Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Med Clin (Barc). 2014;142(6):275–278 www.elsevier.es/medicinaclinica Diagnóstico y tratamiento Urticaria crónica espontánea Chronic spontaneous urticaria Silvia Garriga-Companys y Moisés Labrador-Horrillo * Sección de Alergia, Servicio de Medicina Interna, Hospital Vall d’Hebron, Universidad Autònoma de Barcelona, Barcelona, España I N F O R M A C I Ó N D E L A R T Í C U L O Historia del artı´culo: Recibido el 5 de junio de 2013 Aceptado el 25 de julio de 2013 On-line el 8 de octubre de 2013 Introducción En 1965 el Dr. Halpern1, pediatra americano, escribió: «La urticaria crónica resulta una situación muy molesta para el paciente y para el médico. En el primero causa incomodidad, pica y es estéticamente desagradable. Mientras que para el médico es desconcertante, y consecuentemente incomoda su estabilidad intelectual porque este se ve incapaz de manejar el problema [...]». Esta afirmación, aunque sigue presentando validez, está empezando a ser superada por recientes hallazgos, principalmente en el campo del tratamiento. La urticaria crónica se define como la aparición espontánea de habones con o sin angioedema, que persisten al menos durante 6 semanas2. En esta revisión vamos a repasar las principales novedades en el conocimiento de esta enfermedad. Prevalencia y clasificación La urticaria es una manifestación clı́nica que puede presentarse a cualquier edad. Se calcula que al menos el 20% de la población general presentará un episodio de urticaria aguda durante su vida, aunque serı́an necesarios estudios en diferentes paı́ses para confirmar esta cifra. La lesión primordial de la urticaria es el habón, producido por la liberación de mediadores mastocitarios, principalmente histamina, en la dermis superficial. Como consecuencia de las acciones de este mediador, la urticaria se asocia con prurito y eritema de forma prácticamente constante. Los habones tı́picamente presentan caracterı́sticas transitorias, con una duración entre una hora y un máximo de 24 h, y pueden acompañarse en alguna ocasión de angioedema o «urticaria profunda». Aunque dicha manifestación es menos pruriginosa, puede producir dolor y permanecer hasta 72 h antes de su resolución, y debe * Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (M. Labrador-Horrillo). diferenciarse de otros tipos de angioedema que cursan sin urticaria3. El diámetro de los habones puede oscilar entre pocos milı́metros y varios centı́metros, confluyendo y formando placas. Se define la urticaria crónica por la presencia de dichos habones (con o sin angioedema asociado) durante más de 6 semanas, bien diariamente, bien de forma recurrente varias veces por semana. Su prevalencia se estima en torno al 0,1% de la población, aunque algunos estudios consideran que puede llegar al 1%. En la tabla 1 se resumen los principales tipos de urticaria crónica en función de la aparición de los habones de forma espontánea (urticaria crónica espontánea), o bien inducidos por algún estı́mulo fı́sico (urticaria crónica inducible)4. Es importante resaltar que la urticaria crónica espontánea se asocia en muchas ocasiones con urticaria inducible, principalmente con dermografismo (también llamada urticaria dermográfica o urticaria facticia) y con urticaria retardada por presión5. La aparición de urticaria crónica espontánea es más frecuente en las mujeres, en una relación aproximada de 2:1, o incluso superior en algunas series. Pocos estudios han analizado la duración de la urticaria crónica. En un trabajo realizado en España en 20046 se encontró que en aproximadamente el 50% de los pacientes la urticaria crónica duraba menos de 3 meses, y en el 80% los brotes se autolimitaban antes de un año; sin embargo, en el 9% duraba entre 1-5 años y en el 11% persistı́a más de 5 años. Además, existen casos individuales descritos de duración superior a 50 años5. Etiopatogenia En la etiopatogenia de la urticaria crónica se han implicado infecciones, mecanismos autorreactivos/autoinmunitarios, ası́ como reacciones «seudoalérgicas» tanto con alimentos como con fármacos. No obstante, en un grupo importante de pacientes la etiologı́a es desconocida y es la que denominamos urticaria crónica idiopática. 