LA MATERNIDAD Y LAS MADRES ADOPTIVAS María José Llanos Pozzi 1 Prepared for delivery at the 2001 meeting of the Latin American Studies Association, Washington DC, September 6-8, 2001. La maternidad y las madres adoptivas INTRODUCCIÓN: Las mujeres ejercen la maternidad 2. Desde tiempos inmemoriales, han sido ellas las que se han ocupado del cuidado de los niños en las sociedades. No solo los han parido a lo largo de los siglos sino que también se han encargado de ellos, de su crianza. Puede ocurrir que las mujeres que los han parido no se hagan cargo de ellos, pero son otras mujeres las que lo hacen en su lugar. También puede suceder que muchas mujeres que no pueden concebir recurran a infinidad de estrategias para lograr “ser madres”: muchas mujeres desean hijos biológicos y al no poder lograrlo se someten a tratamientos de reproducción asistida hasta, en el mejor de los casos, lograr su objetivo; otras, ante situaciones de fracaso en la reproducción asistida deciden elegir el camino de la adopción. Muchas mujeres, por lo contrario, piensan en la adopción como el primer camino ante una situación de esterilidad de la pareja. A estas múltiples situaciones se agregan además, las de aquellas mujeres que aun pudiendo concretar un embarazo deciden la entrega de los niños que han parido en adopción. Evidentemente esta multiplicidad de conductas responde a una multiplicidad también de posturas respecto a qué implica ser madre. Desde tiempos lejanos la idea de lo femenino se ha vinculado a la idea de madre, generalmente asociado al fenómeno de la gestación y parición. Hace unos doscientos años el matrimonio para las mujeres se hallaba asociado a la idea de la procreación; muchas de ellas no alcanzaban a ver a sus hijos adultos puesto que corrían el riesgo de morir en algún parto. Sin embargo, la maternidad no 1 Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. Debemos aclarar y hacer algunas precisiones. Habitualmente se utilizan las palabras “madre biológica“ para dar cuenta de aquella mujer que pare un niño, definición que mantendremos aquí puesto que no es propósito de este trabajo hacer una revisión exhaustiva de dicha categoría. Como sostendremos aquí, existe una postura que va más allá de la filiación biológica para dar cuenta de la maternidad como representación del vínculo que une a una mujer y a su hijo en tanto persona encargada de su cuidado después de nacido. Es por ello que la maternidad es una palabra que en este caso intenta deslindarse de lo biológico y vincularse a conceptualizaciones culturales como representación del vínculo que debe existir entre un adulto (para los fines de este trabajo, la mujer) y un niño a fin de que este último sea socializado y cuidado para alcanzar la adultez. 2 2 La maternidad y las madres adoptivas dominaba la vida de las mujeres 3, las mujeres ejercitaban el rol paralelamente a otras tareas. Actualmente la familia se ha convertido en el reducto de lo femenino y a su vez en la unidad primordial de la sociedad; el rol de las mujeres se centró en el cuidado de los hijos y de los hombres; y es a partir de aquí que comienza a convertirse en algo exclusivo de las mujeres. Debido a esto, consideramos que es necesario indagar en las representaciones que existen alrededor de la maternidad, puesto que - como vimos - no todas las mujeres son madres de la misma forma ni su ejercicio del rol materno se vincula a la filiación biológica aun existiendo casos en los que muchas de ellas no desean ejercitarlo. Sin embargo a pesar de la multiplicidad de situaciones el vinculo que existe entre la idea de mujer y de madre asociándolo a la capacidad reproductiva parecería seguir estando presente, aunque en forma quizá más sutil. Si bien el objetivo del proyecto se centró en analizar cuáles son las representaciones sociales acerca de la maternidad que poseen las mujeres que son madres adoptivas, en este trabajo en particular, se presentarán los resultados generales del análisis de 11 entrevistas en profundidad alrededor de algunas de las dimensiones tales como el significado del ser madre y aquellas relacionadas con la conceptualización de las mujeres que entregan a niños en adopción y las circunstancias que rodean a la entrega. 3 Ver Chodorow, Nancy: El ejercicio de la Maternidad. Psicoanálisis y Sociología de la Maternidad y Paternidad en la Crianza de los Hijos, editorial Gedisa, España, 1984, p.p.14. 3 La maternidad y las madres adoptivas MARCO CONCEPTUAL Las mujeres y la identidad femenina: Si bien en la actualidad asistimos a grandes cambios en lo que se refiere al lugar que ocupan las mujeres en la sociedad, es indudable que todavía queda un largo camino por recorrer. Evidentemente en este siglo XX que ha pasado, como en los albores del XXI por el cual nos hallamos transitando, asistimos a nuevas redefiniciones tanto del rol como de la identidad de lo femenino que había venido perdurando a lo largo de varios siglos. Según Ana Fernández 4 estamos asistiendo a grandes cambios en los que se han redefinido espacios y subjetividades. Estos serían en primer lugar un tránsito desde la heteronomía a la autonomía económica y erótica y en segundo lugar, un tránsito de la maternidad como proyecto de vida a una maternidad más acotada. Por otro lado, es importante destacar que los campos disciplinarios involucrados en la producción de lo femenino y lo masculino son múltiples, los actores involucrados en procesos continuos de definición y redefinición de lo que significa ser mujer, y por ende de lo que significa no serlo. Debemos tener presente que son las instituciones sociales como la familia (como el principal actor en los procesos