Materia invisible en el Universo Vladimir Avila-Reese Instituto de Astronomía, UNAM 1. Introducción. Durante muchas décadas las observaciones astronómicas han mostrado que la dinámica interna de las galaxias, así como de los sistemas que ellas conforman, implica la presencia de fuerzas gravitatorias faltantes. Por otro lado, para garantizar en el Universo temprano la supervivencia de las semillas de formación de galaxias, se requiere del dominio de una componente de materia oscura fría exótica (no bariónica), es decir aquella que no interactúa con la radiación y que por ende es invisible. Estos y otros aspectos de la realidad cósmica, en un contexto unificado -como suele ser en la astronomía- han conducido al desarrollo, en los últimos 20 años, de un escenario cosmológico y cosmogónico donde la materia oscura (MO) globalmente es cinco veces más abundante que la materia bariónica, constituyendo ambas alrededor del 27% de la densidad de materia-energía del Universo actual. El restante 73% parece estar asociado a una componente repulsiva responsable de la expansión acelerada reciente del espacio, misma que fue bautizada como energía oscura. Los problemas de la materia y energía oscuras, aparentes componentes invisibles que actualmente contribuyen con más del 95% a la densidad de materia-energía del Universo, son centrales en la Astronomía, Cosmología, Física de Partículas Elementales y disciplinas afines. Estos problemas han planteado las bases de lo que se puede considerar como el inicio de una nueva revolución científica. A continuación presentaré una breve revisión de: las principales evidencias observacionales de fuerzas gravitatorias faltantes (S. 2), la necesidad de introducir MO exótica en la formación de estructuras cósmicas y el éxito de esta propuesta (S. 3), y los candidatos más viables de MO, su detección y alternativas (S. 4). Finalmente presentaré algunas reflexiones conclusivas (S. 5). 2. Evidencias observacionales de materia oscura. Los sistemas gravitacionalmente ligados más grandes del Universo son los cúmulos de galaxias. En los años 30 el astrónomo F. Zwicky midió las velocidades radiales de las galaxias en el cúmulo cercano de Coma y calculó las velocidades aleatorias promedio con relación a la velocidad promedio del cúmulo. Las velocidades orbitales de las galaxias en los cúmulos son balanceadas por la gravedad total del cúmulo. Zwicky, usando dinámica newtoniana, encontró que las velocidades orbitales implican una masa dinámica más de un orden de magnitud mayor a la esperada de sumar las masas luminosas de todas las galaxias pertenecientes al cúmulo: éste literalmente tendría que estar explotando; pero no, se encuentra en equilibrio virial. Tal resultado indujo a Zwicky a proponer que en los cúmulos hay una enorme cantidad de materia “escondida” responsable de producir la gravedad que balancea la alta dispersión de velocidad de las galaxias. Hoy en día sabemos que en los cúmulos existe una gran cantidad de gas caliente que emite en rayos X y que suma dos o más veces la masa luminosa de todas sus galaxias (suponiendo equilibrio virial, la distribución espacial de temperatura de este gas es un trazador también de la masa dinámica de los cúmulos). Sin embargo, incluso tomando en cuenta la gravedad que produce el gas intracúmulo, la deficiencia de masa sigue siendo considerable; grosso modo, la masa dinámica de los cúmulos está constituida en un 5% por las galaxias luminosas, 10% por el gas caliente y el resto por materia no luminosa. La comunidad astronómica tomó con reserva el resultado de Zwicky pero la primera vertiente del concepto de MO empezó a fluir desde entonces. En las décadas posteriores nuevas vertientes acrecentaron el río de evidencias observacionales de fuerzas faltantes en sistemas dinámicos astronómicos. Por ejemplo, la dinámica de pares y grupos de galaxias inferida por las órbitas de sus componentes implicaba masas totales de esos sistemas mucho mayores a la suma de las masas luminosas de sus componentes. Incluso exagerando en los cocientes de masa estelar a luminosidad, Ms/L, que se usan para pasar de L a Ms, las fracciones de MO inferidas siguen siendo altas. La vertiente más caudalosa llegaría en la década de los 70 y