Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho

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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
ANUARIO Nº.34 (2011)
ISSN: 1316-5852
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL DE LAS ACCIONES COLECTIVAS EN EL
DERECHO COMPARADO
Carmen J. Álvarez D.
Investigadora del
Instituto de Derecho Comparado
Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Universidad de Carabobo
278
Anuario. Volumen 35, Año 2012. ISSN 1316-5852
Carmen J., Álvarez D., y Roslyn Sánchez
Roslyn Sánchez
Colaboradora Especial
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL DE LAS ACCIONES COLECTIVAS EN EL
DERECHO COMPARADO
RESUMEN
La figura de Acciones Colectivas implica en si la protección de todos aquellos
intereses que trasciende el ámbito individual para transportarse al genero humano en su
conjunto. Ahondar en ellas significa interponer una acción en conjunto, es decir varias
personas que reúnen condiciones similares referentes a una misma causa, que ocasionó el
menoscabos, derivados de violaciones a los llamados derechos colectivos que pertenecen a
los pueblos y que por ende por medio de tales acciones concentradas, son protegidos de los
ataques a sus intereses e identidad como grupo. Desde las diferentes perspectivas de los
países que han sido objeto de estudio se logra percibir que tanto México como Chile y
Argentina tienen después de las modificaciones en sus respectivas leyes mecanismos de
protección hacia estos grupos, cuando los mismos sienten que sus derechos han sido
vulnerados, aunque se puede notar las diferencias al ser aplicadas. Caso diferente el de
Colombia donde hay dos formas de defensa, uno es las acciones populares que al ser
aplicada evita o impide el daño y el otro el de las acciones de grupo que indemniza a los
perjudicados, ambas están especificadas en una ley determinada para regular
exclusivamente este tipo de acción. En Venezuela después de la modificación de la
Constitución se hizo énfasis en la organización y defensa de aquellos que ante la misma
estaban indefensos para proteger sus derechos, lo cual permite al ciudadano común ejercer
a través de mecanismos legales acciones colectivas de defensa siempre y cuando se
cumplas con las normativas preestablecidas. Esto ha permitido la formación dentro del
ámbito latinoamericano de organizaciones comunitarias que se han convertido en la voz y
presencia de quienes hasta ayer eran invisibles para las leyes de sus países.
Palabras claves: Derechos colectivos, Constitución, acciones populares, organizaciones
comunitarias.
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
JURISPRUDENCE ANALYSIS OF COLLECTIVE ACTION IN COMPARATIVE
LAW
ABSTRACT
The figure of Collective Actions implies itself protection of those interests that transcends
individual transported to mankind as a whole. Delve into them means an action together,
it’s to say several people who meet similar conditions relating to the same cause, which
caused the impairments, arising from violations called collective rights belonging to the
people and therefore through such concentrated actions, are protected from attacks on their
interests and identity as a group. From the different perspectives of the countries that have
been studied are able to perceive that both Mexico and Chile and Argentina have after
modifications in their respective laws protection mechanisms into these groups, when they
feel their rights have been violated, although you can tell the difference when applied.
Different case of Colombia where there are two forms of defense, one is popular actions
that when applied prevents or impedes the damage and the other actions of group
compensation to injured parties are both specified in a specific law to regulate only this
type of action. In Venezuela after the amendment of the Constitution emphasized the
organization and defense of those who were helpless to protect their rights, allowing
ordinary citizens exercised through legal mechanisms of defense industrial action as long as
meet predetermined standards. This has allowed the formation within the Latin American
community organizations that have become the voice and presence of those who until
yesterday were invisible to the laws of their countries.
Keywords: Collective rights, Constitution, class actions, community organizations.
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SUMARIO
INTRODUCCIÓN
I-
LAS ACCIONES COLECTIVAS. Nociones Fundamentales.
II-
LAS ACCIONES COLECTIVAS EN LAS DIVERSAS LEGISLACIONES
Acciones Colectivas en México.
Acciones Colectivas en Argentina.
Acciones Colectivas en Chile.
Acciones Colectivas en Colombia.
Acciones Colectivas en Venezuela.
III-
ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
INTRODUCCION
Basándonos en el análisis de las distintas conceptualizaciones y diversas
legislaciones, se abordará la figura jurídica de acciones colectivas, desde una perspectiva
amplia donde se verá en qué consisten los derechos e intereses colectivos y difusos como
eje fundamental de tan emblemático contenido, por consiguiente, para efectos de este
análisis interpretativo se centra el tema primeramente dentro del Derecho Procesal, toda vez
que esta nueva figura se involucra con procedimientos judiciales y mecanismos de
reparación del daño, como bien lo señalan las propias Constituciones de los distintos países,
objetos de estudios; cabe señalar que tales mecanismos serán utilizados cuando sean
violentados dichos derechos.
Una de las finalidades primordiales del presente estudio investigativo es analizar a
las acciones colectivas en el área del Derecho Procesal Laboral, puesto que es un
mecanismos de solución de conflictos colectivos en general, estas acciones grupales se
encuentran contempladas en varias naciones como: México, Argentina, Chile, Colombia y
Venezuela.
Ahondar en este tema, es enfocarse directamente en la importancia y conveniencia de
la aplicación de estos medios de solución de controversias; pues en nuestro país poco se
logra percibir sobre esta figura en los procesos que se están viviendo actualmente. Por
consiguiente, se busca por medio de este estudio investigativo promover el conocimiento y
el empleo de éste mecanismo de modo que contribuya una base para implementar el
ejercicio de las acciones colectivas facilitando en gran parte la economía procesal para
grupos que guarden conexión en conflicto de la misma índole.
Cabe destacar, que las conclusiones que surjan de la información analizada pudieran
ser tomadas en consideración por quienes tienen intereses e influencia para implementarlo
como herramienta en la solución de conflictos colectivos donde determinen accionar
jurídicamente en nuestro país.
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I. LAS ACCIONES COLECTIVAS
Nociones Fundamentales
Según David Gibran Luna Chi, las acciones colectivas “son mecanismos procesales
que permiten a grandes grupos de individuos acceder a los tribunales para incoar, con la
asistencia de representantes adecuados, demandas que prevengan o reparen daños a
derechos colectivos”.
Raquel Noyola Zarco señala que las acciones colectivas “son aquellas que
promueve un representante (legitimación colectiva), para proteger el derecho que pertenece
a un grupo de personas sujetas a una sentencia que obliga o concede derechos como un
todo”.
Visto en términos simples se puede decir que, las acciones colectivas son aquellas
acciones interpuestas por un conjunto de personas, que reúnen condiciones uniformes
referentes a una misma causa, que ocasionó menoscabos, derivados de violaciones a los
llamados derechos colectivos que pertenecen a los pueblos y que por ende por medio de
tales acciones concentradas, son protegidos de los ataques a sus intereses e identidad como
grupo.
