"fuerza mayor" y "caso fortuito"

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ASESORIA JURIDICA
Contribuyendo a la gobernabilidad democrática de Costa Rica desde 1953
AJ-212-2015
8 de marzo del 2015.
Asunto: definición de los términos "fuerza
mayor" y "caso fortuito" desde un punto
de vista jurídico.
Ref: Correo Electrónico de fecha 07 de
mayo del 2015.
Licenciada
Sandra Quiros Alvarez
Directora
CECADES
Estimada Señora
Con la aprobación de la señora Directora de esta Asesoría Jurídica, damos
respuesta a su correo electrónico de fecha 7 de mayo del presente mediante el
cual nos solicita definir los términos "fuerza mayor" y "caso fortuito" desde un
punto de vista jurídico.
Según la interrogante surge a raíz de la aplicación de lo normado mediante el
artículo 14 de la resolución DG-135-2013 el cual indica:
“Artículo 14. De cada actividad de capacitación organizada y
ejecutada en el ámbito del Subsistema deberá informarse al
CECADES acerca de:
a) la evaluación general de la actividad,
b) la evaluación de los facilitadores y
c) la evaluación de los participantes.
Los resultados de tales evaluaciones se presentarán al CECADES
dentro de los 30 días naturales posteriores a la conclusión de la
actividad, junto con los correspondientes certificados de participación
o aprovechamiento para los participantes y el certificado del
facilitador, salvo razones de fuerza mayor o caso fortuito
Correo electrónico: [email protected] Página electrónica: www.dgsc.go.cr
Teléfono: 2586-8312 / Fax 2586-8311 Apartado Postal 3371-1000 San José
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debidamente justificado por el superior del funcionario o servidor
responsable de la actividad.” (resaltado no corresponde al original).
A tenor de la terminología doctrinal más básica tendríamos que con las palabras
“caso fortuito o fuerza mayor” se designa el impedimento que sobreviene para
cumplir una determinada obligación, debido a un suceso extraordinario ajeno a la
voluntad.
Ahondando en dichos significados y aún cuando tradicionalmente “la fuerza
mayor” ha sido uno de los conceptos más abordados tanto por la doctrina como
por la jurisprudencia, existe una amplia multiplicidad de acepciones entorno a la
noción.
Indica el Doctor Jinesta Lobo citando al profesor Víctor Pérez: “La Fuerza mayor
por antonomasia, es un hecho de la naturaleza previsible por el hombre pero
inevitable”1. A esto agrega el autor, “La fuerza mayor es un suceso que está fuera
del circulo de actuación del ente público obligad, que no es previsible o siéndolo
es inevitable”.2
Distinta a estas definición es la que en su momento sostuvo el Profesor Ortiz Ortiz,
cuya obra define fuerza mayor como:
“el hecho extraño al autor y fuerza de su control, de acaecimiento
irresistible o inevitable, que se erige en impedimento invencible o no
superable para el nacimiento o cumplimiento de la obligación. Si se
da una fuerza mayor no hay relación de causalidad con el presunto
autor, que en definitiva resulta no serlo”3
El mismo autor, pero en un titulo distinto define fuerza mayor como: "Fuerza mayor
significa aquí hecho imprevisible, o irresistible, totalmente externo a la cosa o la
empresa del responsable, ajena a los riesgos normales creados por la empresa
dentro de los cuales éstas, por su propio giro, se desenvuelven."
1
Jinesta Lobo, Ernesto. (2005).Tratado de Derecho Administrativo. Tomo II.
1 ed. Medellín. Biblioteca Jurídica Dike pp107.
2
Jinesta Ibidem pp 223
3
Ortiz Ortiz., Eduardo, (1995). Expropiación y Responsabilidad Públicas, San José, Editorial LIL,
Pp. 123.
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Como se desprende de las citas expuestas, no existe consenso en relación al
tema de la fuerza mayor, salvo en el elemento relativo a la inevitabilidad del
resultado.
Ahora bien, un hecho que interesa destacar, es que en la primera definición
transcrita, se da un papel preponderante a la caracterización de fuerza mayor
como un hecho de la naturaleza, mientras que en la definición ofrecida por Ortiz
no hace referencia expresa a esto, sin necesidad de concluir que la excluye. Sin
embargo, los elementos aportados en sus caracterizaciones por el profesor Ortiz
son más acordes a la posición adoptada por la Procuraduría General de la
República4 en relación con la figura, sobre la cual indica:
“la fuerza mayor es causal de inimputabilidad del daño a la
Administración: se entiende por este aquella consecuencia que no era
previsible dentro de las actividades normales desarrolladas por el
agente o la organización; siendo por ende anormal a las previsiones
posibles y que, además, resulta en todo caso irresistible”.
Por su parte tenemos que la definición de “Caso Fortuito” expresado en su
discurso el Dr. Jinesta lo caracteriza como: “un hecho humano de carácter
imprevisible e inevitable, al ser su elemento definitorio la imprevisibilidad, implica,
necesariamente, verificar la existencia o no de una falta subjetiva, por el sujeto
activo responsable, esto es, si antes de la producción del daño actúa con la
diligencia media o la de un buen padre de familia”.5
En Orden con la definición el magistrado Jinesta indica:
‘’Es evidente que si para la responsabilidad administrativa no
interesan, en tesis de principio y salvo para la hipótesis de falta
personal impura – responsabilidad solidaria del funcionario con el
ente público respectivo-, los criterios de imputación subjetivos –dolo y
la culpa-, el caso fortuito no tienen ninguna relevancia o utilidad
práctica”.6
Tal afirmación encuentra sustento en el tanto la definición de caso fortuito ofrecida
por el autor, comprende un elemento clave, este es que el caso fortuito refiere a
4
Procuraduría General de la República. Dictamen C-326 2005.
Jinesta Lobo. Ibidem. Pp 195
6
Jinesta Lobo. Ibidem. Pp 198
5
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un hecho humano, lo que supone una conducta desplegada por un funcionario
público.
Tal conducta está sujeta a un examen para verificar si en la misma existió o no
una falta al deber de cuidado por parte del funcionario. De esto se desprende que
en los supuestos de caso fortuito, se presenta un daño producido por la
administración, el cual en un sistema de responsabilidad objetiva o por el hecho es
siempre objeto de indemnización.
Lo que se entiende es que en un régimen de responsabilidad objetiva, en el que lo
que importa es la producción de una lesión antijurídica, no es relevante para
efectos de la indemnización administrativa, que el hecho se haya producido con
dolo (animo de dañar) o culpa (falta al deber de cuidado, impericia, etc.), esto en el
tanto, ante los dos supuestos, en virtud del artículo 190, la administración tiene
obligación de indemnizar, pues se indemniza tanto en los supuestos de
funcionamiento normal o anormal, lícito e ilícito.
Atendiendo a lo apuntado hasta el momento, es necesario señalar que
corresponde a la administración y no al administrado, demostrar, si es que así
procede, que en el caso particular haya concurrido una causal eximente de
responsabilidad, es decir, que para efectos procesales la carga de la prueba en
relación con lo eximentes de responsabilidad recae sobre el Estado.
Así las cosas en caso de que se discuta la responsabilidad del Estado,
corresponde al administrado demostrar que se produjo el daño, mientras que en
caso de así alegarlo correspondería a la Administración demostrar que concurre
una causal eximente de responsabilidad.
Sin otro particular al respecto, y reiterándole mi atento saludo, suscribe;
Atentamente,
Original Firmado {Licda. Andrea Brenes Rojas
Licenciada Andrea Brenes Rojas
ABOGADA
ABR/AMRR
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