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Dibujar el Escenario
Miradas en torno a bocetos de escenografías de la
Comedia Nacional entre 1948 y 1995
Daniela Bouret - Gonzalo Vicci
1
Carátula:
Claudio Goeckler / Obra: El Otelo Oriental (1988)
Contratapa:
chave, construyendo maqueta de escenografía
FOT002538 José EEchave,
en sala de pinturas del Teatro Solís.
2
Intendencia Municipal de Montevideo
Asistentes
Lic. Psic. Karen Terra
Intendenta de Montevideo
Santiago Bouzas
Esc. Hyara Rodríguez
Paola Gallardo
Secretario General
Dr. Jorge Basso
Pasantes de la Escuela Universitaria de Bibliotecología y
Director General de Cultura
Ciencias Afines (UDELAR) - (UTU)
Mauricio Rosencof
Director División Promoción Cultural
Digitalización de bocetos: Sandra Marroig
Eduardo León Duter
Clasificación y catalogación de los bocetos:
Adriana Juncal, Lucía Irigoyen, Gerardo Bugarín
Teatro Solís
Relevamiento de datos: Paola Gallardo
Desgravación de entrevistas: William Martinez,
Director General
Lucia Benítez, Silvina Ragghianti, Paola Gallardo
Gerardo Grieco
Directora de Desarrollo Institucional
Diseño de cubierta y libro: Gerardo Goldwasser
Lic. Daniela Bouret
Director Técnico
Agradecimientos: Gerardo Bugarín, Paula Kolenc,
Ricardo Mazzarelli
Diego Ferrando, Lucía Irigoyen, Beatriz Arteaga,
Gerente Administrativo y Financiero
Enrique Badaró, Alejandro Curzio, Claudio Goeckler,
Cr. Pablo Andrade
Hugo Mazza, Carlos Pirelli, Osvaldo Reyno,
Fabio Sparvoli, Adán Torres, Alicia Casas, Archivo
Centro de Investigación, Documentación y
General de la Nación, Programa ADAI
Difusión de las Artes Escénicas CIDDAE
Encargado
G.C. Marcelo Sienra
Investigador Asistente
Lic. Gonzalo Vicci
Archivóloga
Arch. Adriana Juncal
3
Indice
CENTRO DE INVESTIGACION, DOCUMENTACION
Y DIFUSION DE LAS ARTES ESCENICAS CIDDAE 6
La recuperación de las historias 7
El camino transitado 8
DIBUJAR EL ESCENARIO. 9
Acervo del CIDDAE: en busca del boceto perdido 22
EL MOMENTO DE TU VIDA 27
W. SAROYAN - CESAR MARTINEZ SERRA - ARMANDO DISCEPOLO, 1948
CALIGULA 28
A. CAMUS - CESAR MARTINEZ SERRA - ESTEBAN SERRADOR, 1948
ROMEO Y JULIETA 30
WILLIAM SHAKESPEARE - CESAR MARTINEZ SERRA - MARGARITA XIRGU,1950
TODO UN HOMBRE 34
MIGUEL DE UNAMUNO - GORI MUÑOZ, - FRANCISCO PETRONE, 1950
EL INSPECTOR 37
NICOLAS GOGOL, FLORIO PARPAGÑOLI - ARMANDO DISCEPOLO , 1950
INTERMITENCIAS 39
M. DE MONSERRAT CESAR MARTINEZ SERRA - MARGARITA XIRGU, 1951
LA LOCA DE CHAILLOT 40
JEAN GIRAUDOX, MARIO VANARELLI - MARGARITA XIRGU, 1951
LA POBRE GENTE 41
FLORENCIO SANCHEZ JOSE ECHAVE - HECTOR CUORE ,1952
SANTOS VEGA 42
FERNAN SILVA VALDES JOSE ECHAVE - ORESTES CAVIGLIA, 1952
ESTA NOCHE SE RECITA IMPROVISADO 44
LUIGI PIRANDELLO, MARIO VANARELLI - ARMANDO DISCEPOLO, 1952
EL ABANICO 46
CARLO GOLDONI, JOSE ECHAVE - MARGARITA XIRGU, 1953
MACBETH 47
WILLIAM SHAKESPEARE, MARIO VANARELLI - MARGARITA XIRGU, 1954
AMADA MIA 54
TERENCE RATTIGAN, JUAN JOSE SEVERINO - JOSEFINA DIAZ , 1955
DON GIL DE LAS CALZAS VERDES 55
TIRSO DE MOLINA, ADOLFO HALTY - MARGARITA XIRGU, 1955
EL INQUILINO IMAGINARIO 57
A. FONT, JOSE ECHAVE - ORESTES CAVIGLIA , 1955
LA NOVIA DE LOS FORASTEROS 58
PEDRO E. PICO, SAULO BERNAVENTE - ORESTES CAVIGLIA, 1956
EL PROFANADOR 60
T. MAULNIER, MARIO VANARELLI - MARGARITA XIRGU , 1956
PROCESADO 1040 61
JUAN CARLOS PATRON, JOSE ECHAVE - ALBERTO CANDEAU, 1957
LOS GIGANTES DE LA MONTAÑA 64
LUIGI PIRANDELLO, MARIO GALUP Y JOSE ECHAVE - ANTONIO LARRETA , 1957
JUNO Y EL PAVO REAL 65
SEAN O´ CASSEY, JOSE ECHAVE - ALBERTO CANDEAU , 1957
M‘ HIJO EL DOCTOR 66
FLORENCIO SANCHEZ JOSE ECHAVE - CARLOS MUÑOZ, 1960
UN TAL SERVANDO GOMEZ 68
SAMUEL EICHELBAUM, CARLOS CARVALHO / TERESA VILAR - RUBEN YAÑEZ, 1960
CANILLITA 69
FLORENCIO SÁNCHEZ JOSÉ ECHAVE - HUMBERTO NAZZARI, 1960
UN SOMBRERO DE PAJA DE ITALIA 70
E. LABICHE, ADOLFO HALLTY - RICARDO PASSANO , 1960
4
BECKET O EL HOMBRE DE DIOS 72
J. ANOUILH, JOSE ECHAVE - RUBEN YAÑEZ , 1961
LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO 78
OSCAR WILDE, ADOLFO HALLTY - CHINA ZORRILLA , 1961
RINOCERONTES 80
EUGENE IONESCO, HUGO MAZZA - JOSE ESTRAUCH , 1962
PERIBAÑEZ Y EL COMENDADOR DE OCAÑA 82
LOPE DE VEGA, GORI MUÑOZ - MARGARITA XIRGU , 1962
LA VIUDA ASTUTA 84
CARLO GOLDONI, PAOLO BREGNI - DIANA TORRERI , 1962
EL VALS DE LOS PERROS 85
L. ANDREIEV, CARLOS CARVALHO - RUBEN YAÑEZ , 1963
LAS SABIHONDAS 86
MOLIERE, CARLOS MENK FREIRE - EDUARDO SCHINCA, 1963
KEAN 88
DUMAS – SARTRE, CARLOS CARVALHO - LAURA ESCALANTE ,1963
ANA EN BLANCO Y NEGRO 91
RUBEN DEUGENIO, MARIO GALUP - RUBEN YAÑEZ , 1965
URUGUAYOS CAMPEONES 92
LUIS NOVAS TERRA, CARLOS KUR - ALBERTO CANDEAU , 1968
LA ZAPATERA PRODIGIOSA/ AMOR DE DON PERLIMPLIN CON,BELISA EN SU JARDIN 93
FEDERICO GARCIA LORCA, IVAN CORREA - EDUARDO SCHINCA ,1972
TODO EN EL JARDIN 95
EDWARD ALBEE, MARIO GALUP - LAURA ESCALANTE , 1972
ISABEL, TRES CARABELAS Y UN CHARLATAN 96
DARIO FO, HUGO MAZZA - ELENA ZUASTI , 1974
LOS DIAS VACIOS 98
R. ANDERSON, OSVALDO REYNO - ELENA ZUASTI , 1975
EL PATO SALVAJE 99
E. IBSEN, HUGO MAZZA - EDUARDO SCHINCA , 1976
BARRANCA ABAJO 101
FLORENCIO SANCHEZ, CARLOS CARVALHO - ALBERTO CANDEAU ,1981
CESAR Y CLEOPATRA 103
B. SHAW, CARLOS CARVALHO - SERGIO OTERMIN , 1981
PREMIOS A LA VIRTUD 105
UILISES FAVARO, IVAN CORREA - EDUARDO SCHINCA , 1983
WOYZZECK 106
GEORGE BUCHNER, CARLOS CARVALHO - SERGIO OTERMIN , 1984
EL OTELO ORIENTAL 110
MILTON SCHINCA, CLAUDIO GOECKLER - JORGE DENEVI , 1987
EL ALBUM FAMILIAR 112
A. SANTOS, HUGO MAZZA - EDUARDO SCHINCA , 1988
LAS MAGICAS NOCHES BAILABLES DE PEPE PELAYO 115
ALBERTO PAREDES Y ANA MAGNABOSCO, OSVALDO REYNO - DUMAS LERENA , 1989
TODO DESNUDO SERA CASTIGADO 116
NELSON RODRIGUEZ, CLAUDIO GOECKLER - OMAR VARELA , 1990
QUERIDOS CUERVOS 117
DINO ARMAS, OSVALDO REYNO - CARLOS AGUILERA, 1990
Bocetos sin identificar 119
SI 1.1 120
SI 1.1 Con efecto de iluminación en la escenografía 121
SI 1.2 Con efecto de iluminación en la escenografía 122
SI 1.2 123
Planimetrias de Hugo Mazza 125
5
CENTRO DE INVESTIGACION, DOCUMENTACION
Y DIFUSION DE LAS ARTES ESCENICAS CIDDAE
El Centro de Investigación, Documentación y Difusión de las Artes Escénicas (CIDDAE), fue creado a partir de
la reapertura del Teatro Solís el 25 de agosto de 2004, desempeñándose en el Área de Desarrollo Institucional.
