AN E S T E SI A R A DIOT E R API A C uando los protones dan e xactamente en el tumor Las radio y quimioterapias tratan de detener el crecimiento de tumores. Con la protonterapia surge una NUEVA FORMA DE RADIOTERAPIA que promete tener menos efectos secundarios. El Rinecker Proton Therapy Center dispone de una de las instalaciones más modernas de este tipo. Q ué despacio se mueve! Esto piensa más de un paciente al ver cómo se desplaza, milímetro a milímetro, el dispositivo de focalización en la sala de radioterapia del Rinecker Proton Therapy Center (RPTC) en Múnich, Alemania. «Pero si mostramos a los pacientes todo el sistema que hay detrás», comenta el Dr. Morten Eckermann, director de Anestesiología de esta clínica privada, «suelen quedar asombrados de la rapidez». Hay que mover unas 150 toneladas: un dispositivo de unos once metros de diámetro, desarrollado para combatir en tres dimensiones los tumores escondidos en el cuerpo sin causar mucho daño. «Disponemos», destaca el director médico, Prof. Dr. Manfred Herbst, «de las instalaciones más modernas en todo el mundo para detener el crecimiento de tumores cancerígenos, o destrozarlos con un haz de protones aplicando el sistema llamado de dispersión activa». El especialista en Medicina Interna y Radioterapia ya intentó aplicar esta tecnología en otro hospital en los años 1990. Pero aún tuvieron que pasar varios años hasta que esta innovación se impusiera. Fue el doctor Hans Rinecker quien, como iniciador, hizo realidad este primer centro de protonterapia de uso clínico en Europa. En 3D contra el ADN Con ello, los médicos disponen de un instrumento más para destruir la información genética (ADN) de un tumor y detener la división celular, igual que la quimioterapia y la tradicional radioterapia con rayos X: el crecimiento del tumor se detiene y las células irradiadas se desnaturali- 24 ES_24-27_Strahlentherapie.indd 24 zan. En el caso ideal, queda solo una especie de tejido cicatrizado que no supone discapacidad funcional para el paciente. La destrucción del ADN en el RPTC se realiza mediante protones, componentes de carga positiva del núcleo de un átomo de hidrógeno. El físico Ernest Rutherford los descubrió en 1920. Los protones representan la parte determinante de la radiación cósmica y hoy en día se aceleran, por ejemplo, a una velocidad cercana a la de la luz con aceleradores de partículas para explorar la naturaleza de la materia, entre otros. Cómo la física sirve a la medicina Los fundamentos de la protonterapia son producto de la investigación nuclear que vivió un impulso considerable, especialmente en EE.UU. con el desarrollo de la bomba atómica en los años 1940. Como ya Wilhelm Conrad Röntgen en 1895, también los científicos de aquellos años se vieron confrontados con «un novedoso tipo de radiación» (véase también Revista Dräger 3; págs. 36 subsig.) cuyas ventajas y desventajas aún no podían prever. Un físico estadounidense, Robert R. Wilson, fue el creador de uno de los primeros pasos decisivos hacia la protonterapia de hoy. En Los Álamos se construyeron por primera vez aceleradores de partículas (ciclotrones) que aceleraban los protones a la velocidad a la que también penetraban en tejidos humanos. En 1946, Wilson formuló sus propuestas con las que quería dar a conocer «a médicos y biólogos algunas de las características y posibilidades de esta radiación». Y estas son realmente excepcionales: > Sala de intervenciones con dispositivo de focalización (gantry): una de cuatro salas idénticas en el Rinecker Proton Therapy Center. REvIsTA DRägER 4 | OCTUBRE DE 2011 06.09.11 08:10 st r a h l e n t he r a pi e An ä s t he s ie FOtOs: rptC MünChen el primer centro de protonterapia de europa: el Rinecker Proton therapy Center de Múnich. revista dräger 4 | OCtUBre de 2011 ES_24-27_Strahlentherapie.indd 25 25 03.09.11 06:40 FOTOs: RPTC MünChEn AN E S T E SI A R A DIOT E R API A Izda.: la fuente de radiación, un ciclotrón superconductor. A su derecha, el conducto de salida de protones desaparece en la estructura compleja del sistema de transporte del haz. Dcha.: un paciente colocado en una camilla con los contornos del cuerpo. No debe moverse durante la intervención para que el haz incida directamente en el tumor. > particularmente el llamado pico de Bragg (véase recuadro, pág. 27) es contrario a la intuición humana, pero convierte