Título: Sociedades de Garantia Reciproca. Problemas tributarios.

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Título: Sociedades de Garantia Reciproca. Problemas tributarios.
Autor: Díaz, Manuel
Publicado en: PET (Periódico Económico Tributario) N° 130 – Editorial LA LEY
A principios de 1995, se sancionó la Ley de la Pequeña y Mediana Empresa (Ley 24.467 - B.O. 28/3/95) con el
objeto de promover su crecimiento y desarrollo "... a través de la creación de nuevos instrumentos de apoyo y la
consolidación de los ya existentes" (art. 1º).
Uno de los objetivos que se propuso el legislador fue el de facilitar a las PyMEs el acceso al mercado financiero
a costos menos onerosos. Para ello se dispuso la asignación de partidas presupuestarias para solventar
bonificaciones en la tasa de interés (art. 5) y la creación de un nuevo instituto jurídico denominado "Sociedades
de Garantía Recíproca" ("SGR"). Sociedades cuyo objeto principal será el otorgamiento de garantías a las
PyMEs socias.
A efectos de promover la constitución de las SGR el legislador otorga importantes incentivos fiscales (v.g.
desgravación de los aportes de capital) con el consiguiente sacrificio recaudatorio. Pero la buena intención fue
malograda por el Poder Ejecutivo en oportunidad de reglamentar la ley, dificultándose de esta forma toda
posibilidad seria de desarrollo de este instituto.
A través de la participación en el sistema financiero de estas sociedades se pretendía la reducción del costo
crediticio para las PyMEs como consecuencia de la mejora de su perfil de riesgo. En otras palabras, para el
sistema financiero el riesgo principal ya no sería la PyME sino la Sociedad de Garantía Recíproca.
Para las PyMEs que participen del sistema (asociándose a una o más SGR) el costo financiero final estaría
constituido por la tasa de interés pagada al sistema (ahora significativamente reducida) más la prima por la
garantía abonada a la SGR.
Obviamente la suma de estos dos conceptos debería ser inferior a la tasa de interés que abonaría la entidad sin
la garantía de la SGR. De no ser así este instituto tampoco prosperaría.
I - Las sociedades de garantía recíproca
Este tipo de sociedades constituye un híbrido entre las sociedades anónimas y las sociedades cooperativas, ya
que toma elementos de uno y otro instituto pero diferenciándose de ellos.
Las SGR reconocen dos tipos de socios:
• los socios partícipes y
• los socios protectores.
Mientras que el carácter de socio partícipe está reservado a las PyMEs que reúnan los requisitos máximos de
ingreso y patrimonio que establece la autoridad de aplicación (la Secretaría de Industria del Ministerio de
Economía) y que obviamente suscriban el capital social, podrán ser socios protectores todas las personas
físicas o jurídicas que suscribiendo el capital social aporten al fondo de riesgo.
Vale destacar que sólo los socios partícipes podrán ser beneficiarios de las garantías que otorgue la SGR. Las
PyMEs son los verdaderos destinatarios del legislador:
• se les asegura la participación mayoritaria en el capital (mínimo 51 %),
• se les concede dos puestos de los tres existentes en el consejo de administración y
• se les otorga los mismos beneficios de desgravación impositiva que a los socios protectores.
Pero como este instituto no puede funcionar ni eficaz ni eficientemente sin la contribución de los llamados
socios protectores a estos también se les otorgan importantes incentivos:
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el 50 % de las utilidades de los socios partícipes se asignan al fondo de riesgo, fondo que de no ser
absorbido por los quebrantos producto de la eventual incobrabilidad de los desembolsos realizados
como consecuencia de las garantías otorgadas, será reintegrado a los socios protectores y
desgravación en el impuesto a las ganancias de los aportes realizados con destino al capital social y al
fondo de riesgo.
