CREATIVACREATIVA-MENTE CONCURSO INTERINSTITUCIONAL DE COMPRENSIÓN OCTAVO PROBLEMA A las patadas En la siguiente página, hay un texto escrito dentro de una cancha de fútbol. Las dos mitades de la cancha, están separadas por un óvalo dentro del cual aparece un texto incompleto. Además, en cada una de las cuatro zonas que bordean la cancha, en la banca, esperando para entrar a la cancha, hay un fragmento textual completamente desordenado. ( los fragmentos se encuentran enumerados de 1 a 4) El problema consiste en realizar las siguientes jugadas: 1. Completar el texto escrito en el óvalo central y colocar esa parte completada en lugar del título ( cambiar por A LAS PATADAS) 2. Armar organizadamente los fragmentos que aparecen en las cuatro zonas que bordean la cancha. Utilice todas las palabras proporcionadas. No agregue ni quite ninguna palabra. Dos de esos fragmentos pertenecen al texto escrito en la cancha. 3. Inserte en el texto, introduzca en el cancha, en el lugar que considere más coherente, los dos fragmentos organizados. Inserte uno en la primera mitad de la cancha y el otro en la segunda mitad. Cada jugada acertada, es un GOL y el jugador recompensado con dos puntos (máximo 6 puntos) será FICHA TÉCNICA: TÉCNICA: Es un problema de comprensión de nivel SUPERIOR. Contiene operaciones cognitivas de armado, sentimiento lógico e inferencia básica. Activa los procesos de análisis, síntesis, significación y contextualización inferencial. No requiere saberes específicos. A LAS PATADAS ( Sí me lo cambie) 1 fracasos larguitos que nos de tantos acumulados cure en años bien pesares y cuatro 3 el ha veces la pasado codiciada Brasil copa todas en siglo conquistado cuatro mundo Otra vez la fiebre, los alaridos, la histeria colectiva de cada cuatro años provocada por una pelota; motivada por una esfera esquiva, perseguida, consentida y, a veces maltratada, por dos pelotones de once hombres ansiosos de habitar la gloria para siempre. Ese el fútbol: “La única religión que no tiene ateos”, decía Galeano. Empieza la final de un nuevo campeonato mundial. Atrás quedarán los duelos y dolores del presente; adelante, solo el templo, el estadio, la cancha, minimizada en la pantalla, ese altar sagrado comprado en cómodas cuotas a los mercaderes de pasiones. Que ruede entonces la pilotta como la llamaban los romanos. Que gire, nos arrolle y nos arrulle; que nos distraiga el hambre, que nos suavice las traiciones, que nos proteja de salarios mínimos y corrupciones máximas. Bien por Fu-Chi aquel chino nada pendejo del siglo iv antes de Cristo, aficionado como nadie a las redondeces. Fun Chi, desesperado por la falta de pelotas, endureció raíces, las cubrió con cuero virgen, moldeó las curvaturas y dejó listo ese juguete sublime, para aburrimiento de las chinas y beneficio de los bueyes: Sus vejigas redonditas, las de los bueyes por supuesto, ya no serían manoseadas ni pateadas por los “apelotardados” de la época. Y es que la pelota se jugaba al comienzo con las manos. 2 campeones era una fea pateándola se en la época cientos de formaron pero Porque cuentan los astros que los jugadores cuyo apellido no tenga menos de 6 letras en el nombre y al tiempo tengan no menos de tres vocales en su apellido, serán expulsados en su primer partido del mundial, entonces con seguridad, Lionel Messi, ………………………….. Los ingleses reclaman el honor de haber inventado el balón-pie, el juego moderno que hoy, es. En, 1930, se juega en Uruguay la primera copa mundial y, bien pronto, juego y jugadores empezaron a inmortalizarse. Llegó Pelé, también llegaron los violentos Hooligans, los aficionados ofuscados, las barras bravas, los dineros sucios, las emociones trágicas, los fanáticos cegados. De Pelé, todo se sabe, más de 1300 goles ilustran sus virtudes divinas. Dicen que de vago pasó a mago; cuentan que para verlo jugar, Nigeria y Biafra, pararon una guerra. Valía la pena el refrigerio. Primero los hinchas de emociones ingenuas animaron los partidos; luego los fanáticos psicotizados que usan el juego como pretexto y escenario para saldar sus frustraciones, partieron la emoción. Para el fanático el juego es lo de menos. El estadio es, su manicomio, lleva siempre puesta la violencia; el vecino con otra camiseta, es el enemigo que hay que vencer. El fanático siempre va al partido pero sus gritos de guerra impiden que lo vea; Lo suyo es batallar contra el mundo para desquitarse de él, de ella, de todos, de la vida. Con razón insiste en incluirse “hoy jugamos”, anuncia mucho antes de partir para la guerra. Con todo, el fútbol sigue siendo una ciencia simple que no va más allá de hacer goles y no dejar que no los hagan. Extrañamente esa simpleza nos mueve de tal manera. No hay tiempo. A prender rápido la Tele. GOL 4 inembargable Veinte antes que era Cumplir Dios años un tesoro un ya nacional de