El impacto y la corrección de posiciones occipitoposteriores en el

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matr nas
Matronas Prof. 2015; 16(4): 118-123
profesión
Revisión bibliográfica
El impacto y la corrección de posiciones
occipitoposteriores en el parto
The impact and correction of occiput posterior positions when giving birth
Vanessa Bueno-López1, Carmen Terré-Rull2, Manel Casellas-Caro3, Carmen Fuentelsaz-Gallego4
Matrona. Sala de Partos. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona. 2Matrona. Doctora por la Universidad
Complutense de Madrid. Profesora titular de la Universidad de Barcelona. Escuela de Enfermería. 3Obstetra. Doctor
en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona. Consulta de alto riesgo obstétrico. Hospital Universitari Vall
d’Hebron. 4Enfermera. Doctora en Epidemiología y Salud Pública por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Responsable de investigación en cuidados de salud. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona
1
RESUMEN
ABSTRACT
El objetivo de esta revisión bibliográfica es profundizar en la frecuencia,
factores predisponentes, diagnóstico, evolución, pronóstico y medidas
correctoras de las variedades posteriores de la cabeza fetal en el parto.
Se hizo una búsqueda en las bases de datos PubMed, CINHAL, Cuidatge y Biblioteca Cochrane con los descriptores «occipitoposterior», «occiput posterior», «fetal malpresentations», «malposiciones fetales»,
«parto» y «labor»; se incluyeron los estudios, con cualquier tipo de
diseño, publicados en los últimos 20 años en castellano o inglés.
Los resultados reflejan variabilidad en los temas estudiados, excepto en
la frecuencia. Las posiciones posteriores se asocian a una mayor morbilidad materno-fetal y a un trabajo de parto más doloroso, prolongado y
difícil. Aunque estas posiciones no son una complicación grave ni son
difíciles de tratar, tienen graves consecuencias para la madre y el hijo.
The objective of this bibliographic review is to deepen into the corrective
measures of the posterior positions. This is accomplished through the
analysis of the predisposing factors, diagnosis, frequency, prognosis and
its evolution.
The research was conducted through the databases: PubMed, CINHAL,
Cuidatge and the Cochrane Library; through studies with any type of design and in both English and Spanish languages.
152 articles were found, from which 40 were selected; these reflect variety in all the studied elements except for incidence. The posterior positions are associated with a higher materno-foetal morbidity, linked to a
longer, more painful and complicated delivery. Even though these positions don’t necessarily lead to dangerous situations, they may still present severe consequences for the mother and the baby.
©2015 Ediciones Mayo, S.A. Todos los derechos reservados.
©2015 Ediciones Mayo, S.A. All rights reserved.
Palabras clave: Occipitoposterior, parto, malposiciones fetales.
Keywords: Occiput posterior, labor, fetal malpresentations.
INTRODUCCIÓN
canal del parto. La posición óptima de la cabeza fetal
durante el parto se produce cuando la parte posterior
de la cabeza (hueso occipital u occipucio) se sitúa frente
a la parte anterior de la pelvis de la madre1.
En el curso del trabajo de parto, mediante un tacto vaginal se puede conocer la relación existente entre el punto de
referencia de la cabeza fetal y la pelvis materna, y eso permite saber cómo se desplaza el feto por el canal del parto.
El término «presentación fetal» se refiere a la porción
anatómica fetal que se ofrece al estrecho superior de la
pelvis materna.
Se denomina «posición fetal» a la relación existente
entre el punto de referencia de la cabeza fetal y la pelvis
materna. En la presentación de vértice, la más frecuente, este punto es la fontanela menor o lambda. Esta
fontanela indica la situación del hueso occipital en el
Fecha de recepción: 21/04/15. Fecha de aceptación: 21/05/15.
Este trabajo se inscribe en el contexto del Grupo de Estudios sobre Mujer,
Salud y Ética de la Relación Asistencial, eDosier (SGR2014-156), reconocido por
el Departament d’Economia i Coneixement de la Generalitat de Catalunya.
Correspondencia: V. Bueno-López.
Hospital Universitari Vall d’Hebron. Passeig de la Vall d’Hebron, 119-129.
08035 Barcelona. Correo electrónico: [email protected]
Bueno-López V, Terré-Rull C, Casellas-Caro M, Fuentelsaz-Gallego C.
El impacto y la corrección de posiciones occipitoposteriores en el parto.
Matronas Prof. 2015; 16(4): 118-123.
