mentesana la psicóloga te ayuda Cómo cumplir tus buenos propósitos Sara Barbeito Psicóloga de ISEP Clínic Vitoria Todos los años igual: que si te apuntarás al gimnasio (e irás más de una vez), que si harás dieta, dejarás de fumar... ¿Un montón de metas sin cumplir? ¡Este año sí que lo conseguirás! E Xavier Guix, autor de Ni me explico ni me entiendes. s muy habitual que, con la entrada de un nuevo año, nos planteemos nuevos proyectos, retos u objetivos. “Este año dejaré de fumar”;“Voy a apuntarme al gimnasio”:“Hablaré con mi jefe para que me suba el sueldo o me cambie de departamento”... Sin embargo, estas propuestas cargadas de buenas intenciones y optimismo muchas veces se quedan en eso, en la intención, sin llegar a materializarse. El problema de estos objetivos es que pretendemos pasar de una conducta a otra sin hacer un puente, una transición, y sin planificar cómo hacerlo ni reflexionar sobre los costes y beneficios que va a suponer el cambio. No pensamos ! Tres claves 1 Plantéate objetivos posibles de realizar, según tu tiempo y personalidad. 2 Más vale cumplir una meta a corto plazo que ninguna a largo. 3 Si ves que no podrás cumplir tu objetivo, no temas a replantearte la logística de nuevo. 68 PREVENIR realmente en si estamos dispuestos a realizarlos, por lo que en la mayoría de ocasiones por vergüenza, pereza o incluso porque todos sabemos que la mayor parte de esas propuestas son algo que todo el mundo dice pero que nunca llega a hacer, aflojamos nuestras intenciones y las postergamos para futuras ocasiones. Proponte metas intermedias Por todo ello, es mejor no dejarse llevar por la euforia y felicidad del momento, por el sentimiento de bienestar que nos proporcionan estas fechas. Es mejor parar, pensar qué queremos realmente y cómo conseguirlo, y desglosar las metas generales en metas más pequeñas para no desalentarnos en el camino. Por ejemplo, imaginemos que nuestro objetivo para el año que empieza es ir todos los días a correr. Cuando implantamos una nueva conducta, lo primero es pensar cuándo hacerlo, qué pros y contras tiene, y establecer una frecuencia, que no tiene que ser diaria, ya que, en caso de no cumplirla, nos frustraremos y abandonaremos. Nuestro pensamiento debe ir en la línea de mejor dos días que ninguno. Asocia el cambio a algo que te guste Otra recomendación es que cuando implantamos una nueva actividad lo mejor que podemos hacer es asociarla con algo positivo, con algo que nos guste. Siguiendo el ejemplo anterior, puedes asociar el momento de ir a correr con un posterior desayuno aderezado con algún tipo de alimento que nos guste y que ahora nos permitiremos comer gracias a practicar ejercicio (¡pero no abuses!). Sobre todo debemos ser conscientes que todo lo nuevo cuesta. Todos actuamos movidos por hábitos y costumbres y los cambios es mejor que no sean drásticos, sino suaves y, por supuesto, no tratar de realizarlos todos de golpe. Es mejor aplicarlos de uno en uno, así será más sencillo. Anticípate La clave para comenzar el año con buen pie es la anticipación: establece una fecha para empezar, y piensa en tus propósitos con antelación. Céntrate en un solo objetivo (no en una meta general y amplia, porque eso dificulta por dónde empezar); cuando lo cumplas, pasa a otro. Planifica cómo hacerlo, recordando que conviene hacerlo de forma escalonada, apunta las ventajas y dificulatades con las que te encontrarás, y contempla qué refuerzos te vas a permitir. Así, todas las semanas tendrás pequeñas metas posibles de ser cumplidas lo que nos motivará para seguir. PREVENIR 69