Relación seres humanos - animales de compañía en la Ciudad de

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Animales de Compañía
Relación seres humanos - animales de compañía en la Ciudad de Buenos
Aires, vista desde la marginalidad y la exclusión social.
E.Marcos 1'2, Clara López2.
Palabras clave: Relación humano/animal - Animales de Compañía - Marginalidad
Resumen
Las relaciones entre seres humanos y animales de compañía han sido estudiadas desde hace tiempo, y por distintas
disciplinas, generalmente en grupos pertenecientes a clases sociales acomodadas. Son muy escasos los estudios
acerca de estas relaciones en grupos sociales que viven en la pobreza. En el presente trabajo se analizan y discuten
algunas particularidades de la tenencia de animales de compañía por parte de los habitantes de villas de emergencia de
Buenos Aires, más allá de las circunstancias y condiciones ambientales en las que las mismas se desarrollan.
Key words: Human/animal bond - Companion animáis - Marginal people
!
Summary
The human-animal interaction has been studled for over long time by different disciplines, generally in economically
accomodated people, but there are very few reports about the human-animal relationship in people Mving in or below the
poverty level. This paper studies and discuss particularities about the ownership and maintalnense of animáis by
marginal people established in poverty áreas of Buenos Aires in spite of circumstances and environmental
conditions.
Introducción
i
La posesión de animales domésticos como animales de
compañía es un hábito cada vez más frecuente en la
sociedad humana. El término animal de compañía presenta
numerosas! acepciones, pero en cualquiera de ellas se
pueden destacar algunos elementos claves:
• generalmente se trata de un animal doméstico tal como
perros, gatos y ciertas especies de aves (pese a que se dan
casos de posesión de animales silvestres como monos,
serpientes, etc.).
• reciben atención personal por parte del propietario.
• forman parte de su vida diaria y de la de su grupo familiar.
• brindan beneficios no comerciales pese a tener un valor
económico intrínseco.
La relación entre seres humanos y animales de compañía, no
es nueva y ha sido estudiada desde distintas profesiones
tales como medicina veterinaria, sociología, antropología,
psiquiatría, etología, psicología (por ejemplo: en tres de los
cinco estudios psicoanalíticos clásicos de Freud, las
fantasías de los pacientes respecto a sus animales juegan un
papel muy importante13).
La mayoría de los trabajos publicados sobre este tema han
sido realizados con grupos de personas, y sus animales,
pertenecientes a las clases socialmente definidas como alta y
medio-alta de diversos países (una excepción es el trabajo con
los vagabundos de las ciudades y suburbios de la bahía de
San Francisco, en USA8). Pero el fenómeno de la
convivencia hombre-animal atraviesa transversalmente toda
la estructura de una sociedad y suele no respetar las
llamadas "clases sociales".
El desarrollo actual de las sociedades, independientemente de
las regiones o países, ha generado procesos de urbanización
creciente, lo que ha dado origen, en grandes ciudades, a
la aparición de los denominados bolsones de pobreza. Estos
son en realidad asentamientos poblacionales que reciben
nombres tales como villas de emergencia, villas miserias o
barrios carecientes y cuya característica principal es la
marginalidad y la exclusión desde el punto de vista socioeconómico de sus pobladores. Estos asentamientos son
habitados simultáneamente por personas y animales en
condiciones higiénicas, sanitarias y ambientales poco
indicadas para un vínculo de tal naturaleza. Las condiciones
de vida pueden, y de hecho lo logran, modificar conductas y
hábitos de los seres humanos, pero en apariencia no inciden
sobre la relación de éstos con los animales domésticos.
Los animales son parte de los diferentes ambientes en el cual el
hombre vive y se desarrolla y ambas especies ¡nteractúan,
adoptando a veces actitudes incomprensibles en una primera
interpretación y cuya complejidad sólo puede ser resuelta
desde la multidisciplina.
El objetivo de esta presentación es plantear algunas
particularidades que se observaron y registraron en las
relaciones entre el hombre y los animales en condiciones de
marginalidad y exclusión social, durante el desarrollo de
acciones de prevención y control de zoonosis en áreas de
riesgo epidemiológico de la Ciudad de Buenos Aires.
1. Dto. Prevención y Control de las Zoonosis - Instituto de Zoonosis "Luis Pasteur"- Secretaría de Salud - G.C.B.A.
2. Área de Veterinaria en Salud Pública - Facultad de Ciencias Veterinarias - U.B.A.
