RECURSO CASACION Num.: 2968/2010 Votación: 11/06/2013 Ponente Excmo. Sr. D.: Jesús Ernesto Peces Morate Secretaría Sr./Sra.: Ilma. Sra. Dña. María Jesús Pera Bajo SENTENCIA TRIBUNAL SUPREMO. SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO SECCIÓN: QUINTA Excmos. Sres.: Presidente: D. Mariano de Oro-Pulido y López Magistrados: D. Rafael Fernández Valverde D. Eduardo Calvo Rojas D. José Juan Suay Rincón D. Jesús Ernesto Peces Morate En la Villa de Madrid, a veinticinco de Junio de dos mil trece. Vistos por la Sala Tercera (Sección Quinta) del Tribunal Supremo, constituida por los Magistrados Excmos. Sres. anotados al margen, los presentes recursos de casación, que, con el número 2968 de 2010, penden ante ella de resolución, interpuestos por la Procuradora Doña Carmen Jiménez Cardona, en nombre y representación del Ayuntamiento de Perales de Tajuña, y por la Letrada de la Comunidad de Madrid, en nombre y representación de la Administración de la Comunidad Autónoma de Madrid, contra la sentencia pronunciada por la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, con fecha 19 de febrero de 2010, en el recurso contencioso-administrativo número 817 de 2007, sostenido por la Asociación Ecologistas en Acción-CODA contra la Orden 523/2007 del Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la 1 Comunidad de Madrid, de 15 de marzo de 2007, por la que se aprueban las Normas de Ordenación aplicables transitoriamente, en sustitución del planeamiento suspendido, en el término municipal de Perales de Tajuña. En este recurso de casación ha comparecido, en calidad de recurrida, la Asociación Ecologistas en Acción-CODA, representada por la Procuradora Doña Rosa Sorribes Calle. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- La Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, dictó, con fecha 19 de febrero de 2010, sentencia en el recurso contencioso-administrativo número 817 de 2007, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: «FALLAMOS: Estimar el recurso contenciosoadministrativo interpuesto por la Asociación Ecologistas en Acción-CODA, contra la Orden 523/2007 del Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, dictada el 15 de marzo de 2007, por el que se aprueban las Normas de Ordenación aplicables transitoriamente en sustitución del planeamiento suspendido en el término municipal de Perales de Tajuña (BOCM 105 de 2007) por el único motivo de que las Normas Transitorias fueron aprobadas extemporáneamente, anulando la Orden recurrida por no se conforme al ordenamiento jurídico por dicha razón y sin hacer expresa imposición de costas.». SEGUNDO.- Dicha sentencia se basa, entre otros, en el siguiente fundamento jurídico quinto: «Se aduce también que habría caducado el ejercicio de la potestad de planeamiento por la vía del art. 70 de la LSM, porque desde que fue dispuesta la suspensión cautelar de las Normas Subsidiarias, se ha extravasado el límite temporal de seis meses expresado en dicho precepto (desde el 3 de mayo de 2006 hasta el 15 de marzo de 2007 en que se produjeron los acuerdos o desde el 12 de mayo de 2006 al 4 de mayo de 2007 si acudimos a las publicaciones) dentro del cual, en todo caso, habrían de haberse aprobado las Normas Transitorias. Para la Asociación recurrente, de la expresión "en todo caso" contenida en el precepto solo resulta como interpretación posible, tanto por la literalidad del precepto como la excepcionalidad del procedimiento establecido en dicho art. 70, que transcurrido dicho plazo caduca el procedimiento y no es posible ya dictar las normas transitorias. Por su parte, las Administraciones demandadas oponen que la infracción de ese plazo se trata de una mera irregularidad no invalidante, tal como resultaría de lo dispuesto en el art. 63.3 de la Ley de Procedimiento común. Ya hemos tenido ocasión de señalar con ocasión del recurso 681/2006 que la suspensión cautelar del planeamiento a efectos de im pedir que resucite un planeamiento obsoleto, como consecuencia de pronunciamientos jurisdiccionales anulatorios, es una constante en el urbanismo para impedir los efectos indeseables o efectos negativos del plan en vigor, para lo cual se acudía al art. 51 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976 (también a dictar normas urgentes ex art. 152 del Reglamento de Planeamiento), cuyo régimen es importado, sin duda, al art. 70 de la LSM, con la única precisión de que en la LSM la suspensión del planeamiento solo puede justificarse en la afectación negativa al interés regional, seguramente para garantizar el principio de autonomía local. Con todo, se trata en ambos casos de un procedimiento especial y unitario, que se inicia con la suspensión y concluye con la aprobación de las Normas