EXEQUATUR - Adolfo Alonso

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EXEQUATUR.El tema que me corresponde hablar no es de una gran enjundia jurídica, ni
procesal, aunque si puede dar lugar a diferentes problemas que son mas de gestión
que jurídicos, como son el control del cumplimiento de requisitos formales, y
de
obtención de documentos en el Extrajeron para su presentación en España, y su
legalización.
Nos situamos en primer lugar, en lo que a mi me corresponde esta tarde
comentaros, en el ámbito de los países no miembros de la UNION EUROPEA y dentro
del reconocimiento y ejecución de Decisiones en materia de DERECHO DE FAMILIA.
En segundo lugar, quiero decir que vengo no tanto en la intención de exponer,
sino en la intención de escuchar y compartir, y por lo tanto me gustaría, y mucho, que
compartamos nuestras experiencias en esta materia de exequátur, que os ruego
expongáis para conocimiento, aprendizaje y debata de todos, y yo el primero.
Esta materia, a los países miembros de la Unión Europea, les afecta por medio
del Reglamento 2.201/2.003 sobre la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1.881,
concretamente en los Artículos 954 y ss , y concordantes, de la que otros ponentes os
han hablado.
Cual es por lo tanto la ubicación que nos corresponde:
La Disposición Derogatoria Única, 1, ap. 3ª de la Ley 1 / 2.000 de enjuiciamiento Civil,
que expresamente indica que NO SE DEROGAN los artículos 951 a 958 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 1.881, sobre eficacia en España de sentencias dictadas por
tribunales extranjeros, que estarán en vigor, hasta la vigencia de la Ley de
Cooperación Jurídica Internacional en materia civil, y algunas normas mas
complementarias, que iré citando a medida que vaya desarrollando el tema.
I.-La legitimación.
Lo son las partes concernidas directamente por la sentencia que se trata de
reconocer y ejecutar en nuestro sistema, y el Ministerio Fiscal.
II.-Jurisdicción y competencia.-
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Rige los dispuesto en el artículo 36 de la Ley de Enjuiciamiento civil, en cuanto a
determinar la extensión y limites de la jurisdicción de los Tribunales Civiles Españoles.
El artículo 56 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, 6/1.985, de 1 de Julio en su
redacción dada por la L. O. 19/2.003 de 23 de Diciembre de modificación de la Ley
Orgánica 6/1.985 , que atribuye a los Juzgados de Primera Instancia el conocimiento
de las solicitudes de reconocimiento y ejecución de las Sentencias extranjeras, salvo
que por tratado o norma internacional se disponga la competencia de otro juzgado o
tribunal ,así como el articulo 955 de la Ley de 1.881, promulgada por Real Decreto de 3
de Febrero de 1.881.
III.-El Procedimiento.Es el contenido en los artículos 951 al 958 de la Ley Procesal civil de 1.881. R.D. de 3 de
Febrero de 1.881.
Es un procedimiento, basado, como todos en el orden publico procesal, cuyo
responsable último es el Órgano Judicial, básicamente documental, y en la que la
intervención del Ministerio Fiscal es notable, en las peticiones de subsanación de
defectos procesales o en la petición de documentación complementaria para
acreditar alguno de los requisitos documentalmente.
Es un procedimiento no sujeto a plazos, cerrados, salvo lo que seria la primera fase o
fase de comparecencia y alegaciones de aquel contra el que se dirige el Exequátur, y
como he dicho depende en su tramitación de los plazos que se vayan dando o del
tiempo de evacuación de traslados del Ministerio Fiscal.
Trascribo a continuación las normas de la Ley de Enjuiciamiento Civil sobre
procedimiento:
SECCIÓN II. DE LAS SENTENCIAS DICTADAS POR TRIBUNALES EXTRANJEROS.
Artículo 951.
Las sentencias firmes pronunciadas en países extranjeros tendrán en España la fuerza
que establezcan los Tratados respectivos.
Artículo 952.
Si no hubiere Tratados especiales con la nación en que se hayan pronunciado,
tendrán la misma fuerza que en ella se diere a las ejecutorias dictadas en España.
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Artículo 953.