Los derechos colectivos son los llamados derechos humanos de tercera generación
que protegen la relación entre las personas y la naturaleza, el comercio, la industria, las
comunicaciones, la educación y el medio ambiente, a partir de los cambios tecnológicos,
científicos e industriales generando retos de defensa en los derechos de consumidores o
usuarios de los bienes y servicios que estos avances han desarrollado.
Miguel Ángel Contreras Nieto afirma “que los derechos humanos de tercera
generación atienden a la realidad en que se vive y trascienden el ámbito individual para
transportarse al género humano en su conjunto, superando así toda restricción geopolítica y
ubicando lo mismo en el plano nacional que en el internacional”.
Ahora bien, los derechos colectivos implican la protección de intereses colectivos e
intereses difusos, lo cual es pertinente diferenciar para una mejor comprensión del tema, no
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obstante, es conveniente determinar que uno y otro se refieren a una pluralidad de
situaciones de ventajas de carácter individual.
En este sentido los intereses colectivos son aquellos referidos a un grupo más o
menos numeroso de individuos determinados e identificables con una relación jurídica, en
consecuencia, una persona jurídica o una asociación, está constituida por personas
naturales, determinadas o determinables y vinculadas jurídicamente. Los intereses difusos
pertenecen entonces, a una comunidad de personas indeterminadas, entre las cuales no
existe una relación jurídica base.
De lo anterior se desprende, que las acciones colectivas son mecanismos procesales
que permiten a los gobernados (como sociedad en general o como un grupo determinado)
ejercer el derecho a la justicia, con el fin único de obtener la protección y defensa de sus
derechos colectivos cuando éstos han sido violentados o vulnerados.
Es importante dejar por sentado la definición practica que nos presenta al respecto
Raquel Noyola Zarco, al mencionarnos que los derechos colectivos “son los derechos
tutelados por el Estado y las acciones colectivas son la forma de solicitar el cumplimiento
de dicha protección y el argumento del que puedo valerme para proceder a obtener la
debida defensa”.
II. ACCIONES COLECTIVAS EN DIVERSAS LEGISLACIONES
Acciones Colectivas en México.
En materia de protección a los derechos de los consumidores, el 24 de diciembre de
1992 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley Federal de Protección al
Consumidor a través de la cual se otorga a la Procuraduría Federal del Consumidor
legitimación procesal activa para ejercer ante los tribunales competentes acciones de grupo
en representación de los consumidores (art. 26). Estas acciones se ejercerán con el objeto de
que dichos órganos dicten la sentencia respecto de la conducta que ocasione daños y
perjuicios a consumidores y en su caso se proceda a la reparación de los daños y perjuicios,
o para que dicten el mandamiento que impida, suspenda o modifique la realización de
conductas que ocasionen daños y perjuicios o que puedan ocasionarlos. Para el caso de la
indemnización de los daños y perjuicios, la Procuraduría en representación de los
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consumidores, podrá reclamarlos ejercitando la vía incidental. Diversas fuentes advierten
que esta facultad no ha sido ejercitada.
Fuera de estos casos la impugnación por violación de derechos colectivos, no existía
en México, el único mecanismo procesal para la defensa de derechos era el juicio de
amparo el cual se interpone ante jueces del orden federal por violaciones directas y
personales por parte de una autoridad respecto de derechos individuales y cuya sentencia
tienen efectos únicamente para quien ejerce la acción, independientemente de que existan
otras personas bajo las mismas circunstancias.
Cabe mencionar que anterior a la reforma del artículo 17 Constitucional, en el
Congreso del Estado de Tabasco, en abril de 2007 fue presentada la Iniciativa con proyecto
de decreto por el que se expide la Ley de Acciones de Protección de Intereses Colectivos y
Difusos en el Estado de Tabasco. Diversos son los resultados que favorablemente se
pretenden obtener con la reforma al artículo 17 Constitucional en materia de acciones
colectivas entre ellas destacan los siguientes:
El Diputado Mexicano Juventino Castro apunta que: “Con esta reforma se prevé la
reducción de costos en los actores de un proceso, y que genere eficiencia y efectividad en el
Poder Judicial que descargará múltiples demandas acumuladas que tienen contenido
repetitivo.
Por su parte Alejandro Calvillo, presidente de la Asociación Civil El Poder del
Consumidor señala que: “Difícilmente una persona puede tener los recursos para enfrentar
una violación a sus derechos de manera individual; las acciones colectivas permitirán que
esta disparidad entre empresas o instituciones públicas y los ciudadanos quede superada.”
Asimismo, afirma que esta figura ayudará mucho al país en el combate a la impunidad.
Al respecto David Gibran Luna Chi anota que los procesos colectivos significan un
gran ahorro de recursos para el Estado, pues le permite tratar en un solo juicio numerosas
demandas. Para los ciudadanos significa la posibilidad de obtener reparación por daños
menores que, en conjunto, constituyen un daño colectivo de considerables dimensiones.
Además, mediante el ejercicio de acciones colectivas es posible prevenir tal tipo de daños.
Por último, -añade- los procesos colectivos pueden servir de estímulo para que los
productores adopten una cultura de calidad y responsabilidad social.
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Acciones Colectivas en Argentina.
En Argentina las acciones colectivas se encuentran reguladas a nivel constitucional
en su art. 43 que expresa textualmente:
…Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los
derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los
derechos de incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones
que propendan a esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y
formas de su organización. Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de
los datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o
los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la
supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto
de las fuentes de información periodística…
Así mismo se tipifican en la legislación secundaria, sólo que respecto a esta última
las disposiciones normativas se encuentran dispersas según la materia de que se trate, de los
cuales se ubicaron dos casos concretos: en materia de protección al consumidor y en
materia ambiental.
Son denominadas acciones de incidencia colectiva las que van dirigidas a la
protección de los intereses de los consumidores y a la reparación del daño que se cause en
la violación de sus derechos, estas acciones se encuentran reguladas en la Ley 26.361,
Defensa del Consumidor.
En el caso del daño ambiental colectivo el o los afectados podrán interponer una
demanda de daño ambiental colectivo, ésta tiene por objeto la reparación del daño. En esta
materia cabe señalar que en caso de no poder determinar la medida del daño causado por
cada responsable, todos serán responsables solidariamente de la reparación frente a la
sociedad.
Una de las principales características y fin primordial al ejercer una acción
colectiva, es precisamente los efectos que tiene la sentencia que se emite como resultado de
la resolución del proceso que se origina, que son erga omnes.
Acciones Colectivas en Chile.