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El impacto y la corrección de posiciones occipitoposteriores en el parto
Revisión bibliográfica
V. Bueno-López, et al.
La entrada en el estrecho superior de la pelvis menor se
realiza orientando la sutura sagital fetal en el diámetro
transverso o en el oblicuo. Durante el parto se necesitan
movimientos de flexión, descenso y rotación interna de la
cabeza fetal a fin de colocar el occipucio bajo el pubis materno, lo que permite el parto en la variedad más habitual:
occipitopúbica; de este modo, el feto adapta su mayor diámetro de la cabeza al mayor diámetro de la pelvis materna2.
El término «distocia» significa parto difícil, laborioso,
lento3. Es un parto de evolución anormal como consecuencia de alteraciones, simultáneas o independientes,
en alguno de los elementos que interaccionan en el parto: la dinámica uterina, el feto y el canal del parto. Una
distocia puede resolverse espontáneamente o requerir
intervención médica o quirúrgica.
Entre las posibles distocias se encuentran las posiciones occipitoposteriores (OP), que aparecen cuando el
occipucio se orienta hacia la parte posterior de la pelvis,
pudiendo ser derechas o izquierdas según donde se localice la fontanela menor4. Estas posiciones se asocian a
un trabajo de parto más prolongado, doloroso2,5 y difícil1 y a una mayor morbilidad materno-fetal5,6.
Este hecho ya fue puesto de manifiesto por Bjornson en
1933, quien además, a fin de minimizar la morbilidad materna y fetal, describió por primera vez una maniobra para
resolver este tipo de distocias: propuso rotar el occipucio
en la vagina mientras la otra mano empujaba el hombro
anterior en dirección a la línea media abdominal7.
En los últimos años se han considerado varios métodos para girar un feto en posición OP: uso de oxitocina, partos instrumentados, rotación manual y la postura materna durante el trabajo de parto. Sin embargo,
ninguno de ellos ha demostrado una clara eficacia en la
reducción de variedades OP8.
El objetivo de la presente revisión bibliográfica es profundizar en la frecuencia, los factores predisponentes, el diag­
nóstico, la evolución, el pronóstico y las medidas correctoras
de las variedades posteriores de la cabeza fetal en el parto.
METODOLOGÍA
En diciembre de 2014 se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos PubMed, CINHAL, Cuidatge y Biblioteca Cochrane. Se acotó la búsqueda limitándola a las publicaciones de los últimos 20 años,
exceptuando un documento del año 1933 que sí se ha
incluido en la revisión por ser una de las primeras referencias sobre el tema en la literatura científica.
Las palabras clave utilizadas, escogidas dentro de la terminología MESH, fueron las siguientes: «labor» y «fetal
malpresentations» en búsquedas en bases de datos internacionales y «parto» y «malposiciones fetales» en búsquedas en castellano, con el operador boleano AND.
Tabla 1. Prevalencia de las posiciones
occipitoposteriores en el momento del parto
según diversos autores
Estudio (año)
Cheng et al. (2006)10
Desbriere et al. (2013)8
Gardberg et al. (2011)11
Malvasi et al. (2013)12
Ponkey et al. (2003)13
Reichman et al. (2008)14
Senécal et al. (2005)15
Sizer et al. (2000)4
Prevalencia
8,3% (n= 30.839)
5-10% (n= 220)
5,2% (n= 11.957)
5-7% (n= 216)
5,5% (n= 6.434)
2-5% (n= 61)
4-10% (n= 1.608)
4-5% (n= 16.781)
Se incluyeron estudios, con cualquier tipo de diseño,
escritos en castellano, inglés y francés.
De los 152 artículos que cumplían los criterios de selección, escogimos 40 por su adecuación al objetivo de
la revisión. Los artículos seleccionados son: 6 ensayos
clínicos, 9 estudios de cohortes, 2 estudios de casos y
controles, 15 estudios observacionales, 6 revisiones bibliográficas y 2 revisiones sistemáticas.
La información obtenida de las diferentes fuentes ha
permitido estructurar la revisión en siete apartados que
contextualizan las variedades posteriores durante el trabajo de parto y el expulsivo: frecuencia, factores predisponentes, diagnóstico, evolución, pronóstico materno,
pronóstico fetal y medidas correctoras (rotación manual y medidas posturales maternas).
