SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San

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26-CAS-2004
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
nueve horas y cuarenta y cinco minutos del día veintiocho de septiembre de dos mil cuatro.
La Sala conoce del recurso de casación interpuesto por los Licenciados Carlos
Francisco Ochoa Morales y Arcadio José Humberto García, ambos en el carácter de
defensores particulares del imputado SALVADOR ERNESTO PANAMEÑO ORTIZ,
procesado por el delito de Homicidio Agravado Art. 129 No. 3 Pn., en perjuicio de Aníbal
Antonio Gavidia Pérez, según sentencia pronunciada por el Tribunal de Sentencia de San
Vicente, a las diecisiete horas con trece minutos del once de noviembre de dos mil tres.
Por resolución de esta Sala, pronunciada a las doce horas del ocho de junio de dos
mil cuatro, se previno a los recurrentes que subsanaran los defectos observados en el escrito
de interposición, las cuales fueron evacuadas en el término de ley, por lo que se procede a
examinarlas.
El recurso interpuesto por el Licenciado Carlos Francisco Ochoa Morales, continúa
siendo informal, ya que por una parte el mencionado profesional omitió individualizar las
infracciones de acuerdo a la naturaleza sustantiva o procesal de cada motivo, pues en su
primer escrito se advirtió el planteamiento de varios motivos sin que se hayan
individualizado, tal como lo establece el Art.423 Pr.Pn., olvidando además indicar los
puntos de la sentencia en donde constan los errores que critica y de qué manera éstos
incidieron en el fallo. Por el contrario, se concentra en la alegación de cuestiones distintas a
las planteadas en su primer escrito y que además ya fueron resueltas en su oportunidad por
los Tribunales correspondientes, así para el caso, la ilegalidad de la captura del imputado, la
celebración de la audiencia inicial fuera del término legal y otras que no son objeto de
revisión por este Tribunal de casación.
Por otra parte se advierte que no atendió la prevención consistente en especificar en
qué consistió la falta de fundamentación en cuanto a la agravante No.3 del Art.129 Pn., y a
la coautoría, olvidando citar las razones expresadas por el Tribunal de juicio en relación a
tales circunstancias.
En razón de las anteriores omisiones, el recurso es informal por lo que esta Sala
debe desestimarlo.
En cuanto al recurso interpuesto por el Licenciado Arcadio José Humberto Polanco
García, se advierte que éste cumple con los requisitos de admisibilidad únicamente en
relación al primer motivo de fondo planteado, no así respecto del segundo motivo, ya que la
fundamentación del mismo continúa siendo inapropiada, ya que insiste en hacer una critica
a la valoración que el A quo hizo a la prueba y a los hechos que tuvo por acreditados, con el
fin de que este Tribunal de Casación haga un nuevo juicio de valoración de la prueba de
acuerdo al criterio del impugnante y aplique el principio in dubio pro reo, pretensiones que
no son objeto de control de casación, ya que la casación no constituye una segunda
instancia, no encontrándose dentro de la esfera de este Tribunal revalorar la prueba ni
juzgar los motivos que formaron la convicción de A quo. Por otra parte, el principio in
dubio pro reo, constituye una regla procesal relativa a la comprobación de la existencia del
delito y la participación del imputado, correspondiendo exclusivamente su apreciación
crítica a la libre convicción del tribunal del juicio, quien tuvo la inmediación de la prueba,
por lo cual, también está fuera del control casacional, en consecuencia debe ser
desestimado.
En virtud de lo expuesto y con base en los Arts.407, 423 y 427 Pr.Pn., esta Sala
RESUELVE:
1) DECLARASE INADMISIBLE el recurso de casación interpuesto por el
Licenciado Carlos Francisco Ochoa Morales, por no reunir los requisitos legales de
admisibilidad.
2) DECLARASE INADMISIBLE el recurso de casación interpuesto por el
Licenciado Arcadio José Humberto Polanco García, en relación al segundo motivo alegado.
3) Resuélvase en sentencia el recurso de casación interpuesto por el Licenciado
Arcadio José Humberto Polanco García, únicamente en cuanto al primer motivo de fondo
alegado.
RESULTANDO:
I.- Que mediante la sentencia definitiva expresada en el preámbulo, se resolvió: "...