Si tenemos en cuenta que el estado podría estar aportando hasta el 33 % (tasa máxima del impuesto a las
ganancias) de los fondos requeridos por las SGR, que casi el 75 % de las utilidades serán asignadas de una u
otra forma a los socios protectores y que en nuestro país el grueso de la rentabilidad del sistema financiero
proviene de las primas de riesgo crediticio incluidas en la tasa de interés este podría ser un negocio sumamente
atractivo para los socios partícipes.
II - Los beneficios tributarios
II.1. Según la Ley Nº 24.467
El legislador concedió tres beneficios claramente definidos en el artículo 79 de la ley bajo análisis:
1. los contratos de garantía recíproca otorgados por las SGR estarán exentos de:
1.1 el Impuesto a las Ganancias
1.2. el Impuesto al Valor Agregado
2. los aportes al capital social y al fondo de riesgo serán deducibles de las utilidades imponibles del
impuesto a las ganancias.
II.2. El Decreto Nº 908/95
Como decíamos, el Poder Ejecutivo a través del Decreto Nº 908/95 (B.O. 20/12/95) reglamentó el alcance de
los beneficios tributarios, estableciendo en algunos casos un verdadero cercenamiento de los mismos.
II.2.1 La exención en el Impuesto a las Ganancias
El reglamentador aclaró que los beneficios alcanzaban exclusivamente a los ingresos obtenidos por las SGR
por el otorgamiento de las garantías recíprocas y que no comprendía a los beneficios obtenidos por la
colocación del Fondo de Riesgo.
II.2.2. La exención del Impuesto al Valor Agregado
Antes de referirnos al tema debemos aclarar que este pretendido beneficio no es tal, en la práctica puede ser un
verdadero perjuicio para la economía de las SGR. Esto será claro si se piensa que para recuperar los créditos
fiscales abonados en oportunidad de la compra de bienes y servicios se requieren débitos fiscales generados
por las ventas. Si no existe este débito fiscal el IVA pagado en las compras se transforma en un incremento de
los costos, y este será el caso. Peor aún si se piensa que de haber cobrado IVA con la prima de la garantía,
este I. V.A. seguramente hubiera sido recuperado por la PyME.
Volviendo a nuestro tema el legislador había eximido del I. V. A. a "... toda la operatoria que se desarrollara con
motivo de los ..." contratos de garantía recíproca (art. 79 inc. b). Por su parte el art. 25 del Decreto
Reglamentario limita la exención exclusivamente a la retribución que cobren las S. G. R. por el otorgamiento de
las garantías.
Interpretando al legislador la exención podría alcanzar a ciertos proveedores de las S. G. R. (v. g. servicios de
análisis de riesgo crediticio, custodia de carteras, inversiones financieras, etc.) disminuyendo de alguna forma
los costos de estas sociedades. Pero el reglamentador los restringió severamente.
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Si bien esto puede ser considerado como un exceso reglamentario, el verdadero perjudicado será la S. G. R. y
no el proveedor con lo cual aparece una de las primeras trabas al desarrollo de este tipo de instituciones.
II.2.3. La desgravación de los aportes en el Impuesto a las Ganancias
En este punto aparece el cambio más significativo establecido por el reglamentador. El reglamentador desvirtúa
el beneficio de la deducción para transformarlo en el mejor de los casos en un diferimiento impositivo y en otros
casos en la creación de un nuevo hecho imponible no contemplado ni en la ley del gravamen ni el la ley de las
PyMEs.
Esto se aclarará con el desarrollo del tema. Los artículos 22 y 23 del Decreto Reglamentario abordaron dos
conceptos relativos a esta deducción:
1. aclaración de los conceptos sujetos a deducción y
2. una pseudo devolución de las deducciones realizadas.
II.2.3.1. Conceptos sujetos a deducción
El artículo 22 aclara que no sólo los aportes con destino al capital social y al Fondo de riesgo serán deducibles
sino que el 50 % de las utilidades atribuibles a los socios partícipes que por ley se destinan al fondo de riesgo
(en beneficio último del socio protector) también serán deducibles del impuesto a las ganancias.
