220-2135 Ref: Cesión de cuotas cuando se trata de un incapaz Con toda atención me refiero a la consulta formulada a la Oficina Jurídica de la Superintendencia de Notariado y Registro y trasladada a esta Entidad, en la cual pregunta si la cesión de cuotas de un incapaz a través de su representante sigue la regla general que cobija la cesión de cuotas de un socio con ejercicio pleno de sus derechos. Sea lo primero señalar que tal y como lo expone en su escrito, el artículo 103 del Código de Comercio fue modificado por la Ley 222 de 1995, en apoyo de lo cual es conveniente citar el muy autorizado comentario del Doctor Francisco Reyes Villamizar: (...) "Por lo demás, con el fin de superar la anacrónica distinción entre el tratamiento jurídico que se da a la aportación de bienes muebles e inmuebles de los incapaces, la nueva norma, con el fin de facilitar el aporte de bienes raíces, suprime el engorroso procedimiento de autorización judicial a que se refería la disposición derogada. Por tanto, en adelante, bastará, para el efecto, el cumplimiento de los requisitos contenidos en el artículo 110 del Código de Comercio, relativos al registro de la propiedad inmueble" "...Existía, por tanto, una disparidad en la protección legal consagrada en la legislación. Para lograr un tratamiento homogéneo entre la aportación de muebles e inmuebles sólo había dos caminos: exigir el requisito de autorización judicial también para el aporte de bienes muebles o suprimir dicha formalidad para los bienes raíces. El dilema se resolvió con la última de las soluciones planteadas..."1 En efecto, el artículo 2 de la Ley 222 de 1995, no solamente reforma el artículo 103 del Código de Comercio sino que a su vez consagra una excepción a la regla del artículo 303 del Código Civil que en su tenor literal establece: "No se podrán enajenar ni hipotecar en caso alguno los bienes raíces del hijo, aun pertenecientes a su peculio profesional, sin autorización del juez con conocimiento de causa", y del artículo 483 que prohibe al guardador o tutor enajenar los bienes raíces del pupilo sin mediar autorización judicial, por tal razón, a partir de la mencionada reforma, se prescinde de la autorización legal para aportar al capital social los derechos reales de un incapaz sobre inmuebles. En cuanto a los derechos personales que se derivan de la calidad de socio, cuando se trata de un incapaz, ni antes de la Ley 222 de 1995, ni después de su expedición, se requiere la autorización judicial para llevar a cabo la cesión de cuotas sociales. En consecuencia, únicamente deben observarse las previsiones legales que gobiernan la materia, sin consideración a la capacidad del cedente (Artículos 362 a 367 C. Co): 1. Por tratarse de una reforma estatutaria, la cesión de cuotas debe aprobarse por no menos del setenta por ciento de las cuotas en que se halla dividido el capital social (Artículo 362 en concordancia con el 360 C. Co). 2. Elevar a escritura pública la cesión en cuyo otorgamiento participan el representante legal de la compañía, el cedente o su representante y el cesionario. En el evento en que intervenga un incapaz, su representante expresará la clase de representación, los datos de las personas naturales representadas como si comparecieran directamente, y presentar los documentos que la acreditan, que deberán ser incorporados al instrumento notarial (Artículos 25 y 28 del Decreto 960 de 1970). 3. Para que tenga efectos ante la sociedad y terceros procede la inscripción en el registro mercantil de la escritura pública contentiva de la cesión, junto con un certificado de la sociedad donde se acredite el cumplimiento de lo prescrito en los artículos 363, 364 y 365 (Artículos 366 y 367 C. Co). 4. Y, finalmente, la anotación de la cesión en el libro de registro de socios En estas condiciones se ha dado respuesta a la consulta formulada, advirtiendo que la misma tiene los efectos previstos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.