La propiedad privada en el Manifiesto comunista. […] El retrato del proletariado que nos hacer Marx en el Manifiesto comunista es imprescindible. Convendría releer ahora, en especial, su segundo parágrafo, pero vamos a contentarnos con parafrasearlo un poco: Hay que ver –viene a decir Marx con ironía, refiriéndose a los burgueses- de qué cosas tan terribles nos acusáis a los comunistas. Nos acusáis, para empezar, de querer suprimir la propiedad privada. ¿Pero de qué propiedad privada estáis hablando? ¿De esa propiedad que tan legítimamente tiene el ser humano sobre los productos de su trabajo? ¿De su derecho a ser propietario de los productos de su esfuerzo, de su ingenio y de su sudor? ¡Vamos! Ese tipo de propiedad hace tiempo que no existe ya para el noventa por ciento de la población. Y no somos nosotros, los comunistas, los que la suprimieron. No, ha sido el capitalista el que ha dejado sin propiedad privada al noventa por ciento de la población. Los obreros trabajan y trabajan y no por ello se hacen propietarios de los productos de su sudor. Esos productos pertenecen, según vosotros, al capitalista, es decir, al propietario de los medios de producción. La propiedad privada capitalista que los comunistas queremos suprimir no tiene nada que ver con ese derecho que tiene el ser humano a ser propietario de los productos de su propio trabajo o de su esfuerzo personal. La propiedad privada que queremos suprimir es la propiedad privada capitalista. La propiedad privada capitalista es la propiedad privada sobre las condiciones de trabajo de los demás. El capitalista no es que sea propietario de muchos productos, de muchas cosas, de mucha riqueza. Lo importante es que la clase capitalista es propietaria de las condiciones de trabajo del conjunto de la población. Es por ello y sólo por ello por lo que la población tiene necesariamente que pasar por el mercado de trabajo para subsistir. Es esta condición de estar desposeído de las condiciones para subsistir la que convierte a la población en proletariado. Un proletario trabaja a cambio de un salario y, una vez que ha trabajado, sólo tiene derecho a reclamar ese salario. De ninguna manera es propietario de los productos de su esfuerzo y su sudor. Cuando se va a casa, esos productos se quedan ahí, en manos del dueño de la empresa, en manos del propietario de los medios de producción. ¿Y decís que los comunistas queremos suprimir la propiedad privada? ¡Pero si no habéis dejado ya nada que suprimir! Aunque eso sí, lo que sí queremos suprimir es vuestro derecho a ser propietarios de los medios de producción que son imprescindibles para la población. Queremos suprimir la propiedad privada sobre las fábricas, la tecnología, los descubrimientos científicos, es decir, la propiedad privada sobre todos aquellos medios necesarios para la producción. Y, bien mirado, si queremos suprimir la propiedad privada sobre las condiciones de existencia de la población, es porque queremos devolverle a esta población su derecho a ser propietaria de los productos de su trabajo. Los comunistas no tenemos nada contra la propiedad privada sobre los productos que alguien pueda trabajar honradamente con el sudor de su frente, ni contra el derecho a poseer en propiedad todos los productos que uno pueda comprar (honestamente) […] Carlos y Pedro FERNÁNDEZ LIRIA, Luis ALEGRE ZAHONERO. Educación para la Ciudadanía. Ed. Akal. Págs. 140-142