4.1.6 SISTEMA CONSTRUCTIVO Y DESCRIPCIÓN DE LOS

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II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
4.1.6 SISTEMA CONSTRUCTIVO Y
DESCRIPCIÓN DE LOS ELEMENTOS DE
FÁBRICA
material pétreo o cerámico. Se ha procura-
“Una de las cualidades propias de la arqui-
bles de la morfología y la construcción del
tectura gótica –quizá la más sobresaliente–,
elemento, como aquellos de naturaleza
es que no se podría estudiar su forma, su
interna que hayan podido ser deducidos de
apariencia, su decoración, independiente-
los estudios y de los ensayos realizados. La
mente de su estructura. Con la arquitectura
restitución
romana se puede mentir, porque su decora-
nos ha permitido realizar un “despiece”
ción es sólo un revestimiento, y no siempre
completo de todos los materiales de la
perfectamente adaptado a lo que recubre;
Catedral y realizar un análisis riguroso de la
pero no se podría mentir con la arquitectura
geometría, la forma y el aparejo de todos
gótica, porque esta arquitectura es ante
los elementos dibujados. Los resultados del
todo construcción.” Viollet Le Duc1.
estudio litólogico, del estudio de los morte-
do que esta descripción sea completa y que
incluya tanto los aspectos externos y visi-
fotogramétrica
tridimensional
ros y de los ensayos de laboratorio nos han
a. Introducción
permitido definir las características de los
Consideramos una construcción como un
materiales que los componen. La campaña
conjunto de materiales, asentados unos
de investigación termográfica, radiológica y
sobre otros, formando una estructura esta-
la inspección visual remota del interior de
ble y ordenados en el espacio de acuerdo
las fábricas han permitido el conocimiento
a un proyecto de arquitectura2. Se define
de su composición y de su estructura inter-
como fábrica cualquier construcción o
na. El estudio histórico y arqueológico del
parte de ella hecha de material pétreo,
edificio nos ha permitido establecer las dife-
cerámico o barro y argamasa. Aunque exis-
rencias tipológicas que existen de un mis-
ten edificios completamente de fábrica, en
mo elemento constructivo asociadas con
los que el tablero de la cubierta se forma
las diferentes fases de la construcción del
con rellenos de tierra u hormigón de cal
edificio. Por último, mediante las excavacio-
sobre el trasdós de las bóvedas; lo más fre-
nes arqueológicas y las obras de emergen-
cuente, es que la estructura de la cubierta,
cia hemos podido descubrir algunos ele-
en los edificios de fábrica, se construya con
mentos ocultos como las cimentaciones, el
madera o recientemente, con hierro o
trasdós de alguna bóveda, el apoyo de
acero. El resto de los materiales que com-
varios contrafuertes, etc. Evidentemente, a
ponen estas construcciones sólo aparecen
pesar de la exhaustividad de los trabajos,
puntualmente, en elementos constructivos
muchos de los aspectos de la geometría
secundarios, como en las carpinterías de
interna de los elementos como de su cons-
puertas y ventanas, rejas, vidrieras, ele-
trucción se encuentran ocultos y únicamen-
mentos decorativos, etc. Sólo, en algunos
te será posible conocerlos cuando queden
edificios importantes se utilizan láminas
al descubierto durante el propio desarrollo
metálicas (plomo, cobre o zinc) como mate-
de la obra de restauración. Será en este
rial de cobertura.
momento cuando podamos revisar este tra-
El objetivo de este capítulo es describir,
utilizando los resultados de los estudios
282
bajo y completar, a partir de los datos descubiertos, esta descripción.
realizados, la composición formal y material
Por otro lado, nos hemos centrado en
de los elementos constructivos de fábrica,
describir únicamente los elementos de fá-
es decir, compuestos mayoritariamente con
brica más importantes y que componen el
Imagen 154. La fábrica de la Catedral, vista general del
transepto desde el SO. Sucesión de los botareles del alzado
meridional y de fábricas de tipologías diferentes. Al fondo
estribo del siglo XIX de la fachada occidental del transepto
283
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
sistema constructivo de nuestro edificio, sin
das con una sillería bastante regular de una
entretenernos en estudiar todos los ele-
piedra caliza blanca; y la heterogeneidad de
mentos secundarios. En la Catedral de
las fábricas que componen los alzados
Vitoria, como en la mayoría de los edificios
exteriores, donde la sillería de caliza blanca
considerados tipológicamente como góti-
o arenisca y la mampostería se combinan
cos, pueden reconocerse como fundamen-
en un complejo “collage” construido. Exis-
tales los siguientes elementos de fábrica:
tían paños de muro construidos en unos
zapata, muro, pilar, pilastra, contrafuerte,
pocos metros cuadrados con varios tipos
estribo, triforio, ventanal, arco, bóveda, ar-
de sillería y mampostería diferentes; había
botante, botarel, arquivolta, y portada. Esta
muros de mampostería de más de tres
selección peca de esa condición generalis-
metros de espesor y otros, de menos de un
ta que, normalmente, achacamos a los
metro; muros de mampostería al exterior y
estudios sobre el “gótico”, pero nos sirve
de sillería en el interior; existían estribos en
para comprender globalmente las peculia-
la fachada sur que se iniciaban con sillería
ridades y características específicas de
y se remataban con mampostería y otros,
nuestra construcción al comparar estos ele-
en la girola, que se iniciaban con mampos-
mentos con aquellos que tipológicamente
tería, continuaban su trazado con sillería y
se consideran “modelos”. Además, dadas
se remataban con unos ladrillos sobre los
las limitaciones técnicas y presupuestarias
que apoyaba la estructura de madera; exis-
que tiene la aplicación extensiva de deter-
tían ventanales de tracería gótica enfosca-
minados estudios, nos hemos centrado en
dos de cemento y óculos de tracería gótica
estudiar con detalle sólo el edificio principal
construidos con arenisca insertados en un
de la Catedral; ya que es ésta, la estructu-
muro de sillería caliza, etc. Por nuestra
ra que padece los problemas constructivos
experiencia en al campo de la arqueología
y estructurales más graves y hemos obvia-
de la arquitectura estábamos seguros de
do, por ahora, realizar el estudio constructi-
que esa complejidad constructiva respon-
vo completo de la capilla de Santiago, de la
día directamente a una historia de la cons-
torre y del resto de los espacios secun-
trucción de la Catedral también compleja y
darios que se abordarán con los corres-
llena de sucesos en momentos históricos
pondientes proyectos de restauración. Fi-
diferentes que se reflejaban en la variedad
nalmente, tan sólo apuntar que debido a la
de elementos y tipologías existentes.
importancia que las estructuras de madera
Con el objetivo de dirigir correctamente la
de las cubiertas tienen también en la cons-
campaña de toma de muestras y el trabajo
trucción y en el funcionamiento global de la
de inspección sobre el monumento; consi-
estructura del edificio, su estudio construc-
deramos, que era necesario realizar prime-
tivo y el de sus patologías se abordará en
ro una evaluación visual y cartográfica de
otros apartados específicos del libro.
las tipologías de fábricas existentes. Nos
parecía, que una zonificación de los alza-
284
b. Evaluación preliminar. Primera
aproximación a una clasificación
tipológica de las fábricas
dos del edificio en función de la geometría,
Al iniciar el trabajo del Plan Director, nos
sus muros nos permitiría aproximarnos a su
llamó la atención el contraste que puede re-
estudio constructivo y planificar el trabajo
conocerse entre la homogeneidad de las
de investigación y recogida de muestras.
fábricas del interior de la Catedral, construi-
Sin embargo, realizar una clasificación de
los materiales y los aparejos de cada una
de las fábricas que podían reconocerse en
las tipologías de las fábricas que componen
los absidiolos de la girola. Como no parecía
la torre de estilo renacentista en el que, úni-
los muros de la Catedral de Vitoria es espe-
lógico pensar que se construyese una
camente, la fachada sur que se levanta
cialmente complejo dada la variedad y
muralla con forma de cabecera y con absi-
hacia la plaza es de sillería.
número de materiales y aparejos que pue-
diolos planteamos que el edificio podía
La “lógica” que tratamos de establecer
den distinguirse.
haber sido construido pensando en que
para explicar la construcción y configura-
Para poder acometer esta clasificación
debían coexistir las funciones religiosa y
ción del edificio de nada servía para expli-
tratamos de buscar una “lógica” de proyec-
militar. La estructura de la catedral se habría
car lo que sucedía en nuestra estructura a
to que ordenase, por algún motivo, la hete-
dividido por una de sus diagonales adop-
partir del nivel del triforio. La estructura góti-
rodoxia constructiva que podíamos obser-
tando en cada mitad de su trazado exterior
ca de sillería, que suponíamos se había
var. Pensamos que pudo existir un criterio,
una configuración diferente. Para responder
construido sobre la antigua fortificación de
por el cual, se construían con sillería las
a su función religiosa, representativa y sim-
mampostería, está cortada de repente a la
zonas más visibles y nobles del edificio; es
bólica, se habrían construido intramuros las
altura del suelo del triforio, sobre el trasdós
decir, las fachadas que configuran la plaza
fachadas más nobles y permeables confor-
de las bóvedas de las naves laterales y la
de Santa María y el interior y con mampos-
mando la plaza de Santa María y el interior
girola. Los muros que rematan la nave prin-
tería el resto de los alzados. Sin embargo,
del templo. Para responder a las necesida-
cipal y el crucero a partir del nivel descrito
los elementos de sillería no son totalmente
des defensivas las fachadas este y norte
son completamente heterogéneos con mul-
homogéneos y están formados con apare-
habrían adoptado el aspecto opaco y masi-
titud de refracciones y cortes en los que
jos diferentes apareciendo zonas construi-
vo tan característico de una fortificación.
aparecen, en un mismo lienzo, aparejos y
das con mampostería distribuidas de un
Pero este argumento tampoco era convin-
tipologías de fábricas diferentes. Desde el
modo aleatorio. Por otro lado, en algunos
cente, ya que la configuración militar del edi-
interior de las bajo cubiertas de las naves
lienzos del interior de la Catedral, que apa-
ficio alcanza sólo hasta la altura del pasillo
laterales podemos observar cómo se pro-
rentemente sí parecen homogéneos, des-
de ronda, a partir del cual se abren, en todo
duce este corte, cómo cambia el material, el
cubrimos que en realidad la sillería estaba,
su perímetro los huecos de tipología gótica
aparejo y, sobre todo, cómo hay un cambio
en muchos puntos, simplemente pintada
que iluminan la girola, la capilla mayor, las
a la hora de abordar la construcción del edi-
sobre unas fábricas más irregulares o de
naves y el crucero. En este cuerpo de la edi-
ficio por encima de este nivel.
mampostería.
ficación aparecen todo tipo de fábricas y
Desconocíamos las razones que provo-
También nos dimos cuenta de que la es-
aparejos; la girola está completamente
caron este corte en la construcción pero
tructura “gótica” del edificio parece que se
construida de sillería; la cabecera de la
pensamos que tenía que estar relacionado
apoya, especialmente en los alzados orien-
nave, la capilla de Santiago y el pórtico con
con una paralización de las obras en un
tal y septentrional, en una estructura de una
fábricas mixtas de mampostería reforzadas
momento concreto y su reanudación en
tipología completamente diferente, muy po-
con sillería en las esquinas; y la nave y el
condiciones económicas menos favorables.
tente, con apenas vanos y con aspecto de
crucero norte con fábricas de mampostería.
Paralelamente, asociamos la heterogenei-
fortaleza. Pensamos, que estas estructuras
En todos los casos, aparecen lagunas y
dad de estos muros –que rematan la nave
podían pertenecer al primer recinto amura-
algún lienzo construido con una tipología de
y el crucero– con los problemas estructura-
llado de la ciudad, lo que explica, que apa-
fábrica diferente a la descrita. Sólo las fa-
les y estáticos que había sufrido el edificio
rezcan grandes volúmenes macizos con
chadas “más urbanas”, las que se sitúan a
y planteamos que la irregularidad existente
ventanas saeteras y que la catedral gótica,
intramuros de la primitiva ciudad, se cons-
podía estar relacionada con una serie de
podía haberse construido reutilizando estas
truyen, casi en su totalidad, de sillería y se
colapsos parciales de la estructura gótica y
estructuras como muros de contención y
abren en ellas las portadas de acceso al
su reconstrucción posterior.
cimentación para salvar los fuertes desni-
edificio y una serie de ventanales en los ni-
Este corte de la estructura del edificio se
veles de la colina.
veles inferiores para iluminar las naves late-
puede apreciar también en las diferencias
Sin embargo, en el alzado oriental, el mu-
rales. Este “criterio” de formación, se man-
que existen entre la tipología y la construc-
ro que define el cubo de la muralla en la es-
tiene durante varios siglos en las sucesivas
ción de las bóvedas que cubren las naves
quina noreste del edificio continúa –sin nin-
ampliaciones y reformas, como lo demues-
laterales y la girola y las que cubren la nave
gún corte aparente en su fábrica– trazando
tra la construcción del fuste de la fábrica de
principal y el transepto. Tipológicamente,
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II
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Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
286
todas las bóvedas son de crucería sencilla
podemos disfrutar. Ni siquiera la homoge-
sólo con nervios ojivos, excepto la del pri-
neidad aparente que presentan las fábricas
mer tramo de la nave central que tiene tam-
del interior del edificio responden a una
bién terceletes. Pero las bóvedas que
supuesta unidad constructiva y estilística,
cubren la nave central y el crucero tienen
pues sobre ellas podemos apreciar también
los nervios más tendidos y la plementería
–aunque con mucha mayor dificultad– las
está construida con piedra toba de poco
transformaciones que podemos identificar
peso. En las bóvedas de las naves laterales
fácilmente en el exterior.
y la girola los nervios son más apuntados y
Sabemos, que la homogeneidad estilísti-
los plementos están construidos con la
ca que presentan las fábricas en el interior
misma piedra de los nervios con los sillares
de la Catedral se debe, en parte, a las
quebrándose, como es obligado, en án-
obras de “ripristino” estilístico acometidas
gulos diedros.
en la restauración del edificio llevada a
El remate superior de todos los muros de
cabo en la década de los años sesenta3. En
la nave y el crucero está construido con una
el interior del edificio, las fábricas que no
fábrica de mampostería de mucha peor fac-
eran de sillería fueron enfoscadas con mor-
tura que la que se construye en todo el edi-
tero de cal sobre el que se dibujó una sille-
ficio y en la que aparecen sillares reutiliza-
ría figurada en continuidad con la existente.
dos que están colocados de un modo
Sobre las fábricas de sillería que visual-
aleatorio. Finalmente, sobre este remate y
mente marcaban discontinuidades y refac-
construyendo algunos de los arbotantes de
ciones se aplicó una veladura de cal sobre
la fachada norte aparecen fábricas de ladri-
la cual se dibujo el nuevo aparejo, igual-
llo y de entramado de madera y ladrillo.
mente en continuidad con el principal. Fi-
Esta degradación de la construcción, con la
nalmente, se realizó una limpieza general
que se rematan los muros de la Catedral,
de todos los paramentos, eliminando todos
pudimos asociarla, gracias a la primera
los revestimientos que ocultaban los apare-
documentación recogida en el Plan Direc-
jos de sillería y se rejuntaron todas las fábri-
tor, con la sobre elevación que –a partir del
cas. Con estas obras se ejecutó también
siglo XVII– se construye para apoyar las
una importante labor de consolidación es-
estructuras de madera que soportan la
tructural, con el objetivo de hacer desapa-
cubierta.
recer visualmente todas las fisuras y grietas
En definitiva, llegamos a la conclusión que
existentes, que fueron recebadas y recupe-
de la heterogeneidad que puede observarse
rar el funcionamiento constructivo de las
en la morfología de las fábricas que compo-
fábricas. Sin embargo, a pesar de la unifor-
nen los diferentes elementos constructivos
midad que se pretendía conseguir en el edi-
de la Catedral de Vitoria no puede deducir-
ficio con estas obras todavía podemos,
se directamente un criterio único, ni un único
aunque con dificultad, reconocer cortes en
proyecto que ordenase su construcción en el
las fábricas y diferenciar los aparejos falsos
tiempo. La Catedral de Santa María parece
de los verdaderos. En general, existe una
que sufrió –desde el mismo momento en
continuidad entre interior y exterior y las
que se completó su construcción– graves
irregularidades que aparecen en una cara
problemas estructurales que provocaron
del muro se repiten en el otro.
continuas refacciones en sus muros y que
Estas reflexiones sobre nuestra estructu-
suponemos transformaron sus alzados en el
ra, nos sirvieron para tener una aproxima-
collage de materiales y aparejos que hoy
ción del proceso constructivo que había
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Imagen 155. Distribución preliminar de tipos de fábrica. Fachada este
1.-SILLERIA DE CALCARENITAS BLANCA
2.-SILLERIA DE ARENISCA GRIS O DORADA
3.-MAMPOSTERIA CICLOPEA E LAJAS DE PIEDRA ALARGADA Y SILLAREJO
4.-MAMPOSTERIAS DE TIPOLOGIA DIVERSA
5.-MAMPOSTERIA CON ESQUINAS Y ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE
SILLERIA DE CALCARENITA BLANCA
6.-MAMPOSTERIA CON SILLERIA REUTILIZADA EN RECRECIDO CUBIERTAS
7.-MAMPOSTERIA DE LA TORRE
8.-ENFOSCADOS DE CAL
9.-LADRILLO Y ENTRAMADO DE MADERA
10.-MAMPOSTERIA CON ENFOSCADO DE CEMENTO IMITANDO APAREJOS
PREEXISTENTES (RECRECIDOS EJECUTADOS POR M. LORENTE)
11.-ENFOSCADO DE CEMENTO
12.-SILLERIA DE ARENISCA MODERNA RESTAURANDO MUROS ANTIGUOS
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Imagen 156. Distribución preliminar de tipos de fábrica. Fachada sur
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Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
generado la heterogeneidad existente, lo
Esta primera clasificación sirvió en el tra-
que nos permitió realizar una primera clasi-
bajo de evaluación preliminar para apuntar
ficación tipológica de las fábricas que com-
la complejidad tipológica existente y esta-
ponen el edificio. Para realizar esta clasifi-
blecer una primera aproximación a las posi-
cación utilizamos como discriminantes las
bles fases históricas de la construcción. A
características que pudimos definir de los
continuación, se abordó el análisis arqueo-
materiales y la morfología superficial y visi-
lógico del edificio y el trabajo de documen-
ble de los aparejos de acuerdo al apunte
tación histórica con los que pudo concre-
que habíamos realizado. Como materiales
tarse una primera hipótesis sobre las fases
pétreos pudimos distinguir visualmente por
constructivas. Con la clasificación tipológi-
los menos dos tipos de caliza muy diferen-
ca realizada y con los primeros resultados
tes y una arenisca. La caliza mayoritaria en
de los trabajos histórico y arqueológico se
la Catedral es de un color muy blanco casi
proyectó: la campaña de extracción de
con el aspecto de la tiza y con ella se han
muestras para el estudio e identificación de
construido la totalidad de los muros de sille-
los materiales pétreos y de los morteros
ría y de los elementos escultóricos. La otra
que componían las fábricas, y la campaña
caliza es de un color gris o tostado y es una
de inspección visual del interior de los
piedra mucho mas compacta y dura que la
muros. Los resultados de estos estudios y
primera pero que debe ser difícil de trabajar
análisis de los materiales del edificio sirvió
ya que únicamente aparece cortada como
–en una investigación interdisciplinar de
en lajas construyendo las fábricas de mam-
prueba y error– para completar, confirmar o
postería. La arenisca tiene un color dorado
apoyar las hipótesis con las que se trabaja-
o gris y aparece dispersa en diferentes pun-
ba en el análisis arqueológico de las fases
tos de la mampostería o muy localizada
constructivas del edificio. Finalmente, al
construyendo con sillería cuerpos concre-
relacionar y contrastar los datos y los resul-
tos de la construcción.
tados obtenidos en el estudio constructivo
Mediante la discriminación de materiales
y en el cartográfico con los obtenidos en el
y aparejos pudimos diferenciar, las siguien-
estudio histórico y arqueológico hemos
tes fábricas en la construcción del edificio:
podido completar la configuración y clasifi-
1. Sillería de caliza blanca.
cación de los materiales y de los elementos
2. Sillería de arenisca gris o dorada.
constructivos que configuran la Catedral de
3. Mampostería ciclópea de lajas y sillarejo.
Santa María.
4. Mampostería con materiales diversos.
estructurales de sillería.
c. Los materiales pétreos y las
argamasas
6. Mampostería con sillería reutilizada en
Como sabemos, por el estudio litológico4 las
recrecidos de cubiertas.
rocas más empleadas en la construcción del
7. Mampostería de la torre.
edificio han sido las variedades de piedra
8. Enfoscados de cal.
caliza designadas como lumaquela de Ajar-
9. Ladrillo y entramado de madera.
te en los sillares y la calcarenita de Olárizu
10. Mampostería con enfoscado de ce-
en los mampuestos. La piedra caliza desig-
mento imitando aparejos preexistentes.
nada como margosa local y su variedad
11. Enfoscado de cemento.
negra se utilizaron como rípios en las fábri-
12. Sillería de arenisca moderna restau-
cas de mampostería y mayoritariamente en
rando muros antiguos.
el relleno interior de éstos. El travertino,
5. Mampostería con esquinas y elementos
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1.-SILLERIA DE CALCARENITAS BLANCA
Imagen 157. Distribución preliminar de tipos de fábrica. Fachada norte
2.-SILLERIA DE ARENISCA GRIS O DORADA
3.-MAMPOSTERIA CICLOPEA E LAJAS DE PIEDRA ALARGADA Y SILLAREJO
4.-MAMPOSTERIAS DE TIPOLOGIA DIVERSA
5.-MAMPOSTERIA CON ESQUINAS Y ELEMENTOS ESTRUCTURALES DE
SILLERIA DE CALCARENITA BLANCA
6.-MAMPOSTERIA CON SILLERIA REUTILIZADA EN RECRECIDO CUBIERTAS
7.-MAMPOSTERIA DE LA TORRE
8.-ENFOSCADOS DE CAL
9.-LADRILLO Y ENTRAMADO DE MADERA
10.-MAMPOSTERIA CON ENFOSCADO DE CEMENTO IMITANDO APAREJOS
PREEXISTENTES (RECRECIDOS EJECUTADOS POR M. LORENTE)
11.-ENFOSCADO DE CEMENTO
12.-SILLERIA DE ARENISCA MODERNA RESTAURANDO MUROS ANTIGUOS
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Imagen 158. Distribución preliminar de tipos de fábrica. Fachada oeste
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Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
290
dado su escaso peso y resistencia, cons-
riamente la fábrica de los elementos de
truye los plementos de las bóvedas su-
mampostería del monumento. Ambas rocas
periores. Finalmente, la arenisca designada
forman, según el estudio litológico, una
como de la Sierra de Elguea únicamente
serie completa en el nivel de afloramiento
aparece en las construcciones más tardías
en cantera lo que explica las variaciones
como el remate de la torre y alguna capilla.
encontradas en la Catedral. Como altera-
La mayoría de los elementos de la Ca-
ción de este material únicamente se obser-
tedral construidos con fábrica de sillería,
va, en las fachadas norte y este, costras
tanto en el interior como en el exterior,
negras ajenas al mismo. De acuerdo con el
están constituidos con una roca calcárea
informe litológico, “en aquellas fases biotur-
“blanca” designada en el estudio litológico
badas con cierta porosidad pudieran produ-
como lumaquela de Ajarte. Esta roca se
cirse fenómenos de pérdidas de cemento
emplea también en los plementos de las
con la consiguiente erosión, aunque sólo se
bóvedas de las naves laterales y de la giro-
ha observado muy puntualmente y con
la, así como, en la totalidad de las tallas
escasa entidad. En general, puede consi-
escultóricas de portadas y panteones. La
derarse una roca de propiedades geotécni-
lumaquela es una roca de fácil extracción y
cas muy buenas y baja alterabilidad”.
de muy buena labrabilidad que está consti-
La densidad de esta roca es de aproxi-
tuida esencialmente por conchas y de la
madamente 2,6 gr/cm3 y su tensión de rotu-
que se han distinguido dos subtipos según
ra a compresión se aproxima a los 920
que su porosidad sea milimétrica o centi-
Kg/cm2 en seco y de 855 Kg/cm2 cuando
métrica. Las diferencias entre cada uno de
está saturada, lo que no da idea de su com-
los subtipos definidos es difícil de distinguir
pacidad. En los ensayos de durabilidad
visualmente, ya que constituyen una serie
esta roca permanece prácticamente inalte-
continúa en cantera. Sin embargo, en el
rada tanto en los procesos de cristalización
exterior el subtipo que posee una porosidad
por inmersión parcial y total como en los
centimétrica presenta un grado de altera-
ensayos de heladicidad.
ción y alveolización mayor con pérdida sig-
La caliza margosa local constituye el
nificativa de material, lo que permite su
sustrato de la Catedral y, por tanto, sobre su
identificación.
lecho se cimienta nuestro edificio. En las
De hecho, una probeta de 7x7x7 cm de
fábricas del edificio, este material única-
esta roca, después de estar sometida a un
mente se utiliza como ripio para calzar –en
proceso de 15 ciclos en los ensayos de cris-
los muros de mampostería– los mampues-
talización por inmersión parcial, sufre su
tos de calcarenita. Según el estudio litológi-
destrucción y el desmoronamiento de su
co esta roca contiene “una pequeña porción
materia. En el ensayo de heladicidad apa-
de montmorillonita lo que provoca la activi-
recen fisuras en todas sus caras después
dad expansiva de la arcilla dada la lamina-
de un proceso de 48 ciclos. Su densidad es
ción que presenta el material”. Esta activi-
de aproximadamente 2 gr/cm3 y su tensión
dad expansiva provoca que el material se
de rotura a compresión se aproxima a los
disgregue fácilmente ante los cambios de
300 Kg/cm2 en seco que desciende brusca-
humedad. Asimismo, ante esfuerzos com-
mente a los 140 Kg/cm2 en situación de
presivos no perpendiculares a la laminación
saturado.
esta roca puede presentar valores bajos de
Las calcarenitas y calcarenitas bio-
resistencia a la carga. Por estos motivos, el
clásticas de Olárizu componen mayorita-
informe litológico advierte que esta roca es
el tipo más problemático y el que puede
de las bóvedas de la nave, el transepto y la
tiene una gran resistencia y dureza y es
ocasionar más dificultades en el proceso de
cabecera. Es una roca muy erosionable por
poco alterable debido al contacto intergra-
restauración del monumento, sobre todo, al
su altísima porosidad y que se degrada
nular saturado y al cemento silíceo.
dejarlo al descubierto durante los procesos
fácilmente por procesos físico-químicos y
De acuerdo con los ensayos de laborato-
de excavación del subsuelo arqueológico.
biológicos, pulverizándose. Además, por
rio, la densidad de esta roca es de aproxi-
De acuerdo con los ensayos de laborato-
esta porosidad tan elevada el material es
madamente 2,1 gr/cm3 y su tensión de rotu-
rio, la densidad de esta roca es de aproxi-
susceptible de retener un volumen elevado
ra a compresión se aproxima a los 550
madamente 2,6 gr/cm3 y su tensión de rotu-
de agua, con el consiguiente aumento de
Kg/cm2 en seco y a los 340 Kg/cm2 cuando
ra a compresión se aproxima a los 950
peso. Esta propiedad se traduce en una
está saturada. En los ensayos de durabili-
Kg/cm2 en seco en dirección perpendicular
densidad muy baja que lo convierte en un
dad esta roca presenta pérdida de material
a los planos de estratificación y de 750
material muy ligero adecuado para la cons-
en caras y aristas tanto en los procesos de
kg/cm2 en paralelo a los mismos planos.
trucción de bóvedas. Sin embargo, en la
cristalización por inmersión parcial y total.
Estos datos descienden bruscamente a 480
Catedral la sistemática falta de manteni-
En los ensayos de heladicidad la roca pre-
Kg/cm2 y 380 mKg/cm2 respectivamente
miento del edificio había provocado la apa-
senta únicamente una superficie rugosa de
cuando la roca está saturada. En los proce-
rición de innumerables goteras que salpica-
las caras.
sos de cristalización por inmersión parcial
ban directamente sobre el trasdós de las
Los morteros utilizados en la construc-
esta roca sufre pérdida de material y en los
bóvedas que, por esta propiedad del mate-
ción de la Catedral son mayoritariamente
de inmersión total, además, aparecen en
rial, se convertían en autenticas esponjas
de cal y sólo aparecen localmente morteros
sus caras zonas oxidadas. En los ensayos
aumentando peligrosamente su peso.
de yeso en revestimientos y enlucidos
de heladicidad la roca rompe horizontal-
La densidad de esta roca es de aproxi-
decorativos y morteros de cemento y mor-
madamente 1 gr/cm3 y su tensión de rotura
teros bastardos de cal y cemento en las
Dentro de la serie de las calizas margo-
a compresión entre 12 y 37 Kg/cm2 en seco
actuaciones de restauración y reparación
sas locales se han distinguido unas calizas
no habiéndose valorado su resistencia en
más recientes. Las tipologías de los morte-
negras que aparecen, con cierta frecuen-
estado saturado que debemos considerar
ros de cal definidas en las muestras estu-
cia, formando parte del hormigón de cal que
como inexistente. En los ensayos de dura-
diadas parece que están condicionadas
rellena el interior de los elementos cons-
bilidad esta roca presenta pérdida de mate-
más por las funciones que cumple el mate-
tructivos entre las hojas interior y exterior de
rial en caras y aristas en los procesos de
rial en la construcción que por cuestiones
los mismos. Puntualmente, aparece en el
cristalización por inmersión total y la pérdi-
de carácter cronológico. Como sabemos, la
exterior como mampuesto o rípio en las
da y rotura en el ensayo de inmersión par-
tradición de los morteros de cal estaba muy
fábricas de mampostería. Esta caliza negra
cial. En los ensayos de heladicidad la roca
extendida y, como hemos visto en el estudio
es un material de excelentes cualidades
rompió horizontalmente en el ciclo nº3.
litológico, para su elaboración se utilizan
mente en el ciclo nº7.
que se caracteriza por su carácter masivo y
por no mostrar alteración alguna.
