Cuando hay trabajadores contentos, la productividad aumenta entre

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MARTES 9 DE JUNIO DE 2015
DIARIO FINANCIERO
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IGNACIO FERNÁNDEZ, DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA ORGANIZACIONAL DE LA UAI
“Cuando hay trabajadores contentos, la
productividad aumenta entre 31% y 40%”
Además del clima interno, mejoran la
rentabilidad, la calidad del servicio y la
excelencia laboral.
POR ALEJANDRA MATURANA
Con más de 15 años dedicado a los temas de atmósferas positivas y equipos de
alto desempeño, cinco años
promoviendo la felicidad al
interior de las compañías y
ad portas de publicar su libro
“Felicidad Organizacional:
Cómo construir felicidad en
el trabajo”, el director del
Departamento de Psicología
Organizacional de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI),
Ignacio Fernández, cuenta
que las empresas se encuentran viviendo un cambio de
paradigma, pasando de ejercer
un capitalismo más autoritario
bajo la lógica del “patrón de
fundo”, hacia uno más consciente, integrador y confiable
incorporado por más de un
15% de las empresas.
“Es interesante que quienes
han incorporado esto en Chile
no son sólo transnacionales,
sino empresas chilenas como
BancoEstado Microempresas,
que creó la primera agencia de
la felicidad, y Transbank. Ellos
han sido pioneros en instalar
este tema y expandirlo, al que
hoy se suman otras empresas
como Cruz Blanca, Coca Cola
y Kimberly-Clark”, apunta.
con sus trabajadores.
“La evidencia empírica
muestra que cuando hay
trabajadores contentos, la
productividad aumenta entre
31% y 40%, hay mejoras en
la rentabilidad, en la calidad
de servicio y la excelencia
laboral, además de mejorar
el clima interno. Por parte de
los trabajadores se genera un
bienestar psico-social, es decir,
rompen la lógica de que el trabajo es un flagelo y un valle de
lágrimas, y lo empiezan a ver
como un lugar de despliegue
personal, contribución social
y de relaciones confiables”,
sostiene el experto.
Sin embargo, apunta a que
a pesar de que es un proceso
que está creciendo rápidamente en Chile, no ha sido
Líderes conscientes
Ignacio Fernández, director
del Departamento de
Psicología Organizacional
de la UAI, ha sido pionero
en promover la felicidad al
interior de las empresas.
Fernández fue asesor de
BancoEstado Microempresas y
Transbank –primer y segundo
lugar respectivamente en la
lista de Great Place to Work
Chile 2014- cuando ambas
compañías empezaron a integrar el tema de la felicidad a
su estrategia organizacional, y
desde la escuela de Psicología
de la UAI junto al magíster
de Habilidades Directivas,
y el diplomado de Felicidad
Organizacional de la misma
casa de estudios, ha formado
a cientos de jefes y directivos
bajo esa lógica.
Esto último es muy importante, afirma, pues la cara de
las empresas son los jefes, y “si
estos no están comprometidos,
seducidos y alineados con la
lógica del liderazgo cercano
y vinculante, el discurso de
la felicidad y calidad de vida
se va con el viento”.
Esto debe ir de la mano
de una señal desde la organización de cuidado hacia
los trabajadores, para lo que
recomienda generar un beneficio nuevo, una estrategia
que hable de calidad de vida y
relaciones confiables, además
de eventos para tratar estos
temas con los trabajadores y
ver qué es lo que esperan y
les motiva, haciéndolos partícipes de un camino que se
debe emprender en conjunto.
“Hay que promover el orgullo organizacional y estimular
a la gente para que aplique
en su trabajo sus fortalezas y
se desarrolle”, apunta, señalando que este es un trabajo
gradual, pero que le asegurará
a la compañía sostenibilidad
en el tiempo.
OPINIÓN
„ Estamos sumidos en una percepción de
crisis política manifestada en la desconfianza y la sensación de falta de conducción,
lo que genera incertidumbre. No se trata
de una crisis institucional, pero la situación
da cuenta de un efecto negativo y perverso al constatar que el ritmo de decisiones
tiende a paralizarse y la agenda legislativa
y gubernamental hace eco de un clima
negativo respecto a expectativas. Tanto
encuestas como informes del Banco Central
y entidades internacionales dan cuenta
de lo mismo. A ello se suma el escenario
económico mundial, donde las certezas son
pocas.
Chile precisa mantener e incrementar su
crecimiento, pero también avanzar en un
proceso de industrialización basado en
innovación bajo criterios de anticipación
y apertura de mercados futuros acorde
a objetivos que no sólo surgen de los
imperativos naturales de una economía
pequeña inserta en la OCDE, reconocida
ORGANIZAN
Guillermo Holzmann
ANALISTA POLÍTICO, CATEDRÁTICO
DE UNIVERSIDADES DE VALPARAÍSO,
CHILE Y ADOLFO IBÁÑEZ. CEO
DE ANALYTYKA CONSULTORES
Chile: ¿Crisis social
u oportunidad
para una nueva
sociedad?
como referente mundial. Eso sería parte de
la visión y de donde se deduce la misión.
Las alternativas de superación de este
escenario exigen cumplir ciertos criterios
estratégicos fundamentales: no exclusión
de ningún actor; cooperación, coordinación y diálogo, y negociar sobre bases de
confianza y credibilidad razonables.
La institucionalidad se paraliza cuando sus
actores no generan relaciones mínimas de
confianza que permitan a la ciudadanía
otorgar credibilidad al actuar de las autoridades. Se pierde la legitimidad y con ello
la agenda nacional queda en manos de los
grupos ideológicos más radicales, lo que
significa que las alternativas de solución
son mutuamente excluyentes, como lo podemos ver con la Asamblea Constituyente.
La polarización tiene como consecuencia
la instalación estructural de una confrontación social que normalmente tiende a
resolverse por una alternativa populista.
Estamos frente a una crisis auto infligida.
Construir diálogo directo, espacios de
convergencia y confianza entre actores al
interior del Estado (autoridades y partidos
políticos) y del sector privado (empresarios
PARTICIPAN
y trabajadores), es prioridad. Los temas de
encuentro surgen del futuro y de las condiciones necesarias para avanzar hacia los
cambios que el país necesita con miras a
obtener mayores utilidades políticas, sociales y económicas en el mediano plazo.
El escenario actual incide negativamente
en las perspectivas de bienestar social y
económico, considerando que el crecimiento es un factor central para mantener
tasas de desempleo en los rangos de un
país que avanza hacia el desarrollo. Sin
embargo, el crecimiento depende directamente de la productividad, y ésta es
dependiente de los niveles incrementales
de inversión en horizontes de tiempo.
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