RESULTADOS
Frecuencia
Diferentes autores coinciden en la frecuencia de las posiciones OP: al inicio del parto aparecen hasta en un
40% de los casos, pero durante el parto la mayoría de
ellas rotan espontáneamente a posiciones occipitoanteriores (OA), de modo que al final las OP se reducen a
un 1,8-6%. Éstas son las denominadas posiciones OP
persistentes5,9. En la tabla 1 se señala la prevalencia de
las posiciones OP según diversos autores.
Hay pocos datos sobre la frecuencia de las posiciones
OP derechas y OP izquierdas. En un estudio efectuado
con una muestra de 518 casos, se observó que la variedad izquierda posterior (OIIP) representaba el 3,09%
del total de la muestra (n= 16) y la variedad derecha
posterior (OIDP) el 9,65% (n= 50)16.
Factores predisponentes
En los estudios revisados en este trabajo se indica que
las variedades posteriores están relacionadas con los siguientes factores:
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• El estrechamiento del diámetro transverso de la pelvis
menor materna, particularmente frecuente en las pelvis de tipo antropoide y androide1,2,4,9,17,18.
• Gestantes afroamericas, en comparación con caucásicas10.
• Mujeres nulíparas, casi dos veces más que mujeres multíparas10,11,13.
• Mayor edad materna4,10, especialmente en el grupo de
las mujeres multíparas.
• Menor estatura materna13.
Factores obstétricos
La inducción del parto19 y la rotura artificial de membranas10 podrían ser factores causantes de las posiciones
OP, aunque no se ha demostrado, en todos los casos,
una relación estadísticamente significativa4.
En cuanto a la relación existente entre la anestesia peridural y las posiciones OP, cabe señalar lo siguiente:
• La presencia de estas posiciones fetales podría considerarse consecuencia de la anestesia, pero también
podría suponerse lo contrario, que las posiciones OP
hacen que la gestante demande anestesia con mayor
frecuencia a causa de la intensidad del dolor lumbar20.
• El hecho de que la anestesia peridural se administre
cuando la cabeza del feto está todavía «alta» se asocia a
una mayor tasa de posiciones OP y posiciones occipitotransversas durante el parto21.
Aunque en general se acepta que la edad gestacional y el
peso fetal al nacer no son variables asociadas a la posición OP13, algunos autores sí relacionan ésta con una
edad gestacional superior a 41 semanas y un peso fetal
al nacimiento de más de 4.400 g21.
Los fetos en posición OP habitualmente mantienen
la cabeza deflexionada, y en las gestantes se observa una
relajación de la pared abdominal, distensión vesical y
distocias dinámicas4,21,22.
Todos estos factores podrían contribuir a que durante
el parto el feto adopte una posición OP; en la mayoría
de casos, la posición OP rotará a OA. De este modo,
puede afirmarse que las posiciones OP son consecuencia de una no rotación (persistencia), y no de una mal
rotación (de posición OA a OP)23.
Diagnóstico
Las variedades posteriores se sospechan cuando se produce la prolongación o detención del parto en cualquiera de sus fases4. No hay un consenso claro sobre
cuál es el mejor método para su diagnóstico.
El tacto vaginal constituye un método valioso para el
diagnóstico, al permitir comprobar que la sutura sagital
de la cabeza está orientada coincidiendo con un diámetro oblicuo o anteroposterior de la pelvis menor mater-
120
na y que la fontanela menor está cerca de la articulación
sacroiliaca derecha (OIDP), de la articulación sacroiliaca izquierda (OIIP) o del sacro (OS) de la madre4.
Algunos autores creen que los tactos vaginales proporcionan una información menos precisa que la ecografía
abdominal, tanto en la primera como en la segunda etapa
del trabajo de parto24. En un estudio sobre la sensibilidad
de la ecografía abdominal y el tacto vaginal para diagnosticar las posiciones OP, realizado con una muestra de 350
gestantes25, la concordancia entre ambos procedimientos
fue del 85,7%. De este modo, se concluye que el tacto vaginal es útil en el diagnóstico de las posiciones OP25, y que
la eficacia y el análisis del coste-beneficio de la ecografía
deben seguir estudiándose para poder recomendar su uso
sistemático en el diagnóstico de las posiciones OP9.
El tacto vaginal puede ver disminuida su sensibilidad
diagnóstica si existe escasa dilatación cervical, caput o cabalgamiento de los huesos de la cabeza fetal. Otros signos clínicos que aportan fiabilidad al diagnóstico de la variedad
posterior son: fontanela anterior orientada a la sínfisis materna con sutura sagital hacia el sacro, persistencia del reborde anterior del cuello uterino, palpación de las extremidades fetales a través de la pared abdominal y dolor
lumbosacro intenso9. También pueden ayudar a la detección de posiciones fetales la ubicación de los tonos cardiacos fetales en el abdomen materno y la observación de los
contornos abdominales de una mujer en posición supina26.
