China: ejemplo de productividad

Anuncio
China: ejemplo de productividad
Por: Darío Montoya Mejía
Director General del SENA
Después de dos días de viaje con escala en Los Ángeles (Estados Unidos), llegamos en compañía de 32 rectores de
universidades colombianas a Beijing, la mítica ciudad de la plaza Tian’anmen y destino final de la gran marcha de Mao
Tse-Tung, el gran timonel. Impresiona estar por esas inmensas avenidas y escuchar que casi toda la exuberancia de corte
occidental, de edificios, infraestructura y modernidad, es producto de los últimos doce años.
Sin embargo, son muchas las zonas que recuerdan a la china que, en escasas y casi prohibidas lecturas, nos asombraba
hace 40 años, por su aislamiento y misterio. Allá en esa China profunda, asusta ver una bicicleta de carga con unos
cuantos perros colgados como si fueran los más exquisitos pollos, listos para ser entregados en algún restaurante, que
espero no visitar nunca.
Eso sí, ¡qué inolvidable fue el almuerzo que cuatro de nosotros compartimos en el mismo lugar donde se han vendido más
de 115 millones de suculentos patos! Es un vibrante sitio, con cocina a la vista, que a propósito da mucha tranquilidad, en
Asia. Allí hay más de mil puestos y tocó esperar cerca de una hora por una mesa. ¡Y qué decir del ejercicio de salir por las
zonas comerciales y preguntar por cualquier cosa y recibir de entrada una primera rebaja de más de la mitad del valor
inicial! Y si la compra se concreta, lo molesto es no saber quién le dio duro a quién, si el vendedor o el comprador. Vale la
pena anotar que esto sucede con cualquier mercancía de marcas chinas, que las hay por montones en todos los productos,
inclusive las impresionantes y fieles imitaciones de todo lo que en nuestra cultura se denomina de marca.
Sorprende la calidad de la electrónica y, en general, de los productos con nuevas tecnologías. Y esa es una historia
apasionante y preocupante de modelos de apropiación de conocimiento y de ahorro de los procesos de investigación y
desarrollo de producto. De una vez se copia y se fabrica y por eso algunos bienes sofisticados, simplemente se venden al
“peso en gramos”. Y como todo en ese país es descomunal, qué decir de las universidades, que producen posgraduados
doctores, por centenas. En la sola Universidad de Pekín, así estaba escrito, con apenas 150 años de antigüedad, conviven
en su campus entre los más de 300 mil estudiantes, 36.000 internos, con alojamiento en los edificios universitarios.
A propósito de la tarea central de la misión al Asia, que en nuestro caso contempló visitas a las universidades, es de
destacar que, además de su gran tamaño, tienen un espacio privilegiado para la élite china. Y tal vez lo más importante, es
que cuentan con todos los recursos necesarios para entregarle al gigante chino la más valiosa herramienta, que es educar
como a una élite, masivamente a la juventud. No hay lujos en las universidades y ni siquiera mucha historia o tradición,
pero tienen apoyo y certeza de lo que quieren. Abren y cierran programas permanentemente y cambian cuando se necesita.
Tal vez allí radica la clave de la exitosa participación de la universidad china en el éxito económico del país. Es decir,
toman decisiones y las ejecutan sin dilaciones.
El Gobierno chino tiene un plan a 20 años que contempla a 100 universidades, con metas de desempeño en excelencia y
calidad para cada una de ellas. Al menos diez universidades hacen parte de un club que lidera el sistema y sus metas más
relevantes tienen que ver con la “producción” de premios Nóbel. A cada universidad, según el plan y su nivel asignado
dentro de las 100 se le imponen metas en I&D. Actualmente van a la universidad cerca de 10 millones de chinos, una muy
baja tasa de participación en un país que supera los 1.300 millones de habitantes, pero queda claro que los goles están en
la productividad académica y de desarrollo tecnológico.
Los pregrados duran en promedio 4 años y gran parte del aprendizaje y la gestión curricular del alumno está
descentralizada a sus propios medios, con tutores y por fuera de las aulas. Es decir, se combina la educación en ambientes
virtuales con la presencialidad, en proporciones similares. Y lo más interesante tiene que ver con que en las universidades
líderes, al menos un tercio de los estudiantes están en niveles de postgrados.
