Cubiertas Vegetales en el Olivar. PDF

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Cubiertas Vegetales en Olivar – Asociación Española Agricultura de Conservación / Suelos Vivos
CUBIERTAS VEGETALES EN EL OLIVAR
Asociación Española Agricultura de Conservación / Suelos Vivos (AEAC/SV)
Textos extraídos de la publicación de AEAC/SV “Agricultura de Conservación en Olivar:
Cubiertas Vegetales”. Resumen: Emilio J González [email protected]
1. FUNCIONES DE LAS CUBIERTAS VEGETALES
La función principal de las cubiertas es proteger el suelo de la degradación/ erosión a
que se ve sometido por el agua de la lluvia y el viento en el caso de estar desnudo
(desprovisto de vegetación). Además, son muy importantes las funciones que realizan
al actuar como una alternativa a las labores del suelo y como un medio de control de
las malas hierbas.
También podría añadirse el efecto de mejora del estado de fertilidad del suelo. Esto
ocurre a medio-largo plazo en cualquier tipo de cubierta vegetal al aumentar el
contenido de materia orgánica de la capa más superficial del suelo.
En el olivar, como en otros cultivos
arbóreos, las cubiertas se sitúan
en
la
“calle”
o
espacio
comprendido entre las hileras de
árboles
(ver
foto
derecha).
Conforme
cubra
un
mayor
porcentaje
de
suelo
mejor
realizará
sus
funciones,
exceptuando claro está el “ruedo”
de los olivos o espacio por debajo
de éstos. Dicha cubierta vegetal
en el olivo requiere un manejo
especifico.
2. BENEFICIOS MEDIOAMBIENTALES DE LAS CUBIERTAS VEGETALES
El aspecto más positivo del establecimiento de las cubiertas vegetales en el olivar es
la reducción del laboreo del suelo por las no deseables implicaciones económicas y
medioambientales que este conlleva. A continuación se exponen algunos resultados
de trabajos de investigación y conclusiones relevantes del uso de cubiertas vegetales.
Conservación del suelo
El sistema convencional de labranza del olivar es realmente insostenible. A este
respecto basta recordar que tasas de pérdida de suelo de 20-40 toneladas por
hectárea y año son frecuentes en numerosas zonas olivareras, y que por otro lado la
capacidad de suelo de “regenerarse” es muy reducida (1-2 Tn/ ha y año).
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La cubierta vegetal sobre la superficie del suelo reduce drásticamente la erosión; si
está bien establecida dicha reducción de la erosión puede ser superior al 90-95% en
comparación a la que se produce en el suelo labrado.
Materia orgánica y productividad potencial
Las labores destruyen los agregados de los suelos y liberan el anhídrido carbónico
(CO2) retenido en los mismos. Investigaciones llevadas a cabo recientemente
muestran que parte del CO2 del suelo, que representa aproximadamente la mitad de
su materia orgánica, se pierde pocas horas después de labrarse. Esta pérdida de CO2
afecta decisivamente a la capacidad productiva del suelo a medio y largo plazo.
Conforme los suelos se labran
año tras año su contenido de
materia orgánica decrece. Se
estima que en solo 10 años de
labranza se pierde el 30% de la
materia
orgánica
que
originalmente tenía el suelo. Se
puede afirmar categóricamente
que la mayoría de los suelos de
los olivares españoles después
de tantos años de labranza han
perdido aproximadamente el
50% de su contenido de materia orgánica original. Y es bien sabido que la calidad/
fertilidad natural del suelo depende en gran medida de su contenido de materia
orgánica. Por lo que en suelos empobrecidos en materia orgánica es necesario
proveer de altas dosis de fertilizante para alcanzar aceptables niveles de producción.
Se debe pues invertir el ciclo de muchos años de labranza y empobrecimiento de los
suelos. El mantenimiento de las cubiertas vegetales a largo plazo permitirá
reestablecer el perfil natural del suelo y aumentar su contenido de materia orgánica y
su capacidad productiva.
