San Miguel de los Reyes

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HISTORIA Y GESTIÓN DEL PATRIMONIO ARTÍSTICO
San Miguel de los Reyes
Historia de los Valencianos
Laura María Sanchis Sarti
Octubre de 2012
Sumario:
Introducción……………………………………………………………………………………………….………P.2
Proceso constructivo y evolución de San Miguel de los Reyes…………………………P. 3
Los orígenes…………………………………………………………………………………………...P.3
La segunda fundación monástica: San miguel de los Reyes…………..…….. P. 4
Aproximación al claustro sur…………………………………………………....P. 6
Aproximación a la iglesia de San Miguel de los Reyes………..…….P.16
El s. XVIII y las obras del claustro norte……………………………………………..….P. 18
De Monasterio a Presidio Nacional……………………………………………………….P. 18
Segunda mitad del s. XX: De Presidio Nacional a Biblioteca Valenciana. P. 21
Restauración y Rehabilitación de San Miguel de los Reyes……………………………. P. 22
Resumen de las intervenciones realizadas en el inmueble…………………... P. 22
Comentario y crítica del proyecto de restauración………………………………. P. 24
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………….. P. 26
Anexos………………………………………………………………………………………………………………..P. 27
1
1. Introducción:
En el presente trabajo se pretende presentar un monumento histórico-artístico por todos
conocido, San Miguel de los Reyes, realizando una aproximación a su historia, proceso de
construcción, características técnicas y estilísticas… para, finalmente, hacer una reflexión sobre
los distintos usos que se le ha dado a este conjunto monacal, así como, sobre las diferentes
valoraciones que se le otorgaron a lo largo de su historia.
Este conjunto monumental resulta idóneo para ahondar en el concepto de patrimonio y su
evolución histórica porque, como veremos, San Miguel de los Reyes ha servido desde
monasterio hasta penal o sede de organismos culturales. Cada una de las funciones que se le
asignaron al conjunto fue acompañada, en la mayoría de los casos, de intervenciones en su
estructura para acondicionarlo a los distintos usos que se le han otorgado. Estas variaciones en
su morfología y, lo que en la actualidad queda de ellas tras la restauración, nos permitirán
extraer una serie de conclusiones sobre los criterios de restauración actuales y nuestra labor
como meros usufructuarios del Patrimonio que debemos mantener para que las generaciones
futuras lo hereden como símbolo de nuestra Historia y memoria del pasado.
La magnitud del monasterio y la dilatación en el tiempo de su proceso constructivo dificultan el
análisis de este edificio. Sin embargo, y a pesar de la multitud de fases constructivas, resulta
necesario concebir esta obra arquitectónica como un conjunto ideado y diseñado para cumplir
una función muy concreta.
En un primer momento elegí San Miguel de los Reyes como objeto para mi trabajo de Historia
y Gestión del Patrimonio porque se trata de un monumento que siempre he admirado. Está
situado cerca de mi casa y he trabajado allí en numerosas ocasiones, lo que me ha dado la
oportunidad de conocerlo de forma más profunda.
En mi opinión, se trata de un conjunto monumental muy poco conocido por los valencianos
para el valor histórico-artístico que posee. La construcción del monasterio como proyecto que
se dilata en el tiempo. conlleva la adopción de diferentes postulados estilísticos y técnicas
constructivas, así como las necesidades que sus ocupantes tuvieron. La decadencia del edificio,
que llegó a amenazar ruina a finales del s. XX, es uno de los periodos más oscuros tanto de la
historia del monasterio como de la historia de los valencianos.
Gracias a la reconversión del edificio en sede de la Biblioteca Valenciana y la rehabilitación del
mismo podemos celebrar que San Miguel de los Reyes se ha convertido en un edificio de
acceso libre, que ha recuperado, como ha podido, parte de la historia valenciana. Ahora la
tarea es nuestra, conservar el patrimonio legado para el futuro, evitando descuidar como en el
pasado su memoria y cuidado.
2
2. Proceso constructivo y evolución de San Miguel de los Reyes
2.1 LOS ORÍGENES
El lugar donde hoy se levanta el monasterio de San Miguel de los Reyes tiene una larga historia
cuyos orígenes cabe situarlos en época romana. La Hispania romana contaba con dos vías de
comunicación principales con la capital del imperio. Una de ellas, la Vía Augusta, que unía
Roma con Cádiz, atravesaba precisamente el terreno que hoy ocupa nuestro conjunto
monacal. Tras la caída del Imperio y con la reconquista del Reino de Valencia por parte de los
reyes cristianos, el antiguo camino a Roma pasó a denominarse Camí Reial aunque su trazado
no fue modificado. Actualmente, este trazado ha sido fosilizado en la actual Avenida de la
Constitución, excepto en el tramo correspondiente a San Miguel de los Reyes, cuyo recorrido
fue modificado en 1549 debido precisamente al inicio de las obras en el claustro sur del
monasterio.
Los primeros indicios de asentamientos humanos en la zona del conjunto monacal después de
época romana se corresponden con el periodo islámico. De acuerdo con las fuentes y los
restos encontrados, en este lugar se alzaría la denominada alquería de Rascanya. Pocos son los
datos que tenemos sobre esta alquería, parece que se trataba de un conjunto rodeado por un
muro defensivo que albergaba un caserío con hornos, molino, baños… esta construcción se
hallaba rodeada de huertas regadas por una densa red de canales y acequias.
Tal y como aparece en el LLibre del Repartiment, en 1237 el rey Jaime lega a Guillem d’Aguiló
“l’alqueria de Rascanya, integra, amb forns y molins”1. Poco después, a finales del s. XIII o
principios del s. XIV, la alquería pasará a la familia Esplugues que, a su vez, la venderá en el año
1366 a Joan Saranyó.
La vida del Monasterio de San Miguel de los Reyes
como sede de una orden religiosa comienza en el
año 1371 cuando el abad cisterciense de Santa
María de la Valldigna, Arnau Saranyó, compra la
alquería de Rascanya a su hermano, Joan Saranyó,
para levantar un nuevo monasterio que, en estos
momentos, recibirá el nombre de Sant Bernat de
Rascanya. Este monasterio cisterciense será el
Ilustración 1: Imagen más antigua que se
conserva de San Miguel de los Reyes (1835). Obra
de George Vivian [Extraída de:
http://bv.gva.es/screens/introsmreyes_spi.html]
último que se fundará en tierras valencianas y las
obras se prolongarán durante cuarenta años, de
1383 al año 1401.
Las descripciones que han llegado hasta nosotros
del monasterio cisterciense son escasas. La más completa es la que aparece en el primer libro
de Actas Capitulares del Monasterio de San Miguel de los Reyes (ya como hogar de la orden
jerónima):
1
Repartiment, 53 y 2197
3
“Lo que la casa tenia hecho quando vinieron los dichos frailes fue una buena yglesia de bóveda,
con diez capillas muy buenas colaterales de bóveda; una sacristía razonable con un azaguán
como labatorio; un claustro prolongado de ciento y veinte y cinco pies y muchos naranjos; un
refertorio en el razonable, con su retrete para poner todo lo necesario; y luego su bodega; una
cozina muy buena, con todos sus complimientos y un pozo en ella; un callejón a manera de
frayles franciscos con veinte celdas; y un aposento para el prior bueno, donde se tenía capitulo.
Aquí estaba otro patio con naranjos y ladrillado, y un pozo de muy buena agua porque estaba
mas usado; una espederia y enfermería con nuebe o diez aposentos y dos salas, con ximineas
otras dos; casa de gente, despensa, procuración y paneras, stablo y pajar, y otro pozo. Al
derredor de la casa muchos naranjos, la huerta muy grande, y en ella muchos frutales… el
choro baxo en la iglesia; un aljibe o bodega de bóveda junto a la portería.”2
Los trabajos arqueológicos han corroborado los datos aportados por esta descripción. De esta
forma, podemos afirmar que el monasterio cisterciense presentaba una planta cuadrada que
ocupaba una superficie de unos 2500 m2. En su construcción se utilizó principalmente la
técnica del tapial, quedando reducido el uso de la piedra a los arcos del claustro, las
cantoneras, el marco de las puertas y a los arcos, nervios y pilastras de la iglesia.