Con jornadas que se iniciaban a la 6 a.m., pasamos a la ciudad de Xian, a dos horas de vuelo de Beijing, donde además de
la fascinante historia del descubrimiento de los milenarios guerreros de terracota, cuando un grupo de campesinos
perforaba un pozo para surtirse de agua, percibimos cómo se transforma una ciudad de seis mil años en un complejo de
desarrollo de nuevas tecnologías. Y este tema es en serio, pues toda la ciudad es una obra en construcción, al punto de que
se respira y se sienten de manera abrumadora polvo y residuos de las demoliciones y del cemento que modela los nuevos
complejos industriales y de vivienda.
Se vive y se siente el empuje que la ciudad ofrece a sus universidades e instituciones tecnológicas, que tampoco son tan
antiguas como se esperaba, sino más bien de reciente creación, pero de muy alto nivel. Resultó de gran impacto la visita al
Xi’an Economic & Technological Development Zone, que no es más que una ciudad adjunta con cerca de 10 años de
antigüedad, dedicada totalmente a cumplir el compromiso de liderar en el noroeste de china el avance económico y
financiero con una estrategia basada en el fomento de la educación de alto nivel, la mecánica industrial de ultima
generación y la industria militar o de la defensa. La zona, que es esencialmente construida con alta participación de
recursos y facilidades del gobierno, tiene 672 institutos de I&D, 55 laboratorios certificados y más de dos mil empresas de
alto nivel en el desarrollo tecnológico.
En la ciudad de Xian, considerada mediana-pequeña, existen 35 institutos tecnológicos o universidades públicas con
800.000 estudiantes, de los cuales la mitad siguen carreras de formación tecnológica y 48 universidades o institutos
privados. Resulta evidente que todo este engranaje está destinado a promover la continua creación de empresas, al punto
de que son muy visibles las instalaciones de diferentes incubadoras de empresas y centros de innovación, que se
promueven como las instalaciones con los ambientes propicios para iniciar negocios y nuevos desarrollos.
Además de políticas de total apertura, que también se pueden entender como la total ausencia de políticas restrictivas o de
pocas normas, se destaca la promoción que se les hace a los servicios comunitarios para el establecimiento en la zona, que
van desde la asesoría, pasando por los diseños arquitectónicos y la misma construcción, con el compromiso de disponer
ilimitadamente de residencias comunitarias, centros de promoción de la productividad, centro especializado en la oferta de
talentos, centro de servicios de seguridad social, centro de contactos internacionales y en general diversos servicios de
asistencia o suplemento gerencial, administrativo, de mercadeo, operaciones y, por supuesto, logísticos.
En la zona funcionan más de 20 bancos grandes y especializados y más de 90 agencias estatales o internacionales de
servicios a los empresarios. De los 48 kilómetros cuadrados que tiene planeados la Zona, ya están totalmente
desarrollados 30 kilómetros cuadrados, con una inversión en infraestructuras, provistas por el Estado, en sistemas de
transporte, escuelas, parques, instalaciones deportivas y de entretenimiento.
Sin embargo, y a pesar del declarado compromiso con el ambiente, el aire que se respira podría enfermar a cualquiera. La
Zona es, en resumen, un conjunto de facilidades del gobierno para el emprendimiento y la promoción de inversiones en la
ciudad de Xi-an, con enfoque a sectores innovadores o basados en nueva tecnología. Y si alguien me pidiera resumir este
éxito descomunal de la República Popular de China, con facilidad expreso que radica en la total articulación de las
acciones del Estado y en su oportuna implementación desde las diferentes agencias e instancias gubernamentales. Serán
ventajas de una declarada economía de mercado, pero de decisiones centralizadas.