Transitorias, que carecen de 2 independencia y virtualidad propia respecto del acuerdo suspensivo. Por ello, solo es posible aprobar las Normas en el plazo mencionado por el art. 70 de la LSM, que utiliza la expresión "en todo caso" y el artículo 51 del TRLS76 precisaba que era un plazo "máximo". Esta interpretación se explica porque la eficacia de la suspensión de la vigencia del Plan General se somete a una condición resolutoria -aprobación de Normas Transitorias, o con el TRLS76, las Complementarias y Subsidiarias de Planeamiento en el plazo máximo de seis meses a partir del acuerdo de suspensióncuyo incumplimiento implica que el Plan suspendido recupere la vigencia. Obsérvese, en apoyo de esta conclusión, el contenido del artículo 163.3 del Reglamento de Planeamiento para el supuesto de incumplimiento del plazo: quedará restablecida, sin más trámites, la vigencia del plan objeto de suspensión. Entonces sucede que si las Normas Suspendidas recuperan su efectividad, las Normas Transitorias no pueden operar en lugar de las inicialmente suspendidas. Y semejante conclusión (aunque sin identificar la presencia de una suerte de condición resolutoria) ha sido alcanzada por el Tribunal Supremo (vid. por todas la STS de 20 de Febrero del 2008 ( recurso: 1138/2004), al señalar que la aprobación de las Normas no constituye, como hemos expresado, un acto independiente, sino un acto dictado en el marco del procedimiento que la suspensión inicia; no se trata, pues, de unas Normas dotadas de autonomía sino de unas Normas Complementarias o Subsidiarias, que solo es posible dictar en un plazo determinado, desde la citada suspensión, encontrándose, pues, condicionadas y derivadas de la misma, sin virtualidad propia, y que no pueden mantenerse en vigor desaparecida la suspensión que las habilitaba. Así pues este motivo ha de ser estimado. ». TERCERO.- Notificada la referida sentencia a las partes, las representaciones procesales de ambas Administraciones demandadas presentaron ante a Sala de instancia sendos escritos solicitando que se tuviese por preparado contra ella recurso de casación y que se remitiesen las actuaciones a esta Sala del Tribunal Supremo, a la que aquélla accedió por providencia de 8 de abril de 2010, en la que se ordenó emplazar a las partes para que, en el término de treinta días, pudiesen comparecer ante este Tribunal de Casación. CUARTO.- Dentro del plazo, al efecto concedido, comparecieron ante esta Sala del Tribunal Supremo, como recurrida, la Asociación Ecologistas en AcciónCODA, representada por la Procuradora Doña Rosa Sorribes Calle, y, como recurrentes, el Ayuntamiento de Perales de Tajuña, representado por la Procuradora Doña Carmen Jiménez Cardona, y la Administración de la Comunidad Autónoma de Madrid, representada por la Letrada de la Comunidad de Madrid, quienes presentaron sendos escritos de interposición de recurso de casación. QUINTO.- El recurso de casación interpuesto por la representación procesal del Ayuntamiento de Perales de Tajuña se basa en tres motivos, los dos primeros al amparo del apartado c) del artículo 88.1 de la Ley de esta Jurisdicción y el último al del apartado d) del mismo precepto; el primero por haber incurrido la sentencia recurrida en incongruencia omisiva con infracción de lo establecido en los artículos 67 de la Ley de esta Jurisdicción y 24 de la Constitución, ya que la Sala de instancia no ha examinado la cuestión relativa a que el acto extemporáneo de la aprobación definitiva de las Normas Transitorias puede tener el alcance de acto de convalidación de la aprobación presunta en los términos del artículo 67 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, pues el incumplimiento del plazo establecido en el artículo 70 de la Ley de Suelo de la Comunidad de Madrid no puede anudarse a la consideración de que se trata de un acto nulo "ex" artículo 62 de la Ley 30/1992, ya que cabe sostener que la aprobación 3 extemporánea ha confirmado la resolución presunta de aprobación al no haberse producido una resolución expresa en plazo, de modo que se puede considerar que las Normas Transitorias han sido aprobadas por silencio en los términos del artículo 43 de la Ley 30/1992 y del artículo 63 de la Ley Urbanística madrileña, o, a lo máximo, la aprobación extemporánea sería anulable, sin que el artículo 70 de la Ley del Suelo de Madrid pueda tener el alcance que le ha dado la sentencia que se impugna, pues, conforme a la doctrina jurisprudencial, recogida en las Sentencias de esta S ala, que se citan y transcriben, no toda irregularidad procedimental acarrea de suyo la nulidad o anulabilidad para la resolución que finalmente recaiga en el procedimiento; el segundo por haber infringido la Sala sentenciadora lo establecido en los artículos 120 de la Constitución, 67 de la Ley de esta Jurisdicción y 248.