Iglesia Ortodoxa Antioquena en México INTRODUCCIÓN A LA IGLESIA ORTODOXA Conferencia impartida por el P. Archimandrita Ignacio Samaán Cuarta Sesión del Seminario “Las Tradiciones Espirituales Presentes en México” Facultad de Filosofía y Letras UNAM 11 de noviembre de 2005 LA IGLESIA ORTODOXA “Ortodoxia” El término griego ορθοδοξία “ortodoxia” es derivado de dos palabras: ορθή que significa “recto”, y δοξα que tiene los siguientes sentidos: direccionamiento, doctrina, enseñanza, concepto común y gloria. dicho término fue usado a partir del siglo IV para indicar la recta fe frente a la herética. El primer concilio Ecuménico, celebrado en el año 325, determinó la fe “ortodoxa” sobre la divinidad de Cristo ante el surgimiento de la herejía de Arrio; y en los siguientes seis Concilios Ecuménicos siempre se acudió a este término para significar la única y misma fe cristiana preservada de cualquier desviación. Entonces la palabra “ortodoxo” indicaba lo mismo que la palabra “católico” καθολικός (κατά όλον) que significa “según todos” lo que indica la fe según todos. Por eso, ambas, durante el primer milenio, no eran nombres propios, sino más bien, calificativos de autenticidad de fe. Occidente y Oriente La eclesiástica separación entre Oriente y Occidente sucedió formalmente en el año 1054; pero, en realidad, había empezado paulatinamente mucho tiempo atrás (desde el Siglo IX). El distanciamiento político, cultural y religioso pavimentó esta separación, cuyas causas inmediatas fueron las dos siguientes: 1- El “Filioque”: frase latina que significa “y del Hijo”, fue añadida en España, en el siglo VI, al Credo Niceno-Constantinopolitano, determinado en los Concilios primero y segundo, “Creo [...] en el Espíritu Santo [...] que procede del Padre y del Hijo.” Esta añadidura adoptada por Roma, fue rechazada por todos los demás cuatro patriarcados que estaban en el Oriente (Constantinopla, Alejandría, Antioquía y Jerusalén). 2- La autoridad Papal: En el Occidente, el Papa tenía autoridad espiritual y eclesiástica directa sobre las iglesias del Occidente, -y además autoridad política-, siendo la única cátedra de origen apostólico; mientras en el Oriente, varias ciudades gozaban de este privilegio, así que nadie tenía autoridad sobre el otro. En realidad la autoridad únicamente la tuvo el concilio de los obispos, conforme a la tradición apostólica.• En el Oriente, hasta el día de hoy, se ha • Véase Hecho 15:6-29 1 dominado el concepto de “primus inter pares”. Pues el Patriarca en el sínodo local es primero entre iguales, que preside pero no manda, y el Patriarca de Roma, para el Oriente, debía ser primero entre iguales♣. Pero el Papa empezó a querer ejercer una autoridad absoluta sobre la Iglesia de Cristo, cosa que nunca ha aceptado el Oriente: la cabeza de la Iglesia es Cristo Dios, Él es la única Piedra inmortal sobre la cual la Iglesia está edificada. Profundizaron la separación, aún más, las cruzadas con las que el latinismo hirió al ya entonces hermano pobre y quiso esclavizarlo•, mas lo único que ganó fue odio y resentimiento. Y los orientales miraban ya a las tradiciones del occidente con mucho rechazo. De estas tradiciones mencionamos: -El celibato obligatorio de los sacerdotes. -La celebración de la Eucaristía con pan ácimo. -El bautismo con la aspersión en lugar de la inmersión... entre otras. Énfasis Ortodoxas - Material y espiritual: Mientras en el Occidente el dualismo platónico marcó su sello sobre la teología, la teología ortodoxa ha conservado la línea bíblica de la transfiguración de la materia: “¿No sabéis que vuestro cuerpo es Templo del Espíritu Santo?” (1°.Cor.6, 17). Dios se ha encarnado para santificar al mundo y a su materia, o sea, para espiritualizarlo; entonces no hay dualismo entre cuerpo y alma, el hombre está designado a la santidad con todo su ser. La materia en sí es neutral, pero su uso la califica como espiritual (según el Espíritu de Dios) o carnal (según la concupiscencia). - Filosofía y teología: La filosofía ha sido una pluma con la que los Padres de la Iglesia determinaron en fórmulas las categorías de la fe. Pero nunca es el medio para alcanzar el conocimiento de