INHIBICIÓN. Cuestiones de decoro y delicadeza. Aplicación analógica de lo dispuesto por el art. 55 inc. 10 CPPN. Rechazo. La Corte Suprema de Justicia ha declarado que el Código de Procedimientos en lo Criminal, aplicable en el caso, no prevé entre las causales de excusación la existencia de motivos graves de decoro o delicadeza que le impongan al magistrado abstenerse de conocer en el proceso (arts. 75 y 77), pero que, además, por tratarse de un instituto regulado por dicho Código de Procedimientos en lo Criminal no procede como regla la aplicación supletoria del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. (1). Por otro lado, maguer el carácter del examen que se pregona, lo cierto es que en el caso pueden ser analizados los motivos enunciados, ya que parten de un hecho verificable cual es el mencionado por los mismos magistrados para sostener su postura, o sea, la decisión del tribunal de casación. Y bien, salvo supuestos excepcionales aquí ni mentados, resulta difícil admitir que tales razones puedan surgir como consecuencia de que en un proceso se pronuncien decisiones que dejen sin efecto otras que dentro de su competencia normal han sido firmadas por quienes incluso intervienen en la misma causa en distinta instancia. Esto por cuanto ello sucede con frecuencia en el desarrollo regular de la causa, sin que por eso las diferencias en una determinada solución alcanzada provoquen la necesidad de alejarse de su trámite, máxime si los móviles no se relacionan directamente con quienes están interesados sino con otros jueces. Desechada esta causal, en cuanto atañe a la primera de las invocadas conviene poner de resalto que la citada norma del ritual aplicable define como razón para inhibirse que se "hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso a alguno de los interesados" (art. 55, inc. 10). Su transcripción revela que de su texto aparece nítida la imposibilidad de encasillar este caso dentro de sus previsiones, pues, como se anotó, el parecer de marras se volcó en una resolución judicial, o sea, como magistrado y en el marco de un expediente penal. Por lo demás, sólo en oportunidad de decretarse la nulidad de una sentencia definitiva cabe el pase a otro tribunal para que se dicte nuevo pronunciamiento, siempre que hubiera existido prejuzgamiento. Sobre este aspecto la Corte Suprema tiene dicho que las resoluciones que declaran la nulidad de actuaciones procesales no constituyen sentencia definitiva (2). Así lo ha decidido en este caso la Cámara Nacional de Casación Penal (auto del 24 de agosto próximo pasado. Asimismo, vale destacar que aunque se aplicara dicha disposición por analogía, como se pretende, tampoco ello sería viable, porque para su procedencia resulta imprescindible que exista semejanza entre los supuestos contemplados, lo que aquí no ocurre, según se ha visto, máxime si se atiende a que la doctrina de esta Cámara Federal sostiene el carácter restrictivo de la apreciación de tales causales (3). Por último, como acotación, no cambia esta conclusión la posibilidad de "quedar obligados a argumentar en sentido contrario a la propia opinión" pues en otras hipótesis similares, por ejemplo cuando se trata de fallos plenarios o de acatar jurisprudencia de tribunales superiores, esto ocurre con regularidad, ya que se aplican las soluciones allí alcanzadas, sin perjuicio de dejar a salvo la opinión personal. Tampoco sirve para apartarse del conocimiento de esta causa la circunstancia que alude acerca de la insuficiencia acerca de la remisión de fundamentos para zanjar el asunto, pues se trata de un tema ajeno a la actitud asumida, porque aun de ser exacta, de ningún modo puede servir para excusarse de resolver los temas pendientes, sino en todo caso del adecuado desarrollo argumental de la decisión acerca de la cuestión apelada que incumbe al juez como obligación legal. Causa nro:1110/04. “Morris Dooglatz s/ recurso de casación”. Reg. Nº:3061. Citas: (1)Fallos 320:519;(2)Fallos 301:859; concita de 259:59 y 65; 261:419; 267:484; (3)conf. "Smaldone Paz, Paulo s/ Hábeas Corpus", Rta. 25/11/03, reg. 2498 de la Secretaría Penal Nº 4, Sala II de la C.F.A.S.M., entre otros. C.F.S.M., Sala especial. Pico- Arozamena- Beraldo. Fecha: 01/11/2004 Juzgado Federal nº 2 de Morón. Ficha Nro.: 000000613 Sumario: 1