Recursos Pesqueros - Universidad de Alcalá

Anuncio
1
Gestión de Recursos Naturales
Recursos Pesqueros (Apuntes)
Carlos Mario Gómez
Universidad de Alcalá
Introducción. El modelo básico de Schaefer de explotación pesquera. Análisis estático
vs análisis dinámico. Los problemas del libre acceso. Objetivos e instrumentos de la
política pesquera.
Entonces Dios dijo, “Hagamos al hombre a su imagen y
semejanza y démole el dominio sobre los peces del mar y los
pájaros del aire, sobre los rebaños y sobre toda la tierra, y
sobre todas las criaturas que sobre ella se muevan”.
Genesis, 1.26
10.1. Introducción
Durante muchos siglos se consideró que los océanos eran una fuente inagotable de
riqueza y que su capacidad de regeneración espontanea era muy superior a nuestra
demanda de recursos marinos. Todo esto se tradujo en prácticas de pesca más acordes
con la minería y la captura de los “dones gratuitos” que nos brinda la naturaleza, que
con la idea de que los mares constituyen una fuente limitada de alimentos y materias
primas cuya capacidad de regeneración debe preservarse con criterios de escasez
económica.
Con el paso del tiempo, hemos sido testigos de los límites de los recursos marinos y,
paulatinamente, la humanidad ha cobrado conciencia de que los mares constituyen uno
de los recursos de propiedad común más extensos del planeta. Así, las nuevas
tecnologías de explotación pesquera, el aumento de la demanda resultante del
crecimiento de la población y de su poder adquisitivo, la navegación cada vez más
intensa y el vertido de residuos, han puesto de manifiesto la necesidad de conservar los
activos marinos como requisito para mantener en el futuro el acceso a los mismos.
También, poco a poco, se ha ganado conciencia de los desafíos que supone la gestión de
un recurso, como las aguas internacionales o las llamadas zonas de exclusión
económica, regulados por acuerdos internacionales o por limitaciones de acceso
difíciles de definir y de poner en práctica.
Algunos datos pueden ilustrar esta situación. Así, entre 1970 y 1990 la flota pesquera
mundial pasó de 585.000 barcos a 1,2 millones, y en los cinco años siguientes el
número de embarcaciones continuó creciendo exponencialmente hasta alcanzar, en
1995, los 3,5 millones. Si el número de barcos se multiplicó por 6 en 25 años, mayor
aun fue el crecimiento de la capacidad de capturas, por múltiples razones. Así, por
ejemplo, la pesca artesanal cedió terreno frente a los barcos de mayor tamaño, más
adecuados para la pesca de altura. El tamaño de las redes aumentó considerablemente,
del mismo modo que también aumentaron la velocidad, la autonomía, la capacidad de
procesamiento y congelación de los barcos ha ido en aumento, etc., y se produjo una
1
Gestión de Recursos Naturales
2
mejora sustancial en las tecnologías de localización de bancos. En resumen, el
equipamiento de la industria pesquera aumento aceleradamente tanto en términos
cuantitativos como cualitativos.
Sin embargo, lo más sorprendente de todo es que, a pesar de la capitalización acelerada
de la industria pesquera, en los mismos 25 años, el nivel de capturas apenas aumentó de
20 a 26 millones de Toneladas de Registro Bruto (TRB), con un máximo cercano a los
100 millones en 1989. Resulta paradójico que una multiplicación por 6 en el número de
barcos a la par que un acusado avance en sus tecnologías de explotación sólo se
traduzca en un aumento del 30 por ciento en el volumen sostenible de capturas.
Visto con perspectiva histórica, es difícil entender tanto entusiasmo inversor en una
industria tan ruinosa. Efectivamente, las consecuencias financieras de esta
capitalización tan poco efectiva son fáciles de prever. Así, según un informe de la FAO
(1995), los costes anuales de mantener la flota pesquera rondan los 92.000 millones de
dólares anuales mientras que el valor de la pesca desembarcada sólo llega a los 70.000
millones; las pérdidas que esto supone se cubren, en gran parte, con subvenciones y, en
última instancia, suponen un lastre para las demás actividades económicas.