Dios. “Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios.” (Mt. 5, 8) Entonces, es alcanzado por la purificación y no por la filosofía. El iluminado quizás filosofa para expresar su fe, pero no es su única expresión. Por eso, en los seminarios ortodoxos, las clases de filosofía no son anteriores a las de Teología, sino incluidas: La ♣ Cabe mencionar que la primacía de Roma, otorgada en el Primer concilio 325, se originó en razones políticas y administrativas y no religiosas; si no, la primacía hubiera sido de Jerusalén. Véase los siguientes cánones: 6°. Canon del 1er. Concilio Ecuménico (325) / 3°. Canon de 2°. Concilio Ecuménico (381) / 28°. Canon del Cuarto Concilio Ecuménico (451) • Mientras los cristianos en el Oriente tomaron aliento de que los latinos venían a “liberar el Santo Sepulcro de los musulmanes”, se encontraron con un ataque salvaje que profanaba bárbaramente las cosas sagrados, y exiliaba a las jerarcas ortodoxos para imponer con la fuerza a patriarcas latinos. 2 teología usa la filosofía, pero la segunda no sondea la primera; la teología es sondeada por la oración y el ayuno, por la lectura sagrada y la virtud; todo el estudio teológico procura encauzar en este “camino”. - Sacramentos: Los sacramentos (misterios) son puertas por las que el cristiano entra en la vida celestial•, ventanas hacia el reino de Dios. En este sentido, el icono es un misterio, así como el canto sagrado, el agua bendita... etc. Pero el misterio de los misterios es la divina Liturgia, en la que la Iglesia se realiza como el Reino de Dios donde Él es el verdadero sentido de la vida. - Arte eclesiástico: El arte entonces es parte del sentido sacramental. El hombre de Dios cuando escribe, pinta, compone o canta, refleja la luz del Espíritu Santo. Por eso, la Iglesia Ortodoxa no está, como suele pensarse, en contra de la renovación, pero ésta surge de adentro y no de afuera: la renovación no es aplicada según lo que la era demanda, sino según el “Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2, 17). El arte ortodoxo, con sus colores y expresiones, con sus reglas y cánones, procura escribir la única verdad: la santidad que transfigura al mundo en el Reino de Dios, en el lugar de su complacencia. Presencia Ortodoxa en el mundo de hoy♣ La práctica administrativa en la Iglesia Ortodoxa es flexible, y su regla tiene su origen en la era apostólica: “Dondequiera que esté el obispo, allí está la comunidad, así como dondequiera que esté Cristo, allí está la Iglesia universal”♦. Con el tiempo, fueron considerados “Patriarcas” los obispos de las ciudades grandes del mundo Romano: Roma, Constantinopla, Alejandría y Antioquía, y también Jerusalén por ser la ciudad de los acontecimientos salvíficos. Éstos son los llamados “patriarcados apostólicos”. Con la misión Cristiana, la prédica se extendió afuera de las fronteras del mundo Romano, hacia los pueblos eslavos, así que paulatinamente se establecieron nuevos patriarcados. Otras arquidiócesis que dependían antes de los patriarcados, en un momento dado por razones políticas o prácticas, han conseguido “Autocefalia”, término que indica auto administración y sínodo local. • Consulta el Libro la Vida en Cristo, Nicolás Cabasilas, Editorial Rialp Ediciones, Madrid Para más información Consulta el Libro The Orthodox Church, Timothy Ware, Penguin Books, London 1997 ♦ San Ignacio de Antioquía, Carta a los de Esmirna VIII, 2 ♣ 3 < Patriarcados Apostólicos -Patriarcado de Constantinopla -Patriarcado de Alejandría -Patriarcado de Antioquía -Patriarcado de Jerusalén < Patriarcados posteriores -Patriarcado de Moscú: alcanzó su independencia de Constantinopla después de la caída de la ciudad en las manos de los turcos 1453. -Patriarcado de Serbia: -Patriarcado de Rumania: -Patriarcado de Bulgaria: Fue anunciado como patriarcado en 928. -Patriarcado de Georgia: Hasta el siglo VIII dependía del Patriarcado de Antioquía. Pero desde aquel entonces ya tiene su propio Patriarca. < Iglesias con Autocefalia -Arzobispado de Chipre: -Arzobispado de Grecia: dependía del Patriarcado de Constantinopla, en el año 1852 se hizo autocéfala. -Metrópoli de Polonia: dependía del Patriarcado de Moscú, en el año 1924 se hizo autocéfala. -Arzobispado