principios de los 80 con mediciones de las curvas de rotación Vrot(r) de galaxias individuales de disco por parte de astrónomos como V. Rubin, M. Roberts, A. Bosma entre otros. Este tipo de galaxias, mismas que en número son cerca del 80% en el Universo local, mantienen equilibrio centrífugo, lo cual, en una primera aproximación, suponiendo esfericidad y órbitas circulares, significa Vrot2 = Vc2 = GM(<r)/r, donde Vc es la velocidad circular y G la constante gravitacional. Así, dada la curva de rotación se puede inferir la distribución de masa. Las curvas de rotación medidas a partir de líneas espectrales asociadas a estrellas o por la línea de 21 cm del hidrógeno neutro (gas), crecen rápidamente del centro hasta cierto radio y luego se mantienen constantes o incluso crecen ligeramente hasta radios que van incluso más allá del disco óptico. Por otro lado, la curva de Vc(r) que se infiere a partir de la distribución de luminosidad de las galaxias de disco y que se convierte a distribución de masa estelar usando el cociente Ms/L, crece en la mayoría de los casos similar a la observada pero al llegar a cierta fracción del radio óptico de la galaxia empieza a decrecer rápidamente (keplerianamente), evidenciando que la materia luminosa es extremadamente escasa como para explicar las curvas de rotación planas o crecientes observadas. Estudios posteriores, con observaciones más precisas, determinaciones independientes del cociente Ms/L, relajando suposiciones de movimientos circulares y tomando en cuenta modelos de estructura galáctica cada vez más completos, sólo confirmaron los resultados previos: hasta el radio óptico de las galaxias se requiere de una componente de MO que puede ser igual o hasta 10 veces mayor que la luminosa (estrellas y gas), desde galaxias masivas y concentradas hasta enanas y de baja concentración respectivamente. Pero la historia no termina ahí. Con la línea de 21 cm se puede trazar la dinámica de las galaxias hasta radios 2-3 veces más allá del óptico ya que el disco de gas es más extendido que el disco de estrella. En algunos casos, los parámetros orbitales de cúmulos globulares o galaxias satélites permiten trazar la dinámica incluso hasta radios más externos. En todos los casos, los resultados, siempre bajo la suposición de dinámica newtoniana (o de Relatividad General), apuntan a la presencia de MO más allá de donde termina la galaxia estelar. En la última década un nuevo caudal de evidencias observacionales directas de MO en las galaxias y cúmulos de galaxias llegó con la aplicación de la técnica de lentes gravitatorias, tanto en el régimen fuerte como en el débil. La deflexión que sufre la luz de fondo al atravesar regiones del espacio-tiempo curvadas por concentraciones de materia, permite justamente estimar la distribución de masa en dichas regiones de una manera independiente a las inferencias dinámicas. En el caso de los masivos cúmulos de galaxias, las lentes gravitatorias producen arcos espectaculares con la luz de galaxias de fondo, tan alejadas que en algunos casos podrían ser las primeras galaxias del Universo, accesibles al telescopio sólo gracias a la magnificación que sufren por el efecto de la lente gravitatoria. Dichos arcos revelan cantidades de materia mucho mayores a la bariónica en el interior de los cúmulos. Los arcos no son comunes en el caso de las galaxias. Sin embargo sus masas son capaces de producir distorsiones muy tenues (generalmente elongaciones) de las galaxias de fondo. Haciendo uso de grandes catastros de galaxias, los astrónomos examinan las deformaciones laterales aparentes de galaxias de fondo (lente débil) y caracterizan estadísticamente la distribución promedio de masa alrededor de las galaxias lentes. Los resultados han sido similares a los obtenidos con el método dinámico: ¡galaxias de escalas como la Vía Láctea están inmersas en esferoides (halos) de MO autogravitantes 20-30 veces más masivos que la galaxia luminosa y 15-20 veces más extendidos que su región óptica! Además para galaxias de escalas menores o mayores, la fracción de MO se hace aún mayor. Resumiendo, desde escalas de galaxias enanas hasta cúmulos de galaxias (masas bariónicas de ~106 M hasta ~1014 M, M= masa solar), las inferencias observacionales, tanto dinámicas como de curvatura del espacio-tiempo, apuntan a la existencia de enormes cantidades de MO distribuida en halos muy extendidos, todo esto en el entendido de que la Relatividad General (RG) y la dinámica newtoniana como su límite de campo débil son correctas. 