Si la ejecutoria procediere de una nación en que por jurisprudencia no se dé
cumplimiento a las dictadas por los Tribunales españoles, no tendrá fuerza en España.
Artículo 954.
Si no estuviere en ninguno de los casos de que hablan los tres artículos que anteceden,
las ejecutorias tendrán fuerza en España si reúnen las circunstancias siguientes:
1. Que la ejecutoria haya sido dictada a consecuencia del ejercicio de una
acción personal.
2. Que no haya sido dictada en rebeldía.
3. Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido sea lícita en
España.
4. Que la carta ejecutoria reúna los requisitos necesarios en la nación en que se
haya dictado para ser considerada como auténtica, y los que las leyes
españolas requieran para que haga fe en España.
Artículo 955.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados y otras normas internacionales, la
competencia para conocer de las solicitudes de reconocimiento y ejecución de
sentencias y demás resoluciones judiciales y arbitrales extranjeras corresponde a los
Juzgados de Primera Instancia del domicilio o lugar de residencia de la parte frente a
la que se solicita el reconocimiento o ejecución, o del domicilio o lugar de residencia
de la persona a quien se refieren los efectos de aquéllas; subsidiariamente la
competencia territorial se determinará por el lugar de ejecución o donde aquellas
sentencias y resoluciones deban producir sus efectos.
Con arreglo a los mismos criterios señalados en el párrafo anterior, corresponderá a
los Juzgados de lo Mercantil conocer de las solicitudes de reconocimiento y ejecución
de sentencias y demás resoluciones judiciales y arbitrales extranjeras que versen sobre
materias de su competencia.
Artículo 956.
Previa la traducción de la ejecutoria hecha con arreglo a derecho, después de oír, por
término de nueve días, a la parte contra quien se dirija y al Fiscal, el Tribunal declarará
si debe o no darse cumplimiento a dicha ejecutoria.
Contra este auto cabrá recurso de apelación.
Artículo 957.
Para la citación de la parte a quien deba oírse, según el artículo anterior, se librará
certificación a la Audiencia en cuyo territorio esté domiciliada.
El término para comparecer será el de treinta días.
Pasado dicho término, el Tribunal proseguirá en el conocimiento de los autos, aunque
no haya comparecido el citado.
Artículo 958.
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Denegándose el cumplimiento, se devolverá la ejecutoria al que la haya presentado.
En particular, por lo tanto, existe un plazo de comparecencia de 30 días y un
plazo para alegaciones de 9 días. Esto implica, diferentes interpretaciones, que a los
efectos que nos interesan son irrelevantes, y que yo personalmente he vivido, y es la
interpretación dual, o sea en algunos casos he visto conceder NUEVE DIAS, sin mas
para concesión, desde el órgano judicial de ambos plazos, a “fin de que comparezca
en Autos , personándose en forma y conteste a la petición obrada de adverso….”, o
bien
“cítese a la demandada en forma para que en el termino de treinta días ,
comparezca en autos defendida por letrado y representado por procurador….”
De la lectura de las normas de procedimiento, aparentemente son dos plazos
diferentes, y no necesariamente unidos, es decir 30 para comparecer, y después de
comparecer, 9 días para OIR a la parte contraria y al Ministerio Fiscal.
Pasado dicho término, el Tribunal proseguirá en el conocimiento de los autos, aunque
no haya comparecido el citado.
La intervención de abogado y procurador es preceptiva.
El escrito inicial no es un escrito complejo, normalmente lleva la forma de
DEMANDA, dividida en hechos, y fundamentos de Derecho, así como un Suplico, sin
que tenga que llevar necesariamente esta formula, pudiendo estar a un escrito
formalmente mas sencillo de alegaciones y SUPLICO.
Básicamente lo que se expondrá es que existe una decisión Judicial que se
presenta para su reconocimiento y ejecución, y que se cumplen todos los requisitos
par la concesión del Exequátur, acompañando los documentos que justifiquen el
derecho al reconocimiento, que deberán ser la decisión judicial legalizada y
apostillada, y traducida mediante traductor jurado , en caso de no estar en Español, y
, conveniente, la copia del convenio internacional en caso de existir, y de la
legislación extranjera de la que se derive la firmeza de la sentencia, o preferente un
certificado cuando se pueda conseguir de tal firmeza, y en general cualquier
documento del que se derive la procedencia y cumplimiento de los requisitos formales
para el “exequatur”.
