EL PODER DE DAR GRACIAS A DIOS GRACIAS FRENTE A LA

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EL PODER DE DAR GRACIAS A DIOS
“Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído”.
(Juan 11:41)
GRACIAS FRENTE A LA TUMBA
Revelación oculta
1.1 1 Hay un secreto escondido en el milagro de la resurrección de
Lázaro. Desde luego, no es lo que más brilla en el pasaje; lo preeminente
es ver salir a Lázaro de la tumba. Empero, aunque no tenga el esplendor
de un hombre sacado de la tumba, hizo posible que el muerto de cuatro
días se levantara del sepulcro.
Emociones bajo presión.
1.2 2 La circunstancia emocional y mental en medio de la cual Jesús se
acerca a la tumba es muy diferente a la que rodea el milagro que se
realiza. El versículo 35 dice: “Jesús lloró”. ¡Qué bueno es saber que Jesús
lloró!, así cuando lloro, sé que Jesús me comprende, porque Él también
lloró. “Jesús,
profundamente
conmovido”(v.38); así
lo
describe
Juan “Profundamente
conmovido” nos
indica
que Jesús se encontraba entre fuegos de emociones. Podemos, tal
vez, entender su dolor por causa de su amor a la familia de Lázaro o
podemos ver su compasión por Marta y María. Podríamos, quizás, ver su
dolor por la incredulidad de la gente de Betania. El asunto es que Jesús
estaba “profundamente conmovido”.
Llanto o acción de gracias.
1.3 3 El llanto mantiene cautivo los ojos en lo terrenal. El llanto tiene ojos
para la tragedia. El llanto idealiza el problema, nubla la visión y allí
mantiene su mirada. El llanto conduce a los ojos a enfocar las
circunstancias negativas, y en consecuencia, en lugar de decir: Padre,
gracias; decimos: Padre ¿porqué?
Oración Particular
1.4 4 La oración de Jesús ante la tumba de Lázaro nos enseña que la
acción de gracias es una oración particular. Jesús, en el momento y lugar
tan cruciales, como el sepulcro de su amigo Lázaro, no se enfrenta a la
muerte
atacándola directamente, si no, centrando su atención en Dios: “Padre,
gracias te doy por haberme oído”. He aquí una oración de características
propias, que la distinguen, la individualizan y la hacen diferente al resto de
las oraciones. Pero además la acción de gracias es un complemento de
otros tipos de oración.
Pablo escribe en 1a Timoteo 2: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas,
oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por
todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda
piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro
Salvador, nuestro Señor y dice: Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios
y los hombres, Jesucristo hombre”.
Pablo, ”Exhorta ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones”. Rogar,
pedir y orar son oraciones diferenciadas entre sí. Luego, Pablo señala que
hay que hacer “acciones de gracias”. Esta es una oración diferente y
complementaria a las demás. Una cosa es el ruego, otra es la petición,
otra la acción de gracias.
GRACIAS ANTICIPADAS
2.1 5 La acción de gracias anticipa el actuar de Dios. La acción de
gracias activa el telescopio espiritual del tiempo, el cual le da a los ojos de
la fe la capacidad de ver en el presente lo que Dios tiene planeado para
el futuro.
“Padre, gracias te doy por haberme oído”. (Juan 11:41) Jesús da como un hecho
que Dios ya ha oído la petición que ni siquiera le ha expresado todavía,
por lo cual, consecuentemente, le da gracias.
Origen
2.2 6 La acción de Gracias parte desde los tiempos cuando el hombre
entendió que le había fallado a Dios y que el Señor se había provisto de un
medio para redimir su pecado.
La ofrenda de Abel fue una ofrenda de acción de gracias.