3. Formación de estructuras cósmicas: necesidad de materia oscura exótica Una afluente mayor al río de argumentos de existencia de MO exótica surgió de manera independiente a las observaciones, alcanzando su máximo cause en los últimos 15 años. Esta afluente tiene que ver más bien con el contexto de formación, evolución y estructura de las galaxias y sus sistemas. Ya en los años 70, con las primeras simulaciones numéricas de N cuerpos, se encontró que los discos galácticos son estructuras dinámicamente frágiles que en pocas rotaciones podrían destruirse por inestabilidades intrínsecas como ser formación de barras. En consecuencia sería muy difícil explicar la alta fracción de galaxias de disco observadas en el Universo local. Pronto se mostró que la situación es otra si los discos se encuentran inmersos en esferoides (halos) de MO dinámicamente caliente. Otro gran argumento -o más bien necesidad- a favor de la existencia de MO exótica surgió de la siguiente manera. Si de alguna forma en el Universo muy temprano se produjeron perturbaciones al campo de densidad homogéneo1, es fácil mostrar que éstas se amortiguan hasta escalas de ~5x1013 M en las épocas del Universo caliente, 1 Tales perturbaciones se entiende que tienen que haber sido extremadamente tenues a fin de no violar la homogeneidad e isotropía global del espacio (principio cosmológico), condiciones que permiten resolver las ecuaciones de campo de Einstein y que finalmente describen exitosamente la geometría y dinámica global del Universo observado (ecuaciones de Friedmann). cuando materia bariónica y radiación se encuentran acopladas. El análisis perturbativo del plasma relativista de materia-radiación en un medio en expansión muestra que las perturbaciones que cruzan el horizonte en esas épocas (se conectan causalmente) caen por debajo de la longitud o masa de Jeans, lo cual significa que son estables al colapso gravitacional: el gradiente de presión del fluido, producido básicamente por la radiación, contrarresta a la gravedad de la perturbación. El campo de perturbaciones se encuentra en un estado de oscilaciones gravito-acústicas. Sin embargo, a medida que nos acercamos a la época de la recombinación (desacoplamiento de la materia y radiación), el fluido es cada vez menos ideal en el sentido de que el camino libre medio de los fotones aumenta (difusión fotónica). Esto produce que el estado de oscilación gravito-acústica de perturbaciones cada vez mayores se amortigüe, proceso conocido como amortiguamiento de Silk después del trabajo pionero de J. Silk en el 1968. Los cálculos muestran que a la época de la recombinación se amortiguan perturbaciones hasta de escalas correspondientes ~5x1013 M; es decir desaparecen las proto-esctucturas de tamaños de grupos de galaxias y más chicas. En los años 70’s el grupo soviético bajo el liderazgo de Y. Zel´dovich desarrolló un escenario convincente de formación de galaxias bajo la hipótesis de que después de la recombinación no existen perturbaciones de densidad de escalas galácticas. La propuesta fue que las galaxias surgen más bien de la fragmentación por inestabilidades térmicas de las perturbaciones que sobrevivieron al amortiguamiento de Silk. Estas enormes perturbaciones de gas bariónico, en primera aproximación de forma elipsoidal, colapsan gravitacionalmente más rápido sobre uno de los semiejes menores formando delgados “panckakes”, los cuales son susceptibles a las inestabilidades térmicas. La piedra en el zapato para este escenario de formación de estructuras “de lo grande a lo chico” es que para llegar a formar galaxias maduras como las que se observan en el Universo local, se requiere que la amplitud de las perturbaciones de grandes escalas a la época de la recombinación sea del orden de 10-2-10-3. Los experimentos de mediciones de anisotropías en la temperatura (T/T ) de la Radiación Cósmica de Fondo (RCF) no detectaban amplitudes de ese orden. En los 90’s, el