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en relación con el artículo 24 de aquélla, pues la sentencia recurrida no motiva el rechazo de los argumentos opuestos a la demanda, dado que no explica ni razona acerca de la posibilidad de mantener la aprobación de las Normas Transitorias por tratarse su aprobación extemporánea de un mero vicio de anulabilidad y no de nulidad y ser aplicable lo establecido en los artículos 43 y 66 de la Ley 30/1992; y, finalmente, el tercero por haber infringido la Sala de instancia lo establecido en el artículo 43 de la Ley 30/1992, en relación con los artículos 44,62,63,66 y 67 de la misma Ley, al haber declarado el Tribunal a quo que la aprobación extemporánea de las Normas Urbanísticas Transitorias es determinante de la nulidad radical de éstas en lugar de su anulabilidad, en contra de lo dispuesto en el artículo 63.3 de la Ley 30/1992, mientras que el haber sobrepasado en cinco meses el plazo para la aprobación de las Normas Transitorias no pasa de ser una irregularidad no invalidante, pues lo cierto es que el plazo establecido en el artículo 70 de la Ley 9/2001, de Suelo de la Comunidad de Madrid, tiene el mismo carácter de plazo máximo que el establecido en el artículo 63 de dicha Ley para la aprobación del planeamiento general, cuyo incumplimiento sólo implica que haya que entenderlo aprobado por silencio administrativo, y, por tanto, el transcurso del plazo sin haberse aprobado las Normas Transitorias no tiene más consecuencia que la de considerarse aprobadas por silencio administrativo y, por tanto, la posibilidad de su legal aprobación extemporánea, según lo establecido en el artículo 43 de la Ley 30/1992, institución del silencio aplicable también en materia urbanística aunque ésta venga regulada en normas autonómicas, por lo que la sentencia recurrida interpreta el alcance del plazo señalado en el artículo 70 de la Ley autonómica 9/2001, de 17 de julio, de Suelo de la Comunidad de Madrid, de forma contraria a la regulación legal de los plazos para resolver expresamente, las consecuencias del silencio administrativo y el alcance de las resoluciones extemporáneas, ya que la jurisprudencia de esta Sala ha reconocido la aprobación por silencio administrativo positivo de los instrumentos de ordenación urbanística, concretamente en las Sentencias de esta Sala de fechas 27 de abril de 2009 y 30 de septiembre de 2009, y así lo recoge también la vigente Ley estatal de Suelo y su Texto Refundido de 2008, distinguiendo entre el planeamiento de iniciativa pública y el de iniciativa particular, y, en consecuencia, el Tribunal a quo ha vulnerado lo dispuesto en el artículo 63.3 de la Ley 30/1992, ya que confunde el acto confirmatorio del silencio administrativo con un supuesto procedimental de caducidad, determinante, además, de una nulidad radical, por lo que indirectamente y, por conexión, se infringen además los artículos 62, 66, 67, 44 y 43 de la misma Ley, terminando con la súplica de que se anule la sentencia recurrida y se dicte otra por la que se desestime el recurso contencioso-administrativo interpuesto en la instancia y se declare la conformidad a Derecho de la resolución impugnada, solicitando por otrosí la celebración de vista. SEXTO.- El recurso de casación sostenido por la representación procesal de la Administración de la Comunidad Autónoma de Madrid se basa en tres motivos, 4 todos al amparo de lo establecido en el artículo 88.1 d) de la Ley de esta Jurisdicción; el primero por haber infringido la Sala sentenciadora lo establecido en los artículos 51 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976 y 163.3 del Reglamento de Planeamiento Urbanístico aprobado por Real Decreto 2159/1978, de 23 de junio, cuya incorrecta interpretación y aplicación ha sido determinante y relevante para el fallo que anuló la Orden aprobatoria de las Normas Transitorias por un defecto de forma al haberse excedido para su aprobación el plazo de seis meses, a pesar de que tal plazo no es esencial, al ser necesario recabar determinados informes que supone la interrupción del indicado plazo mientras se emiten aquéllos siempre que no se sobrepasen los tres meses, habiendo sido necesario pedir seis informes sectoriales, lo que conlleva que desde su petición hasta su recepción permanece interrumpido el plazo para aprobar las Normas Urbanísticas Transitorias, y así se desprende también de la literalidad del artículo 51 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976, que dispone que «se dictarán Normas... en el plazo máximo de seis meses a partir del acuerdo de suspensión», lo que no cabe interpretar en