Servicio Cántabro de Salud Hospital Universitario Marqués de Valdecilla Servicio de Farmacología Clínica Avda. de Valdecilla s/n, 39008 Santander Tfno: 942 – 20 33 70 BOLETÍN DE TERAPÉUTICA Boletín 34 : Octubre 2007 Vol. 4– N º 7 SUMARIO 1. CUMPLIMIENTO TERAPÉUTICO EN PROCESOS CRÓNICOS. UN PROBLEMA AL QUE DEBIERA PRESTARSE MÁS ATENCIÓN. CUMPLIMIENTO TERAPÉUTICO EN PROCESOS CRÓNICOS. UN PROBLEMA AL QUE DEBIERA PRESTARSE MÁS ATENCIÓN. El cumplimiento terapéutico o adherencia terapéutica pueden definirse como el seguimiento que hacen los pacientes de las instrucciones que se les proporcionan en relación con los tratamientos prescritos 1-2]. Un pobre cumplimiento puede ser responsable del fracaso del tratamiento, del empeoramiento de la enfermedad, de muerte y del incremento de los costes de salud. El 33-69% de los ingresos relacionados con la medicación en EE.UU. se deben a un pobre cumplimiento y suponen un coste en torno a 100.000 millones de dólares/año [1]. Teniendo en cuenta la magnitud del problema, la OMS ha publicado una guía para mejorar las estrategias en la adherencia al tratamiento farmacológico [3]. El índice de cumplimiento de un paciente concreto puede expresarse por el porcentaje de las dosis prescritas de un medicamento que toma el paciente en un periodo de tiempo. En general, los índices de adherencia son mayores en los pacientes con procesos agudos que en los pacientes con procesos crónicos, cayendo el grado de cumplimiento de forma importante tras los primeros seis meses de tratamiento [1-4]. Los índices de cumplimiento en los ensayos clínicos en general son considerablemente altos, debido probablemente a la selección de los pacientes y a la estricta supervisión a la que están sometidos. Aún así, los ensayos clínicos realizados en patologías crónicas indican que el cumplimiento terapéutico está entre el 43% y el 78% [1]. No existe consenso sobre lo que puede considerarse un buen cumplimiento terapéutico. Algunos ensayos consideran que un 80% sería adecuado; sin embargo otros exigen un 95%, particularmente entre pacientes con enfermedades graves como podría ser la infección por VIH [1]. La capacidad de los médicos para reconocer el incumplimiento es limitada. Las intervenciones para mejorar la adherencia consiguen resultados diversos. Más aún, las intervenciones con resultados satisfactorios son, en general, complejas y costosas, lo que hace plantearse si pueden aplicarse a la práctica clínica [1]. I. CÓMO MEDIR MIENTO EL CUMPLI- Los métodos utilizados para medir el cumplimiento pueden ser directos o indirectos [1]. Cada uno tiene ventajas e inconvenientes, y no hay ninguno que se considere el estándar de calidad. En la tabla 1 se indican los principales métodos. En general los métodos directos son caros, involucran y requieren un tiempo del personal sanitario o del cuidador del paciente y pueden ser distorsionados por el paciente. Sin embargo, un método directo como la determinación de las concentraciones séricas de algunos fármacos es una práctica común para controlar el cumplimiento terapéutico en el caso de los antiepilépticos, la digoxina o los inmunosupresores [1]. Los métodos indirectos, como los cuestionarios a los pacientes, los diarios o el recuento de comprimidos, son sencillos de usar, pero muchos de ellos son fácilmente manipulados por los pacientes, por lo que suelen dar lugar a una sobreestimación del cumplimiento. Entre ellos, destacan los monitores electrónicos incluidos en el propio envase del medicamento, que son capaces de grabar la hora de apertura del envase o del dispensador de gotas (como en el caso del glaucoma) o de registrar la frecuencia de uso de un inhalador (como en el asma). Estos métodos aportan mucho más detalle sobre el comportamiento del paciente que permiten incluso asociar un fracaso terapéutico con un problema concreto en la toma de la medicación, pero no dejan de ser métodos indirectos. No pueden confirmar si el paciente ha tomado la dosis correcta o el fármaco correcto. Los pacientes pueden abrir el envase y no tomar la medicación o tomar más dosis de la prescrita. Sin embargo la literatura coincide en que este método es más preciso en situaciones clínicas complicadas [1]. Tabla 1. Métodos para valorar el