Finalmente, componiendo las fábricas de
la Catedral podemos distinguir en zonas
materiales locales repitiéndose en el tiempo
los áridos, la cal y las mezclas utilizadas.
De acuerdo con los ensayos de laborato-
muy localizadas la presencia de una piedra
La proporción entre aglomerante y árido
rio, la densidad de esta roca es de aproxi-
arenisca designada como arenisca de la
oscila entre la proporción de 35/65 que tie-
madamente 2,65 gr/cm3 y su tensión de ro-
Sierra Elguea. Aparece esta roca en los
nen los “morteros magros” a la proporción
tura a compresión se aproxima a los 1.300
contrafuertes, los botareles, en la cornisa
de 70/30 e incluso a la de 90/10 que tienen
Kg/cm2 en seco y a los 1.100 Kg/cm2 cuan-
del campanario, en las esquinas de la torre
los “morteros grasos. Los morteros magros
do está saturada. En los ensayos de dura-
y en el pavimento y en el banco del pórtico
se utilizan fundamentalmente en las cimen-
bilidad esta roca permanece completamen-
y la plaza y constituye también el material
taciones y en los rellenos interiores de los
te inalterada tanto en los procesos de
mayoritario de la capilla del Santo Cristo.
muros y los morteros grasos en los revesti-
cristalización por inmersión parcial y total
Esta roca es una cuarzoarenita entre ocre y
mientos y en los elementos decorativos.
como en los ensayos de heladicidad.
morada que presenta una gran porosidad
Los morteros que se utilizan en las juntas
El travertino es una roca utilizada única-
intergranular (10%) con el consiguiente
presentan normalmente relaciones inter-
mente en la construcción de los plementos
efecto azucarillo. Sin embargo, esta roca
medias entre aglomerante y árido. La cal
291
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
utilizada como consecuencia del carácter
mento histórico. En definitiva, el “orden” que
dolomítico de la caliza local incorpora en su
presenta el conjunto de los materiales de
estructura ciertas cantidades de magnesio.
un edificio histórico constituye un complejo
La composición litológica de los áridos uti-
“sistema” de relaciones; tanto entre sus
lizados en los morteros es bastante homo-
materiales, como entre éstos y cada una de
génea y aunque existen áridos de cuarzo,
las partes de la edificación que responde
arenisca y yeso, es la caliza el árido más
directamente a los sucesos y causas que
frecuente.
generaron su configuración. Desde nuestra
Finalmente, las diferencias tipológicas se
óptica, el estudio concreto de una arquitec-
manifiestan también en la granulometría de
tura preexistente debe, metodológicamen-
los áridos utilizados. En los morteros de
te, iniciarse en sentido inverso al de su cre-
cimentación y de rellenos de los muros los
ación y producción; es decir, partiendo del
áridos tienen una morfología redondeada
estudio individualizado de los materiales
llegando a alcanzar diámetros superiores a
que la componen.
1 cm; por el contrario, en los morteros de
Una vez reconocidos e individualizados
revestimientos la morfología de los áridos
todos los materiales de un edificio histórico
es angulosa (proceden de su pulverización
y estudiadas sus propiedades y caracterís-
por machaqueo) y no aparecen diámetros
ticas tenemos, en esta fase del trabajo, que
que superen 1 mm. En el estudio de los
estudiar las relaciones que se establecen
morteros se presenta una clasificación de
entre ellos –de acuerdo a leyes o propieda-
doce tipologías de morteros con una des-
des específicas estudiadas en el monu-
cripción específica en las que se enmarcan
mento– que nos permitan agruparlos. El tra-
las 148 muestras estudiadas en la Catedral.
bajo propuesto supone, en realidad, la
descomposición del monumento en unida-
d. La estructura de la Catedral de
Vitoria y su descomposición
constructiva
des menores mediante el agrupamiento de
los materiales que cumplen una misma
condición. Por ejemplo, en la Catedral de Vitoria, además de definir la serie litológica
292
La descomposición de una estructura
arquitectónica en elementos
constructivos
contenida en el edificio se ha obtenido una
Como definimos al principio de este aparta-
cos. También se pueden agrupar los mate-
do, un edificio es una acumulación de mate-
riales afectados por una determinada
riales que, asentados unos sobre otros, for-
patología y obtener una cartografía de las
man una estructura estable. Como en toda
lesiones o agruparlos de acuerdo al mome-
estructura compleja esta acumulación de
nto histórico en el que fueron colocados y
materiales –no aleatoria– es el resultado de
obtener la secuencia estratigráfica de su
una multiplicidad de factores sociales, téc-
construcción, tal y como hemos visto en los
nicos y humanos que son los que han posi-
estudios precedentes.
cartografía de su localización en las superficies agrupando todos los materiales idénti-
bilitado su creación y producción. Pero ade-
Este apartado del estudio hace referen-
más, esta estructura habrá sufrido multitud
cia a la propia condición del edificio como
de transformaciones a lo largo del tiempo
estructura arquitectónica y desde esta ópti-
que han modificado el “orden” original de
ca debe materializarse el desmembramien-
los materiales de acuerdo a los parámetros
to y despiece de su construcción. Para in-
sociales, técnicos y humanos de cada mo-
dividualizar cada uno de los elementos
arquitectónicos que componen una estruc-
de sillares, encargados de producir el enjar-
La descomposición de la Catedral que pre-
tura edificada es necesario reconocer las
je entre ambos elementos, que contienen
sentamos en este apartado se ha realizado
características formales, constructivas o
parte de la moldura que define el ventanal
siguiendo este criterio y de acuerdo a las
estructurales y funcionales que los definen.
y se encastran en el despiece de este ele-
condiciones de contorno que establece el
Son estas características las que van a per-
mento pero, simultáneamente, se insertan
funcionamiento de su sistema constructivo
mitir reconocer y agrupar los materiales que
en el aparejo del muro. Estos materiales
y estructural. También hemos seguido,
componen cada elemento y establecer cla-
tendremos necesariamente que asignarlos
siempre que ha sido posible, la estructura-
ramente sus límites con respecto a los ele-
al elemento que constructiva y estructural-
ción y descomposición en elementos que el
mentos colindantes, dibujando su contorno.
mente sea el principal y no podremos en la
arquitecto Viollet Le Duc5 realizó de las
Por ejemplo, un ventanal de una catedral
descomposición que proponemos, asignar
catedrales góticas francesas. Para Viollet, la
tiene una función muy concreta que es per-
la mitad del sillar al muro y la otra mitad al
comprensión del funcionamiento geométri-
mitir el paso de la luz; una forma perfecta-
ventanal. En la descomposición que hemos
co y constructivo de un elemento parte del
mente definida por unas jambas y un arco
realizado en la Catedral este material se ha
conocimiento de la forma individualizada de
que se ha moldurado para resaltar su condi-
agrupado con los materiales que componen
los materiales que lo componen y del modo
ción de elemento diferente a la del muro en
el ventanal, cuyo contorno aparece denta-
en que se aparejan para construirlo. Como
el que se encuentra inmerso; finalmente, su
do, permaneciendo el contorno del muro
explica en el párrafo con el que encabeza-
forma coincide con el funcionamiento cons-
con el “mordido” dejado por esta pieza.
mos este trabajo aspectos como la forma o
tructivo y estructural necesario para permitir
La historia de la arquitectura y del arte ha
la decoración no pueden, en la arquitectura
la apertura de un hueco en un muro atando
realizado, normalmente, una descomposi-
gótica, desligarse de su construcción. Para
sus hojas externas, rematando el relleno
ción puramente formal y decorativa de los
Viollet, las formas del gótico son el resulta-
interior de los laterales del muro perforado y
edificios basada en los límites establecidos
do final de un largo proceso racional de
desviando las cargas, mediante el arco, a
por aristas y molduras, olvidándose del fun-
investigación y experimentación en el tiem-
ambos lados de la apertura producida.
cionamiento constructivo y estructural de los
po, de un gremio independiente de arte-
Aunque, normalmente, exista una unidad
elementos definidos. De acuerdo con este
sanos, para conseguir una estructura de fá-
formal, constructiva y funcional en la defini-
criterio, los monumentos se han representa-
brica con la máxima altura, la máxima
ción de los elementos arquitectónicos, ya
do dibujando sólo las aristas de su geome-
dimensión y que utiliza la mínima cantidad
que habitualmente habrán sido proyectados
tría y omitiendo, sistemáticamente, dibujar
de material posible. Desde esta perspecti-
de este modo, puede suceder y –de hecho
los contornos que definen los materiales.
va, cada elemento constructivo y cada
sucede– que la unidad formal del elemento
Este tipo de análisis, ha provocado también
pieza que componen esta arquitectura tie-
no coincida con su unidad constructiva ni
que la estructura de un edificio gótico se
nen una función mecánica y constructiva
ésta con la funcional, etc. Por ejemplo, el
haya asimilado, muchas veces, a una es-
específica supeditada a la estructura global
trazado de un arco fajón se realiza sepa-
tructura lineal de pórticos y láminas de hor-
del edificio que él explica detalladamente
rándolo del muro en que se encastra su
migón. Desde nuestro punto de vista, sólo la
en su bibliografía y en sus dibujos. Su tra-
arranque, simulando que el arco apoya en
representación de los contornos de las jun-
bajo ha servido también para estudiar las
la pilastra que también se resalta del plano
tas de los materiales de un edificio permite
características específicas y las deficien-
del muro. Sin embargo, esta separación for-
analizar desde diferentes puntos de vista
cias que presenta cada uno de los elemen-
mal de los elementos no significa que la
una estructura arquitectónica y efectuar múl-
tos que construye la Catedral al comparar-
pilastra constructivamente sea diferente del
tiples descomposiciones de sus fábricas
los con los modelos definidos por él. Esta
muro y que el funcionamiento del arco sea
según características y propiedades diferen-
descomposición constructiva de la Catedral
ese, y su sección constructiva la aparente.
tes. Lógicamente, para poder realizar este
de Vitoria sirvió también de guía para rea-
En el ejemplo del ventanal que hemos utili-
trabajo de despiece de un edificio es nece-
lizar la fragmentación de su modelo foto-
zado antes, todos reconocemos las diferen-
sario tener una cartografía muy detallada y
gramétrico en el que cada elemento cons-
cias formales, constructivas y funcionales
precisa del mismo que incluya la representa-
tructivo compone un archivo informático.
que nos permiten diferenciarlo del muro que
ción de los contornos de las juntas de todos
Presentamos como anexo de este trabajo
lo contiene. Sin embargo, existen una serie
los materiales visibles.
un glosario de definiciones de elementos
293
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
constructivos ilustrado con el dibujo de los
tructiva del edificio a la que pertenece el
elementos de la Catedral que corresponden
elemento de fábrica que estemos estu-
con la definición y que hemos extraído del
diando; la clasificación que presentamos fi-
modelo fotogramétrico.
nalmente se ha realizado, sobre todo, en
Para seguir un orden lógico, hemos reali-
función de las diferencias geométricas (di-
zado la descripción de estos elementos
mensiones), de la morfología superficial
partiendo desde los niveles inferiores del
(aparejos) y constructivas (materiales y
edificio hasta alcanzar los niveles superio-
composición interior) de las fábricas de los
res de acuerdo al proceso constructivo de
elementos constructivos estudiados.
una estructura de fábrica. Este proceso
ción de las fases históricas, desde las fábri-
Elementos que definen la estructura de
la Catedral de Vitoria
cas y los elementos constructivos más anti-
La estructura de una catedral gótica de tres
guos a los más modernos. Aunque en esta
naves con capillas laterales, como la de
descripción hacemos continuamente refe-
Vitoria, es básicamente simétrica con res-
rencia al periodo histórico o periodos histó-
pecto al eje longitudinal de la nave principal
ricos en los que se encuadra la fase cons-
y se puede descomponer en tres grandes
sigue también el orden “normal” de forma-
Imagen 159. Vista general del interior de la Catedral
planos que se repiten a los dos lados del eje
de simetría. El muro que cierra cada uno de
estos planos, se sitúa a una altura diferente
del suelo, interrumpidos por planos de arcos
o bóvedas y por pilares o pilastras que se
abren a las naves o a las capillas. El primero de estos planos –el más próximo al eje de
la iglesia– corresponde al muro de cierre de
la nave principal y está dividido verticalmente en cada tramo por pilastras en el
interior y contrafuertes en el exterior.
Horizontalmente, su sección está cortada:
en la parte superior, por las bóvedas de crucería de la nave principal y rematada por el
arco formero; en su parte inferior, está cortado en toda su longitud por la línea del triforio; finalmente, descansa en la línea de
arcos diafragma que separan la nave central de las laterales. A su vez descargan
todo el peso de este muro en los pilares de
la iglesia. El segundo plano, corresponde al
muro de cierre de las naves laterales que
está dividido cada tramo también verticalmente por pilastras en el interior y por el
plano de los botareles en el exterior.
Horizontalmente, está igualmente cortado:
en el plano superior, por la línea de las
bóvedas de las naves laterales y rematado
294
Imagen 160. Catedral de Chartres. Perspectiva axonométrica
de la sección de la nave principal. Choisy, A. (1899)
Imagen 161. Catedral de Chartres. Planta principal. Viollet-LeDuc, E. Dictionnaire de l´architecture médievale, 1854-1868
por el arco formero y en el plano inferior por
siguen el desarrollo radial efectuado. En el
los arcos que abren las capillas laterales
extremo opuesto, se construye –a los pies
del edificio. El tercero de estos planos,
del edificio– la fachada principal que se
corresponde simplemente al cierre de las
remata con tres portadas y un rosetón
capillas. Verticalmente, están rematados
cerrando el espacio superior de la nave
por los muros laterales de estas capillas
sobre la portada principal y que se enmar-
sobre los que parcialmente descansan los
ca en los laterales con dos grandes torres.
botareles. Horizontalmente, por la parte
En Vitoria, el trazado de este esquema
superior de cada una de las bóvedas que
tipológico se repite prácticamente en su
cubren estos espacios y en la parte inferior
totalidad, tanto en la cabecera como a los
por la línea del suelo. El esquema inicial de
pies de la nave, aunque su construcción
la Catedral de Vitoria, como el de muchas
parece inacabada. En la cabecera no se
otras catedrales góticas de su momento,
han construido los arbotantes y los botare-
carecía de capillas laterales que fueron
les están incompletos ya que sólo se han
abriéndose a medida que el desarrollo del
levantado hasta la altura de las bóvedas de
templo y de la ciudad lo exigía. La hetero-
la girola. La fachada principal se ha rema-
geneidad con la que se construyeron estas
tado con las tres portadas del esquema
capillas a lo largo del tiempo, rompen en
descrito, pero en Vitoria, además, se ha
Vitoria, la simetría inicial de su trazado.
construido un pórtico abovedado que las
En el plano transversal al eje longitudinal
enmarca. La construcción de este pórtico
de la nave se sitúan, en el sistema cons-
se ha realizado sobre cuatro grandes ma-
tructivo gótico, los elementos de fábrica que
chones que enfrentados a las portadas
contrarrestan los empujes de las bóvedas y
tenían que servir de soporte a las dos
permiten la transmisión de los esfuerzos
torres, de las que sólo, se ha construido la
hasta el suelo. Según realicemos el corte
de la derecha. Por encima de la portada
por la mitad de cada tramo de la nave o por
principal, la altura de la nave central se cie-
el eje de cada uno de ellos obtendremos el
rra con un muro de testero que queda
alzado o la sección de los arcos perpiaños
enmarcado en su lateral sur por la torre y en
de las bóvedas, del contrafuerte, del arbo-
el norte por un contrafuerte diagonal que
tante o del botarel. En paralelo a este eje
sustituye a la torre que nunca se construyó.
transversal, una catedral gótica se cierra:
En este muro existe un pequeño rosetón.
en su extremo oriental, con la cabecera, la
En paralelo a este plano transversal, se
girola y las capillas absidiales; y, en el occi-
sitúa la nave del transepto, de la misma
dental, con las portadas, el rosetón y las
altura que la nave principal. En la Catedral
torres. La estructura que soporta la cabece-
de Vitoria, esta nave posee una longitud
ra y las capillas absidiales se construye
mayor a la que consideraríamos tipológica-
repitiendo radialmente entre cada una de
mente “normal” en la arquitectura gótica, lo
las capillas el elemento formado por el con-
que provocó que se hablase del carácter
trafuerte, arbotante y botarel. Los muros de
“arcaico” de su planta. Como sabemos, la
cierre de cada una de estas capillas quedan
arquitectura gótica acorta sustancialmente
enmarcados por estos elementos y los
la estructura del transepto –con respecto a
arcos formeros de las bóvedas que los
la románica– para permitir el desarrollo line-
cubren. Este desarrollo radial obliga a la
al del esquema estructural gótico formado
construcción en la cabecera de una bóveda
por contrafuertes, arbotantes y botareles.
de características especiales cuyos nervios
Una nave de transepto largo y con varios
295
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
tramos de bóvedas, obliga a provocar un
estado de deformación que, finalmente, se
giro de este esquema en ángulo recto lo
resolvió con la construcción, ya en el siglo
que compositiva y constructivamente es
XIX, de dos grandes machones de fábrica
muy difícil. El trazado del transepto de la
que se levantaron en todo el alzado de
Catedral de Vitoria, de una sola nave y con
estos muros.
capillas adosadas solamente en su alzado
296
oriental, estuvo siempre condicionado por
e. Suelo y Zapatas
la estructura preexistente de la antigua igle-
Se define como zapata la parte de un muro
sia-fortaleza proyectada por Alfonso VIII.
o un pilar que lo soporta por debajo del nivel
Las esquinas del alzado occidental se ado-
de suelo y que transmite sus cargas al
saron a los torreones octogonales que con-
terreno. Tenemos que entender las zapatas
tienen las escaleras de caracol de acceso
como una prolongación de los muros y los
al antiguo pasillo de ronda; las esquinas del
pilares del edificio, por debajo del nivel del
alzado oriental, a los dos cubos que rema-
suelo, que se construyen normalmente au-
taban la estructura del trazado de la iglesia-
mentando el grosor de estos elementos en
fortaleza y que fueron transformados inte-
todo su perímetro y cuya función es trans-
riormente en capillas.
mitir las cargas al terreno. En realidad, sue-
Como sabemos, la nave central y el tran-
lo y fábricas forman una sola estructura cu-
septo de la Catedral de Vitoria se cubrieron,
yas interrelaciones no son unidireccionales
primero, con bóvedas de madera, lo que
–de la fábrica al suelo– y que debe anali-
permitió que la estructura de los muros se
zarse como un conjunto único. Se tiende a
reforzara exteriormente sólo con contra-
soslayar este hecho, en la mayor parte de
fuertes, dejando de construir los arbotantes
los análisis matemáticos, aceptando que el
previstos y sin rematar los botareles que ya
terreno tiene una rigidez infinita o, lo que es
se habían iniciado en la estructura de la
peor, una resistencia determinada por los
nave y de la cabecera. Cuando las bóvedas
correspondientes ensayos geotécnicos y
de madera se sustituyeron por piedra y el
una indeformabilidad total. Como mucho, se
edificio inició su proceso de ruina se rema-
calcula un asiento instantáneo o diferido
taron los botareles y los arbotantes de la
cuya incidencia sobre la estructura superior
nave que habían quedado incompletos,
se soslaya.
equilibrando en esta zona del edificio, los
La totalidad de las zapatas que se han
empujes de las nuevas bóvedas. En la
descubierto en las excavaciones arqueoló-
cabecera y en el alzado oriental del tran-
gicas realizadas en la Catedral están cons-
septo, por la rigidez que le proporcionaba la
truidas con fábrica de mampostería que
antigua estructura proyectada por Alfonso
amplía la superficie de contacto del pilar o
VIII con capillas de gran altura que se sitú-
del muro con el suelo. Sólo algún muro de
an en este lateral no fue necesario construir
sillería en el alzado sur se prolonga hasta
los arbotantes y completar los botareles
llegar al firme y debemos considerarlo, más
que permanecieron desmochados. Sin em-
como un muro enterrado de sillería que
bargo, el lado occidental del transepto en el
como una zapata construida como tal. En
que las bóvedas descargaban directamen-
general, la construcción de estos elemen-
te sobre los muros que se levantaban, en
tos se realiza con una mampostería con-
toda su altura, sin más contrarresto que los
certada que se introduce en una caja de
contrafuertes construidos para soportar las
unos 50 cm en la roca y que exige para su
bóvedas de madera se inició un alarmante
construcción la excavación en el suelo de
Imagen 162. Vista de la zapata escalonada del pilar I1
(sotocoro norte)
una zanja amplia que permita trabajar al
soportar una edificación, aparece sin em-
mampostero. En algunos casos, la cimen-
bargo, horadada por cimentaciones previas
tación más que una fábrica de mampostería
y, lo que es peor, por cientos de tumbas
parece un hormigón ciclópeo que, supone-
excavadas directamente en la roca o en
mos, se ha construido rellenando comple-
rellenos antrópicos anteriores. En la exca-
tamente por hiladas la zanja de cimentación
vación de los pies de la iglesia, dada la
y vertiendo desde arriba el mortero. En de-
escasa profundidad a la que aparece la
finitiva, la zapata se construye ocupando
roca, las tumbas que son anteriores a la
completamente el espacio de la zanja
construcción de nuestra edificación apare-
abierta que funciona, en realidad, como un
cen normalmente cortadas por la cimenta-
encofrado perdido.
ción que se apoya en el subsuelo de roca.
Dada la irregularidad de las zapatas des-
Sin embargo, en el pilar (H1) entre el se-
cubiertas hasta ahora y los niveles de relle-
gundo y tercer tramo del lado norte de la
nos existentes, no siempre está claro don-
nave, la cimentación aparece apoyada en
de empieza la zapata y donde termina el
su lateral sur en un enterramiento y el osa-
muro o el pilar. Muchas veces lo que apare-
rio se integra con los bolos del hormigón
ce por debajo del nivel del suelo son sim-
que compone el cimiento. En la excavación
plemente muros del edificio proyectado por
de las capillas absidiales de la girola, la
Alfonso VIII –al que nos referiremos más
roca aparece como sabemos a casi 8 m por
adelante– sobre los que apoya la primera
debajo del nivel de suelo de la Catedral y la
construcción gótica. En otros casos, los
mayoría de los enterramientos aparecen en
muros y pilares se apoyan en estructuras y
niveles superiores a los de la cimentación.
cimentaciones de edificios anteriores amortación, siendo difícil diferenciar la estructu-
Zapatas de los pilares de la nave central
I1,I2,H2,H1
ra preexistente de la cimentación que se le
Los pilares (I2) e (I1) que soportan el coro
superpone. En algún caso, la zapata sim-
entre el primer y segundo tramo de la nave
plemente no existe y el pilar apoya directa-
tienen una zapata de mampostería bien tra-
mente en la construcción preexistente que
bajada de forma cuadrada, en diagonal con
funciona como zapata. Éste es el caso del
el eje de la nave. Su sección escalonada
pilar (H2) entre el segundo y tercer tramo
amplia su superficie de apoyo y corta las
del lado sur la nave que apoya directamen-
estructuras preexistentes –estructuras 1 y
te en los restos de los muros de la estruc-
2–, llegando a penetrar en la caja abierta en
tura preexistente que atraviesa diagonal-
la roca natural. Las zapatas de los pilares
mente la nave de la Catedral.
(H1) y (H2) son de forma irregular y aproxi-
tizados que se integran en la propia cimen-
Imagen 163. Detalle de la zapata del pilar I2 (sotocoro sur)
cortando la cimentación de la estructura preexistente
Imagen 164. Vista de la zapata del pilar H1 en el lado norte
entre el segundo y tercer tramo de la nave
Esta permanencia en el tiempo del lugar
madamente circular. Están construidas con
de culto y la existencia de, por lo menos dos
hormigón de cal y bolos de caliza que, sim-
estructuras eclesiales previas, ha provoca-
plemente, forman un ensanchamiento del
do que todo el suelo sobre el que se ha
pilar que se apoya directamente sobre la
cimentado el edificio sea el cementerio his-
cimentación de la estructura nº2 que per-
tórico de la ciudad de Vitoria. Por tanto, si
manece inmersa bajo la zapata o atrave-
bien es cierto, que el subsuelo sobre el que
sándola. La cimentación de esta estructura
se asienta nuestra construcción es una ro-
preexistente designada como nº2 lo consti-
ca (caliza margosa local) y, por tanto, de
tuyen unos muros de mampostería de 2,40
características mecánicas idóneas para
m de espesor, que discurren en paralelo
297
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 165. Detalle de restos humanos bajo la cimentación
del pilar H1
separados 8,20 m y con un ángulo, con res-
empujes de las bóvedas del crucero. De
pecto al eje de la Catedral, de 45º al su-
hecho, la apertura de la capilla de Los Re-
deste. El pilar (H2) apoya, en sus dos ter-
yes, en la esquina sur oeste de la Catedral
ceras partes, directamente sobre esta
entre la nave y el crucero, casi provocó la
estructura que, prácticamente, alcanza la
ruina del edificio; lo que conocemos a tra-
cota de arranque de este pilar sin que ape-
vés del pleito, documentado históricamen-
nas se construya más que una hilada de su
te, que se produjo entre el Cabildo y los
zapata. El resto de la base del pilar apoya
promotores de esta capilla y que hemos
en un débil complemento que no llega a
designado genéricamente como el “pleito
tocar la roca natural. El pilar (H1) apoya
del crucero”. En el caso de la capilla de los
parcialmente también en otro muro de esta
Reyes esta apertura se realizó, además, tal
estructura que apenas si levanta del suelo,
y como se recoge en la documentación de
por lo que sí se construyen varias hiladas
este pleito, “estrechando la pared más de
de su zapata cuyo apoyo sobre la estructu-
cuatro pies de los más de siete que tenía
ra es deficiente y obligó a construir –en
en origen. Como consecuencia de esta
fechas avanzadas– un forro envolvente.
actuación se dañó el estribo principal de la
Este forro es el que apoya sobre un antiguo
iglesia, así como, la pared a la que se
osario que ha quedado inmerso en la pro-
encuentra pegado”.
pia cimentación.
Imagen 166. Vista de la zapata del pilar H2 en el lado sur
entre el 2 y 3 tramo de la nave
Imagen 167. Vista general de las cimentaciones
descubiertas en la capilla de San Bartolomé
Imagen 168. Detalle de las zapatas del muro oriental de la
capilla de San Bartolomé
298
Zapatas de los muros laterales de la
fachada sur
Zapatas de la cabecera de la iglesia y
del extremo norte del crucero
En general, todo el lateral oriental y septen-
Las zapatas sobre las que se apoyaban los
trional de la Catedral gótica se apoya en
muros de cierre de la nave lateral sur y los
una estructura previa, de gran potencia,
botareles de la primera estructura gótica se
que corresponde –como ha determinado el
han visto muy afectados por la construcción
estudio arqueológico– a un gran proyecto
de capillas entre cada uno de los tramos de
de iglesia-fortaleza iniciado en época de
la nave lateral sur. Para abrir estas capillas
Alfonso VIII y que nunca llegó a completar-
tuvieron que desmontar los muros de cierre
se. Interiormente, los muros de esta estruc-
de las naves laterales cortando también su
tura quedaron ocultos por el nuevo nivel de
cimentación en numerosos puntos. Las
suelo o fueron forrados por un aplacado de
zapatas de los muros que configuran estas
la misma piedra y con el mismo aparejo de
capillas, dado que se construyeron en
la estructura que se levantó sobre ésta.
periodos y momentos diferentes es comple-
Exteriormente, quedó parcialmente oculta
tamente heterogénea y, en general, de una
por las edificaciones que se adosaron a su
factura bastante mala con zapatas de dife-
alzado oriental. Esta estructura, es la que
rentes tipologías, de mampostería o sillería
constituye la cimentación de la cabecera de
y con mucho material reutilizado.
la iglesia y de todo su alzado oriental y en
La apertura de estas capillas y la rotura
parte del septentrional. Por su espesor, po-
de la continuidad de la estructura original
tencia y calidad constructiva esta estructu-
ha sido especialmente conflictiva en las dos
ra, construida inicialmente con una clara
capillas que forman las esquinas del cruce-
función militar, ha funcionado como un gran
ro con la nave. La apertura de estas capi-
muro de contención que ha permitido salvar
llas ha debilitado el apoyo y la cimentación
los grandes desniveles que existen entre el
de los contrafuertes que contrarrestan los
nivel de suelo de la construcción gótica y el
Imagen 169. Vista general hacia el sur de los muros de la
estructura de Alfonso VIII que funcionan como zapatas de la
estructura del deambulatorio de la Catedral
nivel de la calle de Cuchillería. En general,
se apoya la estructura de los absidiolos,
estos muros dadas sus dimensiones se
considerada como de Alfonso VIII, construi-
limitan a empotrase directamente en el
da ahora con una potente mampostería de
lecho rocoso sin que sepamos, con certeza,
lajas de calcarenita de Olárizu, que cambia
si amplían su dimensión en su zapata y cuál
el trazado hexagonal por uno octogonal y
es su profundidad. Lo que sí sabemos, es
produce un escalón entre ambas estructu-
que son muros de unos tres metros de
ras estrechando el espesor de los muros
espesor y de una gran calidad constructiva
hasta 3 m. Las dudas sobre la cronología
–que describiremos en el apartado siguien-
de estas preexistencias se planteó, al com-
te– y que no han provocado ningún tipo de
probar que el nivel del escalón que se pro-
problema estructural.
ducía entre éstas y la estructura de Alfonso
VIII era idéntica en las dos zonas de la edi-
Imagen 170. Estructura hexagonales en el absidiolo
septentrional bajo los muros de la estructura de Alfonso VIII
Preexistencias en los arranques de los
muros de la estructura proyectada en
época de Alfonso VIII
ficación. Este escalón y la similitud cons-
En las excavaciones en el sótano del cru-
constructivamente esta estructura de ma-
cero norte primero, y en la realizada en los
yor potencia y espesor que la que se le
absidiolos de la girola después, se han des-
superpone funciona perfectamente como
cubierto una serie de muros y estructuras
zapata de la primera. Únicamente, la cons-
bajo la edificación proyectada por Alfonso
trucción de estos muros realizada con ca-
VIII que se consideraron como preexisten-
liza margosa local (que es la roca que com-
cias de esta fase del edificio. En el sótano
pone el suelo del edificio) plantea el
excavado, bajo el crucero norte, aparece
problema de la pérdida de su resistencia al
primero un muro de aproximadamente 4 m
secarse, tal y como se expone en el estu-
de espesor, con una orientación diferente a
dio litológico; por este motivo, en la obra de
la de los muros de época de Alfonso VIII y
emergencia se ha vuelto a rellenar su exca-
que aprovechan su cara externa pero no la
vación hasta la altura del escalón que se
interna. A continuación de este muro, apa-
produce entre las dos estructuras lo que
rece en la excavación de este recinto una
nos permite comprobar el cambio de traza-
estructura cuadrangular que enlaza con el
do entre ambas.
tructiva de ambas estructuras obligó a plantear su coetaneidad. En cualquier caso,
extremo oriental del muro descrito, al que
corta, y continúa interiormente marcando
un escalón con la estructura principal.