Por lo que sabemos, el conjunto se ordenaba alrededor del claustro de dos plantas. La planta
inferior presentaba pequeños arcos apuntados mientras que en la superior la cubierta apoyaba
sobre pilares de ladrillo. En torno al claustro, en la planta baja, se situaban las estancias
comunales como la sala capitular, la cocina… en el primer nivel se distribuían las celdas de los
monjes. Detrás de la iglesia existía otro pequeño claustro donde se encontraba la residencia
del abad y la enfermería.
La iglesia conventual era un edificio de una sola nave abovedada con cinco capillas entre
contrafuertes a cada lado y cabecera recta. La decoración interior de sus paredes presentaba
un falso despiece de sillería formado por líneas de color negó. La cubierta era plana y los
muros se coronaban con almenas.
2.2. LA SEGUNDA FUNDACIÓN MONÁSTICA: SAN MIGUEL DE LOS REYES
En 1545, una bula papal suprime la orden cisterciense de Sant Bernat de Rascanya debido a
que los pocos monjes que albergaba el monasterio no cumplen con la vida monástica. De esta
manera, el duque de Calabria y Virrey de Valencia funda en 1546 este monasterio que pasará a
manos de la orden de San Jerónimo y se conocerá, a partir de este momento, como
Monasterio de San Miguel de los Reyes.
El nuevo conjunto monacal había sido elegido por los duques de Calabria como lugar de
enterramiento con ánimo de invertir en él su cuantiosa fortuna ya que la pareja carecía de
herederos directos. Por este motivo, Fernando de Aragón decide levantar un moderno edificio
sobre la vieja construcción cisterciense por lo que solicita en 1546 un diseño a Alonso de
Covarrubias y a Juan de Vidaña.
2
AHN, Códice 505 B, f. 15. Cfr. ALEIXANDRE TENA, F. et al. San miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a
Biblioteca Valenciana. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2000. P.
4
San Miguel de los reyes fue proyectado con una concepción unitaria y plenamente
renacentista por estos dos arquitectos. El conjunto, formado básicamente por dos claustros y
una iglesia, es uno de los mejores exponentes de la arquitectura valenciana del Renacimiento.
Así pues, el conjunto valenciano guarda, además, gran similitud con otra residencia monacal
de la que es contemporánea: El Escorial. Esta afirmación es consecuencia, no sólo del uso de
un lenguaje clasicista de formas severas de ambos, sino también de la propia función de estos
dos monasterios ya que, San Miguel de los Reyes responde como El Escorial a las funciones de
panteón real, monasterio e iglesia conmemorativa. De hecho, el diseño final del claustro sur de
San Miguel de los reyes se inspiraría en el patio de los Evangelistas de El Escorial.
El claustro sur o claustro del Mediodía inaugura
los trabajos para levantar la nueva obra en 1578.
La construcción de este primer claustro conoció
numerosos maestros de obras, el primero de ellos
fue Miquel Salvador, a éste le siguió Juan de
Ambuesa y, posteriormente, su hijo Pedro
Ambuesa. Las obras se concluyeron, finalmente,
en el año 1607.
Las capitulaciones redactadas por Alonso de
Covarrubias preveían la transformación de la
iglesia cisterciense construida hacia finales del s.
XIV, mediante una propuesta de planta
conventual y articulación muraria de órdenes
superpuestos. En un principio sólo se realizaron
pequeñas obras, como la del coro. Los trabajos en
el claustro sur eran prioritarios, y cuando éste
quedó concluido las condiciones ya eran propicias Ilustración 2: Vista del Claustro sur desde la panda
para comenzar a plantearse la necesidad de dotar meridional del mismo
a la vieja iglesia cisterciense de una nueva
concepción. Así pues, en 1605 Juan Cambra presentó un diseño para la iglesia, pero los
problemas económicos dejaron en suspenso el proyecto. En 1622 los monjes de San Miguel de
los Reyes decidieron su construcción nombrando a Pedro Ambuesa y a Martín Orinda
encargados de la obra. Finalmente, en 1645 se consagró el templo, dando por terminadas las
obras aunque, algunas esculturas de la fachada y las torres que la flanquean se realizaron en
fechas posteriores.
La iglesia es heredera del clasicismo del claustro pero, presenta ya unas licencias que
manifiestan el tránsito hacia una nueva sensibilidad. A pesar de que transcurrieron muchos
años desde la propuesta del proyecto de Alonso de Covarrubias y la ejecución final de las
obras, se mantuvo en esencia la planta conventual que éste proponía. Sin embargo, la
influencia de San Andrés de Mantua lleva a añadir a la sencilla planta de cruz latina de
Covarrubias una monumental cúpula de media naranja3 sobre tambor en el crucero. La planta
de la iglesia viene determinada, además, por el coro alto y las capillas entre contrafuertes.
3
Como ya se había utilizado en el Real Colegio del Corpus Christi
5
2.2.1
APROXIMACIÓN AL CLAUSTRO SUR:
“Desde Albalat á Valencia hay una legua: se pasa por Tabernes, y entre este Lugar, y la Ciudad
está el Monasterio de Padres Gerónimos, llamado S. Miguel de los Reyes, en donde es menester
detenernos. La fábrica de este Monasterio es de las mas acreditadas que hay en el Reyno de
Valencia(…). Por el lado derecho de la fachada se entra en el claustro antiguo; y para no cansar
á V. basta repetirle, que es parecida su arquitectura á la del principal del Escorial, llamado de
los Evangelistas: un orden dórico en el cuerpo inferior; y un jónico en el superior, con columnas
arrimadas, como allí, sobre pedestales, y remata la obra en un balaustre sobre el cornisamento
del cuerpo segundo. Los arcos del claustro baxo entre las columnas son treinta y seis, y otros
tantos los del alto. Había pinturas en los ángulos, pero el tiempo casi ha dado fin de ellas.
La escalera principal, desde el claustro baxo al alto, es parecida á la del Escorial, dividiéndose
en dos ramos en el descanso del medio. Al lado opuesto de la Iglesia se está actualmente
trabajando otro claustro, según las medidas de este, obra proyectada desde muy antiguo; y
concluido que sea, quedará la Iglesia en el medio(…)”.4
El claustro sur se levantó ex novo aunque se intentó, en la medida de lo posible, respetar las
estructuras cistercienses que pudieran ser aprovechadas. El arquitecto elegido para proyectar
el nuevo claustro fue Alonso de Covarrubias quien se decantó por un diseño con criterios
platerescos. Sin embargo, hacia 1578 la comunidad jerónima que habitaba el monasterio
decidió dar un giro a la construcción y se situó como principal referente arquitectónico el
recién acabado claustro de los Evangelistas de El Escorial. Este cambio se vio motivado por
razones tanto económicas como estéticas y políticas. En primer lugar, la adopción de las
formas clasicistas reducía los costes de la edificación puesto que se eliminaban la multitud de
molduras que requería el estilo plateresco. En segundo lugar, el patrocinio regio del
monasterio de El Escorial dejaba patente las inclinaciones estéticas del monarca y se vio en el
estilo a lo romano una forma de aproximación política al monarca puesto que, San Miguel de
los Reyes iba a acoger a ilustres personajes a lo largo de su historia. De esta forma, se puede
afirmar que la adopción de las formas clasicistas en el monasterio de Valencia dista mucho de
la voluntad de legitimar la arquitectura grecolatina en un supuesto origen hebreo o bíblico tal
y como se ha especulado.
El claustro sur que podemos observar en la actualidad se corresponde con el emplazamiento y
las medidas originales dispuestos por Covarrubias en su diseño. Sin embargo, la influencia
escurialense hizo que la edificación se adaptara para asemejarse al claustro de los Evangelistas
por lo que los planos originales no fueron respetados. La composición arquitectónica final de
1607 que ha llegado hasta nuestros días y que se ha consolidado en una reciente restauración
es, principalmente, dos galerías abovedadas superpuestas, constituidas y limitadas por
arquerías de medio punto soportadas por pilares decorados con semicolumnas de orden
dórico, en la primera de ellas, y de orden jónico en la segunda. El claustro se corona por medio
de una balaustrada de piedra con bolas sobre pedestales y pirámides en las esquinas. Las
cuatro pandas dejan entre ellas un espacio cuadrangular que, aunque hoy carece de
vegetación, durante los siglos de vida de la orden monacal en San Miguel debió estar plagado
4
PONZ, A., Viage de España, en que se da noticia de las cosas mas apreciables, y dignas de saberse, que
hay en ella, Madrid, Imp. Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía, 1789, pp. 241-250.