Historia e importancia de las relaciones
hombre-animal
A partir de asumirse como un ser diferente del resto de los
animales, el hombre estableció con ellos múltiples y variadas
relaciones.
Así, destinó especies a la producción de alimentos, al
transporte, al esparcimiento y recreaciones, etc. Pero asignó
un papel muy particular a los animales de compañía,
entendiéndose mayoritariamente como tales al perro, al gato y
a algunas especies de aves.
La afinidad hacia estas especies tiene una larga historia. Los
testimonios hallados en las cuevas de Palegawra, en Irak,
certifican que la relación entre el hombre y el perro data de
12.000 años, transformándose así en el primer animal
domesticado15. El gato fue domesticado mucho después:
alrededor de 1900 antes de nuestra era15. El contacto
estrecho con este tipo de animales brinda innumerables
beneficios a los seres humanos, fundamentalmente de tipo
afectivo. Pero también generan problemas: contaminan el
ambiente a través de sus deyecciones, ocasionan lesiones
y traumas y pueden transmitir un número importante de
enfermedades1. Cada uno de estos inconvenientes presentan
distinta magnitud, pero indudablemente el tema de las
mordeduras y la incidencia de algunas zoonosis, requieren una
mayor atención.
La ocurrencia de estas situaciones se debe a la presentación
simultánea de tres factores: a) los agentes etiológicos
(bacterias,parásitos,hongos,v¡rus,r¡cketts¡a, clamidias), b) los
agentes transmisores (animales domésticos y sinantrópicos) y
c) una población susceptible expuesta al riesgo. Es evidente
que en los grupos sociales de menores ingresos existe un
estado de indefensión sanitaria marcado. Esto sumado a la
presencia de animales y a malas condiciones higiénicas,
permite, desde el punto de vista epidemiológico, definir a
estas comunidades como zonas de alto riesgo.
Área de riesgo y acciones sanitarias.
En la ciudad de Buenos" Aires existen numerosos
asentamientos margino-excluídos, con dimensiones y
poblaciones diferentes. Oficialmente se reconocen 12 villas
de emergencia, 2 barrios carecientes y 3 núcleos
habitacionales transitorios. Los datos del Censo Nacional
realizado en 1991 indican, para este conjunto, una población de
56.219 personas, pero extraoficialmente se reconoce que el
número real es notablemente superior, pudiendo llegar a
duplicar las cifras oficiales. Las características de estas
comunidades ya han sido descriptas previamenteS. Dentro de
estos grupos sociales la convivencia con animales de
compañía se efectúa bajo condiciones particulares de
tenencia y control, propias de su idiosincrasia, de las
condiciones socio-económicas y de las características
habitacionales.
A partir de 1991 el Instituto de Zoonosis "Luis Pasteur"(IZLP)
inició dos programas, uno de Prevención y Control de
Zoonosis, con acciones en terrenos y otro de Educación para
la Saludio, que tienen como ámbito de desarrollo las zonas
de alto riesgo epidemiológico de la ciudad. Es precisamente
en estas comunidades, en las que se registran
contradicciones entre las posibilidades de tenencia de animales
y el hecho real de su presencia. Esta situación está marcada,
evidentemente, por conductas y actitudes que no siempre son
fáciles de describir y que generan dudas y ciertos
interrogantes. Por ejemplo:
352 Revista de Medicina Veterinaria Vol. 78 N" 5
¿Cómo compatibilizar los patrones reconocidos de tenencia-de
animales por parte de grupos sociales acomodados, con los
observados en condiciones de marginalidad y exclusión?
¿Cuáles son las motivaciones que conducen a los habitantes de
estas comunidades a poseer animales de compañía, cuando
las condiciones higiénicas, sanitarias y ambientales son poco
indicadas para establecer este tipo de relación?
La conducta humana y el ambiente
Una de las definiciones de la conducta, explica que la misma
surge en función de los intercambios que realiza la persona
con el ambiente, y suele expresarse simbólicamente en la
ecuación clásica de Kurt Lewin (1935), citado por
Bronfenbrenner3): C = f (P x A), en la cual,la conducta (C) es
una función de la interacción entre la personalidad (P) y el
ambiente (A).
Esto es un lugar común en las ciencias de la conducta. Nadie lo
discutiría y pocos lo considerarían un Hallazgo científico, pero
lo notable de esta afirmación está dado por la marcada
asimetría que se observa en la realidad: una hipertrofia de la
teoría y la investigación relacionada con las propiedades de la
persona, y sólo la concepción y la caracterización más
rudimentaria del ambiente en el que ésta se encuentra y
desarrolla.