satélite COBE al fin pudo medir la amplitud de las anisotropías en la RCF, siendo éstas del orden de 10-4-10-5, ¡diez-cien veces menores a lo requerido por el escenario de los panckakes bariónicos! Los investigadores principales de la misión COBE recibieron el Premio Nobel en Física 2006. La teoría de formación de galaxias estaba en crisis. Al auxilio llegaría en los años 80 la propuesta de MO exótica. Perturbaciones primigenias de este tipo de materia, al no interactuar con la radiación, no están sujetas a pasar por la fase de oscilaciones gravito-acústicas y mucho menos de sufrir el amortiguamiento de Silk. No obstante, existe otro proceso de amortiguamiento para las perturbaciones de este tipo: el de flujo libre. Si las partículas de MO son relativistas, estas se mueven libremente por su geodésica abandonando las regiones sobredensas más pequeñas que el tamaño del horizonte (del orden de ct) a una época dada t. Entonces mientras más tiempo permanecen relativistas las partículas exóticas, perturbaciones más grandes son borradas por el flujo libre. La condición de que una partícula X sea no relativista es cuando su energía cinética se hace menor a su energía en reposo, es decir cuando kTX~mXc2 donde TX y mX son la temperatura y masa de las partículas X en cuestión. En las condiciones del universo temprano casi todas las partículas son térmicas y su temperatura decrece inversamente proporcional al factor de expansión del Universo, TX1/a. Cuándo domina la radiación, at1/2 por lo que entonces el tiempo cósmico cuando la partícula X deja de ser relativista resulta inversamente proporcional a su masa, tn.r.1/mX2. Partículas poco masivas se vuelven no relativistas muy tarde alcanzando a borrarse así perturbaciones de grandes escalas, mientras que para las partículas muy masivas, el borrado por flujo libre deja de operar desde épocas muy tempranas, sobreviviendo prácticamente todas las escalas. El amortiguamiento por flujo libre dio lugar a la clasificación de la MO exótica en caliente, tibia y fría, dependiendo esto de la masa de la partícula en la mayoría de los casos. De hecho, las únicas partículas exóticas confirmadas experimentalmente son los neutrinos pero por su baja masa (<2 eV para el neutrino electrónico), se trata de MO caliente, perturbaciones de la cual se habrían borrado desde escalas de cúmulos de galaxias para abajo. 3.1. De las perturbaciones primigenias a la compleja estructura cósmica actual Los astrofísicos se dieron a la tarea de explorar a fondo las consecuencias de un universo dominado por MO fría (MOF) en lo que concierne a la formación de estructuras y la dinámica de sistemas galácticos. Debido a que el proceso de colapso gravitacional es altamente no lineal, además de enfoques estadísticos y aproximativos, se desarrollaron intensamente las simulaciones numéricas. En el entendido de que la MOF domina, el proceso de formación de estructuras en su fase primaria es entonces básicamente gravitacional. Por esto las simulaciones de N cuerpos fueron suficientes para seguir este proceso a nivel de Estructura a Gran Escala del Universo. A finales de la década de los 80 se realizaron las primeras simulaciones cosmológicas de N cuerpos con ~30,000 partículas; hoy en día se acercan a 1010 partículas en volúmenes de cientos de Megaparsecs por lado. Tres astrofísicos destacan en los grupos involucrados por haber sido pioneros y perseverantes hasta el presente en el desarrollo de lo que ahora se conoce como el escenario cosmológico de MOF con constante cosmológica (MOF-): S. White, C. Frenk y A. Klypin, el segundo, mexicano egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM. En los 80 emergió también un modelo clave para superar las limitaciones de la teoría de la Gran Explosión, en particular aquella relacionada al origen de las perturbaciones. Ese modelo llamado inflacionario, propone que las perturbaciones primigenias tienen su origen en las fluctuaciones cuánticas del vacío, estado en el que se encontraba el universo en épocas menores a 10-32 segundos. Dichas fluctuaciones al salir del horizonte en la inflación producen perturbaciones clásicas a la métrica del espacio-tiempo y cuando posteriormente se conectan causalmente, inducen perturbaciones