6
de naranjos y cipreses albergando una fuente en el centro que, en el siglo XVII fue sustituida
por un pozo.
Alrededor de este claustro, en las pandas se localizaban las estancias donde los monjes
jerónimos realizaban sus actividades diarias. Así, en el piso superior se encontraban las celdas
de los monjes mientras que en la planta baja se encontraban las estancias de uso común como
la biblioteca, el refectorio, la sala capitular, etc.
El acceso al claustro se realiza por la panda oeste, a través de portada constituye un gran
trabajo de sillería (como el resto de portadas del claustro) y se encuentra caracterizada por el
siguiente esquema: un arco de medio punto flanqueado por dos pares de pilastras de orden
jónico que se levantan sobre hermosos pedestales decorados con resaltes rectangulares, todo
esto se halla rematado por un entablamento.
Nada más entrar, a la derecha de la puerta de acceso, nos
tropezamos con una escalera construida entre 1601 y 1603
bajo la dirección del Maestro Juan Cambra. A pesar de no
contar con la situación estratégica de la escalera de paso
entre claustros, de la que después hablaremos, se convirtió
en el medio de comunicación más utilizado entre la galería
superior y la inferior del claustro sur. Esta realidad fue la
responsable de que acabara siendo denominada escalera
principal. Así pues, la escalera principal realizada en piedra5
responde a una tipología combinada entre una escalera
imperial y una de doble vuelta ya que:
“Una rampa central daba acceso a un rellano del que partían
dos tiros, que a su vez continuaban en otras dos rampas para Ilustración 3: vista de la escalera
permitir el acceso a las galerías superiores, junto al coro de la principal
iglesia.”6
Sin duda, llama la atención a cubrición del espacio de la caja
de la escalera, ya que se optó por una bóveda de cañón
decorada con casetones. Esta bóveda se realizó en ladrillo y
se revocó en yeso, aunque como se puede observar a simple
vista, los arcos fajones de medio punto se realizaron en
piedra para asegurar la estabilidad de la cubierta.
Ilustración 4: Vista de la bóveda de cañón
con casetones que cubre la escalera
principal
5
En la capitulación se especifica que la piedra para la escalera principal debía traerse de la cantera del
Tos Pelat, en el término municipal de Moncada.
6
GÓMEZ-FERRER LOZANO, M. monumentos de la Comunidad Valenciana: catálogo de monumentos y
conjuntos declarados e incoados. V: X (Valencia, Arquitectura religiosa) P. 198
7
Conforme seguimos avanzando por la panda oeste del
claustro podemos observar las bóvedas de arista que
cubren la galería porticada. Están realizadas en ladrillo y
recubiertas de yeso aunque también se jaharrarían con
cal y agua en el intradós para evitar la aparición de
goteras. Los arcos fajones se realizaron en piedra como
el resto de elementos verticales, muro y pilastras. En
gran parte del claustro las bóvedas son aristadas,
excepto en las celdas que se encuentran sobre el aula
capitular, donde encontramos bóvedas baídas y en las
dos escaleras donde se optó por la bóveda de cañón o
por la bóveda de horno.
La siguiente estancia con la que nos encontramos a la
derecha es la llamada Capilla de los Reyes, fundamental Ilustración 5: Vista de las bóvedas de arista
en la concepción original del monasterio como futuro de la panda oeste del claustro.
panteón real. Aunque en las trazas de Alonso de
Covarrubias, la Capilla de los Reyes debía situarse en la panda este, se comenzó a construir en
su localización definitiva, la panda oeste, ya en vida del duque de Calabria y bajo la dirección
de Juan de Ambuesa. Comenzaba en la torre sudoeste y ocupaba el equivalente a cuatro
capillas de la panda oeste. Como todas las obras del claustro, se interrumpió su construcción a
finales de la década de 1580 y, cuando el 15 de noviembre de 1600 se decidió retomar la
construcción de la capilla, Juan Cambra se hizo cargo de las obras.
En el interior de la Capilla de los Reyes Las bóvedas vuelven a ser aristadas de ladrillo
recubierto de yeso con los arcos fajones escarzanos, que arrancan de ménsulas, realizados en
obra de sillería.
En la panda sur del claustro cabe destacar la portada que se
encuentra hacia la mitad de la galería y que nos conduce hasta el
espacio reservado para albergar la biblioteca de Fernando de
Aragón. El portal sigue un esquema de arco de medio punto
flanqueado por dos pilastras dóricas, con acentuado éntasis, que
sustentan un arquitrabe con sólo tres triglifos. Este conjunto se
halla coronado por un frontón mixtilíneo decorado con dos bolas en
los extremos y el escudo del Duque de Calabria en la parte central.
La biblioteca de Fernando de Aragón fue uno de los bienes que con
mayor cuidado custodiaron los monjes de la orden de los jerónimos
en valencia. Por este motivo, resulta sorprendente que en las
capitulaciones de Alonso de Covarrubias no se citara el lugar reservado para esta estancia.
Originalmente, la librería debía ocupar únicamente seis tramos, sin embargo, finalmente este
espacio fue ampliado a nueve tramos. En el interior observamos el mismo esquema que en la
capilla de los Reyes: muros interiores de mampostería revocados en yeso y cubiertas aristadas
de ladrillo cubiertas por yeso, donde los únicos elementos de sillería son las pilastras, los
marcos de las ventanas y los arcos fajones escarzanos de la cubierta.
Ilustración 6: portada de
acceso a la biblioteca de
Fernando de Aragón
8
En 1603 tras diversos debates sobre la
idoneidad de la ubicación del aula de lectura
en el claustro sur por algunos problemas de
humedad que podrían hacer peligrar la
conservación de los volúmenes, se trasladó a
las tres celdas sobre la capilla de los Reyes.
A continuación llegamos a la panda este del
claustro donde encontramos el acceso a la
torre del prior y a continuación al aula
capitular.
Ilustración 7: Vista de la cubierta de la Biblioteca
A la torre del prior se accede a través las
estancias contiguas. Esta torre tiene forma
cuadrada y destaca por su carácter vertical respecto de la composición. Se trata de un
elemento que puede interpretarse como un enlace entre “la arquitectura palaciega, los
alcázares castellanos y los palacios valencianos, como el de Cocentaina y el del Real de
Valencia.”7
La construcción de esta torre constituye la plasmación arquitectónica de la jerarquía de la
orden monacal de los jerónimos puesto que en ella se edificaron las estancias más destacadas,
como la celda del prior o la del arca.
Los muros de la torre del prior son de mampostería cubierta de yeso mientras que los puntos
de unión como zócalos, ángulos, cornisas, vanos y la bóveda de la planta baja son de sillería.
TORRE DEL
PRIOR
TORRE
SUROESTE
Ilustración 8: Vista panorámica de San Miguel de los Reyes con las dos torres señalizadas
7
ARCINIEGA GARCÍA, L. El Monasterio de San Miguel de los Reyes Vol. II. Valencia: Biblioteca
Valenciana, 2001. P. 46.
9
La construcción de esta torre comienza antes de descartarse la traza de Covarrubias para
adoptar un diseño similar al claustro de los Evangelistas de El Escorial bajo la dirección del
Maestro Jerónimo Lavall. Una vez dentro destaca la escalera de caracol, cuya iluminación
procede de las ventanas realizadas en sillería por Lavall al este de la caja, y que servía de
elemento de comunicación vertical. La bóveda que cubre la planta baja, como ya hemos dicho,
se realizó en sillería y denota un gran conocimiento técnico del corte de la piedra. Los pisos
superiores, por el contrario, se hallan cubiertos por bóvedas realizadas en ladrillo como en el
resto de estancias del claustro. La celda del prior se encuentra en el primer piso y estaba
formada por una gran sala y un oratorio con vistas a la ciudad de Valencia, todo cubierto por
tres bóvedas de arista. Además, originalmente contaba con un arco carpanel en el centro de la
sala que hoy ha desaparecido. Finalmente, en el segundo piso se encontraba la llamada celda
del arca cuya bóveda original ha desaparecido pero, en la reciente restauración, se ha
reconstruido atendiendo a la cubrición del resto de estancias del claustro.
