ambas clases facultativas: los médicos, expendiendo medicamen

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ambas clases facultativ as: los m édicos, expendiendo m e d ic a m e n ­
tos y específicos, y los farm acéu ticos, ejerciendo de m édicos en
sus m ism as farm acias, ó censurando las fó rm u la s de éstos al son
que m e jo r provecho obteng a á la venta de su m ercan cía.
¿Qué queréis? ¿Que porque las atribuciones del presidente de
esos C o legios que h a n de establecerse sean excesivas ó porque
se les da a lg un as p re rro g a tiv a s á los que abonen m ás co n trib u ­
ción (lo que después de todo no es de ex tra ña r, p orque a lg ú n es­
tímulo ha de im ponerse p a ra que el Tesoro percib a m ás re n d i­
miento, y a que el profesor es libre en clasificarse p a ra la trib u ta ­
ción) vam os á despreciar la p rin c ip a l ventaja cuando todo eso
puede ser reform able?
¿Qué se pretende? ¿Que porque no h a y p a rid a d en la tra m ita ­
ción para conceder los prem ios á los colegiados com o p a ra im p o ­
ner las correcciones, así p orque las Ju n ta s no tienen u n trib u n a l
que las ju z g u e en sus extravíos (lo que tam poco necesitan, porque
tienen la o p in ión de todos los colegiados que es el alto trib u n a l
que ha de ju z g a r á todos, y p a ra lo cual hay expeditas vías) he­
mos de a b a n d o n a r el inefable bien que se nos entra por casa,
cuando después con m ás c a lm a y a u toridad, podrem os solicitar
y m odificar todo lo que m á s nos convenga?
¿Qué se busca? -¿Que porq ue no se h a dado en las Ju n ta s de g o ­
bierno de esos C o legios p ro v in ciales la representación debida á
las distintas poblaciones de la m ism a p ro v in c ia , a lg un as de .las
cuales p o d rán ser m ás im po rtantes y contar m ás profesores que
en la m ism a c ap ita l, instituyendo al efecto diputados elegidos por
los partidos jud ic iale s , ó de otra m a ne ra , p o r ejem plo, eligiendo
estos C om ités ó Ju n ta s sufrag áneas de la p ro v in c ia l respectiva,
<1la correspondiente in fo rm a c ió n y defensa de la clase profesio­
nal del partido; es de sano ju ic io re ch azar en absoluto la asocia­
ción, dando el triste espectáculo que ni a u n en este p unto tan c a ­
pital y am b ic io n a d o por todas las clases sociales no hem os de
estar en u n án im e conform idad?
Es decir, el derecho q ue m ás en estim a tiene todo ciudadano,
el derecho de asociarse; nos lo d a n á nosotros com o deber p a r a
que d e fe n d a m o s n u e stro s m u tu o s in te re se s, y eso lo re ch a za ­
mos, nos resistim os á aceptarlo; querem os v iv ir y ser insociables,
de condición distin ta á los jurisconsultos, á los notarios, á los p ro ­
curadores. de los cuales el E stado tam b ié n necesita de la pureza
de sus actos y costum bres profesionales, y les o b lig a á constituir
cuerpo y org a nism o fu ncio nal. E n éstos ta m b ié n se castiga al
protervo é in m o ra l, lle g a n d o la p e n a lid a d hasta la expulsión a b ­
soluta y cesación p e rm an ente del ejercicio profesional.
¡Y á esto se le lla m a tira n ía!
¿Con qué razón?
Si es tira n ía p orque nos im pone una o b lig a c ió n á cam bio de
ser correctos, dándonos con ella p ersonalidad y fueros, bendita
seas, tira n ía sa lv a d o ra , que queriendo a p risio na rm e con férreos
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