de socialización y de constitución del sujeto) o las disciplinas como la medicina, las que han contribuido a la constitución de un modelo de ser mujer que se ha mantenido a lo largo de los siglos, con escasas variantes. Simultáneamente podemos ver que, si bien existen algunas redefiniciones acerca de lo que significa lo femenino, producto de cambios sociales, el lugar subordinado de la mujer y su definición 4 4 Fernández, Ana: La Mujer de la Ilusión. Pactos y contratos entre hombres y mujeres, editorial Paidós, Argentina, 1994. P.p 15. La maternidad y las madres adoptivas como tal ligada al “ser madre” se hallan sustentados por mecanismos cada vez más sutiles 5 de definición. Este pacto social de subordinación se ha sostenido a través de tres grandes mitos sociales: la pasividad erótica femenina, el mito del amor romántico y por último el de la mujer madre que - como veremos - aún hoy mantienen su eficacia, funcionando como una forma de sutil reciclaje de desigualdades y distinciones. Esta subordinación se mantiene a través de la constitución de particulares formas de subjetividad que ordenan a los individuos en una jerarquía social que, aunque invisible, no por ello menos productiva. Es a partir de estas subjetividades que resulta interesante indagar qué significa lo femenino hoy, puesto que a partir de esta categoría es sobre la que se sustenta la identificación de la “mujer” con la “madre”. Ahora bien, no debemos olvidar que la construcción de subjetividades es un proceso histórico en el cual se legitiman diversos lugares de lo uno y de lo diferente. En general lo femenino, el instinto materno o la femineidad son palabras asociadas a las mujeres en tanto lo universal, en un sentido esencialista; lo que contribuye a anular el contenido histórico de estas imágenes. Un breve recorrido por estas cuestiones nos ayudará visualizar con más precisión las representaciones sociales de la maternidad sustentadas por las mujeres, puesto que así es como se definen a si mismas en tanto sujetos históricos. El mito de la mujer madre circula alrededor de la idea de que la maternidad es la función primordial de la mujer por lo que: 5 Fernández, Ana: op. cit. p.p 19. 5 La maternidad y las madres adoptivas “...a través de ella la mujer alcanza su realización y adultez. Desde esta perspectiva, la maternidad da sentido a la femineidad, la madre es el paradigma de la mujer, en suma, la esencia de la mujer es ser madre 6. Este planteo contribuirá a dar un lugar particular a la mujer y sustentado a partir del naturalismo y el esencialismo ayudará a la constitución de lo femenino: esto implica cerrar alrededor de este discurso la idea central que parir un hijo es lo mismo que hacerse cargo de él. En este sentido las mujeres que deciden no hacerse cargo de los niños que han parido transitan, siguiendo a E. Giberti7, un camino que en realidad va más allá de lo biológico, es un proceso psíquico, no constituyendo una actividad que forma parte de una necesidad instintiva por lo que son puestas en un lugas de mujeres “”desnaturalizadas”. Si los mitos actúan como organziadores de sentidoquepermiten sustentar la legitimidad de un orden social, el mito de la Mujer= Madre produce una serie de consecuencias: la primera de ellas es que se olvida la constitución de la subjetividad como un proceso histórico y en segundo lugar y derivada de la primera, se tiende a obviar, o en todo caso a censurar, las múltiples particularidades sobre las cuales se sustenta el ejercicio de la maternidad en cada una de las mujeres a lo largo de los tiempos, reificando la organización social de los sexos. Representaciones sociales y el mito de la mujer-madre Para Jodelet 8, "el concepto de representación social designa una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En 6 7 6 Fernández, Ana: op. cit. pp. 161 Giberti, E.; Chavenneau de Gore, S. ; Taborda, B.: “Madres excluidas”, Ed. Norma, Bs. As, 1997. La maternidad y las madres adoptivas tanto que tales, presentan características específicas a nivel de organización de los contenidos, las operaciones mentales y la lógica. La caracterización social de los contenidos o de los procesos de representación ha de referirse a las condiciones y a los contextos en los que surgen las representaciones, a las comunicaciones mediante las que circulan y a las funciones a las que sirven dentro de la interacción con el mundo y los demás". En la actualidad, el Mito de la Mujer=Madre sigue sustentando las subjetividades femeninas contribuyendo a la reproducción de la representación social que asocia a lo femenino con la madre. Esto implica que lo que define a la mujer es lo que se espera de ella en tanto tal y esto incluye al ejercicio de la maternidad. La representación social del Mito de Mujer=Madre prescribe y organiza las conductas de las mujeres y sus aspiraciones, así como el conjunto de decisiones a partir de las cuales estas transitan por sus vidas. Es decir que la idea de representación social alude tanto al conjunto de ideas que definen la identidad de los sujetos así como también sus conductas. Ahora bien, estas representaciones son sociales en tanto pertenecen al ámbito de lo colectivo, pero a su vez son individuales puesto que permiten a cada mujer en particular el organizar su mundo de significaciones a partir del cual organizan sus creencias y prácticas y juzgan a los otros. Estas cuestiones entonces nos llevan a reflexionar acerca de algunos fenómenos distintivos de las prácticas del ejercicio de la maternidad. Puesto que, si bien asistimos a procesos distintos del ejercicio del rol vislumbramos en los discursos formas sutiles de mantenimiento del