LAS RAÍCES PROFUNDAS DE LA PIRATERÍA ● Las Raíces Profundas de la Piratería ● Encuestas ● Piratería y Falsificación ● Sanciones En la actualidad, se escucha hablar mucho sobre la piratería, ya sea ésta marcaria, de software, de productos, de obras audiovisuales, etc. Sin embargo, la mayoría de las veces no hemos reflexionado detenidamente sobre el tema. El presente artículo trata de dar algunas pautas sobre un problema que está fuertemente enquistado en nuestra sociedad y es, para decirlo de alguna manera, «parte» de nuestro diario vivir. En efecto, la Sociedad Peruana convive con la piratería y para confirmarlo podemos decir que diariamente nos encontramos en cada esquina o cruce de semáforo con sujetos que nos ofrecen a precios súmamente cómodos una diversidad de productos, entre los que se pueden citar libros, CDs de música y CDs con las últimas películas, es decir, aquellas que no solamente están simultáneamente estrenándose en cartelera sino también aquellas que aún no se han estrenado en los Cines. La primera consecuencia de importancia ante el crecimiento de la piratería, ha sido sin lugar a dudas un decrecimiento de la producción autoral en nuestro país, sin mencionar las ganancias exorbitantes que dicho negocio ilícito provee. Son los autores los primeros afectados con la piratería pues el perjuicio no solo es moral (le copian su obra) sino fundamentalmente económico (recordemos que los autores ganan un determinado porcentaje por cada ejemplar o CD vendido «legalmente»). Pero además, la piratería afecta a la cadena económica que sigue a la creación de la obra y que la integran casas editoriales (en el caso de los libros), la industria musical (en el caso de los discos), la industria cinematográfica (en los casos de la producción de películas) y muchas otras más como lo son agencias de publicidad, fabricantes de equipos de impresión, imprentas, litografías, diseñadores, distribuidores,artistas, fabricantes de computadoras e instrumentos musicales y un largo etcétera que no tiene cuando acabar. Para empezar a ubicarnos, debemos decir que la piratería es un delito, como lo es el robar, matar, asaltar, etc. Sin embargo, en nuestra vida ocurre una paradoja difícil de entender: nos alegramos cuando la policía apresa al ladrón que robó la cartera de una señora o asaltó una tienda o un banco; hay una evidente sensación de rechazo hacia el delincuente. Sin embargo no ocurre lo mismo cuando se nos acercan a la ventanilla de nuestro automóvil para ofrecernos un producto pirata. Reaccionamos de manera diferente: no solo no cuestionamos la actitud ilícita-delictual de esa persona sino que la apoyamos abiertamente al comprarle los productos falsificados que aquél vende. Pregunta: ¿por qué no llamamos a la policía para que proceda a arrestarlo? Lo que ocurre es que no hay aún en nuestra sociedad una cultura de respeto a los derechos de autor. No hay conciencia que al adquirir un producto pirata se está ocasionando un daño a una serie de personas o empresas, como se ha mencionado anteriormente. Falta desarrollar e implementar una tarea eminentemente «educativa», de modo tal que se pueda hacer reflexionar al consumidor para que no compre productos piratas. Ahora bien, ¿debemos imponer una política netamente represiva? No es la mejor solución. Más bien, debemos tener claro que una actitud de esa naturaleza no va dar mayores logros si no va aparejada de un cambio de mentalidad en nuestra sociedad, de una seria difusión y de un enorme esfuerzo por encausar dentro de los marcos legales correspondientes, a esta actividad ilícita. Recordemos que pueden darse muy buenas leyes, podemos tener un aparato represivo eficiente pero nada de esto servirá si siempre va a haber alguien que esté dispuesto a adquirir productos adulterados , falsificados. Encuesta Veamos el tema de los software de computadoras, por citar un caso y hagamos una sencilla encuesta: ¿Cuál de las siguientes acciones cree Ud. que es piratería? a) Reproducir y vender software sin la autorización de los productores; b) Vender computadoras con software preinstalado, sin licencia de uso de los mismos; c) Regalarle una copia de un juego a un amigo; d) Copiar un producto original con licencia en varias computadoras, sin obtener una licencia de uso adicional; e) Redistribuir software obtenidos con descuentos o licencias especiales a quienes no califican dentro de éstas; f) Instalar en su computadora de la casa un software licenciado para su lugar de trabajo; g) Empresas que no reportan el número real de instalaciones de software que realizaron. ¿Se reconoce Ud. en alguno de estos grupos? Si como creemos, Ud. al menos se ubica en uno de los supuestos, debe imaginarse, y por tanto debe haberse dado cuenta, que las referidas acciones son todas consideradas como «piratería». Dicho de otra manera, se encuentra Ud. dentro del «selecto» grupo que constituye el 60 por ciento de personas que solo en Latinoamérica utilizan un software no original, lo que traducido en cifras representa algo así como US$ mil millones en impuestos no recaudados. En términos de daños, éstos se aplican a todas las ramas a las que la piratería afecta, es decir, obras