0025-7753/$ – see front matter ß 2013 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. http://dx.doi.org/10.1016/j.medcli.2013.07.022 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 276 S. Garriga-Companys, M. Labrador-Horrillo / Med Clin (Barc). 2014;142(6):275–278 Tabla 1 Clasificación y nomenclatura de la urticaria crónica Urticaria crónica espontánea Causas conocidas: urticaria crónica autoinmunitaria Causas no conocidas: urticaria crónica idiopática Urticaria crónica inducible Urticarias fı́sicas Dermografismo (urticaria facticia) Urticaria «a frigore» Urticaria retardada por presión Urticaria solar Urticaria por calor Angioedema vibratorio Urticaria colinérgica Urticaria de contacto Urticaria acuagénica Respecto a las infecciones, la asociación más estudiada ha sido con Helicobacter pylori (H. pylori), y a pesar de que numerosos estudios y metaanálisis han confirmado dicha asociación, la erradicación de esta infección en los pacientes afectados no supone automáticamente la desaparición de la urticaria crónica. El papel de otras infecciones, tanto bacterianas (dentales y nasofarı́ngeas) como virales (hepatitis A y B) y parasitarias (Anisakis simplex, Blastocystis, entre otras), es muy diferente según la población estudiada, y parece presentar un papel más como iniciador o desencadenante que como causante2. La primera relación de la urticaria crónica con la autoinmunidad parte de su asociación en algunos casos con la presencia de anticuerpos antitiroideos, ası́ como de la descripción posterior de autoanticuerpos dirigidos bien contra el receptor de alta afinidad de la IgE (FceRI), bien contra la propia IgE, con capacidad de activar mastocitos o basófilos, células donde se encuentran principalmente estos receptores. Estos autoanticuerpos definirı́an la llamada urticaria crónica autoinmunitaria. En un reciente artı́culo de posicionamiento, la Academia Europea de Alergia propone nuevos criterios para el diagnóstico de la urticaria crónica autoinmunitaria, que incluyen tanto técnicas directas (inmunoblots o enzimoinmunoanálisis [ELISA] especı́ficos) como técnicas indirectas mediante autologous serum skin test (ASST, «pruebas cutáneas con suero autólogo»), y ensayos in vitro de liberación de histamina o estudio de marcadores de activación de basófilos para demostrar la presencia y la funcionalidad de estos autoanticuerpos7. Respecto a las reacciones «seudoalérgicas», estas estarı́an causadas por la liberación de mediadores mastocitarios mediante un mecanismo no alérgico, y engloban tanto a la urticaria crónica asociada a fármacos como a alimentos. Entre los fármacos se asocia principalmente a antiinflamatorios no esteroideos (AINE), en la cual el mecanismo responsable serı́a la activación directa de los mastocitos (no mediado por IgE), provocando la liberación de diferentes mediadores mastocitarios, entre ellos los que pertenecen a la vı́a de las prostaglandinas. Este mecanismo explica por qué en numerosas ocasiones los AINE se asocian a exacerbaciones de urticaria crónica. Algunos autores también incluyen en este grupo a «seudoalérgenos» presentes en alimentos, ası́ como en aditivos alimentarios, que corresponden a aminas biógenas o ácidos benzoicos cuyo papel se detectarı́a de forma indirecta con la resolución de la urticaria crónica tras seguir dietas de exclusión durante un mı́nimo de 4 semanas bajas en dichos «seudoalérgenos»8. Otros factores asociados con exacerbaciones han sido el estrés emocional y, en el caso de las mujeres, cambios hormonales durante la menstruación2. No se ha encontrado asociación entre urticaria crónica y malignidad2. Tabla 2 Historia clı́nica Historia familiar de urticaria o atopia Antecedentes actuales o previos de alergias, infecciones u otras posibles causas de urticaria crónica Uso de fármacos (antiinflamatorios no esteroideos, vacunas, tratamientos hormonales, fármacos tópicos, remedios alternativos, etc.) y relación con la urticaria Alimentación y posible relación con la urticaria Tipo de trabajo y hobbies Aparición de la urticaria en relación con fines de semana, vacaciones y viajes Implantes quirúrgicos Inducción de la urticaria por agentes fı́sicos o ejercicio Reacciones a picaduras de insectos Relación con