ESTIMACIÓN DE LA COMPETENCIA DE MALEZAS EN UNA

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ESTIMACIÓN DE LA COMPETENCIA DE MALEZAS EN UNA ROTACIÓN DE
SECANO ANDALUZA EN TERCER AÑO DE AGRICULTURA ECOLÓGICA
A Gómez, JJ Picossi, G Pardo, F Perea, JM Urbano
EUITA. Universidad de Sevilla. Carretera de Utrera, Km. 1, 41013 Sevilla,
[email protected]
RESUMEN:
Este trabajo, llevado a cabo en el tercer año de una rotación ecológica (trigo-girasolguisante-habas), tuvo el objetivo de conocer la pérdida de rendimiento asociada a una
infestación natural de arvenses y precisar el periodo crítico de tolerancia y el periodo
critico libre de malas hierbas para los cultivos de guisante y trigo blando. El ensayo se
realizó en la finca experimental de Tomejil, perteneciente al CIFA de las Torres en
Carmona (Sevilla) con suelo típico de la campiña andaluza, durante la campaña 200607. El diseño experimental en los dos cultivos fue en bloques al azar con 10
tratamientos y 4 repeticiones. Los tratamientos consistieron en escardas manuales en
distintas fechas, más un testigo limpio y otro sucio. Periódicamente se evaluaron la
densidad y cobertura de la infestación y, al final del ciclo, el rendimiento para cada
parcela. La infestación de malezas fue muy reducida, incluso en las parcelas que no
se realizó escarda (2% de cobertura de arvenses en guisante y 0,8% en trigo)
probablemente por el buen manejo de las arvenses en los años anteriores, por la
eficacia de la rotación establecida y por el retraso en la fecha de siembra. Por este
motivo no se pudieron establecer los periodos de competencia en ninguno de los dos
cultivos, obteniéndose igual cosecha en el testigo limpio que en el sucio, y estos
resultados coincidieron con los del año anterior. No obstante, a pesar de no haber
podido cumplir estos objetivos se demuestra que, por lo menos hasta el tercer año, las
arvenses no son problemáticas en rotaciones bien planteadas aunque no se realice
escarda.
Palabras clave: Arvenses, escarda, Pisum sativum, Triticum aestivum,
INTRODUCIÓN
En el caso de cereales y leguminosas, el manejo de las malezas es seguramente el
factor más limitante de la producción, si no en los primeros años de reconversión a la
agricultura ecológica, si en años sucesivos, cuando es previsible que paulatinamente
aumente el banco de semillas en el suelo y por tanto la infestación, si no se realizan
manejos adecuados (Davies y Welsh, 2001).
Para evitar esta situación las medidas preventivas juegan un papel fundamental.
Probablemente la elección de una rotación adecuada es el método preventivo más
eficaz para mantener el banco de semilla en unos niveles aceptables. Sin embargo no
es fácil diseñar una rotación que impida el crecimiento del banco de semillas de las
malezas, que consiga mejorar o al menos mantener la fertilidad del suelo y que al
mismo tiempo permita una mínima rentabilidad económica.
En zonas semiáridas de España, con rendimientos potenciales bajos, la tradicional
rotación cereal-barbecho suele ser suficiente para que las arvenses no causen
excesivos problemas y los rendimientos, salvo excepción, muy bajos, no se vean
afectados (Pardo et al., 2004). Sin embargo estos hechos no son extrapolables para
las condiciones de la campiña andaluza, ya que el tipo de suelo (con una gran
capacidad de retención de agua) y la climatología permiten obtener rendimientos
considerablemente superiores y ampliar la gama de cultivos a incluir en la rotación.
En cuanto a manejo de arvenses, resulta especialmente interesante el hecho de poder
incluir en la rotación cultivos de primavera-verano, como el girasol, para romper el ciclo
de malezas asociadas a los cereales y leguminosas grano de ciclo invernal.