Esta teoría remarca que los efectos principales que pautan la
conducta deben ser buscados en las interacciones e
interrelaciones entre las personas y él ambiente3. Se
caracteriza a los ambientes en términos de sistemas. Así, se
concibe al ambiente ecológico como un conjunto de cuatro
estructuras seriadas, cada una de las cuales cabe dentro de la
siguiente, extendiéndose más allá de la situación
inmediata que afecta directamente a la persona. Esas
estructuras son denominadas micro, exo, meso y macro
sistemas, y sirven para describir los entornos y las
relaciones que afectan a las personas desde lo más
inmediato (la casa, la escuela) hasta los factores que
determinan una cultura o subcultura dada3. En la ejecución de
loe programas de salud zoonótlca, un fenómeno llamativo es
la presencia constante, habitual, de animales de compañía en
cada uno de los componentes del sistema ecológico citado por
Bronfenbrenner3: los perros, los gatos y las aves acompañan a
adultos y niños en su vivienda (a veces promiscuamente),
en sus actividades diarias (trabajo o escuela) y comparten
los espacios comunes (calles, pasillos, patios, espacios
verdes), llegando en oportunidades a competir por los
mismos.^ Es entonces cuando tienen lugar situaciones
paradójicas, llamativas, "que no coinciden", con lo1
descripto en la bibliografía acerca de las relaciones entre
seres humanos y animales en otros estamentos sociales 2i ^
Algunos ejemplos
Caso A
En la villa de emergencia Na 31 (ubicada en las
inmediaciones de Retiro, en la zona norte de la ciudad),
coincidieron en tiempo y lugar dos acciones sanitarias: por un
lado, el Centro de Salud y Atención Comunitarias (CESAC)
Na 21 (ubicado dentro del barrio y dependiente del Hospital
Fernández) había organizado un puesto de vacunación para
niños contra el sarampión; por el otro,¡el IZLP llevaba
adelante una de las dos acciones anuales de prevención y
control de zoonosis (vacunación antirrábica, desparasitación,
etc).
f
Ambos puestos estaban separados por unos 50 metros, pero la
diferencia entre los mjsmos no sólo era espacial. Mientras que
en uno de los puestos había una larga cola de adultos y niños
con sus perros y gatos, en el otro sólo concurrían
espaciadamente algunas madres con sus hijos. Esto hizo que
se propusiese la unificación de ambos puestos, para que el
personal del CESAC pudiera verificar las libretas de
vacunación de los niños, averiguar si estaban o no
vacunados y proceder a inmunizar a los que no lo estaban.
Caso B
Una trabajadora social del CESAC N9 8 (dependiente del
Hospital Penna) y un médico veterinario del IZLP recorrían uno
de los barrios que pomponen la villa de emergencia Ns 21-24
(en la unión de jos barrios porteños de Pompeya y Barracas,
en el límite sur de la ciudad), realizando tareas de difusión para
las acciones sanitarias zoonóticas que se iban a iniciar pocos
minutos después.
Al costado de unas vías, en medio de un charco de agua y
barro, se encontraba el chasis abandonado de lo que alguna
vez había sido una camioneta. Allí "vivían" una pareja
(hombre y mujer), dos,niños y dos perros. La trabajadora
social hizo referencia a lo difícil de la relación entre el CESAC y
la mujer, ya que pese,a tener sus hijos con diagnóstico de
desnutrición, no lograban que llevara los niños a control
pediátrico-nutricional. De todas formas, se tomó la decisión
de informarle acerca de la vacunación antirrábica y
desparasitación de animales.
Al cabo de unos minutos ambos profesionales retornaron al
puesto sanitario y con sorepresa observaron, en la cola de
personas que aguardaban turno, al concubino de la mujer
con los dos perros.
: Caso C
En ocasión de realizar una acción de prevención y control de
zoonosis en la villa de emergencia Ns 19 (instalada en el
límite sur-oeste de la ciudad, en la intersección de las
avenidas General Paz y Dellepiane), concurrió al puesto
sanitario una vecina del asentamiento para solicitar se
inscribiese a su perro en el programa de control poblacional), a
fines de ser esterilizada quirúrgicamente en el IZLP. Aclaró
textualmente "-... estoy preocupada, no quiero que quede
embarazada., -"(sic).