Además de la participación del maestro Lavall en esta obra de la torre del prior, conocemos de
la participación de Juan Vergara quien, en 1579 realizó trabajos para la escalera de caracol y la
celda del prior, y Tomás de Gregori que se encargó de las labores de puertas, ventanas y
muebles.
En 1581, años después de finalizada la torre sureste, se contrató a Juan Ambuesa para la
realización de otra torre semejante en la parte suroeste del claustro para la construcción de la
cual se siguieron criterios semejantes de volumen y soluciones internas. Sin embargo, la torre
suroeste presenta algunas diferencias con respecto a su pareja ya que, por ejemplo, la bóveda
de la planta baja combina las losas de piedra y la mampostería mientras que, como ya hemos
dicho, la de la torre del prior está compuesta únicamente de piedra.
A continuación, siguiendo nuestro recorrido por el claustro
sur, llegaríamos a la llamada aula capitular. El acceso a esta
estancia se puede realizar a través de dos portadas
similares entre ellas colocadas, una en el extremo norte de
la sala y la otra en el extremo sur. Estas portadas siguen un
esquema en forma de vano de medio punto flanqueado por
dos columnas con fuste liso, éntasis y capitel sin un orden
definido que se encuentran rematadas por un frontón con
friso decorado por triglifos. La única diferencia entre ambas
puertas es que en la del extremo norte de la sala, las
columnas arrancan de altos pedestales. En ambos casos
destaca la decoración del intradós del arco de medio punto.
Las opiniones acerca de la función de esta estancia son
variopintas. El hecho de que se utilizara realmente como
aula capitular o de que se construyera con tal fin se pone
en tela de juicio por varios motivos. En primer lugar, según los documentos disponibles, la
abadía cisterciense de San Bernat de Rascanya sobre la que se levantó San Miguel de los Reyes
carecía de aula capitular. En segundo lugar, no aparece mención alguna al “capítulo” ni en las
Ilustración 9: portada norte de acceso a
la llamada Aula Capitular
10
actas capitulares ni en los protocolos notariales que indicaran que los monjes se reunieran
aquí. Por el contrario, es común encontrar en la documentación que la comunidad de monjes
se reunía en la celda prioral: “donde para tratar sus negocios tienen costumbre ayuntarse.”8
Por último, hay que señalar que las dimensiones de esta sala, que ocupa el equivalente a cinco
capillas, resulta desmesurada para una comunidad que contaba con unos 20-40 monjes.
En el interior aparece el mismo sistema que hemos visto en las estancias anteriores con ligeras
modificaciones. El muro sigue siendo de mampostería revocado en yeso con los elementos
sustentantes, las pilastras, en obra de cantería para asegurar la transmisión de los empujes. Lo
mismo sucede con los arcos fajones que, aunque realizados también en piedra como en el
resto de estancias, no son escarzanos sino que se trata de arcos de medio punto. La cubrición
vuelve a ser en forma de bóvedas de arista realizadas en ladrillo y cubiertas de capas de capas
de yeso. Sin embargo, a diferencia del resto de estancias, la reciente restauración ha sido
capaz de rescatar los restos de pintura mural de las aristas de las bóvedas y de los inicios de los
arcos y consolidarlos. También hay que destacar los intradoses de los arcos fajones y en los
capiteles de las pilastras donde estos apean ya que, a diferencia de lo que sucede en el resto
de capillas, presentan una importante decoración escultórica. Así, los intradoses de los arcos
se hallan ornamentados con rehundidos en formas geométricas mientras que, los capiteles y la
pintura mural de las aristas de las bóvedas presentan todo un programa iconográfico que gira
en torno a los motivos vegetales y figurativos (animales, humanos y fantásticos), en unos
casos, y en torno a figuras geométricas, en otros.9
8
AHN, Códices, 505/B, f. 133. Cfr. ARCINIEGA GARCÍA, L. El Monasterio de San Miguel de los Reyes Vol.
II. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2001. P. 33
9
La decoración pictórica a base de figuras geométricas parece tener su origen en la decoración a Bianchi
Girari de la que participa gran parte de la rica colección de códices procedentes de la Casa Real de
Aragón en Nápoles.
11
Ilustración 10: Pinturas murales en las bóvedas del Aula Capitular
La iluminación de la estancia se consigue a base de seis
ventanas abiertas en el muro que da al exterior del edificio.
Así, cada ventana se corresponde con un tramo de la sala y,
cada una de ellas tiene un tamaño ligeramente diferente de
las demás. Los marcos de las ventanas se realizaron en obra
de sillería y que se encuentran caracterizados por un vano
rectangular flanqueado por semicolumnas de fuste liso y
capiteles sin un orden definido que sustentan un
entablamento con triglifos en el friso, muy relacionados con
la decoración de las puertas de acceso a la sala.
Dejando atrás el aula capitular, llegaríamos a la escalera de
paso entre claustros que, hoy se encuentra traspasando una
puerta de madera que restringe el paso a los trabajadores de
la Biblioteca Valenciana. Esta escalera se encuentra tras los
muros de la cabecera de la Iglesia, en un corredor que
comunica el claustro sur con el realizado posteriormente
claustro norte, y se accede a ella a través de una sencilla portada con arco de medio punto.
Ilustración 11: Ejemplo de capitel
decorado del Aula Capitular
12
En las capitulaciones firmadas por Alonso de Covarrubias se contemplaba ya la idea de una
escalera que debía conectar los dos claustros. Sin embargo, cuando se le encomiendan las
obras al Maestro Ambuesa, éste presenta una traza en 1582 que, por una parte, sustituía la
tipología de escalera imperial que había proyectado Covarrubias y, por otra, desplazaba la
localización de la misma hacia el norte en lugar de colocarla en el centro del espacio claustral.
El cambio de localización de la escalera se debió principalmente a la existencia de
construcciones cistercienses que debían aprovecharse y por criterios de la vida monástica.
Así pues, la escalera que ha llegado hasta nosotros es una escalera de tipo claustral de varias
vueltas. Una escalera claustral es adulcida,
esto quiere decir que el acuerdo entre los
diversos
tramos
se
produce
sin
10
interrupciones . También se caracterizan por
la utilización de bóvedas escarzanas en esviaje
con aristas en las intersecciones. Este rasgo se
recoge en las capitulaciones de San Miguel de
los Reyes donde se menciona “que la arista ha
de salir del rincón”.
Podemos mencionar como influencias para
este tipo de escalera las que, en ese momento,
se estaban desarrollando en Valencia, como la
escalera del palacio de los Scala, la de En Bou
o la del Colegio de Santo Domingo de
Orihuela. Con posterioridad a la construcción
de San Miguel de los Reyes, este esquema se
repetirá en la escalera del Colegio del
Patriarca11.
Originalmente, la escalera realizada por Juan
Ambuesa tenía tres tramos únicamente
coronados por una meseta de remate, el
primero de ellos debía ser macizo por lo que Ilustración 12: Vista de la puerta de acceso y primer
se realizó con sillares de piedra arenisca, en tramo de la escalera de paso entre claustros
los otros dos se optó por la mampostería
recubierta por placas de piedra, que dieran unidad a la construcción. Los tres tramos cuentan
con una barandilla, también de piedra, en cuyos ángulos había decoración escultórica. En el
punto de arranque encontramos una pilastra rematada por un león con las armas del duque de
Calabria que, en la actualidad está muy deteriorado y, en los ángulos de unión de tramos,
encontramos pilastras de orden toscano rematadas por una bola.
La cubrición de la escalera de paso entre claustros fue obra de Juan Castellano. La caja debía
cubrirse por una bóveda esquifada realizada en ladrillo y enlucida en yeso, decorada con
10
BÉRCHEZ GÓMEZ, J. Arquitectura Renacentista Valenciana (1500-1570), Valencia: Bancaixa, 1994, p.
74
11 11
BÉRCHEZ GÓMEZ, J. Arquitectura Renacentista Valenciana (1500-1570), Valencia : Bancaixa, 1994.
13
recuadros decrecientes realizados en estuco de escaso relieve que dejaban, en la parte central
plana, un espacio rectangular para que pudiera recibir decoración pictórica. En las cuatro
esquinas de la bóveda se colocaron ángeles con las armas de los fundadores que fueron
tallados en 1582 por Jerónimo Muñoz.