Respecto a la fertilidad, decir que como los rendimientos suelen ser mayores, los
requerimientos en nutrientes también lo son, y en agricultura ecológica resulta
prácticamente indispensable incluir leguminosas en la rotación, pues la aplicación de
estiércol o compost no suele resultar viable económicamente en estos cultivos, a no
ser que se genere en la propia explotación. Una de las leguminosas con más interés
en la zona es el guisante ya que de él se obtiene un valor de cosecha similar al del
trigo, aunque desde el punto de vista malherbológico tiene el inconveniente de poseer
un ciclo similar al de los cereales de invierno y ser poco competitivo con las arvenses
(González García, 2001).
Los datos que se exponen son la continuación de los trabajos presentados en este
mismo congreso de AE en el año 2006 (Oliver et al., 2006; Zabala et al., 2006), pero
para la campaña siguiente (2007) en tercer año de agricultura ecológica. Estos
trabajos pretendían conocer la pérdida de rendimiento asociada a una infestación
natural de arvenses, e igualmente precisar el periodo crítico de tolerancia y el periodo
critico libre de malas hierbas de trigo y guisante. La conclusión de ambos trabajos fue
que no hubo competencia porque la infestación estuvo compuesta principalmente por
emergencias del cultivo anterior y por flora arvense con muy baja densidad. En este
trabajo se pretende conocer si esta situación se mantiene al año siguiente o si bien se
incrementan las infestaciones y éstas pueden llegar a afectar a la producción.
MATERIAL Y MÉTODOS
El ensayo se ha localizado en la finca experimental de Tomejil, perteneciente al CIFA
las Torres, dicha finca esta situada en la campiña de Carmona, (37º 25´N, 5º 35´W),
considerándose representativa del cultivo de trigo de secano en la provincia de Sevilla.
Es el tercer año de una rotación ecológica (trigo-girasol-guisante-habas como abono
verde). Esta rotación se diseñó con el objetivo de proporcionar nitrógeno al cultivo del
trigo (con las habas y el guisante) y controlar en la medida de lo posible las
infestaciones de malas hierbas (alternando cultivo de invierno con cultivo de
primavera, o labor en primavera al enterrar las habas), de modo que solo habría un
año sin obtener ingresos por la venta de la cosecha.
La variedad de trigo blando fue “Escacena” sembrada el 15 de diciembre a razón de
180 kg/ha (360 semillas/m2) con una distancia entre líneas de 15 cm. La variedad de
guisante fue “Ideal” sembrada en la misma fecha a razón de 200 kg/ha a la misma
distancia entre lineas.
La fecha de siembra fue la recomendada para estos cultivos con técnicas de
agricultura ecológica, unos 15 días más tarde que la fecha convencional, para mitigar
problemas de malezas y jopo (en el caso del guisante). La campaña agrícola 2006/07
puede considerarse como relativamente favorable para los cultivos de invierno desde
el punto de vista de la climatología, ya que la pluviometría total caída ha sido de 524
l/m2, ligeramente superior a la media de los últimos 6 años. En la figura 1 se puede
observar la precipitación acumulada del año 2006/7 y la acumulada media de los 6
años anteriores. En cuanto a las temperaturas, se puede decir que se movieron
también entre valores normales; no se detectaron heladas en los estadíos críticos del
cultivo, ni hubo máximas muy altas en la fase de llenado del grano, evitándose
pérdidas de producción por asurado.
600
M edia 2001-2008
2006/07
2
Precipitación acumulada (L/m )
500
400
300
Siembra
Recolección
200
100
0
sep oct
nov dic
ene feb m ar abr m ay jun
jul
ago sep oct
Figura 1: Precipitación acumulada en 06/07 y la media entre los años 01/06
El diseño experimental se puede consultar en Oliver et al., 2006 y Zabala et al., 2006.