Imagen 171. Vista de las zapatas de los pilares de la
cabecera de la iglesia desde el absidiolo central
Zapatas de los pilares C1,C2,C3,C4 que
forman la cabecera de la iglesia
En la excavación de los absidiolos de la
Están constituidas por un cilindro de mam-
girola aparecieron unas estructuras hexa-
postería concertada de caliza negra (por lo
gonales de aproximadamente dos metros y
menos en la mitad visible desde la excava-
medio de altura desde su arranque en la
ción) que arranca desde la basa del pilar de
roca. Estas estructuras están construidas
sillería y que, con un diámetro algo superior
con una mampostería muy irregular, con
a éste, apoya sobre una base excavada en
mampuestos de caliza margosa (la misma
el suelo de caliza margosa. Dada la calidad
que compone el suelo de la Catedral) de
y unidad constructiva de estos elementos
morfología variable y cogidas con un mor-
no debemos descartar que puedan consti-
tero de cal muy pobre y con numerosos
tuir el fuste de los pilares de arranque de la
ripios en las juntas que tiene un espesor
iglesia proyectada por Alfonso VIII. En la
aproximado de 4 m. Sobre esta estructura
endoscopia que se realizó en uno de estos
299
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
pilares de un metro de profundidad apare-
El pilar como elemento constructivo apare-
ce primero un mampuesto en la cara exte-
ce: primero, por razones formales, cuando
rior de 40 cm de caliza negra local, a conti-
el ábaco de la columna no puede recoger la
nuación, hasta los 64 cm un relleno muy
totalidad de nervios que confluyen en él y
compacto de hormigón de cal que se rema-
necesita aumentar su perímetro; y, segun-
ta con otro mampuesto de caliza negra de
do, cuando la concentración de cargas que
40 cm.
se producen sobre este elemento impiden
que mantenga su esbeltez. Al tener que
Imagen 172. Catedral de Notre-Dame de Dijon. Perspectiva
interior de la nave central. Detalles en planta A’B’ de los
cortes a nivel de los salmeres sobre el ábaco del capitel y
detalles E’F’ a la altura del salmer de arranque de los arcos
perpiaño y ojivos de las bóvedas superiores. Viollet-Le-Duc,
E. Dictionnaire de l´architecture médievale, 1854-1868
Imagen 173. Salmeres independientes o unificados en la
reunión de los arcos sobre un capitel. Viollet-Le-Duc, E.
Dictionnaire de l´architecture médievale, 1854-1868
300
f. Los pilares
aumentar su sección y sus dimensiones la
Un pilar es un soporte vertical de fábrica
columna no puede construirse con tambo-
exento y normalmente de sección poligonal
res monolíticos y el elemento se despieza
o circular que suele tener mayor robustez
para aparejarse con elementos menores.
que la columna. Desde el punto de vista
Como solución alternativa se adosó en sus
constructivo, podríamos decir que el pilar
cuadrantes cuatro columnillas a la columna
repite el esquema formal de una columna y
principal cuyos ábacos recogen el abanico
el esquema constructivo de un muro. Es
de los nervios correspondientes. El pilar
decir, mientras que la columna sería un ele-
fasciculado aparece al absorberse formal-
mento más esbelto normalmente macizo y
mente todo este haz de columnas en un
todo de piedra, el pilar se construye como
solo elemento construido. La evolución for-
un muro con una hoja exterior de sillería
mal de este pilar pasa por la desaparición
que contiene un relleno de mampuestos y
del capitel y la multiplicación de las semi-
mortero de cal. Formalmente, conserva el
columnillas adosadas que recogen directa-
esquema de basa, fuste y capitel de la
mente el nervio de cada uno de los arcos
columna a la que sucesivamente, va intro-
que confluyen en él. En realidad, el pilar
duciendo modificaciones.
fasciculado sin capitel no es otra cosa que
En general, los pilares materializan la
la prolongación hasta el suelo de la elabo-
separación entre las naves laterales y la
rada solución de las piezas de salmer de
nave principal o delimitan la cabecera del
los arcos sobre el ábaco del pilar.
edificio, separándola del deambulatorio de
Constructivamente, el pilar no termina en
la girola. Estos elementos soportan todo el
el ábaco del capitel sino que se prolonga en
peso de las bóvedas, a través de la pilastra
las piezas de salmer de los arcos que con-
y el contrafuerte que cargan directamente
fluyen en él. Estas piezas, normalmente
sobre él; de los muros de las naves supe-
monolíticas o con una estereotomía de la
riores, que concentran su carga en el pilar a
piedra muy elaborada, debemos conside-
través de la arcada que discurre en parale-
rarlos como parte del propio pilar; ya que no
lo al eje de la nave o la que, con forma semi-
son otra cosa, que un ensanchamiento en
circular delimita la cabecera; pero además,
voladizos sucesivos de su sección que per-
soportan la mitad del peso de las bóvedas
mite el apoyo del muro o del contrafuerte
de las naves laterales o la girola que, a tra-
sin incidir ni en el trazado ni en la estereo-
vés de sus arcos perpiaños y ojivos, le intro-
tomía de los arcos6. Formalmente, estas
ducen fuertes empujes laterales –de signo
piezas colocadas en hiladas horizontales,
opuesto a los que proceden de las bóvedas
están talladas simulando que la geometría
y los muros– y que este elemento, debe
de los arcos se prolonga hasta apoyar en el
contrarrestar con las cargas verticales que
ábaco del capitel; cuando en realidad, las
proceden de la parte superior del edificio.
dovelas de los arcos se independizan del
Imagen 174. Catedral de Notre-Dame de Dijon. Detalle del
enjarje de los nervios del arco perpiaño y los arcos ojivos
sobre las piezas de salmer de la columna de la nave central.
Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire de l´architecture médievale,
1854-1868
pilar a partir de estas piezas, que es, donde
del crucero, los cuatro pilares de la cabe-
realmente inician su trazado y el de la
cera y los dos pilares situados simétrica-
bóveda que configuran. La colocación de
mente a los dos lados del deambulatorio.
estas piezas horizontales de salmer sobre
De todos ellos los del crucero, la nave y el
el pilar permite construir el muro que lo
deambulatorio tienen el núcleo cilíndrico
sobremonta y “precomprimirlo” aumentan-
con un diámetro de 1,40 m, 1,15 m y 1,05
do su estabilidad antes de introducirle la
m respectivamente. En los pilares del coro
carga oblicua de las bóvedas de las naves
y de la cabecera este núcleo es un óvalo
laterales7.
con los siguientes diámetros menor y
Para continuar con esta descripción,
mayor 1,40/1,60 m y 0,90/1,20 m respecti-
tenemos que tener presente que, a pesar
vamente. La mayoría de las columnillas que
de que estamos designando como salmer
se adosan al pilar son semicirculares, a
las piezas que prolongan el desarrollo del
excepción de las que poseen los pilares
pilar por encima del capitel, en realidad, se
que se abren en el deambulatorio cuyo diá-
define como salmer “la primera dovela, cor-
metro sobresale tres cuartos del perímetro
tada en plano inclinado, que inicia el arran-
de la columna central. El diámetro de las
que de un arco”. Por tanto, constructiva-
cuatro columnillas principales que se sitúan
mente esta designación le correspondería a
en los ejes del pilar es de aproximadamen-
la primera dovela que independiza su con-
te 30 cm en todos los casos y el de las
figuración de las piezas que estamos desig-
columnillas diagonales de 0,15 cm.
nado como salmer. Sin embargo, desde el
En general, todos los pilares repiten el
punto de vista formal estas piezas sí cons-
esquema de basa, fuste y capitel con una
tituyen el salmer del arco pues, visualmen-
altura total desde el suelo hasta el ábaco de
te estos arrancan su trazado desde el
aproximadamente 8 m. Si consideramos
ábaco del capitel. Probablemente, estas
constructivamente que las tres hiladas del
piezas de “salmer” sobre los pilares consti-
salmer de los arcos están integradas en
tuyen uno de los mejores ejemplos de como
este elemento, tendremos una altura total
la unidad formal y constructiva de un ele-
para los pilares de 9,5 m. Los capiteles son
mento no siempre coincide. Aunque formal-
estrechos y forman una cinta decorativa
mente deberíamos asignar cada trozo del
continua que da la vuelta a todo el pilar con
salmer a cada uno de los arcos que mate-
motivos humanos o naturalistas de hojas.
rializan su forma, constructivamente la pie-
Este capitel sólo se corta para dejar pasar,
za completa forma parte del pilar.
en la nave central, el perfil de la pilastra que
soporta el perpiaño y los ojivos de las bóve-
Imagen 175. Detalle de los capiteles y de las piezas de
Salmer de los pilares de la cabecera y arranque de los arcos
perpiaños y ojivos de las bóvedas del deambulatorio
• Descripción. En la Catedral de Vitoria
das principales. Los capiteles se rematan
existen un total de dieciocho pilares cilíndri-
con ábacos muy delgados sobre los que
cos con columnillas principales adosadas en
apoyan las tres piezas de salmer que reco-
sus cuatro lados y otras menores que reco-
gen los perfiles de todos los arcos que con-
gen los nervios de los arcos ojivos y que se
fluyen directamente sobre el pilar. En el
sitúan diagonalmente a éstas pero que no
cuadrante opuesto al paso de la pilastra de
aparecen de un modo sistemático. Por sus
la nave arrancan los dos ojivos de las bóve-
dimensiones y trazado podemos agrupar la
das de las naves laterales que confluyen en
totalidad de pilares en cinco tipologías dife-
el pilar y el arco perpiaño que las separa.
rentes: los dos pilares del coro, los seis pila-
En el eje perpendicular al definido, todo
res de la nave principal, los cuatro pilares
este conjunto de pilares se remata con una
301
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 176. Pilares de la cabecera, del pilar NE del crucero
y del pilar norte del deambulatorio, vistos desde la capilla de
Todos los Santos
302
serie de arcadas –entre las naves laterales,
camente macizo, con una junta interior de
el deambulatorio o las capillas y la nave
mortero de unos 8 cm y dos piezas de
central o el transepto– formadas por arcos
lumaquela con un espesor entre 40 y 45 cm
apuntados de triple rosca. Todos estos
que configuran el diámetro del tambor.
arcos no se separan del pilar hasta el tercer
sillar de salmer sobre el capitel. En el lado
• Pilares nave. El endoscopio E5 realiza-
occidental del transepto, los dos tramos
do en el pilar (H1) en el lateral norte de la
extremos de cada brazo se cierran con
nave de 1,15 m de diámetro define también
muros macizos, sin arcos rematados única-
un pilar prácticamente macizo, muestra una
mente por pilastras.
hoja exterior de 50 cm y una segunda de 60
cm con una junta de separación. En el
Imagen 177. Vista frontal de los pilares (H2, G2) del tercer
tramo de la nave
• Composición interna. Los pilares están
segundo sillar aparece, a 30 cm del exte-
construidos con grandes tambores de
rior, una fractura con disgregación del ma-
lumaquela de Ajarte que configuran una
terial. El endoscopio E8 realizado a la altu-
junta horizontal continua en todo su perí-
ra del capitel del siguiente pilar (G1) la
metro. La altura de las hiladas es variable
inspección define el despiece del salmer
pero existe una mayoría entre 60 y 70 cm
con un espesor de 60 cm y de la pilastra
de altura. Sabemos por la endoscopia que
con 25 cm ambos de lumaquela y un relle-
los pilares no son macizos y suponemos
no de 25 cm.
que el tambor se configurará, por lo menos,
con dos piezas en todo su perímetro pero,
• Cronología. Una de las variables de
muchas veces, es difícil apreciar las juntas
carácter tecnotipológico que se utilizó en el
verticales.
estudio arqueológico del edificio fue el de
las tipologías de los perfiles de las basas de
• Pilares del crucero. Las endoscopias 20
los pilares. De acuerdo a este análisis se
y 21 realizadas diagonalmente en los pila-
pudo observar que en la mayoría de los
res (D1) NE y (D2) SE del crucero, de 1.40
pilares se repite de forma sistemática en
m de diámetro muestran en el pilar NE una
sus basas un perfil específico, a pesar de
hoja exterior de 42 y 52 cm de lumaquela y
que los pilares posean formas diferentes.
un relleno de mortero y pequeños mam-
En este caso y después del análisis estrati-
puestos de 42 cm y en el pilar del SE una
gráfico y constructivo del edificio tenemos
hoja exterior de 42 y 68 cm de lumaquela y
que asociar las diferentes formas que pre-
un relleno de mortero y pequeños mam-
sentan los pilares con la función estructural
puestos de 28 cm. En el pilar de la esquina
y constructiva que cumplen. A excepción de
SO (E2) del crucero la inspección define
los pilares que soportan el coro que se
una hoja exterior de 60 cm que esta fractu-
construyen en la fase definida como Gótico
rada a 24 cm del exterior y otra de 28 cm
B, (1330-1400), el resto de los pilares per-
que parece un aplacado de restauración, el
tenecen a la primera fase del gótico desig-
relleno es muy compacto y está realizado
nado como Gótico A, Alfonso X (1252-
con caliza negra.
1284).
• Pilares del deambulatorio. Las endos-
g. Los muros
copias 19 y 22 realizadas en los pilares
Se considera un muro aquella obra de fábri-
norte (D3) y sur (D4) del deambulatorio de
ca en la que el espesor es pequeño con
1,05 m de diámetro definen un pilar prácti-
relación a la altura y la anchura y que sirve
303
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
304
para cerrar un espacio. Los muros –espe-
tipología de los muros se mueve: entre los
cialmente los medievales– están compues-
muros en los que no existe relleno en el
tos de dos hojas de una fábrica de mejor
interior ya que las caras exteriores, normal-
calidad que conforman las superficies exte-
mente de sillería, se traban directamente
riores y dentro de las cuales se construye
entre ellas; y los muros con un relleno inte-
un relleno de peor calidad de cascote, ripio
rior de gran espesor y resistencia que
o de hormigón de cal. Para unir y trabar las
asume todas las funciones mecánicas y
fábricas de las caras exteriores entre sí y
donde las caras exteriores, –con un apare-
éstas con el relleno del interior del muro y
jo normalmente pequeño de mampostería o
conseguir que estos elementos trabajen
sillarejo– funcionan como una piel que pro-
solidariamente, a veces, se colocan unos
tege al núcleo de la erosión. Entre estos dos
sillares dispuestos transversalmente al mu-
límites, existe toda una variedad de rellenos
ro que se denominan perpiaños.
con diferentes calidades y espesores y con
La relación entre las hojas exteriores y el
diferentes sistemas de trabado de las hojas
relleno, la configuración y composición de
exteriores. La composición interior de los
cada uno de estos elementos y el sistema
muros de la Catedral varía entre la que
de unión o trabado que tienen los muros
poseen los muros de 3 m de espesor con un
determinan la infinidad de tipologías exis-
relleno muy compacto y las caras exteriores
tentes. Normalmente, su clasificación se
de mampostería; y la de los muros de sille-
realiza estudiando primero las característi-
ría que componen los tímpanos de las
cas visibles de la tipología de las hojas
naves superiores que no superan el metro
exteriores como su aparejo y los materiales
de espesor y tienen un relleno interior de 40
utilizados, tal y como hicimos en la evalua-
cm muchas veces disgregado.
ción preliminar de nuestro trabajo. En la
A la hora de hablar de los muros del sis-
Catedral nos encontramos muros con sus
tema constructivo gótico, difícilmente pode-
caras externas totalmente de mampostería
mos encontrarnos una superficie continua
o de sillería, pero también, muros cuya cara
–como en la arquitectura románica– que,
exterior es de mampostería y la interior de
arrancando desde el suelo, cierra completa-
sillería; también nos encontramos aparejos
mente un espacio hasta su contacto con el
mixtos de mampostería con sillería en las
plano de la cubierta. No debemos imaginar-
aristas o de mampostería en la que se
nos una lámina de dos planos paralelos
insertan sillares reutilizados colocados de
sino, un elemento superficial lleno de oque-
manera aleatoria. En todos los casos, las
dades y con zonas de diferente espesor y
piezas que componen las fábricas son de
técnica constructiva a la que se le asignan
pequeñas dimensiones. La altura media de
diferentes cometidos estructurales y funcio-
las hiladas es de 30 cm que no llega a
nales. El muro gótico es un muro en el que
superar nunca los 50 cm y el ancho de las
se integran otros elementos como: los ven-
piezas de alrededor de 70 cm superando en
tanales, el triforio, la pilastra, el contrafuer-
muy pocas ocasiones el metro8.
te, los arcos, etc; cada uno de los cuales,
Desde el punto de vista mecánico y cons-
tiene un comportamiento y una función
tructivo la clasificación tipológica de los
específica diferente a la del resto de los ele-
muros debe realizarse también en función
mentos y que, sucesivamente, van especia-
de las dimensiones y las características del
lizando a cada una de las partes en las que
relleno y del sistema de trabado de las
se descompone este muro. En realidad, la
hojas exteriores. Desde esa perspectiva, la
función de un muro de fábrica gótico
–entendido como una lámina de dos planos
- Fase y momento histórico de su ejecución.
paralelos– es la de trabar el resto de los ele-
Como resultado del estudio hemos defini-
dos aparejos se produce de una forma gradual
disminuyendo
progresivamente
el
mentos que componen el sistema construc-
do las siguientes tipologías de muro:
tamaño y el trabajo de las piezas que com-
tivo, cerrando al exterior el espacio cons-
1. Muro de doble hoja de mampostería de
ponen el muro.
truido. Por tanto, no deberíamos hablar
lajas de calcarenita de Olárizu de alrededor
tanto de muros sino de una sucesión de
de 3 m de espesor.
• Composición interna. El endoscopio nº
pequeños paños de muro que se en-
2. Muro de mampostería de lajas de calca-
15, realizado desde el exterior en el lateral
cuentran enmarcados por otros elementos
renita de Olárizu en su hoja exterior, apla-
septentrional del edificio, define un muro de
constructivos de mayor entidad –que son
cado con sillería de lumaquela de Ajarte al
un espesor total de 3,5 m, con una hoja
los que ejercen las funciones mecánicas–.
interior, de 2,5 m de espesor.
exterior de calcarenita de Olárizu de 38-40
3. Muro de doble hoja de sillería de luma-
cm, un relleno compuesto de un hormigón
vamos a referirnos en este apartado, conci-
quela de Ajarte de 0,95 cm de espesor.
de cal muy compacto con mampuestos
biéndolos aislados de los elementos que los
4. Muro de mampostería irregular de cal-
grandes de caliza margosa de 270 cm y una
enmarcan y constituidos estrictamente por
carenita de Olárizu o caliza negra en su
hoja interior 38-40 cm de calcarenita de
un elemento plano de dos caras paralelas
hoja exterior y de sillería de lumaquela de
Olárizu.
que encierran un relleno. Este elemento
Ajarte en el interior de aproximadamente
muro, en el sentido más estricto, es el que
0,95 cm de espesor.
• Cronología. Esta tipología aparece aso-
tiende a desaparecer en el modelo de la
5. Muro de doble hoja de mampostería de
ciada a la primera fase constructiva del edi-
arquitectura gótica, dejando su espacio al
tipología y espesores variables.
ficio que corresponde estrictamente con el
ventanal y a otros elementos constructivos.
6. Muro de doble hoja de sillería arenisca
proyecto de un gran templo-fortaleza inte-
Sin embargo, en el modelo heterodoxo de la
de la Sierra de Elguea.
grado en el primer perímetro amurallado de
Catedral de Vitoria, el muro tiene mucha
7. Muro enfoscado, normalmente de mam-
la ciudad y cuya construcción se inicia al
importancia dada las innumerables refrac-
postería en sus dos caras.
final del reinado del monarca castellano
ciones y fases constructivas que presenta
8. Muro de ladrillo y entramado de madera.
Alfonso VIII (1158-1214). Este proyecto,
Son estos entrepaños de muro a los que
definido como la muralla del proyecto de
su estructura y la potencia constructiva y la
altura que tienen los muros de la estructura
proyectada por Alfonso VIII. Esta complejidad histórica ha provocado que exista un
número de tipologías de muros muy eleva-
Muro de mampostería de lajas en sus
dos caras, de gran espesor
perteneciente al proyecto iniciado por
Alfonso VIII
Alfonso VIII, traza una iglesia de grandes
dimensiones, con un crucero muy largo y
siete capillas en la cabecera –dos rectangulares en cada brazo del transepto y una
capilla mayor con tres absidiolos poligona-
do y que, muchas veces, su clasificación
sea muy difícil, como ya comprobamos al
• Descripción y aparejo. Muros de gran
les–. Exteriormente, la construcción se
realizar una primera evaluación preliminar.
potencia y de un grosor notable que varía
remata con un paseo de ronda y en los
Para realizar finalmente esta clasificación,
desde los 3 m de espesor hasta 3,5 m.
extremos del crucero con dos torreones con
hemos valorado las siguientes característi-
Hojas exteriores de fábrica de mampostería
tres niveles de ventanas saeteras. Como
cas discriminantes:
careada en calcarenita de Olárizu con hila-
elementos formales significativos integra-
- Características litológicas de los materia-
das regulares de lajas bien aparejadas.
dos en su estructura aparecen ménsulas a
les que componen el muro.
Rellenos muy compactos con mampuestos
cuarto bocel y ventanas saeteras con derra-
- Morfología de las caras visibles interior y
de caliza margosa y morteros de cal de muy
me interior.
exterior. Forma y dimensiones de los mate-
buena calidad. Toda la zona inferior de
riales (sillar, sillarejo, mampuesto, laja, etc)
estos muros las lajas aumentan sus dimen-
• Distribución. Cumplen con esta designa-
y aparejo de la fábrica.
siones y la fábrica de mampostería se
ción, las fábricas que componen la parte
- Espesor global del muro y parciales de
transforma en una fabrica de sillarejo muy
inferior de los alzados oriental y septentrio-
las caras exterior e interior y del relleno.
bien trabajada de gran potencia con unas
nal del edificio, por debajo del pasillo de
- Composición del relleno y nivel de huecos
piezas de hasta 25 cm x 80 cm también de
ronda. La estructura del cubo que formaliza
existentes.
calcarenita de Olárizu. El cambio entre los
la esquina de estas dos fachadas y que se
305
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 179. Detalle en la perforación realizada en el siglo
XX, para introducir el conducto de la calefacción desde el
sótano de la sacristía, en el muro de doble hoja de
mampostería de época de Alfonso VIII en la capilla absidial
sur. En la actualidad esta perforación del muro se está
utilizando para iniciar la visita por el interior del monumento
desde las excavaciones arqueológicas
Imagen 181. Muro de doble hoja de sillería de lumaquela de
ajarte, de aparejo cuadrangular con hiladas de regulación,
en el segundo tramo del alzado oriental de la nave, siglo XV.
El remate superior corresponde al recrecido de mampostería
con sillería reutilizada realizado en el siglo XVII para
construir la cubierta de madera. En el centro del paño esta
insertado un rosetón de la restauración del siglo XX con
sillería de arenisca
Imagen 182. Transparencia del aparejo de las dos hojas del
alzado oriental del muro superior de la nave. En negro el
aparejo de la hoja exterior y en verde la transparencia de la
hoja interior. Se puede observar la correspondencia que se
produce entre la sillería interior y exterior sobre todo en la
altura de las hiladas. Apenas si se pueden apreciar piezas de
perpiaño que pudiesen atar las dos hojas del muro. También
se puede observar cierta correspondencia entre la altura de
las hiladas de la hoja exterior de mampostería con la de
sillería del interior. Se ha señalado con un círculo amarillo el
punto donde el arbotante acomete a las piezas de salmer de
arranque de los nervios de las bóvedas
Imagen 180. Detalle de la sección del muro en la perforación
descrita
2
4
6 m
Imagen 178. Muro de doble hoja de mampostería de lajas y
sillarejo, de 3,5 m de espesor, perteneciente al proyecto
iniciado por Alfonso VIII, en el lienzo septentrional de la
esquina NE del edificio
0
II
306
Imagen 183. Muro de doble hoja de sillería de lumaquela de
Ajarte, de un metro de espesor, que separa las dos capillas
rectangulares del transepto norte y construido en las dos
primeras fases del gótico designadas como A en la parte
inferior y como B en la superior, siglos XIII y XIV
Imagen 184. Diferentes aparejos en el muro de doble hoja de
sillería de lumaquela de ajarte, del alzado occidental del
transepto sur, siglo XVI. Aparejo convencional a soga y
sillería con gafas de elevación. En el centro se puede
observar el gran estribo de mampostería reforzado con
sillares en las esquinas, construido por Saracibar en el siglo
XIX y transformado con la obra de restauración del siglo XX
para liberar la portada de Santa Ana. A este mismo periodo
corresponde el remate del torreón octogonal, con una
fábrica de mampostería con sillares en las esquinas y
mortero de cemento que imita los aparejos antiguos
Imagen 185. Muro de una sola hoja de sillería, de lumaquela
de Ajarte, de 30 cm de espesor que recubre un gran arco
apuntado de mampostería en el fuste de la fachada sur de la
torre, siglo XVI
Imagen 186. Muro de una hoja interior de sillería de
lumaquela de Ajarte, y otra en el exterior de mampostería de
calcarenita de Olárizu y caliza negra, de diferentes épocas,
en el alzado occidental del transepto norte, siglos XIII al XIX
Imagen 187. Muro de doble hoja de mampostería en el
alzado norte de la torre, siglos XVI y XVII
Imagen 188. Muro de doble hoja de sillería arenisca de la
sierra de Elguea que construye la capilla del Santo Cristo,
siglo XVII. Al fondo, por detrás de la capilla, pueden
observarse una serie de habitaciones construidas con
muros de fábrica de ladrillo y entramado de madera
307
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
levanta hasta la altura del triforio. La estruc-
y designada como Gótico A y se extiende
tura de otro cubo idéntico al descrito que se
entre el suelo de la Catedral y el suelo del
sitúa, encuadrando la fachada oriental,
pasillo de ronda. En esta zona la altura de
simétricamente con respecto al eje longitu-
las hiladas, es de aproximadamente 50 cm
dinal de la Catedral en la esquina sur este
y la anchura de las placas varia entre los 25
del brazo sur del crucero, oculto por las
cm y 1,30 m; sin embargo, en esta zona se
construcciones de la sacristía y la capilla de
presenta mayoritariamente un aparejo muy
Santiago que se le adosan. Este cubo es
llamativo en el que se alternan placas cua-
únicamente visible en el bajo cubierta de la
dradas de 50x50 cm entre otras de la mitad
sacristía y en la prolongación del paseo de
de su módulo, que podrían funcionar como
ronda entre el muro sur del crucero y el
tizones para atar este aplacado con la anti-
norte de la capilla de Santiago. Finalmente,
gua fábrica de mampostería que se había
se construye también con este aparejo la
descarnado.
parte inferior del cuerpo octogonal de las
En la siguiente fase constructiva –desig-
escaleras de caracol que aparece en la
nada como Gótico B (1330-1400)– se con-
fachada oeste del crucero y que es visible
tinuó, desde el nivel del pasillo de ronda,
desde la plaza de Santa María.
forrando con un aparejo diferente los
muros más altos de la obra iniciada por
Muro de mampostería del proyecto
iniciado por Alfonso VIII. Tallado y
forrado interiormente por una hoja de
sillería en las dos fases del gótico de los
siglos XIII y XIV
Alfonso VIII y que corresponden con los
dos cubos que se sitúan en los extremos
del transepto. La altura de las hiladas del
aparejo de este aplacado va reduciéndose
hasta alcanzar la altura de 20 cm pero
mantiene la alternancia entre la anchura de
308
• Descripción y aparejo. Este muro es el
las placas de 50 y 25 cm. Esta diferencia
resultado de la transformación constructiva
en el aparejo entre las dos zonas se sepa-
del gran muro de mampostería de la cons-
ra con una hilada de regulación mas estre-
trucción proyectada por Alfonso VIII para
cha que, en algunos casos, presenta una
adaptarlo al trazado del proyecto de la
pequeña cornisa biselada y que constructi-
nueva catedral gótica iniciada en época de
vamente coincide con la altura del suelo
Alfonso X . Con este propósito, se picó toda
del pasillo de ronda. En un primer momen-
la cara interior de mampostería de este
to, se puede interpretar las diferencias
muro rebajando considerablemente su
entre el aparejo por encima y por debajo de
espesor –entre 70 cm y un metro– hasta la
este nivel como un problema constructivo
línea del trazado de los nuevos muros.
entre un aplacado y un muro de doble hoja.
Posteriormente, el muro descarnado se
Sin embargo, estas diferencias entre el
forró con un aplacado de sillería de caliza
aparejo de este recubrimiento se repite, no
de Ajarte de un espesor variable –entre 20
sólo en los aplacados interiores de los
y 40 cm–, que se coloca con abundantes
cubos de las esquinas del transepto, sino
llaves de elementos atizonados. El aparejo
también, en los muros de doble hoja que
de esos aplacados es muy heterogéneo y
separan las dos capillas rectangulares.
varía en su desarrollo en altura correspon-
Estos dos muros, aunque completan res-
diendo con las dos fases definidas del góti-
pectivamente las caras norte y sur de los
co. La primera fase corresponde con la
cubos de los extremos del transepto no
obra del periodo de Alfonso X (1252-1284)
parece, que por su espesor –de un metro–
y por el espesor de sus caras de sillería de
forro en los cubos de los extremos del tran-
mayoría de estas fábricas de sillería de
20 cm, podamos considerarlos unos muros
septo se completó en la siguiente fase del
lumaquela de Ajarte se construyen en la
aplacados como los que hemos descrito.
gótico. Por tanto, la cronología de estos
“fase gótica” del edificio en el periodo com-
muros es triple y debemos asignarle a cada
prendido entre el siglo XIII y el siglo XV.