Aguas libres de contaminantes
Es muy importante el efecto inmediato de la cubierta vegetal sobre la calidad de las
aguas superficiales. En zonas agrícolas, los sedimentos son los contaminantes más
importantes de las aguas superficiales. A estos le siguen los nutrientes, patógenos,
materia orgánica, metales y pesticidas. Si se reduce la erosión y el consiguiente
arrastre de sedimentos, los otros contaminantes de las aguas que se transportan con
los sedimentos así mismo decrecen drásticamente. Así, en sistemas de no-labranza la
contaminación de las aguas por arrastre de herbicidas residuales y fertilizantes
nitrogenados y fosfóricos decrece consistentemente (> 65 - >85%; Fawcet, 1995;
Jordan & Hutcheon, 1997).
Las vías de comunicación, de riego y pantanos de zonas olivareras que actualmente
soportan altas tasas de erosión y consiguientes arrastres de lodo serán las
inmediatamente beneficiadas del establecimiento de las cubiertas vegetales.
La ausencia de laboreo del suelo y el establecimiento de cubiertas vegetales favorece
la retención del agua y reduce las pérdidas por escorrentía. En definitiva favorece la
infiltración del agua en el perfil del suelo y permite cuestionar en principio si también
en definitiva puede llegar a favorecer la lixiviación de nitratos y herbicidas hacia las
capas freáticas. No obstante, esto último no se considera realista a menos que las
capa freática esté muy superficial (< 2–3 m), lo que no ocurre en la gran mayoría de
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los olivares. Además, en el sistema de cubiertas vegetales se reduce la aplicación de
herbicidas residuales y se aplican predominantemente herbicidas de post-emergencia,
con escasa o nula actividad en el suelo.
Mayor biodiversidad
El laboreo del suelo crea un hábitat inadecuado para vivir y construir nidos para
muchas especies de aves y pequeños mamíferos. Por el contrario, los sistemas de
cultivo con alto nivel de residuos vegetales sobre el suelo suministran una fuente de
alimento y protección a muchas especies de pequeños mamíferos, aves y reptiles en
periodos críticos de su desarrollo. En términos generales, numerosos estudios
confirman que el rastrojo sobre el suelo favorece el aumento de especies de aves, su
capacidad de nidificación y la provisión de alimento en las primeras semanas de
desarrollo.
El laboreo también afecta negativamente a las poblaciones de insectos, lombrices y
microorganismos de suelo que suelen ser muy abundantes en suelos no laboreados
(ver recuadro). Es bien conocido el efecto beneficioso de las lombrices en la
movilización de agregados de suelo, formación de pequeñas galerías y en la mejora
de la capacidad de infiltración del agua.
El olivar en bancadas es menos efectivo en la reducción de la erosión que la cubierta
vegetal y de más difícil manejo. La realización de las bancadas es muy costosa, por lo
que este sistema que se aconsejó hace unas décadas ha dejado de usarse.
Poblaciones medias de
organismos en suelos
“vivos” (media/ ha)
Lombrices
1.000 kg
Miceobios
Billones
Protozoos
150 kg
Algas
150 kg
Bacterias
1.700 kg
Hongos
2.700 kg
(Science 1995, 1118-25)
Lixiviación, un problema muy poco probable
Si los residuos de la cubierta favorecen la retención de agua y se reducen las pérdidas
por escorrentía también se incrementará la penetración del agua en el suelo. Este
aspecto, que en si favorece al olivar por su mayor disponibilidad de agua, podría por
otro lado preocupar dado que los nitratos y productos fitosanitarios podrían lixiviarse
(percolar) más fácilmente en el suelo. Sin embargo lo anterior solo sería un problema
real si el manto freático estuviera muy superficial, lo que no ocurre en la inmensa
mayoría de los olivares. Además, sobre la cubierta vegetal se aplican principalmente
herbicidas de postemergencia, con muy poca o nula actividad en el suelo, y por
consiguiente despreciable capacidad de lixiviación.
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3. TIPOS DE CUBIERTAS Y SU MANEJO
Clasificación y características ideales
Hay muchos tipos de cubiertas vegetales. Si bien muy diferentes entre sí, cada una de
ellas puede cumplir al menos alguna de las funciones para las que originalmente han
sido diseñadas. En general las cubiertas vegetales permanentes y sin recibir manejo
alguno, se consideran que disminuyen las producciones y el vigor de los árboles y que
por consiguiente no son aconsejables. No obstante, pueden mejorar una serie de
propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos que ocupan.