Ilustración 13: Imagen de la sobreescalera y la bóveda que cubren la escalera de paso entre claustros
Las labores de restauración han permitido recuperar la inscripción que se colocó en el friso del
que arranca la bóveda.
En mayo de 1528, la comunidad de monjes decidió
prolongar la escalera mandando construir una
sobreescalera a Juan Castellano. Esta sobreescalera
debía tener otros tres tramos y otra meseta de
remate. Sin embargo, se decidió que la
sobreescalera se realizara en ladrillo doble con
escalones de tablones de madera, todo ello
cubierto de yeso. Además, la baranda de ladrillo
debía contar con las mismas molduras así como con
las mismas pilastras, león y bolas que los tres
primeros tramos para dar unidad a la composición.
La panda norte del claustro no presenta ninguna
estancia pero, desde ella podemos contemplar la
estructura de conjunto de la planta baja del mismo.
Desde aquí tenemos una magnífica oportunidad de
contemplar el conjunto de la galería porticada
Ilustración 14: Detalle de los pilares y
entablamento de la planta baja del claustro sur
14
cuyos arcos de medio punto se apean sobre pilares adornados con semicolumnas de orden
dórico rematadas por un entablamento cuyo friso cuenta con triglifos que coinciden con cada
una de las semicolumnas. Los pilares de apeo de los arcos de los extremos de cada una de las
pandas se unen entre sí dando lugar a un pilar en L. todos los arcos y pilares, por su condición
de principales elementos sustentantes, se realizaron con sillares de piedra arenisca.
Si accedemos a la galería del segundo piso a
través de la escalera principal nos
encontraremos con el segundo piso del claustro
sur. Aquí se repite el mismo esquema de
cubiertas del piso inferior y las mismas
soluciones para el muro y los pilares. Alrededor
de este segundo piso se sitúan las celdas de los
monjes jerónimos que habitaron el monasterio.
Juan Vergara fue el maestro al que se le
encomendaron las obras de las celdas. Se
acordó que las celdas estuvieran divididas en
dos partes delimitadas por la presencia de un
arco escarzano que arrancaría sobre una
ménsula decorada con molduras en la rosca y
fajas con redondos en el intradós. Este arco se
situaría de forma paralela a la galería exterior y
dividiría cada celda en habitación y estudio.
Ilustración 15: Vista de una de las puertas de acceso a
las celdas del segundo piso del claustro sur
Las paredes se realizaron a base de ladrillo
doble, los techos eran bóvedas vaídas y, tanto
las paredes como las bóvedas, estarían blanqueadas a base de yeso. El suelo se encontraba
pavimentado con ladrillo rosado, cortado y biselado aunque, en la actualidad, ha sido
sustituido por otro de madera. El espacio quedaría iluminado por dos vanos, una ventana con
balcón para la habitación y otra más pequeña para la parte que actuaba como estudio.
Las puertas de acceso a cada celda son adinteladas adornadas con frontones con remates
circulares donde figuran las iniciales XPS o IHS y un número o una letra respectivamente para
identificarlas.
En 1578 se aprobó la creación de unas sobreceldas para los novicios debido a la escasez de
espacio en el monasterio para lo que hubo que aumentar la altura del piso. A estas
sobreceldas se accedía a través de un pequeño corredor iluminado por tres ventanales. A su
vez, cada sobrecelda se iluminaba con pequeñas ventanas de ladrillo que seguían el mismo
ritmo que las de las celdas inferiores.
Con la conversión del monasterio en recinto carcelario las celdas sufrieron numerosas
transformaciones. La restauración acaecida en los años noventa ha devuelto a las mismas el
aspecto que debieron tener cuando fueron concebidas y hoy albergan las salas de lectura y de
investigadores de la Biblioteca Valenciana.
15
Si observamos el conjunto del piso superior del
claustro sur nos percatamos de que la decoración
de los pilares esta vez es en forma de
semicolumnas de orden jónico a las que seguía
un entablamento con arquitrabe con tres
platabandas y friso corrido. Todo esto se hallaba
rematado por una balaustrada de piedra cuya
decoración se compone de pirámides en los
ángulos y de bolas entre ellas.
Ilustración 16: Vista de la galería superior del
claustro sur
La cubierta del conjunto del claustro se realizó
en teja de Moncada a un agua, es decir, con un
único plano inclinado o vertiente.
2.2.2 APROXIMACIÓN A LA IGLESIA DE SAN MIGUEL DE LOS REYES:
De lo originalmente proyectado por Alonso de Covarrubias, una iglesia de planta conventual, a
lo que finalmente se construyó hay una notable diferencia. Lo que hoy se observa es una
iglesia de planta de cruz latina inscrita en un rectángulo con capillas entre los contrafuertes.
Fundamentalmente, se respetaron los deseos de Covarrubias, solo que, a la planta conventual
se le añadió una cúpula en el crucero de perfil renacentista y el testero recto en vez de curvo.
Sin duda, se aprecia la notable influencia de San Andrés de Mantua o de iglesias renacentistas
valencianas anteriores como el Colegio del Corpus Christi. La influencia de El Escorial también
resulta notable en la cúpula del crucero, el orden gigante de las pilastras dóricas estriadas y los
elementos funerarios, sin embargo, la evocación escurialense es bastante más limitada de lo
que sucede en el claustro sur.
En cuanto al lenguaje arquitectónico del interior del edificio
cabe destacar las gigantescas pilastras dóricas con fuste
acanalado y cañas en el tercio inferior del mismo que dividen
cada uno de los tramos de la iglesia. Igual de remarcable
resulta el entablamento, cuyo friso se adorna con triglifos.
Pero los aspectos más originales se encuentran en las
portadas interiores del templo que presentan gran variedad
en sus elementos constructivos y ornamentales. Así,
encontramos ejemplos de puertas con pilastras de orden
toscano o jónico y rematadas por frontones partidos que, a su
vez, se hallan decorados con volutas, guirnaldas de frutas y
una gran máscara en el centro, en el caso de las puertas
gemelas de los laterales del crucero, o con un gran vaso Ilustración 17: Vista interior del
templo de San Miguel de los Reyes
central en el caso de las de la capilla mayor.
Una bóveda tabicada de cañón con lunetos cubre el espacio.
Esta solución de cubierta tan Renacentista se introduce en el
Levante español a finales del s. XVI porque, tal y como explica
Luis Arciniega “se manifiesta como un tipo de cierre idóneo
donde se aprecia claramente el coro
alto [Extraída de:
http://www.uv.es/arcinieg/investig
acion/arquitectura_monacal_mona
sterios_jeronimos.html]
16
para cubrir espacios longitudinales de manera rápida, funcional, pues traslada
homogéneamente los empujes hacia los laterales, ofrece unidad espacial y mejor acústica,
aspectos que redundan en beneficio de la liturgia, valorada tras el Concilio de Trento, y siempre
cuidada en órdenes como la de los jerónimos”. 12
En la capilla mayor, el plano del presbiterio se eleva a considerable altura, tal y como sucede
en el Escorial, para dejar cabida a la cripta funeraria que se halla debajo. A ambos lados de la
capilla, igual que en el monasterio castellano, se sitúan los mausoleos monumentales de los
duques de Calabria.
Posteriormente, en el siglo XVIII, el monje jerónimo Josep Cavaller dotó al viejo retablo que
decoraba el altar mayor de rica marquetería de mármol de colores y fue decorado con
esculturas de Baptista Balaguer y Luís Domingo, confiriéndole su aspecto actual. A fray
Atanasio de San Jerónimo se debe el enlosado, la balaustrada, los frentes de las gradas y tres
retablos para las capillas laterales.
La fachada del templo se corresponde con la tipología
fachada-retablo, muy común en tierras valencianas, y se
encuentra dividida en tres cuerpos. En el inferior se abre
la portada adintelada de acceso con tres columnas dóricas
a cada lado sobre enormes pedestales, encima de la
puerta propiamente dicha aparecen los escudos de los
fundadores del monasterio. En el cuerpo superior hay seis
columnas jónicas, también elevadas por pedestales, que
flanquean el nicho central rematado por un frontón
partido en el que se encuentra la imagen de San Miguel
rodeado de relieves alusivos a la orden de los Jerónimos.