“OIR”, significa
presentar un
escrito de
CONTESTACION
A LA PETICION de
reconocimiento y ejecución, mediante la formulación de alegaciones, ya sea para
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oponerse, o ya lo sea para mostrar conformidad, con el reconocimiento que se solicita
de contrario.
A ese escrito habrán de acompañarse, en el caso de que se trate de formular
oposición, los documentos en los que se base ésta.
No existe un trámite de vista, o juicio verbal, de manera que parece que las
pruebas testifícales, no caben, salvo la conversión de la prueba testifical en una
prueba documental mediante la realización de un acta de manifestaciones o,
declaraciones juradas o cualquier otro documento de manifestaciones, sin perjuicio
del valor probatoria que este tipo de instrumentos tiene en nuestro sistema procesal,
mas bien escaso si no hay contradicción a presencia judicial, lo que aquí no ocurre.
Es en esta fase en donde se producen las alegaciones del Fiscal y
básicamente, la petición de documentos complementarios, certificaciones, o
subsanaciones que previamente a la admisión a trámite no hayan sido acordadas por
el Juzgado.
Superadas todas las cuestiones formales, El Juzgado resolverá por Auto, sobre el
“Exequatur”, bajo formula declarativa, que será a la que deberá ajustarse la parte que
solicita en el SUPLICO, de su escrito inicial, el “Exequatur”, básicamente en varias
modalidades no cerradas:
a) Declarar la eficacia civil a la Sentencia dictada por el Tribunal extranjero que habrá
de ser, como he dicho, acompañada y descrita.
b) Declarar la ejecución de la sentencia dictada, expidiéndose testimonio de la
resolución al Registro Civil, para su anotación. Esto ultimo en el caso de matrimonio
Inscrito en Registro consular español
c) Declarar Reconocida, valida y ejecutable en España la Sentencia dictada por el
tribunal Extranjero.
d) Denegar el Exequátur, se devolverá la ejecutoria al que la haya presentado.
e) Costas. Normalmente sin imposición de costas, ex artículo 394 de la L.E.Civil 1/ 2.000
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Contra el Auto cabe recurso de apelación, pero de acuerdo con la tramitación
prevista para el mismo en la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/ 2.000 de 7 de Enero, artículos
455 y ss.
IV.-Fondo del asunto.De lo anterior resulta el siguiente sistema de “exequatur”.
a)Se parte de una invocación General, en la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1.881, a la
existencia de tratados internacionales, de manera
que
Las sentencias firmes
pronunciadas en países extranjeros tendrán en España la fuerza que establezcan los
Tratados respectivos.
No todos los tratados internacionales sobre reconocimiento y ejecución de decisiones
judiciales, comprenden las Sentencia de Familia, llamadas de Estado civil o cuestiones
económicas matrimoniales, o sucesiones, de manera que, cuales son en consecuencia
los tratados respectivos a los que podemos remitirnos, sin perjuicio de posterior adición
por lo que me digáis:
-Tratado sobre Ejecución de Sentencias en materia civil y comercial entre España y
Suiza, hecho en Madrid el 10 de Noviembre de 1.896.
-Convenio sobre Ejecución de Sentencias Civiles entre España y Colombia, hecho en
Madrid el 30 de Mayo de 1.908.
-Convenio Europeo Relativo al Reconocimiento y Ejecución de decisiones en materia
de custodia de menores, así como, al restablecimiento de dicha custodia, hecho en
Luxemburgo el 20 de Mayo de 1.980. Hay países europeos no miembros de la unión
Europea, para los que sigue en vigor, como Suiza o Turquía.
-Convenio de Cooperación Judicial en Materia Civil, Mercantil y administrativa, entre
el Reino de España y el Reino de Marruecos, hecho en Madrid el 30 de mayo de 1.997.