el ciclo menstrual Relación con estrés Afectación de la calidad de vida por la urticaria Tiempo de duración de la enfermedad Frecuencia y duración de los habones Variación diurna Tamaño, forma y distribución de los habones Sı́ntomas subjetivos asociados (prurito, dolor, quemazón, etc.) Respuesta a tratamientos previos Diagnóstico de urticaria crónica Todas las guı́as internacionales9 demuestran que la gran mayorı́a de las pruebas de cribado que se realizan de forma indiscriminada en los pacientes con urticaria crónica no deben recomendarse de forma generalizada por su baja relación respecto a coste-efectividad. Es prioritario iniciar el proceso diagnóstico con una historia clı́nica detallada y la exploración fı́sica del paciente, utilizando pruebas de laboratorio básicas, principalmente para descartar una enfermedad sistémica. Todas las investigaciones adicionales deben valorarse en función de un análisis individual de la relevancia de dichos factores en la población a estudiar. Los datos que precisamos conocer en la historia clı́nica, para intentar clasificar la urticaria crónica tanto espontánea como inducible, se encuentran resumidos en la tabla 2. Posteriormente, según la sospecha clı́nica, puede ser necesario un análisis de sangre que incluya hemograma con fórmula diferencial, velocidad de sedimentación globular y proteı́na C reactiva, ası́ como bioquı́mica basal que incluya valor basal de triptasa, perfil tiroideo, anticuerpos antitiroideos y estudio de complemento (en especial si se acompaña de angioedema), IgE total y especı́ficas en caso de sospecha de alergia, ası́ como coprocultivos, especialmente si existe eosinofilia. Se realizarı́a cribado de agentes infecciosos (H. pylori, virus de las hepatitis B y C, entre otros) en caso de sospecha clı́nica o analı́tica2. Para descartar la forma autorreactiva/autoinmunitaria de la urticaria crónica espontánea debemos realizar el ASST, también llamado test con suero autólogo o autotest, que consiste en la inyección intradérmica de suero o plasma sanguı́neo del propio paciente recogido durante un brote y su valoración al cabo de 15 min. Se considera un resultado positivo si aparece una pápula en la zona de administración con un diámetro mayor de 1,5 mm que el aparecido en la pápula del control negativo con suero salino. Con un resultado positivo para el ASST, deberı́an realizarse las pruebas in vitro de liberación de histamina o bien la detección de marcadores de activación de basófilos (CD63 y/o CD203c) mediante citometrı́a de flujo, ası́ como demostrar (por inmunoblot o ELISA especı́ficos) la presencia de autoanticuerpos anti-IgE o FceRI para el diagnóstico definitivo de urticaria crónica autoinmunitaria7. El ASST puede también usarse para el control Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. S. Garriga-Companys, M. Labrador-Horrillo / Med Clin (Barc). 2014;142(6):275–278 Tabla 3 Diagnóstico diferencial de la urticaria crónica Enfermedades o sı́ndromes con lesiones de urticaria tı́picas Trastornos autoinflamatorios mediados por criopirinas Sı́ndrome autoinflamatorio familiar por frı́o Sı́ndrome de Muckle-Wells Sı́ndrome articular cutáneo neurológico infantil crónico (sı́ndrome NOMID/CINCA) Sı´ndrome de Schnitzler Enfermedades con lesiones fijas de urticaria atı́picas Lupus eritematoso cutáneo Urticaria vasculitis Mastocitosis cutánea, urticaria pigmentosa Sı´ndrome de Sweet Erupción fija por fármacos Penfigoide ampolloso Mucinosis eritematosa reticular evolutivo de la urticaria crónica autoinmunitaria, pudiendo negativizarse en los perı́odos de remisión de la enfermedad7. En cualquier caso, debemos considerar que las caracterı́sticas clı́nicas de una urticaria crónica autoinmunitaria son indistinguibles de las de otra urticaria crónica espontánea de causa idiopática. Respecto a la urticaria crónica inducible, se realizarı́an aquellas pruebas necesarias para poner de manifiesto dicha urticaria (test del cubito en la urticaria «a frigore», test de presión controlada para la urticaria retardada por presión, provocación con calor, ejercicio, etc.). La biopsia cutánea únicamente estarı́a indicada en aquellos pacientes que presentan lesiones habonosas que (individualmente) duran más de 24 h, con