¿Es lícito el aborto?

Anuncio
¿Es lícito el aborto?
[ED, 218-1012]
Por Bazán Lazcano, Marcelo
I
Introducción
Podría pensarse que el "derecho humano" de la mujer embarazada nos da la clave para una
caracterización general del aborto. Se dice a menudo que éste es el derecho que debe
tenerse en cuenta al examinar el tema.
Sin embargo, la consideración del significado o alcance de los "derechos humanos" en
juego cuando se trata del aborto sería demasiado restrictiva si comprendiera
exclusivamente el llamado "derecho de la mujer". Además, en ningún caso la Convención
sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer contempla la
negación de lo que sería el "derecho al aborto" como discriminatoria. Como veremos
enseguida, el problema tampoco se resuelve procurando conciliar el derecho de la madre
con el derecho de la persona por nacer.
II
Normativa específica
Así vemos que el Código Penal no resuelve el problema reconociendo el derecho a abortar
de la madre encinta cuando el alumbramiento pusiera en peligro su vida (art. 87, inc. 1º).
Podríamos decir que en este caso y en el de una violación o de un atentado al pudor sobre
una mujer idiota o demente (art. 87, inc. 2º), el derecho que tiene mayor jerarquía no es el
de la persona por nacer sino el de la madre.
Examinaremos ahora el significado de cualquier norma que despenalizara irrestrictamente
el aborto en nuestro derecho.
Es obvio que ella no solamente repugnaría a la cláusula de la Constitución que protege la
vida de la persona por nacer desde el embarazo (art. 75, inc. 23, párr. 2°), sino a la del
art. 4° de la Declaración Americana sobre Derechos Humanos.
Una inspección cuidadosa de este último precepto revela el reconocimiento, por él, del
"derecho a la vida" de la persona por nacer, "desde el momento de la concepción". No
necesitamos aquí investigar la distinción entre "concepción" y "embarazo" que sugiere
como conveniente la citada norma del art. 75, inc. 23 de la Constitución. Por el art. 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados, el precepto de la Declaración
Americana sobre Derechos Humanos debería prevalecer sobre cualquier norma de nuestro
derecho interno que se opusiera a ella.
III
Argumento desenfocado
Los partidarios del aborto no solamente se desentienden de la normativa internacional y de
la Constitución precedentemente examinada, sino que pretenden resolver el problema
arguyendo que el número de las madres que practican el aborto entre nosotros constituye
una razón para considerar lícita su conducta.
Nos planteamos la cuestión de si el hecho de que la cantidad de los casos de homicidios
sea elevada constituye una razón para despenalizar su práctica. No encontramos que este
argumento pueda ser valedero para consentir como lícito el procedimiento abortivo.
Esta opinión de los abortistas entraña grandes dificultades. parece presuponer un peculiar
concepto del derecho de la mujer como "derecho absoluto". Según esta concepción, ella
podría disponer a su antojo de la vida del ser que se halla en su vientre.
Sin embargo, decir que a la madre le cabe un verdadero derecho a acabar con esa vida, es
una forma de resolver el problema provocativa y peligrosa. Parece dar a entender que el
caso difiere del homicidio porque el ser por nacer no es propiamente un ser, o es un ser
diferente del que existe a partir del nacimiento. Primordialmente, además, este punto de
vista inhumano descree de la posibilidad de que el Estado asuma, en los casos
correspondientes, su deber de brindar "un régimen de seguridad social especial e integral
en protección del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización
del período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de
lactancia" (art. 75, inc. 23, Constitución).
IV
Conclusiones
Cuando decimos que un régimen como el establecido por la norma precedentemente
transcripta puede tener verdadera vigencia, entendemos que no existe la razón adecuada
por la tesis favorable al aborto.
Sobre la base de la norma que prevé esta protección y de lo prescripto por el citado art.
4° de la Declaración Americana sobre Derechos Humanos, diremos que cualquier
norma que desincriminara, en general, el aborto sería contradictoria con la Constitución y
no solamente con el derecho internacional vigente en nuestro territorio.
Pero también son contradictorias con la norma del párr. 2° del inc. 23 del art. 75 de la
Constitución, las normas de los incs. 1º y 2º del art. 87 del cód. penal, que ya conocemos,
en cuanto despenalizan la conducta abortiva de la madre, en detrimento del derecho a la
vida de la persona por nacer protegido por la citada norma constitucional de manera
expresa y clara.
Descargar