el sentido de que «se aprobarán definitivamente», sino que hay que entender que ese plazo se refiere al inicio del procedimiento de elaboración de dichas Normas; el segundo por haber infringido el Tribunal a quo lo dispuesto e el artículo 63.3 de la Ley 30/1992, según el cual la extemporaneidad no implica una irregularidad invalidante, especialmente cuando se consideró por la Sala de instancia que las Normas en cuestión no incurrían en los vicios denunciados por la Asociación demandante, de manera que las Normas transitorias no pueden ser nulas por una cuestión meramente formal, cual es que su aprobación definitiva recayó fuera del plazo de seis meses, y el tercero porque la Sala sentenciadora ha llevado a cabo una interpretación incorrecta de lo declarado en la Sentencia de esta Sala del Tribunal Supremo de 20 de febrero de 2008, ya que ésta sólo examina la cuestión relativa a la unidad del procedimiento, que arranca con el acto de suspensión del planeamiento, sin examinar lo relativo al carácter del plazo en que han de aprobarse las Normas Transitorias, para finalizar con la súplica de que se anule la sentencia recurrida y se dicte otra que desestime el recurso contenciosoadministrativo. SEPTIMO.- Admitidos a trámite ambos recursos de casación, a pesar de haberse suscitado la inadmisibilidad del interpuesto en nombre de la Administración autonómica por la Asociación comparecida como recurrida, por auto de fecha 3 de febrero de 2011 se dio traslado por copia a la representación procesal de la referida Asociación comparecida como recurrida para que, en el plazo de treinta días, formalizase por escrito su oposición a ambos recursos de casación, lo que llevó a cabo en escrito presentado con fecha 10 de mayo de 2011. OCTAVO.- La representación procesal de la Asociación Ecologistas en Acción-CODA aduce, en primer lugar, la inadmisibilidad de los tres motivos de casación invocados en el recurso de casación de la Administración autonómica y del tercero de los alegados por el Ayuntamiento, dado que los preceptos aducidos como infringidos no son sino una cita instrumental que encubre combatir la interpretación y aplicación que del artículo 70 de la Ley 9/2001, del Suelo de la Comunidad de Madrid, ha realizado la Sala de instancia, mientras que los motivos primero y segundo esgrimidos por el representante procesal del Ayuntamiento al amparo del apartado c) del artículo 88.1 de la Ley Jurisdiccional vienen a invocar en realidad infracciones que debieran haberse alegado al amparo del apartado d) del mismo precepto, resultando, en todo caso, desestimables todos los motivos de casación aducidos por una y otra Administración recurrentes. Así, es desestimable el primer motivo de casación alegado por la Comunidad de Madrid, porque el precepto aplicable al supuesto enjuiciado no es el artículo 51 del 5 Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976 sino el artículo 70 de la Ley del Suelo de la Comunidad de Madrid, que exige en todo caso que la aprobación del ordenamiento urbanístico transitorio se lleve a cabo dentro de los seis meses del acuerdo de suspensión del planeamiento con la finalidad de proceder a la aprobación de un nuevo planeamiento general, y la cita que en la sentencia recurrida se hace de aquel precepto del Texto Refundido de 1976 lo es meramente a título ilustrativo respecto del precedente legislativo del referido artículo 70 de la Ley de Suelo de la Comunidad de Madrid, pero, en cualquier caso, también el citado artículo 51 y el artículo 163.3 del Reglamento de Planeamiento Urbanístico requerían que el referido ordenamiento urbanístico de carácter transitorio fuese promulgado dentro del plazo de seis meses a contar del acuerdo de suspensión, sin que sea justificable el incumplimiento de dicho plazo de seis meses por la complejidad de los trámites requeridos por el ordenamiento sectorial, como tampoco es atendible que el significado dictará no deba entenderse como equivalente a aprobará sino que permite superar el mencionado plazo de seis meses en la aprobación de las Normas Urbanísticas Transitorias siempre que el procedimiento para su aprobación se hubiese iniciado antes del transcurso de los seis meses; y otro tanto cabe decir respecto del segundo motivo de casación invocado por la Comunidad de Madrid y tercero de los alegados por el Ayuntamiento recurrente, en los que se alega la vulneración del artículo 63.3 de la Ley 30/1992 y de otra serie de preceptos de esta misma Ley reguladores de silencio administrativo, que no fueron objeto del debate en la instancia, con olvido de que estamos en presencia de una disposición de carácter general y no de un acto, que son los contemplados en el precepto invocado como infringido, mientras que