mito fundante de la mujer como madre. Es por ello que es necesario indagar las formas por las cuales las mujeres se ven a sí mismas en tanto asociadas a lo materno y cómo miran a aquellas que, si bien también son mujeres, parecerían no serlo tanto ya que su relación con el ejercicio del rol materno no condice con lo 8 Jodelet, D. : La representación social: fenómenos, concepto y teoría, en Moscovici, S., “Psicología social”, Barcelona, Paidós, Vol. II. 1993, en Infesta Domínguez, G. La red invisible: masculinidad, sexualidad y salud reproductiva, Buenos Aires, Centro de Estudios de Población – 7 La maternidad y las madres adoptivas que habitualmente se espera de ellas en tanto sujetos femeninos. Esto da cuenta de procesos que, a decir de Ana Fernández 9 operan por violencia simbólica, es decir que, a través de procesos de totalización, invisibilizan las múltiples formas en las cuales las mujeres ven la maternidad, practican el rol materno y se posicionan a sí mismas y a otras mujeres alrededor de lo que implica ser madre. CENEP/ Organización Mundial de la Salud – OMS, (2000). Fernández, Ana: op. cit. pp. 181 9 8 La maternidad y las madres adoptivas METODOLOGÍA: Universo y muestra: El universo del estudio se halla compuesto por mujeres madres adoptivas entre 30 y 55 años, residentes en Capital Federal o Gran Buenos Aires, de sectores medios bajos y medios altos. La muestra finalmente estuvo constituida por 11 mujeres, 9 de ellas casadas, una divorciada y una soltera. Todas tenían entre 1 y tres hijos adoptivos aunque la mayoría tenía 1. Hay sólo dos casos que tienen 1 hijo biológico y uno adoptivo. Todas ellas además, pertenecían a estratos socioeconómicos medio alto y medio bajo. La existencia en la muestra de sólo sectores medios se deriva por un lado de la técnica de muestreo y por otro, a las características del universo de las madres adoptivas. Debemos recordar que uno de los requisitos para poder acceder a la adopción es presentar una carpeta con información sociodemográfica de los padres adoptantes, dentro de la cual se incluye la certificación de ingresos de cada uno de los integrantes del grupo familiar. Por otra parte afrontar un juicio de adopción implica desembolsos económicos que sólo ciertos sectores de la población están en condiciones de afrontar. Por último y con respecto a la edad de las entrevistadas, la mayor parte tenían entre 30 a 39 años y sólo 4 de ellas entre 40 y 55 años. La información se obtuvo a partir de entrevistas en profundidad para la que se diseñó una guía de entrevista que aludía a las principales dimensiones de estudio del trabajo. La construcción de este instrumento permitió organizar tanto los temas a ir tratando a lo largo de la entrevista, como al entrevistador, a fin de no perder de vista los ítems necesarios para los objetivos propuestos. 9 La maternidad y las madres adoptivas Las mujeres a entrevistar fueron contactadas a partir de la técnica de “bola de nieve”. Una vez establecido el contacto por vía telefónica y habiéndoles explicado el fin de la entrevista se concertó un día y hora en el cual podíamos realizarla. Las entrevistas fueron realizadas en su mayor parte en los domicilios particulares de las entrevistadas por ser un lugar en el cual ellas se sentían cómodas y brindaba además un ambiente cálido a fin de poder realizar la entrevista sin problemas. Dos de ellas fueron entrevistadas en su lugar de trabajo. Se les explicitó el contrato de entrevista (en el que se informaba de la condición de anonimato de la investigación, el tiempo de duración de la entrevista y se solicitaba el permiso para obtener una grabación). Las entrevistas duraron como promedio una hora. Se desgrabaron y fueron codificadas de acuerdo al manual de códigos que se fue construyendo a partir de las dimensiones de indagación así como de los temas que fueron emergiendo 10. Por último, el análisis de la información corresponde a lo que habitualmente se denomina análisis temático, es decir, tratar de descubrir los núcleos de significado cuya presencia guarde cierta relación con los objetivos de la investigación 11. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS ¿Que significa ser madre? En este apartado analizaremos la forma en la que se construye y reconstruye la identidad de las mujeres que son madres adoptivas en relación a como se representan el modelo ideal del ser mamá. Para comenzar, varias entrevistadas aluden a la idea del complemento. Pero este complemento aparece en dos sentidos: primeramente como el complemento de algo que le falta a la mujer para realizarse, para terminar de ser mujer: 10 11 Hammersley, M. y Atkinson,P.: Etnografía, Métodos de Investigación, editorial Paidós, Cap.7. pp.179 y 184-89, Barcelona, 1994. De Souza Minayo, M.C: El desafío del conocimiento. Investigación cualitativa en salud, , Editorial Lugar, Cap. 4, Buenos Aires, 1997. 10 La maternidad y las madres adoptivas “Bueno, lo que pasa que para las mujer es el complemento...o sea, es terminar de ser mujer”. En segundo lugar, la idea de complemento alude a que la vida misma sería incompleta si no hubiera hijos: “[...] O sea, me parece que tanto para mí como para el resto de las mujeres es como qué se yo...un complemento de la vida...la vida. Tener un hijo es la vida”. El carácter de completud que dan los hijos le otorga un sentido a la vida: .”Me parece que tener un hijo es como...Yo lo veo así... es como que bueno, la vida tiene un sentido. De la otra manera también tiene un sentido pero es como que...bueno llega un momento de tu vida que... que ¿para qué hacés esto?” Es sentirse completa a través de la maternidad es expresado también en los siguientes términos: “Para mí ser mamá era todo, viste, digamos era llegar un poco a la plenitud de mi vida...