• Composición interna. Los endoscopios
zona la cronología que le corresponde.
Gótico A
27 y 40 realizados a diferentes alturas, en el
muro oriental de la capilla de Santa Ana en
• Distribución. Este muro aparece en el
el extremo sur del transepto, definen la sec-
interior de las capillas rectangulares del
• Descripción y aparejo. El aparejo y la
ción de estas dos fases del aplacado de los
transepto y en los absidiolos de la girola
apariencia externa de este muro coincide
muros de la obra de Alfonso VIII. El endos-
aplacando en el interior de la Catedral la
con las características definidas para el
copio 27 realizado a una altura de un metro
construcción iniciada por Alfonso VIII.
forro interior del muro de este periodo.
Altura de las hiladas, de aproximadamente
del suelo define un espesor para este muro
50 cm y una anchura de los sillares entre
postería de calcarenita de Olárizu de 43 cm
Muro de sillería de caliza blanca
(lumaquela de Ajarte) en sus dos caras
(esta hoja actualmente es la cara interior de
Incluimos en este apartado la totalidad de
riamente un aparejo muy llamativo en el
la sacristía y está enlucida), un relleno inte-
muros que existen en el edificio cuyas dos
que se alternan placas cuadradas de 50x50
rior de hormigón de cal con mampuestos de
hojas son de fábrica de sillería de la piedra
cm entre otras de la mitad de su módulo.
caliza margosa de 141 cm y un sillar interior
caliza designada como lumaquela de
de lumaquela de Ajarte de 46 cm. El endos-
Ajarte. Puesto que el interior del espacio del
• Composición interna. El endoscopio nº
copio nº40 está realizado en muro sur de
templo es completamente de sillería corres-
18, realizado en el muro de separación de
esta misma capilla a la altura del pasillo de
ponden con esta denominación todos los
las dos capillas rectangulares que se abren
ronda, y corresponde con la segunda fase
muros del edificio cuya cara exterior es de
al transepto norte, define un muro de 1 m de
del aplacado. Espesor del muro 230 cm,
sillería ya que únicamente aparece mam-
espesor, con dos hojas de lumaquela de
hoja exterior de mampostería de calcareni-
postería en los alzados interiores del pórti-
Ajarte de 20 cm y un relleno de 60 cm de
ta de Olárizu de 22 cm, relleno interior de
co, en la torre y en el recrecido que cons-
hormigón de cal muy disgregado con mam-
hormigón de cal muy disgregado y con hue-
truye el bajo cubierta del edificio. Presentan
puestos de caliza negra.
cos con mampuestos de caliza margosa de
estos muros un aparejo de sillares dispues-
180 cm y un aplacado interior de lumaque-
tos a soga con algún tizón esporádico y con
• Distribución. Corresponden a esta fase
la de Ajarte de 30 cm.
un modulo de sillar que varía notablemente
únicamente, los muros de separación de las
según las zonas pero, que en ningún caso,
capillas rectangulares de los brazos norte y
• Cronología. Como sabemos, por la
es de grandes dimensiones. Este aparejo
sur del transepto, hasta la altura del nivel
investigación histórica, la construcción de la
de muros es bastante convencional, muy
del suelo del pasillo de ronda y los muros
primera fase gótica reutilizó la potente
común y de uso muy frecuente en la cons-
que cierran los absidiolos por encima del
estructura proyectada por el monarca Al-
trucción medieval por lo que existe una difi-
pasillo de ronda. En realidad, el muro de
fonso VIII sobre la que se apoyó el nuevo
cultad real para estudiarlo y clasificarlo. Su
separación de las capillas rectangulares del
edificio. Para dar una unidad a la construc-
espesor se reduce notablemente con res-
brazo sur del transepto está completamen-
ción del interior del templo se picaron todos
pecto a los muros que ya hemos estudiado
te alterado por los sepulcros abiertos.
los alzados interiores de los muros de mam-
y se encuentra siempre alrededor de un
postería preexistentes, desde la altura del
metro. Para establecer una zonificación de
nivel de suelo proyectado hasta su corona-
estos muros hemos seguido la clasificación
ción; posteriormente, se forraron con un
realizada en el estudio histórico, en el que
• Descripción y aparejo. El aparejo co-
aplacado de chapas de lumaquela de ajar-
se ha tenido en cuenta, además del apare-
rrespondiente a este periodo coincide tam-
te idéntica a la de la sillería con la que se
jo, variables como: el tipo de talla, marcas
bién con el aplacado que hemos definido
construirían los muros de esta fase, pero
de cantero, gafas, elementos decorativos,
en el apartado anterior para este periodo y
sólo hasta el nivel del pasillo de ronda. El
etc. Sabemos, por este estudio, que la
tiene unas características que, por su
de 230 cm, con una hoja exterior de mam-
los 25 cm y 1,30 m; se presenta mayorita-
Gótico B
309
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
generalidad, prácticamente se repite en
ros que se extienden por debajo del triforio
todos los aparejos de sillería posteriores. El
tendrán su cara exterior de mampostería,
aparejo es completamente convencional
ya que esta cara, no es visible al estar ocul-
dispuesto a soga con esporádicos tizones
ta por los rellenos de las bóvedas de las
de sillares rectangulares, con unas dimen-
naves laterales o la girola.
siones que mantienen una relación de 1 a
1,5/2 entre la altura y la anchura. En el apa-
Siglo XV y siglo XVI
rejo, la altura de los sillares en cada hilada
es constante, variando esta altura de una
• Descripción y aparejo. En las zonas de
hilada a otra en medidas que oscilan entre
muros definidas como de este periodo, ade-
los 20 y 50 cm. La anchura de los sillares en
más de la característica sillería a soga ya
la hilada es siempre variable y completa-
descrita, hemos podido observar varias
mente aleatoria, manteniendo únicamente
tipologías de fábrica de sillería con caracte-
la proporción establecida lo que permite
rísticas específicas que separamos en tres
componer el aparejo.
grupos:
- Sillería cuadrangular con hiladas de regu-
• Composición interna. Únicamente tene-
lación. Estas fábricas tienen un aparejo muy
mos realizadas endoscopias que pueden
característico donde se combinan dos o
corresponder a esta tipología en las pilas-
tres hiladas seguidas de sillares más o
tras del transepto por debajo del triforio y
menos cuadrangulares, con una hilada muy
cuya descripción está incluida en el punto
tendida como de regularización donde los
referido a las pilastras. El resto de los en-
sillares tienen una forma alargada. Se sitúa
doscopios realizados en un muro de dos
en los dos primeros tramos –desde los
hojas de sillería corresponde a los muros de
pies– de los muros de la fachada sur de la
la obra gótica de los siglos XV y XVI pero,
nave central, los más próximos a la torre.
dadas las similitudes entre estas fábricas,
Este aparejo se interrumpe en el segundo
podemos deducir que la composición inte-
tramo junto al contrafuerte más oriental
rior de estos muros será muy similar.
donde aparece una fábrica más convencional de sillares regulares a soga. De unas
310
• Distribución. Los muros de doble hoja de
características parecidas a este aparejo
sillería de esta fase se extienden básica-
aparece un pequeño paño de muro en el
mente desde el nivel de suelo del pasillo de
alzado oriental del primer tramo del tran-
ronda hasta el nivel del triforio, y por enci-
septo sur.
ma de este nivel, en los muros de sillería
- Sillería con gafas. Fábricas de sillares a
que al exterior completan los primeros tra-
soga, bastante cuadrangulares con gafas
mos de la nave y el transepto más próximos
en su lado visible. Se concentra esta tipolo-
al crucero. De éstos, únicamente son de
gía fundamentalmente en el alzado occi-
sillería el alzado norte de la nave, el orien-
dental del transepto sur sobre la portada de
tal del transepto norte y el occidental del
Santa Ana y aparecen también algunos
transepto sur, el resto son al exterior de
metros en todo el frente oriental de la parte
mampostería. También corresponden a es-
superior del transepto.
te periodo los muros que componen las por-
- Sillería del fuste de la fachada sur de la
tadas y los que pueden apreciarse en la
torre. En realidad esta fábrica es una lámi-
fachada occidental de la Capilla de San-
na de una sola hoja de sillería de 30 cm de
tiago. Probablemente, muchos de los mu-
espesor que forra el arco apuntado que
soporta el cuerpo de campanas. En el vano
de fábrica de mampostería de calcarenita
de calcarenita de Olárizu. Las inspeccio-
dejado por el arco, el muro aparece apare-
de Olárizu o caliza negra y su hoja interior
nes Cs T05, 06 y 08, las tres en alzado
jado con una sola hoja de sillería sin nada
de sillería de lumaquela de Ajarte. Como
oriental del transepto sur dan una compo-
que lo soporte por detrás. El aparejo es de
el interior del templo es completamente de
sición muy similar de una hoja interior de
una sillería a soga con una piezas perfecta-
sillería corresponden con esta denomina-
lumaquela de 25 a 42 cm un relleno com-
mente rectangulares de dimensiones mayo-
ción todos los muros del edificio cuya cara
pacto de mortero con mampuestos de cali-
res a las habituales en el edificio y coloca-
exterior es de mampostería y que no co-
za negra de 25 a 40 cm y una hoja exte-
do casi sin junta.
rresponden con la obra proyectada por Al-
rior de 25 a 35 cm de caliza negra.
fonso VIII. Estos muros se diferencian: pri-
• Composición interna. De acuerdo al re-
mero, por su espesor que, en este caso,
• Distribución. Se reparten por todo el
sultado obtenido de las inspecciones en las
es de alrededor de un metro frente a los 3
exterior del edificio, especialmente en las
perforaciones realizadas para atirantar los
m que presentaban los más antiguos y 2,5
partes superiores de las fachadas norte y
dos primeros tramos del transepto sur apa-
m los que habían sido aplacados por el
este y en la mayoría de los estribos y con-
rece una composición dimensional bastan-
interior; segundo, por el aparejo de mam-
trafuertes. Debemos asociar estas fábri-
te heterogénea en la composición de estos
postería con unas piezas más redondea-
cas a las continuas refracciones que sufre
muros. Espesor uniforme de alrededor de
das e irregulares de tamaños muy diferen-
el edificio debido a sus problemas estruc-
95 cm. La inspección Cs T01 perfora un per-
tes repartidas de manera aleatoria y con
turales.
piaño macizo de 95 cm en todo el espesor
ripios entre sus juntas; tercero, por las
del muro. La CsT02 perfora una hoja interior
características de la sillería del interior
• Cronología. La cronología de estos
de 20 cm un hueco de 10 cm y una hoja
que cumple las mismas características
muros es igualmente extensa y abarca
exterior de 65 cm. La inspección Cs T04
definidas para los muros de doble hoja de
prácticamente todo el periodo gótico,
una hoja interior de 35 cm, un relleno de
sillería. Este aparejo de muros es también
desde el siglo XIII al siglo XVI. Además,
mortero disgregado con cavidades de 25
muy frecuente en la construcción del edifi-
por sus características tan comunes es
cm y una hoja exterior de 34 cm. Finalmente
cio y bastante convencional por lo que
una tipología que se repite también en
la inspección Cs. T07 perfora una hoja inte-
existe una dificultad real para estudiarlo,
fechas posteriores cuando se tienen que
rior de 32 cm un relleno compacto de 20 cm
clasificarlo y establecer su zonificación.
realizar reparaciones y pequeñas transfor-
y una hoja exterior de 42 cm.
Del mismo modo que en la tipología ante-
maciones de la estructura precedente.
rior es necesario seguir la clasificación
• Distribución. La distribución de estos
realizada en el estudio histórico que otor-
muros es bastante amplia y repartida por
ga a esta tipología un abanico muy gran-
todo el edificio. Como sabemos a este
de de periodos.
Muro de mampostería en sus dos caras
de tipología diversa
• Descripción y aparejo. Con esta tipolo-
periodo corresponde uno de los momentos
constructivos más activos ya que nuestro
• Composición interior. De acuerdo al
gía existen una serie de muros muy dife-
edificio pasa a ser Iglesia Colegial. En este
resultado obtenido de las inspecciones en
rentes entre sí, situados en zonas muy
momento se remata la construcción de los
las perforaciones realizadas para atirantar
concretas del edificio y que corresponden
extremos del transepto, se construyen las
los dos primeros tramos del transepto sur
a fases específicas de la construcción o
bóvedas superiores de piedra, el pórtico y
aparece una composición dimensional
actuaciones muy concretas de una exten-
se inicia la construcción de la torre.
bastante heterogénea pero de unas carac-
sión limitada, por lo que hemos optado por
terísticas similares que las que correspon-
incluirlos como subtipos separados dentro
den al muro de dos caras de sillería. Es-
de esta tipología.
Muro de sillería en la hoja interior y de
mampostería en la hoja exterior
pesor uniforme de alrededor de 95 cm. La
CsT03 perfora una hoja interior de 12 cm
Muro de mampostería de la torre
• Descripción y aparejo. Incluimos en
de un sillar de lumaquela de Ajarte, un
La fábrica de estos muros es de muy buena
este apartado la totalidad de muros que
interior de mortero disgregado con cavida-
calidad, de aproximadamente 1,5 m de es-
existen en el edificio cuya hoja exterior es
des de 28 cm, y una hoja exterior de 56 cm
pesor con un aparejo de unos mampuestos
311
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
de lajas grandes y alargadas. Aunque cro-
Muros de cierre del pórtico
nológicamente la construcción de estos
Es una de las fábricas de peor calidad con
muros corresponde al siglo XVI y en el edi-
un aparejo de mampuestos irregulares, con
ficio se datan varias fábricas de mampos-
unas piezas redondeadas y de tamaños
tería de este periodo, esta fábrica es espe-
muy diferentes repartidas de manera alea-
cífica de los muros que constituyen el
toria y con ripios entre sus juntas. El espe-
fuste de la torre y no se repite en ningún
sor de estos muros es de unos 60 cm. Este
otro punto. Pensamos que esta especifici-
cierre del pórtico está definido como una
dad responde a la función constructiva tan
obra del siglo XVIII y es una obra limitada a
concreta de estos muros que constituyen
este cierre y realizada, probablemente,
la estructura del cuerpo de la torre que
para proteger del frío y sobre todo del vien-
sirve de soporte al campanario. Para sal-
to este espacio.
var el vano del pórtico principal de la
construyen en el centro de cada unos de
Muro de mampostería en sus dos caras
con enfoscado de cemento imitando
aparejos preexistentes
sus lados, cuatro grandes arcos apunta-
Son unas fábricas perfectamente identifica-
dos con dovelas irregulares del mismo
das, y que se construyeron en la restaura-
material. En las fachadas sur y oeste estos
ción de los años sesenta recreciendo los
arcos se encuentran revestidos con un
muros perimetrales de la Capilla de San-
muro de sillería en la fachada sur y de
tiago y la torre octogonal que aparece en la
mampostería en la fachada oeste. Este
fachada Oeste9.
Catedral y apoyarse en los grandes estribos que le sirven de soporte, estos muros
último forro y los cuatro machones que
rematan las esquinas corresponden a una
• Composición. No tenemos efectuada
reforma posterior del siglo XVII.
ninguna inspección en el interior de alguno
de estos muros.
Muro de mampostería en sus dos caras
con sillería reutilizada
• Distribución. Aparece esta tipología en
Esta mampostería recorre perimetralmen-
zonas ya citadas. Muros del fuste de la torre
te la parte superior de los muros de la
de cierre del pórtico, de cierre perimetral del
nave y el crucero y corresponde a los
bajocubierta de la nave y el transepto y
recrecidos que son necesarios realizar
muros de remate de la capilla de Santiago.
para permitir la construcción de la cubierta con cuchillos de madera. Esta reforma
del edificio se realizó en 1648, para liberar
Muro de sillería de arenisca de la Sierra
de Elguea
a las bóvedas de los rellenos de tierra con
Imagen 189. Alzado septentrional del triforio correspondiente
al tercer y cuarto tramo del muro oriental de la nave. Por
encima del triforio detalle de ventanal apuntado del siglo XIV
y rosetón de la restauración del siglo XX
312
los que se conformaba el tablero de la
• Descripción y aparejo. Con este mate-
cubierta. Esta fábrica se caracteriza por su
rial, de unas cualidades excelentes, se
irregularidad, la reutilización de sillería
construyen muros de sillería y unos ele-
desmontada del edificio o procedente de
mentos arquitectónicos de cantería de una
otras construcciones y colocada como un
escala superior a la utilizada habitualmente
mampuesto más de la fábrica y una junta
en la Catedral, y en general de una calidad
gruesa de mortero de cal enrasada con el
mayor. El aparejo de los muros que constru-
plano exterior de la fábrica. Son muros de
yen la capilla del santo Cristo es de una
unos 60 cm de espesor.
sillería a soga con piezas algo mayores a
las construidas hasta este momento en el
Muros enfoscados de cal o cemento
grueso de los muros de la nave central por
edificio, con una altura de hilada de 35 cm
En algunos puntos de la Catedral la fábrica
encima de las arcadas que dan a las naves
pero con un ancho que se aproxima a los 85
de mampostería aparece enfoscada con
laterales y que funciona como un pasillo de
cm. En realidad, todas las construcciones
morteros de cal en las que se ha dibujado
circulación. El triforio como elemento arqui-
realizadas con este material tiene multitud
una sillería figurada. Durante el proceso de
tectónico y recurso decorativo es típico de
de piezas molduradas y su utilización apare-
investigación arqueológica de las fábricas
la arquitectura gótica. Constructivamente,
ce en el monumento a partir del siglo XVIII.
se han picado algunos de estos paños iden-
no es más que el vaciado de los rellenos
tificando la tipología de la fábrica que ocul-
interiores de un muro de dos hojas de sille-
• Distribución. Aparecen construidos con
taban que mayoritariamente era de mam-
ría que se separan hasta permitir el paso de
este material fundamentalmente la cornisa
postería. También, en la fachada este del
las personas; y al que se ha perforado y
que remata el fuste de la torre y la Capilla
crucero, rodeando la apertura de los hue-
calado su hoja interior con una galería
del Santo Cristo. También aparece una
cos apuntados que se construyeron con la
decorativa que se abre al interior de la nave.
serie de remates en los contrafuertes, los
restauración de los años sesenta aparecen
Para rematar los rellenos de los muros que
botareles, en las esquinas de la torre, en el
una fábricas enfoscadas de cemento o de
se sitúan por encima y por debajo de este
pavimento y en el banco del pórtico y la
piedra artificial imitando sillería. Estos hue-
elemento se construyen dos planos conti-
plaza. Constituye también uno de los mate-
cos, completamente nuevos y abiertos en el
nuos de losas macizas que atan las dos
riales que más se utiliza en las obras de
muro oriental del transepto, deberían haber
hojas del triforio en sus dos extremos y que
restauración de los años sesenta en las
estado construidos con sillería de lumaque-
funcionan como perpiaños de los muros en
sustituciones y reparaciones del pórtico y
la de Ajarte o arenisca del mismo modo que
los que se inserta. Como el espesor de este
de la portada de Santa Ana y en las jambas
se construyeron los rosetones de la nave en
elemento sobresale del plano del muro que
y arcos de los ventanales y rosetones cons-
esta misma restauración. Sin embargo, tal y
tiene por encima, en algunas de las gran-
truidos en la nave y el crucero. Igualmente
como hemos comprobado desde el anda-
des catedrales se usa este escalón como
se colocan sobre los contrafuertes, aleros,
mio que está instalado en el transepto sur,
pasillo de circulación al exterior. Por su
cornisas, etc, una chapa de unos 4 cm de
estos huecos están construidos con una
construcción con elementos muy esbeltos,
arenisca como cubierta de la lluvia.
piedra artificial de cemento armado que
independizados entre sí y sin ninguna
imita una sillería.
capacidad para resistir esfuerzos laterales,
Muro de ladrillo y entramado de madera
Finalmente, en la esquina noroeste del
el triforio constituye un alarde de la arqui-
La construcción con ladrillo y entramado de
transepto existe una construcción de princi-
tectura gótica en la interpretación del fun-
madera que aparece en la construcción de
pios del siglo XX, designada como sacristía
cionamiento constructivo de un muro; lo que
la Catedral es una fábrica, que por su cons-
de los Beneficiarios. Es una construcción
ha provocado, que haya sido fuente de
traste con el resto de las que componen el
de muy mala calidad constructiva, ejecuta-
numerosos problemas cuando no se ha
edificio, es perfectamente identificable tipo-
da con forjados de madera y cuya única
insertado correctamente, como en Vitoria,
lógica y cronológicamente. Se construye
fachada, que es la que cierra el espacio
dentro de un sistema perfectamente inter-
con este material un almacén al que se
entre los muros de la Catedral a los que se
pretado en todos sus elementos.
accede por una puerta que se sitúa bajo el
adosa, se construye con una fábrica de
coro y en el llamado cuarto de los niños
ladrillo enfoscada de cemento gris. Tiene un
• Descripción y trazado. El triforio de la
cantores que se sitúa en el nivel del pasillo
acceso desde la Catedral por una puerta
Catedral de Vitoria se configura como una
de ronda sobre el coro. También aparece
que se abre directamente al crucero norte y
galería perimetral continua, sin interrupcio-
esta tipología en una pequeña banda que
otra en el sótano que da al Cantón de Santa
nes, en torno a las naves central y del tran-
remata los muros de la nave y del transep-
María.
septo, por debajo del arranque de las bóvedas de crucería y sobre los arcos que
to y que se relaciona con una segunda
reforma de las estructuras de las cubiertas.
h. Triforio
soportan las bóvedas de las naves latera-
Todas estas construcciones son de escasa
El triforio es una galería abierta al interior de
les y el deambulatorio. Esta galería se abre
calidad arquitectónica y pertenecen a refor-
una iglesia con ventanas ornamentales par-
al interior de la iglesia por un orden conti-
mas de principios del siglo XX.
tidas por maineles, que se introduce en el
nuo de vanos trilobulados con parteluces
313
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
0
5
10 m
Imagen 190. Catedral de Vitoria. Detalle de la planta a la
altura del triforio
Imagen 191. Catedral de Chartres. Detalle de la planta a la
altura del triforio. Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire de
l´architecture médievale, 1854-1868
314
descansando en una balaustrada. Está for-
delgado –quizá de unos 30 cm– en el oeste.
postería) y la distribución de los tipos de
mada por una sucesión de piezas iguales
El espesor de las piezas que componen la
talla han permitido establecer periodos dife-
–en una suerte de prefabricación medieval–
galería interior es de 26 cm y el ancho libre
rentes de su construcción. Su tipología
que se combinan girándolas de modo que
del pasillo de unos 54 a 60 cm, lo que con-
queda establecida por el gótico que se ha
componen rosetas cuadrifolias y dan apoyo
figura un espesor para el triforio de
designado como del tipo B siglo XIV y que
a los parteluces. El ritmo de esta composi-
1,05/1,10 m. Tanto el suelo, como el techo,
levanta el nivel superior de la Catedral en
ción sólo se interrumpe con el paso de las
se cuajan con grandes losas de sillería, de
los primeros tramos a norte y sur del tran-
pilastras que soportan las bóvedas de las
aproximadamente 30 cm de espesor, que
septo y los dos tramos más orientales de la
naves, donde el cerramiento es macizo. El
salvan todo el vano libre y se apoyan en las
nave principal. Será en el siglo XV cuando
número de vanos regulares comprendido
hojas interior y exterior sirviendo de remate
se complete todo su trazado cerrando los
en cada tramo de la iglesia es variable: en
de la fábrica inferior y de apoyo de la supe-
dos brazos del transepto a norte y sur y la
general son ocho los vanos de cada tramo
rior. Tienen aproximadamente una longitud
nave mayor hacia el oeste.
–con siete parteluces–, pero en la cara este
de 1,10 m y una anchura variable alrededor
del primer tramo a norte y sur del transep-
de 70 cm. También en esto se aprecia el
• Observaciones. Con independencia de
to, contando desde el crucero, son sólo
control del sistema de empujes de los cons-
las diferencias de todo tipo que existen entre
siete los vanos, para absorber la irregulari-
tructores: si el techo se hubiera abovedado
las Catedrales de Chartres y la de Vitoria
dad en planta de ese tramo, que es trape-
para evitar el uso de grandes sillares adin-
–dimensiones, calidad constructiva y artísti-
zoidal. Los extremos del transepto y los pies
telados, esa bóveda, pequeña pero muy
ca, etc– no es frecuente, encontrar plantas
de la iglesia presentan un número mayor de
cargada, habría producido unos empujes
de otros niveles de estos edificios que no
vanos: son trece en el extremo sur del tran-
laterales sobre los cerramientos –muro de
sean la planta principal y mucho menos
septo, doce en el norte, y sólo diez en los
sillería y serie de parteluces–, que no están
publicadas a una escala determinada como
pies. Esas diferencias en el número de
en absoluto capacitados para resistirlos.
esta de 1:500 o acompañados de una escala gráfica. El dibujo corresponde nuevamen-
vanos responde a las distintas anchuras
que presenta cada tramo de la Catedral que
• Cronología. El triforio presenta aparente-
te a Viollet Le Duc y hemos querido presen-
se absorben también con un paño ciego de
mente una unidad formal y constructiva
tarlo con el de la Catedral de Vitoria, ambos
anchura variable al acometer el triforio a
completa en todo su desarrollo. Sin embar-
a la misma escala para que podamos com-
cada pilastra. Esta enorme irregularidad del
go, existen diferentes fases constructivas
pararlos y darnos cuenta de una serie de
trazado del triforio que, combinada con las
correspondientes a diferentes periodos his-
problemas graves que presenta el trazado
diferencias que existen entre los perfiles de
tóricos que se han limitado a copiar el recur-
del triforio de Vitoria. Lo primero que llama la
las pilastras, parece abonar la idea de la
so decorativo preexistente para conseguir
atención es la relación que existe entre los
existencia de múltiples fases constructivas
una unidad formal en el interior del edificio.
espesores de los muros que cierran el trifo-
en la mitad superior de la iglesia.
Tal vez, ha sido la interpretación de las va-
rio hacia el exterior en relación con la luz de
riables de carácter técnico-constructivo y de
la nave principal que, claramente, es mucho
• Configuración. Hacia el exterior, el ce-
carácter formal que presenta el triforio, rea-
más favorable en la iglesia francesa.
rramiento de este pasillo es casi siempre de
lizada en el análisis arqueológico de la
Desconocemos cuál es el estado estructural
una hoja de sillería, cuyo espesor es de
construcción, una de las claves para obte-
definido en Chartres, por lo que no podemos
unos 25 cm. Sin embargo, la técnica de esta
ner una interpretación correcta de las fases
asegurar que su trazado sea el correcto. Sí,
sillería no es siempre uniforme: en algunas
históricas del edificio. Elementos como: los
desde luego, es más seguro.
partes, los sillares presentan gafas; tam-
tipos de puntilla en los arcos trilobulados y
En la Catedral de Vitoria, la enorme
bién, en algún caso se encuentran dibujos
en el antepecho, tipos de aparejo del suelo,
esbeltez del muro exterior de cierre del tri-
tallados en los sillares. Por otro lado, en el
tipos de aparejo en la pared de cierre (sille-
forio –no sólo respecto a la luz de la nave
extremo norte del transepto y en parte del
ría con gafas y marcas de cantero, sillería
central, sino considerado en sí mismo, pues
alzado occidental del mismo la fábrica de
con gafas y sin marcas de cantero, sillería
tiene una relación entre el espesor y la altu-
cerramiento es de mampostería, de unos 70
sin gafas y con marcas de cantero, sillería
ra de 1/9– lo hace incapaz de resistir el
cm de espesor en el extremo norte, y más
sin gafas y sin marcas de cantero y mam-
menor descentramiento de las cargas que
315
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
pudiera provocar la aparición de un mo-
excéntricas. Por estos motivos, se ha de
mento de pandeo. Esto significa, que todos
ser muy cauto a la hora de acometer obras
los empujes laterales de las bóvedas deben
de restauración que puedan suponer un
transmitirse a través de los contrafuertes,
incremento de la carga de los muros que
arbotantes y botareles exteriores, y que el
apoyan sobre el triforio, o la modificación
triforio sólo es capaz de soportar cargas
del estado de los muros.
estrictamente verticales, esto es, las del
316
muro que lo sobremonta. Por otro lado, el
i. Ventanales
hecho de que el triforio se encuentre ya
Cada uno de los entrepaños resultantes de
muy desplomado hace que incluso las car-
la descomposición de los muros de una
gas de transmisión vertical sean excéntri-
catedral gótica contiene, normalmente, un
cas en la sección del muro –y obviamente
ventanal en el centro. En las grandes cate-
también de los parteluces–, lo que provoca
drales góticas este ventanal puede llegar a
un problema de equilibrio global de la
ocupar la totalidad del paño desaparecien-
estructura especialmente delicado. Esta
do, literalmente, el muro como tal elemento
condición inestable del muro a la altura del
constructivo. No en vano, se ha designado
triforio se salva sólo por la posibilidad que
al gótico como la arquitectura de la luz y
tiene de estabilizarse gracias a los apeos
considerado como una arquitectura etérea,
de los contrafuertes adosados, que redu-
sin masa. En definitiva, sin muros.
cen su esbeltez horizontal y le confieren
Sabemos que los muros al presentar una
rigidez. Pero esto es, claro, a costa de
gran cantidad de juntas muy plásticas, ape-
incrementar aún más la carga que han de
nas si tienen rigidez transversal, ya que
soportar los contrafuertes.
estas fracturas de su continuidad, eliminan
Otro de los graves problemas del trazado
prácticamente la posibilidad de su funciona-
del triforio de la Catedral de Vitoria es el
miento como pantalla. Constructivamente, la
modo en el que atraviesa a los pilares del
apertura de ventanales en el centro de los
crucero a los que literalmente perfora,
muros supone, además, la ruptura de su
dejándolos casi sin sección. Si observamos
continuidad lo que disminuye su capacidad
el trazado de Chartres nos daremos cuenta
para resistir esfuerzos laterales en su
como estos pilares se adelantan diagonal-
mismo plano y su “aportación” a la resisten-
mente hacia el centro para permitir el paso
cia de los esfuerzos horizontales de las
–por detrás del pilar– del trazado del triforio
bóvedas. Sin embargo, como podemos
en chaflán, sin tener que perforar ni reducir
comprobar en el despiece constructivo de
su sección. Con esta operación se consi-
uno de los ventanales de la catedral de
gue, además, reducir la luz de la bóveda del
Chartres, estos elementos se construyen
crucero. Esta “desaparición” de la sección
como las arquivoltas de las portadas; es
de los pilares del crucero en la Catedral de
decir, superponiendo una serie de roscas de
Vitoria está agravada al no existir tampoco
arco y de hiladas de sillería en las jambas
un contrafuerte en la esquina que refuerce,
que colmatan la sección constructiva del
en este punto, el muro de cierre del triforio.
muro. Del mismo modo que las arquivoltas
Este trazado provoca la concentración de
de una portada, esta sucesión escalonada
cargas en la escasa sección que permane-
de piezas de sillería tiene una gran resis-
ce de los pilares del crucero lo que le inca-
tencia y funciona, atando las dos hojas exte-
pacita, del mismo modo que a la sección
riores del muro que perfora, lo que cons-
del triforio por la nave, para resistir cargas
tructivamente favorece su comportamiento.
general, los ventanales apuntados son muy
alargados con una tracería con un único
parteluz que divide el ventanal en dos
pequeñas ojivas que se rematan con tres o
cuatro rosetas trifolias o cuadrifolias. Sólo,
los ventanales de la fachada sur de la capilla de Santiago son más anchos y su tracería más compleja que se divide mediante
dos parteluces que se rematan bajo el arco
en una flor de rosetas trifolias. Los rosetones de la nave son de pequeño diámetro y
se dividen sólo en tres rosetas trifolias. Los
rosetones de los extremos de la nave y el
transepto no tienen ninguna tracería y sus
vidrieras están divididas por una simple
trama ortogonal que marca la carpintería.