En Chile la Ley 19496 del 14 de julio de 2004,25 que Establece Normas sobre
Protección de los Derechos de los Consumidores, contempla la protección de los intereses
colectivos y los intereses difusos. El incumplimiento de dichas normas dará lugar a
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interponer las acciones destinadas a sancionar al proveedor que incurra en infracción,
anular abusos incorporados a los contratos de adhesión, cesar el acto que esté afectando los
derechos de los consumidores o a obtener la indemnización por los perjuicios causados o la
reparación que corresponda.
Esta misma ley señala que:
- Son de interés colectivo las acciones que se promueven en defensa de los derechos
comunes a un conjunto determinado o determinable de consumidores ligados con un
proveedor por un vínculo contractual.
- Por su parte son de interés difuso las acciones que se promueven en defensa de un
conjunto indeterminado de consumidores afectados en sus derechos.
Para hacer valer las acciones se establecen los requisitos que debe reunir la
demanda, entre ellos: los facultados para presentarla que podrán ser el Servicio Nacional
del Consumidor, una Asociación de Consumidores que tenga por lo menos 6 meses de
haberse constituido o un grupo de consumidores que no sea inferior a cincuenta personas.
Asimismo, se señala el procedimiento especial a seguir para resolver sobre este tipo de
acciones. La sentencia ejecutoriada que declara la responsabilidad del o los demandados
tiene efecto erga omnes. Es de destacar que en Chile los requisitos para ejercer las acciones
colectivas son distintos de manera notable en comparación con los anteriores países que
han sido objeto de estudio.
En el caso de Chile se observa que una vez emitida la sentencia, ésta se da a conocer
precisamente por los efectos que produce, para que todos aquellos que hayan sido
perjudicados por los mismos hechos puedan reclamar la indemnización o el cumplimiento
de la reparación correspondientes.
Acciones Colectivas en Colombia.
Colombia es uno de los pocos países que cuentan con una Ley específica en la
materia cuyo origen se fundamenta en su Constitución Política, pues como se ha visto, en
algunos otros, si bien se regulan las acciones colectivas, ésta regulación se encuentra
dispersa en diversos ordenamientos legales. En el país en comento las acciones colectivas
se regulan a través de dos figuras como a continuación se señala:
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En Colombia existen las denominadas acciones populares y las acciones de grupo,
las primeras tienen por objeto la protección de los derechos e interese colectivos
relacionados con el patrimonio, el espacio, la seguridad y la salubridad públicos, la moral
administrativa, el ambiente, la libre competencia económica y otros de similar naturaleza
que se definen en la ley que los regula. También se observan las acciones de grupo que son
aquellas acciones interpuestas por un número plural o un conjunto de personas que reúnen
condiciones uniformes respecto de una misma causa que originó perjuicios individuales
para dichas personas.
Su Constitución determina que una ley regulará dichas acciones y definirá los casos
de responsabilidad civil objetiva por el daño inferido a los derechos e intereses colectivos.
Dado dicho mandamiento se encuentra la Ley 472 de 1998, por la cual se desarrolla el
artículo 88 de la Constitución Política de Colombia en relación con el ejercicio de las
acciones populares y de grupo y se dictan otras disposiciones.
Aunque ambos tipos de acciones finalmente regulan a un grupo de personas
afectadas por un mismo daño, éstas tienen una diferencia claramente marcada en su objeto:
- Las acciones populares son medios procesales para la protección de los derechos e
intereses colectivos y se ejercen para evitar el daño contingente, hacer cesar el peligro, la
amenaza, la vulneración o el agravio sobre los derechos e intereses colectivos, o restituir las
cosas a su estado anterior cuando fuere posible.
- Por su parte las acciones de grupo se ejercerán exclusivamente para obtener el
reconocimiento y pago de indemnización de los perjuicios.
Acciones Colectivas en Venezuela.
En la República Bolivariana de Venezuela, no existe una legislación especial que
regule la acción colectiva, sin embargo la Constitución Nacional consagra en su artículo 26
lo siguiente:” Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la
tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea, transparente,
autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin
formalismos o reposiciones inútiles”. De la lectura de este artículo, podemos ver que
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Nuestra Carta Magna consagra la norma para accionar ante los órganos jurisdiccionales,
para solicitar la tutela de derechos colectivos o difusos cuando estos se vean transgredidos o
violentados.
En este contexto, es importante señalar que, en cuanto al número de personas, que
pueden ejercer una Acción Colectiva en nuestro País no está determinado, solo conocemos
por vía jurisprudencial hasta que numero de personas puede intentarse una acción en forma
de litisconsorcio activo, que en materia laboral seria la vía idónea para intentar una acción
siempre que el grupo interesado fuera menor o igual a veinte personas.
III ANALISIS JURISPRUDENCIAL
El desarrollo jurisprudencial de la figura de la Acción Colectiva en Venezuela, tiene
su origen en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, como se puede
evidenciar en sentencia número 85 de fecha, 24 de enero de 2.002 (Caso
ASODEVIPRILARA), en el cual la Sala manifiesta una serie de consideraciones
relacionadas con el concepto de Estado Social de Derecho, y la importancia de dicho
carácter Social en la Tutela de los Derechos de los débiles jurídicos, que en ocasiones
llegan a constituir grupos muy numerosos afectados por el mismo perjuicio, resultando en
la insuficiencia de las formas tradicionalmente establecidas para accionar en defensa de
tales derechos y traduciéndose en la obligación del Estado de contar con mecanismos aptos
para materializar la tutela Judicial Efectiva en dicha situación, cuya desigualdad radica en
el desequilibrio causado por la situación de debilidad que caracteriza a los individuos que
forman parte del colectivo sobre el cual comparten el interés. Dispone entonces la Sala
Constitucional que:
“A juicio de esta Sala, el Estado Social debe tutelar a personas o grupos que en
relación con otros se encuentran en estado de debilidad o minusvalía jurídica, a pesar del
principio del Estado de Derecho Liberal de la igualdad ante la ley, el cual en la práctica no
resuelve nada, ya que situaciones desiguales no pueden tratarse con soluciones iguales.
El Estado Social para lograr el equilibrio interviene no solo en el factor trabajo y
seguridad social, protegiendo a los asalariados ajenos al poder económico o político, sino
que también tutela la salud, la vivienda, la educación y las relaciones económicas, por lo
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que el sector de la Carta Magna que puede denominarse la Constitución Económica tiene
que verse desde una perspectiva esencialmente social.”…
…“Para evitar tal desequilibrio, la Constitución y las Leyes determinan cuáles materias son
de interés social (artículos 120 y 307 constitucionales, por ejemplo), o definen o utilizan
expresiones que permiten reconocer que en específicas áreas de las relaciones humanas,
existen personas en posiciones de desigualdad donde unas pueden obtener desmesurados
beneficios a costa de otros, rompiendo la armonía social necesaria para el bien colectivo.