[...] Para mí, mis hijos, mi marido también, pero mis hijos, viste, son todo, todo lo que yo necesito”. Totalidad y plenitud aparecen como sinónimos. Sólo se logra la plenitud si la vida la completan los hijos. La maternidad entonces es, para una parte de nuestras entrevistadas, aquello que les permite sentirse mujeres completas. ¿Que significado adquiere aquí el sentirse completas? La idea de completar alude a agregar algo que falta para pasar a ser lo entero, lo perfecto. ¿Y cual es la perfección que se busca a partir de la maternidad? La perfección de la mujer en tanto tal. 11 La maternidad y las madres adoptivas Uno de los pilares sobre el que sustenta gran parte del mito de la mujer madre figura en el discurso de nuestras entrevistadas, a partir de la imagen que vinculan el hecho de sentirse completas partir de la maternidad. Por esta misma razón ellas definen el ser madre como el objetivo primordial de las mujeres: “Para mí era el objetivo de mi vida siempre, ser m...tener hijos, educarlos, darles amor, transmitirles mi religión, mi... y todo eso de la transmisión cultural y... no solamente por eso de dejar chicos en este mundo, no, no, no, no, sino como que para mí, para una mujer, su objetivo primordial en la vida es ése”. No sólo es un objetivo primordial sino que además muchas de nuestras entrevistadas sostienen que no existen las mujeres que no desean tener hijos, que es un sentimiento común a ellas: “Entrevistador:¿Qué es para las mujeres tener hijos? Entrevistada: Es tener un marido, es tener una familia y bueno, como tenés una familia vas a tener hijos y te embarazas. Para mi lo ven como una consecuencia ¿no? Entrevistador:Una consecuencia de qué? Entrevistada: De estar casada, de estar con alguien. Mas allá de que siempre una...en el fondo a los chicos los desea”. O bien en otras palabras: “[...] Que toda mujer en el fondo diga que no...si siempre querés ser mamá”. La idea de que todas las mujeres desean ser madres remite a la visión totalizadora que sustenta la maternidad desde el lugar de la esencia femenina. El deseo de ser madre aparece como algo innato, instintivo, que trasciende las situaciones particulares de las mujeres. Como vimos, uno de los pilares sobre los que se asienta el mito de la maternidad es justamente la traslación ideológica que 12 La maternidad y las madres adoptivas convierte a la definición de lo femenino en términos naturalistas y esencializan la función maternal, que no separaría el deseo del ejercicio de la maternidad y del sujeto (mujer) destinado por su propia capacidad reproductora a cumplir esa función. Aqui es donde se anudan las ideas de completud, objetivo primordial y deseo. Justamente esta necesidad que es vista como exclusiva de las mujeres, permite distanciarlas y diferenciarlas de los hombres: ...”Él quería pero tampoco tenía esa ansiedad de decir, yo estaba desesperada, quería un hijo y lo luché, él quería pero el hombre llena su tiempo de otra manera, con el trabajo, que viaja o que tiene otros proyectos, yo en mi caso trabajaba y todo pero mi vida no pasaba por el trabajo así que tampoco puedo decirte que me llenaba la vida.” [...] ”Siempre me faltaba algo, pero creo que al hombre, por ahí, como es un poco más egoísta y si se lleva bien con su mujer y trabaja es como que quieren ser padres pero tampoco tienen esa necesidad imperiosa”. Definirse como portadoras exclusivas del deseo maternal permite en una doble operación definir al otro, el hombre, que no lo posee y al mismo tiempo y como consecuencia de esa misma definición, reforzar el mito de que ser madre tiene que ver con aquellos sujetos que poseen la capacidad de gestar. Sin embargo, si bien todas las mujeres tienen ese deseo, aluden a una multiplicidad de motivos por los cuales se concreta efectivamente la maternidad: “ [...] Depende para cada mujer, claro...Y hay mujeres que quieren tener un hijo por una cosa propia de satisfacer su necesidad de ser mamá, otras quieren tener un hijo para verse reflejadas el día de mañana en el futuro, otras quieren tener hijos solamente por la descendencia y para que, traer chicos al mundo. Otras, no sé...” 13 La maternidad y las madres adoptivas O en palabras de otra de ellas: “[...]... Yo creo que pasa por una cuestión de afecto y lo que siente cada uno. Así como hay mujeres que los pueden dejar tirados y hay padres que los readoran...bueno, es depende la persona...no. O sea, no lo definiría de que es una mujer o que es un hombre. Yo creo que pasa por una cuestión de lo que siente cada uno...” Si las representaciones sociales aluden en parte a las formas por las cuales los sujetos organizan su propio mundo a partir de sus experiencias personales, la conceptualización del ser madre se halla resignificada. La maternidad es vista en nuestras entrevistadas desde dos lugares: la maternidad biológica y la adoptiva. Esta última parecería ser el fin de un largo camino que comienza una vez que existe la imposibilidad de concretar un embarazo: [...] por ahí no te lo puedo resumir en pocas palabras porque fue como un proceso este...largo que me parece que es bastante habitual en este caso de...de ser padres adoptivos...este...en dónde bueno, hubo muchos intentos fallidos, muchas complicaciones... [...]...en realidad estás todo el tiempo pensando en que se concrete un embarazo. Entonces llegás hasta ahí... [...]No te podés imaginar con panza, y que hacer los nueve meses y de te vas a dedicar y de cómo te vas a sentir...Y que cuando ya estás con panza cómo va a ser el bebé...y que...No llegás a eso...estás en lo inmediato de que suceda un milagro que te quedes embarazada... O en otra parte de la entrevista: “Entrevistador: ¿ Porqué recurren a la fertilización antes de por ahí recurrir a la adopción? De hacerlo al revés por ejemplo. 