Inmediatamente después que Noé luego que salió del arca,
ofreció sacrificio de acción de gracias a Dios. Abraham levantó altar de
acción de gracias cuando habitaba como extranjero y peregrino en tierra
ajena. Moisés estableció, dentro de las ofrendas, los holocaustos, y los
sacrificios que Dios ordenó para el pueblo en la Ley Levítica y en la Ley
Sacerdotal , la ofrenda de acción de gracias a la que llama a veces
ofrenda de acción de gracias de paz. El que da gracias a Dios siempre
tendrá paz. “Y esta es la ley del sacrificio de paz que se ofrecerá a Jehová: Si se
ofreciere en acción de gracias, ofrecerá por sacrificio de acción de gracias tortas sin
levadura amasadas con aceite, y hojaldres sin levadura untadas con aceite, y flor de
harina frita en tortas amasadas con aceite”. (Levítico 7:11-12)
Así mismo Dios ordenó una ofrenda mecida, cuando el pueblo venía
delante del sacerdote con gratitud, dándole gracias a Jehová por la
cosecha, meciendo la ofrenda en acción de gracias delante de
Dios. “Con tortas de pan leudo presentará su ofrenda en el sacrificio de acciones de
gracias de paz. Y de toda la ofrenda presentará una parte por ofrenda elevada a Jehová,
y será del sacerdote que rociare la sangre de los sacrificios de paz. (Levítico 7:13-14)
Desarrollo
2.3 7 Para reconstruir la ciudad de Jerusalén, Nehemías restableció lo que
Israel había perdido, esto es, la acción de gracias. Reyes piadosos, como
Josías, restauraron la acción de gracias. Profetas, como Jeremías,
profetizaron que vendrían días en los cuales los pueblos se acercarían con
alegría a la casa de Jehová. “Se oirá voz de gozo, voz de alegría, voz del pueblo,
voz de los que vienen con acciones de gracias a la casa de Jehová”. (Jeremías 33:1!)
La historia de las oraciones de acción de gracias pasa por Samuel, David,
Elías, Eliseo, Isaías, Jonás, y los profetas del Antiguo Testamento, hasta llegar
a Jesús. Luego continuarán por los apóstoles y será parte de la experiencia
de la Iglesia hasta hoy.
2.4 8 En Bethania vemos a Jesús dando gracias al Padre frente a un
terrible problema. Cuando damos gracias a Dios de corazón, gracias
desde lo más profundo del alma, la acción de gracias tiene efecto y
resultado positivo. La oración de Jesús transformó la escena del
cementerio de Betania. La acción de gracias transformará tu vida y tus
circunstancias.
La acción de gracias transforma la actitud.
3.1 9 Nuestra vida es regida, en mucho, por la actitud con la que
enfrentemos las diversas situaciones que se nos presenten, sobre todo, las
negativas, tristes o desagradables.
Muchas veces adoptamos actitudes negativas que nos impiden alcanzar
el éxito. No son pocos quienes adoptan actitudes negativas aun frente a
Dios. Hay quienes cuestionan todo lo que Dios hace o no hace, todo lo
que de Dios entienden o creen entender, o sencillamente, no entienden.
Hay gente que adopta, frente a la iglesia una actitud de servicio, de fe, de
gozo, de entusiasmo y de alegría. También hay hermanos que asumen
una actitud de apatía, de rechazo, de crítica o de incredulidad. La actitud
determina cómo actuamos o como correspondemos.
3.2 10 La acción de gracias a Dios transforma nuestra actitud. Jesús llegó
a la tumba de Lázaro con los parpados enrojecidos. La multitud esta allí,
pero él no habla. En su corazón hay un sentimiento de tristeza.
Sencillamente, Juan escribe un lacónico “Jesús lloro”, para luego describir
que estaba “profundamente conmovido”.
Cuando los discípulos cuestionaron a Jesús del por qué no fue a Bethania,
tan pronto como recibió el mensaje de que Lázaro estaba enfermo, el
Señor les respondió: “me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que
creáis”. (Juan 11:15) De aquella manifestación de “alegría” Jesús pasa a un
estado emocional de profunda tristeza afectado por el ambiente de
incredulidad, pesar y congoja que rodea a Marta y a María. Jesús llora y se
conmueve en espíritu. Sin embargo, Jesús no permitió que ni su entorno ni
su llanto determinaran su actitud. Jesús se dirigió al Padre en acción de
gracias y esto determinó su actitud para enfrentar el insoluble problema y
dominar la situación.
3.3 11 Muchos de nosotros queremos que el Lázaro de nuestra vida se
levante sin cambiar nuestra actitud de queja o incredulidad; anhelamos
que Dios abra puertas mientras mantenemos una actitud de tristeza frente
a las circunstancias.
Es significativo que el apóstol Juan diga que Jesús: “alzo sus ojos a lo
alto” (Juan 11:41) tu no puedes dar gracias con sinceridad mientras
mantienes tus ojos en la tumba, exige un cambio interior, por esto Jesús
levanto los ojos a lo alto. Este sólo gesto es indicativo de una actitud de
fe. Los entrenadores del personal que atiende llamadas al 911 enfatizan
que a una persona que llama al borde del suicidio hay que dirigirlo a mirar
hacia arriba. Cambiar la dirección de la mirada y enfocar el iris hacia el
cielo, o, simplemente, hacia arriba, corta el instinto suicida, lo que no es
más que un cambio de actitud, aunque sea temporal.