Clasificación de la Cubiertas Vegetales
?? Por su origen y manejo
?? No sembrada
? ? Espontánea de malas hierbas (no seleccionada)
? ? Espontánea de malezas y seleccionada hacia gramíneas
?? Sembrada
? ? De gramíneas (cebada, ballico, bromo, otros)
? ? De leguminosas (vezas, altramuces, otras)
?? Por su duración
?? Temporales (invierno, ciclo anual).
?? Permanentes (céspedes).
?? Por su estado fisiológico
?? Vivas. (vegetales)
?? Inertes ó muertas (restos de podas, piedras)
?? Por el método de control ejercido sobre la cubierta
?? Segadas mecánicamente
?? Segadas químicamente con herbicidas
?? Controladas por pastoreo
Algunas características de la “Cubierta Ideal”*
??
??
??
??
??
??
??
??
??
Bajo desarrollo en altura
Rápido crecimiento
Desarrollo radicular superficial
Escasamente competitiva
Adaptada a la estación de lluvia
No ser hospedadora de insectos- plagas
De baja combustibilidad
Capacidad de captar/ movilizar nutrientes
Capaz de “autosembrarse”
* (según Jordan & Jordan, 1985, modificado)
3.1. Cubierta vegetal espontánea seleccionada hacia gramíneas
Para iniciar esta cubierta se deja emerger las malas hierbas de forma espontánea (sin
ningún tratamiento previo) normalmente a partir de septiembre (“otoñada”). Luego, una
vez emergidas las malezas y con un cierto desarrollo se controlan las especies
dicotiledóneas (de “hoja ancha”) mediante la aplicación de herbicidas “antidicotiledóneos”
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(o sea herbicidas contra malezas de “hoja ancha” y por consiguiente selectivos de
gramíneas). De esa forma se favorece la selección de gramíneas. La fecha de aplicación
del tratamiento herbicida se toma en función del desarrollo de la cubierta (por ejemplo 1015 cm) y por consiguiente en fecha variable según la climatología de cada año y localidad
(Noviembre-Febrero).
Se recomienda el establecimiento de este tipo de cubierta en suelos que previamente se
hayan labrado durante años, en los que normalmente habrá un elevado “banco” de
semillas (rico en especies y con alta densidad de semilla). La cubierta de gramíneas
espontánea estará compuesta por especies tales como Ballico (Lolium spp), Bromo,
(Bromus spp), Cebadilla (Hordeum murinum), Vulpia spp, Poa annua, entre otras
muchas. En principio este tipo de cubiertas se establecerá algo más lentamente que las
sembradas, dependiendo de la cantidad inicial de plantas presentes.
Una vez desarrollada la cubierta (Oct.-Nov.) se realiza el abonado nitrogenado de la
misma, se recomiendan dosis de 50 UF de nitrógeno por hectárea de cubierta vegetal.
Una vez establecida la cubierta los tratamientos con herbicidas selectivos de gramíneas,
se tendrán que repetir siempre que aparezcan malas hierbas “difíciles de combatir” (por
ejemplo Malva, Lavatera) o cuando los rodales de otras malas hierbas sean elevados en
la cubierta. En el caso de que ocurra el establecimiento de especies de malas hierbas de
ciclos tardíos, será necesario controlar los rodales con herbicidas del tipo traslocación.
En este tipo de cubierta, la siega química, o tratamiento herbicida para interrumpir
(“matar”) el desarrollo del ciclo de la cubierta, no debe de realizarse en toda la superficie
de la misma, sino dejar una franja viva de anchura variable (desde 0,5 m) Dicha banda
“viva” no recibe tratamiento herbicida, y por consiguiente prosigue normalmente su ciclo,
y llega a formar y dispersar semillas. De esta forma se consigue la “autosiembra”, que
permitirá disponer de semillas para los años siguientes. Para conseguir esta banda de
“semillado” bastará con bloquear/ anular la boquilla (o boquillas) correspondientes en la
barra de aplicación del pulverizador de herbicidas.