14 La maternidad y las madres adoptivas Entrevistada: Porque me parece que es un camino, no. Me parece que es un camino necesario. Digamos, eh...me parece que uno cuando empieza a tratar de tener un hijo, nunca piensa que no va a poder... Entrevistador: Sí... Entrevistada: Este...Y cuando empiezan las dificultades eh...me parece que uno recurre a todo lo posible para tener un hijo biológico...” Además, en algunas de ellas, aparece la palabra frustración ante esta imposibilidad: [...]Después imaginate, uno habla tanto y tanto y tanto va y viene. Hacer tratamientos de fertilidad y no sale, es una frustración entonces ...el tema lo vas hablando y hablando... Sin embargo, para una de nuestras entrevistadas la maternidad no era vivida como la necesidad de un embarazo originalmente, sino por la posibilidad y el deseo de dar: “Entonces como mi necesidad no pasaba por eh...estar embarazada. Porque sino le hubiera dicho: si me cuido y no me cuidaba...y hubiera quedado embarazada igual. Mi necesidad pasaba por ser mamá. ¿No? Por toda una cosa que yo sentía adentro mío que yo sentía que tenía mucho amor para dar este y se lo estaba dando a un perro...” A pesar de ello, su discurso se relaciona directamente con lo que sostiene una gran parte de nuestras entrevistadas: que el ser madre, al fin de cuentas, es el producto de una relación que se establece entre ellas y esa persona que pasará a cumplir el rol de hijo: ”Digamos, no existe ese momento mágico en el que lo ves y todo es amor y...me parece que es una relación como cualquier otra que...la empezás a construir a medida que vos vas siendo madre y el chico va siendo hijo ¿viste? [...] Y que se van conociendo y que...y lo vas criando. [...] Me parece que...que la relación y el amor profundo empieza ahí”. 15 La maternidad y las madres adoptivas O bien: “Este...hay cosas que te podría haber dicho antes de tenerla ¿viste? Pero creo que eh... [...] Que la maternidad te surge sólo ¿viste? Cuando vos tenés un chico adelante y...y necesita de tus cuidados y necesita de tu afecto es como de...brota”. La mayoría de ellas entonces, coinciden en que el ser madres sólo aparece en el momento de la relación, que el acto de gestar y de parir un hijo pasa a ser secundario puesto que en realidad la maternidad sólo se confirma en la relación misma. El embarazo es tan sólo un aspecto aunque no necesario del hecho de ser madre: “Entrevistada: [...] Entre los dos empezamos a hablar de todo ese tema ¿no? Este...y realmente te das cuenta cuando vos tenés el...el...niño que eso es un aspecto (enfatizando). Entrevistador: Un aspecto... Entrevistada: Obviamente que une ¿viste? La relación entre padre e hijo, pero después hay un montón de otras cosas que tienen que ver con...con...con las cosas de todos los días, con la relación de todos los días, con las necesidades y con las cosas que se dan y que se reciben todo el tiempo... Entrevistador: ahá... Entrevistada: Que tiene que ver con la maternidad y que no tiene que ver con lo biológico, digamos. que tiene que ver con ese sentimiento maternal que yo te digo que ahora lo...lo vas como descubriendo a partir de tener al niño adelante (riendo)”. A partir de estas citas es posible visualizar aunque sea someramente la forma en la cual el mito de la mujer madre aun hoy sigue redefiniendo la identidad de las mujeres, inclusive en aquellas que no han parido a sus hijos sino que han llegado a la maternidad a través de la adopción. Si bien, como 16 La maternidad y las madres adoptivas vimos, el ser mujer se haya vinculado al ser madre, y que además justamente por esta cuestión todas las mujeres poseen un deseo innato, propio de sus naturalezas femeninas, esta categoría es resignificada a partir de las experiencias personales ante la no concreción del embarazo. Inclusive en aquellas entrevistadas que habían pasado por la experiencia del embarazo y parto, el acento está puesto en la relación que se entabla entre una mujer que desea ser madre y el niño que es visualizado como hijo. 17 La maternidad y las madres adoptivas La otra cara de la moneda: El Ser Madre y las mujeres que entregan a sus hijos en adopción Como venimos sosteniendo, la forma en la que uno se define a sí mismo implica necesariamente una mirada sobre el otro. Por ello es que nos preguntamos ¿cómo son vistas las mujeres que entregan a sus hijos en adopción? De qué manera es vislumbrado por las mujeres que son madres adoptivas el acto de entrega? Definir las diversidades de sentido y de prácticas que podrían existir en relación a la maternidad nos permite ver en primer lugar como se definen a si mismas confrontándose con otro distinto (las mujeres que entregan a los niños) y en segundo lugar la forma que en la cual el mito de la mujer madre sigue operando con toda su fuerza. Para las madres adoptivas existen varias causas que llevarían a entregar a los niños en adopción12. Si embargo la mayoría cree que la pobreza y los problemas a ella asociados, pueden ser una parte de la motivación pero no la única. La pobreza no es entonces el motivo básico por el cual las mujeres entregan a los niños: “[...]...me parece que el tema de la pobreza es ...bueno...un matrimonio una persona, o sea que por ahí tienen uno, dos, tres, diez y ya no pueden más. ¿Entendés? y de repente está todo...toda es a parte social que es de...producto de una relación que ni conocen, apoyo familiar de nadie. Porque no te creas que todo el mundo es pobre, que entrega en adopción... [...]