El cuerpo superior incorpora ya estrechas columnas
salomónicas dejando en el centro un vano rectangular en
el que se abre una ventana rematado también por un
monumental frontón partido. Sobre el remate del cuerpo
superior aparecen las esculturas de los tres Reyes Magos
en composición piramidal, y en el centro, sobre la
ventana, la estrella que los guió. Las columnas
salomónicas dotan a la fachada del templo de una
sensibilidad barroca que contrasta con la arquitectura del claustro sur.
Ilustración 18: Fachada del templo de San
Miguel de los Reyes [Extraída de:
http://elgareategui.blogspot.com.es/p/g
aleria-fotografica.html]
Además, cabe destacar que la fachada de San Miguel de los Reyes ejerce de enlace entre el
exterior y el interior de la iglesia al repetir los motivos simbólicos e iconográficos que
encontramos en el interior. Así pues, por ejemplo, las esculturas de los Reyes Magos de la
fachada aparecen en la composición pictórica que hacia mediados del s. XVII se colocó en el
retablo mayor, los escudos de los fundadores sobre la puerta de entrada al templo, también
están en los cenotafios del presbiterio, las columnas salomónicas del último cuerpo de la
12
ARCINIEGA, L. 2001. P. 139 (Vol.II)
17
fachada, coinciden con las que prácticamente en el mismo eje enmarcan la silla del prior del
coro…
Posteriormente, a la portada del monasterio de San Miguel de los Reyes, se le añadieron dos
sólidas torres de sección cuadrada que flanquearán la entrada. Estas torres cuentan con tres
pisos que no se corresponden a las divisiones de la fachada-retablo y llegan a alcanzar los 45
m. de altura, estando rematadas por bolas y pirámides colocadas a finales del siglo XVII. Esta
solución concede a la fachada gran simetría y sirve, una vez más, para ejemplificar la enorme
influencia del monasterio de El Escorial.
2.3 EL SIGLO XVIII Y LAS OBRAS DEL CLAUSTRO NORTE
A mediados del s. XVIII se dio la voz de alarma por la situación en la que se encontraba el viejo
claustro cisterciense que, tras la construcción del claustro sur, había pasado a denominarse “el
claustrillo”. Este pequeño y viejo claustro fue utilizado únicamente para albergar las
dependencias de servicios y las estancias de criados. Debido a la inminente amenaza de ruina
del viejo claustro, en 1756 se decidió levantar uno nuevo a imagen del claustro sur. Ya en 1763
el fraile arquitecto de San Miguel de los Reyes, Fray Francisco de Santa Bárbara, presentó los
planos donde se especificaba que se respetarían los materiales y elementos constructivos
utilizados en el claustro principal para dar al conjunto una sensación de unidad.
Sin embargo, la Guerra de la Independencia y la crisis de las rentas agrarias sumió a la
comunidad de monjes en la pobreza y, a finales de siglo, las obras tuvieron que ser paralizadas
cuando solo se habían concluido las obras del lado este del claustro. La torre noreste, el
cuerpo norte y los arcos quedaron inconclusos desconociéndose la altura que debían alcanzar.
En 1811 las tropas francesas atacan y ocupan el monasterio, robando parte de la biblioteca de
duque de Calabria. En 1814, se restituyó la comunidad de monjes pero con unos recursos muy
disminuidos. Sabemos que, en este momento, los restos del “claustrillo” cisterciense aún
seguían en pie.
2.4 DE MONASTERIO JERÓNIMO A PRESIDIO NACIONAL
A partir de este momento, el esplendor del monasterio de San Miguel de los Reyes comienza a
decaer. A raíz de la desamortización de Mendizábal, en 1835, la comunidad jerónima se vio
suprimida pasando el monasterio a manos del Estado.
En 1844 el antiguo monasterio sale a subasta pública y es adquirido por un particular, un
comerciante llamado Juan Antonio Cantero por 3.276.710 reales. Sus pretensiones de
desmantelar el edificio para lucrarse gracias a los materiales trascendieron públicamente y
organismos como la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia o la Academia de
Bellas Artes de San Carlos alzaron sus voces exigiendo al Ayuntamiento de la ciudad que
recuperara la propiedad del inmueble debido a su elevado valor histórico-artístico. De esta
forma la ciudad de Valencia volvía a asumir los restos de las propiedades eclesiásticas
desamortizadas.
18
Una de las primeras funciones que tuvo el edificio una vez salvado de la destrucción fue la de
depósito de animales muertos y de excrementos que serían utilizados para abonar los campos.
Si embargo, el conjunto de agresiones que estaba padeciendo el edificio debido a esta
actividad motivó la intervención de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y
Artísticos, a la que había llegado la noticia del abandono del monasterio y, muy
particularmente, del panteón de los duques de Calabria.
La crisis de las actividades gremiales tradicionales junto con las consecuencias de la
desamortización produjeron una gran afluencia de parados que llegaban a la ciudad en busca
de oportunidades. Estos sectores marginados tuvieron que recurrir al pillaje, la prostitución, la
mendicidad… lo que motivó una doble función para el abandonado monasterio: por una parte,
asilo para pobres; por otra, casa de corrección para jóvenes. Ya, en 1856, el Asilo Municipal
quedaba fundado y, en 1860, estaba instalada la Casa-Galera para mujeres. Tal y como explica
José Llorca Ortega: “durante tres años permaneció el hospicio municipal en este lugar, y la
incuria acumulada durante tanto tiempo arruinó de tal modo el edificio que desapareció
cuanto pudo ser arrancado de madera y hierro y hasta resintióse la solidez de la solidez de su
construcción”13
Cuando las presas de la Casa-Galera fueron trasladadas a Barcelona y Alcalá de Henares, y el
Hospicio fue clausurado, el inmueble volvió a quedar vacío. Su posterior destino fue servir de
almacén de armas y municiones del Ejército. Sin embargo, poco después, se instauró en San
Miguel de los Reyes un destacamento del presidio valenciano de San Agustín debido a la
congestión que éste sufría. Como es de imaginar, las consecuencias para el edificio fueron
lamentables. En primer lugar, se realizaron las primeras intervenciones para adecuar el
exmonasterio a su nueva función. Y, en segundo lugar, el interior quedó totalmente alterado:
la sala biblioteca se convirtió en taller, el refectorio en dormitorio, las celdas en calabozo…
Con la publicación de la Ley de Prisiones de
1869, donde se dispuso que se debía construir
presidios de separación individual, se pensó
en levantar un edificio de nueva planta que
acogiera el nuevo presidio de la ciudad de
Valencia. Cuando los arquitectos y
proyectistas presentan el proyecto del nuevo
presidio, conscientes de los elevados costes
que suponía, ofrecieron una segunda opción:
la trasformación y acondicionamiento del
exmonasterio de San Miguel de los Reyes para
Ilustración 19: El claustro norte a comienzos del s. XX
convertirlo en penal. Las obras de
durante el recuento de presos. [Extraída de:
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=3 acondicionamiento y mejora del inmueble
70996&page=1079]
comenzaron en 1878 y concluyeron a finales
del año 1886.
13
LLORCA ORTEGA, J. Cárceles, presidios y casas de corrección en la Valencia del XIX. Valencia: Tirant lo
Blanch, 1992. P. 160.
19
La intervención realizada para convertir el monasterio en prisión fue profunda, José Llorca
Ortega recoge en su libro Los Presidios las siguientes:




Se talaron los viejos cipreses que formaban la avenida que conducía a la entrada del
edificio.
En lugar de la verja de hierro que cercaba los terrenos del monasterio, se alzó un
edificio en paralelo a la fachada frontal del edificio, al que se unía en los laterales y que
actuaría como dependencias destinadas a vigilantes.
En el patio que quedaba entre el nuevo edificio y el muro del monasterio se colocaron
unos jardincillos.
En el interior, se adoquinaron los patios y se pavimentaron las celdas y dormitorios de
aglomeración.