Evolución
Las posiciones posteriores pueden evolucionar a:
• Rotación espontánea a una posición OA u occipitopúbica. La cabeza rota 135º hasta que el occipucio se
sitúa bajo la sínfisis púbica de la madre. El desprendimiento de la cabeza fetal se realiza normalmente, aunque, debido a la gran rotación que necesita, el parto
puede prolongarse2. Esta rotación espontánea sucede
en el 90% de los casos4.
• Rotación a una posición occipitosacra. La cabeza rota
hasta que el occipucio se sitúa bajo el sacro materno.
El desprendimiento de la cabeza puede realizarse espontáneamente, pero en ocasiones la salida de la cabeza en posición occipitosacra puede ser muy dificultosa por presentar un diámetro mayor, o incluso no
llegar a realizarse.
• No realizar ninguna rotación. La cabeza permanece
con la sutura sagital en un diámetro oblicuo, sin tendencia a rotar ni hacia el pubis ni hacia el sacro.
Cuando esta posición posterior es persistente y el
parto se prolonga o se produce pérdida del bienestar
fetal, estará indicado finalizarlo. Si la cabeza está encajada en dilatación completa, se utiliza un fórceps
rotador; si no, hay que practicar una cesárea.
El impacto y la corrección de posiciones occipitoposteriores en el parto
Revisión bibliográfica
V. Bueno-López, et al.
Casi el 80% de los fetos que están en una posición OP,
incluso con el parto muy avanzado, cambian de posición26. Un estudio evaluó la posición fetal mediante
ecografías seriadas durante el trabajo de parto, y constató que el 36% de los fetos estaban en OP al menos durante una exploración. La posición fetal a los 8 cm o
más de dilatación no fue un buen factor pronóstico de
la posición fetal en el expulsivo24.
Aun así, cuando la cabeza fetal no gira espontáneamente a posición anterior al finalizar la primera hora
del periodo expulsivo de parto en la gestante multípara,
o después de dos horas en la gestante nulípara, es necesario intervenir, puesto que la prolongación del parto
agrava el pronóstico, tanto materno como fetal12,27.
más infecciones de la episiotomía después del parto10,20,
así como una mayor incidencia de corioamnionitis, en
comparación con las posiciones OA10. También se observan mayores tasas de episiotomía4,9 y una mayor frecuencia de desgarros de tercer y cuarto grado2,4,9,10,13-15,24,29,34.
La tasa de desgarros perineales graves es mayor con los
fetos en posición OP no rotados que con los rotados, del
43,4 frente al 24,3% (n= 148)35.
En uno de los artículos revisados se valoró el uso de
espátulas Thierry en partos con fetos en posición OP
persistente, para disminuir la morbilidad materna asociada al fórceps, pero los resultados maternos desfavorables no mejoraron36.
Pronóstico materno
En la bibliografía consultada existe discrepancia respecto a
si la morbilidad fetal se incrementa en presencia de una
posición OP. Algunos autores sostienen que la morbilidad
fetal aumenta en las posiciones OP por la instrumentalización del parto y que esto da lugar a una menor puntuación
en el test de Apgar13,24, en concreto, a unos valores de Apgar a los 5 minutos inferiores a 710. Otros autores, en cambio, no han observado diferencias respecto a los partos en
posición OA, ni en la puntuación en el test de Apgar ni
en otros indicadores de morbilidad neonatal4,15.
Las posiciones OP se sospechan cuando se produce la
prolongación o detención del parto en cualquiera de
sus fases2,4,9,13,15,26,28,29. Es posible que el motivo de la
prolongación de las fases del parto sea por una dinámica uterina inadecuada que conduce a la insuficiencia de
la dilatación cervical y a la no rotación de la cabeza fetal; en estos casos, se precisará la utilización de oxitocina para lograr una dinámica uterina adecuada.
En otras ocasiones, incluso con una correcta dinámica uterina y con una buena progresión de la dilatación,
si la cabeza del feto se ha moldeado en posición OP la
rotación puede ser igualmente dificultosa4,15,20.
