No puede dudarse que se produzca el mismo efecto expo niendo la

N o puede dudarse que se produzca el mismo efecto expo­
niendo la sangre á la acción de aquella especie de gas hidro­
geno que se obtiene de las substancias animales.
De que la sangre arterial experimenta en los vasos capi­
lares la misma alteración de color que quando se expone á la
acción del gas hidrogeno, que tiene también atracción con este
fluido, y que el calor promueve la separación del gas hidroge­
no de las substancias animales, así como se promueve por la
propensión que tienen los xugos á la putrefacción , colige el
Doctor Crawford que la alteración que padece la sangre en los
vasos capilares proviene de que se apodera en ellos de este prin­
cipio. Y como la absorbencia del gas hidrógeno, ó su base es
causa de la alteración producida en el color de la sangre du­
rante su círculo por los vasos capilares, infiere igualmente que
quando la sangre recobra su color encendido, es porque se des­
prende entonces de este principio inflamable.
j$ ST L a sangre venosa está expuesta en los. pulmones á la acción
de un gas que en otros procedimientos flogísticos suele combi­
narse con el principio inflamable.
E l Doctor Crawford cree asimismo que varía la naturaleza
, de los gases hidrógenos, que el que se logra de una disolución
metálica por medio de los ácidos es de diversa naturaleza que
el que se obtiene de las materias vegetales y animales desti­
ladas en vasos tapados, así en quanto á su pesadez específica,
como en la vehemencia de la explosión. Se produce agua en la
combustión del gas hidrogeno metálico, y ácido carbónico en la
del otro. L a sangre venosa expuesta á la acción del gas oxí­
geno adquiere el color de la sangre arterial, y se vicia este gas.
Así el Doctor Crawford como Lavoisier coligen de esto que
la mudanza de color que experimenta la sangre en la circula­
ción procede de su combinación con el gas hidrógeno; y que
al circular por el pulmón se desprende de su hidrogeno, to­
mando entonces su color encarnado ó bermejo. D e suerte que
según estos sabios el gas oxígeno, que entra en la inspiración
como parte constitutiva del ayre atmosférico, se combina con
el hidrogeno carbonoso que se está desprendiendo de la sangre,