Esto es un verdadero beneficio para las PyMEs ya lo que en la ley era considerado como una redistribución de
utilidades, al menos a efectos fiscales es equiparado a un aporte (aunque involuntario y sin retorno).
II.2.3.2. La pseudo devolución de la deducción
El artículo 23 de reglamento dispone que "en oportunidad de producirse el recupero de los aportes efectuados y
deducidos impositivamente, ya sea por retiros, reducciones de capital, transferencias de participaciones u otras
formas de disposición, quedará alcanzada por el impuesto a las ganancias la diferencia que resulte de detraer
de los importes obtenidos el valor de los aportes oportunamente realizados."
Como se aprecia, esta disposición contempla que en el caso de realización de la inversión oportunamente
realizada (capital o fondo de riesgo) con uso de beneficios fiscales ya sea por:
1. rescate de la empresa o
2. transferencia a terceros.
el mayor valor obtenido estará gravado por el impuesto a las ganancias.
En los puntos siguientes evaluaremos profundamente el alcance de este artículo bajo análisis.
III - Las sociedades de garantía recíproca frente al impuesto a las ganancias
Uno de los elementos esenciales a definir es la naturaleza jurídica de estas sociedades a efectos de precisar si
son o no sujeto del impuesto. La importancia del tema surge claramente cuando penamos que si se tratara de
una de las sociedades de capital enunciadas por el artículo 69 de la ley del gravamen (v.g. Sociedad Anónima)
la SGR será sujeto pasivo del impuesto tributando sobre sus utilidades gravadas a la tasa máxima del 33 %.
Caso contrario distribuirá los resultados impositivos entre sus socios quienes los incorporarán a su propia
declaración jurada.
En este aspecto el artículo 32 de la Ley de PyMEs establece que las SGR "... se regirán por las disposiciones
del presente título y supletoriamente por la Ley de Sociedades en particular las normas relativas a las
Sociedades Anónimas".
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Esta normativa válida desde el punto de vista societario plantea enormes problemas desde el punto de vista
tributario. Desde una óptica eminentemente académica hay dos posiciones diferenciadas acerca de la
naturaleza de este tipo de sociedades:
• se trata de una sociedad anónima con características mutuales pero que no desvirtúan la naturaleza de
S. A.
• se trata de una nueva figura societaria no legislada anteriormente con importantes similitudes con las
S.A.
Ambas posiciones concluirán en un tratamiento tributario distinto según explicáramos anteriormente.
Lo que no nos cabe duda es que estamos frente a una verdadera sociedad de capital respecto de la cual resulta
razonable otorgarle el tratamiento impositivo de las Sociedades Anónimas, aún cuando aceptemos la posición
de quienes creen ver un nuevo instituto societario no enunciado por el art. 69 de la Ley del Impuesto a las
Ganancias.
IV - Las sociedades anónimas y sus resultados. Tratamiento de la sociedad y de los accionistas
Como es de conocimiento del lector, las Sociedades Anónimas tributan el 33 % sobre sus resultados ajustados
impositivamente.
Por otra parte y desde la óptica del inversor los ingresos que puede obtener de su capital provienen de alguna
de las siguientes tres fuentes:
1. dividendos
2. rescate o
3. enajenación de las acciones.
Los dividendos que distribuyan las SA no resultan computables cualquiera sea la naturaleza del accionista y
origen de la renta generada por la SA (v.g. exenta, sujeta a promoción o gravada). El sustento teórico de esta
regulación se encuentra en que la sociedad ya determinó el gravamen sobre sus utilidades y la tributación en
cabeza del accionista constituiría una doble imposición. Si bien existe una excepción en el supuesto de
acciones que no han sido nominativizadas, la tributación en estos casos responde a un criterio punitorio y no de
equidad tributaria.
Una segunda fuente de ingreso para los inversores está constituida por el eventual mayor valor obtenido en
oportunidad del rescate de las acciones por parte de la sociedad emisora. Este mayor valor está asimilado a
dividendos no distribuidos y en consecuencia no sujetos al impuesto.