...entonces me parece que pasan otras cosas que no es tan...que aparte de la pobreza puede influir...En cada persona pueden pasar otras cosas, qué se yo...” 12 Retomamos de Eva Giberti la distinción entre niño e hijo, puesto como bien recalca la autora, la filiación afectiva y social constituye un punto conflictivo en la definición de lo que significa ser madre. Giberti, E.; Chavenneau de Gore, S.; Taborda, B.: op. cit. pp. 9. 18 La maternidad y las madres adoptivas ¿Cuales serian entonces estas otras cuestiones que hacen que, asociadas en la mayoría de los casos a la pobreza, llevan a una mujer a entregar un niño? Algunas madres hacen hincapié en que no era el momento adecuado para ser madres. Que muchas de ellas eran jóvenes y la maternidad truncaba sus deseos de vivir una vida mas libre. En palabras de una de nuestras entrevistadas: “[...] No querían tener ninguna relación, eran todas mamás jóvenes que querían seguir haciendo su vida...” O en esta otra frase: “[...] Y ellas, viste, su vida pasa por ahí, por ser felices en el momento, no sé...” También se menciona la facilidad con la que esas mujeres pueden tener hijos lo que les permitiría obtener algo de dinero vendiéndolos u obteniendo algún beneficio material a cambio: “[...]No...me parece que bueno, que hay desaprensión, que hay este...gente que puede tener hijos así de fácilmente y que se queda embarazada, termina de parir uno y se queda embarazada de vuelta...y que..eh..trata de hacer negocio... [...] Este...porque de hecho a nosotros ella nos pidió que si la podíamos ayudar a construirse su casita atrás. [...] Eh...Y...nada, y me parece que hay millones de situaciones por las que la gente da a sus hijos en adopción. Algunos son conscientes de porqué lo dan, otros lo dan porque lo dan, otros los dan porque ya tienen diez y no...pueden más...este...y otros los hacen por dinero ¿viste?” Sin embargo, si bien reconocen que las situaciones límites que genera la pobreza son la base sobre la cual se montan gran cantidad de otras cuestiones que motivan a las mujeres a dar a sus niños, aparece una actitud censuradora que sustenta la idea de que no todas las personas que están en esas condiciones llegan a una entrega. En palabras de nuestras entrevistadas: 19 La maternidad y las madres adoptivas “[...] No sé...porque por mas que no tengas recursos para...para mantenerlo de algún lado si vos lo querés lo vas a conseguir, lo vas a tener con vos. Por más que no...no lo sé. Yo eso de que no...porque no tengo para darle de comer no...lo puedo creer, eso es una excusa. [...] Para mí no puede ser, de algún lado la comida la vas a sacar, la vas a pedir, la vas a robar, no sé...vas a te...bueno, por supuesto. Lo primero está trabajar no?” O según otra de ellas: “[...] Me parece que a la mayoría, que si fuera por la pobreza todo el mundo tendría que...todo el que es pobre tiene que regalar su hijo y no, y vos fijate que hay un montón de gente que es pobre y que bueno, que...” Como venimos sosteniendo, el Mito de Mujer= Madre no solo instaura el espacio de lo legal, sino también el ámbito de lo que está por fuera de éste. Por esta razón, las diferentes alternativas de vida posibles son continuamente evaluadas en términos de lo que debe ser una madre y cómo deberíamos esperar que se comporte. Decíamos en párrafos anteriores que para las madres adoptivas el ser madre principalmente pasa por el deseo de vincularse con un niño en términos de madre/ hijo. La parición y gestación pasa, según ellas sostienen, a un segundo plano. Ahora bien, ¿en qué lugar está puesto el deseo en las mujeres que entregan en adopción? Como vimos la pobreza es condición necesaria para entregar a un niño, pero no es suficiente. Hace falta, además, que las mujeres no deseen quedarse con los niños: “[...] Claro, porai de repente no lo desea y no tienen los medios como para tenerlo, porque no tienen apoyo familiar, no tienen un montón de cosas. No tienen vivienda, son menores. [...] y estaban convencidas de que no los querían, no los querían con ellas”. 20 La maternidad y las madres adoptivas El deseo de ser o no ser madre en este caso iguala a las madres que han entregado a sus niños con las mujeres que son madres adoptivas. Si para estas últimas el ser madre esta definido principalmente por la relación que se instaura, lo mismo sucedería con las mujeres que entregan a los niños. Sin embargo, no debemos olvidar que el deseo también actuaba como una forma de reforzar el mito de la mujer madre puesto que para nuestras entrevistadas ninguna mujer está exenta de sentir ese deseo. Por esto mismo, preguntarse acerca de las causas por las cuales los niños son entregados, nos lleva necesariamente a tomar posición frente a estas decisiones que nos permiten, como dijimos anteriormente, dar cuenta de nuestras propias experiencias en relación a un modelo social del ser madre. Para las madres adoptivas entonces, las mujeres que no desean ser madres de los niños que han parido son mujeres a las que se les adjudican determinadas características personales mas vinculadas a lo patológico, como determinados problemas emocionales: “[...] Me parece que pasa por una cuestión mental de cada...mujer. [...] O sea, a mi me parece que ...en el momento de.. [...]De la decisión, algo...algo no está funcionando mentalmente bien. [...]Yo le veo por ese lado, porque...o sea, vos como ser humano... [...]Hoy, acá, con tus cabales bien puestos..” En otras palabras: “[...] Porque una...una persona a mí no me cabe el hecho de dar un hijo, por qué otro motivo lo podés dar, si estás en tus cabales y....yo no podría dar a mi