POR TANTO:---Con base a lo antes relacionado y a los artículos 11, 12, 14, 15, 172, 181,
193 No.3 y 4, 235 de la Constitución de la República; Artículos 1, 2, 3, 4, 12, 13, 18, 19,
32, 33, 128 y 129 No.3 del Código Penal; Artículos 1 al 6, 8, 9, 10, 15, 19 No.1, 53 No.3,
128, 129, 130, 162, 186, 324 y siguientes, 338 y siguientes, 354 y siguientes, 360 del
Código Procesal Penal; y sobre la base de la prueba producida durante el desarrollo de la
presente Vista Pública. En nombre de la República de El Salvador, por Unanimidad este
Tribunal FALLA:---a) DECLARASE CULPABLE al señor Salvador Ernesto Panameño
Ortiz, como COAUTOR en el delito de Homicidio Agravado, previsto y sancionado en el
Art.128 en relación con el Art.129 No.3 del Código Penal, en perjuicio de la vida del señor
Aníbal Antonio Gavidia Pérez, hecho ocurrido aproximadamente a las tres o cuatro de la
madrugada del día doce de diciembre de dos mil dos, en la Séptima Avenida Sur del Barrio
San Juan de Dios de ésta ciudad, en virtud de haberse establecido el cuerpo del delito y la
participación delincuencial del procesado.---b) INAPLICASE la pena contenida en el inciso
final del Art.129 del Código Penal, según reforma por D.L. 486 del 18 de julio de 2001,
publicada en el D.O. No.144, Tomo No.352 del 31 de julio de 2001; en consecuencia,
RECONOCESE LA VIGENCIA de la reforma al 129 No.2 e inciso final del citado artículo
129 del Código Penal, según reforma por D.L. No.703 del 9 de septiembre de 1999,
publicado en el D.O. No.183, Tomo 345 del 4 de Octubre de 1999. Inaplicabilidad que se
realiza de conformidad al Art.185 de la Constitución de la República, por infringir el Art.27
de la Constitución de la República y los principios de necesidad y proporcionalidad de la
pena, e infringir el principio de igualdad ante supuestos desiguales que comprende el No.3
del art.129 en comparación al No.2 de la misma disposición del Código penal.---c)
Condénase al señor Salvador Ernesto Panameño Ortiz, a cumplir la pena de veinticinco
años de prisión por el delito de Homicidio Agravado, en perjuicio de la vida del señor
Aníbal Antonio Gavidia Pérez, pena que cumplirá el día doce de diciembre de dos mil
veinticuatro, sin perjuicio del cómputo que efectúe el señor Juez de Vigilancia Penitenciaria
y de Ejecución de la Pena de esta ciudad. CONDENASE además a las penas accesorias
siguientes: Pérdida de sus derechos de ciudadano; e incapacidad para obtener toda clase de
cargos o empleos públicos; pena accesoria que durará el período de la pena principal.---d)
Continúe el imputado en la detención en que se encuentra en tanto no quede firme esta
Sentencia.---e) Déjase a expedito el derecho de las víctimas a hacer su reclamo por
indemnización de daños y perjuicios ocasionados, por la vía Civil, ya que éste Tribunal no
cuenta con un parámetro para determinar el monto que pudiera corresponderles.---f)
Devuélvanse los objetos personales a su propietario.---g) No hay condena en costas
procesales por no haberse incurrido en ella.---h) Hágase saber la presente Sentencia al señor
Juez de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena, con sede en esta ciudad, así
como al Tribunal Supremo Electoral, oportunamente, para los fines legales
correspondientes. Y háganse las comunicaciones de ley, a las demás autoridades
competentes.---i) Declárase ejecutoriada la presente Sentencia, si no se interpusiere recurso
alguno.---j) Notifíquese mediante su lectura integral, para lo cual se señalan las once horas
del día veinticinco de noviembre del presente año, en la Sala de Audiencias de este
Tribunal...".
II.- Contra el anterior pronunciamiento, el defensor particular Licenciado Arcadio José
Humberto Polanco García, interpuso recurso de casación alegando lo siguiente:
"...MOTIVO:---PRIMER MOTIVO: El motivo que invoco es la ERRÓNEA
APLICACIÓN de un precepto legal, artículo 421 inciso primero del Código Procesal
Penal.---PRECEPTO ERRÓNEAMENTE APLICADO.---El precepto erróneamente
aplicado, es el artículo 129 numeral 3º. del Código Penal que reza: "Homicidio Agravado.