Finalmente, en lo que respecta al resultado por transferencia de las acciones a un tercero, el tratamiento
impositivo generalmente reconocido en este gravamen es el siguiente:
NATURALEZA DEL ACCIONISTA
Personas Físicas residentes en el país
• Habitualistas
• No Habitualistas
Sociedades constituidas en el país
Residentes en el exterior
TRATAMIENTO IMPOSITIVO
Exentas por el art. 20 inc. a´)
No alcanzadas por el impuesto
Gravadas (*)
Exentas art. 78 Decreto 2284/91 (**)
Desde un punto de vista económico el mayor valor obtenido como resultado de la venta de acciones responde a
alguno de los tres conceptos:
1. utilidades no distribuidas (sean reconocidas o no por los estados contables).
2. valor de las superutilidades futuras y esperadas por el comprador.
3. realización de la ganancia por compra de las mismas a un precio inferior a su valor real.
En el primer caso el resultado no debería estar sujeto a imposición por las características de equidad que
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mencionáramos anteriormente. En los otros dos casos el mayor valor responde a una negociación (con
comprador o vendedor respectivamente) ajena a los resultados impositivos de la sociedad por lo que se podría
llegar a entender la imposición sobre estos conceptos en atención a una simplificación de la liquidación
impositiva. De todas formas no debe desvirtuarse el concepto de evitar una doble imposición: sociedad y
accionista.
V - Naturaleza del fondo de riesgo
Otro aspecto novedoso de este instituto societario es la obligación de constituir un Fondo de Riesgo que
integrará el patrimonio societario (art. 46 de la ley 24.467). Este Fondo se integrará por:
• asignaciones del 50 % resultados de la sociedad atribuibles a los socios partícipes.
• donaciones o subvenciones
• el valor de las acciones no reembolsadas a socios excluidos
• el rendimiento financiero de la colocación del propio Fondo y
• el aporte de los socios protectores.
El principal destino del Fondo de Riesgo es la cobertura de las garantías recíprocas emitidas por la SGR (art. 20
Decreto 908/95).
Transcurridos dos años (o el mayor plazo que establezca el estatuto) los socios protectores pueden retirar el
Fondo siempre que no se afecte la relación de valores fondo-garantías otorgadas que fije el estatuto.
Parece claro que el Fondo no integra el capital social y que los rendimientos financieros producto de su
colocación no pertenecen a la sociedad sino al Fondo mismo que sujeto a su afectación específica pertenece a
los socios protectores.
Desde una óptica comercial la integridad del Fondo puede ser afectada ordinariamente por dos factores:
1. incobrabilidad de los desembolsos originados en las garantías otorgadas y
2. pérdidas por inversiones financieras de los recursos del Fondo.
En este sentido la naturaleza del Fondo se asemeja a la del Fideicomiso excepto por el hecho que el Fondo
integra el patrimonio social. Ello puede resultar extraordinariamente en el embargo del mismo por parte de los
acreedores de la sociedad y en su eventual incorporación a la masa común en caso de quiebra.
Desde el punto de vista del Impuesto a las Ganancias consiste en una inversión de riesgo cuyo rendimiento
puede o no estar sujeto a impuesto en cabeza de la sociedad. Así, en caso que los ingresos del Fondo
provengan de donaciones o subvenciones se encontrará exenta del gravamen (art. 20 inc. y de las ley del
impuesto). Lo mismo ocurrirá respecto del 50 % de las ganancias correspondiente a los socios partícipes
asignadas por la Asamblea, al menos en la parte originada en el otorgamiento de contratos de garantía
recíproca (art. 79 de la Ley 24.467). El resultado financiero por su parte se encuentra sujeto al impuesto según
normas reglamentarias (art. 24 del Decreto 908/95).
VI - Tratamiento tributario del rescate y venta de acciones, normas del decreto 908/95
Como vimos anteriormente, por disposición del artículo 23 del Decreto Nro. 908/95 el recupero de los aportes
efectuados y deducidos impositivamente sea por rescate o transferencia da nacimiento a la obligación de pago
del impuesto a las Ganancias. La base del gravamen la constituye la diferencia entre el valor:
• obtenido en el rescate o la venta (según el caso), y
• el invertido y deducido impositivamente.