La evolución mundial de la industria pesquera también tiene una traducción directa en
los ciclos de auge y depresión de las pesquerías en aguas continentales Así, como
estudió, por primera vez Gordon 1954, este tipo de pesquerías parecen ajustarse a una
pauta común de auge y depresión. Después de experimentar un período de auge, en el
que se producen ganancias elevadas, las comunidades locales de pescadores y las
actividades asociadas de transformación parecen condenadas a entrar en una etapa de
declive que sólo termina cuando se alcanza una situación estable, con una elevada
capacidad, pero con volúmenes de pesca tan reducidos que sus ingresos económicos no
son suficientes en la mayoría de los casos para cubrir los costes de operación. Así,
según la FAO un 44% de los caladeros en aguas continentales se hallan muy
explotados, un 16% explotados en exceso y un 6% están agotados.
El primer objetivo de este capítulo es utilizar las herramientas del análisis económico
para entender los motivos que conducen a las situaciones, tan absurdas como reales, de
sobrecapitalización y de empobrecimiento simultáneo de los caladeros y de los
pescadores. En segundo lugar, en este capítulo también perseguimos un propósito
normativo. Deseamos identificar cuál debe ser el objetivo de la actividad pesquera, lo
que equivale a responder dos preguntas estrechamente relacionadas entre sí: por una
parte, cuánto debe dejarse en el mar en cada momento del tiempo; o, en otras palabras,
que parte de la biomasa acumulada debe conservarse como fondo de capitalización
biológica; y, por otra, cuánto debe capturarse en cada momento; es decir cuál ha de ser
el flujo de pescado de la naturaleza al sistema económico. La respuesta a esta pregunta
nos permitirá juzgar las situaciones mencionadas arriba. En tercer lugar, también nos
proponemos discutir las alternativas de política pesquera que pueden reconducir las
situaciones anteriores, acercándolas a las que caracterizan una explotación óptima desde
el punto de vista económico.
2
3
Gestión de Recursos Naturales
10.2 El Modelo Básico de Explotación Pesquera
Desde los años 50 se han publicado múltiples artículos y textos que han tratado de
extender y refinar la teoría económica de la explotación de recursos marinos. Las ideas
centrales de esta teoría, que constituyen el núcleo central de este capítulo, han servido
también para desarrollar múltiples trabajo empíricos que permiten entender la dinámica
biológica de las distintas especies que son objeto de una explotación comercial ,así
como el modo en que las decisiones económicas de captura y conservación de los
caladeros afectan los ritmos biológicos de reproducción de las mismas. Estos estudios
también han tenido un impacto notable en el modo de gestionar los caladeros de pesca y
han servido para precisar los objetivos de la política pesquera, así como para diseñar
instrumentos de regulación que sean efectivos para contrarrestar los problemas del libre
acceso.
La literatura moderna sobre economía de la pesca empieza con el trabajo del biólogo
M. B. Schaefer (1954), quien aplicó sus teoría a diversas especies comerciales; casi
inmediatamente, H. S. Gordon (1954), retomó las ideas de Schaefer para refinarlas y
presentarlas como un modelo económico. Gordon, además, trató de explicar por qué
razón las pesquerías maduras tienden a estar equipadas con barcos y aparejos obsoletos,
a funcionar con rentabilidades bajas, cuando no negativas, y a obtener un nivel de
capturas que no es más que una pequeña fracción de lo que obtenían en sus primeros
años.
Los problemas identificados por Gordon, están relacionados con el libre acceso a los
caladeros de pesca. Por ese motivo, el modelo Schaefer-Gordon, se ha convertido en la
principal herramienta de análisis de la gestión de recursos pesqueros y, aparte de
múltiples aplicaciones empíricas, ha permitido una amplia gama de desarrollos
teóricos1. En este apartado presentamos, en primer lugar, algunas ideas básicas que
permiten entender la dinámica puramente biológica de las poblaciones de peces, lo que
nos permitirá, en segundo lugar, entender el modo en que un cierto nivel de capturas
afecta dicho comportamiento biológico. Con esos dos elementos podemos avanzar en la
discusión sobre los criterios de gestión sostenible desde el punto de vista económico y
caracterizar los problemas que ocasiona la existencia del libre acceso. Como hemos
insistido en otros capítulos, estos modelos básicos no son tan útiles por su capacidad
para describir situaciones reales, como porque sirven para entender los problemas de la
explotación pesquera y para definir con relativa precisión los criterios y objetivos que
deben guiar la intervención pública en ese sector; aparte de esto el modelo básico es una
herramienta analítica que puede extenderse en muchas direcciones, algunas de las
cuales consideraremos en los últimos apartados del capítulo.