-Convenio entre el Reino de España y el Reino de Marruecos sobre asistencia Judicial,
reconocimiento y Ejecución de resoluciones judiciales en materia de Derecho de
custodia y derecho de visita y devolución de menores hecho en Madrid el 30 de Mayo
de 1.997
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-Convenio entre el Reino de España y la Republica de Túnez sobre asistencia Judicial
en materia Civil y Mercantil, y reconocimiento y ejecución de resoluciones Judiciales,
hecho en Túnez, el 24 de Septiembre del 2.001.
-Convenio relativo a la asistencia judicial en el ámbito civil y Mercantil entre la
Republica Argelina democrática y Popular y el Reino de España, hecho en Madrid el
24 de Febrero del 2.005.
-Convenio Relativo a la Asistencia judicial en el ámbito civil y mercantil entre el reino
de España y la Republica Islámica
de Mauritania, hecho en Madrid el 12 de
Septiembre de 2.006.
b) Se denegará el exequátur en dos ocasiones, “ab inicio”, sin entrar en mas análisis
sobre cumplimiento de los requisitos a los que se refiere el artículo 954 de la L.E.C.:
- En caso de sentencias no firmes.
-Cuando procedan de países en los que no sean reconocidas las Sentencias
Españolas.
c) Además, dispone el artículo 954 de la L.E.C: que si no estuvieren en los tres casos
anteriores (Convenio internacional, sentencia no firme, falta de reciprocidad) las
ejecutorias tendrán fuerza en España, si reúnen las
circunstancias siguientes, y en
definitiva, “A contrario sensu”, no se concederá el “exequatur” si no se cumplen todos
ellos.
1.-que la ejecutoria haya sido dictada a consecuencia del ejercicio de una acción
personal.
2.-que no haya sido dictada en Rebeldía.
3.-Que la obligación para cuyo cumplimiento se haya procedido sea lícita en España.
4.-que la carta ejecutoria reúna los requisitos necesarios en la nación en que se hayan
dictado para ser considerada auténtica, y los que las Leyes españolas requieran para
que haga fe en España.
En comentario sobre los anteriores requisitos, podemos decir:
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-No hay duda de que un procedimiento de familia resuelto en una decisión que se
pretende presentar en España, lo es en base a una ACCION PERSONAL.
-En cuanto al requisito 2º del mismo artículo 954 de la LECiv, parece conveniente
recordar la reiterada doctrina jurisprudencial en torno al requisito establecido en el
ordinal 2º del citado artículo 954 de la LEC, y así precisar que son diversas las clases
de rebeldía en que puede calificarse la ausencia del demandado en el proceso,
como diferentes son también los efectos que una u otra han de producir en el
ámbito del procedimiento de exequatur, diversidad de la que ya el auto del
Tribunal Supremo de 28 de Mayo de 1.985 se hacia eco, distinguiendo entre la
rebeldía por convicción -quien no comparece por estimar incompetente al
tribunal-la Rebeldía a la fuerza-por falta de citación- y la rebeldía por
conveniencia, propia de quien no obstante haber sido citado y emplazado en
forma, y conociendo la existencia del procedimiento , no acude ante el tribunal
que le convoca (en el mismo sentido AATS de 13-6-88 y 1-6-93, y STC 571/86, de 15
de Abril de 1.986). En este sentido por lo tanto es necesario dejar claro que se ha
producido la citación y el emplazamiento al juicio de origen y la notificación de la
sentencia que se presenta a reconocimiento. Circunstancias estas que impiden
calificar la rebeldía como de conveniencia, única modalidad de rebeldía que no
supondría óbice para el otorgamiento del reconocimiento y ejecución de la
Sentencias.
- La idea de que la OBLIGACION CONTENIDA EN LA SENTENCIA SEA LICITA EN
ESPAÑA, nos lleva al concepto de Orden Público Constitucional.
Lógicamente tiene que contener un pronunciamiento que no sea contrario a
nuestro sistema legal.
En este sentido podemos decir que básicamente nos encontramos con problemas
relacionados con decisiones procedentes de TRIBUNALES DE
NATURALEZA
RELIGIOSA, o DE CONTENIDO LEGAL RELIGIOSO que contravienen la idea de
ORDEN
PUBLICO
ESPAÑOL,
y
que
en
definitiva
vulneran
los
Derechos
Fundamentales contenidos en la Constitución Española de 1.978 y demás
convenios sobre la materia suscritos por España.