al haz de protones en un instrumento especial de la radioterapia. El aspecto decisivo es el momento en que la radiación deposita mayor energía durante su curso por el cuerpo. En el caso ideal, esta debería concentrarse en el tumor, de modo que el tejido sano apenas reciba radiación no deseada. Pero la radiación ionizante – como los rayos X o protones – se comporta en el cuerpo de un modo diferente al de un rayo de luz en el aire cuya pérdida de energía es proporcional al cuadrado de la distancia. Los rayos X depositan su dosis máxima directamente debajo de la piel. En su curso por el tejido disminuyen constantemente, de forma parecida a los rayos de luz. Por ello en su trayecto hasta el tumor dañan las capas de tejido circundantes más que el tumor en sí. «Esto», explica el Prof. Herbst, «puede causar fuertes efectos secundarios y requiere un gran número de sesiones con dosis relativamente bajas, para que el tejido sano se pueda regenerar entre las sesiones». A diferencia de los rayos X, no obstante, el haz de protones aumenta la emisión de energía hasta un pico al final de su trayecto cuya longitud en el tejido es determinada por su energía. Este pico actúa como un bisturí afilado justo en el punto donde debe actuar. El procedimiento aplicado en Múnich es incluso más sofisticado, dado que escanea el tumor en tres dimensiones con una precisión de menos de un milímetro. «Con este procedimiento de dispersión activa», explica el doctor Martin Hillbrand, físico médico del centro, «escaneamos el tumor 26 ES_24-27_Strahlentherapie.indd 26 en cortes con este haz que se puede modular en intervalos de 250 microsegundos». Actualmente, el campo escaneado en una pasada es de 25 x 25 centímetros, pero el área se ampliará en un futuro cercano. Como el escaneado parece tridimensional, una pasada se puede imaginar como una rodaja. Para el corte siguiente se modifica la profundidad de penetración y se adapta el área. De este modo se puede reproducir el contorno tridimensional del tumor mediante varias pasadas con gran exactitud sin dañar demasiado el tejido sano circundante. Más pequeño que una gota de champán Este haz se produce en un acelerador de partículas superconductor que en el RPTC ocupa cuatro plantas. El doctor Morten Eckermann explica: «Del gas de hidrógeno extraemos protones que son acelerados a un 60% de la velocidad de la luz, y transportados directamente a uno de los cinco puestos de intervención a través de conductos al vacío. El volumen del gas que se necesita para una terapia es más pequeño que una gota de champán». El haz de protones tiene una energía máxima de 250 megaelectronvoltios [para comparar: una fisión nuclear tiene una energía cinética de unos 200 Mev]; y un módulo posterior la reduce al valor para la profundidad de penetración requerida en el plan terapéutico que puede ser de hasta 38 cm. Cuatro de los puestos de intervención, detrás de muros de hormigón de varios metros de grosor, están equipados de tal modo que el dispositivo llamado gantry que contiene el cabezal de irradiación (nozzle) se puede girar alrededor del paciente en 360 grados. En las alas laterales del gantry hay pantallas radiológicas digitales en las que se controla la posición del paciente en su camilla. En la quinta sala de intervención, el dispositivo de focalización está fijo, para cabeza y ojos. «Con esta combinación de un ciclotrón y cinco salas», explica el doctor Eckermann, «aprovechamos el rendimiento de la fuente de irradiación evitando prisas». Como anestesiólogo es responsable, entre otros, de que no se desplacen durante la irradiación los tumores focalizados en los órganos afectados por la respiración. «Trabajamos en áreas milimétricas, y con la respiración algunos órganos se pueden desplazar en hasta 1,5 centímetros». También la asistencia anestésica de niños es parte de la labor de su departamento. «Empleamos estaciones de anestesia Fabius Tiro de Dräger, no sin comprobar antes su perfecto funcionamiento en las salas de intervenciones con sus campos magnéticos producidos por los imanes focalizadores y adicionales para el control del haz de protones», añade el doctor Eckermann que ha llevado a cabo más de 1,300 anestesias en los primeros dos años desde la fundación del RPTC, sin complicación alguna. La planificación de la terapia se realiza en estrecha cooperación entre médicos y físicos. El