Según el tamaño del ventanal y la calidad
de su ejecución varía el número de roscas
del trazado de las jambas y de los arcos y
las dimensiones de las piezas que lo componen. Desde las tres roscas de los ventanales de la nave lateral de la fachada sur
hasta la única rosca del rosetón del testero
del transepto norte. En general todos los
ventanales se construyen con sillería de
lumaquela de Ajarte.
• Cronología. Como consecuencia de las
transformaciones sufridas durante el siglo
XV, al cambiar las bóvedas de madera por
bóvedas de piedra e iniciarse su proceso
de ruina, la Catedral de Vitoria debió perder
la mayoría de los ventanales que tenía a la
altura del claristorio en la nave y el crucero.
Imagen 192. Catedral de Chartres. Sección en perspectiva
con el despiece de los ventanales formados por una doble
ojiva dividida por un mainel y coronada por un rosetón, y el
sistema de contrafuertes y arbotantes de un tramo de la
nave central a la altura de la galería. Von Simpson, O. (1956)
Para darnos cuenta de la resistencia y la
De hecho, una gran parte de los ventanales
rigidización que, la introducción de este sis-
que actualmente existen en el edificio a
tema de roscas e hiladas superpuestas
este nivel fueron construidos durante la últi-
tiene en la sección del muro, tenemos que
ma restauración y no existían en el trazado
pensar que una parte importante del muro
que había llegado hasta el siglo XX10. La
oriental de la torre está cargando sobre la
Catedral de Vitoria era, a principio de este
portada lateral sur (Juicio Final).
siglo, una catedral oscura que únicamente
tenía ventanales en la nave lateral sur, en
• Descripción y trazado. Mayoritariamen-
la girola y en la cabecera. En la memoria
te, existen dos tipos de ventanales, el de
del proyecto de restauración se habla de
arco apuntado y el rosetón circular. En
dos tracerías de ventana “originales” que
317
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE LOS VENTANALES EXISTENTES EN LA CATEDRAL DE VITORIA Y SU CRONOLOGÍA
S.XIV
S. XIV
S.XX
Fachada este transepto norte
S.XX
S.XIV
S.XX
S.XX
S.XIII
S.XX
Fachada sur, nave
S.XX
S.XVI
S.XIII
Absidiolo sur
Fachada este, girola
S.XX
S.XIV
S. XIV
Fachada este, transepto sur
S.XX
Fachada norte, nave
S.XIV
Cabecera
S.XIII
S.XIII
Absidiolo central
S.XIII
S. XX
S. XIV
S. XIV
Fachada sur, nave
S. XIV
Fachada norte, nave
S.XIII
S.XIII
Absidiolo norte
S.XIII
S.XIII
Fachada este
Capilla de San Roque
S.XVI
S. XIV
S. XIV
S.XVI
Fachada sur, torre
318
S. XIV
S. XIV
S. XIV
Fachada sur, capilla de Santiago
Fachada sur, nave lateral
0
5m
10m
Imagen 193. Ventanal apuntado de piedra artificial, en el
brazo norte del transepto, abierto en el siglo XX imitando los
ventanales del siglo XIV. Ambos ventanales están
enmarcados por muros de doble hoja de sillería del siglo XV a
la derecha, y del siglo XVI a la izquierda. Por encima de estos
muros se puede observar también, el muro de mampostería
del siglo XVII construido para apoyar la cubierta de madera y
el remate de fábrica de ladrillo y entramado de madera
realizado en el siglo XX
S.XVI
Fachada sur
Capilla de San Bartolomé
Imagen 194. Ventanal apuntado del primer tramo de la nave
lateral sur, siglo XIV. Ventanal enmarcado por fábricas de
sillería de doble hoja de los siglos XIV y XVI. A ambos lados
detalle del arranque de los botareles del mismo periodo
Imagen 195. Ventanal apuntado de la girola, época de
Alfonso X, siglo XIII. A ambos lados detalle de los botareles
inconclusos de este cuerpo de la edificación y que sirven de
apoyo a la cubierta de madera del siglo XVII. El arranque de
mampostería del botarel corresponde a la fábrica de Alfonso
VIII, el desarrollo superior de sillería a la fábrica del primer
gótico, época de Alfonso X, siglo XIII
S.XVI
Testero oeste
S.XX
Testero transepto norte
S.XX
Testero transepto sur
Fachada este
Fachada norte
Saeteras en la estructura de Alfonso VIII
S. XIV
Fachada este
S. XIV
S. XIV
S. XIV
Capilla de Santiago, cabecera
S. XIV
S. XIV
Fachada sur
Imagen 196. Ventanal apuntado en el cuarto tramo del alzado
norte de la nave junto al crucero, siglo XIV. A la derecha
rosetón introducido en la restauración del siglo XX. Los
ventanales están enmarcados: el apuntado, por un muro de
doble hoja de sillería del siglo XIV y rematado por encima
por un muro de mampostería (sillería en el interior) del siglo
XV; el rosetón por un muro de mampostería (sillería en el
interior) del siglo XIV. Por encima de estos muros se puede
observar el muro de mampostería del siglo XVII construido
para apoyar la cubierta de madera y el remate de fábrica de
ladrillo y entramado de madera realizado en el siglo XX
319
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
tada en el crucero, y otra circular en la
j. Pilastras, contrafuertes, arbotantes y
botareles
nave. Como sabemos, con esta obra se
El sistema de apoyos de las bóvedas de
abren, sobre los entrepaños de cada tramo
crucería necesita, como todos sabemos,
de la nave (menos el primero desde los
una serie de elementos constructivos de
pies) y en alzado oriental del transepto, una
una gran rigidez transversal capaces de
serie de ventanales nuevos que repiten las
resistir los momentos que provocan los
tipologías descubiertas y que son perfecta-
empujes laterales de las bóvedas y trans-
mente reconocibles.
mitirlos hasta el suelo12. Para resistir y con-
existían embutidas en los muros, una apun-
Imagen 197. Catedral de Amiens. Perspectiva axonométrica
de la sección de la nave principal. Choisy, A. (1899)
Imagen 198. Catedral de Amiens. Planta principal. Viollet-LeDuc, E. Dictionnaire de l´architecture médievale, 1854-1868
320
La cronología de los ventanales y su
trarrestar estos empujes el gótico articula
estilo arquitectónico coincide en general
una serie de elementos lineales de fábrica,
con la de la fase constructiva en la que se
muy característicos de este estilo arquitec-
sitúan, exceptuando los ventanales cons-
tónico, que se sitúan entre los tramos de las
truidos en la restauración del siglo XX que
bóvedas y que configuran su sección trans-
copian el estilo de los ventanales del siglo
versal. Adosados al muro de cierre de las
XIV y que se insertan en fábricas posterio-
naves, ensanchándolas transversalmente
res. Gótico A, (1252-1295); corresponden
por el interior y el exterior, se sitúan la pilas-
a este periodo todos los ventanales de las
tra y el contrafuerte que dotan de estabili-
capilllas absidiales y los de las capillas
dad y resistencia al muro. En el perímetro
rectangulares del transepto. Estos venta-
exterior del edificio, adosados al muro de
nales poseen unos espléndidos vitrales de
cierre de las naves laterales, se sitúan los
la primera época del artista segoviano
botareles, que se levantan exentos, una vez
Carlos Muñoz de Pablos colocados en la
superada la altura de estas naves. Como
restauración de los años sesenta11. Gótico
elemento de transmisión de los empujes
B, siglo XIV (1330-1400); de este periodo
laterales desde el nudo de apoyo de las
son los ventanales de la nave lateral sur,
bóvedas de las naves principales –más
los apuntados al norte y sur de la nave
altas– hasta los botareles exteriores, se
principal, el rosetón más próximo al cruce-
construyen unos arcos rampantes que se
ro de la fachada sur, los apuntados más
designan como arbotantes y que no son
próximos a la cabecera en los dos brazos
más que “un puntal a compresión colocado
del transepto, los de la cabecera menos el
entre la bóveda y el muro”13. Para evitar el
del paño más septentrional y todos los
vuelco del botarel y resistir las tracciones
ventanales de la capilla de Santiago. Gó-
que introduce el momento provocado por el
tico siglo XVI; de este periodo son el rose-
empuje que le llega desde el arbotante,
tón del testero occidental a los pies de la
este elemento se asegura estáticamente
nave y las ventanas de la capilla de San
precomprimiendo su estructura al rematar-
Bartolomé y de la fachada sur de la torre.
lo con un elemento de grandes dimensio-
Siglo XX; de este periodo son los dos rose-
nes, denominado pináculo, que le introduce
tones de los extremos norte y sur del tran-
una sobrecarga vertical14. No hay que olvi-
septo y todos los de la nave –a excepción
dar en este esquema la importante función
del original del XIV conservado en la nave
que cumplen en la estabilidad del conjunto
y que ya hemos citado– y los cuatro ven-
los rellenos constructivos de los senos de
tanales apuntados, en los dos tramos más
las bóvedas. Todo este sistema de elemen-
alejados de la cabecera, en la fachada
tos (rellenos, pilastras, contrafuertes, arbo-
oriental del transepto.
tantes, botareles y pináculos) entrelazados
Imagen 199. Catedral de Amiens. Detalle de la esquina entre
la nave y el transepto de la planta a la altura del triforio.
Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire de l´architecture médievale,
1854-1868
Imagen 200. Catedral de Chartres. Detalle del botarel de
esquina entre la nave y el transepto al que acometen varios
arbotantes. Colección El Gran Arte de la Arquitectura.
Volumen XIII. Gótico I. Salvat. p. 584
constructivamente conforma una estructura
portadas laterales creando, de este modo, el
de gran resistencia a momento capaz de
crucero. La solución más frecuente ha sido
soportar tanto los empujes debidos a las
construir un transepto corto –que apenas
bóvedas como los que provoca la acción
sobresale de la línea de botareles– que se
del viento sobre las naves superiores.
remata en los testeros con fachadas monu-
El “esqueleto” de una catedral gótica se
mentales con portadas y grandes estribos
estructura mediante la repetición sistemáti-
en cruz en las esquinas, como en París,
ca de esta sección transversal entre los tra-
Noyon, Laon, Reims o Burgos. Los tramos
mos definidos por las bóvedas llegando, en
intermedios del transepto se contrarrestan
los edificios más grandes, con cinco naves y
con grandes estribos pegados a la fachada
transepto, a complicarse de tal modo la
para evitar los cruces con el sistema de
estructura que el edificio parece una casca-
arbotantes y botareles de la nave. La otra
da de arbotantes y botareles rematados por
solución ha sido respetar el esquema y
pináculos a distintos niveles. Para permitir el
aceptar la complejidad del entramado que
desarrollo lineal o radial, sin interrupciones,
se produce en la esquina al girar 90º el sis-
de este esquema estructural y conseguir un
tema de arbotantes y botareles y ofrecer un
perímetro cerrado para el edificio, la arqui-
alarde constructivo para resolverlo como en
tectura gótica acorta sustancialmente la
Chartres, Amiens, Beauvais, León o la ale-
estructura del transepto –con respecto a la
mana de Colonia.
románica–. Una nave de transepto largo y
Lógicamente, la clave del funcionamiento
con varios tramos de bóvedas obliga a pro-
de todo este complejo sistema de elemen-
vocar un giro de esta sección en ángulo
tos constructivos de cantería estriba, no
recto lo que compositiva y constructivamen-
sólo, en las dimensiones de cada uno de
te es muy complicado. En primer lugar, los
ellos, sino también, en la correcta coloca-
botareles y los arbotantes que confluyen en
ción y ejecución de los nudos donde se pro-
la esquina que forman la nave y el transep-
duce la transmisión de los esfuerzos de un
to tienen que situarse sobre el plano que
elemento al siguiente. Viollet le Duc, expli-
separa la nave principal de las laterales y,
ca como los nervios de las bóvedas de cru-
por tanto, apoyarse sobre un arco diafragma
cería que confluyen en una pilastra no apo-
o sobre un muro que cerrase estos espa-
yan directamente sobre el ábaco del
cios; en segundo lugar, los arbotantes del
capitel, tal y como se deduciría de su tra-
primer tramo –desde la esquina descrita–
zado. El apoyo de estos arcos y el arranque
confluyen en un mismo punto lo que les obli-
de las primeras dovelas se produce, en rea-
ga a compartir el mismo botarel, provocan-
lidad, sobre una serie de sillares que se
do un entramado de elementos constructi-
encastran horizontalmente en el muro y
vos de difícil solución.
que sobresalen en ménsula sobre su plano,
Para resolver compositívamente este pro-
avanzando en vuelos sucesivos, “tas de
blema, lo más sencillo es hacer desaparecer
charge”15. El voladizo es el que se talla en
el crucero y resolver la entrada lateral al
forma curva simulando un arco que en rea-
monumento con sendas portadas enfrenta-
lidad no es.
das que se colocan en el espacio que ocu-
En el ya clásico dibujo de Viollet, de una
pan las capillas entre los botareles, como en
perspectiva de las hiladas de fábrica en el
la catedral de Bourges o la de Palma de
arranque de una bóveda gótica, sólo a par-
Mallorca. En esta Catedral, se amplía la luz
tir de la tercera pieza de salmer (C) se lan-
del tramo de la nave donde se insertan las
zan las roscas de los arcos ojivos y del fajón
321
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 201. Perspectiva del detalle de las piezas
horizontales de salmer A,B,C sobre la pilastra y de las
dovelas de los arcos perpiaños y ojivos D en el arranque de
una bóveda gótica. Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire de
l´architecture médievale, 1854-1868
322
(D), ahora ya sí independientes entre sí.
permanezcan inmóviles y el punto donde
Constructivamente, el correcto equilibrio del
debe acometer el arbotante; pero no aclara,
sistema, exige seguramente ejecutar prime-
si alguna de estas piezas –que en realidad
ro los arcos perpiaños y formeros, lanzar
dibuja como sillares de la hoja interior del
después los ojivos y por último, ejecutar los
muro– deben prolongarse hasta solidarizar-
plementos que cuajan el casco de la bóve-
se con el contrafuerte y servir de apoyo al
da. Observamos también en el dibujo, como
arbotante. En los dibujos de la sección
el salmer del arco y su pilastra inferior se
transversal y el despiece en perspectiva
empotran en el muro, no sólo en profundi-
axonométrica de la iglesia de Notre Dame
dad, sino también en anchura, sobresalien-
de Dijón, Viollet dibuja una pieza que desig-
do de las líneas que definen sus molduras.
na: con la letra T en la sección y R en la
Con esta solución constructiva se consigue
perspectiva, que literalmente cumple con la
que los muros de tímpanos bajo los arcos
definición propuesta por Heyman para el
formeros contribuyan también a la transmi-
tas de charge. Sin embargo, esta pieza se
sión de los esfuerzos, tanto en su compo-
sitúa dos hiladas por encima de las piezas
nente vertical como horizontal. Finalmente,
de salmer y por detrás de las dovelas de los
como comentamos para los salmeres que
arcos que vuelan ya separadas del muro.
se sitúan sobre los pilares, esta solución
Con independencia de la definición de
permite que se construya el muro que las
tas de charge, no queda claro en ninguno
sobremonta e incluso construir las cubiertas
de los dos autores, cual es el punto donde
para “precomprimir” la estructura y conse-
debe producirse el apoyo del arbotante,
guir una mayor estabilidad antes de recibir
como debe ser constructivamente este
el empuje de las bóvedas.
nudo y si debe conectarse con una losa que
Comenta Heyman16 que el empuje de las
ate el contrafuerte con la hoja interior del
bóvedas “no sigue exactamente los ner-
muro. Heyman, después de comentar la
vios, sino que “escapa” de la fábrica de la
perspectiva dibujada por Viollet sobre el
bóveda en las proximidades de los arran-
arranque de una bóveda gótica, propone
ques y pasa a través de los rellenos”.
que sea la última de las tres piezas de sal-
Según este autor, los antiguos constructo-
mer dibujadas por ese autor la que se pro-
res medievales no se fiaban del relleno de
longue por el interior del muro atravesando
mampostería y cascote que colocaban en
la fábrica hasta la cabeza del arbotante. De
los senos de las bóvedas para cumplir esta
este modo, dibuja Viollet esta pieza en la
función; “en su lugar es frecuente encontrar
sección por el ábside de la Catedral de
una piedra transversal, el tas de charge,
Amiens (ilustración incluida en el apartado
que conecta la cabeza del arbotante en el
de estructuras dedicado al sistema de em-
exterior de la iglesia con la sólida fábrica de
pujes) designándola con la letra I; sin em-
los nervios y plementos del interior”17. En
bargo, en la sección de la catedral de
realidad el concepto de tas de charge se-
Reims (ilustración incluida en el diagnóstico
gún Viollet Le Duc hace referencia a la
formal) el apoyo de arbotante parece que
sucesión de piezas de salmer en voladizo
se produce por encima de las piezas de sal-
que recogen en una única pieza horizontal,
mer. Sin darle más vueltas a este problema,
encastradas en el muro por encima de la
entendemos que el apoyo del arbotante
pilastra, los nervios del arco perpiaño y de
debe producirse siempre, por encima del
los dos ojivos. Son esta serie de piezas las
punto donde confluyen los nervios de la
que hay que conseguir, según Viollet, que
bóveda, mediante una pieza que lo ate con
Imagen 202. Catedral de Notre-Dame de Dijon. Axonométrica
con el despiece de los elementos constructivos que
constituyen la sección transversal. R losa perpiaño sobre la
que acomete el arbotante, S contrafuerte sobre el triforio, T
dovela de la ojiva, V dovela del perpiaño, P-O-N piezas de
salmer del arranque de la bóveda, M capitel de la pilastra, C
columnillas de la pilastra, G-G’ losas del techo del triforio,
A-B-D-E-F galería del triforio, H contrafuerte y muro de
cierre del triforio. Viollet-Le-Duc, E. Dictionnaire de
l´architecture médievale, 1854-1868
Imagen 203. Catedral de Notre-Dame de Dijon. Sección
transversal, detalle de contrafuerte, arbotante, botarel y
triforio. T losa perpiaño sobre la que acomete el arbotante, A
arbotante, V ventanal, U galería sobre triforio, T contrafuerte
sobre el triforio, D pináculo, K botarel, Z galería del triforio, Y
muro de cierre del triforio, X contrafuerte del triforio. ViolletLe-Duc, E. Dictionnaire de l´architecture médievale, 18541868
Imagen 204. Catedral de Notre-Dame de Dijon. Sección
transversal, detalle del apoyo del contrafuerte mediante
sillares en voladizo y del arco perpiaño de la nave lateral
sobre las piezas de salmer. A capitel de la columna, B arco
de la nave, C-D-E piezas de salmer de los nervios de las
bóvedas de la nave lateral, P arco perpiaño de la nave
lateral, F-G-H-I-K sillares en voladizo para apoyo del
contrafuerte, O galería del triforio, L contrafuerte, N muro de
cierre del triforio, M mechinal para soporte de pequeño arco
longitudinal bajo el muro de cierre del triforio. Viollet-Le-Duc,
E. Dictionnaire de l´architecture médievale, 1854-1868
323
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 205. Detalle de la pilastra y de las piezas de salmer
en el arranque de los nervios de la bóveda en el muro
occidental del 2º tramo del transepto sur
324
la hoja interior del muro o se introduzca en
turalmente puedan trabajar en común, dada
el relleno de la bóveda. Por otro lado, es
la escasa ligazón que proveen las placas
necesario atar el apoyo de la bóveda en la
inferior y superior del sistema. En la catedral
hoja interior del muro con el contrafuerte
de Vitoria se produce, otro “defecto” y es la
exterior prolongando la última pieza hori-
falta absoluta de trabazón entre el muro tra-
zontal del salmer hasta este elemento.
sero del triforio y el contrafuerte, que apare-
Constructivamente, parece que la mejor
cen en la catedral de Dijon incluso como for-
solución es que estas dos piezas coincidan
mados por un mismo y único sillar.
en altura, es decir, que el apoyo del arbo-
Siguiendo con el ejemplo de la catedral
tante se produzca en la misma hilada que se
Notre Dame de Dijon, es necesario estudiar
sitúa la última pieza horizontal del salmer de
cómo se resuelve el apoyo del muro que
los nervios de las bóvedas.
continúa por debajo del triforio y de los con-
Paradójicamente, una vez establecida
trafuertes exteriores sobre los pilares de la
como una ley necesaria, la unión de la
nave. Viollet, presenta un dibujo que mues-
pilastra y el contrafuerte, la arquitectura
tra una solución constructiva muy depurada
gótica en un alarde constructivo se encarga
para apoyar el contrafuerte en una serie de
de separarlos mediante el triforio y la pasa-
sillares en voladizos sucesivos que arran-
rela que habitualmente se sitúa por encima
can de la ultima pieza horizontal de salmer
de este elemento. Parece, como si los
sobre el pilar. Esta solución evita que el
constructores góticos convencidos de que
apoyo del contrafuerte se produzca sobre el
los empujes laterales de la bóveda ya han
riñón del arco perpiño de las bóvedas de las
sido absorbidos por el arbotante, colocan
naves laterales, lo que provocaría una
para demostrarlo un elemento que cons-
sobrecarga excesiva sobre este arco y unos
tructivamente no puede resistir empujes
empujes laterales sobre el pilar inadmisi-
laterales y que parte en dos la unión entre
bles18. En la Catedral de Vitoria puede ob-
estos elementos. Para continuar comentan-
servarse, en el bajo cubierta de las naves
do la sección y la perspectiva de la catedral
laterales, como los contrafuertes amplían
de Notre Dame de Dijon de Viollet quere-
su sección –como si de una zapata se tra-
mos fijarnos en el despiece del triforio de
tase– para apoyarse sobre los rellenos de
esta iglesia que, en este caso, es “similar”
los senos de las bóvedas de las naves late-
al del triforio de la Catedral de Vitoria. En
rales y de la girola con cuya masa acaban
este elemento constructivo toda la sección
fundiéndose. Según se puede apreciar en la
del muro queda cortada por una serie de
cata efectuada en el lado norte de la iglesia,
losas transversales a modo de grandes
el apoyo de los contrafuertes se produce
tizones que forman el techo, piezas G y G’,
sobre unos muros de lajas de mampostería
y el suelo de este elemento. Únicamente,
con gruesas juntas de mortero, de dudosa
mantienen su continuidad vertical, adosa-
consistencia, y que forman el relleno de las
dos a los dos lados del triforio, la pilastra y
bóvedas. Suponemos, que toda esta masa
el contrafuerte. La hoja interior del muro,
acaba apoyándose sobre los arcos perpia-
cortada por la losa del techo se apoya en
ños, ya que éstos acusan en el interior una
una frágil galería decorativa. La hoja exte-
fuerte pérdida de curvatura con vencimiento
rior, dado el mayor espesor del triforio con
de la clave hacia el exterior del edificio.
respecto al muro, simplemente en la losa
Por no alargar excesivamente esta
del techo. Constructivamente, es más que
introducción no vamos a entrar a discutir el
dudoso, que las dos hojas del triforio estruc-
problema de la forma del arbotante, su
4
2
0
Imagen 206. Foto y detalle de la transparencia de las dos
hojas del alzado oriental del muro de la nave, entre el tercer
y cuarto tramo, en el punto donde el arbotante acomete a
las piezas de salmer, en el arranque de los nervios de las
bóvedas. En el dibujo se aprecia en negro el aparejo de la
hoja interior y en verde la transparencia de la hoja exterior.
Se puede observar cómo los nervios se separan de las
piezas de salmer del muro en la séptima hilada por encima
de la pilastra (círculo verde) y cómo el arbotante acomete
ligeramente por encima de este punto
inclinación y el modo en que acomete al
toda una discusión sobre el modo de dimen-
aumentando el espesor de una serie de
botarel. Sabemos que la función del arbo-
sionar los botareles en función de las cargas
sillares de la hoja interior del muro que se
tante superior –cuando existe– es la de con-
y la función de los pináculos en el equilibro
tallan con la forma de la pilastra. Aunque
trarrestar los empujes del viento sobre la
global de este elemento19.
formalmente la pilastra se remata en el
cubierta y los muros y el de abajo, como
ábaco del capitel, constructivamente conti-
hemos visto, contrarrestar el empuje de la
Pilastras
núa –como hemos visto– en las piezas de
bóveda. El trasdós del arbotante es siempre
La pilastra es un elemento vertical adosado
salmer horizontal de los nervios de las
plano y se utiliza para canalizar el agua
a los muros, de sección rectangular, poligo-
bóvedas. Aunque a la pilastra se le conce-
desde las cubiertas de las naves principales,
nal o cilíndrica, generalmente con funciones
de únicamente una función estrictamente
por encima de las cubiertas de las naves
decorativas, que repite el esquema de
decorativa, en la realidad: el mayor espesor
laterales, hasta la calle mediante una gárgo-
basa, fuste y capitel de las columnas. Su
de la hoja interior de la sillería del muro en
la que se coloca en el exterior del botarel al
función es recoger y dar continuidad formal
la sección de este elemento, el hecho de
que atraviesa. Con respecto a las formas de
a los nervios de las bóvedas que confluyen
que el volumen de estas piezas se inserte
los arbotantes en general, se construye al
en él. Las pilastras pueden construirse co-
en el aparejo del muro y que, muchas
arco acometiendo perpendicularmente al
mo columnillas exentas adosadas a los
veces, por su espesor estos sillares se
plano de la fachada y arrancando tangente a
muros como en la catedral de Notre Dame
introduzcan –como perpiaños– en el relleno
la vertical del botarel. Finalmente, existe
de Dijon o, simplemente como en Vitoria,
del muro atando sus dos hojas, consigue
325
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
que su construcción mejore notablemente
en las pilastras que se situaron entre los tra-
el comportamiento constructivo y mecánico
mos primero y segundo y entre el segundo y
del muro, su estabilidad y su resistencia.
el tercero contando desde los testeros. Se
realizaron un total de ocho perforaciones por
• Descripción y trazado. La tipología de las
pilastra, cuatro por debajo del triforio y otras
pilastras de la Catedral de Vitoria es muy
cuatro a la altura de las piezas de salmer. Las
variada, sobre todo en las naves y las capi-
perforaciones realizadas por debajo del trifo-
llas laterales debido a la multitud de refaccio-
rio tienen una profundidad media de 60 cm
nes y reparaciones que se han producido en
por lo que no atraviesan el muro; las realiza-
estas zonas del edificio. Las pilastras de la
das en el crucero norte a la altura del salmer
nave central y el crucero repiten la forma y
tampoco atraviesan el muro y tienen una pro-
las dimensiones de las columnillas semicilín-
fundidad de 80 cm; sin embargo, las perfora-
dricas que se adosan a los pilares. De hecho,
ciones realizadas en el crucero sur atravie-
la pilastra arranca desde la base del pilar que
san la totalidad del muro y del contrafuerte
es común para el pilar y la pilastra y su desa-
con espesores muy diferentes, lo que nos
rrollo en el fuste forma parte del trazado de
permite tener información completa de la
este elemento. Su perfil en planta esta for-
sección constructiva de la Catedral en este
mado por un haz de tres columnillas; la prin-
punto tan significativo.
cipal semicilíndrica de 30 cm de diámetro se
Por debajo del triforio el sillar de la cara
sitúa en el centro y recoge el perpiaño de las
interior, el que forma la pilastra, tiene un
bóvedas, al que se le adosan a los lados dos
espesor medio de 30 cm y existe un relleno
columnillas de 0,15 cm de diámetro que
interior de hormigón de cal muy compacto
recogen los arcos diagonales. El capitel con
con mampuestos de caliza negra o margosa.
el que se remata la pilastra es muy pequeño
Es alarmante observar, en esta serie de
y repite los motivos naturalistas de los capi-
endoscopios, como el sillar de la cara interior
teles de los pilares. Rematando el capitel,
de la Catedral esta separado del relleno inte-
existen un número variable de piezas de sal-
rior en el que aparece un nivel de huecos
mer entre 5 y 7 que siempre es superior a las
importante en la totalidad de las inspeccio-
tres que se establece en el modelo de Viollet
nes realizadas. Esta separación no hace otra
como necesarias. Este número varía en fun-
cosa que delatar la deformación de la hoja
ción de la luz del arco formero, ya que cuan-
interior de la sillería a este nivel que tiende a
to más cerrado es el arco –es decir, menor el
abombarse hacia el interior del edificio. La
ancho de la bóveda– es necesario un núme-
separación de la hoja interior de sillería en
ro mayor de estas piezas antes de que su tra-
este punto es de algún modo “normal”, dado
zado permita la separación de las dovelas. El
el nivel de deformaciones del crucero.
trazado del arco formero no confluye en el
En la inspección de las perforaciones rea-
capitel de la pilastra y se corta antes de cru-
lizadas en el transepto norte por encima del
zarse con el nervio del arco ojivo rematán-
triforio, debido a que la perforación se produ-
dose en un pequeño capitel en ménsula
ce a la altura de las piezas de salmer, el
decorado que sobresale del muro.
espesor de la hoja interior de sillería aumenta hasta un espesor medio de 40 a 50 cm. En
326
• Composición. Para colocar la estructura
este punto el relleno interior es bastante
de acodalamiento y atirantamiento provisio-
compacto con mampuestos de caliza negra
nal del transepto se realizaron, a ambos
o margosa y no se observa la separación de
lados del crucero, una serie de perforaciones
la sillería de la hoja interior con el relleno.