todos los razonamientos relativos a la aprobación del planeamiento por silencio administrativo, aparte de constituir cuestiones nuevas no abordables, por tanto, en casación, desfiguran la naturaleza, significado y finalidad de la institución del silencio en la aprobación de un planeamiento urbanístico con una fase ante la Administración municipal y otra ante la autonómica con las consecuencias derivadas de que ésta no responda en plazo a la aprobación del ordenamiento que la primera someta a su consideración; y finalmente, el tercer motivo de casación alegado por la Administración de la Comunidad de Madrid no explica la doctrina jurisprudencial que reprocha a la Sala de instancia haber infringido, ya que se limita a expresar que la tesis recogida en la sentencia del Tribunal Supremo, citada en la sentencia recurrida, no tiene el alcance y significado que la Sala sentenciadora le atribuye, de manera que no se ha articulado un motivo de casación por infracción de jurisprudencia sino que se limita a exponer su desacuerdo con la interpretación que la Sala sentenciadora realiza de una sentencia concreta del Tribunal Supremo que dicha Sala cita en apoyo de su tesis y que la Administración recurrente opina que no sirve de fundamento a la misma. Seguidamente se opone la representación procesal de la Asociación recurrida al primer motivo de casación alegado por el Ayuntamiento recurrente, en el que se denuncia la incongruencia omisiva de la sentencia por no haberse autoplanteado la Sala de instancia los efectos convalidatorios que la aprobación extemporánea de las Normas Urbanísticas Transitorias pudiera tener a la vista de lo establecido en el artículo 67 de la Ley 30/1992, pero ni esta circunstancia sería una omisión de la sentencia denunciable como incongruencia pues nadie planteó tal cuestión en el proceso de instancia, y, además, se vuelve a equivocar la Administración recurrente al no percatarse que el precepto contenido en el artículo 67 de la Ley 30/1992 contempla los actos susceptibles de convalidación pero no las disposiciones de carácter general, a las que no es aplicable tal institución; y otro tanto cabe decir del segundo motivo de casación del Ayuntamiento recurrente que tacha la sentencia recurrida de inmotivada por no haber justificado de forma suficiente que la aprobación fuera de plazo de las Normas Urbanísticas Transitorias no es una mera irregularidad no invalidante sino que acarrea la nulidad radical de aquélla. 6 Termina la representación procesal de la Asociación recurrida, después de una consideración final relativa a la actuación de las Administraciones recurrentes, solicitando que se inadmitan ambos recursos de casación o, subsidiariamente, que se desestimen declarando no haber lugar a los mismos confirmando la sentencia recurrida y con imposición de costas a las recurrentes. NOVENO.- Formalizada la oposición a los recursos de casación interpuestos, las actuaciones quedaron pendientes de señalamiento en Secretaría, hasta que se fijó para su votación y fallo el día 11 de junio de 2013, en que tuvo lugar con observancia en su tramitación de las reglas establecidas por la Ley. Siendo Ponente el Excmo. Sr. D. JESÚS ERNESTO PECES MORATE , FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Plantea, en primer lugar, la representación procesal de la Asociación comparecida como recurrida, la inadmisibilidad de los tres motivos de casación invocados por la representación procesal de la Administración autonómica recurrente y del tercero esgrimido por el Ayuntamiento también recurrente, al citarse en los cuatro como infringidos preceptos del ordenamiento jurídico estatal, concretamente del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976, del Reglamento de Planeamiento Urbanístico y de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, a pesar de que la razón de decidir de la sentencia recurrida no fue otra que la interpretación y aplicación de un precepto concreto del ordenamiento propio de la Comunidad Autónoma de Madrid, cual es el artículo 70 de la Ley 9/2001, de 26 de julio, de la Comunidad de Madrid, de manera que la cita de aquéllos es meramente instrumental para abrirse paso en el recurso de casación y sortear lo establecido en los artículos 86.4 y 89.2 de la Ley de esta Jurisdicción. Sin negar la razón de fondo que asiste a la aducida causa de inadmisibilidad, no podemos desconocer que formalmente las Administraciones recurrentes han invocado como vulnerados por la Sala de instancia preceptos del ordenamiento jurídico estatal, así como la doctrina jurisprudencial, sin perjuicio de que, al examinar cada uno de esos motivos, lleguemos a la conclusión de que no han sido infringidos porque no son aplicables por las razones que seguidamente expondremos. También tacha la representación procesal de la Asociación recurrida de inadmisibles los dos primeros motivos de casación alegados por el Ayuntamiento recurrente por ampararse en el apartado c) del artículo 88.1 de la Ley Jurisdiccional (quebrantamiento de forma), cuando lo cierto es que encubren la denuncia de determinadas infracciones de concretos preceptos de la citada Ley 30/1992, cual son sus artículos 63.3 y 67. Respecto de tal causa de inadmisibilidad cabe expresar lo mismo que de la anterior por aparecer ambos motivos bajo un ropaje formal propio del quebrantamiento de forma, aun cuando tal denuncia, como veremos también, no pueda prosperar. SEGUNDO.