El CIDDAE está conformado por documentos producidos por el teatro en el transcurso de su historia y por
donaciones de particulares. Su acervo es testimonio de la vida artística, cultural y edilicia del Teatro Solís, y
de las artes escénicas a nivel nacional e internacional.
Su objetivo principal es la preservación del patrimonio documental y museístico del Teatro Solís (histórico y
contemporáneo), constituyéndose en un centro de gestión del conocimiento activo para el medio, generando así un espacio real de encuentro entre la academia, artistas, técnicos, investigadores, estudiantes.
La serie de bocetos de escenografías de obras de la Comedia Nacional se compone de 287 dibujos y
pinturas. En este libro se publica una selección de estos documentos.
www.teatrosolis.org.uy
6
Gerardo Grieco
Director General del Teatro Solís
La recuperación de las historias
Este libro -y todo este trabajo de investigación- nos permite constatar, una vez más, que el trabajo en red y
la cooperación de todos los agentes involucrados es el modo más inteligente de obtener buenos resultados.
Trabajar desde el CIDDAE del Teatro Solís con la Comedia Nacional, los docentes de la EMAD, la cooperación internacional, los artistas y decenas de ciudadanos que han donado sus archivos o nos ayudaron a
reconstruir fragmentos de historias, es lo que nos ha permitido obtener resultados de valor para las generaciones que vendrán.
Recuperar la historia de la Comedia a través de los escenógrafos es un aporte a las diversas maneras
de leer la historia, de analizarnos, de mirarnos, de pensarnos y de proyectarnos. Nos permite hacerlo y
resulta un aporte fundamental también para delinear el mapa de los escenógrafos, de las puestas en
escenas, de las decisiones artísticas de la programación.
Estamos convencidos que los trabajos en red -entre instituciones, entre las personas involucradas y entre los artistas comprometidos-, es una apuesta a una forma de hacer y de ser que nos ayuda a navegar estos
tiempos con responsabilidad. Esta modalidad nos permite un ejercicio más democrático en la construcción
del conocimiento y nos ayuda a realizar nuestro mejor aporte para generar una densidad de producción
fermental que colabore en la construcción de la ciudad cultural que soñamos.
En este sentido, la urgencia de recuperar la Historia para ponernos en posición de imaginarnos y de
reinventarnos, ha sido uno de los claros motivos de proyectar desde el CIDDAE este tipo de trabajos en red.
Bienvenidos todos. Trabajemos juntos y sin descanso por la ciudad cultural que cada escenógrafo supo
soñar desde el papel o la computadora al escenario.
7
Mario Ferreira
Director General y Artístico de la Comedia Nacional
El camino transitado
Existen varias maneras de contar la historia de una compañía teatral. Podemos obtener registros
audisovisuales, escribir libros detallando los distintos avatares por los que la misma atraviesa, escuchar a
sus protagonistas del presente y del pasado recordando anécdotas que el tiempo se encarga de amplificar, hacer un minucioso detalle sobre el impacto que el hecho artístico ha tenido de acuerdo a la realidad
histórica, política o social del momento, realizar un relevamiento del voluminoso material fotográfico
que congela un gesto, una reverencia, un momento de plenitud o de profundo dolor. Cada espectáculo
arrastra consigo una enorme cantidad de energía acumulada que llega a su éxtasis el día del estreno. Y a
partir de allí es el público quien entra en acción.
El vestuario y la escenografía de cada espectáculo son algo más que un complemento decorativo.¿Por
qué los actores ansían tanto el momento de probarse el pantalón, la calza o el chaleco que lo acompañará
durante el tiempo que la obra se represente? ¿Por qué es necesario que el espacio escénico esté definido
cuanto antes para que los intérpretes puedan «caminar» sobre el mismo?No es sólo una cuestión de
practicidad, es el momento de la apropiación definitiva, lo que nos falta para conseguir esa tranquilidad
relativa pero siempre imprescindible al momento de levantar el telón.
Nuestro país ha contado y cuenta con grandes diseñadores, formidables creadores que han marcado
caminos...hombres y mujeres que durante largas noches de desvelo han imaginado cuál es la mejor manera de vestir al rey Claudio o pensar en cómo hacer para que Casandra pueda encantarnos con su fervor
transitando las arenas con sus pies ligeros o pensar en que la casa de Willy Loman sea lo suficientemente
cómoda y asfixiante a la vez o cómo hacer para que el bosque de Birnam marche sobre el tirano Macbeth.
La gran mayoría de estos artistas han pasado por la Comedia Nacional a lo largo demás de sesenta años
brindándonos creaciones que todos hemos disfrutado. Es un verdadero placer presentarles estos bocetos
de trabajo de algunos de ellos. Buen viaje.
8
Lic. Daniela Bouret - Lic. Gonzalo Vicci
DIBUJAR EL ESCENARIO
Miradas en torno a bocetos de escenografías de la Comedia Nacional entre 1948 y 1995
Cuando nos encontramos frente a esta serie de bocetos de escenografías, surgió la necesidad imperiosa de darlos a conocer y compartirlos, hecho que disparó una serie de dispositivos y estrategias para
lograrlo.
Una vez limpios, catalogados, inventariados y digitalizados, procedimos a su identificación, cruzándolos con la base de datos que contiene la programación histórica de la Comedia Nacional, con la serie de
programas de mano y con algunas fotografías conservadas de lo que fue el resultado final de esa puesta
en escena, para contrastar así el proceso y ampliar el campo de análisis.
Para quienes provenimos de la Historia, surge primero la necesidad de nombrarlo –corpus documental-alentando así la ilusión de poder aprehenderlos y conocer más de las historias contenidas. Sospechábamos que al abordarlos como rastros del hecho escénico, de ese “arte de lo impermanente”1 , nos daría
luz sobre las formas de producción, sobre los oficios implicados, sobres sus diseñadores, sobre quienes
deberían moverse entre esas escenografías, o sobre los detalles de los materiales empleados.
Nos interesó mostrar de qué forma esta disciplina, desde sus comienzos, interviene la escena. Como
sostiene Pavis, “la skêngraphia era para los griegos el arte de adornar el teatro y el decorado pintado que
resultaba de esta técnica. (…) La escenografía señala perfectamente su pretensión de ser una escritura en el
espacio tridimensional (al que habría que añadir la dimensión temporal), y no aquel arte pictórico del telón
pintado que acertó ser hasta la llegada del naturalismo.”2
Por otro lado, quienes provenimos del campo de las artes visuales centramos la mirada en torno a
aquellos aspectos formales de realización, en la yuxtaposición de lenguajes y materias a través de las que
se construyen estos bocetos. La luz, el dibujo, la línea, los climas, son algunos de los ejes en los cuales
notoriamente es necesario detenerse; mientras que al mismo tiempo, reparamos en aquellos aspectos
que nos hablan de los diálogos entre los profesionales que desarrollaban esos bocetos, sus emplazamientos estéticos y sus posibilidades de realización. Muchos de ellos son piezas únicas que testimonian una
manera de hacer; son originales de proyectos que si bien en algunos casos fueron concretados, en otros
no se realizaron.