10.1.1 Biología de poblaciones de peces:
1
Como ejemplo de estos últimos vale la pena mencionar la contribución de Colin Clark (1973), quien identificó en la
tasa de descuento y en la dependencia del coste medio del tamaño del stock, los dos factores que pueden explicar las
situaciones extremas en las que la sobrexplotación puede conducir a la extinción de especies.
3
Gestión de Recursos Naturales
4
El activo formado por los caladeros de peces es, en primer lugar, un recurso biológico
con sus pautas y ritmos naturales de reproducción. Para estudiar esta dinámica natural,
supongamos una cierta población de peces en una zona del mar con acceso a un flujo
constante de alimentos, básicamente de plancton, por el que eventualmente los peces
compiten con otras especies.
Si sobre dicha población no se ejerce esfuerzo alguno de pesca, la población de peces
tenderá a capitalizarse en la forma de biomasa. Intuitivamente podemos admitir que, si
el espacio o los alimentos disponibles no suponen una limitación, la tasa de natalidad de
esta población dependerá exclusivamente del número de individuos en edad adulta, y lo
mismo podemos decir de la tasa de mortalidad . Si, como es previsible, los nacimientos
superan a las muertes, la población crecerá exponencialmente a una tasa igual a la
diferencia entre la tasa de natalidad y la tasa de mortalidad. Esta tasa de crecimiento,
hipotética, ya que hemos admitido que el medio ambiente no impone límites al
crecimiento poblacional, se suele denominar tasa intrínseca de crecimiento.
Sin embargo, ninguna población de seres vivos puede crecer hasta infinito, en algún
momento, el espacio, los predadores y/o el flujo de alimentos, supondrán una limitación
para el crecimiento poblacional y, tarde o temprano, las limitaciones ambientales harán
que la tasa de crecimiento empiece a disminuir por debajo de la tasa intrínseca de
crecimiento. A medida que se va saturando el ecosistema del que depende la población
de peces, esta crecerá a un ritmo cada vez más lento, agudizando la competencia con
otras especies, absorbiendo completamente el flujo de alimentos, etc. Hasta alcanzar un
equilibrio ecológico Así, cuando se alcance este equilibrio, la biomasa acumulada en
forma de pescado alcanzará un nivel máximo que se denomina capacidad de carga del
ecosistema.
4
5
Gestión de Recursos Naturales
BIOMASA
(toneladas)
Figura 10.1
Curva de Crecimiento Biológico
de un Banco de Peces
Capacidad de
Carga (KM)
TIEMPO
Esta forma simplificada de caracterizar la evolución de un recurso biológico renovable
se puede representar mediante una curva logística como la que aparece en la Figura
5
Gestión de Recursos Naturales
BIOMASA (tn.)
6
10.1. Esta curva muestra la dinámica de
la población de peces, medida en
toneladas de biomasa (o de TRB),
como un recorrido entre dos puntos
extremos: desde la situación en que una
población pequeña respecto al entorno
crece a una tasa máxima (es decir a la
tasa intrínseca de crecimiento), hasta el
punto en que la población es muy se
estabiliza en la capacidad de carga. Por
utilizar un símil malthusiano, podemos
decir que todos los puntos intermedios
de la Figura 10.1 reflejan la tensión
entre dos fuerzas contradictorias: “el
instinto de reproducción” (o la tasa
intrínseca de crecimiento) y la “avaricia
de la naturaleza” (o la capacidad de
carga del ecosistema).
Figura 10.2
Curva de Crecimiento Bilógico Cuando
Existe un Tamaño Mínimo Viable de la
Población de Peces
Capacidad de
Carga (KM)
Tamaño Crítico
Mínimo Kn
En el caso más simple representado en
la Figura 10.1, existen dos equilibrios
biológicos, el primero cuando la
población es cero, y el segundo cuando
se alcanza la capacidad de arrastre.
Puede, sin embargo, darse el caso de que la existencia de una especie no sea condición
suficiente para que ésta se instale en una dinámica de crecimiento que la lleve a su
tamaño máximo. Esto es lo que ocurre cuando la supervivencia de una especie exige un
tamaño mínimo de la población, capaz, por ejemplo, de defenderse efectivamente frente
a los predadores naturales o de eliminar el cruce de ejemplares de la misma familia.