de densidad (en la MO y el plasma bariones-radiación). El proceso de evolución en régimen lineal de las perturbaciones fuera y dentro del horizonte se ha estudiado a detalle en el marco de la RG y la Teoría de Gran Explosión. Como resultado se obtienen dos resultados fundamentales: (1) La distribución de amplitudes de las perturbaciones en función de la escala (espectro de potencias) a la época de la recombinación; éstas son justamente las condiciones iniciales para calcular la ulterior evolución gravitacional de las perturbaciones. La principal característica de estas condiciones cuando domina la MOF es que existen semillas de estructuras en prácticamente todas las escalas, siendo las más pequeñas las de mayor amplitud; la formación de estructuras procederá entonces de “abajo a arriba”, colapsando las estructuras de MOF más pequeñas y luego jerárquicamente, por agregación y fusiones, las más grandes. (2) El campo de anisotropías de la RCF asociado. Esta es una predicción extremadamente fina que puede ser confrontada con las observaciones de la RCF, el fósil más antiguo que tenemos del Universo. Las anisotropías de la RCF detectadas por el satélite WMAP muestran un acuerdo asombroso con las predicciones y ayudan a constreñir con alta precisión, junto a otros sondeos cosmológicos, los parámetros cosmológicos del modelo. Estamos en frente a uno de los triunfos intelectuales más fantásticos de la humanidad, capaz de constreñir con precisión procesos acaecidos hace más de 13,700 millones de años. La evolución gravitacional –dinámica newtoniana en acción- del campo de perturbaciones de MOF produce la estructura a gran escala conformada por paredes, filamentos, nudos y huecos; es la esponja o telaraña cósmica. Esta estructura está tejida por halos que tienen una abundancia en función de la masa bien definida a cada época. El grado de acumulamiento de la materia en el presente en función de la escala –caracterizado por la función de correlación de dos puntos- es tal que mientras menor la escala, mayor es el acumulamiento; del otro lado, hacia escalas ya de 20-100 Mpc, la distribución promedia es incluso disgregada (huecos). Llegando a los 200-300 Mpc, la materia presenta ya una distribución homogénea. ¿Qué tiene que ver esto con la realidad? Mucho, pues es prácticamente una descripción de las observaciones de distribución a gran escala de las galaxias luminosas. La idea es que la MOF es el molde gravitacional donde se forman las galaxias y cúmulos de galaxias, de tal manera que ellas trazan su distribución. Pero resultados recientes, usando la técnica de la lente débil en catastros de millones de galaxias de fondo, están revelando directamente la distribución de masa en el Universo local… ¡y ella es tal cual la trazan las galaxias! Predecir y explicar la compleja estructura a gran escala del Universo, como lo hace el escenario de MOF-, es otro gran triunfo de este escenario. Incluso la abundancia de halos de MOF en función de su masa concuerda bien con la observada para grupos y cúmulos, donde la dinámica permite estimar sus masas totales. La medición de masas de los halos galácticos a nivel de grandes volúmenes aún no ha sido posible; sólo para muestras pequeñas se ha hecho, como se mencionó en la S. 2. Sin embargo, asignando con enfoques físicos o estadísticos masas estelares (o luminosidades) a los halos de MOF, es remarcable el acuerdo que se logra entre la abundancia predicha de galaxias en función de su de masa estelar y la observada. 3.2. Formación y evolución de galaxias. El estudio de la estructura, subestructura, rotación e historia de ensamblaje de los halos de MOF fue el siguiente reto. La alta no linealidad del proceso dificultó las predicciones. Nuestro grupo en la UNAM participó activamente en este tipo de estudios. La relevancia de los mismos es que, por un lado, al comparar con las observaciones de nuestra galaxia y galaxias cercanas, sondeos al escenario pueden ser hechos a escalas galácticas y subgalácticas. Por otro lado, en el entendido de que las galaxias se forman y evolucionan en el interior de los halos de MOF, es crucial conocer a fondo las propiedades y ensamblaje de los mismos. La teoría de evolución de galaxias recibió un tremendo