• Cronología. No existe como en los pilares
ambos elementos, el estribo al tener que
para soportar las bóvedas de madera, refor-
o los ventanales una sola cronología para
soportar directamente el empuje de la bóve-
zando la sección del muro. Designamos
cada pilastra. Estos elementos se construyen
da debe cimentarse directamente sobre el
como estribos todos los grandes macizos de
con el muro y, por tanto, adoptan la cronolo-
suelo sin transmitir sus cargas a otro ele-
fábrica adosados a la fachada occidental del
gía del paño en el que se insertan variando
mento. El estribo aparece, por tanto, en las
transepto para sostener las bóvedas de pie-
su cronología con su desarrollo.
construcciones de una sola nave, como la
dra, tanto los originales del primer trazado,
capilla de Santiago o el pórtico, o estribando
como aquellos que se construyeron en el
Contrafuertes y estribos adosados
a los muros
los muros del transepto que tampoco tienen
siglo XIX cuando las bóvedas amenazaban
nave lateral. Los contrafuertes, sin embargo,
con desplomarse; los que construyen la capi-
Se define como contrafuerte una obra maci-
tienen que apoyarse sobre los pilares de la
lla de Santiago que fue concebida desde su
za de fábrica adosada al muro de forma rec-
nave, lo que constructivamente impide que
fundación con este sistema de contrarresto;
tangular o semicilíndrica y que sirve para
puedan sobresalir mucho de la pared. Este
y los estribos que, en la fachada oeste, so-
reforzarla en el punto en que esta soporta
vuelo del contrafuerte sobre las bóvedas de
portan los empujes de las bóvedas del pórti-
mayores empujes. Se define como estribo el
las naves laterales debe resolverse –como
co y que se construyeron también para
macizo de fábrica que sirve para sostener
vimos en la introducción de este apartado–
soportar el peso de las “torres” (la torre de la
una bóveda y contrarrestar su empuje. La
mediante una serie de losas en voladizo
izquierda no llego nunca a construirse).
similitud que presentan estas definiciones
sobre las piezas de salmer del pilar que impi-
Los contrafuertes de la Catedral presen-
provoca generalmente confusión en su uti-
dan que apoye en el arco perpiaño de las
tan la misma heterogeneidad en sus técni-
lización y en la designación de los elemen-
bóvedas laterales.
cas constructivas, en su geometría y en su
tos constructivos correspondientes. Desde
En general, la construcción de estos ele-
estado de conservación que el resto de las
nuestro punto de vista, existe una diferencia
mentos repite la técnica constructiva de los
fábricas que ya hemos descrito. En efecto,
de función, dimensión y entidad entre estos
muros y de los pilares. Los contrafuertes y
aparecen contrafuertes de sillería, de mam-
elementos constructivos que es la que nos
los estribos son elementos prismáticos, nor-
postería o combinación de ambas técnicas.
permite diferenciarlos designándolos de un
malmente de gran esbeltez, que se constru-
En alguna ocasión –alzado sur de la nave
modo u otro. El contrafuerte como la pilastra
yen revistiéndose con la hoja exterior del
principal– un contrafuerte se inicia de mam-
se construye y se concibe como parte del
muro al que se adosan, por lo que solo tie-
postería y se termina de sillería o –en la
muro, integrado en él, construido al mismo
nen tres caras visibles. En general, el
fachada norte– empieza de mampostería y
tiempo que el muro para reforzarlo y dotarlo
contrafuerte es de menores dimensiones,
se remata de sillería. Por otro lado, cada uno
de rigidez y estabilidad. Habitualmente, se
de planta más cuadrada y normalmente
tiene una forma y unas dimensiones di-
construyen los muros con contrafuertes para
macizo y sin relleno y su construcción forma
ferentes. Hay contrafuertes muy pequeños,
garantizar su estabilidad al vuelco, cuando el
parte de la hoja exterior del muro. El estribo
rectangulares con su lado mayor pegado al
muro se tiene que levantar liso, sin ángulos y
de mayores dimensiones se construye
muro y que constructivamente forman parte
sin el contrarresto de ninguna otra estructu-
como un pilar con una hoja exterior que
de él; los hay de mampostería construidos
ra que lo rigidice. El estribo es un elemento
forma sus tres caras visibles y una cuarta
toscamente, y que, para evitar las esquinas
diferente del muro, más grande que el con-
que corresponde a la hoja interior del muro
son casi semicilíndricos; y los rectangulares
trafuerte y su finalidad no es la de dotar de
al que se adosa. Al revés que el contrafuer-
con su lado más corto adosado al muro y que
estabilidad al muro sino soportar el empuje
te, el estribo tiene por sus dimensiones un
adquieren la forma de un estribo. En algunos
de la bóveda, lo que indirectamente confiere
volumen de relleno importante que se une
casos, estos elementos se adosan con pos-
estabilidad al muro. De hecho, el contrafuer-
con el relleno del muro.
terioridad al muro lo que se manifiesta por la
te que es capaz de soportar el empuje de
heterogeneidad de la fábrica y la aparición de
una bóveda, sin el complemento del arbo-
• Descripción y trazado. En la Catedral de-
fisuras en el encuentro. Sin embargo, en
tante y el botarel, adquiere –desde nuestro
signamos como contrafuertes los machones
general se construyen al mismo tiempo que
punto de vista– la condición de estribo.
que refuerzan los muros de las naves supe-
el muro al que refuerzan presentando en
Por otro lado, en una construcción gótica
riores, el alzado oriental del transepto y la ca-
altura la misma heterogeneidad constructiva
hay otra diferencia también notable entre
becera y que originalmente se construyeron
e histórica que la de estos elementos.
327
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 207. Izquierda, detalle del apoyo de uno de los
contrafuertes del alzado sur en el interior del bajo cubierta
de la nave lateral. Se puede observar como el contrafuerte
amplía su apoyo sobre los rellenos de los senos de las
bóvedas, como si fuese una zapata de un pilar que fuese a
apoyar en el suelo
Imagen 208. Abajo izquierda, vista desde el coro de la
deformación de los arcos perpiaños de la nave lateral norte
por el empuje de las pilastras que descansan sobre ellos.
Este empuje es de dirección opuesta al que provocan las
bóvedas de las naves superiores
Imagen 209. Abajo derecha, vista desde el coro de la
deformación de los arcos perpiaños de la nave lateral sur
por el empuje de las pilastras que descansan sobre ellos.
Este empuje es de dirección opuesta al que provocan las
bóvedas de las naves superiores
328
De una manera muy heterodoxa los con-
• Composición. Como hemos visto en las
de un hormigón disgregado de mampuestos
trafuertes amplían su sección al trasdosar
pilastras para colocar la estructura de aco-
de caliza negra y margosa pero que presen-
el triforio. En el bajo cubierta de las naves
dalamiento y atirantamiento provisional del
ta zonas de huecos sin material de 15/20 cm
laterales puede observarse como la sec-
transepto, se realizaron una serie de perfo-
y una hoja exterior que, prácticamente conti-
ción y la tipología de las fábricas de estos
raciones en las pilastras que se situaron
núa la composición del relleno, con un mam-
elementos no coincide por arriba y por
entre los tramos primero y segundo y entre
puesto de caliza negra o margosa de 30 cm.
debajo del plano de la cubierta. Como ade-
el segundo y el tercero contando desde los
La endoscopia nº 1 atraviesa transversal-
más, los contrafuertes por encima de la
testeros. Se realizaron un total de ocho per-
mente el estribo sobre el que apoya la esqui-
cubierta parecen formar parte de la fábrica
foraciones por pilastra: cuatro por debajo del
na noroeste de la torre con una sección
y por debajo de esta línea parece que se
triforio y otras cuatro a la altura de las piezas
compuesta: de una hoja de calcarenita de
superponen al muro del triforio, debemos
de salmer. Las perforaciones realizadas a la
Olárizu de 32 cm, un relleno muy heterogé-
suponer que los contrafuertes se han forra-
altura de las piezas de salmer, por encima
neo con mampuestos de caliza negra y mar-
do en toda la altura del triforio para aumen-
del triforio en el transepto sur, perforan el
gosa y un nivel de huecos elevado de un
tar la estabilidad de este muro, ya de por
muro y el contrafuerte en toda su sección,
espesor de 2,77 m, y un cierre de una hoja
sí, muy frágil. Esta diferencia la podemos
dando los siguientes resultados:
de calcarenita de Olárizu de 48 cm.
comprobar observando las figuras 29 y 55
En el muro oriental entre el primer y
que corresponden al mismo contrafuerte
segundo tramo la pieza interior del salmer
• Cronología. Como ya hemos dicho la cro-
por encima y por debajo de la cubierta de
tiene un espesor de unos 50 cm, enrasada
nología de estos elementos es muy amplia y
la nave lateral sur. Por otro lado, su apoyo
lógicamente con la cara interior de la sillería
coincide básicamente en altura con la de los
sobre las fábricas inferiores es bastante
del muro. El relleno de un espesor entre 150
muros a los que se adosa.
inconsistente: descansan sobre los arcos
cm y 170 cm es un hormigón con mampues-
fajones de las bóvedas de las naves late-
tos de caliza negra y margosa, con algún
Botareles
rales y el deambulatorio, pero no directa-
hueco, y un cierre del contrafuerte de una
Se define como botarel el machón o estribo
mente sino a través del relleno de lastre de
hoja de lumaquela de Ajarte de 25 cm. La
que contrarresta el empuje de una bóveda
los senos. Como explicamos, este relleno
perforación del contrafuerte entre el segundo
por medio del arbotante que estriba en él. El
está aparejado, pero de manera un tanto
y tercer tramo presenta una hoja interior,
botarel no es más que un estribo que se ha
pobre, pues se trata de lajas de piedra sin
también de 50 cm de lumaquela de Ajarte, el
separado del muro y del punto donde apoya
labrar asentadas con juntas de mortero
relleno interior también de 150 cm presenta
la bóveda de la nave. Esta separación del
muy gruesas y, por tanto, muy plásticas y
un nivel de huecos mucho mayor con mam-
muro permite que este elemento pueda
deformables.
puestos de caliza negra y margosa, la hoja
cimentarse directamente en el suelo, sin
Los estribos repiten el mismo esquema
exterior de este contrafuerte de mamposte-
apoyar en otros elementos de la estructura
constructivo que los contrafuertes siguien-
ría es de caliza negra o margosa con un
y salvando en planta el espacio ocupado
do las fases de construcción de la estructu-
espesor variable (mampuesto) de 30/40 cm.
por las bóvedas de las naves laterales. Para
ra en la que se insertan. La mayoría son de
En el muro occidental la perforación realiza-
salvar esta separación del punto donde se
mampostería –a excepción de los originales
da entre el primer y segundo tramo perfora el
aplica el empuje y el elemento encargado
de la fachada occidental del transepto que
estribo realizado por Saracibar y reformado
de contrarrestarla se encarga –como sabe-
son de sillería–; los más grandes aparecen
en la restauración de los años sesenta para
mos– el arbotante. Además, la posición del
reforzados con sillería en las esquinas que,
liberar la portada de Santa Ana. Esta inspec-
botarel adosado a los muros de las naves
según el momento constructivo del estribo,
ción ofrece unos resultados más alarmantes,
laterales le permite recibir directamente el
será de lumaquela de Ajarte o arenisca de
probablemente debido a la falta de trabazón
empuje de las bóvedas de estas naves para
la sierra de Elguea. Tiene esta configura-
entre los rellenos originales y la reforma pro-
las que ejerce la función de estribo. Por
ción, los estribos de la capilla de Santiago,
ducida. La hoja interior del salmer repite la
tanto, constructivamente el botarel repite,
los del pórtico y la torre y los que se adosan
dimensión de los 50 cm de una pieza de
en su primera mitad, las características de
en el siglo XIX a la fachada occidental del
lumaquela de Ajarte, el relleno interior de un
un estribo ya que se construye adosado al
transepto.
espesor de tres metros repite la composición
muro y desde este punto hasta su remate
329
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
–al levantarse exento– la de un pilar. Dada
perforación transversal del botarel que se
su altura y su esbeltez estos elementos se
sitúa entre el primer y segundo tramo de la
construyen normalmente escalonados y
nave en su lado oriental. El resultado da un
para dotarlos de mayor estabilidad se
elemento muy alterado, suponemos que
levantan unos metros por encima del sal-
por la construcción de las capillas laterales.
mer del arbotante con un remate que
Al inicio de la perforación aparece un tras-
adquiere la forma de una pirámide apunta-
dosado de ladrillo de 28 cm y un hueco 45
da y que conocemos como pináculo.
cm en la cara interior del almacén que se
sitúa bajo el coro. A continuación, aparece
• Descripción. Como sabemos todo el sis-
un mampuesto de 20 cm de caliza margo-
tema de arbotantes y botareles de la
sa, y una pieza de lumaquela de 39 cm,
Catedral planteados en la primera construc-
después un relleno con mampuestos de
ción gótica quedaron desmochados y su
caliza negra y ladrillo y finalmente la cara
construcción incompleta al decidirse rema-
interior de la capilla de San José con un
tar la estructura del edificio con bóvedas de
sillar de 20 cm de lumaquela de Ajarte.
madera lo que hacía inútil la prolongación
del botarel y la construcción de los arbotan-
• Cronología. La cronología de estos ele-
tes. Sólo se encuentran arbotantes y bota-
mentos se divide de acuerdo al corte que
reles apeando los cuatro arcos fajones de
sufrió su construcción. Hasta la altura de las
separación de las bóvedas altas de la nave
naves laterales y la girola los botareles de
central. No los hay ni en el crucero ni en la
la cabecera se construyen en el siglo XIII
girola. Estos botareles que descargan los
con el gótico designado como A y los bota-
arbotantes vuelven a ser, como todo en este
reles de la nave en el siglo XIV con el góti-
edificio, completamente distintos unos de
co designado como B. El remate de estos
otros. Los de la fachada sur son de sillería
elementos y la construcción de los arbotan-
–aparentemente, porque podría tratarse
tes en la nave se produce en fechas poste-
sólo de un forro que trate de ennoblecer un
riores y de un modo aleatorio, correspon-
alma de mampostería, que se manifiesta en
diendo la construcción de cada uno de ellos
las partes superiores de los estribos–. Los
a fechas distintas.
de la fachada norte son todos de mampostería, sin sillares siquiera en las esquinas.
Arbotantes
En planta, las dimensiones de todos ellos
Se define como arbotante a un arco ram-
vuelven a ser distintas: cada uno con las
pante que, en su extremo inferior, descar-
suyas propias, sin poder siquiera agrupar-
ga sobre un estribo exterior o machón lla-
los por fachadas. Tanto los arbotantes como
mado botarel y por el superior contrarresta
los botareles se rematan con una albardilla
el empuje de un arco o una bóveda.
plana de impermeabilización de su cara
El arbotante no es mas que un puntal a
superior. El ángulo que estas albardillas for-
compresión colocado entre la bóveda y los
man con la horizontal es nuevamente dis-
estribos exteriores20 y su construcción no
tinto para cada refuerzo, correspondiendo a
es más que la de un arco. Como sabemos
distintas alturas de aplicación del arco en el
se remata con un muro que impide que las
contrafuerte y a distinta altura del estribo.
dovelas puedan levantarse ante el empuje
de la bóveda ayudándole a contrarestar
330
• Composición. La única inspección que
este empuje. El remate de este muro se uti-
tenemos de un botarel corresponde a una
liza para construir un canal que conduce el
Imagen 210. Sucesión de arbotantes de la fachada norte de
la nave vistos desde el oeste. A la derecha de la imagen se
puede observar el escalón que produce en la fachada la
línea del triforio
agua desde las cubiertas de las naves late-
trasdosando a otra de sillares. En general
rales hasta una gárgola en el botarel.
la traza llega a ser casi de un cuarto de cír-
Sobre cómo debe producirse el apoyo del
culo en casi todos los arcos, de modo que
botarel sobre el contrafuerte de la nave ya
acometen casi horizontalmente contra los
hemos dedicado en la introducción de este
contrafuertes, sistema poco canónico si
apartado una explicación detallada. El
tomamos como referencia el de los arbo-
apoyo de este arco en el botarel se produ-
tantes del gótico clásico francés.
ce habitualmente tangente a la vertical de
la cara interior de este elemento apoyando
• Cronología. La construcción de los
en la hoja exterior del mismo.
arbotantes en la nave se produce en
fechas recientes y de un modo aleatorio,
• Descripción. Esa misma heterogenei-
correspondiendo la construcción de cada
dad se encuentra en los arbotantes de
uno de ellos, casi a una fecha diferente.
apeo de los contrafuertes. Aunque en
general están construidos de sillería, en un
k. Bóvedas y arcos
caso –el primer arbotante del lado norte
En el cuerpo de la iglesia de Santa María
contando desde los pies de la iglesia– el
hay que distinguir dos tipos fundamentales
arco tiene doble rosca, con una de ladrillo
de bóvedas de crucería, con algunas
331
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 211. Izquierda, bóveda del segundo tramo de la nave
lateral sur
Imagen 212. Bóvedas trapeciales del deambulatorio que se
abren a las bovedas sexpartitas de las capillas absidiales
variantes, más otras dos bóvedas singula-
• Composición. Son bóvedas de crucería
res. El primer tipo corresponde a las naves
sencillas, formadas por cuatro plementos
laterales, con las variantes que se produ-
muy apuntados, separados por arcos ojivos.
cen en el deambulatorio y las capillas del
transepto; el segundo, a las bóvedas altas,
• Construcción. Aunque desarrollaremos
en la nave central y en el transepto. La
de forma específica la construcción y el tra-
bóveda del presbiterio y las de las capillas
zado de cada uno de sus elementos, están
absidales son singulares por su composi-
construidas todas estas bóvedas con la
ción hexapartita correspondiente a sus
piedra caliza mayoritaria del monumento
plantas poligonales.
que es la lumaquela de Ajarte.
Bóvedas de crucería de las naves
laterales, girola y capillas del transepto
los absidiolos –a las que nos referiremos
• Cronología. Las bóvedas sexpartitas de
después– y las bóvedas trapeciales que
332
• Planta. Las bóvedas de las naves latera-
conforman el deambulatorio y que dan
les y las capillas extremas del transepto son
paso a estas capillas se construyen con el
rectangulares pero, de proporciones muy
primer periodo gótico del edificio fechado,
cercanas al cuadrado. Las bóvedas del
como sabemos, en época de Alfonso X
deambulatorio que dan entrada a las capi-
(1252-1284). La construcción de las bóve-
llas son trapecios regulares y las que enla-
das de las naves laterales, como las de las
zan con las capillas del transepto y las de
capillas rectangulares de los extremos del
éstas mismas, trapezoidales.
transepto y las trapezoidales que se abren
al deambulatorio se construyeron en la si-
• Construcción. Al contrario que en las
sí, absorbiéndose la diferencia de longitu-
guiente fase del gótico, correspondiendo al
bóvedas superiores, aquí todos los perfiles
des entre las dos directrices en las prime-
siglo XIV (1330-1400).
y maneras de trazar el arco son iguales,
ras dovelas, cerca del arranque, y en las
excepto el arco que separa la bóveda
últimas, en la arista superior. Ésta, por cier-
sobre el coro –a los pies– de la del siguien-
to, es muy acusada, ya que el plemento es
te tramo de la nave lateral. Arrancan de un
una bóveda muy apuntada. Por otro lado,
• Traza. Son arcos muy apuntados, lo que
salmer alto, común con las ojivas y los
las dovelas están aparejadas por hiladas
dará a los plementos una gran pendiente y
arcos formeros, formado por tres o cuatro
“horizontales” y forman, en la ojiva, un
al conjunto una gran rigidez reduciendo,
dovelas de junta horizontal que trazan el
ángulo claramente convexo hacia el interior
además, los empujes laterales sobre los pi-
arco en voladizos sucesivos. En la clave,
de la iglesia. Según la clasificación de
lares. En planta, los arcos de las naves
las dos roscas presentan un mecanismo de
Viollet, este sistema de aparejo de los ple-
laterales son rectos y siguen la diagonal del
atado consistente en lo siguiente: la rosca
mentos sería el de tradición francesa. Se
tramo abovedado; en cambio, en los tra-
inferior tiene doble clave con junta vertical
puede apreciar que el espesor de estos ple-
mos trapeciales del deambulatorio, se sitúa
en el vértice. La rosca superior tiene, en
mentos es muy grande –quizá de unos 40
una clave en lo que aproximadamente
cambio, una clave formada por una sola
cm– para la pequeña luz que han de salvar.
sería el baricentro del trapecio y desde ella
dovela en “V” invertida cuyos lados abra-
se trazan cuatro semiojivas dirigidas a las
zan a las dovelas del arco inferior. Este sis-
• Rellenos. En su trasdós, las bóvedas de
esquinas del tramo abovedado. De este
tema dificulta la formación de la rótula de
la girola estaban completamente cubiertas
modo, las ojivas no son, en absoluto, las
articulación en la clave, al coaccionar el
de escombros que se retiraron –con meto-
diagonales del trapecio, sino que reparten
giro de las dovelas inferiores en torno a la
dología arqueológica– durante las obras de
las áreas abovedadas en secciones aproxi-
charnela que habría de ser su vértice supe-
emergencia hasta descubrir los rellenos
madamente equivalentes en superficie y,
rior. De este modo se consigue una mayor
constructivos. Por su parte, las bóvedas de
por tanto, en pesos, aunque ello exija una
rigidez de la estructura.
las naves laterales sólo tienen rellenos en
Arcos ojivos
sus senos hasta unos dos tercios de su
cantería más complicada para la ejecución
de la clave y, probablemente, unas cimbras
Plementos
desarrollo. Estos rellenos tienen por función
estabilizar las bóvedas aumentando la com-
o medios auxiliares más complicados de
• Traza. La superficie inferior es una regla-
ponente vertical del empuje sin casi aumen-
da formada por “rectas” que unen los pun-
tar la horizontal, pues la fuerte pendiente de
• Construcción. Están ejecutados con
tos de los arcos perpiaños y formeros
los plementos hace que esos 2/3 del desa-
una sola rosca de dovelas muy largas –de
desde el arranque hasta la clave.
rrollo casi queden sobre la vertical del sal-
proporción aproximada 1/3 entre la anchu-
• Construcción. Como quiera que la longi-
mer. Al hacer que el empuje sea más verti-
ra y la longitud– y son muy esbeltos.
tud del arco ojivo es mayor que la de los
cal, los muros son más estables pues tienen
Apoyan, como los de las bóvedas altas, en
otros, la ejecución del plemento exige la
que resistir un momento más pequeño. El
salmeres altos comunes con los de los
sucesiva inclinación de las juntas entre las
aumento del peso “precomprime” el muro o
arcos perpiaños y formeros, de los que se
hiladas de sillares. De esta manera, los ple-
el pilar del mismo modo que hacen los piná-
despegan a partir de aproximadamente 1/3
mentos, desde el análisis geométrico
culos sobre los estribos, en un mecanismo
de su desarrollo, estando el arranque
estricto, pasan a tener una superficie infe-
de sobra conocido. Los rellenos están apa-
común formado por tres o cuatro hiladas
rior ligeramente alabeada. En la realidad,
rejados con una fábrica de mampostería sin
de sillería.
como la superficie de cada piedra es plana
labrar y en hiladas de pequeña altura; no
se forman cejas entre las juntas de las
encontrándose, como podría esperarse de
dovelas aunque estas, en la realidad, no se
una construcción poco cuidadosa, un lastre
aprecian visualmente debido al pequeño
de calicanto suelto vertido simplemente en
• Traza. Apuntado, de arcos circulares con
tamaño de la cara visible de las dovelas.
la cavidad. Esta ejecución constructiva ha-
dos roscas de dovelas de sección muy
Por otro lado, las juntas entre las hiladas de
ce que las cargas que provee el lastre se
robusta, ancha y de poco canto.
las dovelas son, en general, paralelas entre
transmitan realmente en vertical, pues si el
disponer.
Arcos perpiaños
333
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
relleno fuera inconsistente tendería a empu-
acomete las reparaciones de las bóvedas
jar lateralmente. Este uso de los lastres en
en los tramos 1, 2 y 4 de la nave principal
la arquitectura de la Catedral tiene sus
(contando desde los pies) y los tramos 1 y
ejemplos más interesantes en la bóveda del
2 del transepto norte y en el primer tramo
presbiterio y en las de la capilla de Santiago
del transepto sur. Estas transformaciones
que son un prodigio de conocimiento de la
son las que han provocado las diferencias
mecánica de pesos muertos y empujes.
tan notables que pueden apreciarse fundamentalmente entre los perfiles de los ner-
Bóvedas de crucería de la nave central
y el transepto
vios de estas bóvedas. De los textos aportados en el estudio documental puede, sin
lugar a dudas, deducirse que existió algún
Imagen 213. Vista diagonal de la bóveda del crucero desde
la cabecera. Detalle del apoyo de los nervios de la bóveda
sobre los pilares del crucero
• Traza. En general la planta es rectangu-
tipo de colapso que obligó a la reconstruc-
lar, aunque en los primeros y segundos tra-
ción parcial de estas bóvedas, o por lo
mos al norte y sur del transepto (contando
menos, a una reparación importante de sus
desde el crucero) es trapezoidal. La traza
nervios.
de las bóvedas es, en todos los casos, de
crucería sencilla sobre arcos fajones con
Arcos ojivos
luces que oscilan alrededor de 8 m en la
nave central y de 8,5 m en el crucero. Las
• Traza. En la mayoría de los casos casi
longitudes de los tramos varían a su vez
es semicircular, aunque está muy deforma-
entre los 5,6 m y los 6 m, correspondiendo
do, tal y como se puede comprobar en la
cada bóveda a un tramo de la nave o el
fotogrametría. En las tres bóvedas inme-
transepto. Sólo la bóveda que sobremonta
diatas al crucero en los brazos del transep-
al coro, a los pies de la nave principal, es
to y en la nave principal, su trazado es cla-
una bóveda estrellada.
ramente apuntado. Probablemente, esta
diferencia se debe a que estas bóvedas
• Composición. Están formadas por cua-
han de hacer de transición entre la del cru-
tro plementos que se apoyan sobre: arcos
cero, más alta, y el resto de las bóvedas de
ojivos –diagonales–, arcos perpiaños –per-
la nave y el transepto, más bajas.
pendiculares al eje de la nave– y formeros
• Construcción. En general, con dovelas
–sobre los muros laterales de la nave–.
de pequeño tamaño de lumaquela de ajarte que amplían su longitud en los arran-
334
• Cronología. De acuerdo, al estudio
ques. Son arcos de pequeña sección trans-
arqueológico la construcción de todas
versal, muy variados en el dibujo de sus
estas bóvedas se inicia a finales del siglo
perfiles, lo que hace suponer que existen,
XV cuando Sta. María se convierte en
momentos constructivos diferentes. Como
Iglesia Colegial y se prolonga durante todo
ya hemos comentado, al hablar de las pilas-
el siglo XVI en el que básicamente se
tras, los arranques de todos estos arcos
remata la construcción del templo. Como
apoyan en sillares que recogen tanto los
sabemos, el origen de todos los problemas
arcos perpiaños como los ojivos y quedan
de Santa María nacen de este momento
encastrados en los muros. Estas piezas tie-
constructivo en el que se sustituyen las
nen sus juntas horizontales, a pesar de ser
bóvedas de madera con la que se cerraba
curvos en su cara hacia los arcos, de modo
el edificio y se construyen la mayoría de las
que son en realidad ménsulas con vuelo
capillas laterales. Durante el siglo XVII se
sucesivamente mayor –sillares en tas de
charge, el término de Viollet le Duc y que
al interior como en el trasdós, no es fácil
podemos traducir por salmer alto–. En la
apreciar la técnica constructiva de los ple-
clave se encuentra un medallón figurado
mentos. Sin embargo, en algunas partes se
que recoge los cuatro nervios diagonales.
transparenta la fábrica y se aprecian muy
distintas técnicas, con pequeñas dovelas
Arcos perpiaños
cortas en desarrollo angular y largas en la
otra dirección. Las dimensiones y proporcio-
• Traza. Apuntados, de dos segmentos cir-
nes de estas dovelas, así como el número de
culares con centros y desarrollo angular.
ellas para cada plemento, son muy variables,
Aparentemente, al menos en el crucero, los
y están construidas con una piedra ligera,
tramos cercanos al vértice han perdido –o
porosa y poco resistente de travertino.
nunca tuvieron– la curvatura. En algún
caso, la sensación visual es incluso de conImagen 214. Bóvedas del segundo tramo de la nave y el coro
tracurvatura, si bien realmente no se pro-
Bóvedas hexapartitas del presbiterio y
las capillas absidales
duce nunca. El estudio de la deformación
de estos arcos a partir del estudio fotogra-
• Planta.
métrico se realiza en un apartado específico de los estudios estructurales.
• Presbiterio. El espacio que cubre esta
bóveda está formado por medio decágono
• Construcción. Una sola rosca de dovelas
regular cuya partición en la diagonal, forma
de poco desarrollo angular y de gran sec-
el arco de triunfo en comunicación con el
ción constructiva de lumaquela de Ajarte,
crucero. La clave se sitúa en la intersección
también de perfiles muy variados, con cla-
de las dos diagonales trazadas desde los
ves formadas por dos dovelas, con junta en
vértices del arco de triunfo y los vértices
el vértice del arco. Funciona como arco sólo
siguientes a sus opuestos respectivos. De
a partir de una cuarta parte del desarrollo
esta clave parten seis semiojivas, de distin-
de cada lado. De ahí hasta el arranque es
tas longitudes y curvaturas.
una ménsula encastrada en el muro, ya
descrita y común con los ojivos.