Este hecho, la existencia de un tamaño mínimo viable de la población de peces,
significará que entre la población cero, y la capacidad de carga existirá un tercer punto
de equilibrio como el que se muestra en la figura 10.2. Este punto de equilibrio será, sin
embargo, inestable ya que bastará con que nos apartemos levemente de él para que la
población tienda bien al crecimiento estable o bien a la extinción.
TIEMPO
Supongamos, sólo por simplificar, que para que la población empiece a crecer no se
requiere nada más que la existencia de la propia especie. Esta circunstancia: una
población mínima viable muy próxima a cero, como veremos más adelante, no
modificará en nada nuestras conclusiones sobre lo que debe ser una buena gestión de los
recursos pesqueros. Hasta ahora hemos identificado las situaciones naturales de
equilibrio (en las que no intervienen las decisiones humanas), a continuación trataremos
de identificar lo que entendemos por situaciones de equilibrio económico; es decir, en
las que se ejerce un cierto esfuerzo de pesca sobre los caladeros.
10.2.2. Economía de Poblaciones de Peces.
6
7
Gestión de Recursos Naturales
Un buen punto de partida, para cruzar la frontera entre la biología y la economía,
consiste en preguntarnos ¿qué criterios debe cumplir la gestión de una pesquería para
que podamos calificarla de económicamente sostenible?. Estos criterios son,
básicamente, dos: en primer lugar, la pauta de explotación debe ser biológicamente
sostenible y, en segundo lugar, la pauta de explotación debe ser racional desde el punto
de vista de los costes. A continuación trataremos de aclarar estas dos criterios.
Definamos, en primer lugar, lo que entendemos por sostenibilidad biológica. Así, un
patrón de capturas (es decir un volumen anual de biomasa capturada año tras año), es
biológicamente sostenible si puede repetirse indefinidamente, generación tras
generación. Partiendo del análisis anterior, podemos decir que el crecimiento anual del
stock de peces depende del tamaño de la población; esto es lo que representa la Figura
10.3. Si, cada año, se captura una cantidad igual al aumento biológico de la biomasa
acumulada la población se mantendrá constante, su capacidad de crecimiento biológico
también se mantendrá estable y, en consecuencia, en nuestro modelo simple, nada nos
impedirá repetir el mismo nivel de captura durante todos los años siguientes. Esto es
precisamente lo que ocurre en todos los puntos de la curva representada en la Figura
10.3. Todos esos puntos corresponden a situaciones de equilibrio entre el crecimiento
biológico y el nivel de capturas lo que conduce a que, año tras año, el stock permanezca
estable.
7
Gestión de Recursos Naturales
8
En los casos anteriores nos situamos en el equilibrio biológico desde el principio.
También puede ocurrir también que nuestras decisiones de pesca no mantengan estable
Figura 10.3
Análisis Biológico de la Recursos Pesqueros
Crecimiento Biológico
Capturas
Rendimiento Máximo
Sostenible (MRS)
h
B
A
K1
K2
la cantidad de biomasa actual pero que, con el paso del tiempo, si nos conduzcan a una
situación de equilibrio. En ese caso el patrón de capturas también será sostenible.
Supongamos, para ilustrar esta segunda posibilidad con la ayuda de la Figura 10.3, que
deseamos saber cuándo es sostenible un nivel de capturas. En primer lugar, de lo
anterior podemos deducir que nunca será sostenible un nivel de capturas superior a la
máxima reproducción posible del stock de pescado; es decir, en la figura, si se mantiene
año tras año un nivel de extracción superior al Máximo Rendimiento Sostenible (MRS),
todo eso llevará a la extinción del recurso. En segundo lugar, si el volumen de pesca es
inferior al ritmo de reproducción biológica, el stock de pescado crecerá y viceversa; esto
es lo que significan todas las flechas horizontales de la Figura 10.3. En tercer lugar,
8
9
Gestión de Recursos Naturales
cada nivel de capturas, sostenido en el tiempo, conducirá a un equilibrio, que será
distinto según el tamaño inicial del stock de pescado; por ejemplo, supongamos que
cada año, cueste lo que cueste, se extrae una cantidad de pescado igual a h; si el stock
de pescado es muy pequeño (inferior a K1), esta práctica nos llevará a agotar el caladero
de pesca; si por el contrario, el stock es suficientemente grande (superior a K1),
estaremos en presencia de una pauta sostenible de pesca que terminará por convertirse
en una situación de equilibrio cuando la tasa de crecimiento biológico se iguale a el
volumen de pesca (lo que ocurre en K2 , adonde, como muestra el gráfico, podemos
llegar por dos caminos). Cómo se puede ver, existen infinitas pautas de explotación
biológicamente sostenibles, y esto es precisamente lo que representa la curva de la
Figura 10.3.