- Los motivos de casación esgrimidos por las respectivas representaciones procesales de ambas Administraciones recurrentes se asientan sobre dos presupuestos que, de antemano, privan de sustento a aquéllos; el primero 7 por entender que, al haber sido desestimados por la Sala de instancia todos los motivos de impugnación alegados por la Asociación demandante en la instancia salvo el relativo al plazo en que se aprobaron las normas de ordenación a aplicar transitoriamente, no cabe conferir a éste una relevancia determinante de la nulidad radical de aquéllas sino que, a lo sumo, tiene el carácter de mera irregularidad no invalidante de las mismas, y el segundo por haber olvidado aquellas Administraciones que se está enjuiciando la regularidad y conformidad a Derecho de una disposición de carácter general y no la de un acto administrativo. Ambas equivocaciones les llevan a citar como infringidos por la Sala de instancia preceptos de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, aplicables a los actos administrativos, cual son los artículos 63.3 y 67 de dicha Ley, regulador el primero de las consecuencias derivadas de las actuaciones administrativas fuera del plazo establecido para ello y el segundo de la convalidación de los actos administrativos, sin tener en cuenta que las disposiciones de carácter general, cuando son contrarias a Derecho, ya sea por razones formales o de fondo, incurren en nulidad radical o de pleno derecho, dado el carácter sustancial que para éstas tienen los defectos de carácter formal, cual es en el caso enjuiciado que las normas de ordenación aplicables transitoriamente en sustitución de las suspendidas fueron aprobadas una vez transcurrido el plazo de seis meses a partir del acuerdo de suspensión, en contra de lo establecido inequívocamente por el artículo 70.3 de la Ley 9/2001, de 26 de julio, del Suelo de la Comunidad de Madrid. Lo expuesto constituye la razón decisiva y fundamental para desestimar los motivos de casación invocados por una y otra Administración recurrente. TERCERO.- Sostiene la representación procesal del Ayuntamiento que la sentencia recurrida incurre en incongruencia omisiva por no haber examinado la Sala de instancia la cuestión relativa a que la aprobación extemporánea de las normas transitorias de ordenación urbanística pudiera tener el alcance de un acto de convalidación de una aprobación presunta en los términos del artículo 67 de la Ley 30/1992. Comprobamos, pues, cómo se plantea por este Ayuntamiento que el Tribunal a quo hubiese debido examinar la aplicabilidad de un precepto que regula la convalidación de los actos administrativos. Además de resultar completamente indebida tal aplicación, resulta que ninguna parte, ni demandante ni demandadas, adujo tal cuestión en la instancia, de manera que es absolutamente improcedente tachar de incongruente a una sentencia que no analizó una cuestión no suscitada, de manera que el motivo debe decaer. CUARTO.- Otro tanto sucede con el segundo motivo de casación esgrimido por el mismo Ayuntamiento, al denunciarse en éste que la sentencia no está debidamente motivada porque no explica, de forma suficiente, la razón por la que la ordenación urbanística transitoria, aprobada una vez transcurrido el plazo legalmente establecido, es nula de pleno derecho. Para rechazar este gratuito motivo de casación es suficiente la mera lectura del fundamento jurídico quinto de la sentencia recurrida, transcrito en el antecedente segundo de esta nuestra, dedicado precisamente a explicar, con absoluta claridad y precisión, la razón por la que las referidas normas transitorias de ordenación son radicalmente nulas, rechazando expresamente que se trate con el incumplimiento del plazo de una mera irregularidad no invalidante, de modo que este segundo motivo de casación tampoco puede prosperar. 8 QUINTO.