• Capillas absidiales. El mismo trazado se
hace en las capillas absidales, si bien parte
Plementos
de una geometría en planta algo distinta,
pues aunque también tienen cinco lados
• Traza. Forman superficies no definibles
murados más el abierto hacia el deambula-
matemáticamente, por lo que su traza real
torio, aquéllos no pertenecen a un decágo-
sólo la podremos conocer a partir de la res-
no sino a un octógono, del que faltan tres
titución fotogramétrica, que las muestra co-
lados. De este modo, las longitudes y curva-
mo superficies malladas. En todo caso, tie-
turas de las semiojivas que se obtienen son
nen la clave más alta en el centro de la
aproximadamente iguales, pues la clave se
crucería, descendiendo levemente hacia
sitúa en el centro geométrico del octógono.
los arcos perpiaños y formeros. Tanto la
sección paralela al eje longitudinal de la
• Composición. Entre cada dos de esas
nave como la transversal, paralela a los per-
semiojivas se voltean sendas bóvedas
piaños, son líneas de curvatura muy reba-
apuntadas, de planta triangular, apoyadas
jada pero nunca rectas.
en los arcos formeros sobre los muros peri-
• Construcción. Al estar enfoscadas tanto
metrales y en el arco perpiaño de triunfo.
335
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
Imagen 215. Bóveda hexapartita de la cabecera
• Cronología. Las bóvedas de las capillas
arcos son muy apuntados, para dar un
absidiales corresponden, como ya hemos
empuje muy reducido en la clave, que, por
visto, al primer gótico, designado como
su asimetría, resulta inestable precisamen-
Alfonso X (1252-1284). La bóveda del
te por la diferente magnitud de esos empu-
presbiterio es muy posterior y esta fechada
jes en cada dirección.
a principios del siglo XV cuando se construyen todas las bóvedas superiores de
• Construcción. Como todas las ojivas ya
piedra.
estudiadas, éstas también arrancan de salmeres altos encastrados en el muro y
Arcos ojivos
comunes con los de los arcos formeros o
fajones en su caso. Son también tres o cua-
336
• Traza. Corresponde a un segmento de
tro hiladas de sillares las que forman los
círculo, cuyo centro, radio y ángulo de de-
salmeres. Sus dovelas son estrechas y lar-
sarrollo varía para cada ojiva en el presbi-
gas, dando unos nervios de gran esbeltez,
terio mientras serían los mismos o muy
similares a los de las ojivas de las naves
parecidos para las de las capillas. Estos
laterales.
Arcos perpiaños
• Construcción. Construidos con pequeños
construirían las ojivas y las que van a dar al
sillares trapezoidales en planta y con super-
arco fajón se rigidizarían en su parte inferior
• Traza. El único perpiaño, el de entrada a
ficies inferiores claramente alabeadas. Los
con las dovelas del arranque del plemento,
cada capilla o al presbiterio, es un arco apun-
sillares se aparejan con juntas con curvatura
cuya dirección es muy inclinada respecto a
tado formado por dos segmentos de círculo.
hacia el intradós, de modo que al contrario
la horizontal, como “apuntalando” los senos
de lo que sucedía con las bóvedas de las
de la ojiva hasta la mitad de su altura; esta
• Construcción. Tanto la bóveda del presbi-
naves laterales, estos cascos sí forman
construcción sería simultánea a la de los
terio como los de las capillas absidiales
bóveda en la dirección de su generatriz. Así
espolones verticales que apoyan en las
están formados por dos roscas de dovelas:
que la doble curvatura que el alabeo de las
otras ojivas, y quizá se ejecutara por hiladas
las de la primera de proporción aproximada-
juntas producía en aquellas bóvedas, es más
horizontales; el segundo recurso sigue a la
mente 1/1 entre el largo y el ancho, para el
complicado geométricamente en éstas al ser
ejecución de los casquetes y la entrada en
arco inferior, y aún más cortas, de proporción
líneas curvas las que definen la “reglada”
carga de las ojivas, y consistiría en la cons-
2/1 para el arco superior; las de éstas son
apoyando en las directrices que son las oji-
trucción de un lastre sobre el casquete que
aproximadamente cuadradas en las dos ros-
vas y los arcos formeros.
apoya en el fajón y sobre este mismo. Este
cas. Todos ellos arrancan sobre salmeres
lastre está construido, como hemos explica-
altos formados por tres o cuatro sillares.
• Rellenos.
Plementos
• Capillas absidiales. En las bóvedas de las
de piedra en juntas horizontales. La altura
capillas absidiales no se pueden observar los
de este recrecido de fábrica corresponde a
• Traza. Hay que distinguir dos tipos de ple-
rellenos de sus senos por encontrarse el
la dirección de salida del cascarón del
mentos en cada una de estas bóvedas: el
tablero de la cubierta muy próximo al trasdós
empuje correspondiente al último de los cas-
plemento que apoya en el arco fajón de
de la bóveda y no existe prácticamente espa-
quetes radiales, lo que viene a ser práctica-
entrada a la capilla sigue la traza de éste,
cio para pasar. Además, por este problema
mente la altura de la clave del arco fajón.
resultando muy parecido a cualquier otro
no se pudieron quitar los escombros sobre
Con ayuda de este lastre, no sólo se equili-
plemento de las otras bóvedas; los otros
los senos durante la obra de emergencia.
bra la bóveda del presbiterio, sino que ade-
do antes, para las bóvedas de las naves
laterales, como un muro aparejado de lajas
plementos son muy apuntados, apoyan en
más se consigue igualar y centrar los empu-
los ojivos y los formeros solamente y, lo que
• Presbiterio. En la bóveda del presbiterio
jes laterales debidos a las bóvedas del
es más importante, toman curvatura de
sí se ve de qué manera se han hecho estos
transepto y que actúan sobre los pilares de
bóveda a partir de aproximadamente 2/3
rellenos y se comprueba hasta qué punto
esquina del crucero, reduciendo el momen-
–en el presbiterio– o 1/2 –en las capillas– de
los constructores góticos controlaban los
to actuante sobre éstos.
su desarrollo. Hasta este punto son real-
empujes. En efecto, como la superficie y, por
mente hojas de sillería que proyectan la sec-
tanto, el peso de los casquetes de los ple-
ción de la ojiva hasta el muro, como unos
mentos radiales es mayor que la del ple-
espolones que salieran de él formando unas
mento del arco de triunfo, las ojivas radiales
enormes ménsulas. Estos tramos se corres-
empujarían la clave hacia el arco de triunfo,
ponden con un desarrollo completamente
provocando un empuje lateral sobre la bóve-
vertical del arco formero, que no acompaña,
da del crucero. Este empuje lateral impediría
por tanto, a la ojiva en su curvatura. Más
seguir el orden de la construcción (hay que
arriba de estos tramos verticales, los ple-
hacer notar que una vez construida esta cru-
mentos son apuntados, terminando en aris-
cería, sería perfectamente capaz de equili-
tas muy acusadas en sus vértices. En esta
brar este empuje que es, en todo caso, muy
parte, estos plementos sí que presentan
pequeño por ser muy apuntadas las ojivas
curvatura en la dirección de sus juntas, for-
radiales del presbiterio). Para equilibrar ese
mando un pequeño peralte en el trasdós de
empuje durante el proceso de construcción,
las dovelas de la arista superior.
se utilizarían dos sistemas: primero, se
337
II
4
Estudios arquitectónicos
4.1 Estudios constructivos
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica
NOTAS
1. E. Viollet Le Duc. La construcción medieval. Instituto Juan de
Herrera. 1996, p. 153.
2. J. Heyman: El esqueleto de piedra. Mecánica de la
arquitectura de fábrica. Instituto Juan de Herrera, 1999, Madrid.
3. M. Lorente Junquera; 9 de Diciembre de 1964, Memoria del
informe titulado La Catedral de Vitoria y su restauración de 1960
a 1964 presentado en la Dirección General de Bellas Artes.
“...Uno de los trabajos que más ha influido para devolver a la
Catedral su carácter de monumento medieval ha sido la
limpieza general de los paramentos, descubriendo la piedra que
estaba recubierta con más de 1 cm de espesor de enlucidos y
pintura. Esta limpieza, que por la fuerte adherencia de los
revestimientos, ha sido un trabajo duro y costosísimo, ha
devuelto al monumento la belleza que es resultado de la
presencia o evidencia estructural. De modo semejante, en el
exterior se han restaurado los paramentos de mampostería al
descubierto consolidando y repasando las juntas, en las zonas
basamentales y en las de coronación de muros...”
“...están incluidos los trabajos de pintura al óleo en ventanas y
paramentos y al temple en bóvedas y techos”.
“...Al mismo tiempo se ha de ir realizando un recebado de todas
las grietas, que en la Catedral de Vitoria abundan por todos los
paramentos tanto de los muros como en las bóvedas.
Igualmente se incluye la restauración de seis bóvedas cuyas
deformaciones en los arcos formeros y fajones son también
alarmantes. Son bóvedas del crucero del lado de la Epístola y
de la nave baja del Evangelio”.
4. Este punto es un resumen extraído de los estudios litológico
y de laboratorio de las rocas y de los morteros incluidos en los
puntos anteriores.
5. E. Viollet Le Duc: Dictionnaire raisonné de L’ achitecture
francaise du XI au XVI siécle. 1997. Poitiers.
6. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 84.
Con respecto a la imagen que presentamos comenta: “sea por
ejemplo un pilar A que tiene que soportar un pilar superior B por
encima de una bóveda C. Si los arcos de esta bóveda son
independientes y trasdosados desde el arranque, y las juntas de
las primeras dovelas son normales a las curvas, está claro que
el pilar B no descansará sobre la base EF, como debiera ser,
sino sobre el débil relleno G, y que, por tanto, su estabilidad no
estará asegurada; y también que la presión sobre los riñones de
las primeras dovelas causará inevitablemente desarreglos,
roturas y aplastamientos”.
7. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 54.
“Los constructores ya no tenían la receta de los morteros
romanos, principal agente de sus grandes construcciones; los
machones que hubiesen querido levantar no habrían tenido la
cohesión necesaria. Había pues que encontrar el procedimiento
para suplir aquellas resistencias inertes de los apoyos romanos
por una fuerza también importante pero derivada de otro
principio. Este procedimiento fue cargar los apoyos destinados a
mantener los empujes hasta que alcanzaran el peso suficiente
para resistir la acción de tales empujes. No hay que ser
constructor para saber que un pilar prismático o cilíndrico,
compuesto por hiladas superpuestas y que tenga de altura doce
veces su diámetro, no podrá mantenerse en pie si no está
cargado en la parte superior. Conocida esta ley de la estática,
los arquitectos góticos creyeron haber encontrado la manera de
levantar edificios sobre apoyos menudos; lo harían cargándolos
con un peso capaz de conferirles la rigidez necesaria para
resistir empujes oblicuos y contrarios”.
8. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 49.
“...Al comenzar este artículo hemos visto cómo los constructores
románicos primitivos erigieron fábricas compuestas de un relleno
de escombro entre paramentos de sillería o sillarejo. Los
constructores del siglo XII aportaron algunas modificaciones a
aquellos primeros métodos. Teniendo que construir edificios más
vastos en cuanto a su extensión y también más altos que los del
periodo románico, y cómo buscaban disminuir la sección de los
puntos de apoyo inferiores y de los muros, necesitaron por una
parte, encontrar un modo de construir que fuera más
homogéneo y resistente, y por otra, evitar el gasto en mano de
obra que subir piezas de gran volumen hubiera ocasionado en
los monumentos de gran altura. Desde ese momento
renunciaron al empleo de aparejos de piezas de gran tamaño
(salvo en casos particulares o algunos edificios excepcionales),
338
y prefirieron el aparejo con piezas pequeñas, y antes de
mampuestos que de sillería. Hasta donde es posible la mayor
parte de las piedras empleadas en paramentos, dovelas de
arquerías, arcos perpiaños y ojivos, son de pequeño tamaño,
para poder ser cargadas por un hombre y asentadas por un
solo cantero, como las pequeñas piezas de nuestra
mampostería ordinaria. Aceptado el método ejecutaban muy
bien estos aparejos y los componían muy juiciosamente; es un
término medio entre la construcción romana de grandes sillares
y la de relleno revestido de ladrillo o mampostería. Al adoptar el
aparejo de pequeñas piezas en los grande edificios, los
constructores de siglo XII tenían suficiente buen juicio y no
colocaban con juntas vivas estas hiladas bajas y poco
profundas como en algunas construcciones románicas; al
contrario, separaban las hiladas con gruesas juntas de mortero
(de uno a dos centímetros) con el fin de que los lechos
establecieran un enlace entre el macizo interior y los
paramentos.”
9. M. Lorente Junquera. Op. Cit. 1964.
“En la partida 4 se incluye la obra de mampostería a realizar en
la zona alta de la capilla de Santiago y en su torreón”.
10. M. Lorente Junquera. Op. Cit. 1964.
“Se abrirán huecos en la zona alta de la nave central y la del
crucero. La Catedral resultaba verdaderamente lóbrega, en
absoluta contradicción con su estilo gótico purista, pero la
exploración de las zonas altas de sus muros, nos ha permitido
encontrar dos tracerías de ventanas embutidas: una de ojo de
buey correspondiente a la nave y otra en arco apuntado,
correspondiente al crucero. Estas ventanas reconstruidas son
las que han de iluminar la Catedral y darla su verdadero
carácter, al repetirse en cada tramo de las naves”.
11. M. Lorente Junquera. Op. Cit. 1964.
“Esta capilla, como las otras dos de la girola, ha ganado
notablemente con la limpieza de los paramentos y con la
colocación de las nuevas vidrieras, debidas al notable artista
segoviano Carlos Muñoz de Pablos. Los temas representados
son: en los rosetones, escudos de los Obispos fundadores de la
Diócesis de Vitoria y del actual, Excmo. Sr. D. Francisco Peralta;
en los ventanales, símbolos de los Apóstoles y Evangelistas y
de la Letanía de la Virgen en el de la izquierda, la venida del
Espíritu Santo en el del centro y símbolos de la Virgen y de los
Santos en el de la derecha”.
12. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 124.
“Al final del siglo XII todo edificio se compone de un esqueleto
estabilizado por la combinación de fuerzas oblicuas o cargas
verticales que se oponen a los empujes, y un cerramiento, una
funda que reviste el esqueleto. Todo edificio tiene su osamenta;
no es más que un armazón de piedra independiente del
revestimiento que lo cubre. Es rígida o flexible, según las
necesidades y el lugar; cede o resiste; y parece que tiene vida,
pues contiene fuerzas opuestas, y su inmovilidad se debe al
equilibrio de unas fuerzas que no son en absoluto pasivas, sino
activas”.
13. J. Heyman. Op. Cit. 1999. p. 107.
14. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 54.
“Los constructores del siglo XII, al levantar sus edificios sobre
unas plantas en las que el macizo ocupa poca superficie, y con
materiales ligeros, al oponer resistencias activas en lugar de
obstáculos pasivos, no tardaron en advertir que siempre había
que encontrar finalmente en algún sitio esta estabilidad inerte.
Si levantaban arbotantes contra las paredes de las bóvedas en
los puntos donde actuaba su empuje, tales arbotantes, para
cumplir efectivamente su papel, debían encontrar un apoyo
inmóvil: este apoyo era los contrafuertes exteriores, los
botareles a modo de machones fuera de los edificios, sobre los
que venían a anularse todos los empujes.”
15. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 87.
“...si combinamos los arranques de los arcos de manera que se
compenetren completamente, para constituir un único salmer en
lugar de tres, habremos dado ya un gran paso, pues la
resultante de las diversas fuerzas se constituirá sobre un único
trozo de piedra que sólo habrá que mantener inmóvil. Pero si,
no satisfechos aún con este primer resultado, habiendo
agrupado los arranques de los arcos en un haz tan ceñido como
sea posible, consideramos los salmeres como sillares que
avanzan en vuelos sucesivos y colocamos varios de estos
sillares o salmeres unos sobre otros, tallando sus lechos
horizontales hasta que los desarrollos de las curvas de cada
uno de los arcos nos permitan separar las dovelas de esa masa
en tas de charge, entonces podemos estar seguros de tener en
la base de nuestras bóvedas una resultante de los empujes que
actúa siguiendo una línea de la que podemos conocer con
exactitud el punto de partida, la magnitud y la dirección; además
estaremos seguros de que la cabeza del arbotante apoyará, no
sobre una fábrica sin cohesión ni firmeza, sino sobre una
construcción rígida que presenta una superficie homogénea,
como lo sería la pieza de madera donde apoya el extremo de
una tornapunta.”
16. J. Heyman. Op. Cit. 1999. p. 121.
17. J. Heyman. Op. Cit. 1999. p. 122.
18. E. Viollet Le Duc. Op. Cit. 1996. p. 140.
“Ahora bien, todo ello debe apoyar en un único capitel sobre
una columna monocilíndrica. Evidentemente, habrá un apoyo
falso, y si el contrafuerte X apoyara sobre los riñones del
perpiaño de la colateral, empujaría a la columna hacia dentro,
provocaría su desplome, y, perdida la verticalidad, quedaría roto
el equilibrio de toda la construcción.”
19. J. Heyman. Op. Cit. 1999. p. 104.
“No se puede aceptar el desprecio de Abraham: “...ni los
arbotantes ni los pináculos eran necesarios. Muchas catedrales
francesas carecían de ellos, y los poseyeron sólo después de
ser restaurados por Viollet Le Duc”. Sin embargo, hay motivos
para dudar de la eficacia de los pináculos. Parece a simple
vista, y así lo confirman los cálculos, que un pináculo no puede
tener sino un pequeño efecto en la estabilidad global de un
botarel. Abraham está en lo cierto cuando dice que un pináculo
bién proyectado es aquel que pesa la centésima parte del peso
total del botarel. La función principal de un pináculo no tiene que
ver, ciertamente, con la estabilidad global, sino con la de la
cabeza del estribo.”
20. J. Heyman. Op. Cit. 1999. p. 106.
1
El Plan Director de Restauración Integral de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz constituye
un análisis exhaustivo del proceso constructivo del Monumento, un diagnóstico completo de su
problemática y patologías y una propuesta de intervención para su restauración y puesta en valor.
La publicación consta de 2 volúmenes -un total de 800 páginas- y un anexo de cartografía
arquitectónica con plantas, alzados, secciones y perspectivas axonométricas.
El contenido del trabajo incluye los antecedentes y objetivos del Plan Director, describe
detalladamente la metodología empleada, documenta el estado previo del Monumento, recoge los
estudios y ensayos realizados, ofrece un diagnóstico completo del edificio -en sus aspectos histórico
y arquitectónico- y establece las actuaciones correspondientes al desarrollo del Plan.
Una addenda sobre los orígenes de Vitoria-Gasteiz y sobre las primeras obras de emergencia
realizadas en la Catedral completa el estudio. La excelente maquetación, la incorporación de un
material gráfico amplísimo y la cuidada impresión resaltan finalmente este magnífico trabajo de
investigación aplicada.
Para más información:
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La Fundación Catedral Santa María comunica que la información relativa al Plan Director que aparece en su página
web está compuesta por extractos del libro “Catedral de Santa María. Vitoria-Gasteiz. Plan Director de Restauración”
publicado en junio de 2002. Por ello puede haber referencias a capítulos, notas, imágenes o figuras que pertenezcan a
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ÍNDICE COMPLETO DE LA OBRA
VOLUMEN I
Presentaciones institucionales
D. Antonio Aguilar Mediavilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .IX
PRESIDENTE DEL PATRONATO DE LA FUNDACIÓN CATEDRAL SANTA MARÍA Y DIPUTADO DE OBRAS PÚBLICAS Y URBANISMO DE LA DIPUTACIÓN FORAL DE ÁLAVA
D. Jorge Ibarrondo Bajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .XI
VICEPRESIDENTE DEL PATRONATO DE LA FUNDACIÓN CATEDRAL SANTA MARÍA Y CONCEJAL DELEGADO DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y VIVIENDA DEL AYUNTAMIENTO DE VITORIA-GASTEIZ
Mons. D. Miguel Asurmendi Aramendía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .XIII
OBISPO DE VITORIA-GASTEIZ
La nueva Catedral vieja JUAN IGNACIO LASAGABASTER
Introducción
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .XV
AGUSTÍN AZKARATE, LEANDRO CÁMARA, JUAN IGNACIO LASAGABASTER, PABLO LATORRE
1
1.1
1.2
1.2.1
Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
Una Catedral para 600 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2
Primeras actuaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .3
¿Actuar con urgencia? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4
Análisis estructural de la Catedral de Santa María de Vitoria-Gasteiz: conclusiones y propuestas de actuaciones futuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5
Las propuestas del profesor Croci . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .11
1.2.2 Actuar sí, pero... ¿dónde?, ¿cómo? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12
2
2.1
2.2
2.3
2.4
2.5
2.6
Catedral de Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
Emplazamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
Estructura general del complejo de edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .16
La iglesia de Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .18
La capilla de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .20
El pórtico occidental y la torre campanario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23
La sacristía y otras dependencias anejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23
3
El edificio en imágenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24
4
Primera valoración de los problemas del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .44
I Metodología aplicada en el Plan Director AGUSTÍN AZKARATE, LEANDRO CÁMARA, JUAN IGNACIO LASAGABASTER, PABLO LATORRE
1
Metodología de la restauración arquitectónica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50
2
2.1
2.2
2.3
2.4
2.4.1
2.4.2
La condición arquitectónica e histórica del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52
Las condiciones constructivas, funcionales y formales: el orden arquitectónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .53
Las condiciones históricas: arqueología de la arquitectura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54
La condición compleja: el sistema Catedral de Vitoria-Gasteiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
La Catedral de Santa María. Algunas referencias sobre su historia constructiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .57
Orígenes: sobre las repercusiones del subsuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .57
Adiciones posteriores al templo gótico: sobre las modificaciones de la propia estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58
3
Descripción de la metodología a emplear . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
3.1
Análisis del edificio: investigación científica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
3.1.1 El grupo de estudios arquitectónicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
787
3.1.2
3.1.3
3.2
3.2.1
3.2.2
3.2.3
3.2.4
3.2.5
3.2.6
3.2.7
3.3
3.3.1
3.3.2
3.3.3
3.3.4
3.3.5
3.3.6
El grupo de estudios históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61
La sistematización de los estudios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .62
Instrumentos de registro. Sistema de Información Monumental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .63
Representación gráfica tridimensional: descomposición del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64
Base de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .64
Geografía del edificio: cartografías temáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .66
Generación de modelos y planos mediante consultas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67
Obtención de informes del estado del edificio: evaluación por consultas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .67
Gestión de los proyectos utilizando el sistema de información . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68
Actualización de la información y replanificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
Finalidad del Plan: investigaciones y obras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70
Obras de restauración como labores de investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71
La creación de una nueva Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .72
El edificio como fuente de información histórica general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
Planificación de las intervenciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
La comunicación como motor del Plan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74
Recuperación pública y musealización del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75
II Documentación del estado previo del monumento. Estudios y ensayos realizados
788
1
1.1
1.2
1.3
1.4
1.4.1
1.4.2
1.5
Evaluación preliminar del estado de la Catedral y diseño de la fase de estudios. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78
Objetivo de la fase de estudios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78
El estudio y análisis de la arquitectura histórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .79
El desmembramiento analítico de la arquitectura histórica. Definición y clasificación de los temas de estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .80
Clasificación de las técnicas y herramientas disponibles para la investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82
La estructura visible y oculta de los edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .82
Los resultados extensivos y los puntuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83
Evaluación preliminar del estado de la Catedral y proyecto de estudios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84
2
2.1
2.2
2.3
2.3.1
2.3.2
2.3.3
2.3.4
Forma y geometría. El levantamiento topográfico y fotogramétrico. El modelo tridimensional. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . .86
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86
Levantamiento de plantas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86
Modelo tridimensional del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86
Levantamiento bidimensional de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88
Toma de datos para la fotogrametría tridimensional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
Descomposición del edificio en elementos constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92
Plano guía y estructura interna del sistema de dibujos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .93
3
3.1
3.1.1
3.1.2
3.2
3.3
3.3.1
Estudios históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106
Introducción. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106
Consideraciones metodológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106
El contexto de la investigación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .115
Vaciado documental. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
Análisis arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121
Subsuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121
a. Introducción. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121
b. Metodología. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .122
c. Sistema de registro. AGUSTÍN AZKARATE, LEANDRO SÁNCHEZ ZUFIAURRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123
-registro escrito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123
-registro gráfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .124
-registro fotográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .125
-registro fotogramétrico. KARMELE ARTANO, IÑAKI KOROSO, JOSÉ MANUEL VALLE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .126
-control del registro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .132
3.3.2 Alzados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .134
a. Metodología. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .134
-las variables de carácter técnico-constructivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
-las variables de carácter formal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
-agrupación de las variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139
b. Sistema de registro. AGUSTÍN AZKARATE, LEANDRO SÁNCHEZ ZUFIAURRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .146
-registro escrito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .146
-registro gráfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .148
3.3.3 Síntesis de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150
a. Excavaciones arqueológicas. AGUSTÍN AZKARATE, JUAN JOSÉ BIENES, JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ TORRECILLA, JOSÉ LUIS SOLAUN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150
-sector 11 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150
-sector 11-O. Patio junto al cantón de Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157
-sector 12 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .158
-sector 13 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .166
-material cerámico. JOSÉ MANUEL MARTÍNEZ TORRECILLA, ALBERTO PLATA, JOSÉ LUIS SOLAUN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .170
-material numismático. JOSÉ IGNACIO SAN VICENTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .174
b. Lectura estratigráfica: las fases constructivas. AGUSTÍN AZKARATE, IDOIA CARLOTA DOMÍNGUEZ, ARANTZA FERNÁNDEZ DE JÁUREGUI, LEANDRO SÁNCHEZ ZUFIAURRE,
JOSÉ LUIS SOLAUN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .178
c. Diagramas estratigráficos conjuntos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .192
d. Tabla de correspondencias entre unidades estratigráficas, actividades, grupos de actividades, fases y periodos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .194
3.4
Sugerencias sobre la imagen de Santa María de Vitoria-Gasteiz. LUCÍA LAHOZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .200
3.4.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .200
3.4.2 Prolegómenos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .200
3.4.3 Etapa gótica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .202
a. Sobre la imagen construida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .203
b. Sobre la imagen esculpida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .206
-introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .206
-portada de Santa Ana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .208
-pórtico occidental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .212
-portada norte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .222
c. La imagen devocional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .223
d. La imagen añadida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .223
3.4.4 A modo de epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .224
3.5
Catalogación y estado de conservación del Patrimonio Mueble. ZOILO CALLEJA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .226
3.5.1 Introducción y consideraciones generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .226
3.5.2 Documentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
a. Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
b. Inventarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
3.5.3 Principales elementos del Patrimonio Mueble . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
a. Orfebrería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .227
b. Escultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .228
c. Pintura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .230
d. Ornamentos litúrgicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .230
-ornamentos de seda filipina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .230
-ornamentos de D. Ramón Fernández de Piérola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231
-frontales y palios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231
e. Libros y cantorales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231
f. Órgano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .231
4
4.1
Estudios arquitectónicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
Estudios constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
789
4.1.1 Cartografía litológica y procedencia de las rocas empleadas en la construcción. LUIS MIGUEL MARTÍNEZ TORRES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
a. Contenido del trabajo realizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
b. Resumen de los resultados obtenidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
c. Metodología empleada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
-análisis petrológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
-fichas petrológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
-mapa litológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .232
-procedencia geológica y geográfica de las litologías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .233
d. Explicación de las fichas petrológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .233
e. Tipologías distinguidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .235
-lumaquela de Ajarte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .236
-calcarenita de Olárizu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .237
-caliza margosa local . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .237
-arenisca de la Sierra Elguea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .238
-travertino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .238
f. Bloque unitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .239
g. Volumen de roca empleado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .239
h. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .240
4.1.2 Estudio petrológico de los morteros. BLANCA GUARÁS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .242
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .242
b. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .242
c. Recogida de muestras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243
d. Estudio petrográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .243
e. Valoración de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .244
-análisis composicional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .244
-análisis granulométrico y morfológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .245
f. Tipologías de morteros y su distribución en el conjunto arquitectónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .245
g. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .246
4.1.3 Ensayos de rocas existentes en las obras de fábrica. LABORATORIO GENERAL DE LA DIPUTACIÓN FORAL DE ÁLAVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .250
4.1.4 Inspección visual remota de la sección constructiva de las fábricas. PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .260
a. Técnicas para inspección visual de zonas ocultas en la construcción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .260
b. Tipologías y características de los endoscopios industriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .260
c. Descripción de la campaña de inspección remota en muros y pilares realizada en la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .262
-metodología y equipos empleados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .263
-resultados de la primera campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
-resultados de la segunda campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .265
-resultados de la tercera campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .272
4.1.5 Estudio radiológico de la sección constructiva del triforio. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
a. Planteamiento del problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .278
b. La investigación radiológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
c. Resultados obtenidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279
4.1.6 Sistema constructivo y descripción de los elementos de fábrica. LEANDRO CÁMARA , PABLO LATORRE, M. TERESA GONZÁLEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .282
b. Evaluación preliminar. Primera aproximación a una clasificación tipológica de las fábricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .284
c. Los materiales pétreos y las argamasas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .288
d. La estructura de la Catedral de Vitoria y su descomposición constructiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .292
-la descomposición de una estructura arquitectónica en elementos constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .292
-elementos que definen la estructura de la Catedral de Vitoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .294
e. Suelo y Zapatas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .296
-zapatas de los pilares de la nave central I1, I2, H2, H1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .297
-zapatas de los muros laterales de la fachada sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
-zapatas de la cabecera de la iglesia y del extremo norte del crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .298
790
4.1.7
4.1.8
4.1.9
4.1.10
-preexistencias en los arranques de los muros de la estructura proyectada en época de Alfonso VIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299
-zapatas de los pilares C1, C2, C3, C4 que forman la cabecera de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .299
f. Los pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .300
g. Los muros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .303
-muro de mampostería de lajas en sus dos caras, de gran espesor perteneciente al proyecto iniciado por Alfonso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .305
-muro de mampostería del proyecto iniciado por Alfonso VIII tallado y forrado interiormente por una hoja de sillería en
las dos fases del gótico de los siglos XIII y XIV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .308
-muro de sillería de caliza blanca (lumaquela de Ajarte) en sus dos caras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .309
-muro de sillería en la hoja interior y de mampostería en la hoja exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .311
-muro de mampostería en sus dos caras de tipología diversa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .311
-muro de sillería de arenisca de la Sierra de Elguea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .312
-muro de ladrillo y entramado de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .313
-muros enfoscados de cal o cemento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .313
h. Triforio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .313
i. Ventanales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .316
j. Pilastras, contrafuertes, arbotantes y botareles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .320
-pilastras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .325
-contrafuertes y estribos adosados a los muros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .327
-botareles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .329
-arbotantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .330
k. Bóvedas y arcos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .331
-bóvedas de crucería de las naves laterales, girola y capillas del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .332
-bóvedas de crucería de la nave central y el transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .334
-bóvedas hexapartitas del presbiterio y las capillas absidales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .335
Glosario de términos constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .339
Descomposición en elementos constructivos de fábrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .346
Inspección termográfica. PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .350
a. Alcance del trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .350
b. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .350
c. Consideraciones generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .350
-variables de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .350
-interpretación de las imágenes térmicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .351
d. Comentario sobre el trabajo realizado y los resultados obtenidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .351
El sistema de evacuación y recogida del agua de lluvia. Cartografía de las humedades de infiltración. PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .354
a. Sistema de recogida y evacuación del agua de lluvia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .354
-superficies de la cubierta recogidas en cada uno de los sumideros y en cada tramo de la red de bajantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .356
b. Humedades y degradación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .359
-causas más frecuentes de la presencia de las humedades en la edificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .359
-consecuencias de la humedad absorbida por los muros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .360
-localización de las humedades en los alzados del edificio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .361
-origen y consecuencias de las humedades existentes en la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .364
Curvas de humedad. Humedades de capilaridad. DIANA PARDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
b. Mediciones de las curvas de humedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
-estudio realizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
-puntos de medición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
-objetivos del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .366
c. Conclusiones generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .368
La colonización vegetal. Catalogación y evaluación de su impacto. PATXI HERAS, GUSTAVO RENOBALES, MARTA INFANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
b. Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
-muestreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