primer paso son las conversaciones con el paciente para inspirar confianza e informarle debidamente. La planificación de la terapia en sí se realiza con la ayuda de una tomografía computarizada de alta resolución, en algunos casos excepcionales se recu- REvIsTA DRägER 4 | OCTUBRE DE 2011 03.09.11 06:40 R A DI OT E R A PI A Tumor Dosis de energía 1 ANE S T E S I A PICO DE BRAGG Rayos X (acelerador lineal 15 MV) Protones 190 MeV de energía cinética = 25 cm de profundidad de penetración DIRECCIÓN DE IRRADIACIÓN rre también a la resonancia magnética (de 1,5 tesla). A veces es necesario realizar además una tomografía de emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) para asegurar una planificación diferenciada. Luego, el equipo de radiólogos dispone de informes en representación tridimensional con una resolución impresionante para focalizar el haz de protones. GRAFICO : PICFOUR; FUENTE: RPTC Menos efectos secundarios La radioterapia se lleva a cabo en un promedio de 18 sesiones, según la indicación. «Para ello, el paciente», explica el Prof. Herbst, «tiene que reservar generalmente poco más de media hora, incluida la fase de preparación, mientras que para la terapia en sí, absolutamente indolora, se necesitan solo 60 segundos». En comparación con la terapia de rayos X, el número de sesiones se reduce a la mitad. Además, casi siempre se logra evitar efectos secundarios, como diarrea severa, náuseas y vómitos así como la reducción de la producción de saliva o la falta de apetito. Los pacientes incluso pueden trabajar entre las sesiones de terapia y, por regla general, se puede prescindir de una fase de rehabilitación. A pesar de sus ventajas, la protonterapia en Europa –a diferencia de EE.UU.– aún se encuentra en su fase inicial. La terapia es tres veces más costosa que la radioterapia con rayos X. «Pero esto es una perspectiva muy simplista», argumenta el Prof. Herbst, «que no tiene en cuenta muchos factores como los efectos secundarios, la esperanza de vida y los REVISTA DRÄGER 4 | OCTUBRE DE 2011 ES_24-27_Strahlentherapie.indd 27 0 0 10 20 30 40 Profundidad de penetración (cm) Desarrollo de la dosis local al penetrar los protones en el cuerpo. El esquema muestra que, a diferencia de los rayos X, los protones irradian su dosis máxima al final del trayecto del protón. Pico de Bragg: en el punto exacto La radioterapia se basa en el efecto ionizante de la radiación energética: durante su trayecto por el tejido, las partículas con carga, como protones, depositan su energía a lo largo del recorrido. Esta energía separara electrones de las moléculas del tejido que, de este modo, se convierten en iones. Estos dañan, a su vez, el ADN de las células. Si la energía de los protones disminuye, aumenta simultáneamente la tasa de deposición de energía por unidad del trayecto. Este efecto de freno aumenta particularmente al final y se produce de forma casi exponencial como pico de Bragg. Para que este pico sea los más agudo posible, el haz de protones tiene que estar focalizado con extrema exactitud, y seguir estándolo al traspasar el tejido. El pico de Bragg fue descubierto en 1903 por el físico británico Willy Henry Bragg, que en 1915 recibió –junto con su hijo Lawrence– el nobel de Física por sus investigaciones en el campo de los rayos X. daños consecutivos». Este último aspecto es particularmente problemático en el caso de niños, ya que los rayos X también pueden dañar irreversiblemente los órganos sanos que aún están en fase de crecimiento. Para determinados tumores en el cerebro o los ojos, la forma de bisturí que tiene el haz es una ventaja con la que se puede reducir el riesgo de dañar funciones centrales importantes del cuerpo. El Centro de Terapia ya atrae, actualmente, un gran número de pacientes de toda Europa. Además, con la mayor lon- gevidad y, por lo que parece, también con el mayor bienestar aumenta el riesgo de enfermar de cáncer. Estas tendencias darán un nuevo impulso a las estrategias de lucha contra el cáncer. Por razones de física, los haces de protones podrían adquirir un papel más importante también en Europa. El centro de Múnich ya se beneficia hoy en día de llevar una gran ventaja: «De la fase de planificación hasta poder tratar los primeros pacientes hay unos cuatro o cinco años», resume el Prof. Herbst sus experiencias. Nils Schiffhauer 27 03.09.11 06:40