Hasta ahora sólo hemos tomado en consideración el efecto que tiene el nivel de capturas
sobre el crecimiento biológico de stock de pescado, lo que nos ha servido para definir
todas las pautas de captura que son biológicamente sostenibles. Veamos ahora lo que
significa el criterio de racionalidad económica de una pauta sostenible de pesca. Los
ejemplos mencionados nos han servido para demostrar que podemos capturar la
cantidad de pescado h y encontrarnos en dos situaciones posibles de equilibrio. El punto
A, si el stock es K1, o el punto B si el stock inicial es suficientemente grande. ¿Cuál de
esos dos puntos de equilibrio es preferible?. Desde el punto de vista económico la
respuesta a esta pregunta es clara: es mejor el punto B, porque en él el stock de pescado
es mayor y, en consecuencia, la captura del mismo nivel de pescado, año tras año,
exigirá un menor esfuerzo en términos de barcos, de jornadas de trabajo, de costes de
localización, etc. Aunque en ambos casos, se puede garantizar la misma cantidad de
pescado para hoy y para el futuro, en el punto B los costes son sensiblemente inferiores
y, en consecuencia mayores son los beneficios económicos y, además, se conserva una
mayor cantidad de peces en el agua. En resumen, uniendo los dos reglas básicas de
gestión económica: la pesca nunca debe superar establemente el máximo rendimiento
sostenible y la biomasa de los caladeros se debe conservar siempre en un nivel superior
al que garantiza el máximo crecimiento biológico. En otras palabras, la economía de los
recursos nunca recomendará una pauta de explotación que nos conduzca a un equilibrio
que no se encuentre sobre el tramo más grueso de la curva de la Figura 10.3.
10.2 La eficiencia económica en el modelo Schaefer-Gordon
Hasta ahora hemos definido dos criterios básicos de gestión de recursos: la
sostenibilidad biológica y la racionalidad desde el punto de vista de los costes de la
actividad pesquera. Esto nos sirvió para acotar un conjunto de situaciones deseables de
equilibrio. Ahora podemos dar un paso más y tratar de averiguar cuál de las situaciones
económicamente sostenibles es la mejor. Esta pregunta nos obliga a introducir
consideraciones de eficiencia y, concretamente, a considerar conjuntamente los costes y
beneficios de la pesca.
9
Gestión de Recursos Naturales
10
En primer lugar, podemos considerar el valor económico de las capturas. Este valor,
asumiendo un mercado competitivo, es igual al precio multiplicado por el total de
Figura 10.4
La Eficiencia Económica en el
Modelo Shaeffer-Gordon
Costes y Beneficios
Solución de
Libre Acceso
Beneficio Máximo
Sostenible (BMS)
Solución
óptima
h
K1
K2
pescado capturado. Esto es lo que en la figura 10.4 se denomina beneficios de la pesca.
En segundo lugar, debemos tomar en consideración el coste de oportunidad de la
actividad pesquera. Una forma práctica de definir este coste es apelando al concepto de
unidades de esfuerzo. Por unidades de esfuerzo se puede entender un número de barcos
homogéneos, dotados de una tripulación y unas artes similares de pesca, o bien, en una
definición más flexible, una determinada cantidad de energía o de trabajo utilizado.
Supongamos que, en nuestro modelo, las unidades de esfuerzo se concretan en un
número de barcos desplazados, año tras año en el mismo número, a la zona de pesca.