A estas alturas y después de seis días en China, algunas incógnitas crecían: si usamos como ejemplo la visita a un
comercio de 11 pisos, donde al menos cinco estaban dedicados a productos de la electrónica, donde conviven en las
mismas vitrinas las grandes marcas muy conocidas en Colombia, como Panasonic, Sony, Toshiba y otras, con decenas de
desconocidas marcas de excelentes y similares productos, pero a precios de entre un quinto y un décimo de los de las
marcas conocidas. La incógnita es: ¿cómo hacen para vender a esos precios, productos perfectos? En los días siguientes
surgió la respuesta: Ingeniería muy sofisticada y muy práctica, que se caracteriza por ahorrarse los pasos de la
investigación y el desarrollo para incursionar, de una vez, en la fabricación. Simple copia. Y claro, en productos de nueva
tecnología, siempre el precio del original carga con el inmenso peso de la I&D.
Una anécdota interesante se dio cuando cerca de 10 rectores en un recorrido al final de un día de trabajo se encontraron
una sastrería con la oferta de entregar trajes en paño cachemir, a la medida, por menos de 50 dólares y en 12 horas. Todos
encargaron al menos tres unidades y al día siguiente, con precisión, calidad y diseño de ingleses, pero a precio de chinos,
cada rector recibió sus lujosos trajes sin reclamo alguno. Todavía recuerdo el último traje que compré en Bogotá, a la
medida, los ocho días que esperé por recibirlo, las tres veces que asistí a hacerle ajustes y lo que pagué.
La siguiente ciudad en la ruta de la misión fue Shangai, donde las expectativas sufrieron un vértigo desde el primer
instante, ante esta metrópolis del futuro, si tenemos en cuenta que los chinos denominan a Xian la ciudad del pasado y a
Beijing la del presente. Y de verdad la ciudad impresiona. Hoy, es el segundo puerto del mundo después de Singapur en
movimiento de carga y recibió en 2004 poco más de 80 millones de visitantes, donde al menos el 60% fueron Chinos de
otras provincias. En los últimos 12 años se han levantado más de 5.000 edificios con más de 50 pisos y prácticamente toda
la ciudad la atraviesan vías elevadas a varios niveles.
Pero la expectativa principal estaba a cinco horas de camino por una excelente autopista, en la provincia de Anjin, donde
la guadua (bamboo) es el modo de vida principal de los habitantes. La primera sorpresa es que por ninguna parte se veían
las construcciones de guadua en tubo o sin procesar, a pesar de que allí están gran parte de las más de cuatro millones
doscientas mil hectáreas sembradas que tiene China (Colombia tiene 50 mil). Claro, en Anjin la guadua es materia prima
industrial para la producción de textiles, alimentos, jugos, cervezas, abonos, combustibles, artesanías y, por supuesto,
maderas prensadas y aglomeradas. El tubo original no se ve sino como materia prima para transformar.
Fueron muy deferentes nuestros anfitriones, que incluían al gran gurú del cultivo del bamboo, el señor Zhu Zhaohua,
quien además visitará Colombia en agosto para discutir sobre nuevas tecnologías para la siembra y la eficiencia en la
producción de guadua. Todo lo anterior hacía más interesante el regreso a Beijing, tres días después, pues allí firmaríamos
el convenio con el Internacional Network for Bamboo and Ratan (Inbar), reconocido como el más poderoso instituto de
investigación y desarrollo de conocimientos y tecnología para el cultivo y aprovechamiento de la guadua en todo el
mundo. Del Invar. son miembros más de treinta países, donde se destacan los inmensos productores como China e India y
los mayores consumidores, como los Estados Unidos, Alemania e Inglaterra.
Ya en Beijing, en un periplo por diversas universidades, que incluyó el evento impactante en la Universidad de Pekín, una
de las más importantes de China, donde residen 36.000 de sus alumnos, en los propios campus, el Presidente Uribe,
además de recibir un honroso titulo Honoris Causa, improvisó con estudiantes chinos un exitoso consejo comunal, que se
destacó por el interés, que avalaron los rectores colombianos presentes y también el SENA, de intercambiar pasantes en
diversos estudios, así como profesores.
Al final de nueve días en China y con la certeza de que los protocolos de tradiciones milenarias que íbamos a cumplir
rigurosamente, como las venias reiteradas o la prohibición de miradas a los ojos, o la espera a escuchar primero a los
mayores y que finalmente no presenciamos o cumplimos, pues los chinos que conocimos al parecer se saltaron esos
estadios, los rectores y el Director del SENA, partimos para el Japón, donde a diferencia de los atrevidos y nada
paradigmáticos chinos, encontramos a fríos, ceremoniosos, distantes y predecibles japoneses, pero que a la vez nos
impresionaron por su sobrada actitud y su merecido orgullo.