impulso con el escenario de MOF, sin embargo, aún está en pañales. A diferencia de la estructura a gran escala, en el caso de las galaxias no sólo importa la física gravitacional de la MO, sino que también los procesos hidro-termo-dinámicos del gas, su interacción gravitacional con la MO en el centro de los halos, la formación y evolución estelar y su efecto de retroalimentación sobre el gas, la física de los hoyos negros supermasivos y los núcleos activos así como su efecto de retroalimentación, etc. Como especialista en este campo, considero que el escenario de MOF- en general ofrece condiciones iniciales y de frontera correctas para formar poblaciones de galaxias similares a las observadas. Por ejemplo, como lo demostramos en trabajos en colaboración con C. Firmani, la relación observacional más estrecha del mundo de las galaxias, la que se cumple entre la luminosidad y la máxima velocidad de rotación de las galaxias de disco (Tully-Fisher), puede ser explicada como una consecuencia de la dinámica de los halos de MOF donde se forman las galaxias y ésta a su vez es consecuencia del espectro de potencias de las perturbaciones de MOF. En los siguientes años, el avance tanto teórico como observacional en el campo, está centrado justamente en consolidar una teoría de formación y evolución de galaxias y explorar a la luz de las observaciones cuan compatible es con el escenario cosmológico de MOF- subyacente. Al momento, han surgido potenciales problemas que sugieren alguna modificación a este escenario. Los más discutidos son: (1) los halos de MOF parecen ser más concentrados internamente que lo que se infiere de determinaciones dinámicas para ciertas galaxias; (2) el número y distribución por masas de las subestructuras dentro de halos galácticos (subhalos) parece ser diferente a la que trazan las galaxias satélites en la Vía Láctea y Andrómeda. Estos problemas pueden tener soluciones “gastrofísicas” o pueden desaparecer cuando las comparaciones entre predicción y observación sean más precisas. No obstante, pueden también estar indicando que en vez de fría (hasta las perturbaciones más pequeñas sobreviven), la MO es tibia (MOT; perturbaciones por debajo de una cierta escala no muy grande se borran). En colaboración con P. Colín y O. Valenzuela fuimos los primeros en explorar a fondo las consecuencias de usar MOT sobre la estructura y subestructura de los halos galácticos. La virtud de un escenario de MOT es que a escalas por encima a la del borrado (~109-1010 M), la formación de estructuras es casi idéntica al caso de MOF; sus predicciones exitosas se mantienen. Pero a escalas similares o menores, se disminuye radicalmente la abundancia de subhalos; además los halos galácticos resultan algo menos concentrados que en el caso de MOF. Actualmente se ha revivido el interés por el escenario de MOT. De igual manera, nuestro grupo y otros, hemos explorado el caso de que la MO sea ligeramente autointeractuante, en cual caso se afecta la estructura interna de los halos. Pero a todo esto, ¿qué es la materia oscura? Los astrofísicos y cosmólogos la usan de forma genérica e incluso, como acabo de mostrar, estamos intentando constreñir su naturaleza (fría, tibia, autointeractuante, etc.), pero ¿es viable su existencia? 4. Candidatos a materia oscura, su detección y alternativas En paralelo con los avances en astrofísica y cosmología, en la física de partículas se tuvo la necesidad de desarrollar extensiones supersimétricas del Modelo Estándar (MS). En estas teorías, cada partícula del MS tiene su compañera supersimétrica que no decae en partículas ordinarias, garantizando su estabilidad en términos de abundancia cósmica (a). Por otro lado, las partículas supersimétricas son neutras (b), no tienen carga de color (c), interactúan sólo por fuerza débil y gravitacionalmente (d), y su densidad de reliquia se establece en el Universo temprano, cuando la tasa de expansión excede a su tasa de aniquilación/creación y se desconectan del equilibrio térmico en el que estaban con las partículas del MS (d); dicha densidad, dada la sección eficaz de aniquilación en escala electro-débil, es alentadoramente del orden de la que se infiere en los sondeos cosmológicos para la componente de