1
MNOUCHKINE, Ariane “Conversaciones con
Fabienne Pascaud. El arte del presente.
Teatro Francés contemporáneo VII” Traducción comentada
del francés. Margarita Musto y Laura Pouso., Montevideo, Ediciones Trilce, 2007.
2
PAVIS, P Diccionario del teatro. Dramaturgia, estética, semiología.
Buenos Aires: Paidós, 2007 pág 164
9
Entonces se generan dos objetos: el boceto que sirve como base para la realización y el objeto pictórico, ambos con fuertes rasgos naturalistas –vinculados a las épocas, técnicas y corrientes del momento
histórico- que se conforman como signo de una estética determinada y denotan la línea del artista. Al
mismo tiempo, resulta importante reparar en los contenidos formales de las realizaciones y en las trayectorias de los artistas que las realizaron.
Desde ambas disciplinas (historia y artes visuales) coincidimos que el valor de estos bocetos no se
encuadra solamente como testimonio del tiempo que fue, ni como objetos cuasi fetiches (algunos además de gran belleza visual); sino que debíamos recuperarlos, ponerlos en valor por su calidad de acervo
que documenta parte de la historia de las artes escénicas. Estos bocetos constituyen un punto posible
para el abordaje de las técnicas empleadas y la historización de la disciplina; son fuentes de análisis sobre
las condiciones en que la Comedia Nacional y sus técnicos (permanentes o contratados) producían arte.
La tentación inmediata irrumpe en querer abarcarlo “todo”, en echar luz sobre esas líneas de investigación abiertas; pero también, necesariamente, se impone la utilidad de acotarlo y de planificar su abordaje.
Así, una historia de la escenografía en Uruguay debería transitar por las condiciones materiales de existencia que hicieron posible su surgimiento: el sistema de la artes escénicas (compañías, actores, autores,
puestas en escena, escuelas, modelos estéticos hegemónicos, infraestructuras de salas, tecnología disponible, técnicos y profesionales de la escena); los públicos (sistema de accesibilidad, precios, información,
formación); los materiales (telas, maderas, metales, plásticos, vidrio, acrílico, proyecciones, etc.); el desarrollo de las artes afines (arquitectura, escultura, diseño, plástica); la participación de lo público y lo privado (legislación vigente, relacionamiento con la región y el mundo, sistema de incentivos, premiaciones,
sponsorizaciones o mecenazgos); y la promoción (publicidad, crítica, gestión). Esta tarea, sin duda necesaria para el desarrollo de las artes escénicas nacionales, está aún pendiente.
Escenógrafos, directores, diseñadores y actores:
la construcción de la escena.
Decidimos entonces buscar planos de relacionamiento para comprobar con Peter Brook que “en la
representación, la relación es actor-tema-publico. En los ensayos es actor-tema-director. La primera relación
es director-tema-escenógrafo.”3 De esta forma cobró sentido la articulación del tiempo teatral vivido en
la colaboración entre escenógrafo y director. “El mejor escenógrafo es el que evoluciona paso a paso con el
director, retrocediendo, cambiando, afinando, mientras gradualmente cobra forma la concepción de conjunto. El director que realiza sus propios diseños sabe que la terminación de esa labor no es un fin en sí misma,
sino el comienzo de un largo ciclo de crecimiento, ya que su propio trabajo se extiende ante él.”4
3
BROOK, Peter. El espacio vacío. Arte y técnica del teatro.
Ed. Nexos - Península, Barcelona, séptima edición, 2000, p. 134
4
Ibidem, p. 135
10
Angel Rama reflexionando en torno a las condiciones de producción escénica en la década del 50´,
sostenía que “(en la escena a la italiana) el actor no existe solo, ni por si mismo crea el espacio escénico –
típico caso de la invención alemana-; sino que queda sujeto a la trama de artificioso realismo ambiental; de
ahí la importancia que el decorado, los trajes, la utilería, las luces, cobran en esta escena, donde juegan un
papel considerable para aglutinar el suceder dentro de un clima envolvente. El actor se expresa en el medio
tono, aun en los teatros grandes, para permitir el matizado más sutil, el juego de inflexiones más cercanas
del habla habitual. El tiempo escénico reconoce una vivacidad y un dinamismo interior que tiende a la conciencia global.”5
Nos adentramos en un territorio que confirma que una escenografía no es un arte por sí mismo y sólo
puede ser comprendida siempre y cuando sea funcional a la puesta en escena, y mirada en función de si
consigue el diálogo necesario con el actor. O, al decir del Arq. Serroni, si cumple con “lo que nosotros los
escenógrafos buscamos siempre: crear atmósferas propicias para que se vean los espectáculos. […]Es posible
tener un espectáculo sin escenarios, pero siempre habrá una escenografía.” 6
El proceso creativo o la metodología de trabajo empleado por los escenógrafos contemporáneos es
una línea clara para indagar en este sentido: ¿cuál es el disparador para comenzar a trabajar?, ¿El texto?,
¿El director?, ¿Los actores?, ¿La sala? Centrar la mirada en ese punto de inflexión es lo que determina que
el proceso sea necesariamente colectivo. Quizás resulta obvio, pero el escenógrafo nunca trabaja solo. No
puede. Ensayos, reuniones, director, iluminador, vestuarista y los actores, determinaran si ese espacio
escenográfico se integra, se ensambla. “La escenografía es arte integrado. (…) La escenografía es arte de
conjunto, incluso en su realización, porque ella envuelve diferentes lenguajes, pasando de la carpintería a la
pintura, de la forja a la costura, o de la luz a la utilería escénica.”7
Según Peter Brook, “en realidad, lo que se necesita es un boceto incompleto, que tenga claridad sin rigidez, que pueda calificarse de “abierto”. Esta es la esencia del pensamiento teatral, y un verdadero escenógrafo
ha de concebir sus bocetos pensando en que deben estar en permanente acción, movimiento y relación con
lo que el actor aporta a la escena mientras ésta se desarrolla. En otras palabras, a diferencia del pintor de
caballete, que trabaja en dos dimensiones, o del escultor, que lo hace en tres, el escenógrafo concibe en función de la cuarta dimensión, el paso del tiempo, no el cuadro del escenario, sino el cuadro del escenario en
movimiento. Al contrario de lo que ocurre en el cine, el escenógrafo parcela en formas el material dinámico
antes de que éste haya cobrado cuerpo. Tanto mejor cuanto más tarde tome su decisión”. 8
5
RAMA, ANGEL Situación del Autor Teatral en Revista de la
Comisión de Teatros Municipales Año I Nº I IMM julio 1958 pág. 36
6
SERRONI, José Carlos. Arq. – Pensar el teatro, “La creación del
espacio dramático festivo”, conferencia realizada en el Teatro Solís, 25 de junio
2005. Mimeo de circulación interna. Teatro Solís, Montevideo, 2005., p. 6 y 8
7
Ibidem, p. 10
8
BROOK, Op. Cit. p. 136
11
Al mirar estos objetos se identifican aquellos momentos de quiebre que atravesó la escena nacional y,
por tanto, los tiempos que los escenógrafos signaron en sus propuestas. Los decorados de las décadas del
40´y 50´ nos hablan de una forma de trabajo determinada con roles específicos claramente asignados.