Jesús quitó sus ojos de la tumba, de Marta y María con sus observaciones
pesimistas y del llanto de la gente, para fijar su mirada en el Padre. Con sus
ojos mirando hacia lo alto, Jesús oró: “Padre, gracias te doy por haberme oído”.
No miremos a Lázaro, ni a los gusanos, ni a María ni a Marta. No
impidamos el ejercicio de la fe.
Debemos levantar y quitar la mirada de la tumba y poner los ojos en lo
alto, para cambiar nuestra actitud. Los problemas se enfrentan con una
actitud de victoria. Si enfrentas tu problema con una actitud de fracaso,
ya estas fracasado. “Alzare mis ojos a los montes de donde vendrá mi socorro, mi
socorro viene de Jehová que hizo los cielos y la tierra”. (Salmo 121:1)
Cuando miramos lo que está arriba, podemos decir, “no dará tu pie al
resbaladero”. (Salmo 121:3) Para caminar en el plano natural es preciso mirar
bien el camino, porque de lo contrario tropezaremos. En la vida espiritual
es diferente. Yo alzo mis ojos a lo alto. Mientras yo este mirando a lo
alto “no dará tu pie al resbaladero” porque me sostengo en el que tiene poder
para quitar de delante de mi todo lo que me pueda hacer tropezar.
Jesús cambió su actitud antes de decir Lázaro: “ven fuera”.
3.4 12 Amados(as): Hay un tiempo para llorar, un tiempo para que mires
a Lázaro, pero no permanezcas enfocado en Lázaro. Si te quedas mirando
a Lázaro, Lázaro continuará para siempre donde está. Habrá un tiempo de
sufrimiento, pero también hay un momento para quitar los ojos del
problema y decir: te doy gracia mi Señor Jesús. “Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra”. (Colosenses 3:2)
3.5 13 En una ocasión los discípulos le dijeron al Maestro: “la hora es
avanzada, no tenemos comida despide la multitud para que vallan a los montes y campos
alrededor a comprar alimento” Ante tan dramático cuadro Jesús dijo: “Dadle
vosotros de comer”. Cuando le hubieron traído los cinco panes y los dos
peces, Jesús levantó los ojos a lo alto y dio gracias al Padre. De la acción
de gracias comieron cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Me llama sobremanera la atención este pasaje. “En aquel tiempo,
respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí,
Padre, porque así te agradó” (Mateo 11:25-26).
“En aquel tiempo respondiendo Jesús dijo: te alabo Padre, ¿a quien le respondió
Jesús? Nadie le estaba preguntando nada. Jesús no estaba siendo
cuestionado ni siquiera por sus discípulos. ¿A quien le respondió Jesús? No
existe pregunta previa, ni comentario anterior que motive respuesta
alguna.
¿A quien le respondió Jesús? Hay momentos que tenemos que responderle
a los problemas, a las dificultades, a los dardo de fuego del maligno, a la
voz negativa o al grito del mismo infierno que pretende
atormentarnos. Dar gracias a Dios calla al enemigo.
La acción de gracia no se centra ni en las circunstancias, ni en la
adversidad. La acción de gracias ve lo que Dios hará con lo poco que
tenemos en nuestras manos. La acción de gracias mira hacia el futuro!! De
ello testifica la multiplicación de los panes y los peces. (Mateo 14:13-21;
Marcos 6:30-44)
Amado(a): Cambia tu actitud frente a la vida. Da gracias a Dios en todo.
3.6 14 Durante esta semana muchas familias han adoptado la sana
práctica de reunirse una noche para darle gracias a Dios y compartir los
alimentos. Nosotros como hijos de Dios y servidores de Jesucristo, no
podemos limitar la acción de gracias a una celebración familiar donde la
comida es el elemento central. Antes, por el contrario, hemos de seguir –
cada día – el precepto bíblico que dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la
voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”. (1ª Tesalonicenses 5:18)
Hagamos de la oración de acción de gracias parte de nuestra vivencia
diaria. Demos gracias a Dios, aún frente a los problemas. De ello depende
que Lázaro siga en la tumba o se levante. Amén
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