La cárcel de San Miguel de los Reyes fue muy célebre debido a las instalaciones de las que
disponía para los presos. De hecho, desde su constitución a finales del s. XIX contaba con
enfermería, locutorio, biblioteca y escuela. Además, los patios claustrales del exmonasterio
facilitaron las actividades del presidio. El patio norte, que recordemos, se hallaba inconcluso,
se terminó de cerrar con dos nuevos lienzos, dotándole de su actual configuración claustral. En
ambos claustros se llevaron a cabo todo tipo
de actividades: desde el recuento de los
presos, el aseo personal, depósito de
basuras, comunicación…
En 1936, el presidio pasó a albergar presos
políticos condenados a muerte únicamente,
primero con la República y luego con el
franquismo. Finalmente, en 1966 se
procedió a la clausura del mismo que, en
ese mismo año, dejó de prestar servicios
Ilustración 20: imagen donde aparece la banda del penal
carcelarios.
de San Miguel de los Reyes en el claustro norte durante
sus años como presidio nacional. [Extraída de:
todoslosrostros.blogspot.com]
20
2.5 SEGUNDA MITAD DEL S. XX.: DE PRESIDIO NACIONAL A BIBLIOTECA VALENCIANA
Tras la clausura del penal, el exmonasterio tuvo funciones muy variopintas: sirvió de colegio
durante algunos años, fue almacén de objetos procedentes de embargos, pabellones de la
feria de julio, etc.
No fue hasta la década de los ochenta cuando se vuelve a presionar desde los círculos
intelectuales para evitar la pérdida del edificio que volvía a amenazar ruina a finales del s. XX.
Sin embargo, es a partir de 1995 cuando comienzan las actuaciones para convertirlo en sede
de la Biblioteca Valenciana: esta rehabilitación del edificio
permitió la puesta en valor del monasterio y reveló a los
valencianos uno de los momentos más cultos y brillantes de
su historia. La intervención en el edificio se basó en una
respetuosa consolidación y recuperación de las estructuras
renacentistas preexistentes, a la vez que dotó al conjunto de
las facilidades necesarias para su conversión en sede de una
entidad como la Biblioteca Valenciana, cabecera del sistema
bibliotecario valenciano y a su vez alojamiento provisional de
otras importantes instituciones culturales como el Arxiu del
Regne durante el periodo de restauración del edificio en el Ilustración 21: Logo de la
Paseo de la Alameda, o la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Biblioteca Valenciana
21
3. Restauración y rehabilitación de San Miguel de los Reyes
3.1. Resumen de las intervenciones realizadas en el inmueble
No será hasta octubre de 1981 cuando se presente la primera de las propuestas de
rehabilitación del antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes. Este primer proyecto fue
encargado por las instituciones propietarias del inmueble, la Generalitat Valenciana y la
Diputación Provincial de Valencia14, a los arquitectos Giménez Julián, Masiá León y Sanchez –
Robles Beltrán, tras llevarse a cabo un estudio histórico realizado por Llorens Serra. Se trataba
de una ambiciosa propuesta de restauración que giraba en torno a la idea de finalizar el
conjunto monástico que había sido ideado originalmente por Alonso de Covarrubias y que se
hallaba minuciosamente descrito en las memorias de éste. De esta forma, lo que proponían
era hacer desaparecer todas las estructuras carcelarias, incluyendo el patio norte, así como
todos aquellos añadidos realizados durante el siglo XVIII.
Sin embargo, la propuesta anterior no siguió adelante, y se creó el Consorcio para la
Recuperación del Monasterio de San Miguel de los Reyes que, en 1988 promueve un proyecto
de rehabilitación del monasterio aún sin tener muy claro cuál iba a ser el destino final del
inmueble. Este proyecto, encargado a un grupo de arquitectos dirigidos por Jiménez Iranzo y
Stuyck Portillo, proponía centrarse en la clarificación tipológica del claustro sur y de la iglesia,
dejando de lado la problemática que suponía el claustro norte. De esta forma, pensaban
centrarse en la eliminación de cerramientos y compartimentadores en los andadores del
claustro sur, del cuerpo de celdas instalado en el ala oeste del mismo, etc.
A pesar de que este proyecto se estuvo barajando durante muchos años, la indefinición del
uso final del conjunto monacal y los problemas técnicos y de interpretación que iban
surgiendo, llevaron al Consorcio a paralizar las obras.
De forma paralela, la Biblioteca Valenciana había sido creada en 1985. Provisionalmente sus
fondos se ubicaron en la Biblioteca Municipal de Valencia en la Calle Hopital. A partir de 1990
se empezaron a barajar distintas posibilidades para su ubicación definitiva. La primera de estas
opciones fue el Asilo de San Juan Bautista en Guillem de Castro, sin embargo, surgieron
numerosas dificultades en el traspaso de la propiedad de este inmueble a manos de la
Generalitat Valenciana y, además, las soluciones que pretendía el arquitecto para albergar las
áreas de depósito y salas de investigación eran poco realistas. Por estos motivos, la Generalitat
se inclinó por emplazar la Biblioteca valenciana en un edificio que ya era de su propiedad, el
antiguo Convento del Carmen. Pero, este nuevo emplazamiento tenía unas disponibilidades de
crecimiento bastante limitadas, tanto en lo referente a depósitos como a puestos de
investigación y actividades complementarias. Es así como, en 1995, Ayuntamiento, Diputación
y Generalitat comienzan a estudiar la posibilidad de instalar la Biblioteca Valenciana en San
Miguel de los Reyes.
14
Ambas instituciones fueron las legítimas herederas de la propiedad del inmueble una vez se reconoció
el autogobierno de las tierras valencianas tras la entrada en vigor de la Constitución.
22
El proyecto de restauración que finalmente se llevó a cabo en San Miguel de los Reyes fue el
dirigido por el arquitecto Julián Esteban Chapapría. De acuerdo con sus propias palabras: “La
rehabilitación y restauración de lo que simplificadamente llamamos antiguo Monasterio de San
Miguel de los Reyes pretendía desde el principio conjugar un doble objetivo: en primer lugar, el
rescate para la memoria de los valencianos de uno de los episodios más brillantes y cultos de su
historia; y en segundo lugar, la recuperación física de un patrimonio de altísimo valor
arquitectónico para su disfrute social, destinándolo a un uso cultural que se vinculara directa o
indirectamente con el origen y trayectoria del propio edificio”15. En relación con el segundo
objetivo, cabe destacar, la importancia de la biblioteca del Duque de Calabria que albergó San
Miguel de los Reyes y que parece el origen histórico más adecuado para la sede de la más alta
institución cultural valenciana.
Tras superar numerosas dificultades el conjunto monacal había llegado, a mediados de los
años noventa, rodeado por los muros carcelarios que escondían su monumental fachada. Las
principales intervenciones que se incluían en el proyecto eran:




Derruir los muros carcelarios y otras construcciones perimetrales añadidas, para
después urbanizar ese espacio con paseos y jardines que actuaran de enlace entre el
edificio y la ciudad.
Del claustro sur se eliminarían también todos aquellos vestigios de la época
penitenciaria del inmueble. Las estancias que rodean a este patio serían las encargadas
de albergar las dependencias de acceso público de la biblioteca, tales como salas de
lectura y de investigación. Consulta e información bibliográfica, seminarios, etc.
La Iglesia se rehabilitaría con la finalidad de habilitarla como lugar de celebración de
actividades culturales como conciertos y exposiciones.
El patio norte acogería de manera funcional las complejas instalaciones de depósito de
la biblioteca.
El criterio de restauración elegido y llevado a cabo se recoge en la propia memoria del
arquitecto Chapapría: “se trataba de llevar a cabo una cuidadosa y respetuosa operación de
restauración y puesta en valor de la arquitectura renacentista preexistente, y la habilitación de
sus espacios para los usos de biblioteca mediante la dotación de los equipamientos
necesarios”16.
Sin embargo, antes de la ejecución de las obras de rehabilitación, se llevaron a cabo una serie
de estudios que permitieron conocer de forma mucho más profunda las fases de ejecución del
monasterio así como, dilucidar misterios como el de la construcción del patio sur. De esta
manera, se realizaron los siguientes estudios:


15
16
Una excavación arqueológica en el patio norte y zona de dependencias carcelarias que
descubrieron los restos del Monasterio cisterciense de San Bernat de Rascanya y que
se incorporaron al proceso de restauración.
Un estudio planimétrico y fotogramétrico que permitiera resolver problemas en la
intervención del edificio.
ALEIXANDRE TENA, F. et al. (2000). P. 193
ALEIXANDRE TENA, F. et al. (2000). P.195
23

Estudios constructivos y patológicos de los materiales y sistemas tan variopintos que
componen el edificio.
