PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL “Permanezca el amor” INTRODUCCIÓN Antes, el autor había dicho: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras” (10:24). Ahora el autor motiva a que se ponga en práctica lo predicado y que manifestemos el amor: - Hacia los hermanos conocidos (gr. “filadelfia”), “amor fraternal” (13:1) - Hacia los hermanos desconocidos (gr. “filoxenia”), “hospitalidad” (13:2). - Hacia los “presos” y “maltratados” (13:3). En momentos de crisis el amor se puede enfriar por el egoísmo. Los hebreos no podían permitir que tal cosa sucediera (cf. “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” Mat. 24:12). Por lo tanto, ellos debían velar para que “Permanezca el amor” (13:1). I. Permanezca el amor fraternal (13:1). El amor fraternal es “el afecto natural que hay entre hermanos, que se evidencia en la bondad y la simpatía ofrecidas en tiempo de necesidad” (Bill. H. Reeves, Rom. 12:10; 1 Tes. 4:9; 1 Ped. 1:22; 2 Ped. 1:7). Los hermanos hebreos habían manifestado el amor (Hech. 2:44-47): - “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún” (Heb. 6:10). “por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante” (Heb. 10:33). El amor fraternal es: - Una señal de los verdaderos discípulos (Jn. 13:34-35). - Una indicación de vida espiritual (1 Jn. 3:14). - Una virtud que nunca se puede exagerar (Fil. 1:9; 1 Tes 4:9-10; 2 Ped. 1:7). II. Permanezca el amor en la hospitalidad (13:2). En varias culturas antiguas, la hospitalidad era un deber. Se consideraba como una obligación sagrada por los antiguos griegos y romanos, algo que fue aprobado por Zeus, el dios y protector de los extraños. Los egipcios lo reclamaron como un acto meritorio en la vida. Para los beduinos era una expresión de la justicia. "La hospitalidad es una forma de adoración" (Proverbio judío). Hospitalidad: “Es compuesta de dos palabras: amor (filos), y desconocido (xenos). En el versículo 1, la palabra filadelfia indica amor hacia hermanos, y en el versículo 2, la palabra filoxenia, amor hacia (hermanos) desconocidos… A los hermanos hebreos en estos dos versículos, se les exhorta a continuar a mostrar su amor hacia los hermanos y a no olvidarse de amar aún a los hermanos no conocidos en persona” (Notas sobre Hebreos, Bill H. Reeves). “El forastero no pasaba fuera la noche; mis puertas abría al caminante” (Job. 31:32). “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos” (3 Juan 5). - “compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Rom. 12:13; cf. 1 Tim. 3:2; 5:9-10). - “Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones” (1 Ped. 4:9). - Está prohibido invitar exclusivamente a los amigos (Luc. 14:12-14). *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com 1 PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL “La práctica común es que los amigos invitan a los amigos, los hermanos invitan a los hermanos, los parientes invitan a los parientes, los ricos invitan a los ricos, los educados invitan a los educados, etc” (Notas sobre Lucas, Wayne Partain). ¿Por qué ser hospitalarios? “porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles” (13:2). - “un huésped desconocido puede ser mejor de lo que parece; puede ser que inesperadamente resulte ser mensajero de Dios para bien tanto como los ángeles” (JFB). - “Nunca se sabe lo que la hospitalidad pueda traer” (Lightfoot). - “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hech. 20:35). III. Permanezca el amor hacia los que sufren por Cristo (13:3). “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo” (13:3). Los hebreos habían manifestado este amor, pero debían perseverar en ello (10:3234). Nosotros también debemos mantener el compañerismo hacia quienes sufren por la causa de Cristo (Heb. 11:25,37; 1 Cor. 12:26; Hech. 12:5; Mat. 25:39). Aunque generalmente los hombres recompensarán los favores (Luc. 6:38). Lo importante es que Dios bendice a los que siembran generosamente (2 Cor. 9:6-7). - La generosidad y la benevolencia individual es una responsabilidad que no podemos traspasar a las instituciones (Gal. 6:9-10). - Si la benevolencia ha de ser manifestada aún con los enemigos (“Al que te pida, dale; y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda”, Mat. 5:42, LBLA) ¡Cuánto más con los hermanos! - Considérese seriamente el mandamiento de Cristo en Lucas 6:32-36. El egoísmo nos roba la benevolencia y generosidad que tanto necesitamos. Por tanto, “no mirando cada uno de vosotros por lo que es suyo propio, sino cada uno también por lo que es de los demás” (Fil. 2:4, VM). CONCLUSIÓN La obra de Cristo hizo posible una estrecha relación con Dios (Heb. 10:19-22). Pero, ésta comunión no se extiende solamente hacia Dios, sino también hacia el pueblo de Dios (cf. 1 Ped. 1:22-23). Por lo tanto, es muy obvio, que al acercamos a Dios también debemos acercarnos a su pueblo con un corazón abierto (cf. 2 Cor. 6:11-13). “para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” (Jn. 17:21, énfasis mío). “Permanezca el amor fraternal” (Heb. 13:1). *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com 2