Las visitas a las Universidades Japonesas nos recordaron los siglos de ventaja que nos lleva esta cultura y los años luz que
nos ha tomado su impresionante desarrollo científico y tecnológico. Claro que también tuvimos alivio cuando visitamos
sus centros médicos, donde nuestras universidades se sintieron orgullosas del nivel de trabajo y de avance en el manejo de
la salud en Colombia.
Para el SENA, las expectativas en Tokio se centraban en los temas de la productividad y la posibilidad de lograr
cooperación para la modernización integral del Centro Náutico Pesquero de Buenaventura. Si bien para este último tema
avanzan las conversaciones con JICA en Bogotá, con el Japan Productivity Center se sostuvo una intensa reunión donde
se prediseñó lo que puede ser el proyecto definitivo para formar a 100 expertos colombianos en temas de productividad
para las empresas, durante los próximos tres años.
Estos expertos serán candidatizados desde instructores del SENA, profesores universitarios y tecnólogos vinculados a
empresas líderes del país. Se establecieron cronogramas tentativos para la puesta en marcha del ambicioso proyecto, que
garantizan iniciar la tarea durante este 2005.
Como valores agregados en términos de aprendizaje personal y con miras al desarrollo institucional, debo destacar
algunos proyectos que se proponen para ingresar a los objetivos de desarrollo que el SENA liderará para el país, dentro de
su inserción al sistema de educación superior de Colombia y su natural establecimiento de cadenas de formación en
convenio con la universidades.
En primer lugar, quiero comentar la propuesta de vinculación de al menos 20 ingenieros chinos de alta competencia, a una
unidad de desarrollo tecnológico dedicada a la microelectrónica con aplicaciones en la automatización industrial, que en
compañía de universidades colombianas, adherirá al proyecto que el SENA lidera con Cintel y otro importante grupo de
instituciones, para el establecimiento del sistema de centros de desarrollo de la sociedad de la información o también
denominados parques de las nuevas tecnologías.
En segundo lugar he logrado validar la impresión que tengo de que en el país es necesario que se establezca una disección
concertada entre las políticas para el desarrollo científico y el desarrollo tecnológico. Para lo primero, debe dársele toda la
atención a Colciencias, las universidades y los centros de investigación. Y para lo segundo, a los centros sectoriales de
desarrollo tecnológico, las incubadoras de empresas, el SENA y los sectores productivos. Al final, son dos culturas y
formas de trabajo que convergen en intereses comunes, así sea en tiempos distintos.
En tercer lugar, el país tiene que preparar una elaborada política de apropiación del conocimiento científico, tecnológico y
de gestión desarrollado en el campo militar. Si a los indicadores de inversión en I&D se les sumara lo correspondiente
invertido en este sector, en Latinoamérica solo el gigante Brasil superaría nuestros indicadores. Además, muchas de las
mejores hojas de vida, en términos de logros académicos y experiencia, corresponden a miembros de la fuerza pública.
En cuarto lugar, es evidente la incidencia de la educación en la ecuación que se establece entre calidad de vida e ingreso.
Y que con el sinnúmero de variables que esta ecuación del desarrollo contiene en el lado izquierdo, en el lado derecho
sólo hay una variable con valor absoluto y es el empleo. Todas las políticas se mueven para afectar favorablemente el
empleo.
Tarde o temprano todas las decisiones buscan alentar el empleo. Y sin duda, sólo la masiva y continua insistencia en la
promoción del emprendimiento por parte de todos los actores sociales asegura los nuevos empleos que un país necesita.
Y para terminar, una anécdota y una opinión: me resultó muy gracioso, cuando el guía chino en Shangai comentó lo fácil
que sería su trabajo si todos portáramos escarapelas con nuestros nombres, pues estos 32 rectores colombianos
provenientes de todo el país y el Director del SENA, le resultábamos muy parecidos entre nosotros y por tanto difíciles de
distinguir.
Segundo, qué bueno que los debates nacionales privilegiaran ir a los problemas y no a las personas.
Descargar