Admitamos también, por simplificar, que estamos tratando de definir el número de
10
11 Gestión de Recursos Naturales
barcos que deben enviarse a un caladero recién descubierto en el que, por tanto, la
biomasa es la máxima posible. Si son pocos los barcos, estos obtendrán unas capturas
elevadas, que irán disminuyendo hasta que se alcance una situación de equilibrio; en
cuanto mayor sea el número de barcos mayor será la disminución del stock original y
menor será el nivel sostenible de biomasa. La parte inferior de la figura 10.4 muestra
esa relación decreciente entre el número de barcos, y la biomasa de equilibrio; la
pendiente de la curva refleja que, a medida que se reduce la pesca, las faenas se hacen
menos productivas, las capturas se hacen más difíciles y el aumento en el número de
barcos afecta menos a la biomasa remanente. Todo esto puede traducirse en una curva
creciente de coste total, como la que se representa en la Figura 10.4.
Con estos elementos es fácil obtener la pauta óptima de explotación pesquera. Esta será
la que otorgue los beneficios netos más elevados para el conjunto de la sociedad.
Gráficamente, esta solución corresponde al punto OS, ya que llegados a esa situación no
compensa enviar un barco más a la zona: su coste de oportunidad será mayor al
aumento que obtendríamos en los beneficios de la actividad pesquera. Aumentar el nivel
de esfuerzo no es justificable desde el punto de vista económico ya que, aunque
aumente el ingreso total, debido al menor tamaño de la población, este aumento de los
beneficios no será suficiente para compensar el aumento del coste de oportunidad del
esfuerzo. Tampoco resulta conveniente disminuir el nivel de esfuerzo, ya que esto se
traducirá en un ahorro de costes inferior a los ingresos que se pierden como resultado
del menor nivel de capturas. En definitiva, la mejor solución económica se obtiene
cuando el ingreso marginal sostenible iguala al coste marginal de las unidades de
esfuerzo.
Esta solución simple, que matizaremos más adelante, nos permite extraer varias
conclusiones importantes. En primer lugar, siempre que el coste de la actividad
pesquera sea positivo, nos deberemos situar en el intervalo decreciente de la curva de
beneficios; la lógica de este razonamiento es simple; si con menos esfuerzo y
conservando la población de pescado, podemos obtener el mismo rendimiento que con
una población baja y un gran esfuerzo de pesca; lo razonable será obtener siempre el
nivel de capturas al menor coste posible. En segundo lugar, como consecuencia de lo
anterior, cualquiera que sea la solución económica que resulte de nuestro análisis esta se
debe encontrar cuando el nivel de población es superior al que garantiza el máximo
rendimiento sostenible; en otras palabras, no sólo igualar la extracción al máximo
rendimiento sostenible es injustificable desde el punto de vista económico, sino que,
además, la economía adopta en general una postura más conservacionista que la
biología marina, ya que reconoce los beneficios de mantener elevada la población de
pescado. Estas dos primeras conclusiones ya estaban implícitas en el razonamiento del
apartado anterior. En tercer lugar, aunque la solución anterior es la solución deseable
desde el punto de vista económico, en una economía de mercado completamente libre
esta solución es muy improbable.
10.4. La solución de libre acceso.
11
Gestión de Recursos Naturales
12
El principal resultado de Gordon (1957) consiste en afirmar que en una situación de
libre acceso el esfuerzo de pesca tiende a un equilibrio biológico en el que el ingreso
total iguala al coste total de la actividad de pesca. En otras palabras, la renta económica
se disipa con la entrada de nuevos pescadores, la razón es relativamente simple; si el
nivel de esfuerzo es inferior a Ela; existirán beneficios positivos de la actividad
pesquera y nuevos pescadores se verán atraídos a la zona; a su vez estos nuevos
pescadores disminuirán el beneficio total sostenible disipando las ganancias de modo
que, a medida que se cierra la brecha entre los beneficios y los costes, desaparecen
paulatinamente los incentivos para la incorporación de nuevos pescadores. En su
conjunto la situación de libre acceso conduce a que ninguno de los pescadores
potenciales tenga incentivos para conservar la población de pescado en un nivel
elevado, ya que esto sólo puede representar un privilegio para los pescadores que
actualmente están operando en la zona. La entrada de nuevos pescadores, con la misma
tecnología de los anteriores.
En este caso nos encontramos ante un caso particular de externalidades. La entrada de
un nuevo barco a la zona impone un coste sobre los demás barcos, ya que reduce el
stock disponible de pescado, y, en consecuencia, aumenta el coste unitario de todos los
barcos de la zona (o hace menos efectivo el esfuerzo que despliega cada uno de los
barcos).