el fin de descartar una urticaria vasculitis, ası́ como otras enfermedades que nos podemos plantear como diagnóstico diferencial, resumidas en la tabla 310,11. Evaluación y tratamiento de la urticaria crónica Un aspecto importante en la evaluación de la urticaria crónica es la monitorización de la actividad de la enfermedad, ya que nos permitirá evaluar tanto la eficacia de los tratamientos establecidos como el impacto de la enfermedad en los pacientes. El método que se está imponiendo en los últimos años es el denominado Urticaria Activity Score (UAS), que se suele valorar en 7 dı́as consecutivos (UAS7). Con este sistema es el paciente quien valora la intensidad de los habones y el prurito desde leve (1) hasta intenso (3). La puntuación máxima del UAS es de 6 y, consecuentemente, la del UAS7 es de 42 (tabla 4)12. El tratamiento ideal de la urticaria crónica consiste, en primer lugar, en la identificación y eliminación de los posibles factores desencadenantes o causales, o, al menos, en su reducción significativa. Los pacientes con enfermedad activa deben intentar evitar aquellas situaciones agravantes como el estrés, el alcohol y el calor, o el ejercicio intenso, que pueden dar lugar a exacerbaciones. Sin embargo, en numerosas ocasiones esto no es posible, por lo que además de la educación del paciente para aceptar su enfermedad, es necesario resaltar la importancia de controlar el rascado para ası́ evitar la autoestimulación de los mastocitos y el empeoramiento 277 de los brotes. También es importante evitar durante los brotes aquellos fármacos que pueden empeorar la urticaria crónica de una manera no especı́fica, como los AINE (por su efecto de estimulación de la degranulación mastocitaria) y los mórficos, entre otros. Pueden ser útiles otras medidas fı́sicas como lociones o cremas hidratantes, que si además son guardadas en frı́o pueden aumentar su efecto calmante. Es importante que los pacientes estén bien informados de la evolución de la enfermedad, de la frecuencia con que esta ocurre, de la falta de tratamiento curativo y de la posibilidad de que la etiologı́a sea idiopática o autoinmunitaria. Se ha establecido el tratamiento en 3 escalones terapéuticos: Primer escalón terapéutico Actualmente se acepta que el primer escalón farmacológico debe iniciarse con los antihistamı́nicos H1 (anti-H1) no sedantes de segunda generación a dosis estándar: loratadina, desloratadina, cetirizina, levocetirizina, fexofenadina, ebastina, bilastina, rupatadina o mizolastina. La eficacia de estos fármacos en el alivio del prurito y la disminución en el número y/o duración de los habones está bien establecida en numerosos estudios aleatorizados controlados con placebo13. Todas las guı́as actuales recomiendan evitar los antihistamı́nicos de primera generación como hidroxicina, dexclorfeniramina, difenhidramina, ciproheptadina o clorfenamina. Estos fármacos no son superiores a los no sedantes para controlar los sı́ntomas, pero presentan de forma clara más efectos secundarios, principalmente debido a su prolongado efecto sedante y anticolinérgico, incluso aunque se administren por la noche9. Segundo escalón terapéutico En el caso de que los sı́ntomas de la urticaria no se controlen con la primera lı́nea terapéutica tras 2 semanas continuas de tratamiento, debe considerarse una segunda lı́nea de tratamiento farmacéutico. Esta lı́nea se basa en el incremento de la dosis de los antihistamı́nicos H1 no sedantes hasta 4 veces la dosis habitual. A pesar de que se trata de una recomendación de todas las guı́as clı́nicas de urticaria, es una medida que está fuera de ficha técnica, por lo que debe considerarse un tratamiento fuera de indicación (off label). Este aumento de dosis se basa en varios estudios que han demostrado un incremento de la efectividad de estos antihistamı́nicos dependiente de las dosis, con un buen perfil de seguridad14. En caso de no obtener eficacia tras una a 4 semanas puede intentarse cambiar de antihistamı́nico o bien añadir un inhibidor del receptor de los leucotrienos (montelukast)13. Además, en cualquier momento podemos administrar ciclos cortos de glucocorticoides (3-7 dı́as) para exacerbaciones de los sı́ntomas de urticaria/angioedema que precisen un