Este eventual mayor valor responderá a las utilidades no distribuidas por la SGR (reconocidas o no
contablemente) y/o la expectativa del comprador respecto de las utilidades futuras, en su caso. En otras
palabras, estos dos conceptos darán lugar a una "pseudo devolución" de la desgravación o deducción
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oportunamente realizada. Se han cambiado los conceptos, ya no estamos frente a una desgravación sino frente
a un mero diferimiento, al menos en algunos casos.
Evidentemente, mayor será esta devolución cuando mayor sea, por ejemplo, el monto de las utilidades no
distribuidas. Con ello se está afectando seriamente las posibilidades de capitalización de la sociedad, ya que
distribuyendo los dividendos periódicamente el accionista podría disminuir la incidencia del impuesto.
Y que ocurre si la diferencia de valores sujeta a impuestos según el mencionado Decreto supera el valor
invertido. Ya no podemos hablar de devolución de la deducción si no de un verdadero nuevo hecho imponible
no contemplado en la ley y por lo tanto creado por el Poder Ejecutivo. Ello evidencia la total ilegalidad de la
norma bajo análisis por exceso en las facultades reglamentarias atribuidas por nuestra Carta Magna al Poder
Ejecutivo.
Por supuesto, este gravamen creado por vía reglamentaria es independiente del aplicable sobre el resultado
positivo de la venta de acciones. Gravamen que como vimos anteriormente resulta aplicable cuando el
vendedor es un sujeto empresa residente en el país, al menos en la interpretación generalizada. En estos
casos, no tenemos una doble imposición.
VII - Tratamiento tributario de la devolución y/o cesión de los derechos sobre el fondo de riesgo. Normas
del decreto 908/95
Aquí son aplicables consideraciones similares a las realizadas "ut-supra". La diferencia de valor por la
disposición de los derechos sobre el Fondo o su eventual devolución por parte de la SGR da lugar al nacimiento
del hecho imponible en la interpretación del Poder Ejecutivo.
VIII - Consideraciones finales
La vida del instituto bajo análisis se ve seriamente afectada. La incertidumbre respecto de la naturaleza jurídica
de este tipo de sociedades y del Fondo de Riesgo, sumadas a la nueva imposición creada por el artículo 23 del
Decreto Reglamentario han generado un marco negativo alrededor de esta figura.
Hay muchas entidades que están de una u otra forma vinculadas con el riesgo crediticio de las PyMEs (v.g.
bancos minoristas, empresas que otorgan anticipos a sus proveedores o financian las ventas a sus clientes) sin
embargo, transcurridos casi dos años de la vigencia de la Ley no han constituido este tipo de sociedades
(excepto el caso de Garantizar del Banco Nación). Ello debe constituir una señal de alarma clara para la
autoridad de aplicación.
En otros países (principalmente europeos) el negocio está perfectamente desarrollado. Creemos sinceramente
que con la corrección de estos y otros problemas que exceden la intención del artículo el desarrollo del instituto
sería viable en nuestro país. Ello implicaría un cambio radical en el sector PyMES del mercado financiero,
donde las primas de riesgo incorporadas a las tasas de interés son elevadas. Pero este cambio también debe
ser acompañado por el empresario PyME mejorando sus sistemas de información y realizando una inteligente
apertura de la misma hacia terceros interesados.
Finalmente desde la óptica del estado, el desarrollo de las PyMEs implicará el desarrollo del país y con ello
mayor empleo, mayor satisfacción del ciudadano y también mayor recaudación.
(*) Ver nuestro artículo titulado " Compraventa de acciones exenta en el Impuesto a las Ganancias” publicado
en el P.E.T. Nro. 21 de Dic92.
(**) Aún cuando la exención pudiere resultar en una transferencia a fiscos extranjeros
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