ENTIDADES DEL EXTERIOR – CORRESPONSALÍA – MERCADO DE VALORES Concepto 2006021355-002 del 31 de agosto de 2006. Síntesis: La excepción prevista en el numeral 5º del artículo 2º del Decreto 2951 de 2004 no quedó patentemente plasmada en una norma análoga dentro de la Resolución 948-1 de 2004 pero mediante una interpretación teleológica se puede concluir que lo previsto en esta última no impide la contratación de un producto o servicio por parte de un residente colombiano que ha iniciado la comunicación para ello, aún si el contratante del exterior no ha celebrado un contrato de corresponsalía con una sociedad comisionista colombiana. Esta es la finalidad común que subyace a una y otra norma y no existe en el resto del ordenamiento jurídico norma alguna que prohíba de manera general a los residentes colombianos solicitar de entidades del exterior la venta de productos o la prestación de servicios propios del mercado de valores. «(…) damos alcance a nuestro oficio radicado bajo el número 2006021355-000 de fecha 21 de junio de 2006, con el fin de dar respuesta al interrogante planteado en el numeral primero de la consulta formulada por usted a esta Superintendencia, acerca de la prestación de servicios del mercado de valores por parte de entidades del exterior, en los siguientes términos: 1. “¿Es necesario para una entidad del exterior que presta servicios relacionados con el mercado de valores, celebrar un contrato de corresponsalía con una sociedad comisionista de valores colombiana, cuando la relación entre el residente colombiano y la entidad del exterior ha sido fruto de una solicitud unilateral por parte del residente colombiano, sin que haya mediado ninguna actividad de promoción de sus productos o servicios por parte de la entidad del exterior?”. Sobre el particular, dada la importancia del tema planteado y con el fin de adoptar un criterio jurídico uniforme, esta Superintendencia solicitó la opinión de la Dirección General de Regulación del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Organismo que en Oficio de radicación número 2006031772-001 del 15 de agosto de 2006 señaló lo siguiente: “Al respecto, se debe comenzar por precisar que la Resolución 948-1 de la Sala General de la Superintendencia de Valores no contiene de manera expresa una disposición análoga a la contenida en el numeral 5 del artículo 2° del Decreto 2951 de 2004. Adicionalmente, es claro que cada una de dichas normas tiene un ámbito de aplicación propio mientras que el Decreto 2951 de 2004 se refiere a las instituciones financieras del exterior 1 que 1 En el Concepto rendido por esta Dirección en fecha 23 de marzo de 2005 a que se hace referencia en su comunicación, se expresó que “por la expresión institución financiera en el contexto del Decreto 2951 de 2004 debe entenderse cualquier ente económico que realice actividades de intermediación pretendan promover o publicitar los productos y servicios que constituyen su objeto social en territorio colombiano, la mencionada Resolución busca precisar el objeto y reglas aplicables a los contratos de corresponsalía que celebran las sociedades comisionistas de bolsa con intermediarios de valores, firmas de valores, sociedades administradoras de fondos de valores, fondos de inversión o esquemas de inversión colectiva y bancas de inversión establecidas fuera del territorio nacional 2 . “Sin embargo, es claro que una y otra regulación responden a un principio común, a saber, el establecimiento de requisitos para el evento en que las entidades del exterior allí previstas realicen actos de promoción de sus productos y servicios en territorio colombiano o a sus residentes, como podría ser el caso del envío de comunicaciones o mensajes, destinados a iniciar la contratación de un producto o la prestación de un servicio. Como se expresó por esta Dirección en concepto de 23 de marzo de 2005, tal es el tipo de práctica que puede afectar el interés público y que, por tanto, requiere de mayor regulación y supervisión. “En efecto, lo que buscan las disposiciones citadas es evitar que entidades del exterior, sin ningún tipo de control en el país, puedan realizar actividades de promoción de servicios financieros a residentes colombianos y, eventualmente, captar recursos de los mismos. Por lo mismo, cuando es el propio residente colombiano el que solicita a la entidad del exterior la prestación de un servicio financiero, no parece necesaria la protección mencionada, pues es de suponer que el residente conoce o debe conocer las calidades de la contraparte que contacta, así como los riesgos inherentes al servicio que voluntariamente solicita. “En este orden de ideas, si bien la excepción prevista en el numeral 5º del artículo 2º del Decreto 2951 de 2004 no quedó tan patentemente plasmada en una norma análoga dentro de la Resolución 948-1 de 2004, mediante una interpretación teleológica se puede igualmente concluir sin dificultad que lo previsto en esta última no impide la contratación de un producto o servicio financiera o que realice cualquier operación autorizada a los establecimientos de crédito, las sociedades de servicios financieros o las sociedades de capitalización”. 2 De allí que el propio artículo 2.2.12.10 de la Resolución 400 de 1995 de la Sala General de la Superintendencia de Valores, modificado por la Resolución 948-1, señale que lo allí dispuesto “se entiende sin perjuicio de las facultades que tiene el Gobierno Nacional para regular lo concerniente a las oficinas de representación de instituciones financieras o de reaseguros del exterior, en especial a lo previsto en el Decreto 2951 de 2004, o a las normas que lo modifiquen”. Desde luego, la distinción no es necesariamente unívoca por cuanto, dependiendo de la regulación propia del país respectivo, podría darse el caso que el objeto social de una institución financiera del exterior contemple actividades tradicionalmente consideradas como propias de las entidades a que se refiere la Resolución 948. por parte de un residente colombiano que ha iniciado la comunicación para ello, inclusive si el contratante del exterior no ha celebrado un contrato de corresponsalía con una sociedad comisionista colombiana. “Ello, se reitera, encuentra su razón de ser en la finalidad común que subyace a una y otra norma y, adicionalmente, en el hecho que no existe en el resto del ordenamiento jurídico norma alguna que prohíba de manera general a los residentes colombianos solicitar de entidades del exterior la venta de productos o la prestación de servicios propios del mercado de valores”. (…).»