Se considera homicidio agravado el cometido con alguna de las circunstancias siguientes:
3) Con alevosía, premeditación, o con abuso de superioridad."---Interpretación y alcance de
la norma que se señala erróneamente aplicada:---De acuerdo al texto de la norma que se
señala erróneamente aplicada encontramos, que la ley penal sanciona con pena de prisión el
actuar humano cuando lesiona el bien jurídico constitucionalmente protegido como lo es el
derecho a la vida, pues un Derecho Penal anclado y sometido a los postulados básicos del
Estado Constitucional, (Estado social y democrático de Derecho), debe someter sus
previsiones legislativas abstractas a los principios generales que caracterizan a ese Estado y
a los principios generales de tutela de los derechos fundamentales (dignidad humana como
fundamento común de los derechos y libertades constitucionales, inviolabilidad de éstos
como instrumento constitucional básico, y libre desarrollo de la personalidad como fin y
orientación teleológica constitucional común a todos ellos), sobre todo en un marco
constitucional de valores en el que se ha adoptado por colocar a la persona y sus derechos
básicos como centro del sistema político-jurídico. Pero dicha tutela no es de una aplicación
automática pues deben de ser analizados los elementos que concurren en el tipo,
especialmente el Tipo subjetivo. Según el Tipo Penal, éste describe el dolo, el cual está
integrado por el conocimiento y la voluntad de realización de una acción dirigida a producir
la muerte de otro.---En cuanto a las circunstancias cualificantes el precepto contempla en su
numeral tercero la alevosía, la premeditación y el abuso de superioridad, de estos el
Tribunal A quo ha retomado la alevosía y el abuso de superioridad, entendiéndose por
alevosía a la vista de la definición legal que su fundamento reside en el empleo de medios,
formas o modos que tiendan al aseguramiento de la ejecución del delito con evitación de
los riesgos que pudieran derivarse de la defensa de la misma. Circunstancias que ha sido
criticada por un sector de la doctrina pues como fundamento de esta circunstancia es el
incremento de reproche (mayor culpabilidad). Y que según Carbonell Mateu se ha
impugnado la legitimidad de la alevosía como circunstancia agravante de forma conducente
y al respecto ha expuesto: "Debe criticarse, por otra parte, la existencia de una
circunstancia, la alevosía, que agrava la responsabilidad en virtud de que el sujeto que ha
decidido llevar a cabo la muerte de otro, tome medidas para hacerlo con éxito,
asegurándose el resultado y evitando riesgos. Eso no es nada más que hacer bien las cosas.
Y las cosas, aún las malas, deben hacerse bien. O es que, ¿se pretende que quien mata a
otro lo haga poniéndose en peligro a sí mismo y tomando medidas que permitan a la
víctima defenderse y evitar el resultado? Eso, más que romanticismo trasnochado,
difícilmente concebible en esta clase de comportamientos, constituye un simple "Castigo al
listo""; y por Abuso de Superioridad, se encuentra su interpretación únicamente en el
Código Penal Comentado, cuando se comenta el artículo 30.5, como una circunstancia
agravante general, pero no específica para el tipo, y éste refiere: "El abuso de superioridad
supone una "alevosía de segundo grado", con la que guarda íntima relación, según
expusimos en el comentario correspondiente a aquélla.---El abuso de superioridad tiene una
vertiente objetiva y otra subjetiva. La primera la configura una situación de desequilibrio
entre las posibilidades de actuación del sujeto activo y del sujeto pasivo (uno para atacar el
bien jurídico y otro para impedirlo), referidas al caso concreto, desequilibrio que puede
derivar tanto de un plano físico como de un plano psíquico. La vertiente subjetiva de la
circunstancia hace que el autor deba ser consciente de la existencia de tales circunstancias y
está animado su comportamiento por la expresa intención de aprovecharlas en la ejecución
del hecho pretendido.---La aparente multiplicidad de contenido que subyace en la redacción
de la circunstancia se reconduce en realidad a una sola situación, el concepto de abuso de
superioridad es más amplio que el empleo de medios que debiliten la defensa, lo cual se
constituye como una más de las situaciones de superioridad, cuyo resultado final no es la
anulación de la defensa del ofendido, como sucedía con la alevosía, sino su mero
debilitamiento, por lo que, paralelamente, el riesgo para el agente crece, algo que de nuevo
diferencia a esta circunstancia de la alevosía y funda incluso un estado mental distinto en el
sujeto que actúa en una y otra situación.---Podría resumirse que el abuso de superioridad en
el ataque puede lograrse de formas distintas o incluso venir preconfigurado por
circunstancias diversas, siendo algunas de las formas en que ello se presenta las
enumeradas en concreto en el precepto, lo que contribuye tanto a la indemnidad del agente
como al aseguramiento de la ejecución y a la impunidad de su conducta.---La concreta
referencia al aprovechamiento de la debilidad de la víctima, tal y como hoy permanece
redactada la alevosía y se ha venido considerando tradicionalmente, plantea algunos
problemas interpretativos, ya que el precepto parece llevarnos a integrar en su ámbito
situaciones como aquellas en que la víctima está definida por su corta o avanzada edad, la
enfermedad inhabilitante o ciertos estados carenciales. Debemos darnos cuenta de que ello
supone en efecto un desequilibrio entre autor y víctima, circunstancia a la que es aplicable
cuanto señalamos en el comentario a este precepto, de manera que cuando ello se busca o
aprovecha para eliminar completamente el riesgo para el sujeto activo, lo que se produce,
seguiremos estando ante una situación alevosa y no ante un abuso de superioridad.