fonográficas, videogramas, libros, marcas, etc. Ahora bien, ¿sabe Ud. de qué producto se trata? Pues sin ninguna duda, tenga por seguro que se trata de un producto deficientemente elaborado, incompleto o de baja calidad. ¿Alguna vez ha escuchado o visto un CD pirata que suene ó que se aprecie mejor que uno original? ¿Y qué hay respecto de los libros? ¿Son las fotostáticas mejor que el ejemplar original? ¿El software que ha adquirido está completo? ¿Sabe si tiene soporte técnico permanente? Si meditamos nuestra respuesta, la verdad a todas esas preguntas será un categórico NO. Es muy probable que Ud. adquiera un producto falsificado para ahorrarse lo que vale un original, y cree que esa actitud es algo «normal», sin ninguna mala fé, pues a menudo se hace para satisfacer su uso personal. Sin embargo, debe Ud. saber que por cada copia licenciada de software en uso, se hace como mínimo una no autorizada o pirateada y en algunos países esta cifra sube hasta 99 copias no autorizadas de cada original. Piratería y Falsificación Ahora bien, lo que sí debemos hacer es utilizar apropiadamente los términos, pues muchas veces se confunde piratería con falsificación. Llamamos «Piratería» a la realización de copias ilegales de programas originales. Generalmente se sacan más copias de un programa que las que permite la licencia de uso adquirida. En descargo de cierto grupo de usuarios, –que desconocen que es un actuar ilegal– cabe señalar que se hace sin mala intención por parte de éstos, como por ejemplo el caso de la reproducción de un programa prestado por un amigo. Contrariamente, la «Falsificación» se da cuando el software se reproduce para venderlo y obtener lucro, con lo cual se priva a los fabricantes del software de sus legítimos beneficios. Aquí también sale perdiendo el usuario, pues el producto falsificado no lleva manuales, guías de usuario ó soporte técnico, y como no es posible acreditarse como un usuario legal de dicho software, no se tendrá acceso al servicio técnico ni a beneficiarse de las actualizaciones. En la generalidad de los casos, los únicos «premios» que traen las adquisiciones de productos falsificados son virus. Muchos grupos de falsificadores están vinculados con organizaciones delictivas, quienes falsifican y empacan el software utilizando técnicas sofisticadas, de tal modo que este se vende como legítimo. A no dudarlo, cuando se produce en grandes volúmenes, la falsificación es una actividad criminal sofisticada. Conforme avanza la tecnología que usan los falsificadores, incluso los consumidores más calificados van a tener dificultades para distinguir un software legítimo de otro falsificado. Compartir software con amigos parece no ser un gran problema, y no se parece en nada a las falsificaciones en gran escala, ¿no es verdad? Pues está Ud. equivocado. Ambas actividades violan leyes de derechos de autor y colocan a los usuarios de software, incluyéndolo a usted, en serio riesgo. Hasta no hace mucho tiempo la piratería se pensaba solo para la reproducción de obras literarias, científicas y artísticas. Actualmente, con el avance de las tecnologías, en las áreas de informática y telecomunicaciones, la piratería creció a una velocidad vertiginosa. Ahora, todas las obras intelectuales pueden ser objeto de imitación, falsificación o plagio por parte de terceros, vulnerando así derechos intelectuales ajenos. Adicionalmente, también la economía del país sufre daños, ya que con toda esta actividad de piratería se crea una disminución de fuentes de empleo y en las ventas de productos legítimos (disminución en las ganancias de los legítimos productores o autores o sus licenciatarios), disminución de inversión extranjera en el sector específico donde exista piratería, lo que perjudica evidentemente a la economía del país así como a su imagen internacional. Sanciones Toda persona –natural o jurídica, de derecho público o privado– que utilice software sin la licencia respectiva enfrenta sanciones administrativas y penales, más los daños y perjuicios civiles. Las sanciones civiles incluyen la destrucción y remoción de las copias ilícitamente obtenidas y de los aparatos utilizados para la reproducción, la obligación de resarcir los daños materiales y morales ocasionados y la imposición de multas, lo que se traduce en altas sumas de dinero. En cuanto a las penas, toda persona que –sin autorización de los titulares– produce, reproduce, introduce al país, almacena, vende o distribuye en forma dolosa copias no autorizadas de software (completas o parciales), tiene la posibilidad de ser penado con sanciones penales. Para finalizar, le sugerimos que antes de comprar un producto pirata o falsificado lo piense varias veces, porque podría usted estar convirtiéndose en cómplice de un delito; y para mantenerse en la legalidad sólo recuerde las cuatro «C»: Compre (en un distribuidor autorizado); Cerciórese (qué está comprando un original); Compruebe (precios) y Conserve (su licencia original). Si sigue estos pasos, evitará convertirse en otra víctima de la piratería. Rómulo Mesarina De Zela Abogado - Especialista en Derecho Marcario Estudio Valega, Mesarina, De La Peña & Asociados e-mail : [email protected]