La situación de la pesca mundial no puede ser más paradójica. La capitalización y el
aumento sostenido del esfuerzo de pesca disminuyen el volumen de biomasa disponible,
haciendo necesario un esfuerzo cada vez mayor para obtener el mismo nivel de
capturas.
Así, mientras los costes de producción crecen y disminuye la rentabilidad de las
empresas, la actividad continúa en aumento y prosigue la disminución de la pesca. En
estas condiciones no resulta extraño que algunos autores (p. Ej. Pampillon, 1996)
afirmen que los volúmenes actuales de pesca se podrían haber obtenido sin añadir un
sólo barco a la flota que ya existía en 1970. Vale la pena precisar también el significado
del concepto de coste de oportunidad aplicado a el problema de las pesquerías. Hasta el
momento nos ha bastado con decir que cada unidad de esfuerzo, trátese de un barco
equipado y tripulado en condiciones medias, de un número de redes plenamente
operativas, o de jornadas de pesca al borde de la playa. Sin embargo, cabe precisar que
estos valores deben medirse en términos de coste de oportunidad; así, para que la
jornada de trabajo de un pescador independiente tenga un coste de oportunidad será
necesario que este pescador tenga la posibilidad de asignar su tiempo a otra actividad,
otra pesquería, otro trabajo independiente u otra actividad remunerada. Como dice
Colin Clark (p.26) un pescador que está considerando la posibilidad de cazar arenques,
por ejemplo, debe comparar la posibilidad de cazar arenques frente a la de pescar
salmones y debe comparar todo ello con cualquier actividad alternativa a la que pueda
dedicarse. Así el coste de oportunidad del pescador no es otra cosa que el beneficio al
que renuncia por no dedicarse a la mejor actividad alternativa en la que puede ocupar su
tiempo. Este razonamiento es importante, por que en cuanto menor sea el coste de
oportunidad del esfuerzo de pesca, mayor será la sobrexplotación económica de las
reservas de pesca y más graves serán los problemas creados por la situación de libre
12
13 Gestión de Recursos Naturales
acceso; en otras palabras, como advierte Gordon en su trabajo, los problemas de libre
acceso tienden a ser más graves con mayores niveles de sobrexplotación y de
agotamiento de la pesca y con mayores niveles de pobreza en las comunidades de
pescadores, cuando son pocas las oportunidades de empleo de las comunidades
costeras. Crutchfield, 1975, por ejemplo, demuestra que algunos problemas importantes
de las pesquerías resultan del hecho de que las comunidades de pescadores tienden a
estar aisladas del resto de la economía, tanto en términos geográficos, como en términos
de calificación de su mano de obra
Nuestra solución económica en definitiva consiste en obtener el máximo beneficio neto
sostenible. Frente a esta solución, el libre acceso a los recursos pesqueros conducirá al
agotamiento de todos los beneficios de la pesca de modo que, en definitiva, es esta
circunstancia la que explica que con el paso del tiempo las pesquerías están afectadas
por un exceso de capacidad, un número excesivo de pescadores viviendo en el límite de
la subsistencia. Los subsidios a la pesca, que tienen como propósito garantizar niveles
elevados de empleo, agravan la situación ya que, al reducir el coste de oportunidad de la
pesca conduce a una mayor disminución del stock y del nivel de capturas y eliminan los
incentivos que pueden conducir a la recuperación de los caladeros.
De acuerdo con lo estudiado en el capítulo quinto, las pesquerías son un ejemplo de la
tragedia de los recursos de propiedad común. Si no existen controles sobre los derechos
de captura cada pescador sabe que aquello que deja en el mar puede ser capturado por
otro y, por lo tanto, no tiene incentivos suficientes para permitir que el valor económico
de los caladeros se regenere a través del crecimiento biológico. La extracción, en
consecuencia, sólo se detendrá cuando se convierta en una actividad poco rentable para
cada uno de los pescadores, muy a pesar de que para la sociedad en su conjunto, como
mencionamos arriba, esta puede ser una estrategia ruinosa.
Este concepto del máximo renta sostenible es útil como punto de referencia en un
análisis simplificado; sin embargo vale la pena mencionar que en él no se tienen en
cuenta algunos elementos importantes de la explotación pesquera (como advierte
Clark,1990, p.30). Un primer problema está en determinar el camino que debemos
seguir para alcanzar este rendimiento sostenible.
13
Gestión de Recursos Naturales
14
14
Descargar