La situación de la banda de semillado en la franja de cubierta puede variar su posición,
alternativamente en el centro o en uno de los laterales (derecho o izquierdo). Las semillas
producidas en un año, germinan gradualmente en los años siguientes (de 2 a 4 ó más
años, decreciendo su viabilidad/ poder germinativo con los años). Mediante esta técnica
de siega química parcial (en bandas alternativas) se asegura un banco de semillas de
gramíneas en toda la franja de cubierta sin necesidad de resembrar. Como norma
general, para el buen manejo de este tipo de las cubiertas, y en particular de ésta, se
necesitan conocimientos técnicos sobre malas hierbas y sobre herbicidas.
Cubiertas de gramíneas seleccionadas (no sembradas)
PUNTOS CLAVE
Crecimiento espontáneo de todas las malezas (“otoñada”)
Tratamientos selectivos contra ”hoja ancha”, siempre que sean necesarios (Nov.-Feb)
Fertilización Nitrogenada (50 UF, Oct.-Nov.)
Siega química en bandas (Marzo)
Vigilar la presencia de malas hierbas de difícil control (malvas)
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3.2. De gramíneas
Cubierta vegetal sembrada de gramíneas (cebada, ballico, bromo, otras)
Este tipo de cubierta es una alternativa a las de vegetación natural o espontánea.
Consiste en sembrar una o varias especies de gramíneas. La operación de siembra se
realiza con sembradoras diversas, o incluso con “abonadoras” de tipo centrífuga o a
mano. El precio de la semilla, si bien variable, en muchos casos puede resultar
económico.
Se recomiendan particularmente para olivares cuyos suelos hayan sido previamente
manejados en no- laboreo o bien que estén muy erosionados. En ambas situaciones el
banco de semillas suele ser pobre en especies y en densidad de semillas en general.
Además, suelen abundar las malas hierbas perennes, de frecuente desarrollo en
primavera-verano y en algunos casos de más difícil control.
Se pueden considerar los dos grupos siguientes,
a) Gramíneas cultivadas (avena, cebada, centeno).
Sus semillas suelen ser fáciles de conseguir a precios económicos (no certificadas).
La siembra se puede realizar con sembradoras, “abonadoras” de tipo centrífuga o a
mano, según la disponibilidad de maquinaria. En el caso de no utilizar sembradoras
con frecuencia será necesario dar un pase con alguna rastra o reja muy superficial
para el enterrado de las semillas (lo que no es posible en parcelas con pendiente muy
pronunciada, por ejemplo de más de 15- 20% de pendiente). La dosis orientativa de
semilla es de 100-110 kg por hectárea de cubierta vegetal (50-55 kg por ha de
terreno).
b) Gramíneas espontáneas (ballico, cebadillas, bromo, etc.)
En este tipo de cubierta se utilizan semillas de gramíneas espontáneas (malas hierbas/
malezas) cuya comercialización todavía al menos no está muy extendida. La
excepción a este respecto es el ballico, que suele sembrarse a 15 kg por hectárea de
cubierta (7.5 kg por hectárea de terreno).
Las gramíneas espontáneas como cubierta tiene ventajas muy importantes: a) se pueden
usar como inicio de sistema de cubiertas; b) no necesitan el enterrado de la semilla, con
lo que se pueden emplearse en suelos con pendiente pronunciada (> 15-20%); c) en
años posteriores puede llegar a “autosembrarse” (formación de la banda de semillado
mediante siega química de solo la banda central o lateral)
Cubiertas de gramíneas sembradas)
PUNTOS CLAVE
Operación de siembra (Septiembre)
Fertilización Nitrogenada (50 UF, Oct.-Nov.)
Siega química (Marzo)
Vigilar la presencia de malas hierbas de difícil control (malvas)
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Cubiertas vegetales de leguminosas sembradas (vezas, tréboles, altramuces,
otras)
Se tiene poca experiencia de la adaptación de este tipo de cubiertas al olivar.
Potencialmente son una alternativa muy interesante debido a su capacidad de fijación de
nitrógeno atmosférico, y ahorro consiguiente de abono nitrogenado. No obstante, en
términos generales se consideran poco idóneas, debido fundamentalmente a la rápida
descomposición de sus restos vegetales, lo que resulta en un bajo y corto efecto de
protección del suelo. Un caso particular entre las cubiertas vegetales de leguminosas son
las de altramuz, especies adaptada a suelos ácidos (frecuentes en algunas zonas de la
provincia de Huelva) y cuyos restos vegetales son más persistentes que los de otras
leguminosas.