- El tercer motivo de casación del Ayuntamiento recurrente, extensamente desarrollado, merece la misma suerte que los anteriores, pues, además de basarse en la infracción de un precepto (artículo 63.3 de la Ley 30/1992) que no es aplicable a las disposiciones de carácter general sino a los actos administrativos, contiene una serie de digresiones acerca del silencio administrativo que ni son aplicables al supuesto enjuiciado, relativo al plazo para aprobar unas normas de ordenación transitorias en sustitución de las suspendidas, ni fueron planteadas en la instancia, circunstancia esta que impide que tengan acceso a la casación, razón por la que este tercer y último motivo de casación del Ayuntamiento recurrente debe ser desestimado al igual que los anteriores. SEXTO.- En cuanto al primer motivo de casación alegado por la Administración autonómica recurrente, consistente, como hemos recogido en el sexto antecedente, en la infracción que se achaca a la Sala sentenciadora de lo establecido en los artículos 51 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976 y 163.3 del Reglamento de Planeamiento Urbanístico, aprobado por Real Decreto 2159/1978, de 23 de junio, con el pretexto de que dicha Sala alude a este precepto en el fundamento jurídico quinto de la sentencia recurrida, ha de ser rechazado también. Sabe perfectamente la representación procesal de dicha Administración autonómica que no son tales preceptos la razón de decidir sino que han sido citados por el Tribunal a quo como precedente del precepto aplicable, que no es otro que el artículo 70 de la Ley 9/2001, de 26 de julio, cuyo contenido, además, es sustancialmente idéntico al de aquéllos, y tanto en uno como en otros resulta exigible que las normas de ordenación transitorias se aprueben en el plazo máximo de seis meses a partir del acuerdo de suspensión de la vigencia del planeamiento urbanístico, incumplimiento (admitido sin discusión por la propia Administración autonómica) que acarrea la nulidad radical de las normas de ordenación transitorias aprobadas una vez sobrepasado dicho plazo, dado el carácter sustancial que las reglas procedimentales tienen para las disposiciones de carácter general, según apuntamos anteriormente. Las dos objeciones que la Administración autonómica opone a la interpretación del artículo 70 de la Ley de Suelo de la Comunidad de Madrid 9/2001, aparte de que no deberían tener acceso a la casación por ser éste un precepto propio del ordenamiento autonómico interpretado por la Sala del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, no merecen ser atendidas porque la complejidad del trámite no justifica el incumplimiento de un plazo legal de caducidad para promulgar una norma, mientras que el significado de la expresión dictará no puede ser otro que el de aprobará o promulgará y no el de «iniciará el procedimiento para la aprobación», como sin apoyo alguno afirma dicha Administración recurrente en contra de la finalidad que las normas de ordenación transitorias tienen una vez acordada la suspensión, lo que corrobora la necesaria desestimación de este primer motivo de casación invocado por la representación procesal de la Comunidad Autónoma de Madrid. SEPTIMO.- En el segundo motivo, la Administración autonómica recurrente reprocha a la Sala sentenciadora haber vulnerado lo establecido en el artículo 63.3 de la Ley 30/1992, sobre Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común. Lo hasta aquí expresado acerca de la inaplicabilidad de este precepto a las disposiciones de carácter general, cuya nulidad se regula en el artículo 62.2 de la citada Ley, es razón suficiente para desestimar este motivo también, ya que el incumplimiento del procedimiento de aprobación de una disposición de carácter general, concretamente el plazo en el que debe dictarse o aprobarse, no es una mera irregularidad no invalidante sino una vulneración de la Ley que fija dicho plazo, y, por 9 tanto, determinante de su nulidad de pleno derecho, según establece el referido artículo 62.2 de la repetida Ley 30/1992. OCTAVO.- En el tercero y último motivo de casación, la Administración de la Comunidad Autónoma de la Comunidad de Madrid asegura que la sentencia recurrida ha infringido lo declarado en la sentencia de esta Sala y Sección del Tribunal Supremo de fecha 20 de febrero de 2008 (recurso de casación 1138/2004) porque, en contra del parecer de la Sala de instancia, la doctrina contenida en dicha sentencia no es aplicable al caso. Es evidente que ni por la forma ni en el fondo este motivo queda amparado por lo establecido en el artículo 88.1 d) de la Ley de esta Jurisdicción, ya que no se atribuye a la Sala sentenciadora la infracción de la jurisprudencia aplicable, sino que lo que se asegura es que la sentencia citada por el Tribunal a quo en el fundamento jurídico quinto de la sentencia recurrida no contempla el supuesto enjuiciado ahora, pero no se nos dice