cumplimiento. Modificada de [1] Método Ventajas Desventajas A. Métodos directos El más fiel Imposible como Tomas rutina supervisadas Objetivo Variaciones en el Medir el nivel metabolismo pueden sérico del dar falsas impresiones fármaco Objetivo Requiere ensayos Medir muy caros marcador biológico en sangre B Métodos indirectos Sencillos, baratos. Susceptibles de error. Cuestionarios El método más Los pacientes pueden al paciente útil en clínica distorsionar los resultados. Objetivo y Datos fácilmente Recuento de sencillo alterables por el comprimidos paciente Objetivo y Una receta no es Recetas sencillo equivalente a la ingesta de la medicación. Objetivo y Otros factores pueden Evaluar sencillo alterar la respuesta. respuesta Fácil de realizar Los marcadores Medir pueden estar ausentes marcadores por otros motivos fisiológicos Ayudan a corregir Fácilmente alterables Diarios del la falta de por los pacientes. paciente memoria Preciso Muy caros Monitores electrónicos en el envase del medicamento Aunque en situaciones concretas se prefieran algunos de estos métodos, una combinación de métodos mejora claramente la precisión en la medida [1-2]. II. EPIDEMIOLOGÍA DEL COMPORTAMIENTO EN EL PROCESO DE TOMAR LA MEDICACION La mayoría de las desviaciones en el proceso de tomar la medicación se producen como omisiones de dosis (más que incrementos) o retrasos en las horas de las tomas. El cumplimiento terapéutico de los pacientes suele ser mejor los 5 días anteriores y posteriores a una cita con el médico que 30 días después [5]. Los monitores electrónicos han identificado seis patrones diferentes de toma de la medicación en enfermedades crónicas [6]: • Un sexto de los pacientes se ajustaría a un cumplimiento casi perfecto. • Un sexto tomaría casi todas las dosis pero con cierta irregularidad en las horas. • Un sexto perdería ocasionalmente alguna dosis diaria y tendría una cierta inconsistencia horaria. • Un sexto se tomaría “vacaciones de medicación” tres o cuatro veces al año, con omisiones ocasionales de dosis. • Un sexto tendría vacaciones de medicación mensualmente o con más frecuencia. • El último sexto tomaría pocas o ninguna dosis. III. BARRERAS PARA EL CUMPLIMIENTO La investigación sobre el cumplimiento se ha fijado especialmente en las dificultades o barreras a las que se enfrenta el paciente a la hora de tomar la medicación. La mayoría de ellas podrían ser controladas por el paciente. Reconocerlas es un paso importante para mejorar el cumplimiento. Las razones más frecuentemente aducidas por los pacientes para no tomar la medicación en un cuestionario fueron: 30% olvidos, 16% otras prioridades, 11% decisión voluntaria de omitir la dosis, 9% falta de información, 7% factores emocionales, y un 27% no aportó razones para el incumplimiento [7]. Se contribuye al incumplimiento cuando se prescriben regímenes complejos, no se explican los beneficios o los efectos secundarios de la medicación, no se tiene en consideración el estilo de vida del paciente, cuando el coste de la medicación es alto y no es cubierto por el seguro o cuando el acceso al sistema sanitario es difícil o está limitado [1-2]. IV. INTERVENCIONES Los métodos para mejorar el cumplimiento, cuya eficacia se ha evaluado en varias revisiones sistemáticas, se pueden agrupar en 5 categorías [1-2]. Desafortunadamente, hay muy pocos estudios que comparen la eficacia de dos o mas tipos de intervención, que permitan establecer cuales son más eficaces. a) Intervenciones técnicas Tienen como objetivo simplificar el régimen de medicación. La mayoría reducen el número de tomas al día (por ejemplo, utilizando formulaciones de liberación sostenida) o el número de medicamentos (por ejemplo, utilizando combinaciones de fármacos a dosis fijas, siempre que no planteen un problema a la hora de individualizar la dosis) [2]. En general los estudios coinciden en que la adherencia empeora al aumentar el número de tomas al día. Sin embargo, la eficacia de esta estrategia también disminuye con la duración del tratamiento. Un metaanálisis demostró que el índice medio de cumplimiento con fármacos antihipertensivos era significativamente mayor cuando se utilizaba una toma única diaria que cuando se utilizaban dosis múltiples (91,4% vs. 83,2%, p < 0,001). Sin embargo, el índice de cumplimiento iba siendo tanto menor cuanto más largo era el tratamiento [8]. b) Intervenciones sobre el comportamiento Las más comunes ofrecen al paciente recordatorios, por correo, teléfono, a través de ordenador o visitas a domicilio. Otras intervenciones son a través de calendarios o diarios, que obligan a contactar con el médico o que suponen “recompensas” [1-2, 9]. En una revisión de 11 ensayos clínicos aleatorizados realizados en EE. UU., en los que el cumplimiento se incentivaba con dinero o regalos (de 5 a 1.000 dólares) se encontró una mejoría en el cumplimiento en 10 de los 11 ensayos [10]. c) Intervenciones sobre la educación Son acercamientos didácticos que incluyen aumentar los conocimientos del paciente sobre su enfermedad y tratamiento. Existen métodos diferentes de educar al paciente: individualmente, en grupo, mediante un contacto personal cara a cara, mediante métodos audiovisuales, con información escrita, con visitas a la consulta o con visitas a la casa del paciente. Tres revisiones evalúan la influencia de los métodos educacionales sobre el cumplimiento en pacientes con enfermedades crónicas. Las revisiones incluían 202 estudios primarios sobre pacientes diabéticos, asmáticos e hipertensos. La conclusión fue que la educación del paciente mejora el conocimiento, el cumplimiento y el resultado clínico. El efecto positivo de la educación es probablemente atribuible a que muchos de los programas incluyen instrucciones específicas sobre cómo utilizar y manipular los medicamentos [2]. d) Intervenciones estructurales Son intervenciones diseñadas dentro de un programa de salud en el sitio de trabajo. Por ejemplo, programas específicos para control de la HTA realizados por enfermeras entrenadas han demostrado pequeñas pero significativas mejoras en el cumplimiento. Las intervenciones orientadas de forma específica a mejorar el cumplimiento son el doble de eficaces que las de carácter más general [2]. e) Intervenciones mixtas o complejas En un análisis de 57 ensayos clínicos aleatorizados que recogían entre sus objetivos el cumplimiento terapéutico, y con un seguimiento de al menos 6 meses concluyeron que [11]: • • • Sólo el 45% de las intervenciones consiguieron mejorar el cumplimiento. Las intervenciones efectivas en el tratamiento a largo plazo fueron excesivamente complejas y laboriosas. Incluso la intervención más efectiva no consiguió grandes mejoras en el cumplimiento y en los resultados clínicos. En un meta-análisis de 153 ensayos se observó que ninguna estrategia individual supuso una ventaja sobre otra. Las intervenciones que combinaron componentes cognitivos, de comportamiento y afectivos fueron más eficaces que las individuales [12]. Los componentes afectivos se referían a la relación médico-paciente y a aspectos como la empatía, el cuidado y el apoyo. Estos resultados se han confirmado en pacientes con esquizofrenia, en los que las intervenciones puramente educacionales fueron las de menor éxito en la mejora del cumplimiento; sin embargo su asociación a intervenciones sobre el comportamiento, mejoraron considerablemente los resultados [2]. En todo caso, las diferencias en el diseño de los estudios, en las formas de medir el cumplimiento, y en la propia definición de correcto cumplimiento hacían difícil comparar la eficacia de los diversos métodos. La complejidad de algunas de estas medidas mixtas pone en duda si pueden ser aplicables en la práctica clínica, aunque algunos datos sugieren que su beneficio supera su coste. V. RETOS PARA EL CUMPLIMIENTO Las áreas en las que el incumplimiento puede ser especialmente acusado y/o de una especial trascendencia clínica son la infección por VIH, la enfermedad psiquiátrica, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades en los pacientes pediátricos. a) Infección por VIH En estos pacientes se asume que es esencial conseguir un cumplimiento con la HAART de al menos el 95% para conseguir suprimir la carga viral y evitar la aparición de resistencias. Conseguir estos índices de cumplimiento es un verdadero reto teniendo en cuenta que los regímenes incluyen múltiples medicamentos, con complicados esquemas de dosificación (debido a las interacciones con la comida