La media en la duración de la primera etapa de parto
en presencia de una posición OP es de 10,5 horas;
cuando la presentación es una posición OA, la duración
se reduce a 7,3 horas. Este resultado no se modifica con
la paridad. La media en la duración de la segunda etapa
del parto en fetos en posición OP puede llegar a superar las 3 horas10.
Cuando el parto se prolonga, puede producirse fatiga
del músculo uterino y predisponer a una hemorragia
posparto. Además, la mayor duración del parto y el dolor, que en este tipo de malposiciones fetales se localiza
especialmente en la zona lumbar10, harán que la gestante demande con mayor frecuencia anestesia peridural10,
y requerirá mayor apoyo emocional2,10.
Las tasas de parto eutócico en gestantes con el feto en
posiciones OA y en posiciones OP fueron del 61,8 y el
14,6% (n= 16.781), respectivamente4. Las mujeres nulíparas con fetos en posición OP tienen una tasa baja de
partos eutócicos y en ellas se duplica el riesgo de cesárea20; sólo el 26% de las gestantes nulíparas y el 57% de
las multíparas tuvieron un parto vaginal espontáneo13.
En presencia de posiciones OP, se produce una mayor
frecuencia de instrumentación y partos urgentes por cesárea2,4,9-11,15,29-32, un mayor sangrado materno14,15,33 y
Pronóstico fetal
Medidas correctoras de las posiciones
occipitoposteriores
Aunque la frecuencia de partos en posición OP persistente es baja, las consecuencias negativas asociadas a este tipo de partos han llevado a buscar soluciones que favorezcan la rotación fetal y mejoren los resultados
materno-fetales9.
Rotación manual
La rotación manual de la posición OP ha sido descrita como una intervención segura y eficaz. En un estudio con
549 gestantes de fetos en posición OP, las mujeres se sometieron a una rotación manual y el 37% de ellas tuvieron
un parto vaginal. Sólo el 2% de las gestantes a las que se les
practicó una rotación manual exitosa acabaron teniendo
un parto por cesárea, frente al 34% de las cesáreas realizadas en el grupo de mujeres con rotación no exitosa20.
En la bibliografía se contempla la efectividad de la rotación manual en función de la fase del parto en la que
se realice; si se practica antes de la dilatación completa se triplica el riesgo de fracaso respecto a si la rotación se realiza con la dilatación completa21. Los intentos de corregir la posición OP mediante rotación
manual obtienen mejores resultados, en cuanto a la reducción de la morbilidad materna, cuando la cabeza está en la pelvis media, en gestantes multíparas y en ges-
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tantes menores de 35 años, por lo que los autores
recomiendan que se realice de forma sistemática28.
En un ensayo clínico en el que se efectuó la rotación
manual durante el periodo expulsivo del parto de forma aleatorizada, los resultados mostraron en el grupo
control una rotación fetal a posiciones OA del 15%,
con un 27% de partos eutócicos, y en el grupo de intervención una rotación a posiciones OA del 93%, con un
77% de partos eutócicos (n= 61)14.
La rotación manual exitosa reduce la necesidad de cesárea, el parto instrumental y las laceraciones perineales
severas29, aunque pueden aumentar las laceraciones cervicales21,30. Esta técnica tiene un porcentaje de éxito alto cuando la realiza personal experimentado14.
Medidas posturales
Considerando la teoría de la flotabilidad del feto en el líquido amniótico y el efecto de la gravedad sobre el mismo, se
recomiendan distintas posturas maternas que pueden favorecer la rotación espontánea del niño durante el parto. Dichas posturas tienen en común que son técnicas sin riesgos
y no son lesivas ni para la madre ni para el feto9. Se han realizado numerosos estudios para conocer cuál es la posición
materna más indicada para rotar variedades posteriores fetales. Dos de ellos han evaluado la posición manos-rodillas.
El primer estudio propuso la intervención postural materna manos-rodillas 20 minutos diarios a partir de la semana
37 de embarazo y hasta el momento del inicio del parto.
Los resultados no indicaron diferencias estadísticamente
significativas en cuanto a la incidencia de las variedades
posteriores entre los grupos experimental y control37. Tampoco fueron estadísticamente significativas las diferencias
encontradas en el segundo estudio, en el que 147 gestantes
con fetos en posiciones OP persistentes durante el trabajo
de parto adoptaron de forma aleatorizada la postura manos-rodillas. Los resultados mostraron que las posiciones
OP fueron inferiores en el grupo de intervención que en el
grupo control, 19 frente a 26, respectivamente38.