Por otra parte, en las cubiertas de leguminosas el control herbicida de malezas es más
difícil y costoso de llevar a cabo que en las de gramíneas. Sin embargo, la siega
mecánica se lleva a cabo con eficiencia en cubiertas de leguminosas, sobre todo con
especies con poca capacidad de rebrote como la veza, y siempre que las siegas sean
muy tardías (después de marzo y con la planta en floración).
Las cubiertas de leguminosas pueden tener su interés en olivares orgánicos (“ecológico”,
en los que no se usan herbicidas ni fertilizantes de síntesis) y son pues necesariamente
manejados con desbrozadora. En ningún caso se deben de incorporar los restos
vegetales al suelo con una labor.
3.3. De malezas e inertes
De malas hierbas sin manejo especifico
Consiste simplemente en dejar crecer la vegetación espontánea (malas hierbas) entre las
hileras de árboles y no controlarlas mediante siega química o mecánica hasta mediados
de marzo. La ventaja de esta cubierta es el ahorro en determinados costes, a saber: a)
semilla de siembra; b) operación de siembra; y c) tratamiento herbicida selectivo. Una de
sus desventajas radica en que las especies vegetales que la componen con frecuencia
son muy diversas (distintos hábitos de crecimiento, variable sensibilidad a los
herbicidas). Por lo anterior, su siega química normalmente requerirá dosis mayores de
herbicidas que las cubiertas sembradas o seleccionadas.
En principio este tipo de cubierta puede resultar atractivo y de hecho puede ser una
alternativa para áreas de agricultura orgánica (en las que no se usan herbicidas ni
fertilizantes de síntesis). No obstante, todavía al menos, no se aconseja, dado que aun
se tiene poca experiencia en su manejo, y sí se conoce que presenta las siguientes
desventajas, a saber:
- Rápida descomposición de sus restos vegetales, con una baja/ muy baja protección
del suelo
- En el caso de que se use la siega química, se necesitarán dosis más altas de
herbicidas que las usadas para las cubiertas de gramíneas, con el consiguiente mayor
coste económico.
- En el caso de que se use la siega mecánica con desbrozadora, la vegetación puede
evolucionar hacia especies perennes, de fácil rebrote y rastreras; todas ellas de difícil
control con desbrozadora.
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3.4. Cubiertas inertes
Son un complemento o alternativa entre otros sistemas de manejo de suelo en el olivar.
Las más usuales se describen a continuación.
Cubiertas inertes vegetales (restos de poda triturados)
Consisten en el esparcimiento
de los restos de poda
triturados
o
de
algún
subproducto del olivar (foto
derecha). Tradicionalmente
los restos procedentes de la
poda de los olivos se han
quemado entre las calles de
los olivos. Esta operación
denominada “quema”, tiene
ciertas desventajas, a saber:
a)
Cierto
riesgo
de
combustión de los olivos
próximos, sobre todo en
plantaciones intensivas; b)
desaprovechamiento de material vegetal que se podría transformar en humus y así
enriquecer el suelo ; y c) emisiones superfluas de CO2 a la atmósfera, tema en el que
cada vez hay mayor sensibilidad.
Una alternativa a la “quema” es el aprovechamiento de los restos de poda triturados y
su esparcimiento en las calles de los olivos. Existen en el mercado bastantes modelos
de máquinas astilladoras o trituradoras, y en conjunto se puede decir que este método
está ya bastante extendido en amplias zonas olivareras.
Las cubiertas inertes se adaptan se adapta muy bien y en cierto modo son
complementarias al sistema de no-laboreo y de cubiertas vegetales vivas. Es
conveniente tener en cuenta los siguientes extremos sobre las mismas:
??Los
restos de poda triturados no se deben incorporar al suelo con labores, sino
permanecer en la superficie. Dado que son muy persistentes (varios años) ofrecen
una protección prolongada y adecuada del suelo.
??El
control de malas hierbas debe de llevarse a cabo mediante herbicidas.