hijo...no sé. [...] No puedo creer que no...no lo quieras”. La imposibilidad de creer que no puedan no quererlo desnuda el sutil proceso por el cual todavía las mujeres seguimos asociando el ser madre a la parición. Ciertamente para estas mujeres en una primera instancia, la maternidad pasa por el ejercicio del rol y no por el embarazo. Su argumento 21 La maternidad y las madres adoptivas parecería estar sustentado en sí mismas y en su contraparte, las madres que los entregan porque no los desean con ellas. Si embargo que no aparezca el deseo es ya una cuestión imposible de pensar. Si lo tuviste (pariste) no podes no quererlo. En estos casos las mujeres que entregan aparecen como sujetos trangresores de la norma, del “deber ser” en las representaciones sociales acerca de la maternidad. Mas precisamente y retomando a E. Giberti13 sostenemos que la existencia de mujeres que no desean ser madres compromete la definición de lo que implica serlo. Esto significa que en un doble movimiento se idealiza lo que debería ser el ser madre invisibilizando a aquellas que entregan al niño, al no poder plantearse otro modelo de “lo materno”, quedando excluidas de su categoría de madre y aunque sutilmente, de mujeres completas, inscribiendo sus propias subjetividades en el orden de una violencia simbólica que impide reconocerlas como individuos mujeres con experiencias vitales diferentes. El acto de además puede ser visualizado de otra forma, no a partir de un no deseo sino como un acto de abnegación que de algún modo reforzaría esta cuestión del mito mujer madre. Muchas mujeres, según varias de nuestras entrevistadas, al no poder quedarse con ellos y no desearlos, al mismo tiempo quieren lo mejor para “sus hijos” y prefieren entregárselos a otros antes de que sufran condiciones miserables de vida: “Entrevistada: Yo las admiro en el sentido de decir que ellas eligieron para sus hijos lo que pensaron que era lo mejor. Entrevistadora: ¿Vos pensás que por eso los dieron? 13 22 Giberti, E.; Chavenneau de Gore, S.; Taborda, B.: op. cit. pp. 77. La maternidad y las madres adoptivas Entrevistada: Sí, de hecho a mí me lo han dicho. Nosotros sabemos que, por ejemplo, en el caso de la nena, que fue con la mamá que más contacto tuve “yo sé que va a ser una reina”, me dijo, “Y estoy feliz por ella, yo no la quiero” O en otro caso, donde la entrevistada sostiene que: “El hecho de poder haberlos tenido, en buenas condiciones y bueno y tener esa valentía de darlo...estoy re agradecida...porque lo que yo no pude hacer lo hizo ella y lo que ella no pudo hacer lo hice yo...” Explicar al entrega como basada en una actitud de renunciamiento fundada en un amor maternal dispuesto a todo sacrificio por el amor a un hijo permite que las madres adoptivas resignifiquen la identidad de las mujeres que entregan a los niños, puesto que permiten catalogarlas como madres, anulando la posibilidad de pensar a esas mujeres como sujetos que no desean ni sienten que son madres de esos niños. La búsqueda continua de explicaciones que permitan reorganizar bajo el imaginario dominante la multiplicidad de situaciones por las que un niño es entregado en adopción también permite integrar las posibles razones por las cuales algunas mujeres que han cedido los niños podrían arrepentirse de ese acto. Algunos motivos aluden precisamente a las circunstancias que llevaron a las mujeres entregar, referidas a los problemas emocionales que vimos en párrafos anteriores: “Me parece totalmente natural. Yo lo buscaría si en un momento, para mí, de locura, porque no, en otro caso no lo daría por más que...no sé...eh...lo hubiera dado en adopción, si lo buscaría. Algún día me haría la cabeza click y empezaría a buscarlo por todos lados”. 23 La maternidad y las madres adoptivas Siguiendo este argumento, otra entrevistada sostiene que el trayecto hacia la adultez o la misma experiencia de vida que permite crecer como sujeto trae como consecuencia que alguna de ellas quiera reencontrarse con ese niño: “Por ahí hasta crecen y crecen digamos mentalmente y maduran y re viendo sus vidas quieren saber qué fue de sus hijos, no sé, se me ocurre que pasará por ese lado”. Tambien aparece elinsitnto materno que mencionábamos en párrafos anteriores. En palabras de una de nuestras entrevistadas: “No sé, por ahí es el instinto y no te podría decir...” Algunas creen que tal vez las mujeres que se arrepienten son aquellas que los debieron entregar porque estaban imposibilitadas de mantenerlos o en situaciones límite. Son aquellas abnegadas mujeres que prefirieron darles a sus hijos una vida mejor, aunque desearan quedarse con ellos : “Pienso que esas son la situaciones extremas de pobreza. que los han tenido que dar por una cosa extrema. Porque ya no podían más”. ¿Qué es lo que quieren decirnos nuestras entrevistadas? Creo que lo que subyace en todos estos relatos es que las mujeres que han parido a sus hijos no son otra cosa que madres de esos niños. Por ser madres no pueden dejar de pensar en ellos y debido a eso en determinados momentos de sus vidas se ven impelidas a buscarlos. Esto aparece con mayor fuerza y claridad en esta frase: “Eh...yo creo que...que una mujer que parió un hijo el momento en que lo dio puede ser por estos millones de motivos pero me parece que nunca te olvidás que pariste un hijo” 24 La maternidad y las madres adoptivas O en esta otra frase: “(...) Y mirá yo pienso que...no sé Eh...pienso que como mujer nunca te vas a olvidar de que tuviste un hijo” Parir y tener son usados como sinónimos. En consecuencia, ser madre y parir son también usados de la misma manera. La concepción naturalista detrás del Mito de la