que se litigan, aunque sean tan solo los que invoca el actor, siempre pueden ser objeto de contraprueba por parte del adversario. Cuando la jurisprudencia se ha inclinado por la precedente solución lo ha hecho amparándose (…) a permitir que llegue al juicio el máximo de elementos de convicción que beneficien la obra de la justicia”4 En este sentido, toda interpretación en el sentido de impedir que el demandado, rebelde involuntario, no pueda ofrecer medios probatorios cuando se apersona al proceso cuando ya se han cumplido los actos postulatorios, debe ser desestimada por inconstitucional, violatoria del derecho a probar (específicamente del derecho a ofrecer medios probatorios) que viene ligado, como se desprende del texto de Couture, al derecho de defensa. Ahora bien, ¿qué consideramos nosotros que debe entenderse por razones justificadas que califican a un rebelde como involuntario y qué supuestos, a la vez, le permitirían ofrecer medios de prueba cuando ya se han cumplido los actos postulatorios? A este respecto, nos puede dar unos alcances la Ley de Enjuiciamiento Civil Española (Ley 1/2000 del 7 de enero), la que regula en su artículo 4 COUTURE, Eduardo J., citado por De Santos, Victor, op. cit. t. 2, P 82 5 501 los supuestos en que un rebelde puede solicitar la rescición de una sentencia firme. "Artículo 501. Rescisión de sentencia firme a instancias del rebelde. Casos en que procede. Los demandados que hayan permanecido constantemente en rebeldía podrán pretender, del tribunal que la hubiere dictado, la rescisión de la sentencia firme en los casos siguientes: 1. De fuerza mayor ininterrumpida, que impidió al rebelde comparecer en todo momento, aunque haya tenido conocimiento del pleito por haber sido citado o emplazado en forma. 2. De desconocimiento de la demanda y del pleito, cuando la citación o emplazamiento se hubieren practicado por cédula ( ... ), pero ésta no hubiese llegado a poder del demandado rebelde por causa que no le sea imputable. 3. De desconocimiento de la demanda y del pleito, cuando el demandado rebelde haya sido citado o emplazado por edictos y haya estado ausente del lugar en que se haya seguido el proceso ( ... )." Así por ejemplo, tenemos que situaciones de fuerza mayor, cuando el demandado haya estado fuera del lugar (en nuestro caso podría haber sido cuando se encuentre fuera del país) donde fue citado o emplazado, o que si bien fue citado la cédula no hubiera sido entregada a él por razones no imputables, permitirían que pudiera ofrecer medios probatorios más allá de los actos postulatorios. Ahora bien, el presente trabajo pretende brindar unos criterios o alcances de las razones por la cuales se debe admitir los medios probatorios ofrecidos por el rebelde involuntario, y no tanto una reforma del CPC en este sentido, reforma que consideramos innecesaria, pues a nuestro criterio bastaría con remitimos al artículo IX del Título Preliminar del CPC, en el que se establece que si bien las formalidades previstas en este Código son imperativas, el Juez adecuará su exigencia al logro de los fines del proceso. Con todo ello, concluimos que toda interpretación que restringa el derecho 6 a ofrecer medios probatorios al rebelde involuntario (ello no debería aplicarse al rebelde voluntario, pues aceptarse una interpretación en este supuesto, sería aceptar dilatar el proceso indebidamente) que acreditare debidamente las causas de su ausencia y ofreciera medios de prueba pertinentes, devendría en inconstitucional, por atentar contra el derecho a probar y con ello, al derecho de defensa del demandado. El sustento para ello se encuentra en el valor justicia, que en ciertos supuestos debe prevalecer sobre el principio de seguridad jurídica. Este supuesto, al tratarse de una excepción a la regla establecida en los artículos 189 y 429 del CPC debe ser aplicada restrictivamente, a fin de no perjudicar el derecho a una tutela jurisdiccional del demandante. Por último, si bien el CPC nacional no tiene una regulación similar a la Ley de Enjuiciamiento Civil Española, a nuestro criterio no es necesaria, pues el Juez esta en capacidad de admitir los medios de prueba ofrecidos por el rebelde involuntario al amparo del artículo IX del Título Preliminar del CPC. 7