??Los
restos de poda triturados pueden dificultar (afectar negativamente) el desarrollo
de la cubierta vegetal (debido a la descomposición de su materia orgánica y a la
formación de compuestos “alelopáticos”, en gran parte todavía desconocidos). No
obstante, a efectos de protección del suelo se reitera la buena acción de los restos
de poda triturados y su acción complementaria con las cubiertas vegetales vivas.
En cubiertas con restos de poda triturados distribuidos en la superficie del suelo (sin
incorporar a éste) se han observado en estudios de 6 años de duración lo siguientes
efectos positivos:
- Aumento de la materia orgánica en las capas superficiales del suelo
- Aumento del nitrógeno orgánico en suelo
- Mayores contenidos de agua en suelo
- Mejor estructura de suelo en las capas superficiales
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Subproductos olivar
También se ha empleado como material de cobertura restos vegetales provenientes de la
limpieza de la aceituna en la almazara. (sobre todo hojas). Este tipo de cubierta es muy
similar al de restos de poda triturados. Su limitación viene dada por el coste económico
de la maquinaria de distribución y transporte del material.
Existe cierta inquietud en la utilización de restos de poda triturados y restos de
limpieza (hojas) de la almazaras por la propagación potencial de ciertas enfermedades
y plagas (verticilosis y repilo). No hay evidencias al respecto, ni a favor ni en contra. Es
pues una línea más de investigación que deberá abordarse.
3.5. Cubiertas inertes no vegetales
El suelo de las parcelas con elevada pedregosidad (alto % de piedras en su superficie)
están naturalmente protegido contra la erosión. Las piedras reciben el impacto de las
gotas de lluvia y permiten la infiltración del agua en el suelo. Su efecto es pues
beneficioso. La colación de piedras de pequeño tamaño en las entrecalles de los olivos
llegaría a causar el mismo efecto. Su limitación claro está es la disponibilidad de tales
piedras y el coste de la operación. En cualquier caso este tipo de cubierta conlleva la no
realización de labores y el controlar las malas hierbas mediante herbicidas.
4. LA SIEGA
Siega química vs siega mecánica de la cubierta
Las cubiertas vegetales vivas mantenidas permanentemente en las plantaciones
arbóreas reducen el desarrollo y vigor de los árboles. Esto se debe a que compiten por
agua y nutrientes, afectando tanto a plantaciones jóvenes como adultas. Es por tanto
necesario ejercer un control sobre el crecimiento de la cubierta y eliminar estos efectos
negativos.
La competencia por agua y nutrientes se reduce mediante la siega mecánica y/ o siega
química con herbicidas. La siega mecánica se realiza con desbrozadoras o segadoras,
dejando los restos vegetales sobre la superficie. No obstante, debe señalarse que es
poco efectiva y no consigue eliminar totalmente la competición de la cubierta vegetal con
el olivar. La siega mecánica puede causar pérdidas importantes de humedad del suelo y
por consiguiente de cosecha de aceituna. Sin embargo la siega mecánica es una práctica
alternativa para olivares orgánicos (“ecológicos”) que no utilizan herbicidas (la única
disponible en este tipo de agricultura).
Por el contrario, la siega química ha mostrado ser un método eficaz para reducir el efecto
de competición antes referido, dado que detiene el crecimiento de la cubierta vegetal a
los pocos días después de aplicarse el tratamiento herbicida. Estudios sobre el balance
de agua en el perfil del suelo el olivares con cubiertas vegetales segadas químicamente
permiten afirmar lo anterior.
El momento, tipo y dosis de tratamiento herbicida son aspectos importantes de la siega
química. El momento (fecha) debe de permitir que el desarrollo de la cubierta sea
suficiente para ofrecer una buena protección del suelo y prolongada permanencia de sus
restos vegetales. Esta fecha de referencia, para las condiciones climáticas de Andalucía
y “para un año normal“, puede ser la de mediados de marzo, la cual en la cubierta de
gramíneas se corresponde normalmente con el estado fenológico “encañado” (antes de
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emitir la hoja bandera, y bastante antes de la formación del “zurrón” y espiga). Esta fecha
podrá variarse de acuerdo con el régimen de pluviometría de cada año. Los herbicidas
glifosato y sulfosato, a las dosis de 0.7 y 1 kg/ ha se han mostrado muy eficaces en la
siembra química. Ambos se aplican a de bajo volumen y son de muy bajo impacto
medioambiental.