cuál es la doctrina jurisprudencial infringida por la Sala de instancia, por lo que este tercer y último motivo de casación debe ser desestimado al igual que los anteriores esgrimidos por la representación procesal de la Administración autonómica recurrente. A pesar de ser suficiente la indicada razón para desestimar este último motivo de casación, no puede negar dicha representación procesal que esta Sala, al interpretar al artículo 51 del Texto Refundido de la Ley del Suelo de 1976, precedente incuestionable del precepto aplicado por la Sala de instancia para resolver (artículo 70 de la Ley 9/2001, de 26 de julio de Suelo de la Comunidad de Madrid), afirma inequívocamente que «no se trata de unas Normas dotadas de autonomía sino de meras normas complementarias o subsidiarias, que deben ser dictadas en el plazo de seis meses desde la citada suspensión, condicionadas y derivadas de la misma, sin virtualidad propia, y que no pueden mantenerse en vigor desaparecida la suspensión que las habilitaba», de modo que la cita que de tal sentencia se hace por la resolución recurrida es correcta y acertada. NOVENO.- La desestimación de todos los motivos de casación alegados por una y otra Administración recurrente comporta la declaración de no haber lugar a los recursos de casación por ellas interpuestos con la consiguiente imposición a las mismas de las costas procesales causadas, según establece el artículo 139.2 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, si bien, como permite el apartado tercero de este precepto, procede limitar su cuantía, por el concepto de representación y defensa de la Asociación comparecida como recurrida, a la cifra de seis mil euros con cargo al Ayuntamiento recurrente y de otra cantidad igual a cargo de la Administración Autonómica igualmente recurrente, dada la actividad desplegada por aquellas para oponerse a los respectivos recursos de casación. Vistos los preceptos y jurisprudencia citados, así como los artículos 86 a 95 de la Ley de esta Jurisdicción. FALLAMOS Que, con desestimación de todos los motivos de casación invocados, debemos declarar y declaramos que no ha lugar a los recursos interpuestos por la Procuradora Doña Carmen Jiménez Cardona, en nombre y representación del 10 Ayuntamiento de Perales de Tajuña, y por la Letrada de la Comunidad de Madrid, en nombre y representación de la Administración de la Comunidad Autónoma de Madrid, contra la sentencia pronunciada, con fecha 19 de febrero de 2010, por la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en el recurso contencioso-administrativo número 817 de 2007, con imposición a las referidas Administraciones recurrentes de las costas procesales causadas hasta el límite, por los conceptos de representación y defensa de la Asociación comparecida como recurrida, de seis mil euros con cargo al Ayuntamiento de Perales de Tajuña y de otros seis mil euros a cargo de la Administración de la Comunidad Autónoma de Madrid. Así por esta nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos, debiéndose hacer saber a las partes, al notificársela, que contra ella no cabe recurso ordinario alguno. PUBLICACION.- Leída y publicada que fue la anterior sentencia por el Excmo. Sr. D. Jesús Ernesto Peces Morate, Magistrado Ponente en estos autos, de lo que como Secretario certifico. 11 12 NIG: 28079 13 3 2010 0005301 NÚMERO ORIGEN: 0000817 /2007 ÓRGANO ORIGEN: T.S.J.MADRID CON/AD SEC.1 de MADRID C0200 TRIBUNAL SUPREMO SALA TERCERA CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO SECCIÓN: 005 SECRETARÍA JUDICIAL: ILMA. SRA. DÑA. MARÍA JESÚS PERA BAJO RECURSO NÚM. 008 / 0002968 / 2010 Núm. Secretaría: 118/11 PROCURADOR: PROCURADOR D/Dña. MARIA DEL CARMEN GIMENEZ CARDONA PROCURADOR D/Dña. ROSA SORRIBES CALLE NOTIFICACION.- En Madrid, a En el día de hoy se deposita en el Salón de Procuradores de esta Sede, para su notificación, copia de la resolución dictada en el procedimiento arriba expresado con fecha 25/06/13, para su notificación al Procurador referido, haciendo saber a las partes que contra ella NO CABE RECURSO ORDINARIO ALGUNO. Queda enterado y firma. 13 Cabecera Remitente: Asunto: Fecha LexNET: Datos particulares Remitente: [2807913005] TRIBUNAL SUPREMO CONTENCIOSO/ADMTVO. SALA 3A. SECCION 5A. de Madrid, Madrid Resolucion 05/07/2013 12:50:00 Destinatario: Nº procedimiento: Tipo procedimiento: Descripción: NIG: Su referencia: Ident. en LexNET: [2807913005] TRIBUNAL SUPREMO CONTENCIOSO/ADMTVO. SALA 3A. SECCION 5A. de Madrid, Madrid SORRIBES CALLE, ROSA [617] 20100002968 008 NOTIFICACION 2807913320100005301 201310028615282 Archivos adjuntos Principal: Anexos: 00004895182013280791300532.RTF 000048951820132807913005321.RTF Lista de Firmantes Firmas digitales: - 14