Pavis se pregunta “¿Decorado o escenografía? El mismo origen del término (pintura, ornamentación, embellecimiento) indica suficientemente la concepción mimética y pictórica de la infraestructura decorativa. En la
conciencia ingenua, el decorado es una tela de fondo, casi siempre perspectiva e ilusionista, que encierra el
lugar escénico en un medio determinado. Sin embargo ésta no es más que una estética particular –la del
naturalismo del siglo XIX – y una opción artística muy estrecha.”9 Existe un diseñador (dibujante, pintor) y
un realizador que ejecuta la propuesta de esos bocetos. Pero inmediatamente constatado esto, surge la
pregunta de ¿hasta donde llegaban los límites de esos roles?, ¿Estaban tan claramente definidos en la
práctica como se mencionaban en los programas de mano?, ¿Cómo se realizaba el traslado de una obra
pictórica a gran escala? Obviamente estas preguntas se cruzan directamente con las condiciones de creación y producción del momento: “El mantenimiento del nombre y de la práctica del decorado no es inocente, por supuesto. Durante mucho tiempo la puesta en escena ha limitado su campo de acción a una visualización y una ilustración del texto creyendo ingenuamente que le correspondía hacer evidente y redundante
lo que el texto sugería.”10
El diálogo entre las fotografías puestas en relación con los bocetos sugiere algo inquietante. Tenemos
una primera idea de lo que debería haber sido a través de los bocetos, las planimetrías y los colores;
tenemos las texturas y las perspectivas; contamos con la apuesta del diseñador de lo que esperaba que
sucediera. Pero las fotografías, ese momento de la realidad congelado en una mirada en blanco y negro,
nos proporcionan otra propuesta acerca de cómo podría haber funcionado; y aún así, nos falta el juego
vivo de los actores ordenando el espacio o adaptándose a él. Estas imágenes proporcionan elementos
importantes para acercarnos a una perspectiva situada en el contexto, “el fragmento de la realidad grabado en la fotografía representa el congelamiento del gesto y del paisaje, y por lo tanto la perpetuación de un
momento; en otras palabras, de la memoria: memoria del individuo, de la comunidad de las costumbres, del
hecho social, del paisaje urbano, de la naturaleza. La escena registrada en la imagen no se repetirá jamás.
El momento vivido, congelado por el registro fotográfico, es irreversible. La vida continúa, sin embargo, y
la fotografía sigue preservando aquel fragmento congelado de la realidad. Los personajes retratados envejecen y mueren, los escenarios se modifican, se transfiguran y también desaparecen. Lo mismo ocurre con los
autores-fotógrafos y sus equipos. De todo el proceso, solamente la fotografía sobrevive, a veces en su artefacto original, otras veces apenas el registro visual reproducido.”11
9
PAVIS, P. Op. Cit p.116
PAVIS, P Op. Cit., p. 116
11
KOSSOY, Boris Fotografía e Historia Buenos Aires,
Ed. La marca, 2001, pág. 119
10
12
Entonces surge por oposición, plenamente, la ausencia. El debate entorno al campo de lo efímero/
permanente de las artes escénicas, toma cuerpo cuando surge la sensación que del encuentro entre esas
dos fuentes (bocetos y fotografías) con nuestra mirada del presente, sentimos la ausencia de otras imágenes que completen el cuadro. Y eso no es otra cosa que la ausencia del público, de la mirada del espectador desde su lugar su tiempo, su convivio.
La prensa
Como forma de trascender ese carácter de lo impermanente (como huella que suponemos imprescindible pero que no podemos registrar porque se resiste a ser atrapada, condensada en palabras o en imágenes), ante la disyuntiva de pensar imposible la posibilidad de conocimiento en sí, buscamos a la prensa
como otra fuente necesaria para el acercamiento histórico. La mirada crítica –a veces condescendiente y
otras profundamente cuestionadora-, constituye una referencia insustituible. Por ejemplo, hacia 1950 y
en vísperas del estreno de “Romeo y Julieta”, los diarios ya aseguraban lo que sería un éxito por la reputación de quienes estaban vinculados al hecho escénico: “la versión que ofrecerá de esta importante obra del
célebre autor inglés, será notable bajo todo aspecto ya que su dirección ha estado cargo de Margarita Xirgu,
magníficos trajes confeccionados por las alumnas de la sección femenina de la Universidad del Trabajo de
acuerdo a los croquis del Arq. César Martínez Serra como también los decorados que fueron ejecutados bajo
la dirección del escenógrafo José Echave. Será sin duda alguna, la de mañana, una de las grandes noches
para el viejo Teatro de la calle Buenos Aires, ya que las localidades fueron solicitadas en su totalidad”12
Unas décadas más tarde, Roger Mirza titula un artículo como “Diecisiete espectáculos para la memoria”, donde hace referencia a espectáculos estrenados por la Comedia Nacional, señalando la importancia
del trabajo escenográfico y su influencia en la concreción de los espectáculos. En referencia a “Marat
Sade”, estrenada en 1984 por la Comedia Nacional bajo la dirección de Federico Wolff, y reafirmando el
carácter colectivo de creación, sostiene: “Con perfecto ajuste de música, canciones, luces y movimiento
escénico, el director vuelve a demostrar su seguridad y su dominio para la distribución del espacio, el juego de
los movimientos, el equilibrio, la armonía plástica del conjunto, la fuerza de los contrastes, la alternancia de
escenas violentas con otras más apagadas, de clímax y anticlímax, además de la expresividad de los personajes. (…) Yo sobre todo el fondo de una escenografía impecable de Carlos Carvalho, también responsable del
vestuario, además de las esplendidas luces de Carlos Torres (Premio Florencio) y la música de Conrado Silva.”13
12
EL DEBATE, año XX, N° 6844, 27 de junio de 1950, p. 5.
“La Comedia Nacional ofrecerá mañana un gran espectáculo”.
13
MIRZA, Roger “Diecisiete espectáculos para la memoria” en
Escenarios de dos mundos. Inventario Teatral de Iberoamérica 4
Centro de Documentación Teatral, Madrid, 1989 pág. 217
13
La puesta en escena de “Mefisto” de Ariane Mnouchkine en 1986 con la dirección de Aderbal Junior,
merece también unas líneas en esta referencia a resaltar el aspecto interdisciplinario del montaje escénico:
“Por otra parte el terrible clima de las décadas del ascenso de Hitler al poder es recreado por el director con
meticulosa precisión: incorporación de grabados de Grosz, acentuación de los contrastes y el grotesco, además de una utilización de todo el escenario del Teatro Solís, apoyado en una funcional escenografía de
Claudio Gloecker.”14
El comentario acerca de la puesta en escena de “Kaspar” en 1986, bajo la dirección de Nelly Goitiño, es
interesante también en esta perspectiva. “No se trata sólo del impecable nivel técnico de cada una de las
artes que intervienen, sino de la orquestación misma que integra actores, música, luces, vestuario, movimiento y escenografía en un todo de gran expresividad e impacto. (…) Carlos Musso ofrece también una sugerente escenografía que se abre sobre un fondo celeste que rodea la escena, con algo de Magritte”15 .
O la referencia la obra “Los Gigantes de la Montaña” en 1987, bajo la dirección de Antonio Larreta:
“Toda la concepción escénica implica una sabia orquestación, desde el lugar por donde entran los actores,
hasta el color sombrío de la escenografía que se ilumina por momentos se concentra o se amplía en una
funcional concepción de Hugo Mazza, apoyada en las excelentes luces de Carlos Torres.”16
Ellos y ellas: los artistas de la escenografía en Uruguay
En este sentido, una historia de la escenografía puede ser contada, narrada, problematizada o abordada desde distintas miradas. Estas páginas intentan poner en palabras las reflexiones compartidas con
algunos escenógrafos contemporáneos uruguayos, al ponerlos en contacto con una serie de bocetos de
escenografías que conforman un corpus documental histórico de la Comedia Nacional pertenecientes al
archivo del Teatro Solís.17
Pero este abordaje no fue suficiente. Necesitamos enfrentarlos con los “hacedores”, con los
escenógrafos contemporáneos, con los profesionales uruguayos que hicieron y hacen escenografías teatrales hoy. Y fueron sus palabras las que nos ayudaron a contextualizarlos, a posar la mirada desde una
perspectiva más funcional, a interrogarlos a algunos como planimetrías específicas para la realización, y a
otros como elementos visuales necesarios para dar a comprender la puesta al director y el elenco de
entonces.
Vanarelli, el renombrado escenógrafo argentino que fuera contratado por la Comedia Nacional en
varias oportunidades y del cual contamos con algunos bocetos de sus realizaciones, luego de un viaje a
14
Ibidem, pág. 218
Ibidem. pág. 219
16
Ibidem. pág. 220
17
Documentación perteneciente al Centro de Información,
Documentación y Difusión de las Artes Escénicas
del Teatro Solís (CIDDAE).