Evolución de los contenidos
acumulados de agua en
suelo, para una cubierta
sembrada de cebada en
terreno sin olivos con los
tratamientos
de
siega
química, siega mecánica y
sin siega. Los menores
contenidos en humedad
corresponden a la cubierta
sin siega y los mayores a la
cubierta
segada
químicamente. Para la
cubierta
segada
mecánicamente se realizaron tres pases de desbrozadora (12, 24 marzo y 13 abril) para
controlar su crecimiento, frente a una única intervención de tratamiento herbicida en la
segada químicamente (12 marzo).
Las diferencias del contenido de agua en suelo según el método de siega elegido, se
traducen al final en diferencias en las producciones. La siega química es el sistema mas
eficaz en controlar el crecimiento de la cubierta y con la que se obtienen las mayores
producciones comparado con la mecánica.
Siega química
Fecha (orientativa)
Mediados de marzo
Estado de desarrollo
En gramíneas, el encañado
DIEZ PREGUNTAS FRECUENTES SOBRE CUBIERTAS VEGETALES
Las cubiertas vegetales son bien conocidas en otros cultivos y áreas geográficas, pero no
en el olivar. De ahí que sea normal el que determinadas preguntas se formulen
repetidamente. Trataremos de anticiparnos a las más usuales y contestarlas brevemente.
1. ¿Porque adoptar el sistema de cubiertas vegetales en el olivar?
Pueden ser varios los objetivos o beneficios que se derivan de las cubiertas, a saber: a)
medioambientales: conservar el suelo (evitar la erosión) y mejorar la calidad de las aguas
(que no arrastren sedimentos, lodos); b) agronómicos: mejorar la calidad del suelo, y
como alternativa a las labores del suelo y a otros métodos de control de las malezas; y c)
económicos: ahorrar tiempo y dinero en maquinaria y combustible; el laboreo del suelo es
la operación más cara y medioambientalmente más agresiva.
En nuestro caso, solo deseamos que cumplan un objetivo, “proteger el suelo de los
impactos directos de las gotas de lluvia”, los demás objetivos o beneficios vendrán por
añadidura.
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2. ¿Que tipo de cubierta o especie vegetal utilizar?
Hay diferentes tipos de cubiertas y cada una de ellas independientemente puede dar
buen resultado. Estudie detenidamente las características de cada unos de las cubiertas
descritas, visite fincas en las que ya se hayan implantado algunas de ellas y decida cual
puede adaptarse mejor a su explotación.
Las especies de la cubierta deberán desarrollar una gran biomasa lo suficientemente
persistente en la superficie del suelo para completar el ciclo anual de manejo de la
cubierta. Las gramíneas, son las especies que alcanzan mayor biomasa comparada con
otras especies de leguminosas, crucíferas, etc.
Los restos provenientes de gramíneas tardan más en descomponerse que las otras
especies utilizadas como cubierta, comparada con restos que contengan altos contenidos
en nitrógeno y de descomposición más rápida.
Las especies recomendadas para utilizar en las cubiertas son las gramíneas, tanto
naturales como cultivadas.
3. ¿Qué hacer con los restos vegetales de las cubiertas?
Una vez interrumpido el ciclo de la cubierta mediante la “siega química” (herbicida) o
“mecánica” (desbrozadora), los restos vegetales deben permanecer en la superficie, ya
que si se mezclan con el suelo son menos efectivos en la reducción de la erosión y
escorrentía. Además, en este caso serían más accesibles a los microorganismos del
suelo y se aceleraría su descomposición. Con los residuos en la superficie del suelo se
crea una capa de materia orgánica que es muy positiva para retener y proveer nutrientes,
4. ¿Consumen nutrientes las cubiertas? ¿Hay que fertilizarlas?
Obviamente las cubiertas vegetales vivas absorben/ consumen nutrientes en su
desarrollo y mientras que están vivas. Por esto con frecuencia se recomienda aplicarles
fertilizante nitrogenado complementario, lo que puede ser un punto clave para su
adecuado manejo. No obstante, cuando las cubiertas terminan su ciclo se descomponen
y esos nutrientes se restituyen al suelo. Con esto se consigue una movilización de
nutrientes en el suelo que se ponen a disposición de las raíces en las capas más
superficiales del suelo.