En el Hospital Zhonghua Fu Chan KeZaZhi, se llevaron a cabo dos estudios experimentales basados en la corrección de la posición OP durante el parto a través de la
postura materna. El primero de ellos valoraba la rotación
de la cabeza fetal a posición OA en 240 gestantes. Las
120 mujeres que pertenecían al grupo de intervención se
colocaron en decúbito lateral hacia el mismo lado del
dorso fetal, mientras que las 120 del grupo control estaban en posición de semifowler. En el grupo de intervención se produjo una rotación de la cabeza fetal a posiciones anteriores en el 88,3% de los casos, mientras que en
el grupo control esa rotación sólo sucedió en el 16,7% de
los casos39. En el segundo estudio, con una muestra
de 100 gestantes con fetos en posición OP, la mitad de
122
las mujeres fueron colocadas en decúbito lateral igual al
dorso fetal, y se produjo una rotación de la cabeza fetal a
posiciones anteriores en el 54% de los casos; en cambio,
en las mujeres colocadas en decúbito lateral contrario al
dorso fetal, sólo se produjo una rotación de la cabeza fetal a posiciones OA en un 12% de los casos40.
En una revisión sistemática de la base de datos de la Biblioteca Cochrane, no se constataron diferencias significativas en las posiciones OP persistentes al comparar las
posiciones laterales o verticales de las gestantes con
las posiciones supinas o de litotomía durante el parto11.
En 2013 se publicó un ensayo clínico aleatorizado realizado en el Hospital Nord de Marsella con una muestra
de 202 gestantes. El objetivo era evaluar qué posición
materna facilitaba la rotación de posiciones OP fetales.
En el grupo control las gestantes realizaron el trabajo de
parto en decúbito supino y en el grupo de intervención
adoptaban posiciones en función del plano de Hodge en
que se encontraba la cabeza fetal. De las tres posiciones
propuestas en el grupo de intervención, la utilizada con
más frecuencia (78,2% de los casos) fue la de decúbito
lateral debido a las condiciones obstétricas de las participantes. Los autores concluyen que no hubo diferencias
estadísticamente significativas en el tipo de parto entre el
grupo control y el grupo de intervención, así como tampoco en el porcentaje de rotación de la cabeza fetal en cada uno de los grupos (78,2% en el grupo de intervención
frente al 76,4% en el grupo control)8.
A pesar de que la bibliografía no señala ninguna intervención postural que sea efectiva para rotar las posiciones OP de la cabeza fetal, las posiciones verticales o laterales se asocian a una menor duración de la segunda
etapa de parto y a una reducción en los partos asistidos.
CONCLUSIONES
Aunque las variedades posteriores no se asocian a complicaciones graves ni son difíciles de abordar, a menudo
tienen consecuencias negativas para la madre y el bebé.
La frecuencia de las posiciones OP es del 15-40% al
inicio del parto. Durante el parto un gran número de
ellas rotan espontáneamente a posiciones OA, de modo
que al final sólo un 1,8-6% se mantienen como posiciones OP. No está bien determinado su origen ni cómo
se producen.
La morbilidad materna y fetal es superior en los partos con fetos en posiciones OP: se produce mayor dolor
materno intraparto, una mayor instrumentalización en
el expulsivo, un aumento en el número de desgarros de
III y IV grado y en el de episiotomías, un mayor riesgo
de infección y unas puntuaciones inferiores en el test de
Apgar en el recién nacido.
El impacto y la corrección de posiciones occipitoposteriores en el parto
Revisión bibliográfica
V. Bueno-López, et al.
La rotación manual de las posiciones OP parece ser
efectiva, aunque debe realizarse con precaución y cuidado, ya que podría provocar laceraciones cervicales.
Los estudios en los que se ha investigado la posición
materna para corregir las posiciones posteriores fetales
no han obtenido resultados estadísticamente significativos. Se exceptúan dos estudios realizados en China a los
que sólo es posible acceder a partir de un resumen en
inglés, motivo por el cual han sido excluidos de la revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane.
Los métodos no invasivos para prevenir, detectar y
corregir las posiciones OP de la cabeza fetal son inocuos, fáciles de realizar y económicos, y permiten reducir las intervenciones quirúrgicas y la morbilidad materno-fetal. Por ello, todos los autores recomiendan
realizar más estudios para determinar las posiciones
más eficaces para favorecer la rotación de la cabeza fetal
a posiciones anteriores y facilitar el parto eutócico.
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