Dentro de las protecciones a estos “débiles”, la Constitución de 1999, establece Derechos
Sociales, los cuales por su naturaleza son de interés social; mientras que otras leyes señalan
expresamente materias como de interés social; o se refieren a la protección de personas que
califican de débiles jurídicos (artículos 6.3 de la Ley al Protección de Consumidor y al
Usuario, por ejemplo). De esta manera se va formando un mapa de quiénes son los sujetos
protegidos por el Estado Social.”
Conforme a lo anterior, puede entenderse que en principio la figura de Acción
Colectiva que se desprende de dicha sentencia, se encuentra estrechamente ligada al
carácter “Social” del derecho que se persigue o dicho de otro modo, el estado de minusvalía
jurídica en que se encuentren los miembros del colectivo accionante. En este orden de
ideas, se transcribe a continuación parte del texto de la Sentencia Nº 96 de fecha 24 de
Mayo del 2002, en donde la Sala Constitucional hace aclaratoria de la Sentencia
anteriormente citada:
“En los procesos surgidos de acciones por derechos o intereses difusos o colectivos, las
sentencias que se dicten surten efectos a favor o en contra de todo el mundo y no sólo a favor
o en contra de los que efectivamente se constituyen en partes dentro del proceso.
La situación especial que nace de estos fallos, con sus efectos directos e indirectos hacia
personas que pueden no haber participado en las causas donde ellos se dictaron, y que pueden
verse perjudicadas a pesar de no haber sido formalmente partes, obliga a una interpretación
amplia del artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, aplicable como norma general a
los juicios que se instruyen conforme a las reglas de dicho Código.
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Para los ajenos al proceso donde se emitió el fallo, quienes se encuentran en una concreta
situación que por falta de alegatos no fue tomada en cuenta al juzgarse la pretensión, pueden
surgir puntos dudosos en la sentencia referidos a su particular situación, y debido a esa
posición pueden requerir de ampliaciones del fallo, ya que -repite la Sala- la especial situación
de los afectados, que no se dio a conocer en autos, puede no haber sido considerada en el
fallo, y por tanto no ser precisa con relación a quienes no concurrieron al juicio. Siendo ello
así, considera la Sala que el lapso preclusivo para pedir las aclaraciones y ampliaciones
contemplado en el artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, no puede aplicarse
estrictamente en las causas donde se ventilan derechos e intereses difusos o colectivos,
evitando así la Sala que la preclusión se convierta en un atentado a la justicia eficaz,
responsable y equitativa que con relación a esos terceros les garantiza el artículo 26
constitucional. Por ello, considera la Sala que, en estos casos, no se aplica el término del
artículo 252 del Código de Procedimiento Civil, ni para solicitar la aclaración o ampliación, ni
para que el Tribunal la provea.
En estos supuestos, y casuísticamente, conforme a lo que aprecie el Tribunal como
necesidad de las partes y los afectados por la sentencia, las aclaratorias y ampliaciones podrán
interponerse antes que se ejecute efectivamente la sentencia. Se trata de una peculiaridad de
esta clase de procesos que incluye ampliaciones dirigidas a partes o a terceros que no
asistieron al juicio, pero cuya colaboración puede, incluso, ser necesaria para que la sentencia
dictada sea idónea y equitativa, y la tutela efectiva de los derechos e intereses difusos o
colectivos se adapte al Estado Social de Derecho y de Justicia que impera en la República
(artículo 2 constitucional).
Ahora bien, el derecho que reconoce la Sala no es un derecho que pueda ser utilizado por
las personas en forma excesiva, ya que, así como la teleología del artículo 252 del Código de
Procedimiento Civil fue limitar el derecho a pedir la aclaratoria o la ampliación, dentro de un
lapso reducido, esta necesidad de restricción de la oportunidad rige en la institución y de allí
que la Sala considere que una vez efectuada la petición, ella agota el derecho, y así se declara.
En varias decisiones ella ha sostenido que las sentencias que dicten los órganos
jurisdiccionales en materia constitucional o de derechos o intereses difusos o colectivos, no se
rigen en plenitud por lo señalado en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, el cual
es el Derecho Común Procesal.
En materia constitucional, la cosa u objeto sobre la que recae la decisión puede no ser de
fácil determinación, como sí sucede generalmente en el proceso civil, ya que, para el Juez
Constitucional, a veces el mantenimiento de la primacía constitucional, o el enervamiento de
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la amenaza, o el restablecimiento de la situación jurídica infringida, depende del desarrollo de
situaciones de carácter sucesivo y expansivo; y por ello pueden dictarse sentencias con
dispositivos alternativos y hasta fallos condicionados.
Idéntica situación con relación a la flexibilidad sobre los requisitos del fallo que exige el
artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, ocurre en los procesos sobre derechos o
intereses difusos o colectivos, donde, además, la pretensión –debido a los bienes jurídicos
tutelados- a veces obliga al juez a requerir de conocimientos técnicos para poder dictar un
dispositivo adecuado. El juez –que no es un diletante que puede opinar y resolver sobre todoen estos casos necesita el asesoramiento o la ayuda de los técnicos o de los científicos, y antes
del fallo no puede ocurrir a ellos, ya que, de hacerlo, estaría emitiendo indirectamente opinión
sobre lo que decidirá en el fondo; mientras que por otra parte, si fuere a realizar consultas
privadas, podría estar perjudicando a una o ambas partes, si es que el consultado tiene
intereses contrarios a ellas el cual no puede ser cuestionado.
Ante esta realidad, el legislador, al menos en materia de daños, ha previsto varias
instituciones que coadyuvan con el dispositivo del fallo, sobre aspectos de la cosa u objeto
sobre las cuales recae la decisión, y así, surge la experticia complementaria del artículo 249
del Código de Procedimiento Civil, con el objeto de que unos peritos, en acto posterior a la
sentencia, determinen la cantidad de los frutos, intereses o daños que el juez no puede estimar
según las pruebas; mientras que el artículo 1.419 del Código Civil, indudablemente para que
tenga lugar después del fallo que condena el pago de daños, previene el juramento
estimatorio, que el juez defiere de oficio al accionante para que se determine el valor de las
cosas demandadas o el importe de los daños y perjuicios.
En ambos casos se dispone en la sentencia una condena, siendo éste el dispositivo, pero
ella no se consolida hasta cuando surja el acto posterior, el cual puede ser impugnable, como
en el supuesto del artículo 249 del Código de Procedimiento Civil, o inexpugnable, como el
del artículo 1.419 del Código Civil, cuya moderación con respecto al monto jurado por el
demandante queda al arbitrio del juez.