Pensemos que se conserva en el artículo 30.1) la presunción legal de alevosía respecto a los
ataques que tiene por sujeto pasivo a un menor de doce años.---Debe tenerse en cuenta que
para la apreciación de la circunstancia hay que valorar si en la situación concreta a la que se
enfrenta el agente éste precisa necesariamente de una extraordinaria violencia para llevar a
cabo su plan criminal; si ello es así, no cabe apreciar la agravante porque ésta tiene su razón
de ser en el abuso, en lo adicional, no en el uso de lo imprescindible para cometer el delito,
lo cual ya tiene su adecuado castigo en la definición del delito mismo...".--- "... Respecto de
la errónea aplicación de la agravante de Abuso de Superioridad, se tiene que el A quo se
limitó a expresar: "...y con abuso de superioridad, pues fue atacado por dos sujetos activos,
uno quien lo sujetó y otro que introdujo el arma blanca en el cuello...", pero no desarrolló
de manera clara que esto por sí mismo constituye una circunstancia cualificante distinta de
la agravante general, que es donde generalmente se considera para la dosimetría de la pena;
para ello traigo a cuento el concepto que de Abuso de Superioridad nos da el Diccionario de
Derecho Penal y Criminología de Raúl Goldstein, y nos dice: "Circunstancia agravante de
la responsabilidad criminal, consistente en el abuso de superioridad, pero de superioridad
estrictamente personal, física o moral, no de autoridad, que es otro supuesto legal y está
considerado como una modalidad de alevosía. En tanto que la agresión alevosa busca la
indefensión total y plena de la víctima la de abuso de superioridad se conforma con
debilitar sin anularla. Viene a ser como alevosía de menor cuantía, que aunque agravante
genérica no es calificativa de asesinato. Para su existencia es necesario el empleo de la
fuerza, el uso o aprovechamiento de medios físicos de ataque excesivos,
desproporcionados, desiguales, compradazos con los que están al alcance del ofendido para
su defensa; es preciso desentrañar la diferencia con alevosía adoptando un criterio
cuantitativo, como en los casos de agresiones de dos o uno, la de un hombre a un niño o a
un valetudinario. El empleo del término peyorativo de "abuso" implica un prevalimiento,
una desproporción notoria, y entonces surge inevitablemente la modalidad agravatoria
superior, la alevosía plena. ".;---La crítica a la errónea aplicación de esta circunstancia parte
de la idea de que no se logró acreditar por los medios legales de prueba incorporados en la
vista Pública, pues de acuerdo al dicho del testigo Salvador Alberto Palacios, no se delimita
la actividad demostrada por mi defendido en el hecho, ignorándose si fue quien tomó a la
víctima por el hombro o fue quien ejecutó la lesión en el cuello; por lo tanto se ignora si de
su parte hubo empleo de la fuerza, el uso o aprovechamiento de medios físicos de ataque
excesivos, desproporcionados, desiguales, compradazos con los que estaban al alcance de la
víctima para su defensa.---Que al no haberse podido establecer de manera clara y precisa
las circunstancias cualificantes de ALEVOSIA y ABUSO DE SUPERIORIDAD, para tener
por acreditado el delito de HOMICIDIO AGRAVADO, queda únicamente aplicar la figura
de HOMICIDIO SIMPLE tipificado en el artículo 128 del Código Penal, cuyo sentido y
alcance está orientado a sancionar con la pena de prisión a quien con el ánimus necandi
termine con la vida de una persona, por ello se tiene como pretensión: 1º) que el hecho sea
calificado en forma definitiva como Homicidio Simple y 2º) que se aplique la pena
proporcional al hecho dentro de los parámetros del Homicidio Simple...".