791
4.1.11
4.1.12
4.1.13
4.1.14
792
-identificación y estudio de los vegetales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .372
-localización de los puntos con colonización vegetal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373
c. Puntos de muestreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373
d. Catálogos comentados de especies . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373
-líquenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .373
-briófitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .375
-plantas vasculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .375
e. Valoración del ataque vegetal y recomendaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .376
-líquenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .376
-briófitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .377
-plantas vasculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .377
f. Consideraciones para la restauración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .379
Estado de conservación, patologías y estudio de los tratamientos de restauración. SERVICIO DE RESTAURACIÓN DE LA DIPUTACIÓN FORAL DE ÁLAVA . . . . . . . . . .380
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
b. Estudios previos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
-recopilación de la documentación existente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
-examen óptico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
-toma de muestras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .380
-análisis de laboratorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .381
-elaboración de una cartografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .382
c. Estado de conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .382
d. Propuesta de intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .386
e. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .388
Descripción y geometría de las estructuras de madera. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .390
a. Descripción de cada una de las tipologías según los diferentes espacios de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .392
-nave principal y crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .392
-crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .394
-naves laterales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .396
-capillas del brazo norte y sur del crucero y de la girola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .397
-pórtico de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .398
-sacristía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .400
-capilla de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .400
Descripción y localización de los daños ocasionados por organismos xilófagos en las estructuras de madera. TECMA, S.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .404
a. Cubierta del paso de ronda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .404
b. Cubierta de la sacristía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .404
c. Cubierta de la capilla de Santiago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .404
d. Cubierta del pórtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .405
e. Cubierta lateral norte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .405
f. Cubierta de la nave lateral sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .405
g. Cubierta de la girola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .405
h. Cubierta de la nave central y del crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .406
i. Cubierta de la torre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .406
Evaluación constructiva y resistente de las estructuras de madera. MIKEL LANDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408
b. Diagnóstico. Objetivos. Procedimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408
c. Análisis estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .408
d. Análisis constructivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .409
e. Análisis de humedades en la madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .409
f. Diagnóstico. Resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .410
g. Calidad estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .410
h. Patología constructiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .410
i. Humedades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .410
VOLUMEN II
4.2
Estudios estructurales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .424
4.2.1 Estudio geotécnico. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .424
a. Variables a determinar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .425
-determinación del lecho rocoso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .425
-determinación de las características de la roca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426
-determinación del posible estrato intermedio entre roca y yacimiento arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426
-aproximación al yacimiento arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426
b. Sondeos a efectuar y toma de muestras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .426
-sondeos mecánicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427
-ensayos de penetración dinámica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427
-topografía de las bocas de perforación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .427
c. Ensayo de las muestras en laboratorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .428
-ensayos en roca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .428
-ensayos en arcillas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .428
-ensayos del suelo arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .429
-aguas freáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .429
d. Informe geotécnico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .429
-el suelo bajo la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .429
-características del terreno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .429
4.2.2 Análisis de las deformaciones y lesiones estructurales. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .434
a. Objetivo del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .434
b. Elaboración del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .435
c. La deformación de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .437
-brazo sur del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .438
-brazo norte del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .439
-nave central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .440
-pilares del crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441
-otros puntos de deformación acusada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441
d. Las lesiones de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441
-brazo sur del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .441
-brazo norte del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .442
-naves de los pies . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .442
e. Análisis de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .443
-brazo sur del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .443
-brazo norte del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .443
-naves de la iglesia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .444
-pilares del crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .445
f. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .445
4.2.3 Movimientos de la estructura. Evaluación del sistema automático de adquisición de datos. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .452
a. Objetivo del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .452
b. Elaboración del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .452
c. El estudio de la Catedral entre los años 1992 y 1998 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .453
-medidores de fisuras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .454
-medidores de convergencia a hilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .455
-termómetros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .455
-puentes extensométricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .455
-medidor de inclinación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .456
-nuevos aparatos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .456
d. Resultados obtenidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .456
793
e. Resultado de los controles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .456
f. Análisis de los resultados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .469
-naves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .469
-transepto norte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .470
-transepto sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .470
-pilastra entre el transepto y la nave sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .470
g. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .471
4.2.4 Evolución histórica de la estructura. LEANDRO CÁMARA, AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .472
a. Objetivo del estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .472
b. Elaboración de este estudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .472
c. Desarrollo histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .473
-fase 1. Preexistencias. Finales del siglo XII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .473
-fase 2. El proyecto inicial, Alfonso VIII de Castilla. Inicio del siglo XIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .474
-fase 3. Gótico A. La iglesia gótica clásica, de Alfonso X el Sabio a Sancho IV, 1252-1295 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .476
-fase 4. Segunda iglesia gótica, 1330-1400 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .482
-fases 5 y 6. Siglos XV y XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .492
-fases 7 y 8. Primeras alarmas y lucha contra la ruina. Siglos XVII y XVIII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .498
-fase 9. Últimas reparaciones históricas. Siglo XIX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .505
-fases 10 y 11. Las restauraciones del siglo XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .510
d. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .521
4.2.5 Evaluación de cargas. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .522
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .522
b. Modelo de comportamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .522
c. Cálculos gráficos: funiculares, antifuniculares, línea de empujes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .523
d. Acciones consideradas y tensiones admisibles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .525
e. Elaboración de las secciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .526
f. Secciones consideradas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .527
-sección 23 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .527
-sección 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .531
-sección 6 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .534
-sección 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .537
-sección 11 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .541
-sección 24 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .545
g. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .547
4.2.6 Mecánica de la estructura. LEANDRO CÁMARA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .548
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .548
b. Modelo estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .548
-articulaciones en los arcos de dovelas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .549
-la transmisión de los empujes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .551
c. Movimientos y formación de articulaciones en la fábrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .554
d. Los fenómenos evolutivos de la estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .555
-asientos del terreno y corrimientos en la ladera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .555
-degradación de los materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .556
-esfuerzos cíclicos y cambiantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .557
-las alteraciones históricas (artificiales) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .557
e. Líneas de cargas y aspectos constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .557
-contrafuerte de la portada de Santa Ana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .558
-pilares del crucero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .564
-pilares laterales de la nave central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .568
-capillas y arcosolios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .571
f. Otros aspectos singulares de la estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .575
-la construcción del triforio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .575
794
4.2.7
4.2.8
4.3
4.3.1
4.3.2
4.3.3
5
-los arcos codales y los tirantes de la última restauración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .576
-la desaparecida capilla de Los Reyes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .577
-la esquina noreste del transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .578
-cimentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .580
g. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .584
Cálculos por el Método de Elementos Finitos. GIORGIO CROCI, SANTIAGO SÁNCHEZ BEITIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .586
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .586
b. Los modelos elásticos lineales y no lineales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .587
-modelos elásticos globales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .587
-modelos elásticos de un tramo de la nave central, analizado por fases constructivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .590
-modelos de un tramo de la bóveda del transepto y de la nave central . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .592
c. Simulación local: análisis por Elementos Finitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .596
-el Método de Elementos Finitos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .597
-el programa ANSYS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .598
-el análisis en la Catedral Vieja de Santa María de Vitoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .599
-el modelo geométrico utilizado para la simulación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .600
-el estudio de las bóvedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .600
-el estudio tridimensional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .601
-el estudio histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .602
Estudio de las tensiones reales de trabajo de algunos elementos estructurales GIORGIO CROCI, SANTIAGO SÁNCHEZ BEITIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .604
a. Investigaciones, controles y ensayos con el gato plano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .604
-generalidades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .604
-ensayos de fractura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .604
b. Deducción experimental de los esfuerzos que soportan los elementos estructurales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .613
-introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .613
-cálculo experimental de esfuerzos en edificaciones del patrimonio histórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .613
-resultados experimentales en la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .615
Usos e instalaciones técnicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .617
Informe sociológico. IDOIA ETAYO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .617
a. Análisis global físico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .617
-los edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .618
-las viviendas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .618
-los locales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .619
b. Análisis social . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .619
Espacios, superficies y usos. PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .623
Instalaciones técnicas. PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .628
a. Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .628
b. Iluminación y electricidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .628
c. Fontanería y saneamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .630
d. Acondicionamiento ambiental. Calefacción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .632
e. Otras instalaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .634
f. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .634
Base de datos y Sistema de Información Monumental. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE, JOSÉ VICARIO LÓPEZ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .636
Obras y actuaciones complementarias al desarrollo del Plan Director. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .640
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .640
Contenido y desarrollo de las obras ejecutadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .643
Estructuras provisionales de refuerzo y apeo de la estructura de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .643
a. Obras de apeos provisionales de las bóvedas del crucero y acodalamiento de las bóvedas de la nave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .643
6.2.2 Refuerzo de las estructuras de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
a. Refuerzo de las cerchas de la nave y el transepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
6
6.1
6.2
6.2.1
795
b. Refuerzos del entablado de suelo de los forjados interiores de la torre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
6.2.3 Reparación de la cubierta y del sistema de evacuación de agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
a. Reparación del tablero de cubierta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
b. Reparación del sistema de evacuación de agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
c. Reconstrucción del piso del pasillo de ronda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .645
6.2.4 Estructuras provisionales de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .648
a. Protección de las bóvedas del transepto sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .648
b. Protecciones del campanario de la torre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .648
c. Protección contra las palomas y otras aves . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .648
6.2.5 Actuaciones complementarias de apoyo a las excavaciones arqueológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .649
a. Acodalamiento y apeo de los muros y cimentaciones descubiertas en la excavación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .649
b. Entibación de los bordes de las excavaciones arqueológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .649
c. Protección de la roca de cimentación descubierta en las excavaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .649
d. Pasarelas para transitar sobre las excavaciones arqueológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .649
6.2.6 Demoliciones, limpiezas y ayudas a los estudios del Plan Director . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .650
a. Retirada de escombros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .650
b. Demolición de pasarela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .650
c. Picado de encapotados de morteros de cemento del trasdós de las bóvedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
d. Limpieza de residuos orgánicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
e. Demolición y retirada de diferentes elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
f. Ayudas a los estudios del Plan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
6.2.7 Instalaciones eléctricas y de emergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
a. Alumbrado de espacios secundarios y de emergencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
b. Sistema de detección de incendios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
c. Pararrayos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .651
III Diagnóstico
1
Histórico. Evolución constructiva de la Catedral de Santa María. AGUSTÍN AZKARATE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .654
1.1
Preexistencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .654
1.1.1 Sector 11 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .654
a. Influencia de las preexistencias en los asientos góticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .655
1.1.2 Sector 13 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .656
1.1.3 Estructuras extremo noroeste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .657
1.2
Conquista castellana. Alfonso VIII. El proyecto inicial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .660
1.2.1 Su conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .661
1.2.2 Su funcionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .662
1.2.3 Su cronología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .662
1.3
Alfonso X. El cambio de proyecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .663
1.3.1 Gótico A . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .665
a. Su conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .665
b. Su cronología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .665
1.3.2 Gótico B . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .668
a. Su conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .668
b. Su cronología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .668
1.4
Siglos XV-XVI. Sustitución de bóvedas lígneas por bóvedas de fábrica y terminación del templo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .669
1.4.1 Bóvedas de madera. Argumentos textuales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .670
1.4.2 Bóvedas de madera. Argumentos estructurales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .671
1.5
Siglo XVII. Primera alarma general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .674
1.6
Siglos XVIII-XIX. Lucha contra la ruina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .676
1.7
Siglo XX. Restauración del arquitecto M. Lorente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .677
1.7.1 Supresión de arcos codales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .677
1.7.2 Supresión de los enlucidos históricos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .678
796
1.7.3 Apertura de nuevos vanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .678
1.7.4 Descubrimiento de la portada de Santa Ana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .678
Addenda: las excavaciones arqueológicas en la Catedral de Santa María y los orígenes de Vitoria-Gasteiz.
(Avance de la campaña del año 2000) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .680
a. Época romana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .680
b. Época tardoantigua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .681
c. Desde el siglo VIII a la fundación de Sancho el Sabio en 1181 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .681
-primera fase: arquitectura íntegramente lígnea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .682
-segunda fase: arquitextura mixta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .682
-tercera fase . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .683
d. Alfonso VIII (1158-1214) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .685
e. Alfonso X (1252-1284) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .685
f. Siglo XVII . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .686
g. Siglos XVIII-XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .686
Algunas consideraciones sobre la arquitectura doméstica altomedieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .686
2
2.1
2.1.1
2.1.2
2.1.3
2.1.4
2.1.5
2.1.6
2.1.7
2.1.8
2.1.9
2.2
2.2.1
Arquitectónico. LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 688
Constructivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .688
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .688
La humedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .688
Los materiales constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .692
a. Pétreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .692
b. Decoración arquitectónica y escultórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .694
c. Morteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .695
d. Cerámicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .695
Las fábricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .695
a. Cimentaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .695
b. Muros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .695
c. Pilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
d. Pilastras, contrafuertes, estribos y botareles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
e. Arcos y bóvedas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
Las estructuras de madera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
a. Estructuras principales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
-cerchas de cubiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .697
-forjados de torre y sacristía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .698
-chapitel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .698
b. Estructuras secundarias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .698
-vigas y pares de cubiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .698
-correas y entablados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
Las cubiertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
a. Materiales y ejecución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
b. Evacuación, trazado y dimensionado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
Carpintería y cerrajería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
a. Ventanales, carpintería y vidriería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .699
b. Puertas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .700
c. Otros elementos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .700
Revestimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .700
a. Enlucidos interiores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .700
b. Estucos polícromos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .701
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .701
Formal. Los problemas derivados de la forma y la geometría del monumento en su configuración actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .702
Planteamiento general. Forma y patología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .702
797
2.2.2
2.2.3
2.2.4
2.2.5
2.3
2.3.1
2.3.2
2.3.3
2.3.4
2.3.5
2.3.6
2.4
2.4.1
2.4.2
2.4.3
2.4.4
2.4.5
2.5
2.5.1
2.5.2
2.5.3
2.5.4
2.5.5
2.5.6
2.5.7
Los problemas formales de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .706
El sistema de contrafuertes, arbotantes y botareles de las fachadas norte y sur de la nave y de la girola . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .709
Ventanales y vitrales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .711
La volumetría del edificio. La forma de la cubierta y su remate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .711
Estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .716
La estructura de la Catedral en 1996 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .716
La estructura tras la última restauración, hacia 1965 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .717
La construcción de la Catedral en varias etapas entre los siglos XII y XVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .718
La Catedral mantenida en pie a través de los siglos XVII al XIX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .719
Por qué todavía no se ha caído pero tampoco se ha estabilizado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .721
Premisas para una obra que ayude a la conservación de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .722
Funcional. La infrautiliazación del monumento y sus consecuencias. El uso litúrgico y el uso socio-cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .724
Planteamiento general. Espacios, condiciones ambientales, usos y circulaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .724
Los usos de un conjunto catedralicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .726
Los problemas de infrautilización de la Catedral de Santa María y su relación con la Catedral Nueva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .727
Propuesta de nuevos usos y circulaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .728
El recorrido diseñado para la exposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .730
Urbano. Interacción entre monumento y entorno. La manzana urbana y su rehabilitación integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .736
La manzana de la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .736
La demolición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .742
El esponjamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .745
La conservación del uso residencial y de la tipología existente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .747
La conservación integral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .748
La rehabilitación como espacio de carácter socio-cultural y museo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .748
Entorno urbano y plazas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .749
IV Propuestas de actuación AGUSTÍN AZKARATE, LEANDRO CÁMARA, JUAN IGNACIO LASAGABASTER, PABLO LATORRE
1
1.1
1.1.1
1.1.2
1.1.3
1.1.4
1.1.5
1.1.6
1.1.7
1.2
1.2.1
1.2.2
1.2.3
1.2.4
1.2.5
1.3
1.4
1.5
1.6
1.7
1.7.1
1.7.2
1.8
798
Propuestas de actuación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .758
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .758
Qué hacer con los monumentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .758
Propuesta para la Catedral de Vitoria-Gasteiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .759
El aspecto estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .760
El aspecto formal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .760
El aspecto funcional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .761
Las propuestas de intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .761
Descripción de las obras propuestas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .762
Obras de consolidación estructural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .762
Composición de las fábricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .764
Resistencia de las fábricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .764
Geometría de las fábricas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .764
Equilibrio de fuerzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .766
Introducción de prótesis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .766
Obras mixtas de refuerzo estructural y acabado formal y arquitectónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .768
Obras de restauración de materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .769
Obras de adecuación formal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .770
Obras de puesta en valor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .772
Obras en el entorno y la manzana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .776
El museo de la Catedral y la ciudad de Vitoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .776
Las plazas y calles en torno a la Catedral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .778
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .779
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .780
Ficha técnica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .784
ANEXO
Cartografía arquitectónica LEANDRO CÁMARA, PABLO LATORRE
Plantas
1
Planos de situación. Escala 1:2000, 1:500
2
Planta a nivel de la calle Cuchillería. Escala 1:300
3
Planta de semisótano arqueológico. Nivel de excavaciones arqueológicas. Escala 1:300
4
Planta baja. Nivel plaza de Santa María. Escala 1:300
5
Planta pasillo de ronda y bajo cubierta de la sacristía. Escala 1:250
6
Planta de estructura de cubierta de sacristía y pasillo de ronda. Escala 1:250
7
Planta del triforio y bajo cubierta naves laterales, girola y pórtico. Escala 1:250
8
Planta de estructura de cubierta de naves laterales, girola y pórtico. Escala 1:250
9
Planta de bóvedas. Escala 1:250
10
Planta bajo cubierta de nave principal y crucero. Escala 1:250
11
Planta de estructura de cubierta de nave principal y crucero. Escala 1:250
12
Plantas de la torre. Escala 1:250
13
Planta de cubiertas. Escala 1:250
Alzados
14
Este. Escala 1:250
15
Sur. Escala 1:250
16
Oeste. Escala 1:250
17
Norte. Escala 1:250
18
Portadas del pórtico. Escala 1:50
19
Portada de Santa Ana. Escala 1:50
Secciones
20
Longitudinal a norte. Escala 1:250
21
Longitudinal crucero y transversal Santiago a este. Escala 1:250
22
Longitudinal crucero y transversal Santiago a oeste. Escala 1:250
23
Transversal nave tramo 4 a este y el alzado oeste crucero. Escala 1:250
24
Transversal nave tramo 2 a oeste, alzado coro y alzado este torre. Escala 1:250
25
Longitudinales por el pótico. Escala 1:250
Perspectivas axonométricas
26
Noreste y sureste
27
Suroeste y noroeste
799
PLAN DIRECTOR CATEDRAL DE SANTA MARÍA
Dirección:
Juan Ignacio Lasagabaster Gómez (arquitecto, Jefe del Servicio Histórico-Arquitectónico de la Diputación Foral de Álava)
Redacción:
Agustín Azkarate Garai-Olaun (catedrático de Arqueología, Universidad del País Vasco)
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Forma y geometría. El levantamiento topográfico y fotogramétrico.
El modelo tridimensional
Dirección y proyecto:
Ensayos de rocas existentes en las obras de fábrica.
Realización:
Laboratorio General de la Diputación Foral de Álava
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Director:
Celestino García Pérez del Río (químico)
Topografía:
Germán Roibás Pérez (perito agrícola, Universidad Politécnica de Madrid)
Mayte Risueño Peña (ingeniera agrónoma, Universidad Politécnica de Madrid)
Ignacio Merino Sepúlveda (perito agrícola, Universidad Politécnica de Madrid)
Restitución fotogramétrica (Latorre & Cámara arquitectos):
Esperanza Dúcar Martínez (arqueóloga)
Carlos Sánchez-Garnica Jiménez (delineante)
M. Cruz Rojí Álvarez (arquitecta)
Técnico de laboratorio:
Manuel Díez Catalán
Extracción de testigos e inspección visual remota de la sección constructiva de
los muros. Composición y evaluación del nivel de huecos
Dirección y proyecto:
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Alicia López Burguillo (aparejadora)
Luis González Pérez (delineante)
Perforaciones y extracción de testigos:
Elaboración planimétrica (Latorre & Cámara arquitectos):
1º y 2º campaña: C.P.A. S.L. (Conservación del Patrimonio Artístico)
3º campaña: Laboratorio General de la Diputación Foral de Álava
Carmen Pérez Medina (arquitecta)
Álvaro González de la Fuente (arquitecto)
Juan Carlos Mogarra Morales (aparejador)
José Luis Segura Siljestrom (arquitecto)
Inspección visual remota:
Proyecto y ejecución:
Mayte González Sánchez-Heredero (arquitecta)
Eva Alonso García (arquitecta)
Sara Arroyo Conde (estudiante arquitectura)
1ª campaña: Tecnocontrolli srl., Roma
Giuseppe Carluccio (ingeniero civil)
Proceso y programas informáticos:
José Vicario López (informático)
Mayte Vicario López (aparejadora)
2ª y 3ª campaña (Latorre & Cámara arquitectos):
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Andrea Cozzo (ingeniero civil)
Estudios históricos
Dirección y proyecto:
Análisis litológico de las rocas y de los morteros extraídos en los testigos de
la 2ª y 3ª campañas:
Agustín Azkarate Garai-Olaun (catedrático de Arqueología, Universidad del País Vasco)
Stefano de Vito (ingeniero civil)
Luis Miguel-Martínez Torres (doctor en Ciencias Geológicas, Universidad del País Vasco)
Blanca Guarás González (doctora en Ciencias Geológicas, Universidad del País Vasco)
Estudio de fondos documentales:
Javier Goicolea Julián (doctor en Historia)
Estudio histórico-artístico:
Lucía Lahoz Gutiérrez (doctora en Historia del Arte, Universidad de Salamanca)
J. Javier López de Ocáriz y Alzola (doctor en Historia del Arte)
Excavación arqueológica (Equipo arqueológico de la Universidad del País Vasco):
Juan José Bienes Calvo (arqueólogo)
Kepa Cabrerizo Benito (arqueólogo)
José Cardoso Tostado (arqueólogo)
Ismael García Gómez (arqueólogo)
Ángel Martínez Montecelo (arqueólogo)
José Manuel Martínez Torrecilla (arqueólogo)
Alberto Plata Montero (arqueólogo)
José Rodríguez Fernández (arqueólogo)
Iban Sánchez Pinto (arqueólogo)
José Luis Solaun Bustinza (arqueólogo)
Lectura arqueológica de las fábricas (Equipo arqueológico de la Universidad del País Vasco):
I. Carlota Domínguez Beltrán de Heredia (arqueóloga)
Alaitz Etxebarria Akaiturri (arqueóloga)
Arantza Fernández de Jáuregui Sáez de Nanclares (arqueóloga)
Leandro Sánchez Zufiaurre (arqueólogo)
José Luis Solaun Bustinza (arqueólogo)
Cartografía arqueológica (Laboratorio de la Universidad del País Vasco):
Karmele Artano Perez (topógrafa)
Iñaki Koroso Arriaga (topógrafo)
Amaia Mesanza Moraza (topógrafa)
Álvaro Rodríguez Miranda (ingeniero en Geodesia y Cartografía)
Iratxe Vicente Espina (topógrafa)
José Manuel Valle Melón (topógrafo)
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Estudio radiológico de la sección constructiva del triforio
Dirección y proyecto:
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Ejecución:
Tratamiento y Controles Técnicos S.A., Bilbao
Luis Capel Lisón (ingeniero industrial)
Inspección termográfica
Dirección y proyecto:
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Ejecución:
CADEM, Bilbao
EDE Ingenieros SAL, Bilbao
Juan José Ducar Martínez (inspector termográfico)
Curvas de humedad. Humedades de capilaridad
Dirección y proyecto:
Diana Pardo San Gil
Colaboración:
Dolores Sanz Gómez de Segura (restauradora)
Mónica San Juan Ríos (restauradora)
Ernesto Borrelli (químico, ICROM, Roma)
La colonización vegetal. Catalogación y evaluación de su impacto
Patxi Heras Pérez (biólogo, Museo de Ciencias Naturales de Álava)
Gustavo Renobales Scheifler (doctor en Ciencias Biológicas, Universidad del País Vasco)
Marta Infante Sánchez (doctora en Ciencias Biológicas, Museo de Ciencias Naturales de Álava)
Estado de conservación, patologías y estudio de los tratamientos de restauración
Equipo de trabajo:
Servicio de Restauraciones. Departamento de Cultura y Euskera. Diputación Foral de Álava
Rosaura García Ramos (restauradora, jefa del Servicio)
Emilio Ruiz de Arcaute Martínez (restaurador)
Alberto Zulueta Goyenechea (doctor arquitecto)
Javier Barrallo Calonge (doctor informático)
Luis Pedro Blanco Conejo
Dolores Sanz Gómez de Segura (restauradora)
Marina López Villanueva (restauradora)
Cristina Aransay Saura (restauradora)
Diana Pardo San Gil (restauradora)
José Caro Calzada
Descripción y localización de los daños ocasionados por organismos xilófagos en
las estructuras de madera
TECMA, S.A.
Estela García Torre (bióloga)
Luis Villafranca Urchegui (biólogo)
Aitor Aguinaga Legorburu (químico)
Eloy Rodríguez Álvarez (químico)
Evaluación constructiva y resistente de las estructuras de madera
Dirección y proyecto:
Mikel Landa Esparza (doctor en Arquitectura, Universidad de Navarra)
Colaboración:
Joseba Ander Velasco Lafuente (veterinario, IBERDES S.A., Vitoria)
Ander Echevarría Caño (IBERDES S.A., Vitoria)
Estudio de las tensiones reales de trabajo de algunos elementos estructurales
Dirección:
Giorgio Croci (ingeniero civil)
Santiago Sánchez Beitia (físico)
Ejecución proyecto 1º:
Tecnocontrolli srl. Roma
Giuseppe Carluccio (ingeniero civil)
Stefano de Vito (ingeniero civil)
Ejecución proyecto 2º:
Departamento de Física Aplicada I. ETS Arquitectura de San Sebastián
Informe sociológico del entorno próximo
Dirección:
Idoia Etayo Macazaga (socióloga)
Colaboración:
Estudio geotécnico
Dirección y proyecto:
Agencia Municipal de Renovación Urbana y Vivienda S.A.
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Espacios, superficies y usos
Dirección:
Ejecución interior:
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
CINSA-EP, Bilbao
Dirección: Julio Martínez López (geólogo)
Colaboración (Latorre & Cámara arquitectos):
María Teresa González Sánchez-Heredero (arquitecta)
Ejecución exterior:
Laboratorio General de la Diputación Foral de Álava
Dirección: Celestino García Pérez del Río (químico)
Instalaciones técnicas
Dirección:
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Movimientos de la estructura. Sistema automático de adquisición de datos
Dirección:
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Proyecto:
Giorgio Croci (ingeniero civil, SCP. srl. Roma)
Ejecución:
Giuseppe Carluccio (ingeniero civil)
Stefano de Vito (ingeniero civil, Tecnocontrolli srl., Roma)
Cálculos por el Método de Elementos Finitos
Dirección:
Colaboración (Latorre & Cámara arquitectos):
María del Carmen Fernández Flores (aparejadora)
María Teresa González Sánchez-Heredero (arquitecta)
Base de datos y Sistema de Información Monumental (SIM).
Dirección:
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
José Vicario López (informático)
Proyecto:
Leandro Cámara Muñoz (arquitecto)
Pablo Latorre González-Moro (arquitecto)
Giorgio Croci (ingeniero civil)
Santiago Sánchez Beitia (físico)
Proyecto 1º:
Ejecución: SCP. srl. Roma
Director: Giorgio Croci (ingeniero civil)
Equipo de trabajo:
Programación:
José Vicario López (informático)
Colaboración:
Agustín Azkarate Garai-Olaun (catedrático de Arqueología, Universidad del País Vasco)
Arantza Fernández de Jáuregui Sáez de Nanclares (arqueóloga)
Mayte Vicario López (aparejadora)
Giuseppe Carluccio (ingeniero civil)
Alberto Viscovich (ingeniero civil)
Fabio Sabbadini (ingeniero civil)
Proyecto 2º:
Ejecución: Departamento de Física Aplicada I. ETS Arquitectura de San Sebastián
Director: Santiago Sánchez Beitia (director del equipo de la UPVHU y doctor en Ciencias Físicas)
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