El Juez Constitucional, e igualmente el que conoce de acciones por derechos o intereses
difusos o colectivos, puede cambiar calificaciones jurídicas, puede tratar los pedimentos con
amplitud, haciendo prevalecer a la Constitución o evitando daños a la población o a la
colectividad. Pero, a pesar de ello, no puede suplir razones de pedir a las partes”.
Esta sentencia plantea un esbozo de los deberes y capacidades del Juez
Constitucional al enfrentarse a la acción en defensa de los intereses colectivos o difusos. Y
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aún cuando la Acción Colectiva no se encuentra ampliamente desarrollada en Sede
Constitucional, fue por decisión de la misma Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, de fecha 25 de enero de 2005, que la Sala de Casación Social del Tribunal
Supremo de Justicia se vio en la necesidad de trasladar la figura de la Acción Colectiva
para aplicarla en sentencia de fecha 26 de julio de 2.005, al considerar respecto a los efectos
extensivos del procedimiento de adhesión a la misma, lo siguiente:
“Observa la Sala, que aun cuando la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
como se advirtió, restringe consecuencialmente los efectos del presente fallo a los ciudadanos
antes nombrados, deviene sin embargo esencial en aras de garantizar el derecho a una tutela
judicial efectiva y fomentar una justicia accesible, idónea, responsable, sin dilaciones indebidas,
equitativa y expedita, escudriñar con relación a la condición deducida en juicio de la citada
Federación
Nacional
de
Jubilados
y
Pensionados
de
Teléfonos
de
Venezuela
(F.E.T.R.A.J.U.P.T.E.L.).
Así se tiene, que la mencionada Federación, reclama una sentencia de condena a favor de
terceras personas, a saber, los supuestos jubilados que se enumeran en el libelo de demanda, lo
cual hace presumir que asume en nombre propio un derecho ajeno, pues los titulares de la
relación o estado jurídico invocado se configurarían en el universo de jubilados, para lo cual, es
decir, asumir legítimamente la representación de sus agremiados, han debido agotarse las reglas
de la representación en juicio.
Lógicamente, constituyendo la jubilación un derecho personalísimo, la exigencia de su
concreción pecuniaria (la pensión), recae exclusivamente en quien se arroga titular de dicha
condición jurídica y no puede un tercero hacer valer como propio, tal derecho.
La postura esgrimida fue asumida por la Sala, en sentencia de fecha 25 de marzo de 2004,
previendo:
“Así las cosas, debe la Sala resaltar, que si bien es cierto que en la esfera jurídica de las
atribuciones de los sindicatos, están implícitas aquellas orientadas a la defensa de los
trabajadores, tal ejercicio de defensa se sustrae fundamentalmente, al desarrollo de la libertad
sindical, y específicamente, al acometimiento de los contenidos esenciales de la misma, a saber,
el derecho a la sindicación y la actividad sindical.
Pero, más allá del campo de acción colectivo antes referido, los sindicatos tienen
legalmente atribuida la potestad de representar y defender a sus afiliados y aun aquellos
trabajadores que no lo sean, en el ejercicio de sus derechos e intereses individuales, sólo que
cuando tal representación y defensa se ejerce por ante los órganos jurisdiccionales competentes,
deben garantizarse los requisitos de representación judicial.
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
Ello se infiere, del alcance y contenido del literal d) del artículo 408 de la Ley Orgánica
del Trabajo, refiriendo:
“(...) Representar y defender a sus miembros y a los trabajadores que lo soliciten, aunque
no sean miembros del sindicato, en el ejercicio de sus intereses y derechos individuales en los
procedimientos administrativos que se relacionen con el trabajador, y, en los judiciales sin
perjuicio del cumplimiento de los requisitos para la representación; y, en sus relaciones con los
patronos (...)” (Subrayado de la Sala).
Así, para asumir la defensa legítima de los trabajadores (afiliados o no al respectivo
sindicato) en sus derechos subjetivos y personales y, en el ámbito jurisdiccional, deben
satisfacerse los extremos de ley para la representación, predominantemente, el conferir mandato
expreso cada uno de los trabajadores afectados al Sindicato correspondiente.
El artículo 47 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, indica:
“Las partes podrán actuar en el proceso mediante apoderado, debiendo estar éstos
facultados por mandato o poder, el cual deberá constar en forma auténtica. (...).
En el presente juicio, la accionante (el Sindicato), se arroga la representación de un
supuesto universo de trabajadores que peticionan su derecho a la jubilación, sin embargo, no
evidencia esta Sala de los autos que rielan (sic) al expediente, el otorgamiento del respectivo
poder por parte de los trabajadores al Sindicato para que asumiera la defensa de éstos (de sus
derechos subjetivos).
Bajo esta misma línea argumental, debe señalarse, que al pretender constituir la parte
actora un litisconsorcio activo genérico, es decir, sin especificar las condiciones de tiempo, modo
y lugar propias de la pretensión individualizada de los trabajadores en litigio, se atenta
palmariamente contra el derecho a la defensa de la parte demandada.
En conclusión, la recurrida violenta el mandato contenido en el artículo 47 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, por falta de aplicación, y genera en la Sala, la obligación de
declarar inadmisible la presente demanda, ello, por la falta manifiesta de representación
exteriorizada en el actual proceso. Así se decide.” (Sentencia de la Sala de Casación Social, de
fecha 25 de marzo de 2004, Sindicato Nacional de Trabajadores, Caballericeros, Aprendices,
Capataces, Serenos de Cuadra Similares y Conexos de Venezuela contra Instituto Nacional de
Hipódromos.).
De manera que, al no constar en autos los instrumentos poder de cada uno de los presuntos
jubilados, de los cuales se desprenda mandato suficiente para que la Federación Nacional de
Jubilados y Pensionados de Teléfonos de Venezuela (F.E.T.R.A.J.U.P.T.E.L.), los represente en
juicio, y en tal sentido, hiciera valer sus derechos e intereses supuestamente conculcados, la falta
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de cualidad de dicha Federación, resulta elocuente, tal como lo precisara al menos indirecta o
implícitamente, la Sala Constitucional de este Máximo Tribunal.
Dilucidado para la Sala, lo referente a la falta de cualidad de la Federación, estima
entonces como fundamental precisar, la situación jurídica de otras personas o ciudadanos, que no
aprovechándose directamente de los efectos del actual fallo, estarían compelidos a incoar una
acción de manera autónoma ante los órganos jurisdiccionales.