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En esta línea por ejemplo, es el Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona
de fecha Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona , sección 1ª, de 21 de Abril de
1.997, que denegó la restitución de un menor reclamado desde Israel, ex articulo 20,
por entender que seria contraria a los principios básicos de la Ley española, referidos a
la protección de los derechos humanos y de las libertades básicas, ya que la decisión
del tribunal rabinico que había concedido la custodia provisional al padre era un
“castigo”, por su rebelión, y no se tenia en cuenta que era lo mas beneficioso para la
menor que había vivido siempre con su madre, lo que equivalía a la negación de la
custodia natural de la menor en Israel y era en si mismo contrario a los principios
básicos de la Ley Española, unido a que además era una “MOREDET”, que de acuerdo
con la legislación judía quiere decir “esposa rebelde” empeoraría la situación y daría
como resultado la absoluta negación de sus derechos. Además, introduce también el
artículo 24 de la Constitución, ya que debía tener en cuenta la protección de la
madre y la menor, “porque eran ciudadanas españolas”.
Resulta difícilmente conciliable, por ejemplo, dentro de un exequátur una
sentencia de divorcio por “jula'a”, o divorcio simple de la mujer, por establecer en
relación con el sistema Español dos diferencias en relación con el Varón.
La primera que la mujer no puede acudir al TALAQ o repudiación que le está
vedado.
La segunda porque a diferencia del TALAQ, el JULA´A es causalista, y aunque
pueden iniciarlo, y no se llamaría desde luego taláq, sin embargo los hombres son los
que deben actuar como representantes de la mujer, no pudiendo ella misma acudir a
los tribunales.
Hay algunos países como el Kuwait donde la jula'a no se permite por
fatwa, disposición jurisprudencial, a fin de reforzar el poder de los hombres en su
familia, o sea que no tendría ni siquiera el carácter de sentencia. La separación por
jula'a puede deberse a múltiples causas como serían, entre otras, la impotencia
comprobada del varón, el descuido de los deberes de éste en la alimentación y
cuidado de su mujer y de su prole, el abandono de la familia, la prodigalidad, etc. Una
vez declarada la jula'a el divorcio se produce automáticamente. La divorciada por
este procedimiento se llama mujtala 'a.
El Art 1.1. De la C.E., proclama el estado de derecho.
Ello implica varias consecuencias.
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1.-La unidad de la constitución y de todo el ordenamiento jurídico como un
único cuerpo de regulación social, en valores y en organización.
2.-La supremacía de la constitución,
y la vinculación de todos los poderes
públicos a la propia norma suprema, y al resto del ordenamiento jurídico.
3.-La preferencia, por ultimo, de los derechos y libertadas fundamentales como
clave del arco legal de nuestro país.
Vinculación que implica “obligación” en una doble dimensión, negativa”, o”
positiva”. Por “la obligación negativa”, especialmente en lo relativo a los derechos
fundamentales relacionados con la dignidad, el Estado ha de abstenerse de realizar,
actos, normativos o de decisión,
por cualquier órgano, que tengan un efecto
degradante o envilecedor; mientras que por “la obligación positiva”, los actos han de
ser ejecutados hacia la ayuda a los ciudadanos, contra ataques o conductas de
poderes públicos, o de particulares , contrarios a los derechos fundamentales
reconocidos en la constitución, especialmente en lo que se refiere a la dignidad de la
persona, y del menor, y han de estar encaminados a poner fin activamente, mediante
las decisiones correctas a las situaciones que implican y constituyen violación de
derechos fundamentales.
La proclamación inicial del artículo 1.1. CE, en relación con el artículo 10.1, nos
ponen en situación legal de lo que hemos tratado de exponer mas arriba, al referirse a
la dignidad de la persona y los derechos inviolables que le son inherentes, como
fundamento del orden y la paz social, o lo que es lo mismo como centro de gravedad
del orden jurídico, previos a la constitución, y de carácter universal, entre el que se
encuentra el orden jurídico familiar, y de los derechos fundamentales concernidos de
todos y cada uno de los miembros de la familia, menores o adultos, y de obligatorio
cumplimiento de todos los poderes públicos
Como ha indicado en tribunal constitucional (entre otras STC 21/1981, de 15 de
Junio).