En mi opinión, lo que más hay que destacar de la memoria de restauración, aparte de las obras
de eliminación de los vestigios penitenciarios o la adecuación de las estancias e instalaciones
para acoger los fondos de la Biblioteca Valenciana, sería el descubrimiento, consolidación,
restauración y reintegración de las pinturas del aula capitular, de la bóveda de la escalera
claustral y de los vanos de acceso a las celdas. En los tres casos se rescató la policromía que
había quedado oculta bajo numerosas capas de cal y se completaron los faltantes para poder
dotar al espectador de una visión que se asemejara a la concepción renacentista del edificio.
Otro detalle a tener en cuenta sería la puesta en valor de los restos del monasterio
cisterciense, que fueron hallados antes de realizarse las obras en el patio norte, y que fueron
consolidadas llegándose, incluso, a recomponer un elemento del sistema de arquerías del
primer cuerpo.
Además, cabe señalar que en San Miguel de los Reyes se han destinado dos espacios para
albergar unas pequeñas exposiciones permanentes que pretenden informar a los visitantes de,
por un lado, los cuatro grandes episodios en la historia del edificio: el monasterio cisterciense
de San Bernat de Raascanya, el monasterio jerónimo de San Miguel de los Reyes, el Presidio
nacional y la Biblioteca Valenciana. Y, por otro, de la riqueza bibliográfica de los fondos de la
biblioteca.
3.2 COMENTARIO Y CRÍTICA DEL PROYECTO DE RESTAURACIÓN
Personalmente opino que, aunque el proyecto de restauración que se llevó a cabo a finales del
siglo pasado ha supuesto la recuperación y revalorización de un edificio clave en la historia de
los valencianos como San Miguel de los Reyes, tiene muchos aspectos que podrían ser
criticados.
En primer lugar, me gustaría destacar lo contradictorio de los criterios de restauración
utilizados para la rehabilitación del exmonasterio. Como he explicado en el apartado anterior,
el propio arquitecto encargado de la restauración explica que los principales objetivos de la
intervención son, por un lado, recuperar las estructuras renacentistas y, por otro, habilitar el
inmueble como sede de la Biblioteca Valenciana. De esta forma, en un primer momento, la
restauración se inicia concediendo, únicamente, valor histórico-artístico a las construcciones
renacentistas de la orden de los jerónimos. Así, van eliminando todos los restos del presidio y
de los otros usos que se le había concedido a San Miguel de los Reyes, salvo en aquellos casos
en que las estructuras de los siglos XVIII, XIX y XX son útiles para los fines bibliotecarios. Sin
embargo, cuando comienzan la intervención del patio norte deciden, no sólo conservar los
restos del monasterio cisterciense, sino consolidarlos y dejarlos a la vista para permitir, como
bien dice el propio Chapapría, “la comprensión arquitectónica del edificio monástico al tiempo
que situarlo en su contexto histórico”17. A pesar de la revalorización que se hace a lo largo del
proceso de intervención de los restos cistercienses, no ocurre lo mismo con los añadidos
penitenciarios, de forma que, si el visitante no repara en un cartel a la altura de los pies que
17
ALEIXANDRE TENA, F. et al. San miguel de los Reyes: de Biblioteca Real a Biblioteca Valenciana.
Valencia: Biblioteca Valenciana, 2000. P. 228
24
hay en la panda meridional del claustro sur,
puede no percatarse de que el inmueble
ejerció durante un siglo como penal. Esta
aparente contradicción entre los objetivos
enunciados por el propio arquitecto y lo
que, finalmente, se llevó a la práctica me
lleva a preguntarme ¿quién y con qué
criterio decide qué restos arquitectónicos
tienen valor histórico y cuáles no?.
En segundo lugar, la otra crítica que creo
que se puede hacer a la restauración y Ilustración 22: Vista del Claustro Norte tras la
rehabilitación de Chapapría es acerca de la restauración donde se observan los restos cistercienses
consolidados
Iglesia. El hecho de que esté desacralizada le
arranca la función para la que fue concebida ya como monasterio cisterciense y, en mi opinión,
la esconde del pueblo valenciano, sin ser, su condición de templo cristiano incompatible con
las actividades institucionales a las que sirven los claustros. Si en la Iglesia del exmonasterio de
San Miguel de los Reyes se pudiera oficiar misa, aunque solamente fuera en determinadas
festividades, la acercaría a los habitantes de la ciudad, de forma que, estos tomarían
conciencia de la significación del conjunto monacal. Sin embargo, la intervención realizada la
designó como “capilla musical” y la condenó a permanecer cerrada sin función alguna la mayor
parte del tiempo ya que, además, visitarla resulta bastante complicado.
25
BIBLIOGRAFÍA:

ADPV, A.6.3.1. caja 16678-16679


ALCALDE BLANQUER, C. et al. Guía de arquitectura de Valencia. Valencia: CTAV, 2007.
ARCINIEGA GARCÍA, L. El Monasterio de San Miguel de los Reyes Vol.I y II. Valencia:
Biblioteca Valenciana, 2001.
ALEIXANDRE TENA, F. et al. San Miguel de los Reyes : de Biblioteca Real a Biblioteca
Valenciana. Valencia: Biblioteca Valenciana, 2000.
BENITO, F. y BÉRCHEZ, J. Presència del Renaixement a València. Arquitectura i Pintura.
Valencia: Excma. Diputació Provicial de València, 1982.
BÉRCHEZ GÓMEZ, J. Arquitectura Renacentista Valenciana (1500-1570), Valencia:
Bancaixa, 1994.
DE LA PLAZA ESCUDERO, L. et al. Diccionario Visual de Términos Arquitectónicos.
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GÓMEZ-FERRER LOZANO, M. monumentos de la Comunidad Valenciana: catálogo de
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PINGARRÓN ESAÍN, F. Arquitectura Religiosa del siglo XVII en la ciudad de Valencia.
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RECURSOS WEB:
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http://www.comarcarural.com/valencia/valencia/iglesias/monasterio%20de%20san%
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 http://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_San_Miguel_de_los_Reyes [Consultado
el 1 de mayo de 2012]
 http://www.aicequip.com/ver/121/Monasterio-de-San-Miguel-de-los-Reyes.html
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 http://www.jdiezarnal.com/valenciasanmigueldelosreyes.html [Consultado el 1 de
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 http://www.valencia.es/ayuntamiento/infociudad_accesible.nsf/vDocumentosWebList
ado/525956CB506DC89FC12572C20023B7C9?OpenDocument&bdOrigen=&idapoyo=
&nivel=3&lang=1 [Consultado el 1 de mayo de 2012].
NOTA: Todas las imágenes de las que no se especifica su procedencia han sido tomadas por mi
misma en una visita al Monasterio.
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ANEXOS
:
27
PLANTA BAJA:
CLAUSTRO
NORTE
PASILLO DE PASO ENTRE
CLAUSTROS CON LA
ESCALERA CLAUSTRAL
TEMPLO DE SAN
MIGUEL DE LOS REYES
GALERÍA
PORTICADA. SE
OBSERVAN LAS
COLUMNAS Y LOS
TRAMOS DE BÓVEDA
DE ARISTA
ESCALERA
PRINCIPAL
CON SUS
RESPECTIVOS
ZAGUANES
AULA
CAPITULAR
CAPILLA DE
LOS REYES
TORRE
SUR
OESTE
LIBRERÍA
TORRE DEL
PRIOR
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PLANTA PRIMERA:
CLAUSTRO
NORTE
ESCALERA
DE PASO
ENTRE
CLAUSTROS,
PRIMERA
MESETA DE
REMATE.
TEMPLO DE
SAN MIGUEL
DE LOS REYES
GALERÍA PORTICADA DONDE SE OBSERVAN
LAS BÓVEDAS DE ARISTA Y LOS PILARES.
CADA UNA DE LOS ESPACIOS
RECTANGULARESQUE APARECEN A LOS
LADOS SON, PARA LOS LADOS ESTE Y SUR
LAS CELDAS DE LOS MONJES, Y PARA EL
LADO OESTE LAS CAPILLAS A LAS QUE SE
TRASLADÓ LA LIBRERÍA SOBRE LA CAPILLA
DE LOS REYES, HOY SALA DE LECTURA DE LA
BV.
CELDA DEL PRIOR
PRIMERA PLANTA DE LA TORRE
SUROESTE
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