En efecto, el universo de los tentativos jubilados tendrían la carga de intentar por ante los
tribunales de la República, una nueva acción para satisfacer sus derechos e intereses y,
lógicamente, la pretensión que por intermedio de la presente decisión han materializado, los
ciudadanos Luis Rodríguez Dordelly, Nelly Colmenares de Mendoza, Aura Méndez, Carmen de
Pisani, Gladys Fuentes, María Morales, María Gutiérrez, Ramón Loreto, Jesús Miliam Espinoza,
Juan José Battaglini, Guillermo Rojas Chirinos, José Chacón, Gavriel Vitoria, Ramona de Estrada
y Felipe Marcano, titulares de las cédulas de identidad números 2.107.302, 2.082.782, 2.117.564,
1.859.550, 144.439, 3.728.047, 1.660.802, 1.888.140, 1.495.840, 1.812.677, 1.415.194,
4.630.885, 3.232.501, 1.906.617 y 2.962.354, respectivamente; en su condición de jubilados de la
Compañía Anónima Teléfonos de Venezuela.
Tal circunstancia, estima la Sala, resulta contraria a la eficacia del proceso, a su idoneidad
y a lo expedito del mismo, amén de la eventualidad de configurarse decisiones contradictorias.
Ahora, consustanciado con las premisas plasmadas, la Sala Constitucional, en sentencia de fecha
17 de diciembre de 2001, caso Haydeé Margarita Araujo contra Ministerio de Interior y Justicia,
promovió la figura de la extensión de los efectos del fallo, arguyendo:
“(…) Consecuencia natural del Derecho de Defensa (artículo 49 Constitucional), es que
los efectos directos de la sentencia solo tengan lugar entre las partes efectivas del proceso. De allí
que el demandado deba ser citado o emplazado personalmente o por medio de un defensor, y si se
trata de fallos que surten efectos erga omnes, mediante edictos se cita a toda la sociedad, o a su
representante, el Ministerio Público (o a ambos), a fin que ella o los interesados dentro de la
colectividad puedan defenderse.
Sin embargo, y debido a la naturaleza de algunas relaciones o situaciones jurídicas,
personas que no han sido partes en un proceso, pero que eran potenciales litis consortes
facultativos, pueden gozar de los efectos directos del fallo dictado en un juicio donde no fueron
partes, siempre que dicha decisión los beneficie. Tal ocurre en materia de solidaridad donde el
artículo 1.236 del Código Civil expresa: “La sentencia dictada contra uno de los deudores
solidarios no produce los efectos de la cosa juzgada contra los otros codeudores. La sentencia
dictada a favor de uno de los deudores aprovecha a los otros, a menos que se le haya fundado en
una causa personal al deudor favorecido”.
Mientras el artículo 1.242 del Código Civil, reza: “La sentencia condenatoria obtenida
por uno de los acreedores contra el deudor común, aprovecha a los otros. La sentencia dictada a
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favor del deudor aprovecha a éste contra todos los acreedores, a menos que se le haya fundado
en una causa personal al acreedor demandante.
Ambas normas previenen que personas que no han sido partes en un proceso, gocen de sus
efectos.
También, los efectos expansivos o extensivos de la sentencia penal (artículo 438 del
Código Orgánico Procesal Penal), ha sido interpretada por esta Sala, que en lo que los beneficie,
puede el fallo extenderse a personas que se encuentren en la misma situación y les sean aplicables
idénticos motivos, aunque no sean litis consortes en un mismo proceso, tal como lo sostuvo la
Sala en decisión del 27 de marzo de 2001 (Caso: María del Carmen Torres Herrero).
Luego, la ley reconoce que personas que no sean partes de un juicio puedan gozar de los
efectos directos del fallo que allí se dicte, siempre que éstos le sean favorables. No se trata de una
representación sin poder, que las partes hayan efectuado por estos beneficiarios, sino de efectos
extensivos de los fallos para evitar sentencias contrarias o contradictorias, y que además, por
razón de celeridad y economía procesal, tratan de impedir una proliferación de juicios que
atentaría contra la justicia efectiva. (…).
(…) De nuevo la Sala debe resolver una acción de amparo, que si bien es cierto no parece
atender a derechos o intereses difusos o colectivos, conforme a los lineamientos de la sentencia
de esta Sala, de 30 de junio de 2000 (Caso: Dilia Parra Guillén), si se refiere a unos accionantes
que están en idéntica situación jurídica que otros que no son partes en esta causa, y que sufren o
pueden sufrir infracción a los derechos constitucionales de que trata este amparo, por lo que es
necesario decidir si esos potenciales litis consortes facultativos, sin ser partes en esta causa,
pueden gozar de los efectos del fallo que se dicte en este proceso, si es que ellos los benefician.
La resolución de tal cuestión está íntimamente unida a la naturaleza de la pretensión
incoada. Se trata de un amparo constitucional, y el juez que ejerce la jurisdicción en materia
constitucional, se rige, en muchos aspectos, por principios diferentes a los del juez que ejerce la
jurisdicción en materia de naturaleza civil.
Como antes se apuntó, existen personas que tienen un mismo vínculo jurídico con otras
pero en sus relaciones con esa otra, derivadas del vínculo, pueden asumir posiciones disímiles, lo
que puede originar litigios diferentes; de allí la existencia de los litis consorcios facultativos.
(…).
(…) Una de las características de algunas sentencias del ámbito constitucional es que sus
efectos se apliquen a favor de personas que no son partes en un proceso, pero que se encuentren
en idéntica situación a las partes, por lo que requieren de la protección constitucional, así no la
hayan solicitado con motivo de un juicio determinado.
Resulta contrario a la eficacia del proceso, a su idoneidad y a lo célere (expedito) del
mismo, que sí las partes de un juicio obtienen una declaratoria de infracción constitucional de
derechos que vulneran su situación jurídica, otras personas que se encuentran en idéntica
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situación y que han sufrido la misma infracción, no puedan gozar del fallo que restablezca tal
situación jurídica de los accionantes, y tengan que incoar una acción cuya finalidad es que se
reconozca la misma infracción, así como la existencia de la misma situación vulnerada y su
idéntico restablecimiento, con el riesgo de que surjan sentencias contrarias o contradictorias”.
De la citada decisión se puede inferir, que el postulado doctrinal que legitima la
procedencia de la extensión de efectos “ultra parte”, lo constituye la identidad de situaciones
jurídicas en que se encuentren quienes no han sido parte en un proceso judicial respecto de
aquellos que sí lo fueron.
Ahora, si bien en el presente caso la relación jurídica de los jubilados con la C.A.N.T.V.,
no deviene forzosamente del mismo título (causa), y por tanto, técnicamente no existe una
situación jurídica idéntica, lo cierto es que, todos ellos detentan un mismo status jurídico, a saber,
la condición de jubilados.