“…no cabe desconocer que los derechos fundamentales responden a un sistema de
valores y principios de carácter universal que subyacenen en la declaración Universal
de Derechos
Humanos y a los diversos convenios internacionales sobre derechos
humanos ratificados por España, y que asumidos como decisión constitucional básica,
han de informar todo nuestro ordenamiento.”
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Los derechos fundamentales, en su dimensión subjetiva, se mantienen y
manifiestan como un presupuesto para la integración de las cualidades humanas de
libertad y dignidad, con su corolario, en el ámbito del derecho de familia y de las
relaciones familiares, como es el del principio de igualdad, y este es un tema actual
de reflexión social, discutido problema e importante .
Esto nos abre una vía de OPOSICON AL EXEQUATUR, NO EXPLORADA, pues nos
lleva a que los derechos y libertades publicas, tanto en lo relativo a la persona como
en lo relativo a las garantías procesales y a las medidas de familia adoptadas en su
caso en la sentencia que se pretende ejecutar, DEBERAN DE HABER SIDO RESEPTADOS
en el procedimiento del país de origen del que procede la sentencia cuyo
“exequatur” se pretende.
También es preciso indicar, que analizando la jurisprudencia comparada, no es
abre una vía excesivamente amplia, pues los temas de derechos humanos, se ubican
dentro de lo que “conmociona totalmente” la “conciencia del tribunal” e infringe
todas las nociones del debido proceso.”
Pero si que es cierto que podrían alegarse , dentro de el numero 3 del articulo
954 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
-Que la sentencia se haya dictado en un procedimiento sin dilaciones
indebidas y con todas las garantías procesales y de defensa, aun cuando no estuviera
en rebeldía procesal.
-Que la sentencia respete absolutamente los derechos fundamentales del
progenitor respecto de la que se pretende hacer valer, y los del menor, reconocidos
en las convenciones internacionales de derechos humanos, en todos sus ámbitos, y en
lo que se refiere al menor , que no sea contrario su contenido o no se haya vulnerado
en el procedimiento los derechos del menor reconocidos en la la Ley Orgánica 1/1996,
de 14 de Enero de protección Jurídica del menor, de modificación parcial del Código
Civil, y de la Ley de Enjuiciamiento Civil, especialmente, el DERECHO DE AUDIENCIA AL
MENOR, en el procedimiento que genera la sentencia que se trata de ejecutar.
No es su función encargarse de los errores de hecho o de derecho
supuestamente cometidos por los tribunales nacionales excepto y en la medida en
que estos pueden haber infringido los derechos y libertades protegidas por el
convenio, y en el presente caso no existen apariencias de arbitrariedades en los
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procesos llevados a cabo en el país de origen de la sentencia.
-La violación debería referirse únicamente a ese procedimiento y a esas partes.
-Una ejemplo de por donde pueden ir las alegaciones de lo que acabamos de
plantear, orden publico como sinónimo de los convenios internacionales suscritos por
España y que integran nuestro sistema por vía de la Constitución, lo podemos ver del
caso de un padre Rumano, que planteo una Demanda ante el Tribunal Europeo de
Derechos humanos de Estrasburgo, en un tema de sustracción de menores, En relación
con el artículo 6, derecho a un juicio justo, contra Rumania y contra Inglaterra. El padre
alegó dos motivos de infracción, el primero había existido un incumplimiento del
principio de igualdad de armas por parte del tribunal inglés porque a él no se le había
permitido tener ninguna información respecto de su hijo, lo que le colocó en una
situación de desigualdad procesal respecto de la madre, y en segundo lugar, los
procesos
en ambos tribunales habían sido excesivamente prolongados. La corte
Europea, rechazó esta alegación respecto de los tribunales ingleses, pero estimó esta
alegación respecto de los tribunales rumanos, pues entendió que los procesos de
custodia, y demás realizados en Rumania no cumplían con el requisito, pues habían
tardado aproximadamente dos años.