15
14
París dejó algunas notas impresas. Si bien sus reflexiones giran en torno a una exposición de bocetos de
escenografía de Marc Chagall, nos resultan útiles para acercarnos a sus motivaciones y emplazamientos:
“El principio involucra lo concerniente a una lógica esencial, “la coherencia de la imaginación”, hacer de cada
trabajo de arte una cosa inteligible y aceptable dentro de los medios de cada uno. En este caso el resultado
ideal sería: ni danza ni pintura, pero sí, la creación de unificar un trabajo de arte de una nueva categoría. El
medio de expresión de Chagall, es el del pintor exclusivamente. El vive en el país de las maravillas de sus
creaciones pictóricas, pero éste es solamente válido dentro de su jurisdicción. Si una producción teatral, puede ser definida como la creación de una realidad verdadera en los límites escénicos, esto implica un proceso
creativo de transformación. Los imaginativos trabajos de Chagall y sus maravillosas revelaciones pictóricas,
son completamente reales para él, y por lo tanto, no requieren ni permiten otra forma de reinterpretación de
sus términos. De esta manera la imperfección estética de la realización escénica no importa mucho en la
cuestión de proporción e integración, ni en el problema de la coordinación y la interpretación, pero sí, en el
conflicto entre dos diferentes sentidos de la realidad.”18
Desde la experiencia de un escenógrafo como Hugo Mazza resulta importante rescatar su testimonio
acerca de las prácticas que, desde finales de la década del 40´, signaban los trabajos escenográficos en
nuestro medio. La cita, un tanto extensa, se justifica en la riqueza de la descripción de elementos y prácticas que determinaban las condiciones de realización y que resultan de suma importancia al momento de
posicionarnos en el presente y mirar los bocetos de entonces.
Mazza nos cuenta que: “(…) empezó a haber gente de oficio que realizaban escenografías, que eran
como pintores que se dedicaron después a la parte de teatro a realizar escenografías, como Lázaro por ejemplo, que era un realizador que se transformó en un realizador importante y después hizo algunos bocetos.
Junto con él, entro otra gente a ayudar en el Teatro Solís para hacer escenografías. Yo fui uno de los que entró
a ayudar, en la época en que nosotros hacíamos escenografías en papel. Era toda la parte superior del Teatro
Solís, llena de papel de escenografía que se compraba únicamente en La Platense (en 18 de Julio y Julio
Herrera y Obes). Eran rollos enormes de un metro de ancho. El trabajo para hacer una escenografía era
impresionante, porque había que tirar los papeles en el piso del teatro, después en un espacio de 5cm pegar
la hoja siguiente, después la siguiente y después la siguiente. Después de terminar eso, dar vuelta todo el
papel 5cm para dentro, engrudarlo y ponerle la grilla. La grilla era la tela que después va a unirse al bastidor.
Una tela de más o menos 10 cm que uno tenía que encolarla, arrugarla, pegarla al papel y luego pegarla al
piso para cuando estirara, estiraba bien y no rompía.
18
VANARELLI, Mario Marc Chagall Escenógrafo
Revista LIRA, Buenos Aires,1946
15
Después de hacer todo eso que llenaba todo el piso del taller del Teatro de papel. (…) Una escenografía
podía caber en todo el techo del Solís, se podía hacer una escenografía grande, con una sola tira de papel que
cubría todo el piso del escenario. Después de pegar todo eso todavía había que regarlo al papel para que
estirara. Porque si no, uno pintaba encima y quedaba el papel todo arrugado. (…) Era un papel grueso, muy
especial. Después había que dibujarlo. Dibujarlo con anilina para que pasara la anilina por el papel hacia el
lado de abajo. Y después se pintaba con tierras de colores y cola caliente. Uno calentaba la cola de caballo, esa
que venía en unas placas, la calentaba, la hervía, y con eso agarraba la pintura y pintaba. Y después se pintaba con cepillos o con pinceles, pero todo con mango. Es decir, uno trabajaba parado, como barriendo. Bueno,
después de hacer eso, había lógicamente que recortar trazos por trazo y pedazo por pedazo y aquello que iba
al bastidor había que agregarle otra vez otro pedazo de grilla. Que era aquella tela, este lienzo, que se engomaba, se arrugaba y se pegaba y bueno... había que esperar que secara y luego se llevaba abajo, para que los
maquinistas lo armaran y después de armado había que mojarlo otra vez para que estirara.”19
De este relato, extremadamente pormenorizado de los oficios y prácticas de lo escenográfico, podemos inferir claramente que es sin dudas en el trabajo de campo -el escenario-, donde vislumbramos el
lugar más rico para dar cuenta de los caminos ensayados en la búsqueda de los mejores resultados, la
negociación a la interna de los trabajos en equipo, la persecución de las soluciones prácticas, la articulación de las artes en el espacio para y con los actores, la cristalización de la experiencia.
Enrique Badaró considera que si bien su forma de trabajo es heterodoxa, habitualmente comienza
con “una lectura de texto y después [una] instancia de diálogo (…) donde más que nada se habla de impresiones, de sensaciones, sobretodo de asociaciones. Pueden ser de la obra, pueden ser de cosas que tengan que
ver, puede ser compartir poemas, compartir momentos con el director, [de] pintura. A partir de esas primeras
charlas es el tiempo de empezar a bocetar ideas que no tienen que ver estrictamente con el espacio concreto
en el que vamos a trabajar, sino que son ideas en abstracto que están más vinculadas a representar gráficamente esas sensaciones iniciales: dibujos, estampas… Y a partir de las tendencias que se generan en la primera instancia, ahí sí, empezar a trabajar a partir de una planta concreta de las necesidades de movimiento de
los actores, de la planta escénica. [Se va] conformando la creación a nivel de boceto, de dibujo y, después, la
realización de la maqueta, de manera de poder ver lo más cercano posible a la realidad.”20
En este punto, seguramente influyan variados aspectos que determinan las formas concretas de trabajo de cada unos de los profesionales: la formación específica, los intereses estéticos, y las variables
relacionadas con los espacios donde se vincularon y los trabajos que realizaron.
19
Entrevista realizada a Hugo Mazza,
24 de octubre de 2008, por Marcelo Sienra.
Domicilio de Hugo Mazza.
20
Entrevista realizada a Enrique Badaró Nadal,
30 de setiembre 2009, por Gonzalo Vicci. Teatro Solís.
16
Goeckler contó su rutina: “primero tengo que armar una planta, que es lo básico, porque después de que
está resuelta la mecánica del espectáculo, la planta arma la mecánica, lo que sube arma la atmósfera, pero
la planta es lo que arma la mecánica y es lo que el director precisa más rápidamente. Entonces primero tengo
que resolver por áreas, necesito un papel, una planta, el escenario y voy armando áreas : la escena tal, la otra
escena, esta acá no porque está al mismo tiempo que esta, también nuevamente la mecánica, pero al mismo
tiempo de alguna manera mi cabeza va adelantada, va sobre todo si me acuesto, o sea no al dormir, al cerrar
los ojos e imaginar, como una proyección que va pasando ideas, imágenes, es como una computadora (…) es
la memoria que tiene uno, de hecho nada es nuevo para uno mismo, algo lo transforma,
¿verdad?, se
transforma en otra cosa. (…) Lo que creo que es importantísimo es que hay que ver todo lo posible, tener una
imaginoteca en la cabeza de todo tipo de cosas , para eso -para mí- los viajes que he hecho, muchos, han sido
muy importantes por todo lo que tienen, por esa inclinación que tengo además a la arquitectura.”21
La relevancia del rol del director como figura determinante en el proceso de creación, es un idea
compartida también por Mazza en “(…) el que determina es el director. El escenógrafo no impone que una
escenografía tenga que ser realista, figurativa. Tiene que seguir la pauta del director. Ahora, lo que se explota
y se habla profundamente con el director son el cómo y dónde, en qué lugar y situación, se van a definir las
escenas que componen el texto. Porque un texto solo tiene una enorme cantidad de situaciones que aunque
esté en un solo ambiente lo hace distinto, y para hacerlo distinto uno tiene que ir creando el espacio determinado. La última palabra la tiene el director pero el escenógrafo es el primero en ver la obra. Antes que el
director, porque lógicamente es el que planifica todo y lo ve.”22
Esta forma de trabajo ha impregnado a varias generaciones. Para Adán Torres “la potencia de un país
se muestra también a partir del teatro. (…) En mi laburo, primero tengo que estar bien con el director, si no, no
puedo, así me llame Gardel. Segundo, el grupo. (…) Vos tenés que estar en el ensayo.. Si el actor ve que vos
estás en los ensayos [no te molesta]. Si vos vas dos veces al mes, los tipos ya te empiezan a mirar raro.(…) El
puntapié inicial es eso, el Director y el Grupo. Para trabajar, primero es el boceto y siempre confiando en la
primer mirada; las primeras veces que nos encontramos siempre son fundamentales.23
Se ha escrito mucho sobre cómo las “nuevas técnicas” influyen en la construcción del universo simbólico y nos relacionan con el medio. En esta perspectiva, lo que nos interesa es la forma en la que éstas hoy
afectan las prácticas y producen nuevos sentidos. Cuando proponemos el ejercicio de presentar el conjunto de bocetos a los escenógrafos entrevistados, seguramente no puedan despojarse de su tiempo
presente, de los nuevos modos de producción (técnicas, materiales, soportes), del acceso y manejo de la
21
Entrevista realizada a Claudio Goeckler, 30 de setiembre 2009,
por Daniela Bouret y Gonzalo Vicci. Teatro Solís
22
Mazza Op. Cit.