Así, el menoscabo a los principios o garantías de orden constitucional detectados por la
Sala Constitucional, en su sentencia de revisión (irrenunciabilidad, progresividad e intangibilidad
de los derechos laborales como la vulneración del artículo 80 Constitucional), afectaron los
derechos e intereses de los jubilados de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela
de manera uniforme.
De otra parte, es de destacar, que Venezuela se constituye en un Estado democrático y
social de Derecho y de Justicia (artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela), que propende al acceso de toda persona a los órganos de administración de justicia
para hacer valer sus derechos e intereses y a la tutela judicial efectiva de los mismos,
garantizando una justicia idónea, responsable, equitativa, expedita y sin dilaciones indebidas
(artículo 26 Constitucional).
Así, la justicia es, y debe ser, tal como lo consagran los artículos 2 y 3 eiusdem, uno de
los valores fundamentales presente en todos los aspectos de la vida social, por lo cual debe
impregnar integralmente al ordenamiento jurídico y constituir uno de los objetivos de la actividad
del Estado, en garantía de la paz social.
De allí que, la interpretación de las instituciones procesales debe ser amplia (el proceso
constituye un instrumento fundamental para la realización de la justicia, artículo 257
Constitucional), tratando que si bien las mismas comporten una garantía para que las partes
puedan ejercer su derecho de defensa, no por ello se conviertan en un obstáculo que impidan
lograr los fines desarrollados en el artículo 26 Constitucional, primordialmente, la tutela judicial
efectiva.
En ese contexto, entiende esta Sala, que la no extensión de los efectos de la presente
decisión al conglomerado de jubilados de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de
Venezuela, compartiendo todos un mismo status jurídico, constituiría un menoscabo dantesco al
derecho a la tutela judicial efectiva y a la celeridad procesal, todo, en el entendido que tal
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
universo de pensionados si bien no están plenamente individualizados, resultan perfectamente
determinables. Así se establece.
En tal razón, se extienden los efectos de la presente sentencia a los restantes ciudadanos
que ostenten la condición de jubilados de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de
Venezuela.
Por último, se aprecia que conforme al ámbito de aplicación subjetiva de las convenciones
de trabajo suscritas por la demandada, los sobrevivientes de los jubilados fallecidos tienen
derecho a una pensión, en correlación con las especificaciones y la proporción estipulada en las
cláusulas respectivas de dichas convenciones.
En tal sentido, se contempla:
“La pensión de sobrevivientes se causará por el fallecimiento del beneficiario de una
pensión de jubilación o de un trabajador que a la fecha de su muerte llenare los requisitos para
tener derecho a la jubilación normal.
Tendrán derecho por partes iguales a la pensión de sobrevivientes, los hijos y el cónyuge
del causante (…).
(…) El monto de la pensión de sobrevivientes será igual al setenta y cinco por ciento
(75%) de la jubilación correspondiente y se distribuirá por partes iguales entre los beneficiarios
(…)”.
En sujeción a ello, estima esta Sala, deben ser extensibles por igual los efectos del actual
fallo, a los sobrevivientes de los jubilados. Así se establece.
IV
ESPECIFICACIONES AL MÉRITO
Previene la Sala, que la decisión de la Sala Constitucional en sujeción al artículo 80 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ordenó el ajuste de las pensiones de los
jubilados de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, conteste con el salario
mínimo urbano.
Empero, advierte la sentencia, el mismo operará para aquellos casos en los que la pensión
de jubilación resultare inferior a dicho salario mínimo, debiendo por ende esta Sala, hacer las
siguientes salvedades:
De acuerdo al principio de irretroactividad de la Ley, que consagra el artículo 24 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la efectividad del mandamiento dado por
la Sala Constitucional, con relación al ajuste de las pensiones de jubilación al salario mínimo
urbano, procedería desde la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de
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Venezuela, esto es, del 30 de diciembre de 1999 (fecha de publicación en la Gaceta Oficial Nº
36.860), hasta la efectiva ejecución del presente fallo.
En todo caso, el lineamiento anterior devendrá aplicable en la medida en que el ajuste de
la pensión de jubilación al salario mínimo urbano, resulte más favorable que la homologación de
dichas pensiones (de manera proporcional) a los incrementos salariales causados por el personal
activo de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, por vía de las convenciones
colectivas -vigentes al 30 de diciembre de 1999, hasta la efectiva ejecución de la actual decisión-.
Indudablemente, para ponderar a uno u otro sistema de ajuste de las pensiones como el
más favorable, se responderá al criterio o parámetro estrictamente cuantitativo.
Por tanto, de manera residual se puede afirmar, que el ajuste en las pensiones en forma
proporcional a los incrementos salariales que percibieron los trabajadores activos de la Compañía
Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, en sujeción a las estipulaciones contenidas en las
respectivas convenciones colectivas de trabajo suscritas por la empresa, impera desde la fecha en
que virtualmente se hacía exigible el crédito, en razón de la vulneración a la irrenunciabilidad,
progresividad e intangibilidad de los derechos de los jubilados, es decir, el 1º enero de 1993
(entrada en vigencia de la convención colectiva de trabajo firmada por la Compañía Anónima
Nacional Teléfonos de Venezuela, C.A.N.T.V y la Federación de Trabajadores de
Telecomunicaciones de Venezuela, F.E.T.R.A.T.E.L, en conjunción con sus sindicatos afiliados),
hasta la efectiva ejecución del presente fallo, tomando en consideración naturalmente, las
convenciones colectivas de trabajo vigentes desde dicho momento y excepción hecha como se
especificó, de la eventual homologación de las pensiones a partir del 30 de diciembre de 1999, en
correspondencia con el salario mínimo urbano, ello, por resultar más favorable a los jubilados.
A todo evento se señala, que las pensiones deberán incrementarse hacia futuro, en la
medida en que se produzcan aumentos salariales para los trabajadores activos de la demandada,
atendiendo para ello (si fuere necesario), a la clasificación del cargo que ostentaba el jubilado
para el momento de adquirir tal condición.
Ahora bien, en apego al objeto de la condena ut supra fijada, esta Sala ordena se practique
experticia complementaria del fallo, a los fines de determinar el ajuste de las pensiones
correspondiente a cada uno de los jubilados sobre los que recae la presente decisión, todo,
conteste con las especificaciones sub iudice ofrecidas.
La referida experticia se efectuará según lo dispuesto en el artículo 159 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, por un único perito designado por el Tribunal que resultare
competente y se ejecutará sobre los libros contables, la nómina de la empresa, recibos de pago y
cualquier otro documento del cual se derive el monto de las pensiones de cada uno de los
jubilados de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela, los cuales están en poder
de la demandada.