y entre fármacos), así como los efectos secundarios que resultan en una mala tolerabilidad [1]. La simplificación de los regímenes de tratamiento ha sido y es objeto de numerosos ensayos clínicos. Las intervenciones cognitivas y sobre el comportamiento han conseguido resultados en más del 90% de los pacientes, pero requieren importantes recursos y desaparecen cuando se retira la intervención [13,14]. Se están investigando nuevas estrategias para facilitar el cumplimiento de los pacientes, como viales equipados con alarmas, así como apoyo social y emocional. b) Enfermedades en los pacientes pediátricos Conseguir un cumplimiento completo en los niños depende no sólo de la colaboración del niño sino también de un devoto y persistente padre o cuidador. Los pacientes adolescentes aún plantean retos mayores, teniendo en cuenta su desarrollo mental y psico-social único y su estilo de vida [1]. Aunque los factores que contribuyen a un pobre cumplimiento en el niño y en el adolescente son similares a los del adulto, una dimensión añadida es la familia del paciente. Los índices de cumplimiento entre los niños con enfermedades crónicas son similares a los de los adultos con enfermedades crónicas, en torno al 50%, que disminuyen con la duración del tratamiento [1]. Se han intentado numerosas intervenciones en esta población pero sin demasiado éxito. La mayoría de las intervenciones con éxito han utilizado abordajes sobre el comportamiento. La intervención más común es motivar el cumplimiento mediante el sistema de reforzamiento con “prendas” o recompensas. Las “prendas” se pueden utilizar para tener acceso a ciertas actividades o privilegios [1,14]. Las estrategias sobre el comportamiento requieren recursos y personal entrenado, aunque los sistemas de reforzamiento son prácticos para ser utilizados por los padres y cuidadores. Las medicaciones más palatables así como la implicación de la escuela, los miembros de la familia y otros apoyos sociales son estrategias válidas para intentar mejorar el cumplimiento de los niños. VI. CONCLUSIONES El incumplimiento terapéutico es común y contribuye al fracaso del tratamiento, el empeoramiento de la enfermedad, la muerte y el incremento en los costes de salud. Contrasta la relevancia clínica del incumplimiento terapéutico con la escasez de estudios para mejorarlo y con la moderada eficacia de las medidas disponibles en la actualidad. Es imprescindible desarrollar nuevas estrategias que sean más eficaces y aplicables a la práctica clínica. Preguntar al paciente o sus cuidadores sobre la toma de la medicación sin enjuiciar su comportamiento es una buena estrategia para identificar un pobre cumplimiento y diseñar estrategias individualizadas. En algunos casos, se pueden utilizar otras estrategias como la monitorización de los niveles séricos de los fármacos. Para mejorar el cumplimiento se pueden utilizar diversos procedimientos que mejoren el conocimiento del paciente sobre las consecuencias de tomar y de no tomar la medicación y que ayuden al paciente a recordar que debe tomarla y a vencer las dificultades que pueda tener para conseguirla o administrarla. Una de las medidas más eficaces puede ser simplificar el tratamiento y reducir el número de tomas a una toma al día, así como adaptar la pauta de administración al estilo de vida del paciente. Bibliografía 1. Osterberg L, Baschke T. Adherence to medication. N Engl J Med. 2005;353:487-497. 2. Van Dulmen S, Sluijs E, Van Dijk L, et al. Patient adherence to medical treatment: a review of reviews. BMC Health Services Research. 2007; 7: 55-67. 3. Sabate E. Adherence to long-term therapies: evidence for action. Geneva: World Health Organisation, 2003. http://www.who.int/chronic_conditions/en/ 4. DiMatteo MR. 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Consultas terapéuticas: Servicio de Farmacología Clínica (Urgentes en el teléfono 942 – 20 33 73 ó 73 373. No urgentes a través del sistema de pases de interconsultas electrónicas)Coordinadora del Boletín: Dra. Blanca Sánchez (Tel: 73 373, e-mail: [email protected]) Comité de Redacción del Boletín: Dr: Javier Adín, Dr. Juan A. Armijo, Dra. Mª Angeles de Cos, Dra. Africa Mediavilla y Dra. Blanca Sánchez del Servicio de Farmacología Clínica.