23
Entrevista realizada a Adán Torres, 1 de octubre del 2009,
por Gonzalo Vicci. Teatro Solís
17
tecnología contemporánea. Y aquí surge muchas veces la sorpresa de los más jóvenes, o quiénes valoran
el tiempo dedicado a su realización, a la importancia dada a los detalles, a la trama del papel, a los colores
empleados. Surge también la empatía en quiénes perciben cada boceto en sí mismo como un “todojunto”,
como documento del tiempo que fue, como un “papel de trabajo” de un colega; como herramienta de ese
diseñador para mostrar su forma de ver la escena al Director. Para Badaró, “el abordar la maqueta
tridimensional real, no se compara a un vidrio que te separa la pantalla de la computadora. Pero (…) en los
últimos trabajos recurrí a la parte digital, sobretodo muchas veces por tema de tiempo y de prolijidad. Pero
en ese sentido soy muy ecléctico no tengo una forma, a veces trabajamos con maqueta a veces no, pero creo
mucho en los equipos y la retroalimentación, sobre todo en las nuevas generaciones que manejan tecnología que naturalmente están aprendiendo.”24
En una profesional joven como Beatriz Arteaga aún vemos la complicidad del manejo de técnicas y la
versatilidad del uso de soportes que da cuenta de una marca en este camino de transición, un mojón en
la historia del uso de las nuevas tecnologías. “Bueno primero me hacen la propuesta, tengo charlas con el
director y de ahí bueno ya mi cabeza empieza a pensar, y necesito de papelitos, con rayas, con lápiz, rayitas,
a papel necesito empezar a proyectar mis ideas, también asocio muchas cosas con películas, porque me
gusta mucho el cine o la pintura, el arte en general. Entonces asocio a una película en cuanto a gamas de
colores o texturas y si lo primero es tratar de llevar lo que tengo en lápiz y después si utilizo herramientas un
poquito “más sofisticada”, como es AUTOCAD, 3D ESTUDIO, pero lo primero siempre es ir al lápiz y papel o a
cartoncitos para crear algún volumen, como es lo más importante y lo más tangible para mí.”25
En ésta generación se ubica también Paula Kolenc. Para ella el desafío “Es arriesgarse. (…)Si antes yo
diseñaba con un papelito y ahora tengo 3D y entonces me preocupo de aprender 3D y lo uso, y lo hago en la
computadora. Entonces le puedo mostrar al director de atrás, de adelante, de arriba, de abajo, que a su vez
eso te ayuda a vos a definir un montón de detalles porque te estás dando cuenta como lo ve la gente , como
no lo ve la gente (…). Nosotros generalmente teníamos una forma de trabajar, [donde] el concepto siempre
era algo particular, podía ser un cuadro, una foto de algo. Bocetos así trabajamos. Pero nuestra idea estaba
en la maqueta, no en los dibujos. En el dibujo lo que mostrabas eran algunos detalles, mas la parte de
estructura, pero las maquetas eran todas en detalle. O sea trabajábamos mucho más la maqueta. [Viendo el
boceto], eso es un cuadro, no sé si te da mucha idea de lo que puede haber llegado a ser la escenografía.”26
24
Badaró, Op. Cit.
Entrevista realizada a Beatriz Arteaga,
11 de noviembre de 2009, por Gonzalo Vicci,
Teatro Solís.
26
Entrevista realizada a Paula Kolenc,
13 de noviembre de 2009, por Gonzalo Vicci,
Teatro Solís
25
18
En este juego de reflexión desde las prácticas contemporáneas, surge también el análisis de las causas y procesos de algunos cambios que se sucedieron a lo largo de la segunda mitad del siglo en nuestro
medio teatral. Osvaldo Reyno consultado acerca de los cambios más importantes en las formas de trabajar, plantea que “había un problema económico y un problema de estructura del estar en las plateas. (…) En
1960 o algo mas, pasaba que bajar un telón, hacer un cambio, bajar un telón y hacer un cambio, era como
medio brutal. Esta todo bárbaro (pero) había escenas de diez minutos nada más y cambiar toda una escenografía por diez minutos era como medio engorroso todo. Y ahí se empezó a armar [distinto], como un texto
de una obra: cuál era el concepto fundamental de eso y a partir de ahí se manejaba el espacio escénico, a lo
mejor un elemento escenográfico. Y [ahí] ya manejabas todo y movías a los actores a través de ese elemento
que quería decir determinadas cosas (…). [La idea es] hacer un significado que la gente entienda donde está.
Lo bueno -que a mí me gusta- es que la gente piense donde está, es decir para dónde estamos y (lo que) ese
elemento quiere decir.”27
La performatividad de las artes escénicas se construye, sin duda, desde un colectivo heterogéneo y
complementario. Y es justamente en el escenario donde se dimensiona y se “negocia”. Para Badaró “el
hecho de trabajar en un espacio, (…) en un colectivo que no es homogéneo, [donde] hay jerarquías, y hay
áreas de trabajo [implica que] uno de los elementos más importantes desde el principio es empezar a trabajar en diálogo con el vestuarista, con el iluminador, con el resto del equipo técnico, el que hace las máscaras,
el que hace el sombrero, el que hace los efectos especiales y todas esas cosas.”28 Las memorias de Pirelli
resultan elocuentes al respecto: “Nos reunimos, supongamos que tú seas el director - que podés tener una
idea o no tenerla-;y me decís: “Bueno, de la obra después hablamos” y vamos teniendo sucesivos encuentros.
Al principio más esporádicos y después más frecuentes, hasta llegar a este punto que es esto. A medida de
cada charla yo voy extrayendo una primera idea, una segunda idea de acuerdo a lo que charlamos, se va
modificando, ajustando.”29
Este punto es coincidente también para los escenógrafos más jóvenes. “Para mí es importante tener
una instancia a solas, íntima con el director y después tener íntimamente, de “vos a vos” otras con el iluminador,
con el vestuarista y después poder tener otra todos juntos, me parece que esas son las mejores instancias.
Cuando tenés la idea ya básica es importante conversarla o mostrársela a [los actores]. Para que participen,
no para que opinen “que lindo”, “que feo”, porque es un caos, cada uno tiene que tener su rol y su lugar, pero
sí para que sepan cómo se van a mover, siempre y cuando la puesta en escena exija tener el espacio escénico
delimitado antes de empezar a trabajar. Pero a veces cuando hay otras metodologías donde el espacio se va
27
Entrevista realizada a Osvaldo Reyno, 30 de noviembre de 2009,
por Gonzalo Vicci, Teatro Solís
28
Badaró, Op. Cit.