Durante todo el ciclo de cultivo se tomaron datos de densidades y porcentaje de
recubrimiento de arvenses en toda la parcela. Para comparar la intensidad de la
infestación de arvenses, se ha utilizado el concepto de área bajo la curva, que
habitualmente se emplea en estudios de patología vegetal. Para determinar este área
se han representado los valores de cobertura de arvenses respecto del tiempo, y se ha
calculado el área de ese polígono. Como ese valor normalmente es elevado y difícil de
comparar, es frecuente utilizar un valor estandarizado, dividiéndolo entre el número
total de días comprendido entre la primera y la última valoración. Ese valor es por
tanto una media compensada, permitiendo comparaciones entre distintos tratamientos.
n
%COBc = ∑
i =1
1
× (Ci + Ci +1 )× (ti +1 − ti )
2(t n − t1 )
Siendo:
%COBc = área bajo la curva del parámetro considerado
Ci = porcentaje de cobertura estimado en la fecha i
Ci+1 = porcentaje de cobertura del cultivo estimado en la fecha i+1
t i +1-t i = periodo de tiempo entre dos tomas de datos consecutivas
tn – t1 = periodo entre la primera toma de datos y la última
Por último se obtuvieron datos de producción para cada uno de los tratamientos
ensayados.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Evolución de la flora arvense e infestación
La evolución de la infestación en función de la integral térmica en el testigo sin
desherbar (tratamiento 1) puede observarse en la figura 2.
En trigo se puede apreciar que la mayor densidad en buena parte del ciclo del cultivo
la obtuvo Vicia faba procedente de semillas que llegaron a madurar en la hoja de
abono verde del año anterior. Como se observa, a partir del 30% de la integral térmica
se produce una mortalidad natural casi total de las habas, debido a que su temprana
nascencia le supone ser atacada por diversas enfermedades. En guisante también una
de las principales arvenses del ensayo fue la especie cultivada el año anterior
(Helianthus annuus), aunque en este caso fue superado ligeramente por Phalaris
paradoxa. En este ensayo con tan baja infestación es frecuente que las arvenses
dominantes sean las especies cultivadas anteriormente (Oliver et al., 2006; Zabala et
al., 2006).
Además, en el cultivo de trigo se observa que existen otras 6 especies con presencia
testimonial (menos de 0,1 pl/m2 en la especie de mayor abundancia) sin que se pueda
identificar a ninguna de ellas como claramente dominante: Sinapis arvensis, Picris
echioides, Polygonum aviculare, Anagallis arvensis, Calendula spp. y Sonchus spp.
En guisante, además de las dos especies dominantes ya nombradas (P. paradoxa y
H. annuus) existieron otras como S. arvensis, P. aviculare, A. arvensis, y Jopo
(Orobanche crenata) aunque ninguna de ellas superó 0,2 pl/m2.
Como era de esperar tras ver la figura 2, la infestación media medida en porcentaje de
recubrimiento (área bajo la curva estandarizada) ha sido muy escasa en guisante
(2%), y todavía menos en trigo (0,8%). Lógicamente la infestación media en el testigo
desherbado fue todavía menor ya que con las escardas manuales sucesivas aplicadas
se eliminaban las pequeñas cantidades de arvenses que iban apareciendo (figura 3).
En el resto de tratamientos, del 3 al 10, se produjeron infestaciones intermedias entre
los valores de ambos testigos que no merece la pena ser comentadas aquí. Los
reducidos valores de la infestación son similares a los obtenidos en 2005/06, durante
el segundo año de agricultura ecológica (Zabala et al., 2006; y Oliver et al., 2006)
muestran que, de momento, las arvenses se mantienen, en este tercer año de
agricultura ecológica, controladas.
H abas
S in a p is
P ic ris
A n a g a llis
P o lyg o n u m
C a le n d u la
S onchus
Densidad de arvenes (pl/m2)
0 ,1 2
0 ,1 0
0 ,0 8
0 ,0 6
0 ,0 4
0 ,0 2
0 ,0 0
0
10
20
30
40
50
% IN T E G R A L T É R M IC A (T R IG O )
Densidad de arvenses (pl/m2)
0 ,5
P h a la ris
H e lia n th u s
S in a p is
P o lyg o n u m
A n a g a lis
Jopo
O tra s
0 ,4
0 ,3
0 ,2
0 ,1
0 ,0
0
10
20
30
40
50
% IN T E G R A L T É R M IC A (G U IS A N T E )
Figura 2: Evolución de la infestación en cultivo de trigo (arriba) y guisante (abajo) en
función del porcentaje de integral térmica en el testigo sin desherbar.