5 ¿Y con respecto al nitrógeno?
Merece especial mención que en suelos con cubiertas vegetales se ha observado una
disminución de las pérdidas de nitrógeno (nitratos) por lixiviación y mayores
disponibilidades de este elemento en las épocas que lo demanda el olivo. Lo anterior en
particular en las capas superficiales, accesible a las raíces del olivo en este sistema de
cultivo.
6. ¿Que superficie de suelo debe cubrir la cubierta?
Conforme más superficie cubra la cubierta vegetal mejor realizará sus funciones de
protección/ conservación del suelo, exceptuando lógicamente la superficie del “ruedo” de
los olivos, que debe de estar libre de vegetación para facilitar la recolección de la
aceituna. A efectos de las subvenciones hasta ahora establecidas por la CAP de
Andalucía se ha establecido una cobertura mínima del 50% de la superficie de la parcela.
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7. ¿ Que riesgo de incendio hay con las cubiertas ?
Muy bajo si se las maneja bien. La cubierta debe de ejercer su función de protección
del suelo y para esto debe de alcanzar un cierto desarrollo (por ejemplo 10-20 cm),
pero en modo alguno permitir un desarrollo excesivo, que por otro lado podría causar
competencia con el cultivo. Además, pueden tomarse algunas precauciones, como las
siguientes
??Alternar calles con restos de poda triturados y cubiertas vegetales
??Interrumpir las bandas de cubierta, periódicamente.
??No tener cubierta con restos secos, cerca de los bordes de caminos, carreteras o
linderos con vegetación.
??Realizar pases con desbrozadora para triturar los restos. Se pueden emplear rastras,
siempre que no ocasionen el amontonamiento de los restos en lugares concretos.
8. ¿ Afecta negativamente las cubiertas al olivar por el consumo de agua ?
Hay evidencias experimentales de lo contrario. En un olivar con cubierta se produce una
mejor “gestión” del agua del suelo. Ocurre un aumento considerable de la cantidad de
agua infiltrada en el suelo, que en parte es consumido por la cubierta en su crecimiento y
parte queda en el suelo y luego la usa el olivo. El balance global es que se dispone de
mas agua en un suelo con cubiertas que en uno labrado. siempre que se maneje
correctamente y se realice la siega química en la fecha indicada.
La presencia de una capa de restos vegetales secos sobre la superficie del suelo, tiene
otra propiedad muy interesante, ya que limita las perdidas de agua de suelo por
evaporación, este fenómeno se registra tanto en cubiertas vegetales como con cubiertas
de restos de poda triturados.
9. ¿Cómo afecta la cubierta vegetal a la producción del olivo?
Promediando muchas experiencias llevadas a cabo en diversas localidades y en
diversos años, las producciones aumentan ligeramente o se mantienen estables en el
olivar con cubierta comparativamente al sistema de laboreo convencional. Las razones
que explican la mayor producción de los olivares con cubierta vegetal bien manejada,
respecto a los olivos labrados, se debe a una mayor disponibilidad de agua en suelo
para los olivos con cubierta; esto determina un mayor crecimiento y una mayor
superficie productiva. Otros factores a tener en cuenta, es que no se produce rotura de
raíces con labores; sobre todo las que tienen acceso a la capa más fértil de suelo,
situadas en superficie.
10. ¿Cuales son las limitaciones/ problemas del uso de las cubiertas?
Las siguientes, algunas de ellas claro está evitables,
?? El riesgo de heladas aumenta ligeramente. No deben ser recomendadas en áreas
donde tradicionalmente se producen heladas frecuentes e intensas. En estos
lugares es mejor utilizar sistemas de no-laboreo.
??El deficiente manejo agronómico de las mismas (siembra, fertilización, momento de
la siega, entre otros). Este puede ser su principal limitación. En particular la
deficiente aplicación de los herbicidas sobre la cubierta puede causar problemas.
Hay pues que familiarizarse con estas nuevas técnicas, ya que bien manejadas
nos proporcionan numerosos beneficios.
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