29
Entrevista realizada a Carlos Pirelli, 1º de octubre de 2009,
por Gonzalo Vicci. Teatro Solís
19
haciendo a medida que vamos trabajando es diferente, y ya el actor como que lo integra de otra forma. No
mejor ni peor, sino de otra forma”.30
La pregunta sigue siendo ¿para quién? El intentar responderla es una de las preocupaciones sobre las
que Paula Kolenc reflexiona, sobre esa responsabilidad del escenógrafo en la comunicación con el público. Para ella, “el escenógrafo tiene que lograr que la persona vea el texto, vos tenés que lograr que la persona
quede atrapada por lo que está viendo ahí, que eso para mi es la función del escenógrafo, no que el actor
pueda subir tres escalones para decir lo suyo desde arriba o lo que sea. Todos los rubros tienen que estar en
función del texto, porque para eso es el teatro, para que se entienda lo que el autor quiso decir o entre todos
ponerse de acuerdo que es lo que quiso decir y decirlo, porque nunca vamos a saber lo que quiso decir. Pero
queremos transmitir un concepto. Todos los rubros, desde el actor, todos los técnicos, todos tenemos que
lograr que la persona durante las horas que está sentada ahí o los diez minutos o lo que sea, esté prestando
atención. Para mi es eso. Yo tengo que lograr que la persona esté metida en el espectáculo, y yo no veo que lo
estén logrando y si tenés esas posibilidades, y eso ya no depende del taller de la Comedia, ni de quién te lo
realice, depende de vos de poner un poquito de cabeza y decir: “tengo todo esto para usar, a ver ¿como lo
uso?”.”31
A través del relato de Goeckler, podemos incorporar otra dimensión, que surge en referencia a su
trabajo con Aderbal Junior en la obra “Mefisto”. En ella, el rol asumido por el director y su metodología de
trabajo propone el encuentro, el espacio “Mi mecanismo comenzó con Aderbal, (Mefisto) es una obra que
tenía 27 cuadros en 12 lugares distintos, un desafío muy grande. Y le pregunté ¿cual es tú idea de la obra? Y
me dijo no tengo ninguna. Le dije: “pero tú vas a montar esta obra” y me responde “sí, sí”; entonces le
pregunto: “¿cual es la línea vertebral de tu puesta en escena?” A lo que me respondió: “tú te vas a juntar con
del grupo de actores durante 30 días, conmigo todos los días”. [La propuesta era] para hacer algo que él
llamaba “el conocimiento profundo del texto”, o sea, el relacionarse profundamente con el texto, eso significaba para los actores por ejemplo que leyeran todas las partes, que se hicieran ejercicios de improvisación.
Se traía gente que hablaba del “Holocausto”, profesores de historia, víctimas de del Holocausto, películas de
nazis, de todo... Y en eso se conformó en cada uno de nosotros algo que contenía la obra y su entrono.
Yo nunca abandone el trabajo (...), yo parto de la base que cuanto más sepamos todos de un texto, todo
lo que rodea el texto que llamamos investigación interna del texto, todo lo que entra por la derecha, sale por
la izquierda, eso es una puerta (..) y una investigación externa que todo lo que rodea al autor, al acontecer
de la obra, el tiempo histórico, el período artístico, el pensamiento filosófico, todo lo que rodea al tipo que lo
escribe y además lo que él piensa de todo eso.”32
30
31
32
20
Beatriz Arteaga, Op. Cit.
Paula Kolenc, Op. Cit.
Claudio Goeckler, Op.Cit.
Para poder completar la mirada sobre estos trabajos, resulta necesario agregar otras voces, experiencias y trayectorias. El abordaje de otros ejes de análisis, supone internarse en los itinerarios de formación,
las condiciones de trabajo, la tecnificación de las infraestructuras disponibles y varios más que desde los
relatos de los escenógrafos son pasibles de identificar, tanto como una necesaria vinculación con otras
áreas técnicas de la escena, la iluminación, la maquinaria, el vestuario.
Pero al mismo tiempo, este necesario encuentro de los bocetos con las voces de los protagonistas en
las entrevistas, a la vez que crea una nueva fuente para la investigación histórica, también sintetiza parte
de las dinámicas propias de la puesta en escena: la creación de espacios escénicos, emotivos, temporales.
El espacio, entonces, adquiere una doble dimensión: como elemento determinante para la realización
escénica y como espacio de encuentro, mistura, yuxtaposición de las diferentes disciplinas que intervienen en las artes escénicas. De alguna manera tomamos a estos bocetos escenográficos como una sinécdoque del Teatro, un camino abierto a transitar que profundice la reflexión pendiente en torno a los procesos de creación, a sus protagonistas; una línea abierta a explorar sus problemas específicos y los diferentes momentos históricos. Estos bocetos conforman también una parte de un todo mucho más amplio,
un microuniverso aún por profundizar. La responsabilidad de su cuidado implica contenerlos, cuidarlos,
revisarlos, aprehenderlos, descubrirlos, exponerlos, haciéndolos accesibles y poniendo en valor esos nuevos espacios inventados y construidos, desde un texto, una imagen, una palabra.
21
Gerardo Bugarín
Acervo del CIDDAE: en busca del boceto perdido
Introducción
Tres vertientes de la actualidad atraviesan horizontalmente todas las actividades humanas: a) un
creciente predominio de la imagen como soporte de comunicación, de reflexión, de investigación, de fruición, de expresión, etc.; b) un acentuado individualismo heterogéneo / no integrador a todo nivel: pensamiento, conducta, sensibilidad, afectividad, relaciones interpersonales y laborales, gustos, consumo; y, c)
un nuevo manejo de la concepción del tiempo y de la temporalidad.
La imagen pasa de ser una mera prueba accesoria a convertirse en “el” objeto de estudio y lo que es
más importante aún: en el futuro procedimiento mismo de estudio. Estamos en un período de consolidación de las imágenes como estructurantes de pensamiento, con una fuerte voluntad modélica. Nos encontramos en pleno afianzamiento de un paradigma comunicacional -en clara competencia y sustitución
con la escritura y el habla articulada- que necesitó, para arribar al estadio actual, de un desarrollo técnico
y tecnológico sin parangón que se da a partir de finales del s. XX.
Simultáneamente, los seres humanos -como máquinas de percepción individualizadas y diversas- y
su exacerbada subjetividad están en el centro de la cuestión. El valor no esta ya en el objeto mismo de
estudio sino en los ojos que lo miran. El valor esta en las múltiples intenciones, intencionalidades e intereses del observador. En sus intuiciones y proyecciones particulares. En su capacidad de dotar de sentidos,
de poder hacer links hacia y desde otras esferas o ámbitos del conocimiento y de la experiencia para así ir
completando “el” mapa o “su” mapa.
Y por último no podemos dejar de referirnos a la noción de tiempo y temporalidad ligada fuertemente, por un lado, a lo instantáneo (el perentorio “ya”), a lo simultaneo (el “tiempo real”, que pone en
cuestionamiento los límites espaciales), a lo efímero y vertiginoso del cambio constante; y, por otro lado,
como contra cara de lo anterior, a la conservación, salvaguarda, recuperación y valoración de todas aquellas huellas, vestigios, rastros, restos, marcas y señales, trazos, indicios, etc., que el paso del hombre por la
vida va dejando.
Es a la luz de estas tres tendencias donde este acervo del CIDDAE adquiere mayor relevancia. El mismo da debida cuenta de una necesidad latente e imperiosa que flota en el aire. Una nueva historia en
imágenes debe de ser escrita. Nuevos objetos de estudio, nuevos ciudadanos, usuarios e investigadores
necesitan de la construcción de nuevos imaginarios donde se relacionen y conjuguen pulsiones ancestrales
y vigentes, íntimas y colectivas, reales e imaginarias.
22
Lo mismo que en tiempos pasados la voluntad de construir bibliotecas respondió a una necesidad y a
un programa basado en el valor de lo escrito, de la palabra como explicación del hombre y su peripecia,
hoy por hoy la imagen -en sus múltiples soportes- se nos presenta como un nuevo programa a desarrollar
para dar cuenta cierta del Hombre y de la Humanidad, presente y pasada.
El escenógrafo, como hombre de su tiempo, en su específico profesional y mirado más ampliamente
como hombre de teatro y de arte, no es indiferente o inmune a todo esto. Es más: gran parte de su trabajo
en tanto que diseñador se centra en el procesamiento y producción de imágenes que posibiliten un desarrollo espacial y escénico.
El trabajo del escenógrafo puede ser visto como el de un voraz consumidor/depredador de imágenes;
un despiadado Dr. Frankenstein, que mezclando lo propio y lo ajeno, logra concebir un genial y único
monstruo escénico; y, en el camino, como un compulsivo generador de imágenes que le permiten expresarse y comunicarse con el resto de los componentes del hecho teatral: director, actores, realizadores,
diseñadores de vestuario e iluminación, productores, etc.