Tal vez esta situación no hubiese tenido nada de particular,
pero la apreciación se modifica si se tiene en cuenta que esa
mujer iba acompañada por una niña de 14 años que
presentaba un embarazo de 6 meses y que nunca habían
participado en las actividades de procreación responsable del
CESAC Na 7 (dependiente del Hospital Santojanni), ubicado
en las cercanías de la comunidad. Se podrían citar
numerosos casos más, en los cuales la presencia de un
animal de compañía modifica la representación del
concepto de salud para los habitantes de estas comunidades.
Rero lo importante no radica en la cantidad de ejemplos,
sino en la verificación muy particular hombre-animal en
condiciones de marginalidad. Existe la tentación de definir,
erróneamente, a estos cuadros como "conductas extrañas en
lugares extraños", cuando tal vez sean la representación de
las interacciones entre las características de las personas y
sus percepciones de los ambientes.
Las representaciones de la relación hombre-animal
según el nivel socio-económico
La interacción hombre-animal puede darse tanto en un
aspecto constructivo.como destructivo, sanamente o
patológicamente y eso dependerá de una importante
cantidad de factores y sus interrelaciones. Los animales
utilizados como mascotas pueden brindar compañía,
esparcimiento, seguridad, afectos, lealtad y estímulos
sensoriales; pero también pueden generar miedos, disgustos,
odios, celos, angustias, venganzas y piedad. Se ha insistido
en que la presencia de estos animales mejora la calidad de
vida de los individuos, las familias, las instituciones y aún
de la comunidad11. Asimismo, se ha supuesto por vía de
hipótesis acerca de la probable influencia que los
animales de compañía pueden ejercer sobre ciertos
estados emocionales de sus propietarios, reduciendo la
ansiedad, la soledad, la depresión y el estrés6'7. Incluso, se ha
mencionado que en ciertas oportunidades ante la partida de
los hijos, el desmembramiento familiar o la pérdida de un
hijo, los animales de compañía, perros y gatos
fundamentalmente los primeros, llenan los vacíos dejados
por la reducción del número de miembros del grupo
familiar2'4.
Por otra parte, se demostró que, a menudo se realiza un
cierto juzgamiento social sobre las personas en base a la
primera impresión acerca de la edad, el sexo, la raza, la
apariencia física, la ropa, la ideología política, y la compañía
de animales, resultando este último punto siempre
beneficioso para el juzgado9.
Ahora bien, estas particularidades de la relación entre los
seres humanos y los animales de compañía son referencias
observadas y registradas en ámbitos urbanos "tradicionales",
entendiéndose como tales a los que responden a viejos
parámetros etnocentristas europeos y occidentales. Pero,
cuando se modifican los escenarios y hacen su aparición
rutinaria la miseria, la desocupación, la violencia, las paredes
de cartón y chapa, los pisos y calles de tierra, la basura, las
enfermedades y la muerte ¿se pueden mantener los mismos
argumentos?, ¿se pueden establecer las mismas asociaciones?
En estas circunstancias un animal ¿puede "... mejorar la
calidad de vida..."11 de una persona, de un grupo familiar o de
una comunidad?, ¿puede influenciar sobre los estados
emocionales de los humanos hasta "... reducir su nivel de
estrés y liberarlo de la depresión..."14? ¿Es cierto que un animal
llena un "...vacio familiar..."4 en grupos familiares con 5, 6 o
más hijos? ¿Modifica el resto de la sociedad su actitud de
prejuzgar a un villero o a un intrusador de viviendas "...
por el hecho de que tenga un animal a su lado..."9?
Existen situaciones donde la tenencia de un animal en estas
comunidades, particularmente un perro, puede justificarse
como un instrumento de guardia, vigilancia o protección ante
un probable hecho de violencia. En otras circunsatancias
puede tener un valor comercial (venta de cierta raza de
animales). Pero resultra claro que no siempre se pueden
hallar justificativos de peso para explicar la gran cantidad de
animales que se registran en estos-barrios. Se menciona que
la tendencia mayoritaria en los estudios realizados acerca de
la relación animal/hombre es la de aislar esta interrelación del
contexto social en el cual transcurre12. Este error que puede ser
importante en determinados niveles sociales, resulta
fundamental en condiciones de marginalidad y exclusión social.
Allí, cuando se intenta analizar los porque respecto a la
tenencia de animales de compañía, las dudas son mayoría
frente a las certezas.
Consideramos que existe un importante, y poco explorado,
campo para la investigación antropológica, sociológica y
psicológica, referente a este tema. Esperamos que el
presente trabajo genere inquietudes al respecto.
Agradecimientos
Los autores desean expresar su agradecimiento a la Lie. Rearte, E. por sus aportes bibliográficos y la correción del manuscrito en
los aspectos vinculados a la psicología.
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