materia oscura en el Universo. Las condiciones (a)-(d) son las requeridas para candidatos de MO no-bariónica. Las partículas llamadas neutralino son la combinación lineal más ligera de partículas supersimétricas. En comparación con las partículas del MS, son masivas, m~10 Gev-TeV, ¡es decir corresponde a MOF! El concepto de MO no-bariónica fluyó por todas las vertientes, teniendo como principal candidato a los neutralinos o partículas similares (genéricamente llamadas WIMPs por “weakly interacting massive particles”, no vaya a pensar otra cosa). Ante tal éxito, obviamente surgió como reto mayor el poder detectar experimentalmente a dichas partículas. En eso están muchos grupos científicos en todo el mundo. Son tres las principales estrategias: (1). Detección directa en la Tierra del flujo de WIMPs, basada principalmente en procesos de dispersión elástica de estas partículas con los núcleos de ciertos elementos atómicos, mismos que se excitan. Se requieren blancos masivos y detectores de bajo fondo para evitar efectos de rayos cósmicos. Existen muchos experimentos bajo tierra o en minas de este tipo a la caza de partículas tipo WIMPs. Algunos de ellos (CREST-II y CoGeNT) han reportado recientemente observaciones de eventos de baja energía en exceso sobre fondos conocidos. Estas señales junto a la señal de modulación anual previamente reportada por el experimento DAMA/LIBRA podrían surgir de la dispersión de una partícula oscura ligera, <10 GeV. No obstante, otros experimentos reportan no haber detectado señal alguna de MO, tal es el caso de las colaboraciones CDMS Xenon10 y Xenon100, mismas que desfavorecen el espacio de parámetros sugerido por DAMA y CoGeNT. La búsqueda continúa. (2). Detección indirecta, basada en la observación de productos de aniquilación de los WIMPs (como ser rayos gamma, neutrinos y rayos cósmicos de antimateria) en objetos astronómicos de alta densidad. Por ejemplo, los neutralinos al ser partículas de Majorana, son ellas mismas sus antipartículas; entonces, en regiones densas hay cierta probabilidad de aniquilación en rayos gamma. El centro galáctico ha sido el principales blanco a observar en rayos gamma, tanto en el espacio (satélite Fermi) como con telescopios Cherenkov en tierra (HESS, VERITAS). La desventaja de este caso es la fuerte contaminación por fuentes astrofísicas, lo cual ha hecho polémica varias posibles detecciones de aniquilación de MO. Las galaxias enanas-satélites cercanas son otras potenciales fuentes de rayos gamma por aniquilación de MO. Hasta ahora no se ha detectado señales atendibles de este tipo. Recientemente se ha analizado datos del Fermi en búsqueda de emisión gamma extendida en cúmulos de galaxias donde la subestructura intensifica la emisión y la contaminación de fuentes astrofísicas es menos probable. El grupo de C. Frenk reporta resultados significativos al 4.4 en Virgo de emisión gamma que podría asociarse a aniquilación de partículas supersimétricas con masas de 20-60 GeV. Detecciones de anomalías en flujos de e+ (satélite PAMELA) y de e+e- (globo ATIC) han sido también reportados y propuestos como evidencia de aniquilación de MO pero pueden tener también otras explicaciones. El Observatorio Cherenkov HAWC en la Sierra Negra en México detectará productos de rayos gamma de altas energías (>300 GeV –TeV) que podrían estar asociados a aniquilación de MO. (3) Producción de partículas de MO en colisionadores de partículas; a muy altas energías, se puede dar la producción de partículas supersimétricas en procesos de decaimiento de partículas ordinarias acompañados de la producción de otras partículas ordinarias, mismas que serían las que se detectan. Además, tal como se está estudiando con el LHC, se podrá comprobar o no la validez de las teorías supersimétricas en sí. Alternativas.