2,5
1,2
% Cobertura de arvenses
% Cobertura de arvenes
1,4
1,0
0,8
0,6
0,4
0,2
a
2,0
1,5
1,0
0,5
b
0,0
0,0
Sin desherbar Desherbado
Sin desherbar Desherbado
Figura 3:.Infestación media de arvenses en % de cobertura en trigo (Izqda.) y guisante
(Dcha.) en ambos testigos. Las barras representan los valores promediados a lo largo
del tiempo y los segmentos los errores estándar. Barras con letras distintas difieren
significativamente en el test Tukey (α = 0,05).
Estimación de la competencia y producción
Debido a la escasa presencia de malas hierbas durante el ciclo del cultivo la cosecha
obtenida fue similar en todos los tratamientos ensayados. En la figura 4 se muestran
los resultados para los testigos sin desherbar y totalmente limpio. La producción fue
casi idéntica entre el testigo desherbado y el no desherbado en ambos cultivos, por lo
que se puede afirmar que la pérdida de rendimiento asociada a la infestación fue nula.
Estos resultados están en consonancia con los obtenidos en el mismo ensayo en
el año anterior. Tampoco hubo diferencias entre ambos testigos y la cosecha obtenida
fue del mismo orden (Zabala et al., 2006 y Oliver et al., 2006). Los resultados son
lógicos ya que las densidades de arvenses siempre han estado muy por debajo de las
que otros autores consideran que pueden empezar a competir con el cultivo de cereal
en condiciones similares a las de nuestros ensayos (Stigliani y Resina, 1993; Torner et
al., 1999). Este hecho no permite cumplir con los objetivos previstos de conocer el
periodo de tolerancia ni el periodo critico libre de arvenses tampoco en este tercer año
de agricultura ecológica. Sin embargo el resultado obtenido es interesante ya que
muestra que la competencia de arvenses sigue sin ser un factor limitante para la
producción un año más.
2500
Rendimiento de guisante (kg/ha)
Rendimiento de trigo (kg/ha)
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
2000
1500
1000
500
0
Sin desherbar
Desherbado
Sin desherbar Desherbado
Figura 4: Rendimiento del trigo (Izqda.) y guisante (Dcha.) en ambos testigos. Las
barras indican los valores medios de rendimiento y los segmentos los errores
estándar. No se encontraron diferencias significativas en el test Tukey (α = 0,05).
CONCLUSIONES
La densidad de arvenses, en el tercer año de agricultura ecológica, fue insuficiente
para causar competencia durante todo el ciclo de crecimiento en los dos cultivos
estudiados, incluso en las parcelas sin desherbar. Una muestra de esto es que la
especie arvense que más contribuyó a la infestación en el cultivo de trigo fue Vicia
faba, sembrada el año anterior, mientras que en guisante la especie más abundante
fue Phalaris paradoxa, pero seguida muy de cerca por el cultivo previo (Helianthus
annuus). Esta escasez de flora hizo que no se pudieran obtener ni el periodo crítico de
tolerancia ni el periodo critico libre de malezas, ya que realmente no hubo competencia
de ésta con el cultivo, como había sucedido el año anterior. Por tanto, la pérdida de
rendimiento asociada a la infestación natural de arvenses fue nula en estas
condiciones. Los resultados demuestran que partiendo de un suelo libre de malezas,
realizando una rotación en la que haya cultivos de invierno y primavera y retrasando la
fecha siembra, las arvenses no representan ningún problema en el tercer año de
agricultura ecológica.
BIBLIOGRAFÍA
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hierbas en cultivo de trigo en segundo año de agricultura ecológica. III
Congreso Iberoamericano de Agroecología. Zaragoza-España, 18/23
Septiembre 2006. 90-94.
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