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
Adicionalmente, el experto deberá servirse de las convenciones colectivas de trabajo
suscritas por la demandada, desde el 1º de enero de 1993, hasta la efectiva ejecución del presente
fallo, así como de los Decretos de fijación del salario mínimo urbano que hubiere dictado el
Poder Ejecutivo, desde el 30 de diciembre de 1999, hasta igualmente, la efectiva ejecución de la
actual decisión.
Asimismo, el experto podrá favorecerse a los fines de adelantar su dictamen técnico, de
cualesquiera de las instrumentales incorporadas al presente juicio en caso que la demandada, no
facilite los datos o documentos requeridos para garantizar las resultas de la experticia.
V
DE LA ADHESIÓN AL FALLO
Habiendo esta Sala extendido los efectos jurídicos de la presente decisión a los
ciudadanos, que denoten la condición de jubilados de la demandada como a los sobrevivientes de
los mismos, y al no encontrarse todos ellos individualizados a los fines de favorecerse de la
declaratoria de condena proferida, pero resultando plenamente determinables, se advierte, que
tienen éstos el derecho de adherirse al actual fallo y solicitar su ejecución, debiendo acreditar
previamente a los autos dicha condición, a saber, la de jubilados de la Compañía Anónima
Nacional Teléfonos de Venezuela, o de sobrevivientes de tales jubilados.
De formularse la adhesión (en el lapso previo a la designación por el Juez de
Sustanciación, Mediación y Ejecución del perito que ha de practicar la experticia complementaria
del fallo acordada), se notificará a la demandada a fin que exponga lo que pondere conveniente
para la defensa de sus derechos e intereses, debiéndose abrir una articulación probatoria con base
al artículo 607 del Código de Procedimiento Civil, aplicable analógicamente por mandato expresó
del artículo 11 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, ello, si en definitiva la demandada
disiente del derecho del adherente.
Agotado el desenlace probatorio, el Juez de Sustanciación, Mediación y Ejecución que
resultare competente, decidirá lo conducente en el término de ley, pudiendo en todo caso quien no
se adhiera al presente fallo, dilucidar su derecho en juicio aparte.”
CONCLUSIONES
A tenor de todo lo reflejado en los epígrafes anteriores como balance y
recapitulación final se puede extraer una primera idea fundamental el considerar a las
acciones colectivas como mecanismos procesales que permiten a los gobernados (como
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sociedad en general o como un grupo determinado) ejercer el derecho a la justicia, con la
finalidad única de obtener la defensa y protección de sus derechos colectivos cuando éstos
han sido violentados.
Sin embargo ha sido de gran utilidad la exploración realizada sobre los diversos
países en cuanto a estas acciones que tienen gran trayectoria en cada una de las naciones
que fueron objeto de estudio.
El Derecho Comparado en México se observa como uno de los últimos países en
reconocer las acciones colectivas elevándolas a rango Constitucional. Se percibe que con
excepción de Colombia en la mayoría de los países que se analizan, la regulación de las
acciones colectivas está dispersa en su legislación. En Argentina se contempla la tutela de
los derechos de los consumidores y ambientales. En Chile las acciones colectivas proceden
para la defensa de los derechos de los consumidores.
En todo el estudio elaborado se dilucido que tal figura no está completamente
integrada a nuestro sistema jurídico práctico, pues en el nuestro, Venezuela, no existe una
legislación especial que regule la acción colectiva, sin embargo nuestra Constitución
Nacional en su artículo 26 nos da la herramienta jurídica para accionar ante los órganos
jurisdiccionales, para solicitar la tutela de derechos colectivos o difusos cuando estos se
vean transgredidos o violentados. Por tanto se concluye que es sumamente necesario
legislar respecto de este tema, pues Venezuela esta huérfana al respecto, solo existen unas
pocas decisiones del Tribunal Supremo de Justicia que aportan algo sobre el tema, pero en
una medida muy corta, es decir, se entiende que para intentar las acciones sobre intereses
colectivos o difusos se debe tener capacidad de representación, es decir estar debidamente
apoderado; en cuanto al fallo, el juez constitucional no teniendo conocimientos en todas las
materias debe hacer uso de una experticia complementaria del fallo; con relación a quienes
no concurrieron al juicio, siendo ello así, considera la Sala que el lapso preclusivo para
pedir las aclaraciones y ampliaciones contempladas en el artículo 252 del Código de
Procedimiento Civil, no puede aplicarse estrictamente en las causas donde se ventilan
derechos e intereses difusos o colectivos; las aclaratorias y ampliaciones podrán
interponerse antes que se ejecute efectivamente la sentencia. El Juez Constitucional, e
igualmente el que conoce de acciones por derechos o intereses difusos o colectivos, puede
cambiar calificaciones jurídicas, puede tratar los pedimentos con amplitud, haciendo
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Análisis jurisprudencial de las acciones colectivas en el derecho comparado
prevalecer a la Constitución o evitando daños a la población o a la colectividad. Pero, a
pesar de ello, no puede suplir razones de pedir a las partes. Siendo estas las consideraciones
más importantes que al respecto nos ha dado nuestro Máximo Tribunal.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Luna Chi, David Gibran, en: Horizonte de las acciones colectivas en México. Disponible
en: http://www.scribd.com/doc/15726760/Horizonte-de-las-acciones-colectivas-en-Mexico
Contreras Nieto, Miguel Ángel, 10 temas de Derechos Humanos, Comisión de Derechos
Humanos del Estado de México, México, s/a. Disponible en:
http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1531/10.pdf
Noyola Zarco, Raquel, Perspectivas de las Acciones Colectivas, Revista del Instituto
Belisario Domínguez, Senado de la República, LX Legislatura, Año 1, Número 5,
Diciembre 2008. Documento disponible en:
http://www.senado.gob.mx/iilsen/content/publicaciones/revista5/3.pdf
(2011, 04). Las Acciones Colectiva En El Derecho De Trabajo
BuenasTareas.com. http://www. Las-Acciones-Colectiva-En-El-Derecho
(Ensayo).
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas, octubre 2009.Impreso en
Imprenta Nacional y Gaceta Oficial.
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, número 85 de fecha,
24 de enero de 2.002 (Caso ASODEVIPRILARA) disponible
http://www.google.co.ve/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=
8&ved=0CC0QFjAA&url=http%3A%2F%2Fvlex.com.ve%2Ftags%2Fsentenciaasodeviprilara-24-enero-2002537612&ei=wn89U4fKAsXfsAT8o4GwDA&usg=AFQjCNGkOZD9_zGopsM1YgheiuJ3
OHAchw&sig2=PGCVErJg4I5VN6rBMzbvQg&bvm=bv.63934634,d.cWc
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