- La actividad de detección de MO es muy intensa actualmente y aún no hay un resultado contundente. Propuestas más exóticas como los campos escalares o sectores oscuros han sido desarrolladas; en México, T. Matos y A. de la Macorra han hecho propuestas interesantes al respecto. Por otro lado, la comunidad científica piensa cada vez más seriamente en un enfoque alternativo al problema de la MO, donde más que introducir una nueva componente física, se propone que las leyes de la gravitación se modifican a escalas grandes y/o valores de la aceleración gravitacional por debajo de un cierto umbral. Desde un punto de vista de la RG, las teorías extendidas de gravitación proponen la intensificación del sector geométrico y suponen la posibilidad que otros invariantes de curvatura podrían contribuir a la dinámica. La propuesta de modificación a la dinámica newtoniana se centró básicamente en plantear la modificación de tal manera que reproduzca las evidencias dinámicas de MO a nivel de sistemas astrofísicos (curvas de rotación de galaxias, dispersión de velocidades en cúmulos, etc.). Las propuestas de extensión de la RG, se centraron en escala cosmológica y en la posibilidad de explicar la expansión acelerada del Universo. Ningún modelo de gravedad modificada o extensión de la RG ofrece por el momento un cuadro tan autoconsistente a nivel de dinámica de objetos astrofísicos, cosmología y formación de estructuras cósmicas como el escenario de MOF con constante cosmológica. 5. Conclusiones En los últimos 20 años, en el seno de la astronomía, se han disparado las condiciones de una nueva revolución científica: (1) Los sondeos cosmológicos indican que 95.5% de la densidad de materia-energía en el Universo actual tiene una naturaleza invisible, ya sea en forma de materia oscura (22.5%) o de energía oscura (73%). La materia bariónica es sólo el 4.5% (de esa fracción sólo un 10% está en forma de estrellas y gas en sistemas colapsados; el restante 90%, los “bariones perdidos”, se empieza a descubrirlo en forma de gas tibiocaliente de baja densidad en el medio intergaláctico). (2) Las observaciones astronómicas evidencian fuerzas faltantes a escalas de galaxias, grupos y cúmulos de galaxias que tienen que ser atribuidas a la gravedad producida por enormes concentraciones (halos) de MO no bariónica. Estudios basados en lentes gravitatorias confirman dichas conclusiones. En las galaxias, la materia luminosa constituye menos del 5% de toda la masa del sistema. Figura 1. Escenario cosmológico de MOF- donde la MOF (o MOT) es ingrediente clave para explicar (1) las anisotropías de la RCF, (2) la estructura a gran escala (telaraña cósmica) del Universo, (3) la formación de galaxias y (4) la dinámica interna de las galaxias y cúmulos de galaxias. (3) La formación de galaxias requiere que las perturbaciones primigenias hayan estado dominadas por MO no bariónica de tipo fría o tibia. En el contexto de dominio de MOF (o MOT) y dentro de una cosmología estándar (RG + Gran Explosión), las perturbaciones primigenias son totalmente consistentes con las anisotropías de la RCF y las predicciones de formación de estructuras a gran escala describen excepcionalmente bien las observaciones astronómicas. El escenario cosmológico de MOF (o MOT) con constante cosmológica ofrece un marco único para modelar la formación y evolución de galaxias y su ulterior confrontación con las observaciones, aspecto que se constituye en el ingrediente más fino para consolidar un posible nuevo paradigma del micro y macrocosmos. Los tres aspectos mencionados han conducido al desarrollo de un escenario cosmológico y cosmogónico llamado de MOF (o MOT) con constante cosmológica (Fig. 1). El mismo implica la existencia de una componente material invisible dominante que podría corresponder a partículas predichas en las teorías de supersimetría. Su detección es prioridad a nivel de experimentos directos, indirectos (astrofísicos) y en el LHC. La constante cosmológica podría ser remanente del vacío primigenio o una constante fundamental asociada a la parte geométrica de las ecuaciones de campo de Einstein. De descartarse la existencia de nuevas componentes físicas en el Universo, las propuestas de modificación a la gravedad newtoniana, de extensiones a la RG, de multidimensiones y otras tendrán que recibir mayor atención. No obstante, cualquier propuesta debe tener en cuenta que el problema de la MO tiene múltiples vertientes y por ende debe ser tratado de manera integral, desde aspectos cosmológicos hasta los dinámicos en objetos astrofísicos, pasando ineludiblemente por la conexión entre ambos: la formación y evolución de estructuras cósmicas.