Toda esta producción gráfica que no es un fin en si misma sino una herramienta al servicio del hecho
teatral, y que, parangonando la dinámica de arte efímero del teatro, su destino más seguro es la papelera
inmediata o la limpieza general de estudios o talleres a la búsqueda de más espacio vital. Sin embargo
todo ello tiene un valor potencial enorme a la espera de que el sabio intérprete en el momento indicado
venga a arrancarle sus mejores colores y notas.
Para que ello ocurra debe de existir primero el boceto en su más pueril materialidad. Luego deben de
encontrarse en lugar seguro y accesible como es el CIDDAE. Conservar, esa es la palabra, aunque suene
terrible a nuestros oídos modernos y dinámicos. Estos materiales tan “sui generis” como lo son los bocetos escenográficos son indispensable e imprescindibles para poder así dar cuenta y construir o reconstruir en imágenes el o los pasados teatrales. Su frecuentación y cotejo habilita también a una nueva forma de abordar, analizar y comprender el mundo.
En nuestra voluntad de ver más allá de las categorías establecidas, de superar los compartimientos
estancos del conocimiento y de los discursos, consideramos relevante el hecho de que esta propuesta
trate de iluminar, de dotar de presencia y de valor aquello que hasta el momento no eran más que simples
y utilitarios documentos auxiliares, de uso interno de la profesión y de la actividad teatral.
Las líneas de trabajo que se pueden desplegar a partir del contacto con el acervo de bocetos de escenografía que atesora el CIDDAE son potencialmente muy amplias y reveladoras de muchos aspectos que
una disciplina encierra, tanto per se (escenografía) como por el marco de referencia en el que se producen
(actividad teatral/espectacular). Depende siempre de las preguntas que nos/les formulemos desde el
presente actual o desde los sucesivos presentes de quienes los contemplen y cuestionen.
23
Las interrogantes que levantemos a propósito de los mismos, o las reflexiones que pudiéramos alcanzar, irán hilando y tejiendo sucesivas historias de la disciplina (dibujo, diseño), de la profesión (escenografía), y del marco de referencia inmediato (producción teatral, producción artística), evocando y abarcando
tantos círculos concéntricos como nos sea dado imaginar. Toda una historia que aún está por ser contada,
estudiada, clasificada, fabulada, mitificada…
Por ejemplo, podemos abordar este material como obras completas en si -independientes de la obra/
puesta teatral que fuera el disparador inicial, como dibujos artísticos donde se pone el relieve y énfasis, no
ya la intencionalidad utilitaria del mismo sino el carácter que el escenógrafo/artista le quiso imprimir y
transmitir (el acento estará puesto en quien lo hace); o, en el nivel técnico de sus componentes gráficos pictóricos: composición, estructura, dibujo, paleta, soporte, texturas, escalas, efectos, etc. (el acento estará
puesto en la obra).
También lo podemos desarrollar desde su opuesto, poniendo como centro al “receptor” y podremos
así adentrarnos en el mundo del gusto o de los gustos, de las modas o tendencias del público que concurre al teatro en cada época, pero sobre todo del medio artístico local, de los directores, productores, autoridades, actores, todos aquellos que de una manera u otra habilitan o posibilitan directa o indirectamente
con sus decisiones una cierta concepción escenográfica.
Tanto en un caso como en otro también es interesante constatar el grado de desarrollo y evolución de
concepto de espacio / espacialidad dentro del teatro, del mayor o menor grado de abstracción o sujeción
del mismo a disciplinas emparentadas (arquitectura, pintura, escultura, decoración). De cómo era sentido,
vivenciado, pensado y articulado el concepto de espacio escénico, tanto por el público como por los actores, diseñadores teatrales y directores artísticos.
También una posible lectura remite a qué relación hay o hubo entre la producción escenográfica y las
artes plásticas contemporáneas tanto locales como regionales o internacionales. ¿Cuántos prestamos,
cuántos robos, cuánta indiferencia, cuánta distancia? ¿Qué diálogos posibles hubo? ¿Qué compartimientos estancos los impidieron? ¿Quién imita a quién? ¿Qué fuentes de inspiración comparten?
Una historia del diseño escenográfico se cruza indefectiblemente con otra historia, la historia de la
evolución técnica y tecnológica que se da a nivel de escenario, pensado este en su doble condición de
espacio y de dispositivo, y de sala teatral, cuánto influye en el producción del escenógrafo, en sus propuestas, en su estilo de abordar la problemática espacial escénica.
También resultaría interesante hacer una lectura transversal a través de este material de la concomitante historia de las instituciones (en este caso la Comedia Nacional) para las cuales se producen estos
materiales, como su programación, elección y selección de autores, directores y escenógrafos influye y
formatea una producción de esta índole.
24
Si incluimos el boceto de escenografía en un sistema mas amplio y complejo como lo es el de la producción teatral, del cual en la actualidad son meras huellas o rastros -con la particularidad de que son
previos a la concreción del hecho teatral y no restos supervivientes del mismo- podremos ver en estos
documentos indicios de cómo y cuáles eran las condiciones de producción y realización; de la pericia de
técnicos, maquinistas y realizadores; de las infraestructuras teatrales disponibles, de los saberes específicos alcanzados.
El tesoro es la escenografía con los actores en acción frente a un público. El boceto es solo una parte
del mapa. El mapa del escenográfo no es el tesoro, ni siquiera describe el territorio. El mapa que incluye
todo boceto construye potencialmente el territorio. El grafismo tiene voluntad de ser, de tomar cuerpo.
Son imaginarios plasmados que proponen nuevos continentes a descubrir. Es una tentativa de construcción y aprehensión de un espacio futuro. Un camino posible. Realizable.
Ese camino se verá amenazado y condicionado por múltiples factores. El proceso por el cual se llega a
culminar una escenografía es muy complejo dado que diferentes tipos de contingencias previsibles o
aleatorias se van sumando (y a veces restando), modificando el proyecto original. Los materiales, sus costos y disponibilidad en el mercado; la mano de obra especializada; las idas y vueltas de la “creación” en la
puesta y visión de un director; el marco de producción, la disponibilidad de talleres y salas, etc.
El boceto es pura potencialidad. Se relaciona más con el querer que con el ser. Se encuentra en las
antípodas de la fotografía, que es testigo y testimonio. La fotografía remite siempre a una materialidad
preexistente de la que de alguna manera da fe. El boceto remite al mundo sutil de las ideas a probarse.
Antes del boceto no había nada. Una hoja en blanco, un lápiz y una mano. Nada. Después del boceto hay
intenciones expresadas y compartidas. La nada comienza a tomar forma. Pero en ambos casos no se trata
de una nada vacía, sino por el contrario, se trata de una inmaterialidad llena de intencionalidad, de ganas,
de información y formación, de gusto y pericia técnica. De arte, de oficio…
Es tan bueno que desde algún lugar se nos recuerde que el oficio no nació con nosotros. Funciona
como un baño de humildad. Nos pone en nuestro lugar. También es bueno saber que no estamos solos en
esto, que no somos los únicos. Somos algo más que el devenir o la peripecia personal y profesional. Entramos a formar parte de un caudal donde otros muy distantes y quizá muy distintos ya vertieron lo suyo.
Encontrarnos a través de este material con colegas, con pares, con aquellos que hicieron hace tantos años
lo mismo que hoy nos toca en suerte y por libre elección hacer a nosotros por el teatro es emocionante.
Nos remite a una larga tradición.
La creación en diseño teatral es un estado de mutación permanente. De corrección infinita. Y cuando
hablamos de corrección no estamos pensando en el sentido de “perfeccionamiento” sino de cambio constante. De recorridos, marchas y contramarchas, de callejones sin salida, de soluciones maravillosas, de
25
encuentros y desencuentros, de olvidos voluntarios y de los otros.
Y allí están todos estos bocetos que sobrevivieron al tiempo y al hombre. Testigos de todo esto que no
pretende ser más que una punta de trabajo. Que no es más que la férrea voluntad de la primera línea en
la hoja en blanco.
26
EL MOMENTO DE TU VIDA
W. SAROYAN
CESAR MARTINEZ SERRA, 1948
27
CALIGULA
A. CAMUS CESAR MARTINEZ SERRA, 1948
28
CALIGULA
A. CAMUS CESAR MARTINEZ SERRA, 1948
29
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