Y también siguiendo en este punto
Aquí debemos tener una interpretación amplia en cuanto a la materia de la
ejecutoria, puesto que no necesariamente la ejecutoria ha de venir con un único
pronunciamiento, en materia de familia, como puede ser el divorcio, o la
separación o la nulidad matrimonial, sino que puede venir acompañada de
contenidos de medidas de familia, sobre menores o sobre alimentos, y , que es el
caso que estudiamos, no exista convenio alguno suscrito entre los estados que
permita su ejecución.
Reconocida la Decisión internacional, quedaría por analizar su ejecución en
España, sin que obste a esta ejecución, en casos en los que se ha producido un
cambio de residencia de todas las personas implicadas, hacia España, en materia
de Familia, que una vez reconocida la decisión se pueda acudir a la Ejecución de
Sentencia en España, de todos sus pronunciamientos, por vía de los artículos 517 ss
y concordantes de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/ 2.000 de 7 de Enero.
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d) Requisitos documentales, a los que se refiere el articulo 954.4, de la L.E.Civil de
1.881, que la carta ejecutoria reúna los requisitos necesarios en la nación en que se
haya dictado para ser considerada como auténtica, y los que las leyes españolas
requieran para que haga fe en España.
De lo que se trata es del reconocimiento y ejecución de sentencias, o
decisiones judiciales, en materia de familia, que se encuentran como documentos,
bajo el sistema legal del artículo 323 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, 1/ 2.000 de 7 de
Enero, y que nos lleva a un doble régimen de VALIDACION Y LEGITIMACION procesal
de los documentos, que lógicamente es necesario cumplir.
Este régimen se basa en la existencia de CONVENIOS INTERNACIONALES O
LEYES ESPECIALES, en virtud de los cuales haya de atribuirse la fuerza probatoria del
artículo
319 de la Ley, relativa a los documentos públicos en general o EN SU
INEXISTENCIA.
a)
El convenio por excelencia en materia de legalización de documentos es el
Convenio de la Haya de 5 de Octubre de 1.961, suprimiendo la exigencia de
la legalización de los documentos públicos extranjeros.
En base a este
convenio simplemente las autoridades locales competentes colocarán un
sello o apostilla, llamada así “apostilla del convenio de la Haya”, en prueba
de legitimidad de la firmas que figuran en el testimonio o documento oficial
de la sentencia que se pretenda ejecutar.
b)
En caso de no existir convención aplicable con el Estado emisor del
documento que se presenta a “exequátur”, se considerarán documentos
públicos, los que reúnan los siguientes requisitos.
1º.-Que en el otorgamiento o confección del documento se hayan observado los
requisitos que se exijan en el país donde se hayan otorgado para que el documento
haga prueba plena en juicio.
2º.-Que el documento contenga la legalización o apostilla
y lo demás requisitos
necesarios para su autenticidad en España.
Los requisitos exigidos por España para la autenticidad de documentos son los
siguientes:
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



Diligencia de reconocimiento de firmas: La persona interesada se dirigirá con
los documentos originales a la Autoridad competente en su país, básicamente el
Secretario Judicial y el Ministerio de Justicia correspondiente.
Legalización en el Ministerio de Asuntos Exteriores del país de expedición:
Después de haber obtenido la diligencia de reconocimiento de firmas, la persona
interesada se deberá dirigir, con la misma documentación, al Ministerio de Asuntos
Exteriores del país de expedición de los documentos: esta autoridad extenderá en el
documento la correspondiente diligencia de legalización.
Legalización en el Consulado/Embajada de España en el país de expedición
de los documentos: Finalmente, es necesario dirigirse al Consulado español en el
país de obtención del título para que reconozcan la firma contenida en la
legalización del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Legalización en el Ministerio de Asuntos Exteriores de España (en Madrid), en
caso de ser necesario, para que realice el reconocimiento de la firma de la
autoridad o funcionario del Consulado español que ha firmado previamente la
legalización del documento.
En cuanto al idioma, es el Español, “prima facie”, de manera que habrá de ser
objeto de traducción Jurada, por medio de traductor jurado, al Español desde el
idioma de origen. No es necesaria la traducción jurada procedente del país de
destino de la sentencia, puede hacerse esa traducción en España.
Muchas gracias a todos por su atención y por su intervención en este coloquio.
Madrid, 19 de Mayo del 2.010
Adolfo Alonso Carvajal
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