rápido control clı́nico. En la urticaria crónica no se deben usar tandas largas de glucocorticoides por todos los posibles efectos secundarios que estos suelen producir (hiperglucemia, osteoporosis y úlceras pépticas, entre otros), y en caso de precisarse, deberı́a utilizarse la mı́nima dosis eficaz13. Tabla 4 Valoración de la actividad de la enfermedad en pacientes con urticaria Puntuación Habones Prurito 0 1 2 3 Ninguno Leve (< 20 habones 24 h) Moderado (20-50 habones 24 h) Intenso (> 50 habones 24 h) No Leve (presente, pero no es problemático) Moderado (problemático, pero no interfiere con la actividad diaria o el sueño) Intenso (interfiere con la actividad diaria o el sueño) Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 278 S. Garriga-Companys, M. Labrador-Horrillo / Med Clin (Barc). 2014;142(6):275–278 Tercer escalón terapéutico En este escalón terapéutico se utilizan tratamientos con una indicación que no está en ficha técnica, por lo que, de igual manera que en el escalón anterior, deberán considerarse tratamientos off label. Básicamente tenemos 3 tratamientos diferentes: antihistamı́nicos H2, inhibidores de la calcineurina (ciclosporina, tacrolimus) y omalizumab. Sin embargo, se han utilizado en ensayos reducidos o en casos reportados muchas otras posibilidades para tratar la urticaria crónica. Aunque no forman parte de las recomendaciones de las guı́as, se deben tener en cuenta cuando esta tercera lı́nea fracasa. Entre ellos tenemos agentes inmunomoduladores tales como dapsona, metotrexato, ciclofosfamida, micofenolato de mofetilo, antagonistas del factor de necrosis tumoral a, interferón o inmunoglobulinas intravenosas13. Los pacientes que requieren una tercera lı́nea de tratamiento a menudo son los que se han diagnosticado de urticaria crónica autoinmunitaria. De los 3 tratamientos que se incluyen en el tercer escalón de tratamiento, la combinación de antihistamı́nicos H1 y H2 es la que menor soporte de investigación presenta. Sin embargo, se mantiene tanto por su bajo coste como por su buen perfil de seguridad13. Los siguientes fármacos a utilizar serı́an los inhibidores de la calcineurina a bajas dosis, bien ciclosporina (< 3 mg/kg/dı́a), bien tacrolimus (< 0,07/kg/dı́a)15, aunque durante el tratamiento deben realizarse controles periódicos de la presión arterial y la función renal15. Respecto a omalizumab, anticuerpo monoclonal humanizado anti-IgE, en estudios aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo se ha demostrado una eficacia en todos los tipos de urticaria crónica superior al 70%, con un buen perfil de seguridad tanto a dosis de 150 como de 300 mg/mes administrado de forma subcutánea. Esta eficacia no ha sido alcanzada por ningún otro fármaco que se haya usado en urticaria crónica. El mecanismo de acción para este tratamiento anti-IgE no se conoce, aunque a diferencia del relativo al asma no precisa ajuste de dosis según el peso o los valores de IgE del paciente16,17. En conclusión, la urticaria crónica espontánea es una enfermedad que supone un desafı́o tanto para el paciente como para el médico. Sin embargo, numerosas investigaciones realizadas en los últimos años han aportado una nueva visión de la fisiopatologı́a y los posibles factores inductores de brotes. Más importante ha sido el avance realizado en el abordaje y tratamiento, con la incorporación de escalas de actividad, los antihistamı́nicos H1 de segunda generación y el desarrollo de nuevos fármacos como el omalizumab, anticuerpo monoclonal anti-IgE, que presenta eficacia aproximadamente en el 70-80% de los pacientes con urticaria crónica refractaria a todos los tratamientos, con un buen perfil de seguridad. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses Bibliografı́a 1. Halpern SR. Chronic hives in children: An analysis of 75 cases. Ann Allergy. 1965;23:589–99. 2. Zuberbier T, Asero R, Bindslev-Jensen C, Walter Canonica G, Church MK, Giménez-Arnau A, et al. EAACI/GA(2)LEN/EDF/WAO guideline: Definition, classification and diagnosis of urticaria. Allergy. 2009;64:1417–26. 3. Guilarte M. Actualización en angioedema hereditario por déficit del inhibidor de C1. Med Clin (Barc). 2012;139:452–7. 4. 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