III.- La representación fiscal contestó el emplazamiento en los términos siguientes: "...En
cuanto a los dos motivos invocados por el Licenciado Polanco García de la exposición que
hace no específica el agravio ni la regla violentada por el Tribunal de Sentencia del art.162
Procesal Penal, debido a que no es concluyente en decir el daño que se le ocasiona a su
patrocinado sino que hace una valoración de la prueba vertida en juicio.---Por las razones
antes expuestas, a la Honorable Sala de lo Penal PIDO:---Declarar inadmisibles los motivos
invocados por los Licenciados Carlos Francisco Ochoa Morales y Arcadio José Humberto
Polanco García, en su calidad de Defensores Particulares del imputado Salvador Ernesto
Panameño Ortiz...".
IV.- Para efectos de pronunciar esta sentencia, el marco referencial infranqueable, dentro
del cual se desarrollará el examen de casación, lo constituyen los hechos comprobados; en
tal sentido, cuando los errores se dicen suscitados en el análisis de fondo desarrollado en la
propia sentencia, sin vinculación con la validez de los actos realizados durante la vista
pública, consistentes en la inadecuada subsunción de los hechos al considerar la existencia
de circunstancias agravantes específicas que no tuvieron ocurrencia en el desarrollo de los
hechos relacionados en la misma sentencia, según el texto del recurso, razón por la cual el
análisis de la Sala versará sobre dicha base.
De los hechos probados, se desprende que el imputado sujetó con sus brazos a la
víctima, mientras ésta era apuñalada en la parte trasera de su cuello por un segundo sujeto.
La doctrina es unánime en sostener que la esencia de la alevosía es la indefensión
total de la víctima, requiriendo para su configuración de un elemento objetivo consistente
en el empleo de determinados medios o formas que aseguren la ejecución del delito, y de
un elemento subjetivo basado en la circunstancia de no existir riesgo para el hechor, de
donde la indefensión y la certeza en la ejecución del hecho son los rasgos esenciales en la
alevosía.
En cuanto al abuso de superioridad puede configurarse de varias maneras, siendo
una de ellas la concurrencia de más de una persona.
La Sala encuentra que la descripción de los hechos dada en la sentencia se ajusta a
los parámetros doctrinarios reseñados, con la única salvedad de que es muy improbable la
concurrencia de ambas especies de agravantes, sin embargo este punto tendría relevancia
solamente para la determinación de la medida de la pena.
Sin embargo, la pena fijada en la sentencia es inferior al límite mínimo aplicable al
delito acriminado, cuya escala punitiva oscila actualmente entre treinta y cincuenta años de
prisión, ya que los sentenciadores haciendo uso de la facultad constitucional prevista en el
Art. 185 Cn., declararon inaplicable el Decreto Legislativo 486 del dieciocho de julio de
dos mil uno, publicado en el Diario Oficial Número 144, del 31 de julio del mismo año,
mediante el cual se introduce una reforma al artículo 129: Homicidio Agravado,
aumentando la pena de prisión en los límites de treinta y cincuenta años de prisión, por lo
que reconocieron la vigencia del decreto que le precedió donde los márgenes de la sanción
privativa de libertad oscilaban entre veinticinco y treinta años de prisión; por consiguiente,
la pena fijada en veinticinco años de privación de libertad no es excesiva como para asumir
que la aplicación de dos circunstancias agravantes ha generado un perjuicio en contra del
procesado.
En abono a lo anterior, a menos que fuese objetivamente mensurable la incidencia
que cada circunstancia ha tenido en la individualización de la pena, como en el supuesto de
que el tribunal fijara un número determinado de años de prisión en atención a cada
agravante, lo cual no ha sucedido en el caso de autos, por tales razones la Sala no puede
realizar valoraciones de orden especulativo.
Por consiguiente, en vista de encontrarse correcta la adecuación de la conducta
demostrada con el dispositivo típico correspondiente, y no existir exceso en la
determinación de la pena por aplicación de agravantes específicas, no es procedente
acceder a las pretensiones del recurrente al no existir el vicio denunciado.
POR TANTO: De conformidad con las razones apuntadas, disposiciones legales citadas y
Arts.50 Inc.2. y No.1, 357, 421, 422 y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El
Salvador, esta Sala FALLA:
Declárase que NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito por el motivo de fondo
invocado.
Remítase el proceso al tribunal de origen, para los efectos legales consiguientes.
F. LOPEZ ARGUETA---------------J. N. CASTANEDA S.-----------------E. CIERRA----------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUCRIBEN-----------RUBRICADAS--------ILEGIBLE.
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