Mujer= Madre opera aquí de la misma manera, otorgando un carácter estrictamente biológico a algo que en realidad y como venimos sosteniendo, se inscribe en el orden de la cultura. Si bien a lo largo de todo el trabajo hemos visto de qué forma el mito de la mujer madre y su consecuencia, el esencializar la maternidad como algo estrictamente ligado a la naturaleza femenina es recreado en forma sutil a través del discurso y de las experiencias de nuestras entrevistadas, es en estas últimas frases donde aparece con mayor fuerza. La efectividad de las representaciones sociales que, como vimos, permiten organizar el mundo de significados de los actores a partir de las experiencias particulares justamente se visualizan en la forma en la que el mito de la mujer madre opera por violencia simbólica totalizando situaciones particulares que, siguiendo a A. Fernández14, “oculta prácticas y posicionamientos subjetivos que los desdigan, pero que existen” 14 Fernández, Ana: op. cit. pp. 181. 25 La maternidad y las madres adoptivas CONCLUSIONES: A lo largo del trabajo hemos podido observar que para varias de nuestras entrevistadas el objetivo primordial de las mujeres en la vida es ser madres, lo que vendría a reforzar el imaginario social que da cuenta del lugar en donde se inscribe lo femenino. No sólo es su principal objetivo, sino que además ellas sienten que sólo pueden realizarse como sujeto mujer siendo madres. Recordemos que a través de la traslación de las capacidades reproductivas de las mujeres a su función exclusiva de ser madres se organiza la subjetividad femenina. Es a partir de esta falacia biologicista que se piensa la propia realización como actor genérico. Para nuestras entrevistadas es natural que una mujer sea madre, puesto que existe un deseo innato, acorde a su propia naturaleza, que las llevaría a buscar tener hijos. Esta imagen contribuye a justificar uno de los principales pilares del mito de la mujer madre, aquél que vinculando la naturaleza con lo social religan a la mujer a la maternidad aun a pesar de los cambios sociales a los que asistimos actualmente, donde las mujeres pueden acceder, aunque todavía con ciertas restricciones al mercado laboral. Si bien el embarazo aparece como el inicio del camino que les permita cumplir el deseo de ser madre es a partir de sus propias experiencias personales y la imposibilidad de gestar un hijo que este tema aparece en segundo lugar. Es entonces que la posesión del aparato reproductor es un “sustento” sobre el cual se constituye la maternidad, la plataforma sobre la cual se asienta donde la maternidad es resignificada a partir de la idea que el ser madre es producto de una relación que se instaura a posteriori. De todas formas lo dado -el instinto- y lo procesual - la relación que se instaura- se constituyen como dos caras de una misma moneda al invisiblizar el proceso por el cual el sexo biológico se yuxtapone con lo social. 26 La maternidad y las madres adoptivas La identidad de las mujeres en tanto madres adoptivas también es resignificada a partir del proceso de categorización de las que entregan a sus hijos en adopción. Si bien consideran que la pobreza es la base sobre la cual se sustenta principalmente la entrega, también aparece la cuestión de la existencia de un no deseo de esos niños que han parido. En este sentido ambos grupos de mujeres son puestas en condición de igualdad, como compartiendo una característica común que es la posibilidad de establecer (o no) una relación con un niño en tanto madres. Sin embargo, en una misma operación, se invisibilizan las problemáticas individuales de las mujeres que entregan al definir esta no existencia del deseo como producto de algo que no esta en el orden de la normalidad inscribiendo a estas mujeres en el espacio silenciado de la sanción social. La eficacia del Mito de la Mujer= Madre que significa definir a la mujer por la maternidad y mas precisamente por ligar su especificidad biológica vinculada a la capacidad de gestar y parir, aparece con claridad en el momento en que nuestras entrevistadas recurren a explicaciones por las cuales intentan dar cuenta de los motivos por los que las mujeres pueden arrepentirse de haber entregado a un niño en adopción. Aquellas mujeres que entregaron a sus hijos en un acto de abnegación maternal son las que principalmente podrían buscarlos. También sería posible que en algunos casos, mediando un crecimiento emocional que las constituya como mujeres adultas, podrían replantearse el no tenerlos consigo. Esto es explicado en términos que vinculan el acto de haberlos parido con la condición de hijos. Estas mujeres nunca podrían olvidarse que tienen hijos, puesto que los han llevado en su seno. A modo de reflexión final quisiéramos tematizar la cuestión que implica pensar que el Mito de la Mujer= Madre ha perdido parte de su eficacia, sustentado en el hecho real que las mujeres han logrado ocupar espacios antes reservados a los hombres. 27 La maternidad y las madres adoptivas En palabras de Ana Fernández 15: “Creemos que este juego de fuertes resistencias internas y externas, conscientes e inconscientes, individuales y sociales, públicas y privadas- presentes en los estilos de vida más avanzados-, se evidencian con todo su peso de inercia las significaciones imaginarias sociales de las que ha querido dar cuenta este trabajo, que sostiene aun hoy-con más vigencia de lo que una mirada ingenua podría apreciar –la ecuación Mujer=Madre”. 15 Fernández, Ana: op. cit. pp. 184. 28 La maternidad y las madres adoptivas BIBLIOGRAFÍA Chodorow, Nancy: El Ejercicio de la Maternidad. 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