de Albania: dependía del Patriarcado de Constantinopla, en el año 1937 se hizo autocéfala. -Arzobispado de las Repúblicas Checa y Eslovaca: dependía del Patriarcado de Moscú, en el año 1951 se hizo autocéfala. -Arzobispado de Macedonia: dependía del Patriarcado de Rumania, en el año 1967 se hizo autocéfala. -Metrópoli autocéfala de la Iglesia Ortodoxa de América (Orthodox Church of America O.C.A.): el tomo de su independencia eclesiástica fue editado por el Sínodo local de Moscú en el año 1970. -Metrópoli autocéfala de la Iglesia Ortodoxa fuera de Rusia (R.O.C.O.R) La iglesia Ortodoxa Antioquena La ciudad de Antioquía, actualmente en territorio turco, se encuentra a 40 Km. al noroeste de la ciudad de Alepo en Siria. En la historia del cristianismo, Antioquía ha gozado de una importancia tan significativa que san Pablo la consideró como la puerta desde la cual salía a sus giras evangelizadoras; él, junto con el apóstol Bernabé, empezaron a predicar en Antioquía, y los Hechos de los Apóstoles nos informa que “en Antioquia fue donde, por 4 primera vez, los discípulos recibieron el nombre de ‘cristianos’” (Hechos 11, 26). Más aún, la tradición nos platica que san Pedro se quedó en Antioquía ocho años, para dar firmeza a la primera comunidad de esta importante ciudad, y luego partió a Roma donde alcanzaría el martirio. Desde el año 1342, por los múltiples desafíos que la ciudad tuvo que enfrentar -sismos, cruzadas, musulmanes, otomanos...- la sede patriarcal fue trasladada a Damasco, la ciudad más importante de la arquidiócesis en aquel entonces y aún hoy día, pero el patriarcado conservó el título de “Antioquía”, siendo uno de los cinco patriarcados apostólicos determinados por el Primer Concilio Ecuménico. La Iglesia Ortodoxa Antioquena es administrada por el sínodo local, que lo preside su Beatitud, el Patriarca Ignacio IV con sede en Damasco, y que se conforma de los Metropolitanos y obispos de todas las arquidiócesis que dependen del Patriarcado: 13 arquidiócesis en Siria, Líbano e Irak, y otras 7 que se encuentran en el mundo de la emigración a lo largo de las Américas, Europa y Australia. Misión Ortodoxa en la emigración La Iglesia Ortodoxa llegó a Europa Occidental y a las Américas con los emigrantes que dejaron sus tierras en búsqueda de vida digna y huyendo de la persecución de los turcos o del comunismo. La riqueza espiritual del Oriente se enfrentó con una tarea que, quizás por mucho tiempo, había descuidado, esto es la misión. La llegada de los ortodoxos al “Occidente” ha despertado muchos anhelos, y ha construido puentes con la cultura occidental. Es impresionante la iniciativa de editoriales católicas romanas en difundir y traducir la literatura ortodoxa contemporánea para darla a conocer en el Occidente; la Iglesia Romana, después de cientos de años de alejamiento, regresa hacia la profunda teología de los Padres Griegos, teología fundada en la misma Biblia. Particularmente, en Latinoamérica, la llegada de los ortodoxos no fue siempre bienvenida, especialmente de parte del fanatismo “católico” que ignoraba la existencia de una Iglesia Católica Apostólica llamada “Ortodoxa”. Pienso que, aunque esto ha disminuido bastante; sin embargo, todavía cierto fanatismo se opone a que sea conocida esta confesión dentro la feligresía; me extrañó encontrarme con religiosos católicos romanos que nunca han oído de la “Iglesia Católica Ortodoxa”... Cabe señalar la destacable integración de la 5 comunidad Siria-libanesa y de la comunidad ortodoxa en la sociedades donde estén, y específicamente aquí, en la sociedad Mexicana. Conclusión Hay que apreciar y aprovechar los valores que el mundo occidental ofrece, de los cuales la mayoría de los regímenes en el Oriente carece: tolerancia, admisión de los demás y libertad de creencia. Concluyo con las palabras de un teólogo Ortodoxo de origen ruso en Estados Unidos, el Padre Alexander Shmeman, aplicándolas a toda misión ortodoxa en el Occidente: “Hay en la cultura americana, un elemento básico que hace posible que la Ortodoxia no nada más exista simplemente en América, sino que verdaderamente esté dentro de la cultura americana, en una correlación creativa con ella.” 6